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Cuando decir "Te quiero" no es posible por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Y aquí otro capitulo, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia :p

¿Cómo puedo concentrarme cuando sé que en unos días saldré a comer con Glenn? Es algo que nunca sabré, me cuesta mucho trabajo seguir el hilo de mis propias ideas en clase.  El frio al fin se fue, aunque hay una humedad desagradable después de las lluvias.

 

— ¿No tomas café hoy?—  Sean llega a sentarse junto a mí. Hoy solo estoy comiendo galletas con chispas de chocolate, que de seguro irían de maravilla con un café, pero anoche y apenas pude dormir.  De seguro piensan que el café no tiene nada que ver con mi insomnio, y a lo mejor así es, pero no creo que ayude a mi estado de nerviosismo el que ingiera cafeína.

 

— no, hoy no. creo que comenzare a dejarlo.

 

— ¡No puedes dejar el café!— la voz escandalosa de Allan hace que de nuevo, todos giren a vernos. Les sonrió apenado. Melody ríe, llevándose una mano a la boca, algunos más solo sonríen. Lo único bueno es que al parecer Allan no ha sido así solo conmigo.

 

— ¿Por qué no?

 

— porque es pecado.

 

— ¡Claro que no!— me quejo, suspirando y mordiendo otra galleta— de todos modos, no quiero café hoy. Me gustaría un jugo de naranja, pero la tienda más cercana aún no estaba abierta.

 

— Mala suerte— y que lo diga. Casi siempre suelo comprar las cosas que llevare en la mañana por la noche, pero si tengo la cabeza en las nubes es difícil recordar que quiero un jugo de naranja.  Ahora que recuerdo ¿Dónde está Glenn? No le he visto hoy. Ah, cierto, nunca nos hemos encontrado a la hora de entrada ¿llego muy temprano? A lo mejor la casa de Glenn no queda tan lejos como la mía y el sí puede darse el lujo de llegar un poco más tarde que yo.

 

— oye, Jacey ¿Qué has pensado sobre…?

 

— oh, es Glenn— ¡Si! justo viene entrado. Le sonrió, agitando la mano.  Glenn solo me hace un gesto con la cabeza.  ¡Me saludo, me saludo!

 

— ah, olvídalo, hemos perdido a Jacey.

 

— eh ¿Qué?— Allan ríe, pasándome un brazo por los hombros.

 

— aquí Sean quiere saber qué había pasado con tu romance oculto por esa persona—  me obligo a dejar de mirar a Glenn solo para mirar a Sean, que parece cansado.

 

— ah, bueno…

 

— No tiene caso, ya me di cuenta— dice, negando— solo no digas que no te lo dije.

 

— hey, no estoy haciendo lo de siempre— refunfuño, mirándolo de mala manera. ¿O sea que solo porque lo hice un montón de veces antes ya lo tengo que hacer siempre?

 

— ¿a no?

 

— no. Mira, dudo que él tenga los mismos gustos, así que pensé que podía tomármelo con calma un tiempo, ya sabes, conocerle bien y luego ver si se da algo.

 

— Demonios Jacey ¿Cuándo maduraste?— ruedo los ojos, negando— ya en serio, eso es muy maduro y adecuado de tu parte— me dice Sean.

 

— Allan ayudo un poco— además, que me tome con calma esto, no quiere decir que no esté suspirando como colegiala enamorada por él.

 

— no fue nada.

 

— ah, casi lo olvido. ¿Conocen algo más sobre la comida japonesa?— pregunto, bajando la voz y dando una mirada de reojo a Glenn— algo mas aparte del sushi.

 

—  ¿A que viene eso? Solo es más comida.

 

— ya se que es comida, solo quiero saber si hay alguna recomendación o algo.

 

— yo solo he comido sushi. Pero nunca lo preparan igual en los lugares a los que he ido, así que no puedo decirte mucho— uh, que mal, esperaba no ser tan típico con eso. Creo que cuando la mayoría de las personas escuchan comida japonesa, piensan en sushi— ¿Por qué el interés?

 

— eh, iré a comer con Glenn— ambos me miran con sorpresa. No es tan raro que salga a comer con alguien, no entiendo de qué se sorprenden tanto.

 

— ¿Una cita?— pregunta Sean. Me ofende tanta incredulidad— creí que habías dicho que te lo tomarías con calma.

