Un dulce amargo
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Capítulo # 10
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Parece que es el fin… (Parte 2)
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ACTUALIZACIONES LOS MIÉRCOLES
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Se recomienda leer antes el EPECIAL DE AÑO NUEVO
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El joven japonés parpadeó de nuevo mirando al techo falso de la habitación, tratando de sacudirse el sueño. A su lado, en una banca convertida en camilla improvisada, Yurio descansaba de la agotadora fiebre del celo. Le habían encargado cuidarlo, así que estaba haciendo lo que podía para echarle un ojo y cambiar las toallas húmedas cada vez que se calentaban –Que eran cada 5 o 6 minutos, más o menos-.
De cierta manera le dolía ver a su compañero de pista así. Pensar que lo que estaba pasando era una consecuencia de haber nacido de esa manera le ponía los pelos de punta, y le hacía apreciar cuánta suerte tuvo de ser beta y no un omega o alfa, como había fantaseado otras muchas veces al desear destacar aún más en el deporte.
–Agua… –Un suave murmullo lo alertó, y corrió buscar un poco para Yurio. No tardó mucho, prontamente se sentó al lado del rubio con una taza de agua fría y le ayudó a sentarse para beber. Temía que fuera a deshidratarse si no podían salir rápido de allí e ir a una farmacia; Sabía que se tenían varias opciones para el celo, como los supresores, pero eran muy agresivos para cuerpo y con el tiempo causaban un daño grave, así que lo más común era conseguir Suplementos especiales* para el celo, que contenían una gran cantidad de vitaminas y agua para ayudar a los omegas a sobrellevar la situación sin desfallecer o tener otro tipo de incidentes, fueran menores o mortales.
– ¿Ya te sientes mejor? –Preguntó, poniendo especial atención a la piel sonrosada y reseca del ruso, prueba de su mal estado. Desde que habían comenzado a vivir con la pareja de patinadores, con su aroma pululando por ahí y pegándoseles, sus *naturalezas habían comenzado a verse como hermanos. En otras palabras: familia.
–Quiero que se acabe… –Evadió la pregunta, haciéndose el fuerte, como si no sintiera su cabeza dar vueltas y la garganta rasposa y ardiente. Había escuchado que el celo era malo, pero no que era tan horrible. ¿No debería sentir su lívido subir? Lo único que distinguía eran náuseas.
–Seguro que no dura mucho más, tú puedes resistirlo –Le sonrió Minami, queriendo ser optimista sin saber muy bien cómo. Desde que el omega mayor se marchó sintió que el único soporte real de Yurio se había ido también, y deseaba alentarlo aunque fallara en el intento o no fuera tan bueno en ello como Yuuri.
–Me cuesta respirar… –Admitió el rubio, obteniendo una mirada preocupada que apenas pudo distinguir. Se le aguaban los ojos, no aguantaría mucho despierto antes de que el dolor lo noqueara. Y no era como la vez anterior, en que se había relajado por la voz de Yuuri, en esta ocasión se sentía más bien como si nunca más pudiera volver a despertar. Comenzó a tener miedo.
– ¡T-Tranquilo, iré por Yuuri-San y todo estará bien! –Comentó, nervioso. Una mano le sujetó de su chaqueta antes de poder ponerse en pie y salir corriendo a por ayuda.
– ¡No me quiero morir aquí solo…! –Yurio, ya desesperado y enojado consigo mismo, no quería dejarlo ir. Ahora sentía de verdad que todo se iba a acabar allí. Las pequeñas manos del otro joven rodearon las suyas, y pudo sentir el contraste entre su piel caliente y la refrescante del japonés.
– Yurio, sé… sé es difícil quedarte sin compañía ahora, pero regresaré en seguida con ayuda, yo… no sé qué hacer, por favor, déjame buscar a Yuuri –Aterrado, su única opción fue suplicarle al rubio por su entendimiento. No le dio tiempo a contestar, simplemente zafó su agarre de manera casi brusca y corrió en pos de los adultos, rompiendo en llanto.
La habitación se quedó en silencio…
– *Vernis'… –Fue la suave súplica del rubio, mientras sentía su garganta cerrarse, intentando jalar bocanadas de aire para no ahogarse.
Sólo esperaba que alguien pudiera salvarlo, aún tenía muchas cosas qué hacer, qué vivir, qué lograr… qué disfrutar…
Su consciencia se desvanecía.
…
Por otro lado, y minutos antes, el «Click» del seguro resonó en el baño con un eco nada agradable.
Sobre la taza del baño de uno de los cubículos se encontraba sentado Viktor, con Yuuri sobre su regazo. Su alfa sufría por ver a su pareja en tal grado de desesperación, pero no podía calmarla como se debía porque no quería traicionar la confianza del japonés, aunque éste estuviera insistiendo. No era correcto.
En cambio, dejó varios minutos que Yuuri se restregase contra él, que metiera sus manos por debajo de su camisa, abrazándolo y que refregara su mejilla contra su pecho. De esa forma la esencia de ambos se mezclaba con fuerza, quizás no con la intensidad que les produciría el intimar, pero calmaba un poco el fuego.
