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MANSIÓN DEL DIABLO: La Caja de Pandora por Mariela

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Notas del capitulo:

WIIII,

la escalofriante segunda parte, buajajaja

disfrutenla!

PRIMER ENCUENTRO

 

-¿Y usted dice que esas personas pueden ayudarnos? Porque a mí me suenan a charlatanes de mierda que lo único que quieren es darme falsas esperanzas y sacarme dinero-decía un hombre de largos cabellos azules con el puño sobre la mesa.

 

-Entiendo que no confié del todo en ellos, señor Escorpio, no después de los tantos que se, han venido antes que yo asegurando que lo ayudarían cuando no fue así, pero estas personas han hecho por muchos lo que otros exorcistas no pudieron hacer-explico tranquilamente, dando un sorbo a su café-Estoy seguro que se enteró del “Caso Aries”, ¿No es así?  Salió en la televisión y en los periódicos durante una semana.

 

-Sí, sí, el de los imbéciles que pusieron en venta esta casa. Ahora que recuerdo, ellos dijeron que ya no había demonios en ella. ¡Debería demandarlos por publicidad engañosa!

 

-Bueno, aunque fue así, la casa tardo dos años en ser adquirida. Usted es el primer comprador que tiene en mucho tiempo. Ahora-saco de su gabardina una fotografía que coloco en la mesa-Ellos son Kanon de Dragón del Mar y Aioria de Sagitario, las personas que le dije que vendrían.

 

-No parecen muy profesionales-dijo, observando la imagen.

 

-Las apariencias engañan, señor Escorpio. Este chico, Aioria-lo señalo-Posee un don muy especial para exorcizar demonios, de hecho, es algo que los sacerdotes llamamos “cosmos”, un poder espiritual con el que es posible enfrentarse a lo sobrenatural. Fue este joven quien, junto a su esposo Kanon, exorcizó a Mu y Kiki de Aries, así como expulsaron a los demonios de esta mansión.

 

-Otra razón para no contratarlos, Padre Shaka. Si la última vez no hicieron bien su trabajo no puedo confiar en que sea diferente ahora.

 

-Escuche, tengo la certeza de que si ese demonio poseyó a su hijo Milo ahora, se debe a que es un ser muy poderoso que fue capaz de ocultarse de los sentidos de Aioria. De ser así, no es su culpa. Además, ellos llevan dos años buscando esa caja con la intención de evitar precisamente esto. Si apareció en esta misma mansión, quiere decir que es una mala señal, y le aseguro que si es algo más grande, ni siquiera yo, siendo sacerdote, o el mismo papa podremos detenerlo-se levantó, siendo imitado por el de cabellos azules-Ellos son los únicos capaces de lograrlo, así que piénselo bien antes de correrlos de su casa apenas lleguen, pues puede ser algo de lo que se pueda arrepentir después.

 

-Está bien, ya entendí Padre-suspiro-Les daré una oportunidad, pero si me fallan les partiré la cara a golpes.

 

-Gracias-sonrió-Con su permiso, señor Escorpio, me retiro. Que tenga buenas noches.

 

-Adiós Padre, igualmente.

 

En cuento Shaka se retiró de la mansión, Kardia subió las escaleras hacia la habitación que sus dos hijos compartían, encontrándose con su esposo velando su sueño en el borde de la cama. Se acercó y se sentó junto a él, para hacerle compañía.

 

-¿Qué te dijo el Padre, Kardia?-pregunto con voz afligida.

 

-Que vienen otros imbéciles a ayudarnos.

 

-¿Aceptaste?

 

-Sí.

 

-Sabes que solo quieren sacarnos dinero-se volvió para mirarlo-¿Ya olvidaste al par de la última vez? Dijeron que habían resuelto el problema, pero en realidad no hicieron nada. No quiero más charlatanes aquí, Kardia.

 

-El Padre dijo que eran especiales.

 

-¡No me importa lo que haya dicho el Padre! ¡En cuanto esos malditos pongan un pie en esta casa, los echare a patadas! ¡¿Te quedo claro?!

 

-Degel…

-¡Adiós, Kardia!

 

El de ojos morados salió de ahí hecho una furia, sin darle oportunidad de explicar. Sabía que su esposo ya no confiaba en nadie, pero aun así decidió no retractarse al darles su voto de confianza a esas personas. Pues él quería creer, aunque  fuera por última vez, quería hacerlo, y espero no tener que arrepentirse después.

