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Cuando decir "Te quiero" no es posible por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

 

Por fin llego la tan esperada cita, o no cita, de Jacey (Aunque en el fondo el sigue creyendo que si es una cita). Creanme que me divierto mucho haciendo cosas como estas :D, ya me salen hasta sin querer XD.

Yo había estado en lugares elegantes, de esos donde solo  se puede entrar con una reservación hecha con meses de anticipación. También había estado en lugares familiares, y lugares no tan buenos. Había llegado incluso a comer en restaurantes de comida rápida que anuncian con frecuencia en la televisión.  Pero nada me preparo para ese lugar, ni siquiera el restaurant tailandés al que había ido con Allan. 


— ¿Glenn?— titubeo cuando llegamos.  Un pequeño recibidor con una chica claramente asiática vestida de negro es la única que esta tras el podio de cristal. Parece elegante y comienzo a pensar que esto es demasiado, ¡Peor de lo que imaginaba!  Mi voz sonó tan baja que Glenn no me escucho.  Él es el primero en hablar cuando llegamos con la chica… ¡¿EH?!  Espera un segundo ¿¡Acaso está hablando chino?!


— ¿pasa algo?


— No…—  la chica abre una de las puertas de cristal oscuro que están tras de ella, y entonces sí, cualquier reclamo por el idioma se me olvida.  ¡El lugar es increíble!  Pero está lleno, solo puedo ver gente asiática en todos lados…


El piso de madera oscura, pulida. Las mesas colocadas a espacios considerables, al lado derecho puedo ver una barra de sushi ¡Eso es genial! Nunca había visto una más que en las películas. Quiero ir ¿podría ir?


— Jacey, por acá.


— ¿eh? Ya voy— ¿Cuándo llego Glenn hasta allá? Bueno, solo son unos pasos, pero no me di cuenta cuando entro, y yo aquí sigo parado.  Una luz amarillenta llena el lugar, y hay un leve aroma a comida.  Hay unas lámparas abombadas en el techo. Algunas pinturas orientales decoran las paredes y las que no están cubiertas de madera oscura y algunos vidrios, simulando ventanas. Esto es… raro. No sé si es elegante o no.


— Gracias— la chica hace una reverencia antes de regresar.


— Me gusta el lugar— a pesar de que me siento un poco fuera de onda, es la verdad. Me gusta este lugar pero dudo que vuelva a venir pronto.


— Es uno de los que más me gustan—  dice, asintiendo con la cabeza.


— ¿vienes seguido?


— si… cuando puedo. Solo me quedo en la barra, es la primera vez que uso una mesa aquí—   Yeii, y es conmigo.  


— ¡qué bien! Estaba un poco nervioso cuando entre, parece que es algo elegante, pero solo era mi imaginación.


— A veces celebran reuniones importantes aquí— oh, vaya, eso no me ayuda mucho, aún estoy nervioso.


— espero que no hoy— me rio, pasándome una mano por el cabello en un intento de calmar mis nervios. Justo en ese momento vienen a dejarnos el menú.  De color rojo en letras doradas, puedo leer lo que dice, pero no tengo ni una mínima idea de que es. Glenn ya está pidiéndole al mesero lo que quiere, en chino otra vez— Glenn… disculpa, pero no… uh, no tengo idea de que pueda pedir, y…— ah, ¿Por qué tengo que titubear tanto justo ahora?— ¿Por qué no pides algo para mí?


— está bien— Glenn vuelve a mirar el  menú, y unos momentos después le dice algo al mesero, que se pone a escribirlo y luego se marcha después de hacer una reverencia ¿otra vez? Es muy raro.


— gracias. Temía pedir algo con tomate, es difícil saberlo con los nombres.


— sí.


— Hay mucha gente aquí ¿no?— comento, mirando alrededor. Glenn solo dirige una leve mirada a sus lados.


— siempre está así, es muy popular en la comunidad.   


— ah… no me habías dicho que hablabas japonés— comento, he recordado casi ahora mismo que no es chino, sino japonés, y gracias al cielo que lo recordé, creo que hubiera sido vergonzoso decirlo en voz alta.  Glenn se encoge de hombros.


— no es importante.


— ¡Claro que sí! yo no hablo ningún otro idioma, es genial que puedas aprender otra lengua y dominarla con facilidad. Me da algo de envidia.


— ¿envidia?


— me gustaría hablar otro idioma ¿quizá francés? ¿Cómo aprendiste?— pregunto, dando un trago al vaso de agua que nos sirvieron antes de traernos el menú.


