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~Ra´s Al-Ghul`~ por Paxito

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Notas del capitulo:

Ahora no me tarde tanto. ¿algun día acabaré' espero que si!

gRACias a los que me acompañan en este fic

 

Capitulo 14.

~~Satori~~

 

Tras aquel ataque de nostalgia, el djinn suspiró pesadamente. Lo que provocó un estallido doloroso de tos seca. El triste recordatorio del poco tiempo que quedaba.

 

Su estado era peor y más jodido de lo que hubiera preferido. Escupía ceniza, su piel morena se agrietaba sin remedio, áspera e hirviente. Sus ojos se apagaban.

 

Waddu sentía demasiada hambre.

 

Exhausto se dejó caer al suelo hasta acostarse. No podía hacer otra cosa más que esperar a esos dos tortolitos. Ese pensamiento le hizo sonreír con dolorosa ironía. Se había sentido feliz al saber que el Santuario no había destruído por completo el alma de Algol, que era su mayor temor. Ahora podía verlo claramente; detrás de esa fachada de caballero frio e inflexible, había un muchacho que era capaz de amar aún en los peores circunstancias.

Le parecía cómico que propio Algol fuera el último en darse cuenta de ello y aceptarlo. Waddu, en realidad se alegró genuinamente al conocer al “Sabueso” y descubrir que el danés correspondía al interés de Algol.

 

Pero entonces los vio amándose en el oasis de esa forma tan salvaje, libre y endemoniada.

 

Los vió y ahora Waddu sentía como si le hubieran lanzado una cubeta de agua helada en su ardiente alma de djiin.

 

Tenía tanta hambre.

 

Volvió a sumergirse en sus recuerdos.

 

~~flashback~~

 

Tal como las pitonisas habían dicho, en las costas de Yanbû ya había quien esperara al niño. Era un grupo de huérfanos reunidos en las orillas del Mar Rojo a punto de zarpar en un sospechoso y poco seguro barco carguero; Waddu sospechaba que pretendían que cruzar el Canal de Suez para llegar al Mediterráneo. Una apuesta peligrosa debido a los conflictos en la zona del Sinaí y Egipto. Pero lo que más preocupaba al djinn era que nadie parecía tener siquiera idea de qué hacer, más que subirse al barco. Solo eso tenían claro: subir al jodido barco.  

 

Eran niños de guerra en su mayoría, harapientos y sucios. Tenían la mirada perdida hacia el horizonte, como si estuvieran bajo un embrujo. Algol también tenía aquel semblante.

 

Esa fue la primera vez que el niño vería el mar. Lástima que la mala experiencia de pasar varios días entre otros niños, las náuseas y muchas enfermedades en aquel decadente transporte le hicieran odiar el mar después y también le hiciera preferir estar solo.

 

Probablemente esa primera despedida le dolió más a Waddu: quien se había encariñado con el mocoso en poco tiempo. Es de risa, pensó en esa ocasión, ¿quién se lo hubiera imaginado?. Al principio fue el niño quien lo buscaba para que le contara historias, para estar con él y Waddu pensaba que el niño lo buscaba porque lo necesitaba, pensaba que era una mascota adorable.

 

Que tonto. El niño lo buscaba a ÉL para reconfortarlo, por que no quería que él estuviera solo.

 

Y ÉL había dado un pedazo de su alma a las gorgonas...

 

Desde aquel ataque Algol se cerró completamente. El notaba que el niño solía verse las manos fijamente, como si aún viera sangre en ellas. Tras un chasquito de lengua, el niño se quedaba tercamente en silencio.  

 

“Se sintió bien, ¿verdad?”, siseaba Medusa en su mente, pero Algol no contestó “nadie podrá lastimarte, mi dulce niño…”

 

Algol se preguntaba porque no sentía ganas de llorar.

 

Volviendo. Antes de integrarse al grupo, Algol tomó con suavidad la mano de Waddu y la estrechó, haciendo que este bajara la cabeza hacía él  y viéndolo detrás de sus gafas oscuras.

 

ー Me voy... ー  dijo con determinación en su voz infantil.

 

Y Waddu estuvo apunto de llorar.

