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El cielo y el viento
Ahí se encontraba en una esquina del pasillo tres personas diferentes encontrándose.
--Con que no tengo una agradable bienvenida, eso me pone triste—
Fingió ponerse triste mientras cerraba y guardaba su libro quien sabe dónde y observaba a los dos mayores.
--No exageres, te fuiste esta mañana—
--Kakashi que bueno que regresaste—
-- ¿Has visto?, Jiraiya si me extrañó—dijo Kakashi sonriendo.
--Entre pervertidos se entienden, es común— dijo Tsunade desinteresada.
--Kakashi, a que no sabes quién puede entrar a la biblioteca—
Jiraiya tenía el propósito de presumirle su logro a kakashi.
--No me digas que…--
Y lo logró
--Si, Sasuke me dio permiso—dijo sonriente –podre tener más inspiración para mi libro—
--Cómo es posible que te lo permitiera, cuando yo siendo como un padre para él ni siquiera me permite acercarme a ese lugar—dijo con envidia
--Pues, como te quedo el ojo—empezó a carcajear de risa.
Tsunade no soportó más y dio un coscorrón a Jiraiya.
--No tengo tiempo para escuchar sus perversiones— puso su vista en Kakashi – y tú ¿Por qué volviste tan rápido?—preguntó con interés ya que se suponía que este llegaría dentro de una semana.
--Verás en el camino me tope con un amigo y el quiso hacer mi trabajo—
--Si, como no—
Kakashi se deprimió.
--¿Por qué no me cree nadie?—
--oh vamos, todos sabemos que siempre mientes y llegas temprano a todo—
--Entonces ¿Por qué preguntas?—
--Porque pensé que llegarías en dos días, No en el mismo día—dijo como si fuera lo más obvio.
--Jajaja odio admitirlo pero esta vez Tsunade tiene razón—dijo Jiraiya al peliplateado.
Kakashi solo suspiro y vio a los dos mayores.
--Bueno, la verdad es que no encontré lo que buscaba—
--Bien, por lo menos me alegra saber que lo intentaste—
Tsunade saco de debajo de su propia carretilla una botella de Sake, cosa que no sorprendió a nadie, después de todo Tsunade era así.
--Y díganme ¿Quién es la nueva invitada?—
--¿Invitada?—
--Si, esa chica llamada bella—dijo muy interesado.
--Ah, La verdad es que es hombre—
--¡¿Qué?!
--No me digas que pensaste que era chica jajaja— empezó a reír el peliblanco.
--Si, aún así sé que será nuestra salvación—dijo Tsunade dando un sorbo a su botella.
--¿él?—
Kakashi miro extrañado a la mujer.
--No tiene caso—le hablo Jiraiya –Ya tiene de nuevo una de sus locas ideas—
--¿Qué dijiste Jiraiya?—la mujer miro con cierto enojo al mayor
--N-Nada—
--Eso espero—dijo Tsunade calmándose.
--Bueno no es una mala idea—dijo pensativo Kakashi.
-¿enserio crees que es posible?—preguntó incrédulo Jiraiya.
--Si es amor, no se puede evitar, además el corazón no se manda, todo puede llegar a pasar—
--mh…--- Jiraiya pensó en sus palabras –Tal vez tengan razón—admitió.
--Tengo un plan—Grito Tsunade un poco mareada.
Los dos hombres se sorprendieron la rapidez de sus mareos. Pero luego de ver como tres botellas estaban vacías les salieron una gota.
Trataron de huir pero Tsunade los atrapo de sus ropas, agarrándolas con fuerza, sonrió.
--A donde creen que van?—
--Yo, me olvide guardar los libros de mi habitación—mintió Kakashi.
--Y yo siento mucha inspiración, por eso iré a hacer mi libro— dijo Jiraiya.
--Oh No, ustedes me apoyaran en mi plan o en cambio recibirán el peor castigo de la historia—dijo con autoridad la mujer.
Kakashi y Jiraiya se miraron entre si y tragaron seco, sabían lo grave que son los castigos de la pelirrubia. Solo lamentaban no haberse ido antes.
Así que asintieron con resignación.
--Muy bien—los soltó para dar otro sorbo a su Sake –No hay nada con mejor sabor—dijo contenta.
--¿Qué plan tienes?—preguntó Jiraiya
--Quiero que juntemos a esos dos—
--Pero eso no sería forzoso—
--Si, eso está contra las reglas—
--No tontos—dijo molesta la rubia –No me refiero a eso—los miro fijamente –pervertidos—
--¿Entonces?— preguntaron los dos
--Tenemos que hacer que se enamoren y después tal vez hagan eso— se sonrojo tan solo pensarlo.
