Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Destronado por MyDarkestDesires

[Reviews - 88]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holaaaa ya estoy de vuelta con un nuevo capitulo!!! Espero que lo disfruteis :3

-¿Por dónde crees que deberíamos empezar?

Aquella mañana había quedado con Sasuke antes de entrar al trabajo para planear la búsqueda de Sai y para qué negarlo, pasar un rato juntos.

-No lo sé-respondí igual de perdido que él-. Tal vez deberíamos asistir a las exposiciones de arte de artistas locales que haya en la ciudad. Tal vez encontremos a alguien que lo conozca o incluso podríamos encontrarlo a él.

-Vaya dobe, de vez en cuando tienes buenas ideas.

-Eres tan desagradable, teme- me quejé haciendo un puchero.

-Solo digo la verdad dobe- argumentó pinchando mi mejilla inflada-. Mañana quiero un informe completo de todas las galerías de arte que haya en la ciudad.

-¿Por qué no lo haces tú? No soy tu esclavo, temeeee.

Se acercó a mí y me robó un suave y casto beso. Yo enrojecí hasta las orejas. No esperaba que me besara y menos en público.

-¿Lo harías por mí?- preguntó en tono seductor.

Abrí la boca para contestar, pero era incapaz de hacer que las palabras salieran de mi boca.

-Tomaré eso como un sí.

Él abandonó la cafetería y se adentró al rascacielos de Amaterasu corp. Yo solo me quedé clavado en el sitio hasta que conseguí recuperarme del shock del beso.

-Maldito teme…-murmuré tocando mis labios.

 

***

-¿Qué es esto?- preguntó Sasuke al ver el papel que agitaba frente a sus narices.

-La lista que me pediste- alardeé frotándome la nariz con prepotencia-. ¿A que soy genial?

-Recuérdame cuando recupere la empresa que te ascienda al puesto de secretaria personal.

-¡Jamás trabajare para un amargado como tú!

-Entonces tendrás que irte de la empresa- comentó como si nada.

-Entonces lo haré- le saqué la lengua a modo de despedida.

La verdad es que, a pesar de lo que había dicho, no sería capaz de irme de la empresa. No era tan tonto como para saber que este era el mejor sitio donde trabajar. Todo el mundo anhelaba tener un puesto entre las filas de la multinacional Amaterasu corp. y yo me encontraba entre ellos.

Trabajé diligentemente hasta tarde, como ya era habitual, y me fui a casa. Caí a la cama rendido, menos mal que al siguiente día tenía fiesta porque estaba seguro de que en cuanto cerrara los ojos no despertaría en un par de días. Sin embargo, a mitad de la noche, cuando me encontraba durmiendo profundamente, un estridente sonido me sacó de mis sueños y casi me da un infarto del susto que me llevé.  Mi móvil sonaba con insistencia y estaba a punto de caer de la mesilla de noche donde lo había dejado.

Me froté los ojos y con pereza miré la pantalla. Mi vista se encontraba todavía nublada por el sueño, así que no distinguí el nombre escrito en la pantalla.

-¿Sí?- contesté adormilado.

-¿Te gustaría acompañarme mañana en un viaje cultural por la ciudad de Tokyo para absorber nuevos conocimientos y ampliar tus horizontes?

-¿Qué estás diciendo teme?-murmuré con fastidio- ¿Sabes qué hora es?

-Mira que eres tonto dobe. Te estoy invitando a visitar exposiciones de arte mañana.

-Tengo mejores cosas que hacer.

-¿Cómo qué? ¿Estarte todo el día metido en la cama durmiendo y haciendo el vago como estás haciendo ahora?

Me levanté de la cama, corrí la cortina y miré por la ventana asustado.

-Uchiha Sasuke, ¿me estás espiando?

-Tengo mejores cosas que hacer-respondió.

-¿Cómo qué? ¿Cómo ser un amargado que no tiene en consideración los horarios de sueño de las personas normales?

Él no contestó.

El silencio inundó la línea varios minutos y comencé a preocuparme.

-Sasuke, ¿estás bien?

-Lo siento Naru. Necesitaba entretenerme- suspiró.

Oí gritos de fondo al otro lado de la línea.

-¡Dejad a Tobi en paz! ¡Tobi ha sido un chico bueno!

Colgué el teléfono al instante. Rápidamente, me vestí y cogí un taxi que me conduciría hasta el hospital Konoha, donde Sasuke se encontraba.

Llegué sin aliento a la sala de espera de psiquiatría. Al fondo pude divisar a Sasuke quien se encontraba consolando a una destrozada Mikoto.