 

No sabía si podía hacerlo. Si pudiera… ¿se apagarían sus flamas en sus ojos?.

 

Waddu, montado en su camello, despidió con la mirada el barco que transportaba a Algol hasta perderlo de vista. ¿Y ahora qué hago?. Dió la vuelta y decidió que debía probar suerte en Riyadh, la gran capital, escondido en la multitud. Quizá así fuera más difícil ser hallado al estar a la vista de todos, en todos lados, observando.

 

Fue así cuando se volvió taxista.  

 

Ser taxista fue la mejor decisión que pudo tomar para sobrevivir los siguientes años. Podía continuar siendo “El contador de historias” mientras fumaba en el taxi y así, alimentarse diariamente sin demasiado esfuerzo.

 

Siempre había historias increíbles que contar: historias de amor, de aventuras y suspenso que embriagaban a sus pasajeros. Dependiendo de la persona, Waddu determinaba la historia que le contaría: si era una mujer muy devota, Waddu contaba pasajes del Corán de la forma que sólo él podía hacerlo, exaltando cada emoción para llenarle de alma de fervor; cuando notaba una pizca de picardía en los ojos de los jóvenes, le contaba historias sensuales abiertas a la imaginación ー ya lo demás dependía de lo sucia que tuviera la mente cada uno.  

 

Sus preferidos eran los turistas, siempre asombrados por todos.

 

Waddu conocía a la gente, sus necesidades. Waddu amaba los trayectos largos y calurosos. Quizá era el único taxista en el mundo que adoraba los embotellamientos. Casi no tomaba descanso más que para comprar tabaco y gasolina. Trabajaba de noche y de día, sin infracciones ni accidentes. El engatusaba a todos - incluso a las autoridades que llegaran en sospechar de él -  pues una vez que empezaba a narrar, tenía que acabar sus historias. Sus presas no tenían otra opción más que escucharle, creerle y así, alimentarlo.

 

Curioso era que aunque siempre tenía un pitillo en la boca, el taxi nunca apestaba a cigarro. Todo el humo y fuego lo tragaba.

 

“¿Y qué más pasa?”.  Ninguno salía de su taxi hasta que su narración acabara. Todos salían felices. Era la magia djinn.

 

Él era feliz. Cuando no tenía pasajeros, escuchaba casetes de música prohibida. Le gustaba la música jazz y blues. Cuando le nacía hacerlo, cantaba como Frank Sinatra.

 

Ojalá todo hubiera quedado así..

 

Ya era común que en los últimos meses interrumpiera su narración al imaginarse el regreso de Algol, son su cabello largo (estaba seguro que ese niño jamás se cortaría su larga y amada cabellera color arena), sus ojos grises y ya convertido en un hombre atractivo.  O al menos así se lo imaginaba.

 

La comodidad y la rutina le hicieron bajar la guardia.

 

Eso fue lo que pasó.

 

Los hombres del sultán habían descubierto su escondite y ahí fue donde se fue de picada.  El había alertado a los hombres de la llegada de un caballero.

 

Lo había vendido.

 

~~fin del flashback~~

 

Suspiró de nueva cuenta el actual y famélico Waddu. Afortunadamente había encontrado una antigua alfombra donde se recostó a mitad de la calle abandonada de ese pueblo fantasma olvidado por Allah. Era el lugar ideal para que los djinn vivieran. Pero Algol se había dedicado a sellar cada vivienda evitando que estos pudieran entrar en ellas. No sin permiso.

 

El poder de la palabra escrita.

 

Los djinn habían aprendido el lenguaje humano, diversos idiomas que habían nacido del primigenio lenguaje de Adán y Eva, aquel de antes de que la Torre de Babel fuera destruida. Pero los djinn no saben escribir. Ni los demonios. Era el único poder que tenían los humanos.

 

Waddu tocó el piso con la mano una vez sentado.

 

Y sintió las vibraciones del piso.

 

Pasos de camellos.

 

Lo cual significaba que ellos dos no tardarían en llegar.