 

— no es una cita, solo iremos a comer. Y claro que me lo estoy tomando con calma. Si no, hubiera propuesto que fuéramos a cenar, o  le habría invitado a cenar a mi casa— reconozco, sonriendo con pena. Eso es algo que hacia antes comúnmente, cuando estaba seguro que esa persona estaba interesada en mí.

 

— ¿e irán a comer comida japonesa?

 

— si, pero no quería parecer muy torpe con eso. Bueno, supongo que no se puede hacer nada— lo prefiero a quedar en vergüenza por leer algo en internet y que al final no me guste.

 

— es normal no conocer, tonto— me dice Sean, riendo— ¿acaso no hemos ido sin tener idea de que es  la comida tailandesa?

 

— tienes razón.

 

— no puedo creer que hayas conseguido una cita.

 

— que no es una cita

 

— ¿Cuándo es?

 

— no es una cita, el viernes siguiente— aun no termino de superar el que tenga que esperar tanto para poder salir con Glenn— le dije que eligiera el lugar, aun no se a donde iremos, pero se que será comida japonesa.

 

— interesante.

 

— ¡Ah! ¿Porque no me acompañan antes a algún lugar de comida japonesa? Así podría saber que esperar…— no puedo creer que no se me ocurriera antes.

 

— ah, lo siento, esta semana no puedo— Sean niega, cerrando los ojos— están haciendo reparaciones en mi departamento y no quiero dejar sin supervisar.

 

— a mi me gustaría, pero creo que es una mala idea. Piénsalo Jacey, será mejor que asistas solo así—  vaya amigos. Me cruzo de brazos, molesto. Allan va a decir algo más, pero el timbre suena. No voy hablar más con ellos hoy. No estoy molesto en verdad pero es divertido hacerles creer que si. Creo que por cosas como estas luego Sean dice que soy infantil.

 

Sé que no necesito que me acompañen para pedir comida, mucho menos para ir a un lugar nuevo, pero no sé, quizá si sea mejor que no conozca nada, podría pedirle que me de recomendaciones eso sería un excelente tema de conversación. Ja, que chistoso, las únicas veces que hemos hablado mucho solo hablamos de comida. Como me cansa que Glenn no sea tan colaborador cuando quiero hablar.

 

Y así, la hora de la salida llega y para mi mala suerte no veo a Glenn por ningún lado ¿se vería muy raro que le preguntara sus horarios ahora? A lo mejor si se presenta la oportunidad el día de la comida.

 

—  Allan, te puedo ver por el cristal— le digo. Ha caminado en silencio hasta casi ponerse tras de mí, de seguro queriendo asustarme.

 

— ah, rayos— dice, riendo— hoy salí temprano, hice que apuntaran la tarea antes del receso— dice, quitándome el bolígrafo para firmar.

 

— ah, al menos se que eres bueno en eso, no como Sean.

 

— vivo para esto, cariño.

 

— Por dios, no lo vuelvas a decir, se me ha enchinado la piel.

 

— ¿quieres que te lleve?

 

— no, estoy molesto contigo. Iré solo y tendrás que pagarme una comida otro día— digo, dándole la espalda. Escucho su risa, que se acerca a mí.

 

— Bien, pero no te enojes mucho— resoplo, caminando más rápido cuando llego a la puerta. Sé que al menos ahí Allan tendrá que ir por su auto. ¿Aún no sale Glenn? No puedo evitar mirar alrededor en su búsqueda, pero no, Glenn no está.  Más por costumbre voy a comprar mi comida.  Él tampoco está aquí.

 

Ah, ha sido un mal día para verme con Glenn.  Ya no tengo tanto miedo, aunque siento que quiero pasar tanto tiempo con él. Él es muy diferente a las personas que conozco, a todas con las que he salido de hecho. A lo mejor es por eso que me siento tan atemorizado con la idea de pedirle que salga conmigo. Será muy malo que yo solo me haga ideas y al final todo termine en un malentendido que hará nuestros trabajos muy incómodos. 

 

Los días siguientes antes del fin de semana no  vi mucho a Glenn, ni siquiera  a la salida o en el restaurant.  Ah, quiero ir a buscarle. ¿En que aula estará? El edificio de la secundaria esta a un costado de la primaria,  es mucho mas grande, con tantas aulas y puertas… en alguna de esas debería estar Glenn.

