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Cuando decir "Te quiero" no es posible por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Bueno, otro capitulo mas

Espero les guste, gracias por leer. Por cierto, si no hay leido mi nueva historia, Bloodless, les invito a leerla, ayer actualize el segundo capitulo.

En serio esto sobrepasa los límites de “lo peor que pude haber imaginado”.  Después de tener que estar ocupado desde el sábado en la noche, apenas y poder salir a comer y tomar aire, llamar a Glenn y que no responda y cuando al fin puedo venir a verlo, encontrarle con esa persona…  esto en serio es algo que nunca en mi vida querría ver. Ojala al menos solo se estuvieran besando.  Tengo muchas ganas de ponerme a hacer un monumental berrinche. Solo puedo girarme para no ver y hacer una cara de exasperación.

 

¿Quién querría encontrar a la persona que le gusta en una situación comprometedora con alguien que detestas?  

 

— Arashi ¿No tenías trabajo?— es la pregunta de Glenn. Me gustaría saber que está sintiendo en estos momentos.  Finjo no escuchar nada más.

 

— si, tenia, ahora ya termine— no puedo ni quiero evitar el sarcasmo de mi voz. Tampoco voy a decir que lo siento, porque no siento en absoluto haber interrumpido.  Si lo pienso mejor, incluso me siento feliz de haber llegado ahora— venía a verte, pero no pensé que estuvieras… ocupado— rayos, ya no puedo estar enojado, llegue justo en el momento preciso. Incluso no puedo borrar la sonrisa.

 

—  Salí con Jacey, acabamos de llegar— escucho algunos murmullos de Jacey, pero no parecen decir nada. Ah, maldición, estoy celoso, me da envidia no ser yo quien pueda estar besándose con Glenn de esa manera. 

 

— Ya veo— no voy a disculparme, no lo no voy hacer. No con la macabra satisfacción que siento— ¿ya cenaste? Pensaba en invitarte algo.

 

— Sí, ya cenamos— solo te pregunte a ti, tonto.  Creo que ya ha pasado mucho tiempo para que se hayan vuelto a vestir, pero ¡maldición! No voy a sentarme en el mismo sofá donde estuvieron a punto de tener sexo.  Me voy a sentar en la barra de la cocina.

 

— Lastima— Jacey ya trae puesto su camisa, y tiene la cara roja.  Ah, bueno, yo lo que hubiera hecho es dedicarle una mala mirada a la persona que me interrumpió y no me movería. Una clara señal de que se largue. Pero claro, ese sería yo— ¿Qué estuviste haciendo?

 

— comprar el libro— ah, sí. Le había dicho a Glenn que le acompañaría a conseguir ese libro, pero no pude. ¿Por qué siempre mi trabajo interfiere en las cosas importantes de Glenn?  Me voy a buscar otro trabajo.

 

— ah, ¿lo encontraste? Qué bueno.  Es una pena que no pudiera acompañarte— ¡quiero que mis salidas con Glenn terminen así!  No es justo. Pero ahora que sé que Glenn no tiene problemas con hacer esas cosas con un chico,  cuando las cosas con Jacey terminen, entonces se lo diré.

 

—  Tu trabajo es lo que importa— Jacey me dedica una mirada de reproche, que solo puedo responder con una sonrisa.

 

— claro. Por cierto, Glenn ¿sabes si en tu escuela hay espacio para un profesor de cómputo? Estoy pensando en renunciar—  es mentira, jamás daría clases a niños, pero es genial molestar a Jacey así.  Su rostro se queda congelado, y luego me da una mirada como diciendo “no te atrevas”.

 

— no lo sé. ¿Y tú, Jacey?

 

—…no sé. Habrá que preguntarle a Leanne. Pero el único puesto que hacía falta es el de profesor de matemáticas—  demasiado tenso.

 

— qué pena.  

 

— umm… yo, tengo que irme ya.

 

— Está bien— Jacey se queda mirando a Glenn, esperando. ¿Qué estas esperando? Glenn no va a decir nada, ni un que te vaya bien, o te acompaño. Parece darse cuenta, porque solo intenta sonreír.

