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Él ángel cubierto de sangre. por Sora17

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Notas del capitulo:

Espero que les guste el nuevo capítulo <3 

Comenten no sean groseros o Hannibal se los comerá(?) Ok ya xD

Más info en notas finales. 

Una vez en el hospital, los doctores atendieron relativamente rápido a Will, más que nada porque muchos de los residentes e inclusos los doctores más antiguos tenían un gran aprecio y admiración por Hannibal Lecter. Con solo 24 años, Lecter era una de las mayores promesas en el campo de la medicina e incluso ya contaba con algunos títulos a pesar de que aún le faltaba algún tiempo para recibirse. 
Will estaba bastante impresionado por la admiración que le mostraban otras personas a ese chico de la bata blanca salpicada de rojo. Pero más impresionado estaba por la cortés indiferencia con la que actuaba él. No parecía ser engreído, tampoco parecía importarle demasiado lo que los demás pensaran sobre él. Seguramente otro que no fuera él, estaría pavoneándose por todo el hospital como alguna especie de Dios. Pero Hannibal simplemente permaneció al lado de Will en silencio mientras a éste le daban un poco de oxígeno y revisaban las quemaduras superficiales que tenía en un brazo. 
Cuando terminaron con él, Hannibal todavía seguía allí y eso era ya más que amable de su parte.
-Si tiene que estudiar o algo así… debería…- empezó Will sin mirarlo, aunque por primera vez en su vida parecía como si sus ojos clamaran por posarse encima de alguien, en particular del otro chico. 
-Tutéame por favor.- dijo Hannibal de manera automática y Will sonrió algo más animado. Le molestaba un poco tratarlo de usted ya que obviamente tampoco se llevaban tantos años.
-Si tienes que estudiar algo así no importa, estaré bien… Puedo volver solo a casa…- dijo Will al fin, mirándolo como tanto quería hacer.
-No, yo te traje y yo te llevaré a casa.- respondió Hannibal aunque mirando la hora en el reloj de su muñeca.
Will ya se imaginaba que él tendría muchas cosas para hacer, se suponía que los estudiantes de medicina estaban ocupados a toda hora o eso tenía entendido el más joven. 
-Créeme, realmente no tengo nada que hacer…- dijo al cabo de un momento Hannibal mirando a Will con una sonrisa que apenas alcanzaba a estirar sus labios. Se notaba que el chico estaba nervioso y no quería ser una molestia para él. Pero él realmente había terminado ya con todos sus asuntos para aquel día. 
-Bueno…- dijo Will con un leve suspiro aun sobre la camilla y aspirando un poco de oxigeno de a ratos, lo que lo llevaba a sentirse cada vez mejor. 
-En verdad muchas gracias por lo del incendio…- empezó Will al cabo de un momento de silencio, claramente se dio cuenta y se sintió sorprendido de sí mismo al notar que él era quien buscaba por todos los medios sacar temas de conversación con ese chico que le había salvado la vida. No sabía si era simple gratitud o realmente era que le tranquilizaba oír aquella voz con ese extraño, pero en cierto modo agradable, acento. 
-Solo hice lo que cualquier vecino haría…- respondió Hannibal con un casi imperceptible suspiro y Will se preguntó si lo estaría aburriendo. Pero en realidad Hannibal únicamente estaba pensando en los muchos asuntos que aún le quedaban por resolver.
Había venido hasta Estados Unidos con el único fin de encontrar al último que le faltaba… Al último de los asesinos de su hermana… Pronto su larga venganza por fin concluiría… anhelaba que eso pasara más que nada en el mundo. Solo de esta manera podría al fin terminar de honrar la memoria de Mischa…
-Te ves triste…- comentó Will de pronto como si nada, sacando a Hannibal de sus pensamientos de manera abrupta.
Ahora había algo de sorpresa en la cara del estudiante y miró a Will con más atención… Había estado pensando en su hermana pero… no creía que eso lo hiciera verse desolado o algo por estilo. En su rostro solo mostraba las emociones que creía justas y necesarias.
-¿Por qué lo dices?- cuestionó Hannibal al cabo de un momento.
-Solo me… pareció que así te veías…- respondió Will con timidez y sencillez.
-No estoy triste… Pero pensaba en algo triste…- murmuró Hannibal al fin, sin saber ni siquiera porque lo dijo, solo que le resultaba sorprendentemente fácil hablar con ese jovencito.
-Quieres contarme..?- preguntó Will volviendo a llevarse la mascarilla de oxígeno a la cara para respirar un poco más.
-Ya estás bien… Ya podemos irnos.- fue toda la respuesta que Hannibal le dio tras una breve pausa. 