 

******

 

“¿Dónde estoy?”-Se preguntó al verse en medio de una espesa y silenciosa oscuridad.

 

-¿Kanon?-lo llamo, pero no hubo respuesta-¡Kanon!-dio dos pasos-¡¡KANON!!

 

-Vete…Sagitario, GRRRR.

 

Aquella voz ronca y siniestra le erizo la piel. Sus ojos se abrieron con horror ante el ser que hacia acto de presencia en el lugar, pues nunca en su vida como exorcista había visto a un demonio como ese, incluso su cosmos era mucho más poderoso que el que hubiese combatido antes.

 

-¿Quién eres?-se atrevió a preguntar.

 

-GRRRARRR-rugió fuertemente-¡NO INTERVENGAS, SAGITARIO!-y ataco con rapidez al castaño, quien ni siquiera pudo ver el momento en se acercó, lo cual le causó pánico.

 

-¡AAHH!

 

********

 

-¡AH!-despertó de golpe-¡¿Qué demonios?!

 

Parpadeo un par de veces antes de darse cuenta que estaba en el asiento del tren que lo llevaría a Londres. Al parecer, se había quedado dormido durante el camino, y masajeo su cuello con algo de dolor, mientras trataba de recordar el sueño que había tenido.

 

Sabía que había sido una advertencia, pero no lograba recordar nada de ella. Era como si solo hubiese sido un simple presentimiento de algo que iba pasar. Nada más.

 

Siempre era así. Su don, a pesar de ser único, no era lo suficiente poderoso como para entrar a la “Dimensión Oscura”. Ni material ni espiritualmente, de hecho, él era considerado el más poderoso de todos los elegidos en toda la historia, y aun así debía conformarse con que existiera veces en que su mente viajara a ese lugar por corto tiempo, y olvidarlo todo al regresar. Eso era porque su cosmos no era tan fuerte para resistir el viaje, no existía uno ciertamente, por lo que cuando salía, la propia energía de la dimensión borraba su memoria dejando solo la sensación de haber estado ella, lo cual no servía de mucho si no sabía de qué se supone debía cuidarse.

-¡Joder!

 

-¿Pasa algo, Aioria?-le pregunto Kanon con las maletas en sus manos.

 

-Nada, no te preocupes-respondió cortante, y levantándose del asiento-Vamos, tenemos que llegar con los Escorpio antes del mediodía.

 

-Está bien.

 

Kanon sabía que algo había pasado, pero no insistiría en saber por el momento. Se limitó a seguirlo hasta la salida donde al parecer, ya los habían estado esperando.

 

En la estación, sosteniendo un paraguas para cubrirse  de la lluvia, se encontraba el Padre Shaka entre toda la multitud, y cuando lo vieron, inmediatamente se acercaron a saludarlo.

 

-Padre, es un gusto volvernos a ver-saludo Aioria, estrechando su mano.

 

-Lo mismo digo Aioria, Kanon. Me alegra que pudieran venir.

 

-Ya nos conoce Padre, nunca rechazamos un caso-dijo Kanon, abriendo la puerta del automóvil detrás del rubio-Y menos cuando se trata de uno que se suponía, ya  habíamos cerrado hace dos años.

 

-Lo se, y de verdad lamento que las cosas se hayan dado de esta manera.

 

-Nosotros también. Suban.

 

-Sí, gracias-el rubio obedeció y subió al auto, seguido por el de cabellos castaños.

 

En cuanto todos estuvieron adentro, el taxi arranco en dirección a la mansión Escorpio, y en el camino, Shaka aprovecho para contarles los detalles del caso. Tanto Kanon como Aioria no parecieron sorprenderse por la manera en que Milo de Escorpio había sido poseído, no cuando paso de la misma forma en el Caso Aries con Mu y Kiki, así como en el caso que desato todo este problema; el Caso de los Gemelos Cáncer, cuya familia fue la dueña original de la mansión donde ahora habitan los Escorpio durante generaciones.

 

Sin embargo, les era extraño que solo Milo sufriera la posesión, y no Camus, su hermano menor, pues eran dos los demonios que habitaban en la Caja de Pandora, por lo cual, poseían a dos personas, y que ahora solo Milo fuera atacado era algo que no podían dejar pasar.

 

Pronto estuvieron frente a la mansión de los Escorpio, donde fueron recibidos por los padres de los niños, quienes los miraban con desconfianza desde que se despidieron del Padre, hasta que se presentaron.