—  Mi madre es japonesa— casi me atraganto con el agua. ¿¡Cómo no sabía eso?!


— ¿de verdad? Digo, no se me había ocurrido— aunque… ah, por los dioses, en retrospectiva es obvio que Glenn tiene algo de oriental.


— mi segundo apellido es Ishikawa.


— No lo sabía—  pero que… y yo que pensaba que no había tanto que saber sobre Glenn— ¿y has vivido en Japón?


— no. viví aquí, aunque en  ocasiones he ido de vacaciones.


— Wow, debe ser realmente genial poder ir a un lugar tan lejano. Yo y apenas he llegado a Londres.


— solo iba a visitar a la familia. Hace mucho que no voy.


— oh,  pero supongo que recuerdas como es. ¿Qué es lo que más te gustaba?


— nada en particular.


— umm, vamos, algo debió gustarte ¿te han dicho que no eres muy conversador?— le digo, apoyando mi rostro en la mano y mirándolo de forma aburrida— algo te tuvo que gustar ¿no?


— el invierno… una vez fui en invierno, me gusto.


— ¡No fue tan difícil! El invierno… debió ser muy impresionante.


— hacia mucho frio, pero tenía unas vistas muy lindas— como siempre no dice nada más. Me gusta este lugar, si me olvido de todo el show que paso antes, no hay nada de malo con estar aquí.


— ah, casi me olvido ¿Qué fue lo que pediste?


— Es un platillo común de la comida japonesa— me muerdo la lengua para no preguntar tontamente si pidió sushi.  Para evitar la tentación,  doy otra mirada alrededor. Él lugar sigue lleno, no he visto que se vacié en ningún momento, y a parte de mí no veo a nadie más que no sea asiático en este lugar.


— Confió en ti… ah, ¿Cómo te has estado en la escuela?


— Bien.


— Menos mal. A veces los alumnos pueden ser un poco crueles. Una vez hicieron que una maestra renunciara a los pocos días de que llego.


— No han hecho eso.


— No pareces muy convencido— sonrió, e incluso se me escapa una risita— debes de dar una de las materias más odiadas en el mundo.


— podría ser,  muchos alumnos dicen que no entienden, tengo que explicar varias veces para que aprendan.   


— ah, sí. Pasa también en primer y segundo grado, ya vez con todo eso de enseñarles a leer o las sumas y restas,  me tengo que esforzar mucho para lograr que todos avancen  a un ritmo parecido. Me gusta mucho enseñar.


— mmm.


— ¿no te has sentido muy raro? No sé, cambiarse de escuela puede ser algo difícil.  Yo me mude y pues no fue fácil iniciar. Cada dos horas quería regresar a casa y dejar todo.


—  no.


— ¿en serio?


— la escuela anterior solo estaba en la otra dirección, no me mude.


— ah, bueno— no quiero decir en voz alta, y mucho menos delante de él, que  cuando me mude era mucho más mimado que ahora, fue realmente difícil para mí hacer todo por mi cuenta. No llegue al punto de llorar, pero estuve muy cerca— me costó adaptarme, al final me gano la emoción de enseñar.


— hablas muy bien de tu trabajo.


— Me gusta mucho…— no digo nada más porque en ese momento veo como el mesero se acerca con nuestra comida. La bandeja que trae está casi llena ¿Cuándo pedimos tanta comida? Un segundo… ¿Cuánta de esa comida es para mí? el  mesero coloca la mesilla y pone la bandeja encima, diciendo algo que no entiendo. Resoplo, fastidiado. Me está cansando esto del idioma, no debe ser tan difícil hablar en un idioma que la mayoría entiende aquí.


— Ese es para ti— me dice, cuando el mesero coloca un tazón delante de mí— si quieres algo más puedes tomarlo.  


— Está bien— ¿Qué es? No tiene mala pinta, ni huele mal, de hecho huele bastante bien, pero no logro ver bien que es. Veo arroz al fondo, y también verduras, pero no sé qué tipo de carne es la que está encima de todo— ¿Qué es?— no quiero parecer grosero, así que mejor hablo bajito. 


— Katsudon.


— ah…


— es bueno, es carne de cerdo con arroz y verduras.


— oh, ya. Bueno, pues vamos a probarlo—  ojala sepa tan bien cómo se ve.  Umm ¿Dónde están los cubiertos?— Gl…— oh, no. 


— ¿pasa algo?


