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Me levante con un dolor inmenso de cabeza. ¿Dónde estaba? ¿Cuánto llevaba aquí? Estire mi cuerpo sobre la suave superficie en la cual estaba acostado, rápidamente me sobre exalte al ver que no era cualquier superficie, mi cabeza estaba arriba de algo musculado, una pierna por lo que pude sentir y el resto de mi cuerpo estaba estirado en el colchón inflable, rápidamente recordé lo que había visto, era un colchón negro que había visto desde hace uno días atrás, cuando Kakaroto me había dejado ciertos minutos solo en la habitación. Sentí la suavidad de sus manos pasar por mi cabellera, logrando olvidarme de lo que estaba pesando para retomar una bocanada de aire.
-¿C-Cuanto tiempo llevo dormido? –Le pregunte, el solo rio al comentario mientras se sentaba mejor en la cama.
-¿Dormido? Jaja, yo diría que parecías un muerto, a penas respirabas, fueron… dos días. –Me respondió con tranquilidad.
-¿¡Dos días?! –Me sobresalte, logrando no sé cómo sentarme en la cama para que un dolor punzante recobrara mi cabeza, obligándome a contraer, Kakaroto hábilmente me tomo la espalda para volverme a recostar en sus piernas. -¡Malditos! ¡Lo lamentaras! ¡Y te saldrá caro! –Le grite furioso pero el solo reía a mis amenazas.
-Jaja, oye, cálmate FBI, no puedes hacer mucho que se diga, ni si quiera lograr tocarme. Además, tu cuerpo sigue débil por el golpe que te dio mi compañero, será mejor que no lo molestes mucho ¿de acuerdo? –Me pregunto a lo que no quise responder. Una idea se cursó por mi cabeza, hace ya creo que días o semanas que no miraba ni un rayo de luz aparte de la del baño, mis ojos no habían visto la luz desde hace tanto, quizás si jugaba un poco con el modo de pensar de Kakaroto, logre verlo… No, mejor aun, logre escapar de aquí.
-¡Agh! ¡Se las verán con todos ellos! No te preocupes, te iré a dejar flores si quieres. –Bufe, haciendo que sus dientes rechinaran. –Mírate, ni si quieras te atreves a hacerme daño, ninguno de tus compañeros logra ponerme un dedo encima. –Eso era, tenía que seguir. –Mírate, ni si quieras tienes el coraje de quitarme esta estúpida venda. ¿Qué? ¿Crees que saldré corriendo y se describiré perfectamente? –empezaba a molestarlo, tal vez usaría la psicología inversa y me diera lo que yo quería que me diera.
-¿Hum? ¿De qué hablas? No te quitare eso, soy demasiado hermoso para que me mires (Y de eso no me quejo 7w7r) –Me Respondió con un toque de orgullo, haciendo que los dientes míos sean los que rechinaran, no los de Kakaroto. –Pero, si tanto insistes que te libere… -Me dijo en un tono orgulloso, me tomo bruscamente de los hombros para ponerme con la cara en contra del colchón, se colocó con ambas rodillas a la par de mis caderas, sintiendo ese leve roce con mi trasero haciéndome sobre exaltar. Escuche le sonido metálico de una cuchilla la cual se deslizo suavemente y con mucha facilidad, rompiendo las sogas que sujetaban mis muñecas y pies, tomo la venda de mi cabeza, quitándole le nudo que le había hecho en la parte de atrás. –Si quieres vete. No te detendré. –Me rodeno, retirando sede encima mío.
Titubee levemente al sentir la libertad justo en mis labios cual miel, intente tomar asiento en el colchón, pero al momento de abrir mis ojos y recibir la fuerte luz amarillenta de la habitación chocar contra mis pupilas, sentí como se contrajeron con fuerza, obligándome a cerrarlos nuevamente. Tome asiento en la orilla de la cama, viendo de primera imagen la silla donde había estado, recorrí con mis ojos el lugar, sin evitar recordar a quien tenía detrás mío.
-Sabes que no lo hare. –Le dije sin voltearlo a ver, contrayendo mis piernas hasta que estas estaban cerca de is piernas.
