La puerta de la casa de Glenn sigue cerrada. ¿Cómo se le pudo ocurrir? Me inquieta mucho el que me haya pedido que le deje a solas ¡Nunca lo había hecho! No entiendo, no se suponía que las cosas terminaran así. Arg, esto es culpa de Jacey. Solo me queda esperar a que pase sea lo que sea que esté pasando.
¿Qué fue lo que paso para que Glenn estuviera así? Aunque me lo pregunto, no sé si quiera saberlo. En las anteriores ocasiones que Glenn termino con alguien, todo siguió como si nada. Incluso las palabras de las chicas más crueles no hicieron mucho en Glenn, claro que a él le dolió, pero pronto lo olvido. Siguió adelante. ¿Por qué ahora quiere estar solo?
— ¿terminaste los ajustes, Arashi?
— sí. Los revise dos veces también— me froto los ojos, cansando por pasar tanto tiempo con la vista fija en la computadora. Lo que hago no es difícil, no para mí que he pasado tanto tiempo estudiando esto, que más que estudiar es una buena distracción.
¿Distracción para qué? Ahora, de la puerta que permanece cerrada casi todo el día. No sé si Glenn está saliendo, bien podría estar muerto en medio la pequeña sala. Ah, no debería estar pensando cosas como esas.
— Entonces puedes irte a casa, creo que no hay nada más que hacer— no me lo tiene que decir dos veces. Es casi el final de las vacaciones, y por eso estoy tan preocupado. El encierro de Glenn ha durado demasiado. Muchas veces he estado a punto de entrar y terminar con eso, pero… realmente no me siento con el derecho de hacerlo ¿Quién soy para negarle estar solo si quiere?
Realmente solo soy su amigo. Su puerta sigue cerrada, paso de largo la mía, y me quedo frente a su puerta. Tengo la llave en mi mano, pero no me atrevo a abrir ni a tocar. He intentado convencerme de que esto no es realmente por Jacey, pero maldición es obvio que algo pasó con Jacey, en el último día que estuvo aquí. Quiero creer que es solo porque Glenn no sabe que sintió y se sintió peor de lo que realmente fue, porque la otra opción es que Jacey realmente le importa a Glenn. Y eso obviamente no paso. Suponiendo que eso sea verdad, solo suponiendo, ¿si yo me alejo de Glenn que pasara? ¿Se sentirá mal?
Realmente no estoy tan seguro. Suspiro, y regreso a mi habitación cuando siento que ya ha pasado mucho tiempo de verme como idiota de pie frente a la puerta. Mañana, si Glenn no sale mañana, entonces hare algo. Espero hasta la tarde cuando por fin me decido. Entrar es fácil, solo uso la llave. Glenn está ahí, me dirige una mirada en la que distingo un poco de confusión, solo un poco.
— ¿Puedo entrar?— es solo para decir algo, porque técnicamente estoy adentro Glenn se ve cansado de cerca— Glenn ¿está todo bien?
— Si— no me va decir nada. Suspiro, esperando unos momentos más a ver si por algo dice más. ¿Cómo debería decir lo que siento para que Glenn logre entenderme? Deseo dejarle en claro lo que paso.
— estoy… un poco molesto. No, más bien, estoy molesto— hago énfasis en molesto. También me cruzo los brazos y frunzo el ceño para dejar más claro lo que estoy sintiendo.
— ¿Por qué?
— ¿Por qué? Glenn, no me has dejado venir, no me has hablado ni nada desde que iniciaron las vacaciones. Mañana regresas a trabajar, y tú solo estuviste aquí, sin hacer nada— sin mencionar que estuve preocupado. También debería decirle eso, pero no sé cómo expresarlo para que me entienda. Solo decirlo no basta con Glenn.
— no quería hacer nada.
— Ese no es el punto— me molesto en serio. Sé que no quería hacer nada, pero no, no me molesta que no hiciera nada en las vacaciones. Me molesta que me echara de su vida solo así después de todo este tiempo.
— ¿Cuál es entonces?— ¡Que estas así por un chico que no vale la pena! no mereces estar sufriendo por Jacey.
— que no tienes que estar así. No entiendo por qué hiciste esto ¿Por qué necesitarías estar solo?
— No lo sé— claro que no lo sabes, no lo sabes. Me ahogo en todo lo que quiero decir. Ignoro el nudo en mi pecho.