— no, nada— intento sonreír, de verdad que lo intento, pero a penas intente decirle a Glenn que no tenía cubiertos, le vi comiendo tranquilamente con unos palillos chinos. No es difícil encontrarlos en el centro de la mesa.  Y… ¿Cómo demonios se supone que voy a comer con estos?  Estas cosas parecen salidas de otro planeta. No veo ni un tenedor cerca, o al menos una cuchara para no usarlos.


¿Qué hago? ¿Qué hago? ¿Qué hago?


Pues no me queda de otra más que intentarlo. Como si fueran la cosa más peligrosa del mundo, logro tomar un par. Vienen juntos, así que lo más lógico ahora es separarlos… ehh ¿Cómo?  Tengo que ver a alguien haciéndolo o si no… ah, por fin. En la barra acaban de tomar un plato y al fin veo como la chica que los tiene los separa. Oh, entonces solo es jalarlos.  ¡Ya!  Están más duros de lo que parecen.  Bien, ahora… ahora a intentar comer algo.


¡Esto es muy difícil! ¿¡Cómo pueden comer con estas cosas?!  Ya los intente poner de una forma y otra y solo logro acabar con los dedos adoloridos. La comida resbala apenas logro tomarla, si es que logro si quiera hacer la presión justa para que se sujete.  Veamos, ahora así… uh ya casi… Arg, la carne es muy grande, no puedo abrir tanto los palillos. Quizá, si pongo este a revés… ¡Lo tengo! Ah, al fin, al fin ¡lo…! ¡Noooo! Casi estoy a punto de arrojar los palillos a cualquier lado.  Es imposible comer con esto, y cuando casi lo tengo, se cae la comida.


Le sonrió con algo de vergüenza a un par de chicas que están en una meda cercana, las dos ríen y se ponen a hablar entre ellas. Ah, espero que sean las únicas que están viendo mi desastroso intento por comer algo en este lugar. Ah, qué mal.


— Jacey…  


— ¿Qué?— murmuro, quizá en un tono más triste del que quisiera. Pero la batalla con los palillos chinos me ha dejado exhausto.


— Ten— Glenn me está extendiendo… ¿es un tenedor? Ah, creo que me pondré a llorar ahora mismo solo de verlo— pedí que lo trajeran.


— Muchas gracias— también veo como el mesero se aleja, no me di cuenta en qué momento Glenn  pidió esto para mí ni mucho menos cuando lo trajo el mesero.


— se enfriara.


— Si…— ahora sí puedo comenzar a comer. Ya es bastante malo ser la única persona rubia en este lugar y ahora también soy el único que come con tendedor— está muy bueno.


— si te gusta quizá deberías probar otras cosas.


— deja que acabe esto. Espero que no esté tan mal comer con esto— le digo, riendo y moviendo el tenedor en el aire— nadie más tiene uno.


— las personas que vienen aquí están muy acostumbradas a comer de esta forma.


— oh, ya veo. Quizá deberías enseñarme a usarlos, tuve serio problemas con ellos.


— no pensé en eso. Cuando vengo nunca ocupo nada más de lo que me dan— al arroz le falta sal, pero en general esta pasable. O quizá sigo molesto porque no podía comer, no sé.  Estoy tan agradecido con Glenn que podría abrazarle ahora mismo. Aunque sea tan serio, al menos sé que está al pendiente de mí. También está el hecho de que no se burló de mí hace unos momentos.


— parece que fue algo gracioso. Ya era bastante extraño ser el único rubio aquí.


— ¿ah? No lo había notado.


— ¿de verdad? Creo que es muy notorio… eh, mejor ignora eso— no es momento para esas cosas— ¿Cómo diste con este lugar?


— me trajo Arashi.


— oh, sí, tu amigo.


— si.


— ¿sales seguido con él?


— los trabajos no nos dejan mucho tiempo últimamente.


— ah, sí. Es difícil cuando tus amigos cercanos trabajan en otros lugares. Yo tuve el mismo problema antes de trabajar, yo no trabajaba pero mis amigos sí—  no quiero hablar solo de mí, pero dios, Glenn no dice nada si no yo hablo de algo.  Me conozco, no es la primera vez que me dejo llevar por el ambiente y me pongo hablar sin parar.


— umm.


— ¿tienes familia?


