Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cuando decir "Te quiero" no es posible por Silence Tsepesh de Lenfet

[Reviews - 49]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 

Bueno, espero que les guste el capitulo, ya casi estamos en la parte final de esta historia, gracias a todos lo que la han seguido hasta aquí.

Disfruten el capitulo!!

Glenn ya se ha ido cuando vuelvo a despertar.  Son las cuatro de la mañana. Parpadeo, intentando alejar el sueño. ¿Por qué?... me levanto de la cama.  ¿Por qué se fue otra vez? No hay nada tampoco, ni una nota, exactamente como la vez anterior.


El baño esta mojado, como si se hubieran dado una ducha, y posiblemente así fue.   Reprimo mi impulso de correr por mi teléfono y llamarle.  Esto es malo…


Voy a sentarme en la cocina y me preparo un café, esperando a que amanezca.  ¿Había esperado que se quedara esta vez?  Si, lo había esperado pero hoy no estoy molesto sino decepcionado. No creo que el sexo sea tan malo como para irse sin decir nada.


— ah…— suspiro, temblando porque no traigo camisa. Quizá por otra cosa,  pero prefiero pensar que es por la camisa. Estoy intentando comprender a Glenn,  sé que no es fácil comenzar a salir con chicos, que hay muchas cosas a las que se tiene que acostumbrar y aceptar. Lo entiendo muy bien, porque pase por eso. Muchos lo han pasado también, he salido con chicos que todavía no aceptaban abiertamente ser gay. Pero simplemente esto se me escapa— ¿Por qué tienes que ser tan difícil?— murmuro a la nada.


Me he esforzado, he intentado no ser muy exigente, aunque quizá no lo logre muy bien. Tampoco exigí mucho, ¿es mucho pedir una cita? Salir a comer por ahí no es nada que no se pueda cumplir, tampoco lo pedí para ese mismo día, o en una fecha importante. ¿Es mucho pedir que pueda tomarle de la mano?   Creo que es lo que cualquier pareja haría. No pido cosas muy difíciles.


Cuando veo que comienza a amanecer, me dirijo al baño. El agua caliente me causa escalofríos, estoy helado. Hay clases hoy… ¿por eso se fue Glenn? Eso tiene mucho sentido, no trajo ropa, ni nada. Debí pensar eso primero, pero de cualquier forma, lo que yo quiero es que al menos me diga que se va. No me molestaría despertarme para despedirle. Glenn no se excusó diciendo que no me quiere despertar, así que no tiene relación con esto. Alguien toca la puerta.


— ¿Allan?


— ¿Quieres que te lleve?— me sonríe, agitado las llaves de su auto.


— Todavía no estoy listo— él se encoje de hombros y entra. Aún es temprano, y me sorprende que este aquí ¿algo quiere? Aunque sea mi amigo, sé que no hace nada sin un plan, mucho menos venir a recogerme a mi casa sin que se lo haya pedido— no me dijiste que venias.


— pasaba por aquí.


— mentiroso.


— Quiero hablar contigo— su tono es serio. Normalmente es Sean quien me habla así. ¿Qué hice ahora? Voy a ponerme los zapatos y a tomar mis cosas.


— ¿quieres desayunar algo?


— Compraremos café de camino— su auto está afuera, sin nadie. Esto es obra suya ¿no? es decir, que viene por su cuenta, no quedo con Sean para que hablara conmigo. ¿Y de que va quiere hablar? No he hecho nada como para que necesite un sermón.  


— ¿Qué es todo esto?— le digo, cuando sube al auto.


—Bueno…— sus dedos juguetean en el volante— ¿Vas a querer ese café?


—Si…— alargo un poco la i. No es propio de Allan ser así. Suspiro, mirando por la ventana. ¿Qué está pasando? No solo con Allan, sigo pensando en Glenn. ¿Por qué se fue? No se queda conmigo, y no creo que este realmente conmigo. ¿Por qué acepto salir conmigo entonces? ¿No fue solo porque pensó que eso me haría sentir mejor?  Me vio en un momento demasiado malo, ¿fue lastima? Si está conmigo por eso…


— Jacey.


— ¿Qué?— Allan suspira.


— Vamos por el café— ¿en qué momento llegamos? Mejor no comento nada. Me bajo y entro a la tienda. Tiene un intenso olor a café, pero no se me hace tan atractivo hoy. Me sirvo solo un vaso chico de café negro. Allan anda por ahí, echándole quien sabe que tantas cosas a su café.


