"Lazos"
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Caminaba con gran velocidad por las concurridas calles de la ciudad. Tenía mucha prisa por llegar a su casa para hacer el quehacer, y la gente apenas y le permitía poder pasar.
Y sin proponérselo, de un momento a otro vio a un lindo gatito, fuera de un oscuro callejón. Inmediatamente sintió pena por el minino, más al ver que las personas lo pasaban de largo. No lo pensó dos veces, se apresuró y tomo al felino en sus brazos, para después comenzar a correr lo más rápido que el amontonamiento le permitía.
Llego agitado a su hogar. Y entro con prisa, mientras hacía más fuerte su agarre en el gatito. Dejo las bolsas de sus compras en la cocina y su mochila en el sillón de la sala, para después correr hacía el baño. Preparo un poco de agua con la temperatura que considero justa y comenzó a bañar al gatito.
Rió divertido al sentir como el animalito comenzó a ronronear, sin llegar a despertar. Se esmeró en dejarlo limpio y cuando por fin lo logro, lo seco con sumo cuidado. Al final tomo entre sus manos aquel collar negro y se lo coloco, aunque también le pareció irónico ponerle como plaquita un huesito, pero era lo primero que encontró en aquella pequeña tienda, ya hacía muchos meses atrás, cuando su padrastro no le permitió tener mascotas.
Dejo de tomarle importancia a esos recuerdos y alzo en el aire al minino. Sonrió al ver la plaquita brillar.
—De ahora en adelante, tu nombre será, Tora —, murmuró divertido al ver que el gato bostezaba y amenazaba con despertar.
El chico sonreía curioso y ansioso por ver el color de aquellos ojitos, pero su sonrisa se borró al sentir tremendo mordisco en su mano. No pudiendo evitar, soltar al gato, el cual despertó justo después de morder la mano que lo salvo.
Lo que paso después ninguno se lo esperaría. El gato se transformó en un chico de largos cabellos blancos. El chico miro al que antes era un gato y se sorprendió al ver una extraña cadena negra pegada en el cuello ajeno, cadena que terminaba uniéndose en su propio brazo. Lo que es más, el extraño ser lo veía con sumo odio.
—¡¡UN BRUJO!! —, grito el chico, mientras tomaba aquel abanico de papel que su madre le había dejado como último recuerdo.
El albino frunció el ceño y solamente se puso de pie, mientras miraba con completo odio al chico frente a él. Lo último que hubiera querido era ser a fuerzas el compañero de otro que no fuera Shirota Mahiru y ahora por culpa de su sed por sangre humana, había hecho un pacto con aquel muchacho que lo había salvado de una muerte segura. Estaba dispuesto a matarlo y saciarse de su sangre, pero se detuvo de manera abrupta.
Si lo pensaba mejor, tener un Eve por el momento, no resultaba mala idea, especialmente porque necesitaba fuerza y voluntad humana para tener más poder, eso sin contar que la sangre del chico le lleno y reestableció sus fuerzas, aunque eso ultimo no lo admitiría, su prioridad era tener al Eve del asesino de su padre y eso haría, pero por el momento se quedaría con ese chico.
—No soy un brujo —, sonrió como si nada. —El termino correcto sería vampiro —, se relamió los labios al recordar el sabor de la sangre de aquel chico.
El chico respingo nervioso. Comenzó a alejarse a paso lento, mientras cubría con sus manos su cuello.
— ¿Vas a chuparme la sangre? —, preguntó nervioso y temeroso.
El albino solamente rió burlesco. Su rojiza mirada detallo cada detalle que el chico poseía. Le molestaba que el chico tuviera un cabello igual de castaño que su reciente obsesión, pero lo dejaba pasar al ver que no era del mismo largo, de hecho, su Eve lo tenía algo largo. Miro sus ojos y suspiro tranquilo al ver ese azul zafiro con un brillo miedoso. Y a juzgar por la altura del chico, diría que fácilmente pasa de los quince o dieciséis años, pero no se dejaría llevar por las apariencias, aunque le era difícil si el chico era más bajo que él y además delgado y sin fuerza aparente.
—No debes preocuparte por tu vida. Mi intención no es matarte, además, gracias a que me diste un nombre y un regalo, tu y yo hicimos un pacto —, en parte le mintió. Lo mataría cuando llegue el momento justo. —Ahora, dime tu nombre —, demando saber aquello.
El castaño dio un pequeño brinco al oír la orden, y ya más tranquilo, separo sus manos de su cuello. Miro nervioso al joven frente a él y suspiro resignado.