— Glenn… me preocupas— murmuro, esperando que mi voz logre transmitirle
— estoy bien, no tengo nada. No era mi intención molestarte— eso me duele, porque sé que Glenn no lo siente en verdad, es obvio que su intención no era molestarme ni preocuparme pero aun así lo hace.
— lo sé, sé que no es tu intención. Me preocupa que me estés apartando, nunca lo habías hecho— que tenga que decirle todo lo que siento y deseo para que me entienda es algo a lo que estoy acostumbrado, pero eso no lo hace menos difícil.
— Lo siento— de nuevo se disculpa por algo que no entiende solo porque es lo que cree que solucionara todo. Sonrió con tristeza.
— no importa. ¿Podemos hacer algo ahora? Ir a cenar o solo hablar un poco— estoy rogando, puedo oírlo en mi voz, no me avergüenzo, me duele más que Glenn no sepa nunca que lo estoy haciendo.
— está bien.
— pensé en cocinar, pero es un poco tarde y no sabía si ibas a acceder a estar conmigo ahora. Eres un mal amigo— el nudo en mi pecho se aligera, puedo seguir fingiendo que las cosas están bien entre nosotros.
— ¿lo soy?
— era una broma, Glenn. No eres un mal amigo— le miro serio, puedo ver su expresión seria, más seria de la normal. No quiero que se crea eso de ningún modo. Glenn luce más tranquilo, va por su cartera y salimos. Hay un restaurant bastante americano a algunas calles que frecuentamos de vez en cuando.
— ¿Pasa algo, Arashi?— Glenn me distrae, llevo un rato viendo por la ventana.
— ¿Qué? no… estaba pensando. Me alegra que salieras, repito que estaba preocupado por ti— le sonrió, me gustaría tomarle la mano, apretarla para que supiera que me preocupe mucho, para darle énfasis a mis palabras.
— Gracias— su voz sigue seria. No sé si lo noto. Me gustaría mucho que lo notara, que Glenn fuera una persona normal. Cenamos callados, para mi es suficiente, sé que Glenn está tranquilo conmigo, que no es que este aburrido y si lo esta no es por mí. Solo cenamos y cuando acabamos, salimos de regreso.
— Glenn ¿estás seguro de que todo está bien?— pregunto, cuando llegamos. Me siento cansando, con sueño, y aliviado de que Glenn me esté hablando otra vez.
— si.
— ¿no te duele nada? nunca habías hecho esto ¿Por qué ahora?— pregunto, quizá solo por morbosidad, quiero que me diga que fue por esa persona, para entenderlo.
— no me duele nada, estoy bien, creo.
— bueno, entonces ¿te parece si mañana vamos a comprar algunas cosas? necesito comprar ropa nueva. Y mis zapatos se han roto— es fácil para mi hacer casi una conversación conmigo mismo, porque Glenn no aporta mucho. Me siento más tranquilo cuando sé que no sabe que paso.
— Claro— sonrió, de nuevo. Espero que las cosas se arreglen de nuevo, que todo vuelva a ser como antes.
— Entonces nos vemos mañana— me despido, porque en serio estoy cansando. Si, espero que todo siga bien, Glenn parece recuperarse de lo que sea que paso. Las clases le ayudaran también a distraerse.
Eso pensaba, claro, pero las cosas sencillamente se salieron de control. Glenn sigue molesto.
Molesto.
Sigo sin creer lo que paso en el parque. Nunca, nunca había visto a Glenn con esa expresión, aunque él no lo sepa. Estoy terriblemente dividido entre la sorpresa de ver así a Glenn y el dolor que me causa saber qué es lo que lo ocasiono. Porque Glenn no lo sabe, no tiene idea de que esta celoso. Celoso de que alguien más este con Jacey. Llegamos a casa, su rostro esta serio como siempre pero sus manos siguen en puños.
¿En serio? ¿Por qué tiene que ser esa persona? Jacey no lo vale, no merece que Glenn este así con él. ¡Jacey no entiende a Glenn! Le dejo porque no entendía a Glenn, no soporto estar con él. Pero ¿acaso no hizo eso porque no sabe de la Alexitimia? Siento un hueco frio en el estómago. Glenn no le dijo nunca, y yo tampoco me moleste en decirle a Glenn que le dijera, que todo saldría mejor. ¿Esto es culpa mía?