— Gracias— le digo, cuando él saca el dinero. Cuando llegamos a la escuela, todavía está vacía. ¿Qué hora es?— ¿Por qué me trajiste tan temprano?— ¿aun falta una hora?


— Apenas lo notaste— sonríe.


— Bueno, creí que era más tarde— Solo no vi la hora, vamos él solo llego y me dijo que me iba a traer, no es nada raro— no es para tanto.


— emm… un poco. Mira… no quiero parecer entrometido, pero ¿sabes que puedes contar conmigo para lo que sea?


— Si, lo sé— le miro, extrañado— ¿a qué viene todo esto?


— has estado… preocupado. No estás concentrado a tu alrededor. Bueno, si, estas concentrado en una cosa, Jacey.


— ¡Claro que estoy concentrado!


— en Glenn. Solo en Glenn. No es raro, vamos, es la persona que te gusta y creo que es normal perder un poco la razón por eso. Pero Jacey, no tiene sentido si no eres feliz.


— ¡Claro que…!— su mano me corta las palabras.


— Antes eras feliz. Eras todo sonrisas y alegría. No digo que ahora no sonrías— me dice cuando vuelvo a abrir la boca— pero estas preocupado, asustado. No sé qué paso en ese viaje, quizá tiene que ver o no, pero si estoy seguro que desde que sales con Glenn no eres la misma persona.


 — eso…


— Tampoco digo que no esté bien cambiar, todos cambian, solo estoy preocupado por ti— no sé qué decirle. ¿En serio paso eso?  Trato de recordar cómo he estado actuando los últimos días, pero no puedo recordarlo. En cambio, si puedo recordar cómo he estado pensando en Glenn, en Glenn y sus posibles motivos.


— ¿Es muy notorio?— murmuro al fin.


— no tanto… ah, es solo que quizá sigo pendiente de ti— suena un poco avergonzado— Ya sé que te incomoda que hable así, pero cuando inicie con todo eso, no bromeaba, realmente quería salir contigo— umm… si, lo sospechaba.  Era demasiado sospechoso.


— lo siento.


— no te preocupes, ahora ya no es así. Quizá me gustes un poco aun, pero ya no lo suficiente.


— Suena a que quieres terminar conmigo—  Allan sonríe.


— no, no quiero hacer eso. Solo quiero que te des cuenta de lo que pasa. Siempre te distraes mucho cuando sales con alguien, casi ni te fijas en tus intereses por estar con alguien.  


— eso está mal ¿cierto?


— un poco. ¿Tienes problemas con Glenn?


— no exactamente problemas. Pero gracias por preocuparte— creo que he tenido una idea muy equivocada de Allan, es mucho más atento de lo que pensaba— me engañaste por completo, pensaba que eras diferente.


— ¿entonces ahora tengo posibilidades?


—  No, sería muy raro salir contigo— le digo, intentando no sonreír— ¿le has dicho a Sean?


— no, pero creo que no lo ha notado, él también anda más interesado en su nueva novia. O quizá sí, pero no quiere entrometerse— suspiro, sintiéndome cansado— Jacey, no deberías estar con alguien que no te hace feliz.


—Lo recodare, gracias— abro la puerta y bajo del auto. El café se ha estado enfriando, y le doy un trago. He hablado más de lo que parece con Allan. ¿Glenn no me hace feliz? Me sentí feliz cuando acepto salir conmigo, y en otras ocasiones después.  Si, Glenn me hace sentir feliz, pero también preocupado y nervioso.  ¿No debería ser así? Cuando sales con alguien las cosas no son solo momentos felices, también se comporten malos momentos ¿no?


El problema es que Glenn no está compartiendo mucho. ¿Podemos siquiera llamarnos una pareja? No parece que estemos saliendo. Sé que en la escuela no hay remedio, pero no me llama, si yo no le invito a salir no nos veríamos mas que aquí. No se queda conmigo después del sexo. No hemos tenido una cita, solo salidas a comer que no terminan en mucho. No está bien.  


No puedo hablar con Glenn esa semana, falta una semana para las vacaciones y hay demasiado que hacer. Revisar exámenes, hacer los reportes para los padres, sin contar que todavía tengo que preparar clases.


— ¡Glenn!— Es la hora de la salida, el ultimo miércoles antes de iniciar las vacaciones. Tuve que ir yo mismo a la secundaria para buscarle. Ahora mismo está saliendo de un salón.   


— Jacey.


— Oye, ¿crees que podamos vernos el viernes?— el viernes ya no tendremos nada que hacer, así que no hay escusas para que me diga que no, a menos claro que tenga otra cosa que hacer ¿y si la tiene? Bueno, no tengo que sentirme mal por eso ¿Verdad?