 

— Jacey…— o tal vez no.

 

— Glenn, ¿Qué…?... ¿Qué haces aquí?

— te estaba buscando.

— ¿a mí? Digo… ¿necesitas algo?— pero que pregunta tan tonta. Me aclaro la garganta, sin mirarlo. Ah, creo que me he puesto rojo.

— ¿te parece bien que nos veamos a la salida para irnos?

— ¡Si! es una excelente idea—  sonrió, casi dando saltitos— eh ¿a qué hora sales?—  me rio nerviosamente, casi se me olvida que no conozco el horario.

 

—  a las dos.

 

— oh, bien… ¿A dónde vas?— ash, a penas que iba a preguntarle si no iría conmigo al restaurant y él va y se da la vuelta. Casi ruedo los ojos.

 

— aún tengo clase. Tenía unos minutos libres.

 

— oh, bueno…— de seguro soné tan decepcionado. Glenn solo se marcha, sin decirme más. Ah, qué mala suerte.  Bueno, al menos sé que en unos días saldré a comer con él y podre hablar con él un buen rato. 

 

Y al fin, el viernes  llega. 

 

Apenas suena la alarma de mi teléfono, me levanto rápido de la cama. ¡¿Qué debo ponerme?! Ah…. Tengo tantas cosas, ¿no puedo ir muy formal a la escuela o sí? no, creo que se vería muy extraño. ¿Qué clase de lugar es? ¿Es elegante? A lo mejor si llevo un cambio aparte…  la ropa que normalmente llevo es algo casual, pero no tanto. ¿Estaría bien solo algo que comúnmente usaría? Rayos.

 

Mirando la ropa extendida en la cama, ya no sé qué hacer. Esto sería un buen pretexto para llamarle, pero no, ah, sí claro no tengo su número. Dejo salir un resoplido de frustración al tiempo que me revuelvo el cabello. Esto es suficiente, tomo el teléfono entrando en llamadas recientes y marco el primer número.

 

— ¿Jacey?

 

— ¡No sé qué ponerme!— grito a penas escucho que me responden. 

 

— Por dios, Jacey, todavía no son ni las seis de la mañana ¿podrías dejar de actuar como chica histérica?— la voz de Sean es adormilada.

 

— pero no sé a dónde iremos ¿y si no llevo la  ropa adecuada? A lo mejor es un lugar exclusivo o muy elegante y yo me voy en fachas—  mi voz se escucha desesperada. Un gemido suena al otro lado del teléfono.

 

— solo tomate un café o algo, y piensa un poco ¿no crees que si así fuera él te lo hubiera dicho antes?

 

— uh… supongo que tienes razón.

 

— eres peor que una chica en una cita. Para la otra al menos por favor espera a que sea más tarde.

 

Lo siento— un refunfuño que no entiendo es lo último que escucho antes de que Sean me cuelgue. Sonrió, algo avergonzado al teléfono. Estaba siendo muy exagerado, y eso que ni siquiera es una cita.  Al final, me pongo una camisa sencilla de botones negra y unos jeans de mezclilla algo deslavados, además de unos mocasines negros con costuras blancas. Es un poco más formal de lo que llevaría pero tampoco se ve como si fuera a alguna ocasión especial o estuviera ansioso por algo— mucho mejor.

 

El maletín que uso para la escuela no se ve bien con lo que llevo, pero eso es lo de menos. Aunque no lo parezca no soy muy exigente con la moda, si me gustan las cosas modernas y juveniles  pero no llego al extremo de ser fashionista.

 

— Wow, que guapo vienes hoy Jacey— Allan suelta un silbido apenas llego al aula de profesores.

 

— No es para tanto— le digo, suspirando.

 

— pero si luces muy bien— me dice. Me siento incomodo cuando me ve de pies a cabeza y no porque me vea, aun no estoy cómodo con Allan y estas cosas.