Viktor estaba más que advertido de que lo que haría era peligroso, pero no tenía muchas opciones y el tiempo se le estaba acabando. Como ya había dicho antes: él era un hombre débil al placer, unas caricias y Yuuri lo tendría a sus pies, cumpliéndole como pareja, como ya había pasado antes y cosa que no quería repetir. Cuando él y su omega estuvieran juntos de nuevo sería porque ambos así lo habían decidido.
Inhaló y exhaló, dándose valor, y sin que Yuuri lo notara corrió el cuello de su camisa hasta dejar expuesta su marca de pareja…
Mordió fuerte.
Al principio Yuuri chilló, con el corazón a mil, y trató inútilmente de alejarse del alfa. La mordida era sólo bien recibida durante el sexo, de lo contrario drenaba a los omegas de energía en general. Lo sentían como una violación directa a su dignidad como personas, de hecho, era una cosa de instintos; Antes de que los omegas fueran introducidos a la sociedad como verdaderas personas no tenían muchas cosas que pudieran afirmar que les pertenecían, y el lugar de la mordida era una de ellas. Raramente se usaba, mucho menos por la pareja del omega que, se supone, no debería buscar doblegarlo o humillarlo, pero Viktor estaba en una situación desesperada con Yuuri teniendo esa crisis. Fuera el escenario que fuera el japonés no estaba preparado para responder a sus necesidades como omega, y el ruso tampoco, así que era lo mejor para ambos.
Yuuri apretó los dientes, tragándose sus sollozos, agradeciéndole a su pareja ser tan considerado con él con sus últimos momentos de verdadera lucidez. Entró en shock*. Empezó a temblar, su vista se perdió, forcejeó con más fuerza y el latir de su corazón, que se había disparado, bajó de súbito.
Mal momento para desmayarse.
Viktor sintió el peso muerto sobre él y se alarmó. No se suponía que perdiera el conocimiento, sólo entrar en un estado demasiado adormecido como para reaccionar correctamente. ¿Qué se supone que tenía que hacer ahora? Si fuera una situación cualquiera ya hubiera subido a los tres jóvenes a una camioneta blindada directo al hospital, pero había prensa afuera y sus carreras podían verse dañadas de cierta manera si revelaban las condiciones en las que se encontraban. Ahora, su propia pareja estaba en riesgo…
Cargó como pudo al pelinegro, peleó con el seguro de la puerta un rato y salió a trompicones por el pasillo. A la mierda su carrera, los omegas necesitaban médicos y urgente.
Minami chocó con él, completamente deshecho en llanto.
– ¡No sé qué le pasa a Yurio! –Gritó, desencajado – ¡Dice que le cuesta respirar y-…! ¡¿Qué le pasó a Yuuri-San?!
–Se desmayó, necesitamos sacarlos a los dos de aquí y estamos encerrados –Repuso en una actitud furiosa que raramente había adoptado alguna vez en su vida– Saca mi celular de mi abrigo, llama a los paramédicos y a la policía y que nos saquen rápido, ¿De acuerdo? No sé hablar japonés, así que tienes que explicarles que los reporteros nos estorban y hay dos personas en malas condiciones, ¿Puedes?
Minami asintió, buscó el teléfono de Viktor en sus bolsillos y llamó, con las manos temblando, al número de emergencias, el 119, y mantuvo una conversación en japonés con el operador.
– Está hablando al número de emergencias, ¿Cómo podemos ayudarle?
–Am… D-De acuerdo, tenemos dos omegas… Uno comenzó con su primer celo, y está muy grave, el otro perdió el conocimiento, pero… eh… n-no sé cómo…
–Entendido, la ambulancia está en camino. ¿Alguna otra cosa que pueda hacer por usted?
–M-Me gustaría… que enviara a la policía también para pedirles a los reporteros que se vayan…
–Lo tengo. ¿Podría explicarme la situación, por favor?
–Sí…sí, somos cuatro patinadores artísticos que… bueno, tuvimos que encerramos en la pista de hielo porque hay unos… unos reporteros bloqueando la entrada, nos hostigan. L-Llevamos como… 5 horas aquí, y… Amm… no tenemos suplementos… a mi amigo le cuesta respirar…
–De acuerdo. Señor, ¿Cuál es su nombre?
–Kenjiro, Minami Kenjiro. Beta.
–Bien, señor Minami, ¿Puede abrir la puerta frontal para que los paramédicos puedan ingresar cuando lleguen?
– ¡N-No puedo, o van a entrar ellos! Por eso la policía debe alejarlos, ¿Entiende? ¡Somos figuras públicas!
–No se preocupe, señor, nos haremos cargo. ¿Hay alguien mayor con usted?
–Sí, un… eh… alfa adulto, pero es extranjero y no habla japonés. Es de confianza, tiene pareja.
–Entiendo. Sólo esperen unos minutos más, las autoridades llegarán pronto. Mientras los esperan por favor manténganse en una solo habitación y cierren con seguro. Oirán a la policía forzar la puerta principal, sólo en ese momento salgan a su encuentro. Monitoreen los signos vitales de los dos pacientes y manténgase en la línea.