Ah, mis manos están temblando. Enciendo la televisión, pero no puedo concentrarme en ella. Mi egoísmo término en eso ¿no? pero no está mal lo que hice ¿Por qué dejaría que alguien más estuviera con Glenn? no hice mal. No sé en qué momento oscureció, sin pensarlo mucho meto un plato de comida congelada al horno, pero ni bien me siento a comer, un ruido en la pared contigua a la casa de Glenn me hace mirar. No me espero, salgo lo más rápido que puedo y entro. Me cuesta encontrar a Glenn, le encuentro sentando en el suelo, a un lado del armario. Un pesado diccionario está a un lado de la pared, como si lo hubiera arrojado.
— ¿Glenn? ¿Qué pasa?— susurro, tocándole para que note que estoy aquí. La mirada que me dirige se me clava en el corazón. Nunca en toda mi vida había visto tal desesperación en alguien más.
— No sé qué siento— su voz también es completamente desesperada. Sus palabras me taladran la mente. Que me diga eso, con ese tono, con esa mirada… lo hace todo peor.
— Shh… tranquilo. Todo está bien— me arrodillo a su lado, y le abrazo. Le abrazo con fuerza, intentando calmarlo, calmarme yo mismo. Glenn se pone tenso, pero no lo suelto. Aunque esto no sea mi culpa, me duele mucho verle así. Jamás le había visto tan… vulnerable.
— Arashi…
— tranquilo. Todo va estar bien— no sé si las palabras son para mí, o para él. A mí no me hacen sentir mejor realmente. Odio ver a Glenn de esta manera, odio que todo esto sea por esa persona. Pero es suficiente. Me quedo así mucho rato, repitiendo que todo va estar bien.
— es suficiente, Arashi— dudo unos momentos. Finalmente me siento en la cama, soltándolo. Glenn se sienta también en la cama.
— ¿Cómo va?
— no lo sé.
— ¿Qué paso?— pregunto, quizá esto no tiene nada que ver con lo que paso en el parque, hay una minúscula posibilidad de que esto no sea por Jacey.
— Nada— hago una mueca. Eso no es nada, lo sé. Cierro los ojos, suspirando. Apoyo mi mano en su hombro.
— ¿fue por lo del parque?
— Yo… no sé qué me paso— mis manos están temblando, intento controlar al menos la que tengo en su hombro. ¿Debería…?
— ¿Quieres que haga algo?— Glenn tarda un poco pero al final niega.
— Estoy bien— ojala pudiera notar que su voz dice todo lo contrario. Me quedo ahí, haciéndole compañía un buen rato. Me siento mal por esto, nunca había visto una crisis como esta.
— Glenn…
— ya está todo bien, Arashi.
— ¿seguro?
— sí. Puedes irte— siento que se me aprieta el corazón con sus palabras. Quiere estar solo otra vez. ¿Debería irme? La voz de Glenn vuelve a ser tranquila, pero él siempre es así, ¿y que si esta solo controlándose?
— creo que podría quedarme aquí esta noche.
— preferiría que volvieras a tu casa— me dice. No quiero irme, tengo miedo de lo que pueda pasar mientras no estoy. Glenn no parece que vaya a cambiar de opinión— siento mucho haberte preocupado por algo que no tiene importancia.
— Tonto, claro que la tiene— tampoco controlo el temblor de mi voz, pero no importa que Glenn lo note.
—… me gustaría pensar a solas.
— bien, pero… si pasa algo, no importa que o qué hora será, ve a mi casa—uso toda la determinación que puedo para que mi voz suene firme— si te sientes mal, lo que sea.
— están bien.
— Prométemelo— ordeno. Glenn me mira, puedo ver que está tranquilo otra vez, pero ¿Cuánto tiempo durara así? ¿Cuánto pasara para la próxima crisis?
— lo prometo— aunque lo dice, no me levanto. Le sostengo la mirada.
— ¿Qué estabas pensando cuando pasó?— su rostro parece ensombrecerse.
— en Jacey y lo que dijiste. ¿De verdad estaba sintiendo celos? No creo que las personas deban pertenecer a otras, cada quien es libre de hacer lo que quiera— ah, otra vez comienza a desesperarse.
— Y aun así no te gusto verle con alguien más— lo digo más para mí que para él. Glenn asiente con la cabeza. Suspiro, es todo lo que necesito saber— recuerda que prometiste que irías si pasa cualquier cosa.
— bien.