-Sasuke- dije sin aliento.

-¿Naruto? ¿Qué haces tú aquí?- se levantó de la silla sorprendido.

-Necesitas que alguien esté a tu lado y he venido aquí cuanto antes.

-¿Quién es?- preguntó Mikoto asomándose detrás del hombro de Sasuke.

-Él es…

No iba a interceder por Sasuke, tenía verdadera curiosidad por saber qué le diría a su madre.

-Él es Naruto, trabajamos juntos. Es un buen amigo.

Bueno, no era exactamente lo que me esperaba pero era un buen comienzo. Me hubiera gustado que Sasuke me hubiera considerado como algo más. No me sentía satisfecho de haber conseguido su amistad, quería más.

-Encantado- la saludé.

Ella no respondió, simplemente miró hacia la puerta tras la que seguramente Tobi estaba.

-No hacía falta que vinieras – replicó él.

-Quería hacerlo- respondí cortante.

-Gracias, supongo.

Tomé asiento a su lado. Ninguno hablo hasta que la enfermera salió a informarnos.

-¿Familiares de Uchiha Obito?

-Aquí- respondió Sasuke levantándose.

-Hemos conseguido estabilizarlo. Mañana procederemos a ingresarlo en un hospital psiquiátrico.

-Pero yo estoy a su cargo- protesó Sasuke- .Nosotros cuidamos de él.

-Señor Uchiha-pronunció la enfermera con gesto grave- ya hemos perdido la cuenta de cuántas veces ha tenido que traer a su tío al hospital por no recibir los cuidados adecuados. Usted no está capacitado para cuidar de él, y tiene suerte de que no ingresemos a su madre también.

-¡No pueden hacer eso! ¡Llevaré al hospital a juicio y se arrepentirán de llevarme la contraria! ¡Ustedes todavía no saben lo que Sasuke Uchiha es capaz de hacer y están a punto de descubrirlo!

-Teme, ¡para ya! Tranquilízate, ¿quieres?- le sujete de los brazos para evitar que golpeara a alguien-. La enfermera tiene razón, aquí estará mejor.

-¿Y tú que sabes?- bufó molesto.

-Mi madre es psiquiatra aquí y mi abuela es la directora del hospital. Te garantizo que aquí estará muy bien atendido.

-Además, puede venir a visitarlo todos los días-añadió la enfermera.

-¿Qué es todo este alboroto?

-Obaa-chan-dije sorprendido.

-Naru-chan, ¿qué haces tú aquí?- comentó extrañada mientras observaba que me encontraba agarrando firmemente a Sasuke.

-Esto…Estoy acompañando a un amigo.

-¿A un amigo? Ya veo- murmuró con una sonrisilla malévola.

-No sé que estás pensando, vieja, pero no me gusta.

-¿¡Cuántas veces te he dicho que no me digas vieja, maldito mocoso!?- explotó.

Recibí un buen golpe en la cabeza que me hizo ver las estrellas.

-A ella sí que tendrían que meterla en un psiquiátrico- murmuró entre dientes el Uchiha.

Tsunade giró lentamente y encaró a Sasuke. En su rostro se dibujó una terrorífica sonrisa.

-¿Qué es lo que has dicho?

Sasuke tragó saliva con dificultad.

-N-Nada señora.

Sasuke recibió un golpe tan fuerte que me extrañó que no tuvieran que darle puntos.

-No me llames SEÑORA- replicó ella malhumorada.

Mi abuela tenía una ferviente obsesión en permanecer joven eternamente pero no se daba cuenta de que, a pesar de que los años en ella pasaban con más lentitud que en el resto de personas, ella también envejecía.

-Naruto, te quiero en mi despacho ahora- ordenó mientras se iba junto con su voluptuosa pechonalidad.

Dejé al dolorido Sasuke y corrí hasta ponerme a la altura de mi abuela.

-Siéntate- ordenó una vez entramos en su despacho.

-¿Qué ocurre?- inquirí preocupado. Que mi abuela me hiciera venir hasta aquí no era una buena señal.

-Apártate de él- dijo sin rodeos-. Inmiscuirte con él solo te traerá problemas. No tiene el mejor historial familiar, que digamos.

-Obaa-chan, Sasuke en el fondo es una persona genial- argüí.

-Naruto, sé que tienes la habilidad de llevarte bien con todo el mundo pero eso te lleva a hacer amigos muy extraños.

-¡Mis amigos no son extraños!

-¿Ah no? ¿Y qué me dices del chico de los insectos y su novio, ese chico con complejo de perro? ¿O tu amigo Rock Lee que es raro desde su vestimenta hasta en su forma de hablar?