 

— Nos vemos mañana—  dice, aún tiene las orejas rojas. En la puerta voltea a verme y no puedo evitar decirle adiós con la mano. La puerta se cierra, y yo suspiro, satisfecho. Siento que he hecho algo importante el día de hoy, y nunca había estado tan orgulloso de interrumpir algo.   

 

— Arashi.

 

— ¿sí? ¿Te molesta si pido una pizza? No tienes que comer

 

— no me molesta. Pero debiste tocar primero, creo.

 

— sí, bueno, nunca toco de todos modos. Nunca había pasado esto, ¿quieres que toque la próxima vez?

 

— no se.

 

— Cuando lo sepas, me avisas— le digo,  levantándome a tomar el teléfono para pedir la pizza. Tengo demasiada hambre como para cocinar— ¿no vas a querer nada?

 

— no.

 

—  Bien—  pido la pizza, y me pongo a ver  la televisión desde la barra. Glenn permanece callado. Su ropa esta algo desarreglada y tengo que poner toda mi atención en la televisión para no hacer algo imprudente, como tomar el lugar de Jacey. Cuando llega la pizza, casi me pongo a devorarla.

 

— Arashi.

 

— ¿umm?

 

— ¿Cómo tienes sexo con un chico?— me atraganto con la comida y comienzo a toser. ¿¡Porque tiene que preguntarme eso a mí!? La tos no me deja hablar, ah, genial voy a asfixiarme.

 

— Espera…— le doy un largo trago a la soda que tengo.  La garganta me duele por la tos— ¿Por qué me preguntas a mí? ¿Tengo cara de saberlo?— claro que lo sé, pero no le voy a decir si lo que quiere es hacer esas cosas con Jacey.

 

—… no sé. Nunca lo había pensado.

 

— Arg— ruedo los ojos. Con lo que vi hace rato, es difícil no ponerme a imaginar de más— no lo sé.

 

— bueno. Supongo que puedo encontrar eso en internet—  sus cejas se fruncen un poco, a Glenn no le gusta usar mucho las computadoras, prefiere los libros. Que quiera investigar algo, y que sea como tener sexo con un hombre me dice que en serio, en serio, se lo pensó mucho. Como odio lo insensible que puede llegar a ser.

 

— No quiero saberlo—odio mucho más a Jacey.  ¿Por qué tuvo que meterse en nuestra tranquila vida? Ah, solo tengo que esperar, esperar un poco. Ya se me hace mucho que Glenn no me diga que no entiende a Jacey, o que se ha enojado por algo que Glenn no supo.

 

—  ¿pasa algo? Te escuchas extraño.

 

— No, son solo ideas tuyas—  Arg, debo tener más cuidado con mis tonos. Sé que quizá Glenn no me crea del todo, pero se dará por satisfecho con esa respuesta.  No me equivoco, solo me dice que si con la cabeza. Antes me sentía mal por jugar de esa forma con los sentimientos de él, como si no tuviera suficiente con la Alexitimia. Antes, Glenn solía sufrir sin darse cuenta, se sentía mal todo el tiempo por no poder saber que le pasaba, porque no entendía a las personas, se cansaba de que todos le exigieran algo que él simplemente no podía dar. En esos momentos yo me sentía peor por decirle que todo estaba bien. 

 

Ahora es muy diferente, Glenn comenzó a ir a terapia y las cosas mejoraron un poco. Glenn solo se apartó de las personas, aunque ahora entiende mucho más que antes. Antes no hubiera notado los celos en mi voz. Que lo note ahora es bueno… y malo  para mí.  ¿Qué está cambiando?

 

— ¿crees que Jacey se molestara porque viniste?

 

— no se… no parecía molesto—reprimo una sonrisa. Glenn parece conforme con mi respuesta. Bueno, nunca he dicho que quiera ayudar a Jacey, a mí también me gusta Glenn y no voy a ceder ante cualquiera.

 

 

 

___________________________________________________________________________

 

 

 

¡Pero que vergonzoso! Ojala que esto nunca jamás me vuelva a pasar en la vida. Aun siento la cara caliente,  y no solo por la vergüenza, rayos. Ese chico eligió el peor momento para llegar. Me voy a morir de la vergüenza. ¿Lo peor de todo? Que no se fue, o sea, una persona normal solo se daría la vuelta diciendo que regresaba en un rato ¿no? ¿Qué necesidad había de quedarse? En serio que algo está mal con él.

