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Lie With Me por SweetandCoffe

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Notas del capitulo:

Segundo capítulo... ¡ahí va!

« You think it's easier, to put your finger on the trouble, when the trouble is you »

Cerró puertas y ventanas, aunque el rubio no llegó.

Agradecía por eso, aquello le ha parecido raramente extraño, tanto así que temía que fuera algún malhechor.

Sin embargo sentía la obviedad del caso, si quería hacerle daño lo hubiera hecho en su inconsciencia, pero no, no faltaba nada en casa a excepción de dos cucharadas de chocolate en su cocina.

Volvió a sacar sus pensamientos de aquello, regresando a su entorno.

Se hallaba en una junta, o eso cree, no ha prestado menor atención en todo lo dicho, y se limitaba a poner su mano en su mentón, para dar algún indicio de interés.

Un hombre barbudo dio por finalizado el encuentro, hablaban sobre negocios, o eso lo pudo captar.

Dio un largo suspiro, no dejaría que esos pensamientos le afectarán tanto.

Como se hallaba en un edificio de la empresa patrocinadora, buscó con su vista algún baño, necesitaba remojar su rostro e ideas en agua fría.

Halló uno fácilmente y entró, aliviado de no hallar nadie allí.

Giró el grifo en espera de agua, tomó toda la que pudo entre sus manos y echó de una vez todo en su rostro.

— ¿Trabajo?

Oyó entonces una voz familiar venir desde muy cerca. El castaño giró su vista encontrándose con esos ojos zafiro que tanto lo habían atormentado.

— ¿Qué estás haciendo aquí? — murmuró Tony entre dientes.

Steve, si más no recuerda su nombre, estaba parado en frente suyo, como si lo conociera de toda la vida.

— ¿No puedo venir a visitarte?

— No, no puedes.

— Sabía que lo dirías, pero vine igual...

— ¿No tienes algo más interesante que hacer a más de seguirme? — renegó el millonario.

— No te estoy siguiendo, te estoy haciendo compañía, tiene una enorme diferencia... ¿no te gusta?

— No.

Steve rio.

— A mí también me gusta estar contigo — agregó divertido.

Lanzó una mirada de puro enojo hacía él, pero nada, él era a prueba de todo, jamás había visto a una persona tan peculiar como él, no quería pensarlo más, pero era inevitable, tanto así que le resultaba imposible librarse de él.

— Debo irme... — dijo casi de inmediato mientras a paso rápido salía.

Salió probando su resistencia física, y creyó perdido el rubio mientras regulaba su respiración apenas llegó al estacionamiento.

Debía volver a casa, monitorear sus proyectos, lo de siempre.

Sube a su auto, y admira de nuevo el espejo de retrovisor. ¿Aquella era la misma mirada de ayer? No la siente igual, sonríe a sí mismo y enciende el auto, se había prometido no pensar en ello más.

Estacionó de nuevo su auto, bajó de él y planeó ir directo a su taller.

Buscó las llaves, y al encontrarlas, entró de una vez.

— ¡Bienvenido!

Abrió sus ojos en gran forma al ver aquello, era Steve de nuevo, en su cocina, con un delantal moviéndose de un lado al otro.

Libró un suspiro de cansancio, mientras acariciaba su sien.

— ¿Qué estás haciendo aquí y cómo entraste? — trató de calmarse.

— Dije que vendría, pero ayer me han castigado por llegar tarde así que decidí venir hoy — comentó el rubio aún con la atención en la sartén —. ¿Te gustan los langostinos?

— ¡No! ¡No me gustan! ¡No me gusta nada de lo que tú haces! ¡Sal de mi casa en este momento o llamaré a la policía! — gritó el castaño.

Steve se tornó confuso ante aquella reacción, por el tono de voz, dedujo que iba en serio, pero no perdería esta guerra, esta vez no.

— Piensas sacar a tu cocinero privado... — dijo el rubio después de un silencio devastador con un aire divertido —. Porque cocino muy bien ¿lo sabías? Creo que sí... ¿O no? A propósito... ¿Te ha gustado el chocolate de ayer? ¿Quieres que te haga otro?

Tony entreabrió su boca para decir algo, pero en vez de eso, tomó una bocanada de aire y la volvió a cerrar, se tiró en su sofá, ignorando cada pregunta del molesto chico en su cocina para tratar de relajarse tan siquiera un poco, no tendría caso hacer algo en ese momento.

~

Degustaba de su comida con detenida molestia, y no trataba de ocultarla.

— ¿A qué si cocino bien? Aprendí sólo, aunque mi madre me enseñó lo básico... ¿Te han dicho que eres lindo? Para mi eres muy lindo, en especial cuando frunces el ceño ¿te gustaría ir a algún lado después? ¿O crees que me castigarán otra vez? Mi madre es...

— ¿No te han dicho que hablas demasiado? — exasperó Tony al oír que no se callaba, en verdad, lo estaba irritando.

— Suelen decirlo muy seguido, en especial mi familia, mis amigos solo me dicen que me calle y ya, pero ellos siempre me dan un discurso gigante de lo molesto que puedo llegar a ser... ¿crees que soy molesto? Quizá deba aprender a regular eso...

Tony llegó a un punto en que ya no encontraba significado a las palabras de Steve, cada vez quería difundir a este chico más y más en su curiosidad, pero no quería que hablara, no quería que le dijeran en palabras lo que él era, sería demasiado agobiante. Presionó con su tenedor una patata que yacía en su plato casi lleno, no tenía apetito, y sin embargo Steve le sirvió algo de comer.

— ¿Tienes novia? Si la tienes debe de ser bonita, muy bonita, e inteligente porqué tiene a un hombre como tú... Eso me recuerda a algo, ¿sabías que las ballenas pueden vivir en agua fría a pesar de ser mamíferos de agua caliente? tenía un tío que era biólogo y solía-...

Tony introdujo sin aviso alguno una patata en la boca del rubio.

— ¿En verdad? No lo sabía, ni me importa, sólo come y calla... — renegó Tony llenándole de más patatas.

Aquella escena le ha resultado bastante divertida, no puede evitar sonreír de una manera que hace mucho tiempo, no lo hace.

~

— ¿Por qué no puedo quedarme? — quejó Steve.

— ¿Por qué deberías hacerlo?

El rubio lo mira con un puchero, en verdad quería pasar la noche ahí, porque estaba resultando el que haya insistido.

— ¿Por qué no debería hacerlo?

Tony suspiró.

— Está bien, te quedarás por hoy, pero sólo por hoy...

Apenas terminó su oración, ya tenía a un Steve en su cama brindándole un espacio para que él se acueste también.

Ha sido un día difícil a pesar de todo. Y no quiere renegar nada de lo que pasa en ese entonces.

Lo cree así, siente como unos fuertes brazos lo envuelven y tratan de consolarlo con un inaudible "Buenas Noches"

¿Hace cuánto alguien le dice algo así?

Dos simples palabras, que llenan de color su vida, y desde ahora, no lo dejaría ir... 

 

Notas finales:

Aunque omití poner la canción completa, se basa en más o menos el albúm de U2, que vendría siendo más la canción The Troubles


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