— umm… si. ¿Por qué?


— me gustaría hablar contigo, ¿nos vemos en el restaurant de siempre pero por la tarde?


— está bien.


— bueno, nos vemos— me despido. Ah, tengo demasiadas ganas de decirle que mejor nos veamos en mi casa, pero si nos vemos ahí, no creo que sea capaz de poder hablar, me distraeré mucho. Si estamos en la calle, espero que sea más fácil decir lo que quiero.  


 


El viernes espero como diez minutos a que Glenn llegue. No he pedido nada aun.     


— ¿Día difícil?— pregunto cuándo se sienta frente a mí.


—… un poco. Los estudiantes se ponen complicados con las clases.


— Es por las vacaciones—  sonrió. Siempre me han gustado las vacaciones, y vamos ¿a quién no? aunque solo sean dos semanas, algo es algo.


— Solo son vacaciones. Todo el mundo tiene vacaciones, no entiendo cual es el punto de emocionarse por eso— Glenn suspira, aunque no parece notarlo.


— Supongo que la idea de no tener que hacer nada— la mesera se acerca, el local se está llenando, y eso que no es hora de comer. Me quedo observando el menú, aunque ya me lo sé. La comida es lo de menos hoy— ¿Terminaste tus pendientes?


— si.


— Que bien—  tomo el servilletero y me pongo a jugar con él. Ayer esto parecía una buena idea, ahora no estoy muy seguro. Solo puedo ver como todo está lleno de personas, ¿y que si pierdo el control y termino haciendo una escena? Dios, jamás.  Es vergonzoso— umm… ¿ya sabes lo que harás en las vacaciones?


— no tengo planes.


— Ah—  comienzo a aburrirme. Ya no se dé que mas hablar, en las salidas que hemos tenido, he hablado de todo, simplemente ya no sé qué decirle, me quede sin temas de conversación.


—  Aquí tienen— la mesera rompe el silencio como diez minutos después, o quizá más, no estuve viendo la hora.


— Gracias— le digo, acomodando mi plato. Glenn no dice nada, pero toma su plato.  Me pongo a revolver un poco el plato, mirando de vez en cuando a Glenn. Solo se ha puesto a comer— Glenn.


— ¿Umm?— creí que no me había escuchado, hable tan bajito que estuve a punto de llamarlo otra vez.   


—… ¿tienes algo que hacer después?— ¡No! ¡Eso no es lo que quiero decir! Aprieto los labios, molesto conmigo mismo.


— no.


— ¿Podría ir a tu casa después?— ¿Qué estoy haciendo? soy un tonto. Casi me dan ganas de estrellar mi cabeza contra la mesa, pero la mesa no es mía.


— ¿para qué?


— Quiero hablar contigo, pensaba hacerlo ahora, pero no… no puedo— Glenn me ve, y sigue comiendo. Espero unos segundos, varios segundos que me parecen horas.


— Claro— así que después de comer, nos vamos a su casa. Tomamos un autobús, lleno de estudiantes emocionados por las vacaciones. Ah, me gustaría ir con Glenn a algún lado  para las vacaciones, un paseo por una playa, o algo así. Ah, espero que podamos estar a solas. Mis manos comienzan a sudar. Cada vez más cerca, mi garganta se seca, y me cuesta respirar. Estoy tan nervioso— Jacey, pareces enfermo.


— Estoy bien— espero estarlo. Glenn abre la puerta, y yo siento que hace demasiado ruido, que abre muy lento. El interior está fresco, y está igual que la vez anterior— umm…— ¿Cómo debería iniciar?


— ¿Qué querías decirme?— ¿Qué soy yo para ti? ¿Por qué estás conmigo? hay tantas cosas que quisiera decir, pero no salen de mi boca. No quiero saber la respuesta, no estoy listo para saber la respuesta.


— ¿te avergüenza salir conmigo?... ah, no… espera…—   no es lo que quiero saber, pero es un buen comienzo, si todo es un mal entendido no tendré que decir más ¿no?


— ¿Por qué tendría que avergonzarme?


— bueno, porque soy un chico, pensé que te avergüenza que te vean con uno cuando no habías salido con uno antes.


— ah, eso es común ¿no?— me siento mejor, solo un poco mejor. ¿Qué más debería hacer? Odio que Glenn sea tan serio. Enciendo la televisión, me he quedado sin ánimos para seguir hablando. Ah, soy realmente patético. Ojala las cosas fueran mejor, ¿mejor cómo? ¿Cómo podrían ser mejor?  No lo sé, no lo sé.  Me siento cansado, tan cansado…— ¿Jacey?