 

Waddu cerró los ojos, esperandolos

 

********

 

~~Mientras tanto~~

 

Algol y Asterión, regresaban del manantial después de asearse, de traer agua y por supuesto, tras haber tenido una deliciosa sesión de sexo salvaje. Asterión lo sugerido, que  Algol saliera para despejarse un poco, de entrenar, de que le diera un poco el aire. Perseo no había salido del escondite empeñado, casi de forma enfermiza y obsesiva, en descubrir el nombre de Iblis.

 

Lo demás salió sin que sus encantos y coquetería tuvieran que ver. Ambos anhelaban cualquier pretexto para toquetearse. Por que podían ser caballeros y tener una fuerza sobrehumana, pero seguían siendo adolescentes con las hormonas alborotadas y la certeza fatalista que aquel podía ser su último momento juntos.  

 

Ellos hablaban entre sí, todo sonrisas, incluso Algol que solía ser tan serio. En pocos días, como suele pasar en los nacientes enamoramientos, dejaron que este creciera y que ambos se conocieran más. Se notaba  la familiaridad en que hablaban, se acercaban y bromeaban entre sí. Ávidos de ellos mismos.

 

ー Crecí en las calles de Esbjerg, una ciudad danesa en el suroeste de la península de Jutlandia, en el Mar de Frisia. No estaba mal, el frío se extraña ahora un poco, ¿sabes?  Ahí empecé a despertar mi habilidad… ー señaló su sien, marcando de esa forma su habilidad de leer la mente ー pensé que estaba volviéndome loco, tantas voces, desordenadas... sentimientos descontrolados haciéndolos míos. Odio, lujuria, celos, esa clase de emociones que un niño no entiende.

 

ー Debió ser difícil… ー comentó Algol, torpemente. No era el ser más empático del universo, pero trataba de serlo con Asterión.

 

El sabueso rió, hizo un ademán con la mano para restarle importancia a sus dramas.

 

ー Al principio, pero luego empecé a comprender lo valioso de mi don. Usarlo para el bien de la humanidad... como ganar a las cartas y a usarlo a mi favor, manipulando a la gente y sabiendo que, no hay mayor poder que los secretos que uno guarda en sus cerdas mentes.

 

Algol sonrió frunciendo el ceño.

 

ー  Eso no tiene nada bueno para la humanidad.

 

Asterión asintió riendo. Contagiando su risa a Algol mientras negaba que este suavemente con la cabeza.

 

ー Ya sabes, siempre he sido un sobreviviente. – se encogió de hombros – Además era divertido. Deberías saber lo que piensan las personas más piadosas y más santurronas… es de risa. Pero bueno, luego recibí el llamado del Santuario. Un hombre se paró frente a mí y me dijo que había un lugar donde el “Satori” podría mejorar.

 

ー   ¿Satori…?

 

ー Así se llama mi técnica ー explicó señalando su sien ー. Viene del japonés y significa “ver a través del alma”, “el entendimiento”. Lo entrené en las montañas de Brocken en Alemania  y, ¡vaya que me ayudó!.

 

Algol acomodó su kufica de su cabeza y luego acarició el cuello largo del dromedario,

indicándole de ese modo que bajara la velocidad.

 

ー ¿Tiene alguna importancia ese lugar...? ー preguntó el árabe, picado por la curiosidad. Y a decir verdad, Asterión no solo se parecía físicamente a Waddu, sino que también había cierto encanto al escucharle.

 

O quizá ya el amor lo estaba embruteciendo.

 

ー Bueno, es un lugar sombrío lleno de espesa niebla y frío. Es fácil confundirse. Se dice que en ese lugar se reunían brujas y fantasmas en aquelarre durante la noche del Walpurgis* ー como Algol fruncía el ceño, Asterión movió la cabeza negativamente ー  No preguntes, es algo que tiene que ver con el fin del invierno. Son ritos antiguos. Ese ideal es perfecto para mejorar la técnica.

 

Algol se imaginó aquel sitio, pensando en los fantasmas que moraban ahí y se imaginó ahí a un niño Asterión tratando de controlar su mente para salir de aquel sitio una y otra vez.

 

Por su lado, Asterión disfrutó ver el semblante meditabundo de Algol. Le gustaba cómo arrugaba un poco la frente, miraba a un punto fijo mientras ordenaba sus pensamientos. Le gustaba más imaginarse qué era lo que pensaba, a saberlo con certeza.