-No son raros-repliqué-. Son…

-Raros- finalizó ella.

-Ese no es el asunto por el que me has hecho venir, Tsunade-baa-chan- dije cambiando de tema.

-¿Qué relación tienes con él?

-¿Eh?- dije confuso.

-No te hagas el tonto Naru. Te estoy preguntando por tu relación con el Uchiha.

En ese momento se me vinieron a la cabeza las imágenes de los besos que habíamos compartido.

-Solo somos compañeros de trabajo- aseguré.

-¿Estás seguro?

-¿Por qué no iba a estarlo?

-Porque estás rojo- sonrió pícaramente.

En ese momento me harté de las preguntas indiscriminadas de mi abuela y, cuando menos se lo esperaba, corrí torpemente hacia la puerta y huí. En el pasillo choqué con el Uchiha menor que abrazaba consoladoramente a su madre la cual no paraba de llorar.

Los acompañé hasta la puerta, y me despedí de ellos cuando vi un taxi aproximándose, era hora de volver a casa, yo no pintaba nada ahí desde el principio.

Lo que no esperé es que Sasuke me arrastrara con él dentro del taxi y cerrara la puerta con seguro.

-¿¡Qué estás haciendo teme!?

Él no contestó. Le dio una dirección al taxista y eso fue todo lo que dijo en todo el viaje.

Cuando el vehículo estacionó frente a una pequeña casa, Sasuke me arrastró fuera del taxi y se adentró en la casa conmigo y su madre.

-Siéntate- ordenó señalando el viejo sofá en el centro del pequeño salón.

Él subió las escaleras para acompañar a su madre a su habitación. Una media hora después, Sasuke apareció por las escaleras con un semblante agotado. Había estado con su madre hasta que esta se quedó dormida.

-¿Quieres beber algo?- preguntó él tras salir de la cocina con una cerveza en la mano.

-¿Por qué me has traído aquí?- articulé como respuesta.

-Es peligroso que vuelvas tú solo a casa a estas horas. Es mejor que pases la noche aquí- respondió dándole un trago a su cerveza.

-Me esperaba que tuvieras una casa más…grande- comenté tratando de cambiar de tema. De repente me sentía incómodo sentado justo al lado de Sasuke. Nuestros hombros se rozaban al más mínimo movimiento y eso, en cierto modo, me perturbaba.

-Cuando nos desheredaron, nos quedamos sin suficiente dinero como para poder mantener la mansión Uchiha, así que tuvimos que abandonarla y cambiarla por algo más…humilde.

Se hizo el silencio en la habitación. No sabía de qué más hablar con él. Me había dado cuenta de que apenas conocía una pequeña parte del Uchiha. Casi todo en él seguía siendo un misterio que me moría por desvelar. Pero también me había dado cuenta de que, poco a poco, el Uchiha se había ido abriendo más a mí y que, seguramente, era la persona que mejor lo conocía fuera de su entorno familiar y, a veces, pensaba que lo conocía incluso mejor que el resto de su familia. En realidad, no necesitaba que me respondiera; sabía que me había traído aquí porque le habían quitado algo importante, porque se sentía solo y no tenía nadie con quien desahogarse. Y me había elegido a mí.

Rodeé sus hombros con mis brazos, en un cálido abrazo que le transmitió todas mis fuerzas. Apoyé mi cabeza sobre su hombro y le susurré:

-No estás solo. Estoy aquí para ayudarte a recuperar todo lo que te importa. Estoy aquí para ayudarte a que seas feliz.

-Naruto-murmuró él.

-¿Sí?

-Gracias.

Me pilló por sorpresa el agradecimiento de Sasuke, pero para lo que sí que no estaba prevenido fue para el beso que vino después de aquello. Sus labios capturaron los míos en un hambriento y feroz beso, lleno de lujuria y desesperación. Sus manos acariciaron mis mejillas y lentamente descendieron hacia mi cuello. El moreno no me dio tiempo a recuperar el aire ya que cuando nos separamos, se abalanzó sobre mi cuello y empezó a lamer, morder y besar y yo solté todo el aire que había inhalado en un sonoro jadeo.

-Sasuke…-gemí.

Él rió.

-Tendrías que verte. Estás todo rojo como un tomate- ronroneó lamiéndome mi sonrosada mejilla.

-No te rías de mí- protesté tapándome la cara con mis brazos por la vergüenza.

