Un dulce amargo
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Capítulo # 9
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¿No te gusta lo desconocido? ¡Sorpresa…!
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ACTUALIZACIONES LOS MIÉRCOLES
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Viktor jadeó con fuerza. Tenía las mejillas completamente rojas, sus manos temblaban y sus piernas parecían querer dejar de sostenerle. Yuuri lo había roto, en serio.
–E-Espérame…un poco–Gimió, y su pareja pareció dichoso ante ello.
–Ya casi acabamos –Alentó, y acto seguido se alejó patinando. Las prácticas siempre eran muy duras.
Salió de la pista poniéndose los protectores y fue a los vestidores, donde ambos adolescentes esperaban a que les permitieran entrar. Hacía casi una semana desde que el japonés y el ruso se encerraron en la pista del Ice Castle para montar los programas prometidos y decidieron llevarlos con ellos en el último día, en el que sólo corregirían detalles, para mostrárselos en cuanto los terminaran.
–No me dejes aquí…–Murmuró Viktor a nadie en particular mientras se recostaba en el hielo. Nunca había dejado de entrenar aún si el año anterior se había centrado en el modelaje, pero la forma en la que Yuuri se ejercitaba y patinaba era monstruosa. Tenía suerte si no estaba desmayado como en días anteriores.
Ahora, un sentimiento de tristeza y soledad lo embargó. Siempre era así cuando Yuuri se alejaba más de unos cuantos metros, y esto debido a que llevaban poco más de un mes y medio enlazados. Eso, y que no había tenido oportunidad de refirmar su conexión en todo ese tiempo -Entiéndase, intimar- Aunque comprendía que era mejor no forzar las cosas.
Su mente comenzó a llenarse de pensamientos posesivos, paranoicos e innecesarios. Era parte de su instinto alfa querer ir a cazar a su omega y…bueno, podía controlarse, así que era mejor ignorar lo que haría en cuanto alcanzara al japonés. Un par de minutos pasaron de esa forma hasta que decidió que era suficiente descanso y se puso de pie a esperar a los menores. Aún dudaba que pudieran dominar los programas diseñados para ellos, pero aun así sería emocionante que dieran lo mejor de sí y ver su intento.
El trío ingresó a la pista, emocionados, y dieron un par de vueltas para calentar antes de reunirse frente a él.
–Sus coreografías están listas –Anunció Yuuri muy orgulloso mientras se dejaba abrazar por Viktor. Hablar mientras la respiración del otro en su cuello le causaba cosquillas era difícil –Pero no podemos enseñárselas simultáneamente a los dos, así que este es el plan: Viktor les asesorará con el Programa Corto durante dos días y yo con el programa libre durante cuatro. Pueden marcharse después de eso, y si se quedan su entrada a mis prácticas estará vetada. No es nada personal, es lo que mi entrenador decidió.
–Hum…–Yurio se quejó un poco, pero terminó aceptándolo al igual que Minami. Estaba seguro de que Viktor no era un mal “profesor”, pero su nivel no se comparaba con el del omega. Cierto era que antes no había podido llegar al Grand Prix, pero desde su reinvención hacía un año nada podía detenerlo de ganar más y más primeros lugares cuando antes se limitaba a la plata o el bronce.
Yuuri y sus dos pichones* se orillaron en la pista y le dieron lugar a Viktor, quien presentaría los Programas por insistencia de su omega pues, según él, los perfeccionó mejor. Claro, esa era un mentira, pero le encantaba verlo patinar.
Yuri estaba tanto expectante como estresado. Le mostrarían su coreografía primero, y debía apresurarse a prenderla y aunque nunca se le había dificultado dominarla antes no se estaba sintiendo bien. De hecho desde la mañana tenía un remolino en el estómago y algo de fiebre, pero no podía darse el lujo de quedarse en casa y perder tiempo de su entrenamiento. «Aguanta», ese sería su lema por ahora.