— umm…


— ¿Te quedaste dormido?— abro los ojos con pereza. ¿Me dormí? Bostezo, frotándome los ojos.


— lo siento, creo que estaba cansado. Mucho trabajo esta semana, no pude dormir bien— Glenn no me dice nada, su rostro está cerca del mío. Como quisiera… me estiro un poco y le alcanzo el rostro, le beso. Mis manos le acarician las mejillas, manteniéndolo junto a mí. Ah, otra vez soy yo quien inicia todo.  Termino pegado a Glenn, casi sobre él en el sofá.


— Jacey…


— Hagámoslo— suspiro, mordiendo su oreja. Lo próximo que se, es que soy levantado del sofá. Glenn no me suelta mientras me lleva a la habitación, yo solo enredo mis piernas en su cintura y mis manos en su cuello para no caer.  La habitación de Glenn es pequeña, pero bien ordenada. No hay ventana, ni televisión. Es lo único que alcanzo a ver, porque Glenn comienza a besarme. Le beso también, sintiendo nuestras lenguas juntas.  Me deja sobre la cama,  me doy la vuelta para quedar sentado sobre él, y quitarme la camisa. Es lo bueno de usar playeras.


¿Qué estoy haciendo? otra vez, estoy haciendo esto en lugar de hablar. La mano de Glenn acaricia mi espalda, e inmediatamente paso mis manos por debajo de su camisa. Su cuerpo no es musculoso, pero está bien formado. Desabotono la camisa.  Esto no está bien… y aun así, le beso. Le beso de forma desesperada, quiero sentirle junto a mí. ¿Por eso hago esto? es la única forma en que le siento realmente.   Los zapatos hacen mucho ruido cuando los arrojo a cualquier lado. Los pantalones también quedan en cualquier lado.


— Espera— Glenn me detiene cuando le intento bajar el bóxer y dejo mi cara muy cerca. Con lo alto que es, y lo pequeña que es la habitación, solo se estira y busca en un cajón de una cómoda pequeña. Reconozco el empaque.


— Déjame hacerlo— le digo, extendiendo la mano. Glenn me dirige una mirada extraña, pero al final me da el condón. ¿Hay necesidad de esto? suspiro mientras lo abro.  Tiemblo un poco cuando comienzo a bajarle el bóxer. Me vuelvo a sentar en él, y le beso, mis brazos en su cuello, me restriego contra él, casa vez siento más calor. Me cuesta un poco deslizar el condón en la posición en la que estoy.  Glenn suelta un gemido ronco. Sus manos bajan mi bóxer, y acarician mi trasero, siento algo frio y luego uno de sus dedos entrando en mí. Mis dedos se clavan en su espalda mientras retengo la respiración.  Me estremezco y gimo.


Me pierdo en mis sensaciones, en lo que Glenn provoca en mí. Le beso, e incluso le muerdo el hombro.  Me besa el cuello, los hombros. Su otra mano me acaricia la espalda, impidiendo que me resbale o caiga. Inconscientemente me muevo, buscando más contacto. Nuestros miembros se rozan, enviando más deliciosos escalofríos por mi espalda.


— ¿Podemos hacerlo ya?— su voz sigue ronca.


—Hazlo, hazlo—  me gira con algo de brusquedad, pero eso solo me excita más. Sus manos se apoyan a los lados de mi cabeza, me besa. Una de sus manos baja hasta mis piernas, la acarician antes de moverla y levantarla un poco.  Le abrazo, pegándome todo lo que puedo a él.  Su pene roza mi trasero varias veces antes de comenzar a entrar en mí, le beso, mis manos se aferran a las sabanas con fuerza.  Suelto un grito cuando entra de pronto, dejándome sin aire, robando mi voz, solo un jadeo nada inocente es lo que sale de mi boca.


Esto es mucho mejor que hablar ¿Quién necesita hablar cuando puedes hacer estas cosas? Solo se escuchan nuestras voces, jadeos y gemidos eróticos.  Siento una incomodidad en mi pene, necesito… bajo mi mano, comienzo a tocarme. Glenn no se detiene, sale un poco y vuelve a entrar con fuerza, le siento tan dentro de mí… me arqueo cuando da en un lugar que me hace gritar, siento un montón de cosquillas en el vientre, y termino. Pierdo la noción de lo que pasa, solo sé que se siente demasiado bien. Glenn sigue moviéndose un poco más, y finalmente, le veo cerrar los ojos, se queda inmóvil. Su rostro… casi podría tener otra erección solo de ver su rostro ahora mismo, tan sensual, los ojos cerrados, el cabello revuelto, algunas gotas de sudor, y esa expresión de placer… se deja caer a un lado mío. Yo estoy jadeando, pero él también está agitado.   Cierro los ojos, intento desacelerar los latidos de mi corazón.