 

— Rayos— murmuro, esperando un taxi. No solo es tarde, sino que también estoy cansado, cansado y caliente.   

 

Lo primero que hago cuando llego a casa, es darme un baño. Ni siquiera encendí el agua caliente. Ah, que complicado es salir con Glenn. Justo cuando creo que las cosas están mal, él tiene que hacer algo que dice lo contario.  Sigo sin entender cómo termínanos de esa forma en el sofá, no es muy romántico que digamos.  Es bastante raro, se me escapa de las manos.  Aunque no me quejo… dios, eso fue demasiado erótico de algún modo, sin tan solo él no hubiera llegado… ¡Basta, deja de pensar en esas cosas! Si sigo así no podré dormir.

 

De todos modos, pienso hablar con Glenn al respecto de los seguros de su puerta.

 

Lunes,  ah, que pesado es despertar después de haber caminando tanto. Me urge ya poder tener un auto, al menos así no tendría que pasar por cosas como la de ayer.  Quiero saber que tiene que decir Glenn el día de hoy.

 

Claro que no puedo ver a Glenn hasta la hora del almuerzo, y no pienso tocar ese tema en medio de la sala de profesores.

 

— Jacey, estás distraído.

 

— claro que no.

 

— ¿y sabes a donde iras de excursión?— volteo a ver a Allan, aburrido.

 

— no sé, ni siquiera he decidido si ira mi grupo. Cada año van al mismo lugar, y estoy un poco cansado de eso— museos o acuarios. Entiendo que los niños tienen que conocer lugares como esos, pero este año…— no he hablado con los otros profesores.

 

—  bueno,  siempre puedes elegir un parque de diversiones.

 

— se supone que es educativo. Debería llevarlos ¿cierto? ah, siento que no he hecho nada más que perder clases este año

 

— ¿tus niños saben leer?

 

— claro que si.

 

— entonces todo bien— le dirijo una mirada escandalizada.   En serio que sus comentarios cada vez son más tontos. Sean baja el periódico para dedicarle una mirada antipática— ¿Qué dije?

 

—  ah, olvídalo—  sigue siendo un misterio como logra enseñar. En fin, en cuanto veo a Glenn sentarse me dirijo hacia él. Como siempre, trae su periódico. 

 

— hola.

 

— Jacey— me saluda.

 

— ¿te sirvió el libro?

 

— Si, gracias por acompañarme— bueno, no esperaba que tuviera alguna reacción por de ayer.

 

— ah, no es nada…— le sonrió— ¿quieres que vayamos al restaurant?— es lo único que hacemos, donde sé que las cosas salen bien.

 

— si— ah, bien eso es algo. Las cosas parecen estar bien. Allan me levanta el pulgar desde su lugar, y yo suspiro. Demasiado entrometido. Y pues a la salida me quedo esperando un rato a que Glenn llegue.  Le veo venir, es fácil verle entre los estudiantes.

 

— oye, estaba viendo en el periódico que tenías que inauguraron un parque nuevo, parece bien para un día de campo— sugiero.

 

— ¿eso crees?

 

— Si— y hasta ahí llega la conversación. ¿Acaso no entendió mi indirecta?  No  le he preguntado si le avergüenza salir con un chico. ¿Podría ser eso?

 

— Jacey— su voz me da un escalofrió— ¿te molestaste por lo de ayer?— ah…  ¡No me pregunte eso en la calle! Volteo a todos lados, pero las personas están muy lejos como para escuchar algo… espera, ¿Qué van a saber los demás de que me está hablando?

 

— eh… no… no molestarse más bien… fue incómodo y muy vergonzoso—  balbuceo.

 

— creo que a mi si me molesto.

 

— Fue inesperado que entrara— ¡Y muy inapropiado! ¿Cómo puedes estar sin tocar a la casa de alguien más? por mas amigos que sean, hay algo llamado privacidad— me hubiera gustado continuar— murmuro, bajito.  De nuevo, siento la cara roja.

 

— No sé cómo continuar, pero comencé a leer algunos artículos en internet… ¿estás bien? tu cara está muy roja.    

