¿Qué es ese sonido?
No quiero moverme, estoy tan cómodo, no puede ser la alarma ¿o sí? No creo que ya sea hora de levantarse. Me giro, tanteando por la cama hasta que mi mano da con algo. ¿Es el control remoto? Ah, ¿Dónde deje mi teléfono? No deja de sonar, hasta que al final lo encuentro, enredado con las sabanas.
No es la alarma.
— ¿sí?
— oh, Jacey, creía que no me ibas a responder.
— Porque llamas tan temprano, ¿no podías esperar?— que ironía que justo hace unos días hice lo mismo con Sean. La voz de Allan suena muy despierta— ¿Qué hora es?
— casi las cinco, no te preocupes tu teléfono no tardaba en sonar.
— Es sábado, mi teléfono no sonaba hoy ¿Qué quieres?— murmuro, poniéndome de malhumor solo de pensar que ya no podre dormir.
— quise llamar desde anoche, pero tenía cosas que hacer y me quede dormido sin darme cuenta, dime ¿Cómo te fue en tu cita?— aún estoy medio dormido, no me he movido de la cama, y ni quiero hacerlo.
— no fue una cita.
— Claro— suspiro, jamás podré hacer que Allan cambie de opinión. Y yo que me esforcé tanto para no creerme que la comida de ayer no era una cita.
— creo que fue bien.
— ¿crees? Vamos, no seas así, cuéntame— pero que se cree Allan, no tenemos quince años para estar haciendo estas cosas.
— suenas como adolecente en su primera cita.
— Discúlpame por preocuparme por mi amigo— su tono entre indignado y preocupado me hace reír. Me siento en la cama, bostezando.
— eso suena bien viniendo de alguien que hace solo unas semanas decía que quería salir conmigo.
— unas semanas es mucho tiempo ¿me vas a contar o qué? No me obligues a usar mis métodos de persuasión.
— ¿Por qué no esperabas al menos a que fueran las siete? Hoy no tenía por qué despertar a esta hora.
— Solo cuéntame y no te hagas del rogar— suspiro, reprimiendo otro bostezó mientras me levanto.
—pues no hay mucho que decir… tuve una batalla a muerte con unos palillos chinos, y creo que al final todo salió bien, quedamos en ir a comer a algún lado otro día— respondo, acomodando las almohadas para poder estar más cómodo.
— ¿Una batalla con palillos chinos? Pues sí que estuvo intensa esa cita— arrugo la frente, aunque sé que Allan no me ve, es algo así como inconsciente. Su tono burlesco es inconfundible aun en el teléfono.
— que no fue una cita. Y no fue divertido no poder comer como todos ahí, tuve que usar un tenedor— una fuerte carcajada es mi respuesta. Tengo que esperar varios segundos a que Allan deje de reír.
— le hubieras pedido que te diera de comer, como una cita muy romántica.
— deja de decir que fue una cita, y jamás le pediría eso a nadie, es muy vergonzoso. Y solo fue eso, hablamos un poco pero Glenn no habla mucho que digamos sería más fácil si hablara más sobre sí mismo o de lo que sea.
— ¿no que no querías salir con él?
— que si quiero… pero dejare que las cosas solo se den, no voy a forzar nada.
— ¿te estás escuchando al menos? ¿No crees que estas siendo incongruente? Dices que no vas a forzar nada, y ahí estas, invitándolo a comer y quedando para otros días.
—No, esto no es igual, deja de hacerme parecer como si estuviera desesperado por salir con alguien— ah, maldición ¿Qué no ve que me estoy esforzando mucho para no caer de nuevo en lo de antes? De verdad que intento que las cosas solo sean lo más normal posible, y ver si al fin uno de mis enamoramientos platónicos da resultado.
— no te enojes, pero ¿acaso no es justo eso lo que parece?
— solo no digas eso más, solo quiero dejar eso atrás e iniciar con algo nuevo ¿no es mucho pedir?
— no lo sé, dímelo tú… por cierto ¿Por qué mejor no vamos a desayunar? Podríamos hablar mejor de esto y tú no intento por salir con el nuevo.