Glenn se levanta, no puedo ni abrir los ojos de lo cansado que me siento, mi cuerpo está completamente relajado, no me obedece. Cuando le siento volver a la cama, me muevo para abrazarle.  Lo último de lo que soy consiente es que nuestros cuerpos están juntos.


 


— Jacey… Jacey…— umm ¿quién me llama? Algo me toca el hombro.  Balbuceo algo, pero ni yo entiendo que dije. Reconozco la voz de Glenn.  Con un gemido de inconformidad, abro los ojos. Estoy tendido boca abajo en la cama. Uso mis brazos para levantarme.


— ¿Qué pasa?— murmuro. La lámpara está encendida. ¿Cuánto tiempo me dormí? Intento sentarme, pero mejor me quedo medio acostado.


—… deberías irte— mi corazón se detiene. Un hueco helado es lo que siento en mi pecho, un hueco helado que gotea a mi estómago.


— ¿Qué?


— Será mejor que vuelvas a tu casa— los ojos me escosen cuando le miro decirme eso sin ninguna clase de emoción.


— ¿Por qué?


— …


— Glenn ¿Qué pasa contigo?— no me responde. Trae puesta ya una sencilla playera blanca. No me responde— bien— mi voz suena aguda, y molesta. Me levanto, me importa poco estar desnudo. Veo mi bóxer a un lado y los levanto, ignorando cualquier incomodidad que siento.  No es nada  con lo que estoy sintiendo.


— Jacey…


— ¿¡Que?!


—… lo lamento.


— no lo parece. ¿Por qué, Glenn? No entiendo porque. Hace un rato me dijiste que no te avergonzaba que te vieran junto a mi ¿y ahora me hechas de tu casa?— silencio. Recojo con fuerza mi camisa— ¿Por qué estas saliendo conmigo?


— Porque es lo que se hace, salir con otras personas— no es la respuesta que esperaba.


— Entonces solo estas saliendo conmigo porque te lo pedí— no es una pregunta, es una dolorosa afirmación.  Encontrar mis pantalones es más difícil, están a un lado de Glenn. Los recojo sin mirarlo.


— No lo sé— me siento en la cama para ponerme los zapatos.  Una gota cae en mi mano. Carajo, estoy llorando.  Me limpio el rostro con la mano con fuerza, me levanto ya vestido y le encaro.


— ¿me quieres?


—… no se— los ojos se me llenan de lágrimas otra vez. Esto es una mierda. Me doy la vuelta.  No traje nada conmigo, las llaves de mi casa y mi cartera están en mi pantalón.


— creo que somos muy diferentes, Glenn. No buscamos las mismas cosas. No tenías por qué decirme que sí, hubiera sido menos doloroso que me dijeras que no— mi voz sale quebrada, pero no importa. Me conformo con no ponerme a llorar. No quiero llorar otra vez por alguien más. 


— Jacey…


— mejor terminamos con esto, Glenn. Nosotros terminamos, no puedo con esto— se me escapa un sollozo.


— ¿eso quieres?


— Eres un idiota insensible— salgo de la habitación, todavía llorando, de enojo, de tristeza. Me cuesta abrir la puerta de la calle, pero al final lo hago y la cierro. No puedo azotarla. Me abrazo a mí mismo mientras camino por la calle. No sé qué hora es, no parece muy tarde, pero tampoco tan temprano.  Me alejo de la casa, ojala  pudiera solo dejarme caer y ponerme a llorar. Glenn no me sigue. ¿Esperaba que lo hiciera? Quizá una parte de mi lo esperaba ingenuamente.  No puedo subir a un taxi así, llorando de esta manera.


Sigo caminando, y caminando hasta que logro calmarme. No sé dónde estoy. Debería llamar a alguien… ¡NO! mi teléfono… lo deje en su casa.  No pienso volver por él.  ¿De todos modos a quien voy a llamar?


Encuentro un taxi libre a unas calles de mi camino. Le doy la dirección, y apoyo mi cabeza en el cristal frio. Se me escapan unas lágrimas.  Ya no puedo más con eso, Glenn no está interesado en mí, no va  cambiar nada por más que le diga. Es demasiado para mí. 

Notas finales:

 Las predicciones de Arashi se han cumplido...quien lo diria n.n....

Hasta la proxima!!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).