 

— ¿Podemos solo ir a comer?—  no sigas hablando de cosas como esas en medio de la calle.

 

— ¿Tú sabes cómo hacerlo?

 

— ¡Claro que se cómo hacerlo! Arg, esto es vergonzoso— murmuro, con deseos de darme de golpes en la cabeza. En cambio, solo paso mi mano por la cara.

 

— lo siento.

 

— ah, como sea. Supongo que es normal hablar de eso…— aunque sea un poco, solo un poco vergonzoso, preferiría que solo pasara. Nunca había hablado de sexo con una de mis potenciales parejas— la verdad, todas las anteriores personas  con las que salí sabían de esto— no digo que todas eran gay, pues en serio salí con toda clase de personas.

 

— Entiendo— para mi alivio, no vuelve a mencionar el tema— huele a curry— es lo primero que dice cuando llegamos al lugar.

 

— ¿Qué?— no entendí.

 

—  curry, es una comida tradicional. Me gusta mucho— nunca le había tan colaborador con algo— disculpe ¿tienen curry?

 

— ah, no ¿quiere que le traiga el menú?

 

— está bien.

 

— entonces, te gusta esa comida. ¿Es como lo que he comido en los restauran?— pregunto, aprovechando su repentino ataque de palabras.

 

— si, es muy bueno. Normalmente es picoso.

 

—vaya, nunca lo he comido ¿es como el sushi?—  los labios de Glenn se curvan hacia arriba, como si quisiera sonreír. Incluso parece menos serio.

 

— No— no me explica que es, pero tampoco estoy tan interesado en el curry, no cuando Glenn esta así conmigo—  la comida será para comer aquí— le dice a la mesera, y yo me sorprendo. ¿Comeremos aquí?  Claro que luego la emoción inicial disminuye cuando Glenn solo habla de curry.

 

—  vaya, suena rico.

 

— Lo es—  como siempre, Glenn  paga solo su comida— ¿te vas a casa?

 

— ¿quieres hacer algo más?

 

— No— ¿entonces para que me pregunta si quiero hacer algo más? Suspiro.

 

— salgamos un día de estos. Una cita— una real, donde no me diga que no quiere salir conmigo. Y donde quizá podamos llegar a más que unos besos— ¿podemos tener una cita real?

 

— no entiendo. Estamos saliendo ¿no?

 

— Si— pero a veces parece que no. sonrió— bueno, nos ponemos de acuerdo otro día, piensa en algo que te gustaría hacer— le digo, y no puedo evitar darle un beso en la boca.  No me quedo para ver qué cara pone. Si no le gusta que se sepa lo nuestro, entonces quizá no fue buena idea.  Ah, pero se sintió realmente  bien.

 

 

 

No veo a Glenn hasta la hora del recreo. Y ante mi sorpresa, hoy viene directo hacia mí. No trae su periódico tampoco.

 

— traje esto para ti.

 

— ¿Ah?— veo el paquete que me extiende. Allan también le observa, con los ojos abiertos. Sean es más discreto— ¿Qué es?— pregunto, tomándolo. Un olor a comida, algo fuerte, llega a mi nariz.

 

— curry. Dijiste que no lo habías probado.

 

— Wow, gracias— dentro hay una cuchara, y un traste de plástico. Le quito la tapa, y el olor se hace más fuerte, huele delicioso— ¿esto no se come con palillos?— bromeo.

 

— No, por eso la cuchara—  la tomo, observando la pasta espesa color entre café y rojizo.

 

— que bien. ¿Puedo comerlo como sea?

 

— si.

 

— gracias por dármelo.

 

— Claro, a Jacey le gusta que le den— le doy una patada a Allan. Le escucho quejarse, y le dirijo una mala mirada. Glenn no parece entender, o si lo entendió, no lo demuestra.  

 

— Glenn, gracias— repito.  Meto la cuchara, tomando una buena porción y luego la llevo a mi boca.

 

— caliente sabe mejor.