— ah, mejor hubieras esperado y no llamado tan temprano en sábado.
— bueno, como sea, ¿Por qué no abres y lo discutimos?
— ¿abrir?..— pego un brinco en la cama, enderezándome. No puedo creerlo, ¿de verdad Allan está aquí? Me levanto, saliendo del cuarto. Efectivamente Allan está en la calle, me saluda desde su auto antes de bajar.
— ¿y qué dices entonces del desayuno?
— en serio estas mal de la cabeza.
— podemos ir con Sean y llevarlo a la fuerza con nosotros— solo de pensar en lo divertido que será hacer que Sean se despierte a esta hora en sábado…
— deja me cambio de ropa— bueno, alguien tiene que pagar por lo que hizo Allan hoy.
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Los lunes siempre llegan muy pronto para mi gusto, y este no es la excepción. Casi me dan ganas de volver a dormir un rato, aunque sea sobre el escritorio. Aún es muy temprano, y es lo único de lo que me quejo, pues si viviera en un lugar más cercano podría venir un poco más tarde pero me gusta la actual casa donde vivo, así que mi otra opción es comprarme un auto.
— ah, Jacey ya estás aquí.
— Directora— digo, a modo de saludo. Leanne es el ejemplo clásico de directora, alta, rubia y unos severos ojos azules. Casi siempre lleva el cabello recogido en peinados apretados, y aunque no pasa de los treinta y cinco años parece un poco mayor debido a la ropa que usa y por si fuera poco también usa unas pequeñas gafas— ¿necesita algo?
— No seas tan formal— ella me sonríe, entrando al aula— aún me pone incomoda.
— pero si llevas años siendo la directora— Leanne tenía ya varios años dando clases en esta escuela cuando yo llegue, en ese entonces aun no era nombrada directora. Como es una escuela privada, no muchos maestros se quedan aquí, algunos prefieren ir a otras escuelas y seguir sus metas. Leanne y yo nos hicimos amigos cuando inicie aquí, junto con Sean fue con las primeras personas que me sentí bienvenido aquí.
— ya se, y nunca me acostumbrare… pero no vengo a eso.
— vienes muy temprano… ¿necesitas ayuda?
— no, nada de eso. Te traía esto— me dice, extendiéndome un papel. ¿Qué puede ser? No debería ser nada importante o algo así. No puedo contener mi curiosidad.
— ah, no puedo creerlo ¿tan pronto este año?
— bueno, se acercan las vacaciones, y sabes cómo se pone el papeleo después de las vacaciones de pascua, así que será mejor hacerlo antes. Aún recuerdo que tuve esperar a último momento el año pasado porque ciertos profesores irresponsables no mandaban sus reportes de calificación.
— Está bien— ahogo una risita, leyendo con más atención la hoja que me dio. Lo que pasa es algo sencillo: cada año se organiza un festival escolar para recaudar fondos y promover la convivencia y esas cosas.
— ¿entonces si participaras?
— pues… no leo que haya otra opción— bromeo, pero efectivamente en el oficio que me acaba de dar dice que todos los profesores deben ayudar con la organización. Leanne sonríe, como si hubiera hecho una travesura.
— yo que tú me apresuraba a elegir algo para mostrar, porque no permitiré repeticiones—
— estas siendo muy mala.
— quiero que este año sea diferente, así que pensé que podría hacer que se esforzaran un poco más este año.
— Bueno, entonces este año prepararemos una obra de teatro— Leanne tiene razón, últimamente el festival ha sido algo aburrido, y le faltan cosas nuevas. Hace un año participe organizando junto con otros profesores una especie de carrera de relevos. Y digo especie porque no conseguimos propiamente una pista y justo unos días antes estuvo lloviendo y la cancha donde iba a ser termino siendo un lodazal.
— Wow, que rápido.
— bueno, no quiero pensar más— además, sería demasiado encantador ver a los pequeños actuando algo como Blanca nieves o caperucita roja, ¡pero qué lindo!
— ¿y qué obra presentaras?