 

ー ¿Has pensando como hubiera sido tu vida de no haber sido caballero? ー preguntó de improviso el danés, cambiando el tema abruptamente. Algol lo mira de reojo, serio, no contesta de inmediato. ー Yo suelo imaginarme como un detective internacional...o como un ladrón muy bueno de casinos. Nunca me había visto como un guardián del mundo, ni eso de proteger a la justicia...supongo que soy muy egoísta y  un mal chico.

 

ーLo eres. ー confirmó Algol sin dudarlo siquiera. Asterión fingió estar mortalmente ofendido, lo cual hizo sonreír al árabe. ー Aste, el hubiera no existe. SIn embargo te equivocas en creer que serás un delincuente o que eres egoísta. Por lo que veo, eres de los que te preocupa por sus amigos y eres fiel en lo que crees. Pero si, eres un mal chico.

 

Era difícil hacer sonrojar a Asterión. Quizá por que estaba demasiado acostumbrado a evidenciar a los demás como para lo hagan con él. Pero ahora estaba por demás abrumado por las palabras sinceras de Algol...o al menos se escuchaban genuinas. Sintió calor en las mejillas.

 

ー De acuerdo, te doy permiso a que me cojas de nuevo. Solo si me dices eso al oído mientras me la metes.   ー de pronto transformó la voz a la suya, gruesa y sensual ー Mal chico, Mal chico Asterión, ah ah ah!

 

Algol gruño al ver como Asterión acompañaba lo dicho con movimientos insinuantes de cadera y este se mordía los labios.

 

ー Eres un cerdo insaciable ー negó con la cabeza y sonrió. Por que le han vuelto las ganas de poseerlo de nuevo, Asterión rió ー Y nunca me he imaginado mi vida de forma diferente. Hubiera deseado solo ser un pastor de camellos, pero probablemente habría estado envuelto en la guerra y en la muerte. Hay quienes solo nacemos bajo esa sola función y tenemos el destino de mancharnos las manos de sangre.  

 

ー “El hubiera no existe” ー imitó Asterión su tono severo y parco, a lo que Algol asintió, bajando la velocidad de su camello.

 

Finalmente cuando llegaron al inicio del campamento abandonado de Al-Ula, sus pequeñas calles estaban llenas de banderines de papel, así como cascabeles dispuestos en listones colocados en lo bajo, lo cual servía para alertar a sus moradores de invasores. Para llegar al centro, debían bajar de los dromedarios y guiarlos con cuidado entre las casas de arenisca.

 

Fue en ese momento, que a la distancia pudieron visualizar a alguien tirado en la entrada de su vivienda.  

 

ー ¿Waddu? – preguntó Algol, alarmado y soltando las riendas del dromedario sin importarle nada, más que el estado de salud del djinn.

 

Estaba más flaco que nunca. No traía sus gafas oscuras, por lo que las llamas moribundas de sus ojos apenitas chisporroteaban. Poco tiempo después, luego de hacerse cargo de los camellos y las cosas, Asterión llegó a lado de Algol para auxiliar al djinn.

 

ー Se ve del culo… ー mencionó.

 

ー No ayudas... – regañó Algol, tratando de despertarlo sin lograrlo, inspeccionando su cuerpo por si tendría heridas, encontrandolas . Algol frunció el ceño al verlas detenidamente – Dame tu cabello, deprisa.

 

Asterión frunció el ceño. Ya había aprendido lo valioso que era el cabello en ese mundo, pero a su vez pensaba que Algol tenía más cabello que ofrecer que él. Aun así lo hizo porque fue Algol quien se lo pidió. Se arrancó un mechón largo y se lo entregó a su pareja. Rápidamente Algol lo trenzó.

 

ー Quédate con él… ー ordenó Algol levantándose tras un suspiro particularmente largo, luego se dirigió al interior de su  cabaña en busca de algo.

ー Pero… – protestó Asterión.

 

Justo en ese momento Waddu recuperaba la conciencia. Sus flamas no eran como las que había visto en el taxi aquella vez. No. Era apenas flamitas débiles y moribundas. Waddu sonrió desdentado a Asterión.