 

— Esta bueno, picante— quizá muy picante para mi gusto— puedes tomar tú también si quieres— no se ve raro que le  diga eso ¿verdad? Aunque haya solo una cuchara. Glenn niega. Y yo sigo comiendo. Algo ha pasado… no es que el curry este picante.  Es algo más… ¿es normal que él curry  entuma mi lengua? Está bien que este picante. Me quedo con la cuchara en la boca.

 

— Hay más en casa, Arashi hizo mucho— justo cuando dice eso, yo escupo  la comida. ¡No es el picante! Maldición, eso tenía tomate ¡Tomate!— ¿Jacey?— me levanto, Sean y Allan me miran también. Ay, no… el entumecimiento pasa a mis labios, y también siento picazón en el cuello.

 

— tomate… tenia tomate— respondo. Sean se levanta— dile a Leanne que tengo que irme— y salgo corriendo.  Siempre llevo en mis cosas la medicina para estos casos, pero aunque me lo tome, toma tiempo para que mi cara se vuelva  a ver normal. Aah, no puede ser ¿¡En serio?! Siento la cara hinchada. Como puedo, me tomo la pastilla, tomo mis cosas y me voy a la salida, nadie viene detrás de mí. Y eso es bueno, no me gusta que me vean así.   Mi teléfono comienza a sonar justo cuando detengo un taxi. La dejo pasar mientras le doy la dirección al taxista, sin mirarlo.

 

— Jacey, ¿Cómo estás?

 

— ¿Cómo crees que estoy?— mi voz se oye pastosa, no puedo pronunciar la r, así que suena algo así como “como clees que estoy”— esa persona quiso matarme.

 

— ¿Quién es esa pedsona?

 

— que gracioso. Estoy bien, pero no puedo volver a la escuela—  hago el intento de no rascarme, o lo empeorare.

 

— bueno, ten cuidado, llámame si necesitas algo.

 

— si—  ah, no puedo creerlo. ¿En serio esto es intencionado? Glenn sabe que soy alérgico, sé que de ninguna manera me daría eso intencionadamente, él no sabía que tenía tomate. ¿Arashi sabe? Me gustaría pensar que Glenn le ha hablado de mí. Por ahora estoy casi convencido, aunque sea irracional, que esto es como una venganza por lo de anoche.

 

¡Basta! estoy pensando tonterías. Arashi no puede saber de mi alergia. Es una suerte que no sea muy grave, o hubiera acabado en el hospital. Tengo que descansar.

 

Cuando despierto, lo hago solo porque alguien está tocando la puerta. Aun siento los ojos hinchados.

 

— ¿Qué? ah, Glenn… ¿Cómo?— balbuceo. Glenn está ahí, tan serio como siempre— no tenías que venir…— es muy vergonzoso que me vea así.

 

—  te vez muy mal— cierro la puerta. ¡Qué vergüenza!

 

— vete.

 

— lo siento… ¿puedes abrir?— abro la puerta, solo un poco— traje pastel de fresas.

 

— ¿tiene tomate?

 

— solo fresas.

 

— ah, bien.  Pasa. ¿Cómo supiste donde vivía?

 

— pregunte. Jacey, lamento mucho lo que paso. No tenía idea de que Arashi le pusiera tomate al curry— claro que no lo sabias, y es posible que tampoco le ponga tomate normalmente.

 

— no te preocupes.

 

— espero que te guste el pastel. ¿Necesitas algo más?

 

— ¿eh? No, ¿Por qué? ¿Te vas ya?

 

— solo venía a ver como estabas. Espero que estés mejor pronto— y se va. No tan así, pero se va. ¿Qué fue esto? ¿Porque? Miro el pastel. Me hubiera gustado que se quedara en lugar del pastel. ¿Por qué vino si solo iba a durar unos pocos minutos? No lo entiendo. Ah, al menos vino a mi casa, y eso es bueno. Curiosamente, no lo siento así. 

Notas finales:

Arashi estaba muy feliz de haber llegado, y de molestar bastante a Jacey XD. 

 

¿Lo del tomate fue intencional o no? Quiza nunca lo sepamos...

Quiza sea un poco confuso la ultima parte, pero Glenn no se queda porque no considera grave lo que le paso, solo va a asegurarse de que esta bien y ya, no hay motivo para quedarse. El proximo capitulo sera de Glenn, asi que espero explicar un poco mejor esta parte.


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