— aquí no. viví con mis abuelos, murieron hace algunos años, tengo algunos tíos viviendo en Japón— ¿eh? No se dicen esas cosas con un tono tan serio, como si no fuera nada. Arg, no sé si debo preguntar por sus padres ¿Qué no dijo que su madre era japonesa?  ¿Por qué vivió con sus abuelos? No creo que sea el momento para preguntar.  Como Glenn no dice nada mas, yo también me quedo callado, comiendo con mi tenedor.  


— Este año tendré como meta aprender a usarlos— comento, señalando los palillos— podría comenzar a probar mas comida de este tipo.


— no es difícil.


— pues podría debatir eso con facilidad, pero mejor dime si conoces más lugares donde sirvan comida como esta y que estén más cerca de la escuela— porque de seguro me perdería intentando llegar hasta aquí, sin contar que no se si deba hablar japonés para pedir algo. 


— no son tan buenos, pero hay varios. Cocinan más sushi y cosas más conocidas y no tradicionales.


— oh ¿te gusta lo tradicional?


— Así me acostumbre. Mis abuelos lo eran, aunque no lo soy tanto como ellos.


— oh, ya. Aunque reconozco que no conozco mucho de la cultura japonesa—  no pienso meterme en otro lio por decir algo que no. con estas cosas solo conseguiría dejarme en vergüenza.


— en algunos lugares usar un tenedor es una falta de respeto.


— ¡¿En serio?!


— aquí no.


— ah, no me hagas eso, casi haces que me de algo.


— ¿Por qué?


— ¿Cómo que porque? Acabo de usar un tenedor, y tú vas y me dices eso…  si ya estaba nervioso por comer aquí.


— Ya veo—  sonrió, negando.  Es algo difícil tratar con Glenn, pero no es como había pensado al inicio. Sean tenía razón cuando dijo que él solo era así, Glenn parece que está molesto todo el tiempo, o que no le interesa lo que dicen los demás, me imagino a los alumnos en su clase, y creo que es de esos maestros que logran poner el orden solo con su presencia, sin necesidad de decir nada.  


Para cuando terminamos de comer, no me han quedado ganas de hablar mucho más, y como ya es común en Glenn, tampoco dice nada.  Cada quien paga lo que pidió, y no esperaba otra cosa, esto no es una cita y aunque fuera una cita, nunca me ha gustado que pagan cuando yo fui el que insistió en ir algún lado.


— fue agradable venir aquí, y la comida estuvo buena.


— Si…


— ¡Volvamos a salir otro día!— le digo, sonriendo y quizá siendo muy efusivo. Esto de las no citas me gusto, conocer a Glenn aunque sea solo un poco es bueno, no apresurar las cosas está bien para mí, funciona. No me voy decepcionado ni nada, no espero más de Glenn.


Por unos momentos casi podría jurar que vi una expresión de duda en el rostro de Glenn, algo tan rápido que no estoy seguro de si fue solo mi imaginación. 


— ¿Quieres salir otra vez?— no puedo aguantarme una risa por lo que dijo ¿Qué se supone que fue eso? caminando por la calle, me doy cuenta que no es tan extraña como aquella donde estaba el restaurant tailandés de Allan, esto parece una calle común, solo porque la mayoría de las personas que veo son asiáticas.


—  ¿me estas preguntando o invitando?


— Creo que me la pase bien contigo—  ¿ah? ¿Se la paso bien conmigo? Siento que me sonrojo, mejor que no vea eso. Siento como mi pulso se acelera.


— me alegra que te divirtiera mi batalla contra los palillos.


— no lo hiciste tan mal.


— gracias. También me la pase bien hoy— me detengo cuando llegamos a la esquina. ¿Y ahora qué? Esto no es una cita, no hay besos o abrazos de despedida, ni palabras melosas para decir adiós— bueno, creo que regresare en taxi.


— seguiré a la parada entonces.       


— uh, si… hasta mañana.


— Hasta mañana— y solo veo como Glenn sigue caminando. Suspiro, volteando a ver si no hay algún taxi disponible por la calle.  Una no cita…  es la primera que tengo y no estuvo tan mal,  quizá para la próxima vez vayamos a un lugar más entretenido, que de mas motivos para hablar.


Porque de que habrá otra vez, la habrá. Tan seguro como que mi nombre es Jacey. 

Notas finales:

u.u, ¿alguien mas sufre por culpa de los palillos? Yo no se comer con palillos, y siempre termino pidiendo tenedores. 


En fin, espero que no sea muy aburrido, me esfuerzo por compesar la apatia de Glenn, y ya vienen mas cosas interesantes 


Gracias por leer, hasta la proxima


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