Minami asintió al operador y le indicó a Viktor que lo acompañara de regreso con Yurio. Al llegar con él a su lado era claro que tenía un problema, porque respiraba muy quedamente, y Yuuri seguía inconsciente, así que sólo les quedaba rezar porque llegara la ambulancia a tiempo para atenderlos.
Tanto para Viktor como para Kenjiro fueron los 3 minutos con 47 segundos más largos de sus vidas.
A partir de la intervención de la policía sus memorias se hicieron difusas; recordaban el sonido de la puerta de cristal rompiéndose, los paramédicos llegando hasta ellos, el correr hasta la ambulancia detrás de las camillas en donde habían subido a Yuuri y Yurio, con la policía franqueándoles un camino. El ruso no lo tenía muy claro, pero le parecía que una camioneta de noticias se perdía al final de la calle, seguida de una patrulla, y que unos metros a lo lejos un oficial discutía acaloradamente con una joven que tenía una cámara colgada al cuello. No tuvo mucho tiempo para ver, se subió rápido al vehículo que los trasladaría al centro médico.
Minami lloró más fuerte. Estaba sentado a su lado dentro de la ambulancia, rumbo al hospital, y en ese momento él también deseo poder lamentarse de la misma manera, pero tenía una pareja por la cual ser fuerte.
Rezó al Dios en el que nunca había creído y… esperó.
…
KattieJL: «Miren, hay rumores de que Viktor y su pareja están en el hospital. O-Ó Ya saber que estar con el omega de esa clase solo traería problemas para él!!!!!» [Traducido por Bing]
Osiris_99: «No sorprender. Sabemos cuál debería ser el lugar de ese omega. Pura basura que no merecer a Viktor (U-U)/» [Traducido por Bing]
MissO-7878: «Si sólo se decidiera a buscar a una omega de verdad yo estaría disponible [Traducido por Bing]
RaVenPoe: «Deberíamos pedir que lo saquen de las competencias, quizá así reaccione >: ( …Viktor no se merece esto < TTuTT» [Traducido por Bing]
Ma-Anon: «Yo estuve allí cuando los metieron en ambulancia, soy de noticias… ¡Y eran dos camillas! D: Muchos policías, no tener fotos, pero concuerdo: lugar de omegas es lugar de omegas, ¡¡No en la pista!! <n<» [Traducido por Bing]
Osiris_99: «OMG Enserio?! ¡¡¡Mantennos informadas…!!! O: » [Traducido por Bing]
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Notas de la A:
*Suplementos Especiales: Prácticamente, en mi imaginación, es un tipo de suero lleno de vitaminas, especialmente hecho para rehidratar. Los hay para celos regulares y para los Primeros, que ya había explicado son mucho más agresivos. Se toman debido a que durante el periodo mencionado el deseo primario de los omegas es la reproducción, dejando de lado el sueño y la alimentación, cosa muy peligrosa puesto que puede causar desmayos y otras consecuencias graves.
***Consideré seriamente usar supresores, que son muy comunes en el omegaverse, pero mi solución fue dejar que existieran y no recurrir mucho a ellos. ¿Por qué? La razón es simple: Podrían dañar el Sistema Endocrino de las personas (también llamado sistema de glándulas de secreción interna; es el conjunto de órganos y tejidos del organismo que segregan un tipo de sustancias llamadas hormonas, que son liberadas al torrente sanguíneo y regulan algunas de las funciones del cuerpo.)
Como se ve en el omegaverse el celo es NATURAL en los omegas, así que una medicina que lo “corte” no sería muy beneficiosa para el cuerpo (Hablando de si, hipotéticamente, la situación fuera real). ¿Qué pensarían de un medicamento o droga que interrumpiera la menstruación? Acabaría por desregularizarte, causarte dolor, podría dejarte estéril o causar una reacción peligrosa (¡Imagino yo!). Además, si sólo los químicos que llevan los alimentos hacen daño al cuerpo, ¿Por qué ese medicamento no? Existe, sí, pero sólo para situaciones extremas (donde el celo se descontrola por X o Y razón) y es recomendable no usarlo más de una vez cada 1 o 2 años.
*Naturalezas se reconocieron (…): Beta o no, Minami –Como los otros de su clase- aun logran distinguir los aromas de los alfa y omega, reconocen su significado aunque no se vean afectados en gran medida por estos.
* Vernis’: significa “Regresa” en ruso.
*Shock (emocional): Se desarrolla luego de haber presenciado/vivido un evento impactante. La persona presentará embotamiento afectivo (dificultad para sentir cosas), problemas de concentración y memoria, desorganización. Como si no reaccionara, o de lo contrario es agresiva. Luego puede venir el síndrome de estrés post-traumático, muchos más delicado y prolongado, pero se puede tratar. **Yuuri sufrió un shock emocional, lo que hizo que su presión subiera y bajara de golpe. Naturalmente perdió el conocimiento.
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