--Después dices que nosotros somos pervertidos—dijo Jiraiya mirando a la rubia.
--sabes Jiraiya— lo volvió a mirar con enojo –No sé ni cómo te soporto—dijo aguantándose las ganas de darle una de sus golpizas muy fuerte.
--Calma Tsunade—dijo el peliplateado –Yo te apoyaré, además sería muy interesante—dijo poniendo su ojo feliz.
--Lo ibas a hacer de todos modos— Tsunade guardo su Sake y miro a los dos hombres con una cara muy seria.
--Lo que vamos a hacer es…--
Tsunade contó el plan que tenía, no convenciendo demasiado a los dos hombres pero aceptaron de todos modos, luego de eso Kakashi sacó su libro.
--Bueno, tortolos yo me voy—
--Qué dijiste…--- grito furiosa Tsunade pero antes de poder seguir con su gesto de enojada y querer golpear a el peliplateado, este desapareció dejando solos a Jiraiya y Tsunade.
--Bueno, yo mejor me voy a dormir—bostezó Jiraiya mientras caminaba por el pasillo. Directo a su habitación, solo deseaba que Tsunade no recordara su muy cursi plan.
--Y me dejan sola—suspiró la mujer y se fue por otro camino –Espero que Shisune este durmiendo contenta porque mañana tendrá mucho trabajo—
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A LA MEDIA NOCHE EN EL CASTILLO
En un cuarto común como cualquier otra habitación con una ventana un poco grande y las cortinas abiertas, la luz se encontraba apagada dejando que la luna y sus miles de estrellas alumbraran la mayor parte de la habitación.
Naruto había despertado al sentir una sensación, aún así se mantuvo tranquilo mientras observaba las estrellas, después de despertarse ya no pudo volver a consolar el sueño, solo se mantuvo pensando en las personas que habitaban ese lugar.
Era extraño ver las estrellas y que te recuerde a la conversación que tuviste unas horas antes. ¿Desde cuándo era tan temeroso, callado, aburrido?
No lo sabía, era como estar fingiendo lo que no es.
Las horas fueron pasando y Naruto seguía despierto, pero esta vez se sentía más aburrido, nunca había estado tan calmado como ese día. Quería mirar por todo el castillo, quería explorar y saber más sobre todo lo que pasa a su alrededor pero sabía que no podía.
Ya eran las 3:00 de la mañana y decidió pararse con sigilo e ir hacía su ventana y abrirla con delicadeza para que los demás no escuchen ni se despierten por el ruido.
Al abrirla sintió como el viento soplaba y chocaba con su cara, era muy refrescante sentirla, todos pensaban que era solo por la oscuridad y su silencio. Pues no se equivocaban pero para Naruto el sentir esa frescura era como sentirse libre, porque cuando cierras los ojos sientes como tú cara se siente fría, tersa y escuchas como el mismo aire te dice cosas.
--ah—suspiró, por fin se sentía tranquilo.
Lo malo era que no entendía lo que le decían y tal vez nunca lo entienda.
Todas las noches miraba las estrellas mientras todos dormían y escuchaba el aire danzar por todos lados, las estrellas brillar con la luna y alumbrar al mundo, el ruido de los animales durmiendo con demasiada paz, era muy extraño que un chico como él le pueda gustar la vida en calma.
Ni él comprendía por qué eran sus gustos demasiado extraños.
--hoy fue un día muy extraño, mamá—miró y le habló al cielo.
--papá cometió un error por mi culpa—bajo su cabeza con tristeza
--La verdad me siento culpable, yo no creí que pasaría algo si le pedía esa rosa—miro nuevamente al cielo.
--Yo solo quería verla porque Shikamaru dijo que tú tenías un color de cabello rojo y cuando papá me insistió pensé que sería bueno llevártelo al lugar donde descansas…-- miró un poco triste hacia un lado –ya veo que me equivoqué—
Naruto se la paso observando las estrellas, siempre lo hacía pero esta vez era diferente, era como cuando al verlas sintieras algo familiar en ellas, algo demasiado extraño para que lo entienda cualquiera.
--Pero con tan solo unas horas vi mucha gente extraña y agradable—dijo cerrando los ojos mientras sonreía.
--Conocí a un grupo de tres personas, una mujer y hombre mayor—volvió a sonreír – más bien parecen mis abuelos—rió un poco – Ah, y a un chico—por alguna razón sintió como su cuerpo se tensaba, aún así siguió hablando al cielo.