 

ー El perrito…

ー Señor perrito para ti – hizo una mueca Asterión y luego suspiró aliviado – bueno que despertaste, a Algol casi le da un infarto… ー Asterión notó quemaduras nuevas y varios cortes recientes en su cuerpo que podía distinguirse en cuello y brazos ー ¿Por qué estás tan débil…? ¿esas heridas son nuevas…?

 

Waddu intentó enderezarse, apenas sentarse con dificultad. Era problemático si el sabueso olfateaba de más.

 

Efectivamente, las heridas eran nuevas, causadas por Iblis… No podía permitir que aquel lo descubriera.

 

Fingiendo una sonrisa, Waddu señaló con su dedo el cuello del danés y luego alzó una ceja. Le faltaban algunos dientes, así que era como ver sonreír a un anciano desdentado.

Asterión tenía marcas de sus encuentros amorosos. Cosa que hizo avergonzar al sabueso, apresurandose en alzar el cuello de su ropa.

 

Algol los llamó para que entraran a la vivienda. Asterión cargó al djinn sin mayor problema, y este débilmente solicitó permiso para acceder, y Algol se lo otorgó.

 

Tras acostar a Waddu entre cojines, Algol llegó con una larga pipa de metal encendida, preparada con tabaco y el cabello de Asterión. Tras encender la pipa y dársela para aspirar a Waddu. El humo que sacó el djinn cambió de gris a color azul y de este a un color rojizo. Sus flamas recuperaron un poco de fuerza en los ojos mientras el genio devoraba el contenido de la pipa que Algol sostenía. Asterion sonrió aliviado.

 

ー Y dicen que fumar mata ー opinó viendo como el djinn recuperaba fuerzas poco a poco, al menos para sacarlo del peligro. Luego volteó a ver a Algol.

 

Asterión percibió que algo no estaba bien con este, pues había cambiando su preocupado semblante a un rostro que le erizó su piel.

 

Ira fría y calmada que refulgía en su mirada. También dolor.

 

También notó como la mano que sostenía la pipa temblaba un poco.

 

Por último notó que Algol se había colocado el anillo de Salomón en el dedo anular.

 

Algol mirándolo severamente ordenó.

 

ー Ahora Waddu, nárrame un cuento ー su voz era suave, pero le recordó a la voz de la gorgona Euríale, siseante y peligrosa ー Por ejemplo, aquel en donde me dices cuando te has aliado con Iblis? Cuentame cuando fue cuando me traicionaste.  ¿Fue desde el principio?

 

Tanto Waddu como Asterión se sorprendieron. El genio negó con la cabeza.

 

ー No es lo que piensas...

 

Algol, inflexible, dolido, sonrió de una manera demoníaca.

 

ー Yo en cambio voy a narrarte un cuento.

ー Algol, oye… ー trató de intervenir el sabueso, posando su diestra sobre su hombro, pero solo se ganó una mirada de advertencia de  Perseo

 

“Lo sabes desde que Waddu te mando a Al-Masjid an-Nabawī**, no es así?, mi dulce perseo.” habla melosamente Medusa que ha estado susurrando a la mente de Algol todo el tiempo, cizañosa “ te dije que no confiaras…..te dije que tu gusto a los perros era insano”

 

Algol gruño “No jodas..”

 

ー Bien Waddu, ahora yo voy a a hablar y tu escuchar

 

Y el djinn sabía que ese anunció sería su fin.

 

 

Notas finales:

Esbjerg

Mapita de ese lugar https://www.weather-forecast.com/locationmaps/Esbjerg.8.gif

 

Walpurgis** (o Valborgsmässoafton en sueco, Walpurgisnacht en alemán) es una festividad pagana celebrada en la noche del 30 de abril al 1 de mayo por grandes regiones de la Europa Central y Septentrional. También es conocida como la noche de las brujas

https://es.wikipedia.org/wiki/Noche_de_Walpurgis

 

Al-Masjid an-Nabaw?*

Es la mezquita del profeta, en Medina, el segundo lugar más importante de la religión musulmana (la primera es la meca) pero eso se explicará mejor en el siguiente capitulo.




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