Su corazón dio un vuelvo cuando su música comenzó a sonar. (https://www.youtube.com/watch?v=48BdVef51YE)
Viktor tenía una rodilla en el hielo y comenzó a ponerse de pie con los suspiros de fondo, llevando una mano a su pecho y controlando su respiración para que este subiera y bajara. Dio una vuelta y luego una pausa.
La voz empezó la canción y con ella la secuencia de pasos, cosa que no era muy común, aumentando la rapidez.
«Te marcarás, jamás volverás, el vuelo hoy tomarás…»
El primer salto fue un cuádruple Salchow. Viktor se dirigió al centro para realizar una combinación de Spin muy complicada.
«No lloraré, no lloraré, pues decírtelo anhelé:
No me abandones…»
Un Ina Bauer le abrió paso a una vuelta a la pista, aun cuando su mano seguía sobre su corazón, y su contraria dibujaba en el aire.
Triple Toe Loop, un Lutz simple y triple salchow siguieron. Comenzó la segunda mitad apenas medio minuto después, abriendo con un triple Axel que al rubio le dio escalofríos, y casi pegado al salto un Hydroblade lento.
La pieza fue llegando a su final y Viktor realizó los últimos pasos antes de un sencillo Sit Spin para tomar la postura final: Arrodillado con las manos tapando sus ojos, como si estuviera llorando.
Magnifica presentación.
Yuuri quiso decir algo para felicitar a su pareja pero no pudo salir de su estupor lo suficientemente antes de que una violenta tos le interrumpiera.
–Estoy cansado~ –Dijo el albino al recuperarse de su ataque de tos y una mueca feliz se instaló en su rostro: Podría estar destrozado físicamente, pero sabía que su omega disfrutaba de verlo en la pista y no podía negarse a eso– Bien, Yurio, ¿Necesitas que lo repitamos para que lo memorices?
–No, lo tengo –Cortó seguro, y comenzó a moverse al centro de la pista para intentarlo una vez.
No pudo avanzar mucho. Se desplomó en el hielo de manera estruendosa. Pudo sentir cómo todos los demás se acercaron a él, gritando, pero aunque quería no podía moverse.
– ¡Viktor, ayúdame a moverlo a la sala de espera, está ardiendo en fiebre!
Eso fue lo último que escuchó.
Todo se puso negro.
Despertó lo que él sintió fueron unos segundos después y sabía que alguien le estaba quitando los patines apresuradamente. Sus ojos dieron una vuelta por la habitación y supo inmediatamente que aún se encontraba en el Ice Castle.
–Yuri, ¿Estás despierto? –Llamó al otro omega, preocupado. Se notaba verdaderamente afectado por lo que le pasaba.
Y el rubio trató de responder, pero no pudo. Sus cuerdas vocales no le respondían y, para su mala suerte, su cabeza le dolía tanto que tuvo que sujetársela, temblando.
–Tranquilo, vamos a llevarte a la posada rápido –Su Voz de Calma se hizo presente de nuevo, pero casi no tuvo efecto en Yurio. En ese momento, Viktor entro casi corriendo por la puerta.
– ¡Ya está el taxi afu…!–Se detuvo con el ceño fruncido y olfateó el aire, cubriéndose luego la nariz en un gesto exagerado– ¿Qué es ese horrible aroma?
Yuuri se puso pálido y se volvió al otro omega.
–Yuri, ¿No habías tenido tu Primer Celo* aún? –El pelinegro y su pareja se permitieron entrar en pánico ante la negativa desesperada del adolescente.
A Minami se le ocurrió entrar en mal momento con más malas noticias.
– ¡Hay un carro de noticias afuera!
El rubio se arrepintió de no permitirse descansar ese día.
Notas de la A:
*Pichones: Yuuri siente como si lo siguieran a todos lados, siente su admiración por él y el deseo de cumplir con sus expectativas, así que, como están en su “territorio”, su naturaleza omega los ve como sus “pichones”. No necesariamente sus hijos, pero sí niños de los que debe cuidar.
*Primer Celo: En esta variación de Omegaverse el primer celo es doloroso y muy difícil de sobre llevar. Eres designado a una categoría desde los diez años, pero los celos en los alfas y omegas se dan entre los 13 y los 20 años.