 

— ¿exagere? Creí que no se notaba— me miro, preocupado. ¿No elegí bien? No, y ya no puedo regresar a cambiarme 

 

— cálmate, solo te tomaba el pelo. Vienes bien— arg, estúpido Allan. Resoplo, dejándolo solo en la sala de profesores.  No debería estar así, debo calmarme. Cálmate,  no gano nada alterándome así, solo pareceré insoportable para los demás.   Es algo complicado cuando la mayor parte de mi vida la pase siendo un típico niño mimado, nunca me falto nada y siempre tuve lo que quise. Al menos hasta que decidí vivir por mi cuenta.

 

Yo salgo de mi aula a la una y media, y ahora mismo desearía que alguna mamá de mis niños se hubiera quedado hablando o pidiéndome que les diga cómo se portaron sus hijos, pero no, tenían que ponerse de acuerdo para que ninguna se quedara hoy. ¿Qué hora es? Una cuarenta, ¿de verdad solo han pasado diez minutos?  Apoyo mi cara en la mano, mirando aburrido el reloj que tengo en la pared.

 

— ¿aun sigues aquí? Creí que ya estabas engañándome con ese profesor nuevo.

 

— cállate Allan.

 

— es broma. Bueno, que tengas suerte— me dice, siguiendo su camino. Ah, mejor voy a la puerta, el aula es muy aburrida cuando no hay nadie más.  La puerta del aula se atora un poco, pero logro cerrarla con un empujón. Espero no vomitar, comienzo a sentir el estomago revuelto. Vamos, no es momento para ponerme nervioso.

 

— ¿¡Glenn?!— ¿Qué está haciendo ya aquí? ¡Aun faltaban como quince minutos! Casi con pánico veo la hora en mi reloj. Es la una cincuenta.

 

— ah ¿Nos vamos ya?

 

— S-si… ¿Terminaste antes? Aun no son las dos.

 

— Si— me dice nada más. Arg, ¿Acaso es mucho pedir una respuesta de más de dos o tres palabras?  Ahora que lo recuerdo, creo que Glenn tampoco tiene auto. 

 

— ¿A dónde iremos?— pregunto, siguiéndolo hasta la parada del autobús. En la parada hay varias personas esperando, y no puedo evitar reír. Glenn me observa, serio como siempre. Ah, es que es algo gracioso el recordar que con todas las personas que he salido antes siempre salíamos en auto, solo una gran coincidencia porque yo no buscaba específicamente que tuvieran uno. Y ahora heme aquí,  con una persona a la que posiblemente no le interese, yendo en una no cita en un autobús a un lugar que no conozco— lo siento, recordé algo gracioso.

 

— ya veo.

 

— he estado pensando a qué clase de lugar iremos, me dio mucha curiosidad porque no he ido antes a un restaurant de ese estilo. 

 

    — no es diferente a cualquier otro lugar. La comida también es buena, tengo muchos años que voy a comer ahí cuando tengo tiempo.

 

— espero que no suene muy bobo, pero la comida no será cruda ¿o sí? No creo que pueda…— dejo que mis palabras mueran solas, me siento algo tonto haciendo estas preguntas, pero bueno eso es parte de mi preocupación.

 

— no, bueno quizá algunos platillos pero si no te gustan no tienes que pedirlos.

 

— oh, bueno si es así espero entonces que me ayudes a elegir, porque no tengo idea de que comer— le digo, sonriendo feliz. Ahora entiendo un poco mas lo que Allan decía que era mejor ir sin saber nada. Quizá a él ya le paso.  Entrecierro los ojos a la nada, maldito Allan, si fue así debió explicarme primero.

 

— allá viene el autobús—  unos momentos más, el autobús llega. Nunca he subido a esta línea, no se a donde va, pero eso importa poco. Subirme al autobús me da un pequeño ataque se risitas tontas. Ah, qué bien se siente poder relajarme de esta manera. 

 

Tampoco puedo dejar de sonreír mientras busco un asiento libre junto a la ventana. Y es que al fin me he dado cuenta de lo tonto que he estado siendo. Ya no soy un adolescente en busca de una cita,  no tengo que forzar nada de ninguna manera.  ¿En qué momento me volví tan controlador?  Ahora solo dejare que las cosas fluyan por su cuenta.

 

Claro que un poco de ayuda no le vendría mal. 

Notas finales:

 Si, si... jacey se contradice mucho, pero bueno, uno no es muy racional con temas amorosos xD Para la siguiente semana les traere esa  interesante No cita.  

 

Espero que les guste, y nos leemos la proxima semana.


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