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Lie With Me por SweetandCoffe

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Notas del capitulo:

De nuevo yo, tan rápido como un trueno (?)

Estar en sus brazos era una de las tantas nuevas sensaciones que había comenzado a tener, más que ello, era una especie de capricho, o siempre lo vio así.

Se había quedado pasmado en ese momento, como si el tiempo cupiera en una botella, en los parpados cerrados de su acompañante, que luego de una muy animada cena, ha caído rendido en su habitación.

Tony a su lado, no despegaba sus ojos de aquellas rosadas mejillas que lo había cautivado, no sabe cómo, ni cuándo o tan siquiera donde ha quedado el orgulloso millonario de antes, no sabe cómo ha pasado segundos tan rápido, ni como lo han cambiado, ya no es el mismo, y no piensa volver a lo que era antes.

Acaricia lentamente su rostro sin ninguna intención de despertarlo, ¿qué está pasándole? ¿Dónde han quedado los buenos recuerdos de su soledad? ¿Y en donde podrá guardar los mejores junto a Steve? ¿Quién es él? ¿Por qué lo ha elegido a él?

Reprende una lágrima que quiere salir, se siente de nuevo en soledad.

Lentamente se levanta sin remover al rubio, tiene un asunto pendiente que resolver...

Asegurándose de no haber despertado a Steve, sale de su alcoba, sin zapatos y despeinado hacia el teléfono de casa.

Marca a la única persona que tiene en su directorio y busca una respuesta, un pitido, dos, tres, y al fin recibe una respuesta.

— ¿Hola? — la primera respuesta es dada desde la otra línea, toma aire, no quiere arruinarlo esta vez.

— ¿Hola? ¿Pepper? — responde melancólico, aún quedan rastros de sus preguntas en su semblante.

— ¿Tony? ¿Qué ha pasad-....?

— Escucha... — interrumpe —. No quiero que hables sólo... escucha bien lo que te diré...

No escucha una respuesta, sabe que es hora de empezar.

— Me he comportado como un total imbécil, y lo acepto, quizá no por primera vez, pero si por definitiva. No sabes lo mucho que te he extrañado estos días, y no me importa cuanto lo hayas hecho tú, pues aunque la respuesta sea nula, volveré a ti... Sé que no he sido el mejor en nada, tampoco te he tratado como tu mereces pero quiero disculparme, después de todo... Un enemigo menos no me haría daño...

No puede evitar formar una ligera sonrisa en su rostro en espera de una respuesta.

— No tenías que hacer esto, idiota — escucha a la mujer desde el otro lado de la llamada —. Sabes que siempre te perdonaré...

— Me alegra oír eso — ríe.

Escucha entonces un ligero sonido venir hacia él, es Steve, con una cálida sonrisa.

— Escucha, luego te llamo, iré a hacer algo de comer — miente mientras se alista para colgar.

— Está bien... — responde la chica extrañada por esa actitud —. Adiós...

Y sin más cuelga.

Deja el teléfono en su base y antes de dirigirle palabra a Steve recibe sus brazos, su capricho favorito.

— ¿Has despertado? — bromea el castaño cuando aquella muestra de afecto termina.

— Supongo... — sigue el juego —. Me alegra que hayas arreglado las cosas con... con...

Tony ríe con eso.

— Pepper...

— Si, ella...

Tony duda un momento en lo que piensa decir pero al final decide que ya es momento.

— Lo hice por ti...

Steve quien caminaba a la habitación de Tony paró un segundo, y con una mirada temerosa miró a Tony.

— ¿Por mí? — cuestionó en voz baja.

— Así es... — Tony trató de mostrar una sonrisa pero su voz parecía querer quebrarse en ese entonces, quizá esperaba algo diferente.

Steve de pronto también mostró una sonrisa y se acercó al castaño, le dio un largo y dulce beso, de aquellos que no se olvidan, y algo dentro de Tony, pareció romperse.

— Tú no me necesitas... — susurra Steve apenas suelta a Tony.

El millonario no sabe qué hacer con esas palabras, detesta sentirse así, lo odia, odia a ese rubio, su odio es incondicional.

— ¡Claro que te necesito! — grita en un instante captando de nuevo toda la atención de el rubio —. ¡Qué clase de cosas estás diciendo! ¡Te necesito más que nada en este mundo!

Steve vuelve a su seriedad.

— Estoy aquí para hacer que no dependas de nadie...

Tony aprieta sus puños, no entiende nada. Steve siempre ha estado allí sin razón aparente, y jamás ha faltado en sus momentos de soledad durante aquellos días, su encuentro fue casual, o quizás no, pero él jamás lo había conocido y detestaba tener que aceptarlo.

— No sé quién seas... — susurró al borde de la desesperación —. Pero me has enseñado a depender de ti de una manera...

— Entonces he cumplido mi cometido... — dice sin pensarlo mirando fijamente a Tony —. Escúchame... Tú no necesitas de nadie, tú eres fuerte, suficiente y no pido que vivas en soledad, sino que aprendas a luchar con ella...

El castaño no sabe ya ni que pensar, el brillo de sus ojos vuelve a opacarse, y de nuevo, cada lágrima que brota de sus ojos, arrebata cada color de su hogar.

Steve siente eso, lo vuelve a abrazar sin objeción alguna mientras susurra que todo estaría bien...

Vuelve a la alcoba y Tony lo sigue, ve como alista sus cosas, está preparado para irse con el ocaso, y dejar camino libre a la noche, una noche llena de estrellas que después de tanto tiempo en el espejo al fin han decidido salir.

— ¿Ya te vas? — murmura Tony cabizbajo.

— Tengo qué... — suspira el rubio —. Sabes que no puedo llegar tan tarde a casa cuando he prometido cumplir el toque de queda...

— Lo sé bien... — concluye tratando de mostrar una ligera sonrisa, tan sólo una, pero no hay nada allí.

Observa a Steve tocar el manojo de su puerta, y antes de irse se lanza a sus brazos.

— Te extrañaré... — dice casi inaudiblemente.

No hay respuesta más que otro beso, uno lleno de dulzura, tan suave como aquel que se dio en su alcoba y tan llevado a esa ocasión que no puede evitar al fin, sonreír.

Steve vuelve a quitar su mano de Tony y la posa en la puerta, gira la manija y mueve su mano de un lado a otro en señal de despedida, el castaño hace lo mismo, y escucha la puerta cerrarse.

No hay más después, sólo un silencio lleno de incertidumbre, el sol listo para acudir a su descanso, y empaña de nuevo sus pensamientos.

Tony toca sus labios saboreando de nuevo cada beso recibido, desde el primero hasta aquel que le ha dado ese tan peculiar rubio hace unos momentos, sin embargo, no sabía que quizá, esa fuera el último... 

Notas finales:

No lo sé, diría que todo va cobrando sentido ahora, espero que se hayan dado cuenta de ese detalle...

Inspirado en la canción White Noise de Danrell 


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