— Vendré mañana temprano— es una amenaza, aunque Glenn no la entiende. Supongo que es todo por ahora. Solo hay dos opciones a partir de aquí, o Glenn se recupera y todo sigue igual o esto continua.
Rezo a todos los dioses que sea la primera.
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Me siento tan cansado esta mañana, que por primera vez en años deseo no dar clases y quedarme en mi casa. Ni siquiera las vacaciones en casa de mis padres funcionaron, y eso que anduve de paseo por todos lados.
— Jacey— Sean está esperando fuera de mi salón. Nos vimos ayer, así que su cara de preocupación solo es porque de seguro Allan ya le conto lo que paso ayer.
— Sé a qué vienes— le digo, sin mirarlo— pero realmente no puedo hablar de eso ahora. ¿Nos vemos en mi casa a la salida?
— Bien— su voz suena seria— ¿Por qué no me habías dicho que habían terminado?
— porque…— aprieto los labios. Si hablo mi voz sonara ridícula. ¿Qué le puedo decir? ¿Qué me fui a casa de mis padres bastante herido? Suena ridículo— la verdad no quería molestarte por algo así.
— sabes que no es así— la verdad, no quería que Sean supiera de este otro fracaso. No me fui por eso, las vacaciones con mis padres siempre las hago, o casi siempre. Este año solo las adelante unos días.
— Sean, está bien. No fue la gran cosa— le miento.
— Iremos de aquí a tu casa, voy a esperarte— me alegra que Sean me conozca lo suficiente para saber que no quiero hablar fuera de mi casa.
— sí, sí. Ahora deberías volver o te volverás flojo como Allan— le sonrió. Ah, me alegra ver que aun puedo sonreír. Lo que paso con Glenn aún sigue muy fresco en mi mente. Intento no pensar mucho en ello, pero no puedo hacerlo. No siento odio ni algo así por él, después de todo, sigue siendo la persona que me salvo de vivir algo realmente horrible. Había esperado que pasara algo cuando regrese, no sé, verle diferente, que me dijera algo, pero no lo hizo, Glenn actuó como si nada hubiera pasado.
¿Exagere? Me gustaría pensar que fue así, pero… realmente no sé si Glenn está en el mismo canal que yo. Cuando entro a la sala de profesores le veo ahí, sentado donde siempre. Siento que comienzo a temblar como gelatina, una fría gelatina.
— Andando— Allan me hace avanzar hasta el lugar donde nos sentamos siempre— ¿quieres café? No es tan bueno, pero al menos es café— sigue hablando mientras va a la cafetera. No sé si pueda beberlo. Un suspiro tembloroso escapa de mi boca
— gracias.
— Glenn está mirando.
— Umm— eso no me ayuda. Cuando nos encontramos en el parque… cierro los ojos, respirando con fuerza. No quiero creer que Glenn esta… ¿interesado? En mi todavía. Creo que no es de los que demuestran lo que sienten, así que no quiero pensar que Glenn esta celoso de Allan.
— ¿crees que vaya a golpearme? Porque no sé si lo valgas.
— ¡Oye!— reclamo, indignado y por primera vez, dejo de temblar. Allan comienza a reír escandalosamente, como siempre. La verdad, es que Allan es la única persona que sabe lo que paso, o casi, entre Glenn y yo. Me sé de memoria el número de su casa, así que le llame apenas llegue a casa de mis padres. No quería molestar a Sean.
— Bueno, es la verdad— Allan me hace reír, he pasado mucho tiempo con él últimamente, me hace sentir mejor, y a diferencia de Sean, no me deja caer en la autocompasión.
— ¿Si tiro el café encima de ti cambiaras de idea?— murmuro, dándole un sorbo.
— ¿Qué idea?— Sean se sienta a nuestro lado. Yo solo niego, sonriendo, Allan sigue riendo. Ojala no pudiera sentir, no me gusta sentirme tan mal cada que termino con alguien.
Sean está esperándome fuera de mi salón. Espero no ponerme a llorar cuando le cuente, no he llorado… mucho. Veo a Glenn de pie en la entrada, finjo no verle y me alejo hablando con Sean sobre las vacaciones.
— Entonces ¿tu novia perdió un zapato en la playa?— sonrió, pensando que esa chica es un poco propensa a los accidentes.
— no estamos aquí para hablar de mi novia.