Cuando salieron del hospital, la noche había refrescado bastante y Will tembló un poco de frio, y cuando pensó en lo que diría su padre cuando regresara a la casa… Ese temblor aumento aún más. 
Hannibal lo miraba de reojo a cada rato, de haber tenido puesto un abrigo se lo hubiera ofrecido sin dudarlo pero solo llevaba su bata. Tras un momento de duda se la quitó y se la paso por los hombros al más joven que lo miró sorprendido. 
-No es mucho pero no quiero que te congeles en el camino.- dijo Hannibal con estudiada indiferencia mientras caminaba. 
Will sonrió y se puso la bata que le quedaba bastante grande, las mangas tapaban hasta sus manos pero eso le pareció divertido. Además, la prenda se sentía muy cálida y alejó el frio de inmediato.
Will la olió un poco al ponérsela, olía a humo y levemente a sangre… Pero también tenía un aroma muy dulce que le encantó. Asumía que ese era el perfume de Hannibal.
-Ahora podré jugar a ser doctor con esto…- bromeó un poco Will caminando al lado de su salvador, pero cuando notó la mirada algo aprensiva que le dirigió el mayor se arrepintió enseguida de ese comentario.
-No es que planee quedármela o algo así…- empezó a corregirse enseguida. –No es que sea un niño que quiere jugar al… Oh, olvídalo…- murmuró Will levemente disgustado, realmente había sonado como un niño pequeño que quería apropiarse de las cosas de un amable desconocido. 
-En realidad… Tengo muchas más… Puedes quedártela si quieres…- dijo Hannibal al cabo de un segundo y esforzándose por contener una sonrisa, hacía mucho tiempo que no le pasaba eso de sonreír con sinceridad dos veces en el mismo día. No si no había sangre de por medio. 
-No… yo… Bueno…- tartamudeó Will bastante avergonzado al ver la expresión divertida del mayor. ¿Realmente él se estaba comportando de esta manera? ¿Cómo un niño tonto y avergonzado cuando se suponía que él era el más listo de los de su edad? Pero lo que más le preocupaba era lo fácil que le salía ese “temita de hablar y socializar” con ese chico. Sentía que podía llegar a pasarse una hora entera y hasta mas, solo hablando con él y soltando todo tipo de tonterías como la de recién. 
-Hoy es mi cumpleaños…- dijo Will al cabo de un rato, otra vez siendo él quien rompía el silencio mientras caminaban. Sentía la necesidad de comunicarle su edad a ese chico para que no se pensara que tenía diez años o algo así. 
Él tenía catorce y ya se sentía como todo un adolescente.
-Feliz cumpleaños entonces…- respondió de manera algo desabrida Hannibal, su mente otra vez insistía en irse a los planes que tenía cuando diera con el último hombre que le faltaba para terminar con su venganza. 
–¿Cuantos años cumples?- preguntó Lecter un momento después, dándose cuenta de que tal vez había sonado demasiado indiferente y no de una manera cortés. Y él no toleraba la descortesía ni la grosería. 
-Catorce…- respondió Will con alivio al escuchar la segunda parte de la frase, por un momento le había parecido que al otro chico le daba absolutamente igual todo salvo la idea fija de su mente.
Y en las muchas cosas que Will había leído desde que había aprendido a hacerlo, sabía que las monomanías o ideas fijas eran el camino más fácil a la infelicidad. 
-Es una buena edad…- dijo Hannibal al fin pensando un poco en las cosas que él había hecho a esa edad. 
-¿Cómo eras tú a mi edad?- preguntó Will con curiosidad, casi como si adivinara los pensamientos que pasaban por la mente de su compañero. 
-Bueno… En esa época yo aún no me había mudado a este país…- respondió Hannibal de manera algo evasiva. La curiosidad del niño era algo más que sorprendente, sobre todo porque al mirar sus ojos por primera vez había intuido que era la clase de niño solitario y retraído incapaz de socializar con nadie. Y era raro que sus primeras impresiones resultaran equivocadas.
-¿En qué país vivías antes?- preguntó Will mirando brevemente la noche estrellada, el cielo se veía muy bonito, en ese momento se dio cuenta de que hacía mucho tiempo que no lo miraba. 
-En Francia…- 
-¿Eres francés? No parece…- dijo Will al cabo de un momento arrugando un poco la nariz, aun no se desprendía de la infantil idea de que los franceses hablaban de forma muy cómica y olían a queso azul. 
-No… Viví en Lituania antes de eso. Allí fue donde nací.- le resumió Hannibal tranquilamente. 
-Y por qué…- empezó a preguntar Will pero guardó silencio cuando su lado más maduro le advirtió que estaba haciendo demasiadas preguntas personales a alguien que apenas conocía. 