—Ritsu… Harada Ritsu —, respondió nervioso.
—El albino sonrió malicioso, mientras se acercaba al chico. —Bien, Ritsu, desde ahora yo soy tu Servamp y tú eres mi Eve —, le dijo burlesco.
—Ritsu lo miro con duda, después de todo, no entendía nada de lo que el albino decía. — ¿Qué es un Servamp y un Eve?, además, ¿te llamas como yo te puse o tienes nombre? —, comenzó a cuestionar al extraño vampiro.
—Un servamp es un sirviente vampiro, básicamente yo solamente sigo tus órdenes. Y un Eve es aquel dueño del vampiro con el que formo el lazo. Tú hiciste un lazo conmigo al darme un nombre y un obsequio y yo termine formándolo por completo al beber un poco de tu sangre —, explicó seriamente.
—El castaño solo lo miro dudoso. — ¿Y se puede romper el pacto? —, preguntó.
—Sí. Si el Servamp muere o pierde el objeto con el que se inició el pacto o…—, una sonrisa malévola surco su rostro.
—Ritsu se puso nervioso, algo le decía que no le gustaría la respuesta. — ¿Qué más? —, miro con miedo al albino.
—Miro con detalle el rostro del chico, en verdad le gustaba ver miedo en esos ojos. —Si el Eve muere… pero no te preocupes, los Servamps no pueden matar a su compañero —, le mintió en lo último. Debía mantener su pacto con el chico para poder destruir a su hermano y obtener a Shirota Mahiru.
—Ritsu suspiro tranquilo. —Entonces, supongo que ahora deberé cocinar para tres personas —, dijo ya más calmado, mientras veía la hora. Y justo al ver lo tarde que era, se alarmo. — ¿Tora?, necesito que te quedes en mi habitación hasta mañana, es que mi padrastro no se pondrá contento con todo este asunto —, comenzó a explicar nervioso. —En cuanto pueda te traeré algo de comer.
El Servamp, quien ahora respondería por el nombre, Tora, solamente miro al chico. Extrañándose al ver miedo al mencionar a su padrastro, pero a él no podía importarle menos. Aunque por el momento, aprovecharía que sus fuerzas fueron restauradas e iría a formar su grupo de sub clases para poder derrotar a su hermano y a todo ser que se interpusiera.
—Por mí ni te preocupes, tengo cosas que hacer afuera y aprovechando que ya es de noche, me iré. No te preocupes, regresare en la mañana —, le sonrió con amabilidad.
—Ritsu se sonrojo apenado. —Descuida, nos veremos en la mañana entonces —, le dijo nervioso.
Tora solamente asintió, para después salirse por la ventana, dejando al castaño solo en aquel gran departamento.
—Supongo que debo apresurarme —, murmuro temeroso de que su padrastro llegue temprano.
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Mahiru se removió incómodo y adolorido. Con cierta flojera, muy rara en él por cierto, abrió sus ojos. Tuvo que volver a cerrarlos al ser deslumbrado por los rayos del sol, por lo que intento abrirlos y cerrarlos hasta que por fin pudo mantenerlos abiertos.
Observo con detalle el lugar donde se encontraba, extrañándose al encontrarse en una espaciosa cama que por obvias razones no era suya. Analizo la cama y se sorprendió al ver a Kuro en su forma felina, y más aún, encima de él.
— ¿Kuro? —, se llevó las manos a su garganta al escuchar su voz tan ronca.
Sleepy Ash abrió los ojos al oír la voz de su Eve. Rápidamente se bajó de su comodidad, hasta el suelo, para después tomar su forma humana y mirar con alivio al castaño en la cama.
—Hasta que al fin despiertas —, le dijo con simpleza, mientras ponía sus manos en los bolsillos de su pantalón. —Por un momento creí que tendría que volver a comer la porquería que preparo el hermano mayor de Kisama-chan —, agrego, mientras fruncía su entrecejo al recordar el sabor de esa “comida”.
Mahiru solamente lo observo con cierta confusión, la cual se disipo al recordar de golpe todo lo ocurrido con el recién descubierto, noveno Servamp. Guio su confundida mirada en su compañero, pidiendo una muda explicación de lo ocurrido.
—Kuro solo suspiro resignado, bien sabia cuan molesto era su Eve. —Escapo —, murmuro con molestia. —Y según el Alicein mayor, ese tipo es sumamente peligroso —, apretó sus puños, aun en sus bolsillos.
De solo recordar lo que había ocurrido, se ponía furioso. Más si lo peor se lo llevo aquel que logro cambiarlo para bien.