— lo se— suspiro. Cuando llegamos a mi casa, dudo antes de contarle. No quiero que Sean piense que solo quiero usarle como paño de lágrimas. Le cuento a medias lo que paso, desde que volvimos de la cena de beneficencia hasta la noche en que me fui. No lloro, aunque mi voz sale quebrada en algunas veces— ahora… no sé si estoy solo exagerando.
— creo que tienes razón al querer algo más, ¿acaso no salimos con muchas personas en busca de lo que nos haga feliz?— Glenn me hacía feliz, siempre que no estuviera pensando en cosas innecesarias sobre él.
— no hemos hablado más que de mi teléfono desde que volví. Creo que no le importó mucho en realidad. Entiendo si solo lo hizo por lastima.
— ¿lastima? ¿Por qué haría algo así?
— Ideas mías— murmuro. Rayos, se me olvido que ellos no saben sobre eso— como sea, el caso es que terminamos. En serio, volveré a lo de antes, nada de salidas ni chicos por un tiempo.
— Eso suena bien— me dice— ¿quieres que me quede un rato más?
— No, está bien— ya no puedo ser tan egoísta con los demás— no es para tanto, supongo que lo esperaba— me encojo de hombros. Aunque duela, Glenn no fue precisamente romántico, no me enamore más y más hasta sentir que no podía más. Los pocos gestos que tuvo fueron memorables, eso sí, verle sonreír por ejemplo, que me besara…
— ¿seguro?
— Sí, siempre puedo llamar a Allan si me siento muy mal— bromeo. Sean no se lo toma como una broma.
— ¿Qué pretendes con Allan? Han estado muy unidos desde que volviste.
— Somos amigos, créeme, aclaramos todo— Sean suspira, no parece muy convencido pero se levanta.
— nos vemos mañana. Podemos ir a comer los tres.
— Eso estaría muy bien— necesito distraerme para soportar estar en la misma escuela que Glenn, tenerle tan cerca y no poder tocarle. Le acompaño a la calle, donde esperamos a que pase un taxi. Estar a solas en casa tampoco me gusta mucho, me hace recordar a Glenn. Ah, no lo he superado.
¿Qué significo eso del parque? Me confunde, los comentarios de Allan no ayudan. Debería solo ignorarlo, dejar las cosas como están y seguir con mi vida. Y logro hacerlo, mi vida sigue aunque no esté con Glenn.
Y así siguió una semana más, haciendo de todo para no pensar mucho. Pasando todo el tiempo que podía con Allan y Sean.
Es viernes, el primer viernes que decido quedarme en casa a solas desde que termínanos. Estoy cansado de la semana, así que solo pido una hamburguesa y espero a que llegue mientras preparo palomitas y me dispongo a ver alguna película de acción, porque no creo soportar el romance ahora mismo.
¿Ah? ¿Llego tan pronto? Pues sí que es servicio rápido, todavía ni elijo que ver. Dejo el control remoto, mientras llaman otra vez. Abro la puerta, sonriendo.
— Jacey ¿cierto?— la voz aburrida, o más bien indiferente. Me sorprende ver a esta persona aquí, ni siquiera se en que momento deje de sonreír y no me esfuerzo en ocultar mi sorpresa. Él tampoco se esfuerza mucho en ocultar el desagrado en su voz, o su expresión.
— ¿Arashi?— nunca he hablado con él, siempre me ignoro, y después de que nos interrumpiera, no me quedaron ganas de hablar con él. El voltea hacia atrás, como esperando que nadie le vea aquí. ¿Cómo llego a mi casa? ¿Se lo dijo Glenn?
— Quiero hablar contigo— dice, despacio. ¿Hablar? ¿De qué quiere hablar conmigo? no tenemos nada que hablar.
— uh…— él suspira, se frota la cara en un gesto cansado que conozco muy bien, porque hago lo mismo cuando me desvelo haciendo planeaciones o preparando las clases.
— mira, esto es muy importante. Créeme, si no lo fuera no recurriría a ti nunca, pero… es importante ¿lo entiendes? Así que voy a hablar contigo quieras o no.
— bien…— murmuro, arrugando la frente. Le veo tomar aire.
— Es sobre Glenn— ah… vaya. Algo importante sobre Glenn…solo porque la expresión de Arashi es seria, le voy a escuchar. Sé que no se va a burlar de mí por lo que paso. ¿Qué será eso tan importante que hace que venga una persona a la que obviamente no le agrado?