 

-Buenos días, mi nombre es Kanon de Dragón del Mar-estrecho las manos de la pareja-Y él es mi esposo, Aioria de Sagitario.

 

-Hola.

 

-Vinimos para…

 

-“Ayudarnos”, ¿verdad? –hizo comillas con los dedos-Perfecto. Espero que cuando les demos el cheque, no salgan corriendo.

 

Sin decir nada más, Degel entro a su casa dejando a Kardia con los exorcistas afuera. El de cabellos azules suspiro, y miro fríamente a la pareja.

 

-Lamento eso. Degel ya no confía en los exorcistas desde que otros nos estafaron, me costó mucho hacer que los aceptara. Por cierto, mi nombre es Kardia de Escorpio, mi esposo se llama Degel, y seguro ya conocen a mis hijos, así que no hay necesidad de presentarlos.

 

-Así es, señor Escorpio. Si no le molesta, nos gustaría ver la habitación donde todo comenzó-pidió Kanon.

 

-Claro. Síganme por aquí.

 

Kardia guio a Kanon al interior de la mansión, mientras Aioria los seguía de cerca. Sin embargo, se separó de ellos al ver a dos niños de no más de ocho años en el patio, sentados juntos bajo un árbol que crecía en el centro de este.

 

 El castaño sintió que se le oprimía el corazón al ver las miradas tristes que tenían, especialmente la del mayor, quien supuso, era Milo. Sin pensarlo más, salió al patio y se acercó a los niños para intentar hablar con ellos, aunque sospechaba que no sería bien recibido.

 

-Hola, soy Aioria-no hubo respuesta, y apenas como alzaron la mirada para verlo-¿Les molesta si me siento a su lado?-los niños solo se encogieron de hombros, pero aun así lo hizo-Al fin la lluvia detuvo, el día se ve triste cuando llueve, ¿no creen?

 

-…-

 

-Oigan, quiero decirles que entiendo cómo se sienten. No debe ser fácil vivir en una casa donde se tiene miedo hasta de dormir, debe ser algo horrible-decía amablemente, tratando de trasmitirles confianza a través de su sonrisa-Pero no tienen nada de qué preocuparse, Kanon y yo vinimos a ayudarlos, y…

 

-¿De verdad van ayudarnos?-pregunto el menor.

 

-Claro que no, Camus. Los “otros” dijeron lo mismo y no lo hicieron-interrumpió Milo, captando la atención del de ojos verdes.

 

-¿Quiénes?-quiso saber Aioria.

 

-Death Mask y Afrodita. Ellos también dijeron que nos iban a ayudar, pero no fue así. En cuanto les pagamos, desaparecieron.

 

-Pero yo no soy como ellos, Milo. Ni Kanon ni yo los vamos a abandonar.

 

-¿Por qué dice mentiras? Seguro que ustedes ni siquiera me creen que exista un demonio aquí, nadie me cree.

 

-Yo si te creo, Milo-dijo Camus.

 

-Pero además de ti, y nuestros padres, nadie más lo hace. Una doctora dice que lo estoy inventando para llamar la atención.

 

-Malditos académicos-murmuro el castaño, haciendo que los niños lo miraran extrañados-Lo siento, pero eso es lo que son. ¿Saben? Cuando yo tenía su edad, mis amigos tampoco me creían cuando les decía que podía ver cosas que los otros no, ni siquiera mis padres.

 

-¿En serio? ¿Y qué cosas ves?-pregunto Camus.

 

-Espíritus, demonios, seres inmateriales que cruzan a nuestro plano. De hecho, una vez, cuando visite a mi abuelo en el cementerio, vi a un demonio devorando el alma de una mujer.

 

-¿Y qué hiciste?

 

-Bueno Milo, como supondrás, me asuste e hice un escándalo ahí. Mis padres, miembros de la alta sociedad,  no me creyeron y me castigaron durante meses. Luego de eso, no volví a mencionarles nada de lo que veía-los niños agacharon la cabeza-Pero pequeños, sé que las personas normales nos hieren demasiado porque no pueden entendernos, sin embargo, por muy lastimados que estemos nunca debemos dejar de confiar.

 

-¿Por qué?-preguntaron a la vez, y Aioria sonrió.

 

-Porque siempre habrá alguien que si nos crea. En mi caso, encontré a dos personas; una es mi esposo Kanon, pero antes de él, hubo alguien más.