— no lo sé aun, lo pensare unos días y te lo diré. Pienso en algo clásico, pero a la vez no tanto, no sé si entiendas… no quiero que sea aburrido.
— bueno, tienes toda la semana para pensarlo, el viernes espero que tengas todo listo o si no habrá un severo descuento en tu paga.
— eso no es justo, pero como ya sé que hare y eso, no me preocupa. Gracias por decirme esto antes que a los demás.
— no fue nada de favoritismo, solo estabas aquí primero— usa su tono severo, pero a la vez me guiña un ojo— bueno, nos vemos luego Jacey.
— Hasta pronto, directora— sus tacones hacen ruido cuando sale del aula. Con que el festival ¿eh? Siempre he adorado las actividades extracurriculares, viene bien un cambio de ambiente de vez en cuando.
Unas horas después, los niños han terminado de hacer el trabajo que le les deje, unos sencillos ejercicios de gramática, decido que ellos podrían elegir al final que obra quieren hacer.
— Niños, atención por favor— las pocas charlas que había se apagan y los ojos de todos me observan— la directora me ha dicho que se acerca el festival.
— ¡Si!— sonrió ante el grito de alegría que dan los pequeños.
— silencio, bien… para el festival haremos una obra teatro, algo pequeño pero en lo que todos vamos a participar— no es raro que los niños se pongan a hablar sobre lo que quieren, casi todos al mismo tiempo, y haciendo un pequeño barullo.
— ¡Profesor, yo quiero ser cenicienta!
— ¡No cenicienta! ¿Por qué tiene que ser una historia de niñas?— suspiro, mientras permito que sigan discutiendo, porque si es verdad que incluso yo había pensado en hacer una “obra para niñas”.
— ¿Por qué no hacemos una entre todos?— sugiero, haciendo que todos vuelvan a guardar silencio— cada quien podría escribir una parte, poniendo lo que quieran— ah, pero que divertido será esto. Parece que la idea les gusta mucho, porque de nuevo el barullo aumenta. Como aún faltan varios días, este será nuestro proyecto en lo que se hace ese festival.
— ¿Ya viste lo del festival?— Allan llega rápidamente junto a mí a la hora del receso— no pensé que fuera tan pronto. Hace un rato que estoy aquí, bebiendo de una lata de jugo mientras reviso algunas cosas de las actividades que haremos en las semanas siguientes y dejar tiempo para ensayar la obra.
— la directora solo hace lo que considera mejor. ¿Ya has pensado que harás?
— una clase de pintura para padres e hijos, y antes de que digas nada créeme que pensé mucho antes de decirlo.
— No es una mala idea— Allan sonríe, suspirando.
— qué bueno que me lo dices, creí que no sería una buena idea— Allan no es el único que parece preocupado hoy, hay un ambiente mezcla de preocupación y alegría— ¿Qué vas a hacer tu?
— una obra de teatro.
— ah, con que fuiste tú… más de uno te odiara por eso— Sean se inclina desde atrás, con una taza de café.
— no exageres, ni que no hubiera más cosas por hacer. Además, nadie dijo que no podían unirse dos o más grupos para hacer una misma actividad— comento, recordando el papel que me dio Leanne en la mañana.
— supongo.
— ¿no te han dicho que debiste ser abogado? Siempre eres tan manipulador.
— Eso no es manipular, es leer bien lo que me dan— respondo, riendo. Sean dice algo más, pero ya no le pongo atención, Glenn acaba de entrar a la sala— Jacey… responde.
— ¿Qué?— Allan me da un codazo en las costillas que me hace pegar un brinco— no hagas eso.
— Entonces no te quedes babeando…— oh, no, cállate, cállate… como si leyera lo que pienso, Allan se queda callado. Glenn pasa justo por enfrente de nosotros.
— Hola Glenn— saludo, sonriendo. El solo inclina la cabeza, siguiendo su camino hasta la cafetera.
— Eso sí que es frio— me susurra Allan al oído. Arg, no tiene que recordármelo de esa manera. Lo aparto de mí con un codazo discreto.
— cállate.