-Puedes preguntar lo que quieras… Después… El privilegio de responder o el derecho de abstenerme dependerán de mí…- murmuró Hannibal con un tono de voz algo extraño que provocó en Will un débil escalofrío. 
-Es solo que… Sé que no debería hacerte tantas preguntas… Apenas te conozco y no quiero ponerte incomodo.- dijo al fin el más joven.
-Es justamente por eso que tu deber es preguntar… Ya que no me conoces ni yo a ti, tenemos que conocernos.- respondió Hannibal ahora mirándolo con una sonrisa poco más que encantadora que hizo que Will se lo quedara mirando casi por un minuto entero como si se hubiera quedado idiotizado. Para entonces ya habían llegado delante de la puerta del edificio donde ambos vivían.
-Bueno entonces…- dijo Will dispuesto a continuar con sus preguntas, ya que la lógica del mayor le pareció muy acertada.
-No… tu turno para hacer preguntas terminó. Ahora me toca a mí.- dijo Hannibal con el rostro aun iluminado por esa sonrisa torcida pero hermosa. 
Will asintió aunque sabía que nada en su vida era interesante, al menos en comparación a las cosas que el mayor seguro le podría contar. Después de todo, venia de un lejano país, había viajado por el mundo y brillaba en una excelente universidad. 
-¿Por qué estabas solo el día de tu cumpleaños?- fue la primera pregunta que le hizo Hannibal mientras entraban en el edificio. 
-Mi padre tenía que trabajar como siempre y mi madre murió cuando yo era pequeño… Como soy nuevo en la ciudad no tengo amigos tampoco así que…- respondió Will encogiéndose brevemente de hombros para luego lanzarle una mirada al joven futuro doctor.
 –Fue una buena pregunta Doctor Lecter…- bromeó Will con algo de sarcasmo llamándole “Doctor” al estudiante. 
Hannibal se giró para mirarlo, completamente sorprendido por ese cambio de tono del más joven y por la manera en que lo había llamado. Por un momento le pareció estar con alguien que tenía diez años más que el niño que prácticamente le había pedido quedarse con su bata para jugar con ella. 
Definitivamente este chico al que había salvado de morir en un incendio estaba empezando a provocarle mucha curiosidad. 
-¿Por qué lo dices?- preguntó Hannibal sin saber si oiría lo que esperaba oír o no.
-Con una simple pregunta que parece muy inocente, conseguiste que yo te dijera que no tengo amigos, ni el interés de mi padre, que soy huérfano de madre y también nuevo en la ciudad.- respondió Will tranquilamente. Y por supuesto, había dado en el blanco. 
Hannibal sonrió apenas.
-Muy astuto, pero tu controlas la cantidad de información que proporcionas. Pudiste decir simplemente que tu padre estaba en el trabajo y yo hubiera tenido que usar más preguntas para obtener el resto…- 
Will asintió levemente, sabía que él tenia razón. 
Tras un breve momento de silencio y cuando cerraron la puerta del edificio, Hannibal empezó a encaminarse hacia los ascensores, pero Will lo detuvo. 
-Espera, prefiero usar las escaleras.- dijo el menor haciéndole el gesto de que lo siguiera. 
Hannibal lo siguió, aunque lo miraba interrogante.
-Me dan algo de miedo los ascensores…- mintió Will rápidamente, lo cierto era que prefería usar las escaleras porque de alguna extraña manera… No quería separarse de él… Quería seguir hablando con ese chico. 
Hannibal intuyó esa pequeña mentira pero ciertamente la compañía de ese jovencito se le hacía… grata. Mucho más que cualquier otra compañía que hubiera podido tener en los últimos tiempos…
Empezaron a subir los peldaños de a poco, con Will agarrándose a la barandilla de las escaleras, claramente para prolongar su tiempo con él pero notó que el otro joven le seguía el juego sin hacer ningún comentario. Y Will se ilusionó de una manera increíble de solo pensar que ese desconocido también lo encontraba agradable a él e incluso… Cómo un potencial amigo a pesar de la diferencia de edad. 
-Entonces… Te has quedado sin preguntas?- preguntó Will mirándolo con apenas el amago de una sonrisa, quería seguir escuchándolo.
-Tengo muchas más… Solo calibraba cual hacer primero….- respondió Hannibal mientras subía atrás del chico. 
-¿De que trabaja tu padre?- preguntó al cabo de un momento Hannibal. 
-Repara botes en el muelle de la ciudad y también es pescador…- respondió Will mientras pensaba en lo mucho que le gustaría vivir en último piso. 
-Donde vivías antes de vivir aquí?-
-En Connecticut… Y antes de eso en otra ciudad y antes en otra y antes en otra, etc.- respondió Will sin poder evitar poner los ojos en blanco de una manera entre juvenil y tierna. 