--En el poco tiempo que lo eh visto sentí como si fuera…—se puso serio pensando en cómo describir al azabache– un sabelotodo que disfruta interrumpir –recordó como hace unas horas el azabache lo había interrumpido –y que lo teman, pero a mí no me da miedo—sonrió mirando al cielo –Es más, creo que es solamente un presumido como todos—miro con indiferencia hacia un lado y suspiro luego volvió a dirigir la vista en especial a la luna –Bueno, eso es todo mamá.
Respiro hondo y cerro despacio la ventana, la verdad le tranquilizaba estar solo y hablarle a su madre era como quitarse un peso encima, luego camino sigilosamente a su cama y se lanzo en ella, con tanta tranquilidad al fin sintió las ganas de poder dormir.
Solo esperaba que al día siguiente, todo saliera bien.
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EN OTRA HABITACIÓN (unos minutos antes)
En un cuarto semioscura un poco parecida a la otra habitación ya mencionada con la única diferencia de que todo era más grande, se encontraba un azabache mirando por la ventana algo en específico.
Su rosal.
Pero, esta vez no estaba tan concentrado en esas rosas, es más, las estaba descuidando pero ¿Por qué? Si siempre las cuidaba muy bien-
La verdad Sasuke siempre se quedaba observando sus rosas, pero esta vez fue diferente, enserio nunca pensó que ese chico rubio le llamaría tanto la atención.
¿Qué le llamaba la atención?
No lo sabía, pensó que era por ser una nueva imagen que ve cerca su castillo, pero eso no lo convencía, pensó que era su forma de vestir, pero otra vez no lo convencía. Algo en sus ojos, en su cabello, su actitud cambiante le recordaba a alguien.
Pero ¿Quién?
Y para no complicar más su mente decide mirar después de tanto tiempo hacia un lado, pero eso complicó mas su cabeza al ver una melena rubia en una de las ventanas y supo que era ese chico.
¿Qué hacía despierto?
Sasuke acerco un poco su cabeza hacia un lado de la ventana y la abrió lentamente para que ese chico no se diera cuenta.
Después de hacerlo pudo apreciar como este respiraba tranquilamente y cerraba sus ojos como si estuviera disfrutando el momento.
Sasuke por alguna razón se sintió de la misma manera, tan solo ver como el rubio parecía tranquilo en medio de la noche dejaba mucho que pensar, era como sentir que calmaba a cualquiera pero Sasuke sentía algo más que una simple relajación.
Al darse cuenta vio como se complicaba aun más. ¿Por qué tanto interés?
Se froto la cara como si así pudiera despejar su cabeza y trataba de entrar a dormir, pero por alguna razón no se podía mover y simplemente tampoco podía dejar de verlo. Como si su cuerpo no hiciera caso a sus órdenes.
--Hoy fue un día muy extraño, mamá—
Escuchó como el otro le hablaba al cielo, esto hizo que deje de pensar para poder escuchar las palabras del rubio.
Mientras el otro le contaba lo que había pasado al cielo, el azabache no dejaba de mirar las facciones del rubio, su mirada azulina, su cabello sedoso, la forma en la que la luna lo iluminaba le parecía muy familiar y se sentía extrañamente cómodo.
Pero detuvo sus pensamientos.
¿Qué estaba haciendo?
Él no era de esas personas, y lo sabía o más bien lo sabían todos.
Se dio la vuelta y se dispuso ir a dormir porque no quería pensar en cosas inútiles como lo que hacía hace un momento, pero antes de dar un paso…
--Ah, y a un chico—
Algo en esas palabras le llamó la atención, ¿Un chico? Observó un poco más.
--En el poco tiempo que lo eh visto sentí como si fuera…—
Y cuando dijo lo siguiente se molesto un poco, ¿Sabelotodo?¿Presumido? ¿Qué le gusta que lo teman? Por poco y le grita desde el lugar donde estaba, aún así no lo hizo.
En realidad no le gustaba que lo teman, aunque tenga sus ventajas no era lo que quería, pero al pensarlo un poco, se preguntó ¿Nada más? Si, fue una rara pregunta, pero al no escuchar lo que todo mundo siempre decía de él, se sorprendió.
Cuando estaba decidido a preguntarle este se había entrado y no pudo.
No sabía por qué tanto interés, por un chico que hace poco acaba de conocer, sin embargo sentía que lo hubiera visto antes y por largo tiempo.
--Ja—
Ya no quería pensar mucho en eso así que sin pensarlo más, vio por última vez esa ventana en la que desapareció el rubio y se fue a dormir con un último pensamiento.
--Siento que mañana será diferente—susurró y suspiro.
Continuará ...