---FLASHBACK---
Para molestia del Servamp de la pereza, la ayuda de la que el mayor de los Alicein le dijo, llego en unos diez minutos aproximadamente. Decir que estaba enojado era poco, más si su Eve estaba pálido y frio en sus brazos, cabe decir que envidia solamente negaba con cada mirada que le enviaba, dándole la muda advertencia de que debía hacer caso a la petición de rubio.
Miro una vez más al castaño y solamente negó. Mahiru se había llevado la peor parte de esa pelea y lo que más lo enojaba es no haber podido hacer nada. Para el colmo, el lugar donde terminaron fue la mansión Alicein, lugar donde un histérico enano gritaba a todo pulmón por lo que su hermano le había contado.
—Tranquilos, el chico solamente perdió una cantidad considerable de sangre, eso no quiere decir que vaya a morir —, el doctor se encargó de checar a fondo al castaño.
Pereza solo asintió sin ganas, mientras veía como unían aquella bolsa con sangre a la vena del castaño, el cual no daba indicios de despertar.
—A todo esto Mikuni, ¿cómo se metieron en ese problema?, digo, ese vampiro no era conocido más que como leyenda urbana —, miro con extrañeza al rubio, el cual solamente veía a su muñequita.
—Albert tranquilo. No fue mi intención meterme en problemas, es solo que desde que C3 se fue a la ruina, todos los seres sobrenaturales comenzaron a salir de sus escondites, incluso hay algunos que escaparon de viejos edificios —, explicó sonriente. Aunque de un momento a otro, su expresión se llenó de seriedad. —Aunque si me lleve una sorpresa al descubrir el secreto que Touma guardaba tan recelosamente —, miro al chico en la cama. —Ese vampiro es peligroso y lo peor, puso su interés en el Eve de pereza.
—El doctor solamente suspiro con preocupación. —No me imagino si quiera a un vampiro peor que Tsubaki, pero por tu expresión, puedo deducir que es alguien de temer —, se llevó una mano a la barbilla. —Y supongo que tu plan es llamar a todos los Servamps y Eves, ¿me equivoco? —, miro dudoso al rubio.
—Mikuni solo sonrió divertido. —Eso es lo justo que debo hacer —, observo de lejos a Sleepy Ash. —Aunque eso implicaría tener que soportar a Tsurugui y sus tonterías.
—Albert solo negó sonriente. —Bueno, pues yo me voy. Dejo aquí algunas vitaminas para que el chico se reponga, y bueno, que limpie esa pequeña herida que tiene en el cuello, que aunque no fue grave, aun así puede infectarse si no se le da el cuidado necesario —, explicó seriamente, mientras metía todo lo utilizado en su portafolio. —Me retiro —, se despidió.
Kuro solo se dedicó a escuchar con suma atención todo lo que Mahiru necesitaría para poder reponerse por completo y suspiro aliviado al escuchar que las heridas no eran del todo graves, más que nada alarmantes y escandalosas a la vista.
—Supongo que quieres saber acerca de ese Servamp… el noveno Servamp y representante del dolor y la tristeza.
—Kuro miro atento al rubio. —De que quiero saber, es obvio —, murmuro con molestia.
—Mikuni suspiro. —No sé mucho sobre él. De hecho, fue casualidad que Jeje y yo nos topáramos con esa información —, mostro una carpeta negra con el escrito “Peligro”. —Todo lo que dice es como Touma lo encontró y decidió guardarlo en secreto, eso sin contar que fue excluido en una de las sedes de máxima seguridad, sede que fue destruida no hace mucho. Y como estaba en un lugar secreto, nadie supo acerca de él cuando se inició la destrucción de ese lugar —, se puso a pensar acerca de todo lo ocurrido. —Y como dato importante, este Servamp tiene habilidades diferentes de los demás. Así como Tsubaki podía destruir a sus hermanos, este puede crear otro Servamp si así lo quiere.
—Kuro lo miro sorprendido ante las últimas palabras. —Eso no puede ser —, susurró. —El único que podía crear más Servamps era padre.
—Mikuni ensombreció su mirada. —A eso iba. Si bien su creador era la única persona con las habilidades para crear más como ustedes, eso no quiere decir que no pueda pasar lo de ahora. Según esa carpeta, su creador no era solo eso, era su padre biológico —, observo atentamente la cara de Sleepy Ash. —Y según la información, su hijo estaba muy enfermo, era casi imposible que sobreviviera a la transformación, pero como ves, hizo todo lo imposible porque así sea.
Kuro se sentó en el suelo, no creyendo aquella burda revelación. Miro al rubio con duda, y una muy grande por cierto.