 

-¿Quién fue, Aioria?

 

-Fue mi hermano, Camus. Mi hermano mayor siempre me creyó, lo hizo incluso antes de descubrir que él también podía ver, aunque nunca lo demostró ni lo divulgo como yo. Pero me protegía, me protegía todo el tiempo de los demás, y por eso lo quiero mucho.

 

-¿Tu hermano también vino?

 

Entonces, la sonrisa de Aioria se borró, y Milo se arrepintió de haber preguntado.

 

-No. El…el no hace lo que yo hago.

 

-¿Por qué?

 

-Nunca me lo dijo, pero mi hermano tendrá sus razones, ¿no? Ahora vamos adentro, me gustaría que me mostraran su casa. Es muy grande y me puedo perder, jejeje.

 

-¡Siii!

 

Los tres se levantaron, y los niños tomaron las manos de Aioria para mostrarle la mansión, embozando una enorme sonrisa.

 

OOOOOO

 

-¿Fue aquí?-Kardia asintió-De acuerdo, si no hay inconvenientes me gustaría que mi esposo y yo nos alojemos en esta habitación.

 

-¿Qué?-frunció el ceño-¿Por qué? La cama es algo pequeña, y además, esa horrible caja está aquí.

 

-Lo sé, y es por eso que se lo estoy pidiendo. Quien sea que este poseyendo a su hijo por las noches, se aloja aquí, y quiero saber si me enfrento a dos o a uno de los demonios que habían sido sellados en la caja.

 

-Está bien, si eso quiere, no lo detendré. Solo le avisare a mi esposo sobre el cambio de planes.

 

-Gracias.

 

En ese momento, la mirada de Kanon se posó sobre aquella pequeña caja de plata que se encontraba en la mesita del antiguo cuarto de Milo, y los recuerdos de hace dos años volvieron a su mente. A pesar de ya haber pasado tanto tiempo aún estaban frescos en su memoria, cada palabra, cada acción, cada emoción emitida durante el exorcismo hacía de esa experiencia la peor de todas, además de que los dejo sumamente agotados por días. Sin duda era algo que no quería volver a repetir jamás, así que se aseguraría de acabar con ellos esta vez, de forma definitiva.

-¿En qué piensas?

 

Se volvió ante la pregunta. Kardia ya no estaba, y en su lugar se encontraba Aioria sonriéndoles dulcemente.

 

-En que quiero acabar con esto de una vez por todas-respondió.

 

-Yo también lo deseo, Kanon. Pero…-se acercó para abrazarlo-Esto no será nada sencillo, cielo. No podremos sellarlos como una vez lo hicieron, ya no.

 

-Pero podemos expulsarlos a la otra dimensión, ¿no? Eso bastaría, Aioria.

 

-Desearía que fuera así-cerro los ojos-Cuando veníamos en el tren, recibí una advertencia en mi corto viaje a la Dimensión Oscura, y siento que tiene que ver con el caso de los Escorpio.

 

-Eso nunca nos ha detenido, y no lo hará ahora-acaricio sus cabellos-Tranquilo, tu eres el más poderoso de todos los “Elegidos” en la historia de su aparición, contigo esos niños pronto volverán a tener la vida que llevaban antes de que todo esto empezara. Así que…-lo separo para besarlo en los labios-Ya no te preocupes, sea lo que sea, lo enfrentaremos juntos, ¿sí?

 

Aioria asintió, sonriendo. Qué bueno era contar con alguien como Kanon, y con él, apoyándolo, no podía fallar. Y es más, no fallaría. Acabaría con esos demonios en esa misma noche.

 

OOOOOO

 

Cuando oscureció, la pareja de exorcistas se fue a dormir en la pequeña cama de la antigua habitación de Milo, mientras Kardia y Degel dormían en otra recamara junto a sus hijos. De esta forma, las horas transcurrieron con normalidad, sin que nada perturbara el silencio de la noche, sin embargo, toda esa tranquilidad fue interrumpida con el resonante sonido del reloj al dar la media noche.

 

Una presencia oscura se manifestó desde la caja hasta la habitación de Milo, acariciando su mejilla, y luego envolviéndolo por completo.

 

-¡AH!-grito Aioria, despertándose de golpe.

 

-¿Qué ocurre, amor?-pregunto Kanon, tallándose los ojos.

 

-¡Alguien estuvo aquí, Kanon!

 

-¡¿Qué?!

