Un dulce amargo
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Capítulo # 14
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Even in death you may be triumphant
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ACTUALIZACIONES LOS SÁBADOS
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Ante la larga discusión la mujer de cabello rizado suspiró.
–Mai, estoy hablando en serio –Advirtió de forma ruda. –Eres una gran columnista y fotógrafa, pero este artículo… ¡No es nada profesional! Estoy preocupada por esto, ¿Me entiendes? No puedo dejar que esto salga en el periódico o la gente nos comerá vivas.
– ¡¿Y eso qué?! ¡El público tiene derecho a saber de esta farsa! –Contraatacó con cinismo.
–No es una farsa, son dos personas queriéndose y nadie debería opinar sobre sus asuntos.
–Desde el momento en que asumieron la responsabilidad de ser reconocidos y postearon todo esto en redes sociales creo que sí que puedo emitir mi opinión. Demonio, ¿Dónde dejas la libre expresión de la prensa, Beth? –Cuestionó, conteniéndose de preguntar dónde dejaba su libre expresión. No estaba haciendo nada malo, es decir, su deber como ser humana y omega era informar de aquella falacia.
– ¿Te das cuenta de lo bajo que estás cayendo y de que trabajamos en la sección de de-por-tes? –Del otro lado del teléfono, la mujer llamada Beth se masajeó las sienes, esperando a que el dolor de cabeza que le estaba provocando Mai desapareciera. –Sé que tienes un flechazo con el tal Victor, pero ese alfa está enlazado con un lindo chico que lo quiere y tiene la bendición de ser apoyado en su carrera, ¿No puedes simplemente ser feliz por ellos y dejar de insistir en darle más cobertura de la que ya tiene?
–Esto es importante, ¿Es que no piensas en cómo va a influir en la sociedad? Los omegas van a empezar a hacer locuras si les dices que está bien. –Dijo, aferrando con más fuerza su portafolio mientras cruzaba un paso de peatones. Se dirigía a la central del periódico para el cual trabajaba. –Y tú como alfa deberías entenderme, ¿No odiarías ser mangoneada por tu omega y que no te diera un cachorro rápido, como tiene que ser? ¿Qué pasaría si quiere trabajar y no te deja proveerle? ¡Los humanos estamos hechos como estamos por una razón!
–Mai, tienes que parar con esto. No es sano exaltarte por algo así. Hablaremos en cuanto llegues a la oficina –Apretó los dientes con furia. – Y para tu información: Yo apoyaría a mí pareja sean cuales sean sus decisiones.
Y colgó, sin decir nada más.
Le molestaba cuando su “tierna” compañera de trabajo salía con esas posturas extremistas. A día de hoy ¿Qué alfa quería tener a un mantenido como omega y llenarse de hijos sin planificarlos?
A veces creía que esa mujer tenía un hoyo negro en la cabeza.
Volteó de nuevo a ver su laptop. En ella varias fotos de la pareja a la que acosaba su subordinada se mostraban, lo que le provocaba dos cosas: Ternura, por lo amorosos y afortunados que se veían, y pena, por todo lo que estaban pasando. Ella era una half-blood*, así que sabía que el choque entre culturas siempre era algo duro y ciertamente criticado al igual que la posición de los omegas en la sociedad, pero a pesar de ser periodista no creía que fuera ético aprovecharse de su situación.
Que fuera a molestar al director con eso y no a ella, encargada de la sección de deportes, a ver si tenía la suerte de que pasaran ese remedo de artículo con un editor.
«El desafortunado omega de Viktor Nikiforov», leyó de nuevo como título del texto y contó hasta diez, tratando de controlar su furia.
¿Tenía que mencionar que el director era un omega también?
…
Yurio miró de nuevo con pena la mesa llena de regalos en su habitación del hospital. Eran todos de parte de su club de fans, algo que le avergonzaba porque en esos momentos debería de estar practicando para no defraudarlos durante la temporada. En cambio, se encontraba desde hace 5 días internado en el hospital recuperándose de… bueno, una calentura muy agresiva, podría decirse.
– ¿Estás seguro de que ya te sientes bien? –Su madre, preocupada, llamó su atención.
– Sí. ¿Cuándo puedo empezar las terapias? –Cortó, ansioso. Estar varios días postrado en una cama traía consecuencias y más para un atleta como él. No podía permitirse seguir de flojo.