-Lo sabía. –Bufo con gracia, su voz me sonaba mucho más clara ahora.
-Por favor, no me vuelvas a poner esas cosas. –Le suplique, casi con mi voz quebrada al ver la marca roja de estas en mis muñecas y mis pies los cuales estaba descalzos solo con el calcetín que me puse.
-¿Eh? ¿Por qué? –Me pregunto, si será estúpido. -Oye ¿acaso no te moras de ganas de ver a tu secuestrador? –Me pregunto nuevamente, haciendo que mi mirada se alzara, trague fuertemente para empezar a girar mi cuerpo, entrándome con algo casi irreal
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Mientras (Lo sé, soy terrible) Dos azabaches habían salido de la casa mientras se adentraban a los bosques, rápidamente lograron salir a la carretera a unos metros alejado de esta, los dos se introdujeron en el mismo auto, se colocaron el cinturones de seguridad para posteriormente encender el auto y viajar entre las solitarias calles donde Bardock les había comentado horas atrás. Rápidamente se adentraron en la autopista, para matar algo de tiempo, Broly puso un poco de música mientras miraba por la ventana del copiloto, mientras Raditz seguía manejando algo relajado, seguro de lo que haría. Se detuvieron nuevamente, parqueando el auto en uno de los lugares de allí, logrando estacionar su auto en un pequeño hueco que había entre la fila de autos simétricamente parqueados. Se mantuvieron allí por unos minutos, las ventanas lo ayudaban a no ser vistos desde afuera pero ellos tener una gran vista de todo.
-Y…. Dime, ¿quién es la persona que tenemos que agarrar? –preguntó Broly rompiendo el silencio que se formó entre ambos.
Raditz no constes a la pregunta, se mantuvo con la mano al volante y la otra apoyada en su mejilla, esperando pacientemente a dicha persona, en unos segundos, en uno de los edificios que estaba que estaban rodeado el auto, una persona de te bronceada con cabellos blancos y ojos morados, con un maletín vestido de saco, salió del lugar con algo de prisa, regresando nuevamente a su auto para encenderlo y salir a la carretera.
Broly saco de la parte de atrás de los sillones una maleta de metal para ponérselas en las piernas, posteriormente lo abrid dejando ver botones, palancas, paneles entre muchas cosas distintas, tomo un audífono de su bolsillo, colocándola en su roja mientras empezaba a marcar números y teclas. Raditz encendió el auto para empezar a avanzar a unos autos atrás de donde estaba Wiss. El teléfono de este empezó a sonar, pero igual que Vegeta, ignoro la primera advertencia. Se cruzó entre autos para quedar más cerca de Wiss, dadnole a Broly la señal para marcar una segunda vez, donde efectivamente, Wiss contesto la llamada.
-Hola. –Saludo en un tono serio Wiss.
-No vayas a hacer anda estúpido, Señor Wiss, lo vigilamos de cerca. Por favor, siga mis instrucciones al pie de la letra. Si quiere ver a Vegeta de nuevo. –Rio, la voz decodificada un poco más aguda de lo que era la llamada de Bardock.
-Maldición. ¿Ellos serna los tipos que secuestraron hace tres días al señor Vegeta? –Se preguntó mentalmente Wiss mirando a su retrovisor. –L-lo entiendo ¿Qué tengo que hacer? –Pregunto, escuchando una sonrisa maliciosa del otro lado de la llamada.
-Váyase al puente Kioto, cuando el semáforo regrese a verde, de vuelta en “U”. –Ordeno, haciendo que Wiss diera dicho dobles, siendo seguido por un grupo de carros, difícilmente se sabría quién de todos era, o que era. –Está bien, tome la segunda carretera a la derecha. –Ordeno. Tomo dicha dirección encontrándose con los callejones de los barrios pobres y desolados de aquella zona, nuevamente lo llevaron a donde hace días Vegeta había esta. Lo acorralaron hasta el callejón, donde todavía el carro de Vegeta seguía allí varado
Wiss opto por salir de su auto, revisando por breves segundo el carro de Vegeta, no habían indicios de pelea o sangre por la zona, ni siquiera alguna huella o algo parecido, escucho uso leves pasos detrás del, peor al momento de voltearse, un golpe justo en la cabeza con un bate le impacto en la cabeza, haciendo que perdiese el conocimiento antes de reconocer quienes era.