 

-¡Uno de los demonios estuvo aquí!

 

-¡¿Pero cómo es que-¡Oye!  ¿Qué haces?-cuestiono, al verlo levantarse y dirigirse a la puerta.

 

-¡Milo está en peligro! ¡Iré a ayudarlo!

 

-¡No! ¡Espera!-se levantó rápidamente, y tomo su crucifico-¡Aioria!

 

OOOOOO

 

Se removió con incomodidad, por alguna razón, su cama parecía haberse vuelto repentinamente más dura. Intento jalar las sabanas para cubrirse del frio, pero al tantear el terreno no logro encontrarlas por ningún lado, por lo que lentamente abrió los ojos, horrorizándose al ver que estaba en el piso de la sala, y no recordaba cómo es que había llegado ahí.

 

-¿Papa? ¿Camus?-su voz era temblorosa.

 

Estaba solo y en completa oscuridad, lo cual solo acrecentaba su miedo.

 

-Miiilooo…

 

-¿Qui-Quien es?-pregunto, aún más aterrado por esa voz siniestra.

 

-Miiloo…

 

-¿Quién está ahí?

 

-Soy yo Milo, ven. Vamos a jugar.

 

-¡No!-respondió firme.

 

-¿Por qué?

 

-¡Porque tú quieres lastimar a mis padres y a mi hermano!

 

-Yo jamás lastimaría a Camus, lo necesito. Aunque no puedo decir lo mismo de tus padres, jejeje.

 

-¡Vete! ¡Déjame en paz!

 

Se aterro al sentir su respiración en su cuello, a tal grado que no tuvo tiempo de reaccionar cuando lo sujeto por detrás.

 

-¡¡AAAHHH!!

 

Tal grito despertó a todos los habitantes de la casa, y alerto a los exorcistas, quienes apenas alcanzaban la puerta del cuarto donde se supone, Milo estaba durmiendo. Ambos se dirigieron con rapidez hacia la sala de dónde provenía el grito, esperando que el menor estuviera bien, mientras sus padres se levantaban de un salto con la intención de hacer lo mismo.

 

-¡¡Milo!!

 

-¡Degel! ¡Cuidado!

 

Kardia apenas pudo detener al de cabellos verdes antes de que el armario lo golpeara, el cual se había movido hasta la puerta para cubrirla.

 

-Papa, ¿Qué ocurre?-pregunto Camus, ocultándose bajo las sabanas.

 

-Nada Camus, solo quédate ahí.

 

-¡Kardia, rápido! ¡Ayúdame a moverlo!-grito, acercándose al armario con la intención de apartarlo, pero apenas lo toco, este se prendió en llamas-¡Ah!

 

-¡No te acerques, Degel! ¡Abriré la ventana para salir!

 

Cuando Kardia y Degel se dieron la vuelta, se encontraron frente a frente con Milo, quien tenía los ojos rojos y una estrella de seis picos en la frente, observándolos con una sonrisa siniestra.

 

-¿Milo?-susurro el de Acuario con temor.

 

-Hijo, ¿Qué haces aquí? Creímos que estabas en la sala.

 

El de cabellos azules no contesto, en su lugar, amplio su sonrisa haciendo que todos los objetos y muebles se elevaran, así como los vidrios de las ventanas se rompieran en pedazos para quedar suspendidos en el aire.

 

-¿Milo?-Degel retrocedió al igual que su esposo.

 

-…-

 

-¡Milo!-exclamo Kardia.

 

El menor ensombreció su mirada, y con voz distorsionada, dijo:

 

-Van a morir…ahora.

 

Con eso, todo lo que flotaba en el aire se disparó contra los adultos, quienes no pudieron esquivarlos y fueron heridos por los objetos. Los muebles los golpearon y los vidrios se incrustaron en sus cuerpos causándoles un terrible dolor en todas partes.

 

-¡¡AAAHHH!!-gritaban ambos.

 

-¡No, Milo! ¡Por favor, basta!

 

En aludido volvió su mirada hacia su hermano.

 

-¡Basta, Milo, Basta!-pedía entre lágrimas.

 

-¡Cállate!-lo ataco con una esfera de oscuridad, y Camus cayo inconsciente sobre la cama con el aura oscura de Milo a su alrededor.

 

Cuando Kardia y Degel dejaron de moverse, y la sangre empezó a cubrir el suelo, el demonio se detuvo  para dibujar una estrella negra debajo de la cama de Camus, sin embargo, cuando iba a recitar el ritual, la puerta fue derribada violentamente por Aioria y Kanon.