–Bueno, tan pronto encontremos un profesional en Rusia y agendemos nuestro vuelo creo que-
– ¿Rusia? Madre, ¿De qué estás hablando?
–Oh… –Soltó sorprendida, como si acabara de darse cuenta de algo. –Bueno, ya sabes, sólo creí que sería mejor alejarnos de este lugar y de esos compañeros tuyos tan raros. A decir verdad nunca estuve muy de acuerdo con que vinieras y creo que es tiempo de regresar a tu pista en vez de seguir perdiendo tiempo.
– ¿Perdiendo tiempo? Yuuri armó dos programas desde cero para mí, no puedo irme y tirar a la basura esta oportunidad. De lo contrario… no seré capaz de tener una oportunidad contra él y Minami. Necesito esos programas.
–Ya, entiendo. Yo… bueno, no quería que tu carrera se viera más comprometida, eso es todo.
Una epifanía golpeó al menor inesperadamente. Le dolió.
–Lo dices por Yuuri.
La mujer, Ekaterina, apartó los ojos con culpa.
–No, claro que no.
–Sí lo haces… ¿Es enserio? ¿Tú también vas a recriminarle de sus asuntos personales porque es un omega?
–No es así –Repuso, alterada tanto como enojada.
–Yo soy un omega, ¿Vas a pensar mal de mí también? –Su tono, generalmente calmado cuando hablaba con su familia, se tornó tenso. – ¿Desde cuándo las habladurías te importan tanto?
–Gatito, no le hables así a tu madre, yo sólo estoy preocupada de que su fama te traiga más problemas de los que ya te ha causado –Regañó severamente.
–Él no tiene la culpa de eso y los sabes. Además, este tipo de cosas son mi asunto y yo quiero y voy a quedarme. Lo siento, Madre, no importa cuánto insistas yo sé qué es mejor para mi carrera.
Ambos se quedaron en silencio y se miraron largos minutos. Al final, la mujer se dio por vencida. No podía negarle nada a su hijo. ¿Estaría malcriándolo demasiado?
…
–Yuuri…
– ¿Ajá…?
– ¿Sabías que te quiero mucho?
El pelinegro sonrió con dulzura mientras se ahogaba en inseguridades.
–Sí, me lo dices seguido.
–Eso es bueno… –Razonó Viktor, medio dormido. Su omega se encontraba sobre su pecho, permitiéndole abrazarlo como hacía la mayoría de las noches. Se suponía que debían descansar porque en la mañana recogerían a Yurio, que saldría de alta muy temprano, pero ambos tenían insomnio por los nervios de volverse a encontrar.
– ¿Crees que esté enojado? –Preguntó el japonés al aire, con miedo. Su alfa estrechó más su abrazo.
– ¿Contigo? No, seguro que está agradecido porque lo cuidaste cuando inició su celo.
–Pero terminó en el hospital…
–Porque no teníamos con qué tratarlo.
–Y su madre me odia…
–No te odia, ella solo es un poco… eh… fría.
–Preocupé a todos por esto…
–Es porque los queremos, a los tres.
Ambos hicieron una pausa, sopesando su discusión. Yuuri tenía unas tremendas ganas de llorar por ello, porque a pesar de saber que lo que Viktor decía era verdad no podía dejar de culparse y languidecer en su miseria.
–Y sentí celos de Yurio… –Confesó, sintiéndose basura. Quizás sólo fueron unos momentos, pero como adulto debería de haber sido maduro y no irracional con sus sentimientos que había tenido un año bajo control.
–Eso era algo natural, cerdito, no puedes hacer nada contra algo así –Calmó amorosamente, paseando su mano por la delicada curva en la espalda de Yuuri, haciendo acopio de todas sus fuerzas por no bajar demás y tocar algo indebido.
–Lo sé, lo siento… y… también quiero agradecerte que me mordieras. Fue muy lindo de tu parte.
El corazón de Viktor dio un vuelco doloroso. Él no quería pensar en eso, así que no respondió. El omega no insistió más, dejándolos a ambos de nuevo en silencio hasta que el sueño les venció.
Notas de la A:
Half-bood: Mestizo, media sangre. En Japón se les dice así a las personas nacidas de dos personas con nacionalidades diferentes. En ocasiones es motivo de bullying.
*Even in death you may be triumphant: Cita de Darren Shan de la Saga Cirque du Freak/Saga de Darren Shan. (Mis libros favoritos). Su traducción es: Incluso en la muerte saldrás victorioso.