-Tú y tu padre se mudan mucho cierto?- 
-Si…- respondió Will con una evidente tensión en ese monosílabo. 
-Te desagrada…- dijo Lecter y no era una pregunta pero aun así Will afirmó con la cabeza.
-Nunca puedes hacer un amigo… Ni asentarte en un solo lugar…- continuó Hannibal mas para sí que para Will. En cierto modo podía llegar a ver un poco de su propia soledad en el menor.
-Psiquiatría, no es cierto?- preguntó Will con una leve risita que por un segundo descolocó un poco a Hannibal. Ese chico era algo más astuto de lo que parecía. Tal vez mucho. 
-Me interesa, pero me interesa mucho más la cirugía.- 
-¿Por qué?- cuestionó Will.
-Porque la anatomía humana me resulta… Fascinante. Y… ¿Por qué de pronto soy yo quien está respondiendo tus preguntas?- dijo entre divertido y tal vez ligeramente irritado el rubio.
-Porque ya hiciste más que yo antes así que es mi turno… ¿Por qué decidiste ser doctor?- preguntó Will tratando de ralentizar más y más sus pasos, Hannibal por otro lado se adaptaba a su ritmo. Como si ambos tuvieran todo el tiempo del mundo para hablar. 
-Vocación… ¿Tu qué quieres ser cuando seas grande?- preguntó Hannibal con una leve risita al ver la mirada levemente frustrada que Will le dirigió al escuchar eso de “Cuando seas grande”.
-Tal vez profesor… Aun no lo sé.- dijo Will sin tener demasiado interés en revelarle a ese chico que por su cabeza últimamente había pasado la idea de unirse al FBI.
Suponía que él podría reírse de eso. Un chico tan delgado y que muchos llamarían “delicado” no parecía ser el más adecuado para unirse a una fuerza tan importante como el FBI. 
-¿Por qué te fuiste de Lituania?- inquirió Will llegando al fin a la pregunta que más le interesaba. 
-Tuve… Algunos problemas.-
-Algo que no debo preguntar cierto?- 
Hannibal asintió apenas con la cabeza.
-Entonces haces uso de tu derecho a negarte… Muy bien. Pasemos a algo más fácil.- dijo Will algo sombrío y muy serio, llegando incluso a inquietar levemente al mayor.
-¿Cuál es tu película favorita?- preguntó Will al fin después de esa misteriosa pausa, con fingido tono de profesionalismo y seriedad que logró el objetivo que el menor buscaba, despejar las sombras en el rostro de Hannibal cuando había mencionado su país natal.
Las sombras no desaparecieron, pero al menos quedaron ocultas y en segundo plano debajo de una linda sonrisa de medio lado. 
-Me parece que me abstendré de esa también.- 
-Oh vamos… No puede ser tan terrible…- insistió Will sonriendo y sorprendido por que el otro se negara a responder algo que el juzgaba como inofensivo. 
-Tal vez, pero ya hemos llegado…- dijo Hannibal esquivándolo con toda la intención de irse a su departamento ya que vivían en el mismo piso. 
-Oye… Te…- Will tuvo que contenerse para no hacerle la pregunta que más de deseaba “¿Te volveré a ver?” se suponía que eran vecinos, que se verían seguramente aunque Will nunca lo había visto hasta ese día. No conocía sus horarios, tal vez ese día él solo había estado en su casa por pura casualidad. 
Hannibal se detuvo enfrente de su propia puerta, esperando que Will terminara la frase. 
-Te… Tengo que devolver tu bata…- se corrigió el más joven en el último segundo. 
Y por un momento hasta le pareció que Hannibal se vio desilusionado. 
El futuro doctor pareció pensarlo un poco, con la mano apoyada sobre el pomo de su puerta antes de sonreírle. 
-Quédatela… Será la excusa perfecta para volver a vernos.- dijo al fin Hannibal antes de entrar en su apartamento y cerrar la puerta. 
Will se quedó en el pasillo un momento más, sintiéndose algo atontado por esas palabras, había un pequeño calor extraño en sus mejillas pero solo simplemente lo ignoró. 
Aun así, cuando entró en su propio departamento sacudiendo la cabeza, traía tal sonrisa que cualquiera que lo conociera se hubiera asombrado de verla. En su sonrisa decía que ya no le importaba haber estado a punto de morir en un incendio, ni tampoco el horrible regaño que sabía muy bien que recibiría de su padre.
Su madre, fallecida hace ya mucho tiempo y que él ya no recordaba, le hubiera dicho que esa era la clase de sonrisa que pone uno cuando conoce a su primer amor. 
Notas finales:

Empezaré a actualizar este más seguido, parece que ando en buena racha (actualice dos fics en el mismo día y eso es MUCHO para mí xD) así que los esperaré en este fanfic y si quieren leer mas historias Hannigram solo pinchen en mi nick para verlas! Un beso a todos!!


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