 

-¡Detente ahora, demonio!-ordeno el castaño, elevando su cosmos al límite y extendiendo su rosario hacia él, mientras Kanon revisaba si los Escorpio aún seguían vivos.

 

-Aioria-sonrió, siniestro-¿Otra vez interfieres en mis planes, Aioria?

 

-¡Sabia que se trataba de ti! Dime, Defteros, ¡¿Cómo mierda escapaste del exorcismo?!

 

-Jejeje-rio con burla-¡Eres un idiota! Deberías haberlo sabido, no puedes vencerme, Sagitario.

 

-Te escondiste en la Caja de Pandora, ¿verdad?-interrumpió Kanon-¡Maldito cobarde! ¡Ya veo porque escapaste de la expulsión al plano espiritual!

 

-Quizás.

 

-¡Te ordeno que liberes a ese niño, Defteros!

 

-¡Tú no eres nadie para darme ordenes, exorcista!-grito molesto, invocando a mas trozos de vidrio-¡Y menos cuando eres Sagitario!-y con un movimiento de su mano, disparo los vidrios contra ellos.

 

-¡Kanon, protégelos!

 

-¡Sí!

 

El castaño no lo pensó dos veces, y avanzo ágilmente esquivando y repeliendo todo cuanto le lanzaba, hasta que pudo acercarse lo suficiente para arrojarle agua bendita a Milo, sin embargo, esta no le hizo ningún daño al demonio, sorprendiendo al de ojos verdes.

 

-¡¿Qué?!

 

-¡No te sorprendas, imbécil!-elevo su cosmos para crear una esfera oscura que hizo retroceder a Aioria y a Kanon, por su tamaño colosal-¡Soy mucho más poderoso que la última vez, y en esta ocasión, no podrás vencerme!-grito, disparando la esfera contra el exorcista.

 

La tremenda descarga de poder,  apenas como fue suspendida en el aire por Aioria, quien apretaba los dientes y elevaba más allá del límite a su cosmos, para seguir manteniéndola así.

 

Sus brazos, que tenía extendidos hacia la esfera, temblaban ante el choque de sus poderes, su cuerpo era empujado poco a poco, casi cediendo ante aquella fuerza superior, y no había nada que pudiera hacer para evitarlo, lo cual lo llenaba de impotencia.

 

-¡¡Aioria!!

 

-¡No te acerques, Kanon!-dijo con la respiración agitada.

 

-¿Qué pasa, Aioria? ¿Es mucho para ti?-se burló el demonio-¡Que patético!

 

Esto solo logro enfurecer al castaño. No podía ser vencido, por supuesto que no. Era el primer ataque, y aunque sus fuerzas estuvieran al límite, no iba a perder ante él. Concentro toda su energía, y logro desvanecer por completo la esfera, causando que sus manos comenzaran a sangrar en consecuencia.

 

-Está bien, demonio. Es mi turno-dicho esto, Aioria sujeto su rosario y se lanzó contra el poseído.

 

-¡Entonces, ven Sagitario! AAARRR-Milo abrió la boca en un rugido feroz y de ella emergieron cientos de insectos que detuvieron el paso del de ojos verdes.

 

-¡¿Qué es esto?!

 

El exorcista repelió a los insectos con su aura lo más que pudo, pero algunos lograron traspasarla y morder su piel descubierta, causando quemaduras de ácido en ella. Ante esto, Kanon tomo su crucifico y lo extendió hacia los insectos, empezando a recitar una oración.

 

-Pest obnoxius mundi homines, in nomine Dei sui et mundi unglued in lumine:-tras cada palabra, los insectos parecían retroceder- Pest obnoxius mundi homines, in nomine Dei sui et mundi unglued in lumine:

 

-AARRGRR-el demonio volvió su mirada hacia Kanon-¡MALDITO HUMANO! ¡CALLA ESA ORACION!-y extendió su brazo hacia él, disparando una esfera de energía oscura.

 

-¡Kanon!-grito Aioria.

 

El de cabellos azules no tuvo tiempo de reaccionar, por lo que la esfera lo impacto contra la pared, logrando que escupiera sangre y se fracturara el brazo al caer.

 

-¡Mierda!-gruño.

 

-¡Kanon! ¡¿Estás bien?!-pregunto el castaño, asustado.