Esperaba que me quitara los brazos del rostro para obligarme a mirarle, como solía pasar en las películas pero los Uchiha son cuanto menos predecibles. Desabrochó mi camisa lentamente y, cada vez que la camisa revelaba un nuevo centímetro de piel, él dejaba un rastro de besos que acabó cubriendo todo mi torso.

-Naruto- gruñó pellizcando un pezón. Como respuesta yo arqueé mi espalda de placer-. Te estás divirtiendo demasiado. ¿No crees que ahora me toca a mí?- susurró contra mi oído.

Se separó de mí, esperando que hiciera algún movimiento pero yo estaba perdido, no sabía qué hacer. Después de todo esa era mi primera vez. Sasuke al ver mi cara de confusión pareció adivinar qué sucedía.

-Naruto, ¿es tu primera vez?

-¿La tuya no?-respondí. Claro, ¿cómo no iba el gran Sasuke Uchiha haber estado con otras mujeres y donceles antes que yo? Él tuvo a todo el maldito mundo bajo sus pies. Seguramente se había acostado con modelos o idols mucho más atractivos que yo, más de su esfera social.

-Si te soy sincero, esta vez es especial: es la primera vez que realmente voy a hacer el amor.

-¿A qué te refieres?

-Nunca antes había amado a alguien. Al menos no tanto como te amo a ti.

Mi respiración se cortó ante aquellas palabras. Aquello fue lo último que me hizo falta para rendirme ante Sasuke Uchiha.

Le agarré del cuello de la camisa y lo atraje hacia mis labios, disfrutando del contacto íntimo que solo dos amantes pueden tener. Él desabrochó mi pantalón lentamente pero con seguridad y yo le quité la camisa. Él paseó sus manos por mis nalgas, sin quitarme todavía el pantalón y yo acaricié con deleite su ancha espalda y su trabajado torso.

El amor te llevaba a cometer locuras y en esos momentos, estuve dispuesto a cometer una. En un arranque de lujuria tumbé a Sasuke sobre el sofá y me senté a horcajadas sobre él. No sabía lo que estaba haciendo, la adrenalina recorría mi cuerpo así que me dejé llevar. Moví mis caderas en un tortuoso y sensual movimiento. La prominente erección de Sasuke se hacía cada vez más notoria. Sasuke agarró mis nalgas y me ayudó a marcar un ritmo satisfactorio para ambos.

Cuando creí haber torturado a Sasuke lo suficiente, me dirigí hacia su pantalón. Le quité toda su ropa de manera lenta, tomándome mi tiempo para escuchar sus gruñidos de frustración y de placer. Me asusté cuando su erección quedó al descubierto. Enorme sería la palabra idónea para describirla. Tragué saliva con dificultad, sin salir de mi asombro. Ahora la idea de hacer el amor con Sasuke no me parecía tan buena.

Sasuke vio la duda crecer en mí y se apresuró a tranquilizarme. Repartió besos  y caricias por toda mi anatomía, cubriendo mi cuerpo con el suyo, haciéndome sentir en el cielo. Un agudo dolor atravesó mi entrada. Sasuke me había penetrado antes de que me hubiera dado cuenta.

-¿Estás bien?- preguntó al ver mi cara contraída por el dolor.

Negué vehementemente con la cabeza.

-Me encanta tu sinceridad- rió besándome la frente.

Él comenzó a moverse tras esperar a que me acostumbrara a aquella sensación que era nueva para mí. No hizo falta que pasara mucho rato para que yo comenzara a mover mis caderas pidiendo más. Lo que primero comenzó siendo algo lento, lleno de ternura y amor se convirtió en algo frenético y salvaje, impregnando el ambiente de lujuria.

Unas embestidas más nos hicieron llegar al éxtasis. El placer se adueñó de mi cuerpo, me encontraba temblando y jadeando; estaba agotado. Sasuke era realmente salvaje en la cama y apenas parecía cansado. Sin embargo, mis ojos comenzaban a cerrarse. Sasuke se incorporó y se deshizo del abrazo en el que nos encontrábamos. Pasó un brazo por debajo de mis rodillas y otro por mi espalda y cargó conmigo hasta su habitación.

-Buenas noches, Naru-susurró arropándome.

-Sasuke- balbuceé adormilado- ¿eres feliz?

-¿A qué viene esa pregunta?- murmuró abrazándome por detrás.

-Porque algún día me gustaría ser lo único que necesitases para ser feliz-contesté antes de caer en los brazos de Morfeo.

-Ya lo eres- susurró Sasuke pero yo ya me había dormido.

Notas finales:

Se admiten criticas constructivas para ayudarme a mejorar :)

Nos leemos!!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).