— Allan, déjalo en paz— Sean interviene, mirándonos como si fuéramos un par de niños peleando. Ya no decimos nada, yo solo sigo observando a Glenn, que regresa a la silla que usa comúnmente. Qué raro, no había visto que Glenn tomara café antes, casi siempre que está aquí solo leyendo algún periódico.
— Parece preocupado— no me doy cuenta de que hable en voz alta hasta que veo a los dos mirándome— ¿Qué?
— ¿en serio estás diciendo eso? de veras que no tienes remedio— Allan suelta una risita, pasándome un brazo por los hombros— ahora conoces a la perfección todo sobre él.
— No, por supuesto que no— me quejo, negando— pero no lo ocupo, él es siempre muy serio, pero si le ves bien hoy, parece más serio— no estoy siendo exagerado. Glenn tiene el ceño fruncido, aunque no parece ser consciente de eso, de hecho no parece consciente de nada, esta distraído.
— uh, tienes razón— Allan le dirige una mirada, vaya al menos es discreto y serio cuando se lo propone. No le contesto. ¿Qué será lo que tiene preocupado a Glenn?
El comportamiento de Glenn no solo cambio ese día. Ya es miércoles y Glenn sigue estando más serio de lo normal. No he podido encontrarme con él para hablar, y la última vez estaba tan concentrado en la comida que me olvide de pedirle su número de teléfono. Ojala no fuera tan distraído. Tampoco sé si Glenn está saliendo con alguien, quizá debí haberlo preguntado primero.
—Pero que idiota— murmuro, suspirando. Por suerte no hay nadie en la calle. No cabe duda de que he estado haciendo lo mismo de siempre— ¿Glenn?
— Hola— parpadeo, incrédulo. No esperaba encontrármelo de camino al restaurant han pasado ya como dos semanas que no coincidimos aquí.
— Wow, hace mucho que no nos vemos aquí…— ¿en serio? ¿Por qué no se me ocurrió nada mejor?— ¿vas al restaurant?
— si.
— entonces vayamos. No te molesta que te acompañe ¿cierto?
— ¿Por qué?
— por… no, por nada— niego, caminando delante de él. No sé qué más decir, y por si fuera poco ya me estoy acostumbrado a sus silencios— no hemos hablado mucho últimamente ¿Cómo has estado?
— Bien— ah, dios, esto ahora es gracioso.
— me parece que has estado preocupado por algo ¿pasa algo?... ah, disculpa si fui entrometido, no tienes que decirme nada— añado con rapidez, agitando las manos delante de mí. Espero no haber sonado como un acosador, que pena…
— no es nada. He tenido dolor de estómago estos días.
— ah, ¿ya has ido con un medico? Podría ayudar con el malestar.
— ¿El festival lo hacen cada año?— ¿ah? Que brusco cambio de tema.
— si, es un evento divertido. ¿Ya tienes pensado que hacer?— Glenn me mira fijamente unos momento antes de responder.
— no, no soy muy bueno en esas actividades. Prefiero las cosas prácticas como las matemáticas.
— Oh— suelto una risa. Desde hace rato estamos esperando lo que pedimos— ¿entonces también estas preocupado por eso? bien… tengo algo de tiempo libre ahora mismo, si quieres podría ayudarte—
— ¿en serio? si tienes cosas que haces está bien…
— no, no… en verdad. Uh, podríamos ir algún lugar, no es muy difícil organizarlo…— ¿A dónde podríamos ir? Hay una plaza comercial a unas calles de aquí, he paseado un par de veces por ahí y tiene una buena área de descanso… oh, también podríamos quedarnos aquí, mientras comemos.
— mi casa no queda muy lejos.
— ¿Eh?— ¿Qué fue lo que dijo? No puedo procesar por completo las palabras, resuenan incoherentes en mi mente— ¡¿Qué?!
— ¿no puedes?
— Si— balbuceo. No creo que dure tanto explicando algunas actividades… pero, ¿ir a la casa de Glenn? Ah, maldición… ¿ahora cómo le hago para que mi corazón deje de latir tan ridículamente?