-Sabes. Pudiste tan solo vendarlo y llevarlo asi, si Bardokc ve ese chichote en su cabeza nos antara. –Dijo con algo de curiosidad Raditz agitando suavemente su cabello.
-Hmp… Lo importante es que lo llevemos. –Dijo frio como siempre Broly, agachándose hasta el cuerpo inconsciente de Wiss, le coloco una bolsa de tela café en la cabeza para después amarrar cuerdas en sus manos y pies para después cargarlo en brazos, ordenándole a Raditz que abriese la puerta de su carro para dejar el cuerpo de Wiss en su interior y partir hacia su recinto en los bosques.
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-¿T-tu eres? –titubee levemente al ver la verdadera cara de mi secuestrador. Era un joven, mucho más que yo, unos 27 o 25 años, su tés blanca algo pálida para mi gusto, esas obres negras que por minutos me las imagine de un color más claro, su cabello alborotado del mismo color y esa sonrisa estúpida que no se le quitaba de su rostro, desde el momento que me desato. Quede en blanco, a decir verdad, feo no era, pero tampoco era que me le tiraría en brazos y esperaría un beso por parte del.
-Haha, ¿Qué sucede? Te dije que era demasiado hermoso para que me vieras. –Me dijo en un toque orgulloso mientras acercaba su mano hasta mi mejilla para rozar sus nudillos en esta. Mi mente había quedado en blanco en ese momento, no sabía ni si quiera cómo reaccionar, tal vez quedándome quieto o diciendo algo podía quitar el espacio que se había formado entre mis palabras y las de él.
-Y-yo… -Trate de decir, pero mis palabras fueron acalladas por otro beso robado de él, fue casto, unos breves segundos, me temía que algún día me terminara acostumbrando a ta contacto. –T-tengo hambre. –Solté de un solo, no había comido ya en un par de días y mi hambre llegaba a tal punto que quiera devorarme algún objeto de la sala.
-Claro. –Me respondió con una sonrisa mientras se levantaba, note que solo llevaba unos boxers ajustado sede color blanco, acto que e hizo sonrojar levemente, ladee mi cabeza y me encogí de piernas hasta que estas tocaron mi pecho, de su mochila saco una sopa instantánea y un temor, vacío el agua caliente y me lo dio, con el calor concentrado los fideos se terminaron de coser, asi que pese a comer lo único que me dio.
Alguien toco a la puerta, rápidamente este tomo un buzo y se lo puso para atenderé la puerta. El otro hombre el que tocaba la misma desde el otro lado. Mis ojos se abrieron como paltos al reconocer aquel hombre que tocaba la puerta.
-¿Qué quieres? –Le respondió Kakaroto.
-Oye cálmate, solo venía a saludar a Vegeta un momento. –Dijo el joven avanzando a la habitación, sin dejar que el otro se lo impidiera.
-¿G-Gohan? –Pregunte bastante asombrado por este.
-Hola señor Vegeta ¿Qué tal su estadía? –Me pregunto con una sonrisa algo delgada ¿Acaso me estaba vacilando?
-¿Me vacilas? ¡Insecto! –Le bufe sacando fuerzas en las piernas para levantarme hasta quedar enfrente del niño, lo tome del cuello para acercarlo más a mí. -¿Dónde está? –Le pregunte
-¿De quién habla? –Me volvió a decir en tono burlón, mis dientes rechinaron y si no hubiera sido por Kakaroto que me separo, le hubiera dado una buena paliza.
-¡¿De quién crees?! ¿Dónde está mi hijo? –Le pregunte, el solo cambio su semblante a un serio y fríamente, sus ojos se afilaron y quedaron clavados sobre mí.
-Eso ahora no es tu problema, Vegeta. Sera mejor que descanses mientras tanto. –Me dijo sin más para girar sobre sus talones y salir de la habitación.
CONITNUARA….