 

-Preocúpate por ti mismo-susurro Milo, detrás de él, sobresaltándolo.

 

Al volverse, el demonio alargo una de sus uñas cambiando su color a uno carmesí e intento atacar su corazón con ella.

 

-¡MUERE!

 

Aioria logro esquivar el ataque y torcer su brazo para sujetarlo y poner su crucifico en su frente, causando que empezara a brotar humo de él.

 

-¡Es hora de que te marches, Defteros!-dijo, comenzando a recitar la oración de exorcismo-Penitenziagite, penitenziagite…

 

-AAARRR….¡NOOOO!

 

El de ojos verdes siguió recitando la oración sujetando con toda su fuerza al demonio, hasta que por fin, tras varios minutos, el aura oscura se desprendió de Milo, para luego transformarse en una luz de inmenso brillo que se elevó al cielo, y solo entonces, Aioria lo soltó.

 

-Amen-finalizó con un suspiro cansado-Al fin termino.

 

-¡Cuidado, Aioria!-grito Kanon en el suelo, sujetando su brazo fracturado.

 

-¡¿Qué di-¡Ah!-gimió al sentir como un vidrio hacia una gran cortada en su brazo, provocando que su sangre salpicara el suelo.

 

-¡Aioria!

 

-Bien hecho, Aioria-dijo el demonio, levantándose-Liberaste a Defteros, pero creo que te olvidaste de mí, y ahora, gracias a ti he tomado el control completo de este niño. ¡Al fin podre completar el ritual usando tu sangre y la de los Escorpio!-extendió su mano hacia Camus, quien seguía inconsciente- WATASHI WA UCHŪ NO BIKKU AKUSEI ENERUGĪ O YOBIDASHIMASU. ŌPUN DOA NO SUNPŌ TO WATASHI NO KYŌDAI NO FUKKATSU NO DEN TO SUTEPPU!-decía en la lengua infernal.

 

-¡Alto!

 

El de ojos verdes quiso intervenir, pero su cosmos se había agotado en la batalla anterior, y la estrella del suelo mantenía un campo de energía que les impedía el paso. Por si fuera poco, su herida en el brazo lo debilitaba de sobremanera.

 

Todo lo que podía hacer era observar con impotencia como el demonio invocaba a su compañero a  este plano, sabiendo que no podría hacer nada para evitarlo.

 

O quizás, sí.

 

-¡¡VEN, HERMANO DEL SUEÑO!!

 

Entonces, un portal se abrió y una energía oscura entro a esa dimensión envolviendo al pequeño Camus por completo.

 

-¡¡NOO!!-Kanon quiso correr hacia él, pero el campo lo repelió estrellándolo contra el muro de nuevo.

 

-¡No te interfieras, humano! ¡No dejare que ustedes dos sigan metiéndose en mi camino!-dijo con furia, y dispuesto a lanzar un ataque contra ellos-¡Los acabare aquí mismo!

 

Sin embargo, no pudo disparar su ataque ya que algo se enrollo en su cuerpo como una serpiente, y al darse cuenta, el rosario de Aioria lo estaba aprisionándolo cada vez más fuerte.

 

-¡¿Qué demonios crees que haces?! ¡¡Aparta esto de mí, maldito imbécil!!-al removerse, el poder espiritual de las cuencas quemo gravemente su piel-¡¡NO  PUEDES GANAR, ASÍ QUE DETENTE, IDIOTA!!

 

-Lo sé, pero lamentablemente tampoco te puedo dejar ir-dijo, extendiendo una cuenca del rosario hacia el-En este momento, yo no soy capaz de vencerte, ni siquiera cuando recupere mis energías podre hacerlo, así que te contendré hasta traer a quien pueda ayudarme a exterminarte.

 

-¡¿QUÉ?! ¡¿ACASO VAS A…

 

-¡En nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo, demonio…

 

-¡¡NO LO HAGAS!!

 

-¡Que la noche embriague todos tus sentido, y su velo acobije todo tu ser!

 

-¡¡SAGITARIO!!

 

-¡¡CAE EN REPOSO ETERNO, DEMONIO DE PANDORA!!

 

-¡NOOO!-y la cuenca se rompió, provocando que el cuerpo de Milo cayera al suelo inconsciente.

 

Al parecer, era hora de pedir ayuda a un viejo amigo.

 

 

CONTINUARA…

 

 

 

Notas finales:

no olviden comentar jejeje


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