Un dulce amargo
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Capítulo # 10
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Parece que es el fin… (Parte 1)
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ACTUALIZACIONES LOS MIÉRCOLES
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Se recomienda leer antes el EPECIAL DE AÑO NUEVO
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El cuerpo del rubio temblaba violentamente, sudando frío, estremeciéndose dolorosamente ante el asfixiante calor. La sensación era tan horrible y desagradable que si no lloraba era por simple orgullo y porque no se encontraba solo.
–Maware maware maware yo, Mizuguruma maware… Mawatte ohi-san yonde koi, Mawatte ohi-san yonde koi…* –Yuuri cantaba para él, en un intento de calmarlo. Lo ideal era que un omega pasara su Primer Celo, el más traumático, junto a sus padres o un familiar de confianza, pero el rubio estaba solo en Japón en esos momentos, por lo que Yuuri instintivamente había asumido el papel de madre y hecho lo que una en esa situación: quitarle casi toda la ropa, ponerle toallas mojadas, masajear su espalda y susurrarle palabras de aliento.
Pero incluso con eso Yuuri estaba sufriendo como omega porque otro más joven, en pleno celo, estaba cerca de su alfa. No es como si Viktor estuviera en la habitación, o como si hubiera demostrado interés en el adolescente, pero sus instintos iban en contra de su lógica.
«Aleja a tu pareja de este chico y reafirma tu lazo con él. Sí, deja que te marque de nuevo… ¡Es una estupenda idea!»
El pelinegro negó con la cabeza, tratando de deshacerse de esos pensamientos peligrosos, y se concentró más en la canción que cantaba para Yurio. De seguir así se iba a volver loco.
Minami entró de improvisto a la sala de espera, de donde no se habían movido en un par de horas, con una bolsa de plástico llena de hielos.
–Yuuri-San, espero que Yuuko-San no se moleste por haberlo tomado de la pista…–Lamentó mientras le pasaba lo encargado. Recorrió el local de arriba abajo, pero no encontró hielo y, con dolor en su corazón, hizo un hoyo en la pista con las hojas de sus patines. No se encontraba orgulloso, pero lo necesitaban.
–Lo comprenderá –Corto Yuuri, concentrándose en pasar la fría bolsa por todo el cuerpo del adolescente.
–Arde…–Gruñó Yurio, sintiendo el frío pasar por su piel. No se refería a hielo, sino a la fiebre. Sentía sus cuerdas vocales cerradas, así que no podía hablar mucho, pero estiró una mano en una petición silenciosa hasta entrelazar sus dedos con los del otro omega. Necesitaba apoyo.
–Lo sé, lo siento, mejorará en las próximas horas –Consoló, sorprendido por la acción tan confianzuda.
–No creí que fuera tan malo…–Comentó en voz alta Minami, sintiendo una mirada de parte de su ídolo. No tenía la culpa, era un beta que no necesitaba conocer sobre ese tema.
– ¿Sabes mucho del Celo, Yuri? –Inquirió el japonés, recibiendo una negativa de parte del ruso –Comprensible, dado que su familiar más cercano era su abuelo beta-, y llamó a Minami a su lado para poder explicarles a ambos –Los Celos, e imagino que eso sí lo manejan, son el periodo de mayor fertilidad en un omega o alfa y es en la única época en que las Marcas de Pareja pueden hacerse.
–Yuuri-San tiene una –Interrumpió inocentemente el beta.
–Sí, la tengo –Y acto seguido jaló un poco del cuello de su camisa para dejarla a la vista. No la dejó expuesta mucho tiempo, le hacía sentirse desprotegido bajo ese par de ojos curiosos, porque Yurio, a pesar del dolor, estaba atento a todo lo que el pelinegro les contara. Le ayudaba a distraerse –Y esos periodos no son tan violentos como todo el mundo piensa. De mayor es sólo como tener fiebre e hiperactividad juntas, pero el primero siempre es difícil porque tu cuerpo no está acostumbrado. Yurio, tu celo se acabará pronto, pero mientras sentirás un calor insoportable. Tómalo como estar enfermo, y no te preocupes si quieres llorar o tienes un *ataque de pánico; Yo mismo estuve muy deprimido las primeras veces que sufrí el celo. Ah, y después de unos días es posible que sangres un poco*, pero es normal.
Terminó de explicar y volvió a cantar para relajar a ambos pichones mientras se encargaba de acomodar las toallas húmedas sobre el cuerpo del rubio. Sorprendentemente, y sólo media hora después, Yurio se quedó dormido.
–Minami, ¿Sabes dónde está Viktor? –Cuestionó el mayor entre ansiosos susurros. Se estaba sintiendo inquieto por estar tanto tiempo separado de su pareja y todo ese tiempo se estuvo conteniendo.
–Creo que se quedó en el baño. No le sentó bien estar cerca de Yuri-Kun –Respondió somnoliento, acostado en el piso. Estaba cansado por tan ajetreado día y sobre todo se había estresado innecesariamente con el asunto de estar encerrado en la pista por esos insistentes reporteros.