— ¿Y por qué darle esta vida?, de verdad ese hombre no pensaba en el sufrimiento ajeno —, con la mirada pidió que siguiera contando aquello.
—Y aun no lo entiendes. El gran creador de los Servamps sabía las intenciones de C3. Su intención no era dejar su trabajo y que mejor que su propia sangre para seguir con el legado. Creo a un extraño y poderoso Servamp y salvo a su propio hijo de una muerte segura y según esto, tiempo después creo al Servamp de la melancolía para ganarle tiempo a su hijo.
Y Kuro quedo petrificado. Aquel malévolo vampiro que se atrevió a hacerle daño a su Mahimahi tenía no solo el poder para destruirlo, sino que también para crear más como él. Miro preocupado a su Eve, ahora más que nunca debería ponerse las pilas y pelear, porque lo más seguro era que la tristeza se vuelva dolor.
—Por lo pronto, deben quedarse aquí, yo me encargo de localizar a los demás Servamps y Eves —, le guiño el ojo, para después salir a hablar con su hermano.
---FIN DEL FLASHBACK---
—Y eso fue lo que paso en estos dos días, de hecho ya llegaron el chico Onsen y Orgullo, incluso Lawless y su salvaje Eve —, termino de hablar.
—Mahiru solamente asintió, mientras miraba a su compañero. — ¿Y qué paso con mi tío? —, no se alarmo por saber el tiempo que se quedó dormido, debido a que vio el mensaje en su celular.
—Llamo una y otra vez, hasta que Kisama-chan le contesto de tu parte. Tú tío no podrá venir hasta dentro de unas semana.
—Supongo que ahora deberemos tener más cuidado —, dijo lo más obvio.
—Kuro frunció el ceño. —Más bien tú, porque es obvio que se interesó en ti —, le recordó con cierta molestia.
—Shirota solamente asintió preocupado. —Eso ya lo sé, pero aun así, no me gustaría que eliminaras a alguien que no tiene la culpa de haber sido creado de la misma forma que tú.
—Pereza solo lo miro con sorpresa. —Obvio que no voy a dejar que te hagan daño —, miro hacia otro lado, mientras rascaba distraídamente su mejilla. —Pero de qué le voy a dar una lección, lo haré, aun si tengo que romperle todos los huesos para que entienda.
—Mahiru se sonrojo ante esas palabras tan inusuales en su flojo compañero. —Bueno, puedes hacer eso, pero no permitiría que mates nuevamente, más si con ese acto cambias tu forma de ser.
Ambos se quedaron callados. Temían decir más palabras cursis que se malinterpretaran, aun cuando no sabían lo que el otro pensaba acerca de esos nuevos sentimientos.
Y justo antes de que iniciaran de nueva cuenta una conversación, gritos y golpes se escucharon en lo que parecía ser la parte de debajo de aquella mansión. Kuro suspiro con flojera, mientras veía a su Eve, el cual solamente se preguntaba qué era lo que ocurría.
—Sabrás que es muy problemático reunir a todos los Servamps y Eves, especialmente si en el grupo está un rubio obsesionado por su muñeca y un ángel muy salvaje —, se expresó con flojera.
Mahiru solo le dio la razón, mientras reía con nerviosismo. Bien sabía que andar con esas personas podía poner la vida de cualquiera, totalmente de cabeza.
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— ¿Quieres vivir? —, preguntó con un tono calmado.
Aquel hombre de gran musculatura, solo observo al joven peli blanco con un tremendo dolor. Su vida siempre fue pésima. Sus padres lo abandonaron cuando tenía diez años, por lo que se dedicó al robo y las peleas en pandillas. Incluso en el amor tenía tan mala suerte, debido a su monstruoso carácter y gran cuerpo, y todo de él ahuyentaba a las personas. Siempre deseo la muerte y ahora que había fallado el robo que hacía poco planeo, Kamisama le dio lo que quería.
Logro escapar, pero a costo de su vida. Y justo ahora se arrepentía. Él quería vivir, conocer el amor, tener una familia, y más. Pero tan jodido estaba que ahora la vida que tanto odio se le escapaba.
No pensó siquiera en la pregunta tan extraña de ese misterioso ser, solo se encargó de mirarlo con suplica, mientras lloraba dolido.
—S…sí —, respondió seguro. — ¡Quiero vivir! —, lo miro con desespero.
—El peli blanco solo sonrió divertido. —Entonces no te preocupes —, dijo. —Tú vivirás a cambio de tu eterna lealtad, mi nuevo Sub Clase.
Continuará