–Bien. Necesito hablar con él, ¿Podrías cuidar un rato a Yurio? Ya vuelvo –No esperó una respuesta, sólo se levantó y salió rápidamente a donde le habían indicado.
«Tranquilo, Yuuri, está bien. No tienes que alterarte, Viktor no te va a dejar o algo parecido. Sólo… vamos a ir con él, eso es todo lo que importa», se dijo, y corrió hasta la puerta del baño, abriéndola con premura y encontrándose a su sorprendida pareja frente a él, quien de inmediato le regaló una sonrisa.
–Te sentí alterado y ya iba a buscarte, ¿Pasa algo malo? –El alfa se sentía perturbado por la mezcla de emociones en su omega, que había empezado a estremecerse frente a él. Iba a llamarlo de nuevo cuando Yuuri alzó la vista, con claros signos de querer llorar, y se acercó poniéndose de puntillas para darle un pequeño beso en los labios.
–Quiero hacerlo… –Gimoteó, devastado. Era una sensación nueva para él necesitar que su alfa afianzara su lazo y él no estaba preparado para intimar con el otro aún, cosa que fue notada de inmediato por este. Su sentimiento de rechazo le dolió.
–No, no quieres, solo piensas que deberías porque he estado cerca de otro omega en celo… –Consoló, acariciando sus mejillas. Realmente sabía que estaría muy mal hacer lo que el pelinegro le pidiese ahora, pero eso no calmaba a su alfa de intentar consolarlo.
–Ese es el problema, yo… necesito… –Su voz se quebró a un punto en que francamente se hizo inentendible; Estaba empezando a sentirse muy mal. Y Viktor, apiadándose un poco, le abrazó con fuerza. Yuuri también correspondió el gesto, aunque de manera más desesperada, frotándose contra el cuerpo del mayor en un intento subconsciente de tentarlo.
–Cerdito, necesitas calmarte y puedes hacer eso sin mí –Dijo, sosteniendo firmemente la cintura del otro para que dejara de moverse y despertara lo que no tenía que despertar.
–No puedo… – Gimió, herido. Hasta hace poco era alguien más bien inseguro de sí mismo, una persona ansiosa y depresiva, por lo cual le costaba trabajo razonar la situación ahora que estaba frente a su pareja y se daba cuenta de cuánto lo necesitaba, de lo que rogaba para que no se fuera de su lado. Se estaba frustrando por no poder contenerse.
–No te avergüences, está bien –Calmó, acariciando su espalda; No creía que la situación fuera mejorar.
Tenía razón. Casi diez minutos pasaron de esa forma, pero para Yuuri la situación se volvía peor cada vez, obligándose a sí mismo a buscar que su pareja le tocara, queriendo excitarla con necesidad y que lo tomara. Estaba sufriendo, por lo que Viktor, temeroso, tomó una decisión arriesgada.
Los hizo entrar a ambos a un cubículo del baño y cerró la puerta con seguro…
Notas de la A:
*Maware, maware (…): Cuya traducción es: “Vueltas y vueltas, a la ronda. Rueda de agua, a la ronda… A la ronda, llamen al señor sol. A la ronda, llamen al señor sol…” (También es interpretada como: “Gira, gira, gira. La noria gira… Gira y llama al señor sol. Gira y llama al señor sol…”). Es una «Warabe Uta» que aparece en la película de Estudio Gibhli “El cuento de la princesa Kaguya” (¡La recomiendo un montón!). Las Warabe Uta son canciones tradicionales japonesas generalmente usadas en los juegos infantiles a manera de rondas. Como las letras se escribieron en un japonés antiquísimo es muy difícil de traducir o comprender, incluso para los propios japoneses, y algunas pueden tornarse un poco siniestras si se las analiza.
*Ataque de pánico: Los ataques de pánico o crisis de ansiedad (también ataques de ansiedad o crisis de pánico) son períodos en los que se padece, de una manera súbita, temporal y aislada, un intenso miedo o temor o malestar intensos, con una duración variable: de minutos a horas. La persona que sufre episodios de pánico se siente súbitamente aterrorizada sin una razón evidente para sí misma o para los demás. Durante el ataque de pánico se producen síntomas físicos muy intensos: taquicardia, dificultad para respirar, hiperventilación pulmonar, temblores o mareos. Los ataques de pánico pueden ocurrir en cualquier momento o lugar sin previo aviso.
Yo tuve un par, que no fueron nada lindos, donde me ahogaba, hiperventilaba, reía y lloraba al mismo tiempo. Es algo que no le deseo a nadie experimentar, pero en la historia son comunes en los omegas durante su primer celo por el impacto emocional y físico que estos tienen.
*Que sangres un poco: Pues, si son omegas y pueden tener hijos ASUMO YO que deben tener algo parecido a un útero/matriz con un funcionamiento similar al de las mujeres, así que… ¿Si las chicas sufren por qué los chicos no? Aunque, claro, suelen sangrar menos y sus días también son de un periodo más corto.