Un dulce amargo
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Capítulo # 22
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No todo es malo o bueno
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ACTUALIZACIONES LOS SÁBADOS
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*Traducciones y notas al final del capítulo*
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Yuuri suspiró y, con un poco de nerviosismo mal disimulado, revisó la pequeña maleta que llevaría el día de mañana a la competencia para volver a chequear mentalmente que todo lo que debía llevar ya estaba empacado.
Agua, toalla, un cambio extra, vendas, medicina para el dolor de cabeza, su mejor par de patines y, finalmente, su traje. No pudo evitar contemplarlo un momento, sintiendo un nudo en su garganta mientras pasaba delicadamente sus dedos por sobre los brillos y pedrería cosida a mano de la prenda. Era, hasta ahora, la pieza más costosa de su carrera, y podía decir que valía cada centavo que gastó en ella.
Y es que no podía esperar para poder usarlo en el Short Program. Más que nada porque sabía que Viktor estaría viéndolo desde el otro lado del mundo y él tenía que lucirse, no solo para complacer a su alfa sino para probarse a sí mismo, porque todo lo que había trabajado en estas dos últimas semanas, entrenando solo en China, era su propia forma de decirle al mundo que no le importaba su opinión, él seguiría enfrentándose con quien tuviera que hacerlo si no aceptaba que tenía talento, uno que se desperdiciaría si se dedicaba a atender a su pareja al completo y ser padre cuando no se sentía preparado.
Entonces, volvió a acomodar todo dentro de su maleta y se retiró a dormir, sin advertir que mañana sería una montaña rusa de emociones y que, al final, quizás deseara no haberse subido a ella.
Inevitable que el sol diera la vuelta al mundo y sus rayos lamieran el horizonte. Su horizonte. Se despertó casi de inmediato, sin siquiera necesitar una alarma, teniendo un vacío en el estómago acompañado de una sensación de expectación. Se arregló en silencio y salió, con la mente en blanco, a buscar a Celestino.
El hombre había aceptado a hacer el papel de entrenador aunque no hubiera estado con él en los últimos meses. Se contentó solo cuando se unió a las prácticas con Phichit y pudo volver a apoyarlo durante sus entrenamientos, pero igual le dejó claro que, aunque en la ficha de inscripción de Yuuri figurara su nombre como tutor, ambos sabían que no era así en verdad. Todo el crédito, tanto a la creación como al perfeccionamiento de los programas, era para el japonés.
Phichit solo estaba alegre de que sus prácticas, una vez más, volvieran a ser compartidas. Sentía que aprendía viendo a su compañero. También tenía la creencia extraña de que, si patinaba el suficiente tiempo a su lado, podía pegársele un poco de la suerte y el talento de Yuuri. Como si él no tuviera ya suficiente.
Celestino, que ya se encontraba despierto y saliendo de su habitación acompañado de un tailandés medio dormido, no dijo nada, solo le sonrió y le hizo una seña para que los acompañara a tomar el desayuno. Eran las 6:30 de la mañana.
Estaba orgulloso de decir que pudo soportar la comida cuando, hace poco más de un año, hubiera estado renuente a tomar siquiera un bocado. Había comenzado a poder manejar su ansiedad desde que había decidido terminantemente enfrentarse a Viktor, aunque con su reciente enlace había estado algo sensible. No es que se arrepintiera demasiado de eso.
Su turno era el tercero, grupo uno. Esperaba que le fuera… bien.
…
Viktor, pegado a la pantalla de su celular, estaba convirtiéndose en un profesional de Ignorar A Dimitri.
– Nikiforov, ¿Me escuchas? –Trató en ruso por octava vez, pero ni siquiera le dirigieron una mirada– ¡Tienes que salir a desfilar en 30 minutos, ¿Me vas a prestar atención o tengo que quitarte el celular?! –Estalló al fin, apenas siendo visto de soslayo por unos recelosos ojos azules.
–Ya estoy vestido y listo, ¿Por qué te estresas? Además, ahora es el turno de mi Yuuri –Sonrió de forma idiota*, dejando que mil mariposas volaran libres en su estómago. Su manager provisional suspiró y, asegurándose de que nadie estuviera pendiente de ellos, se dispuso a ver la actuación del omega también.
Ambos hombres jadearon al ver a Yuuri entrar a la pista.
« ¡Delicioso! », pasó por la mente de Viktor, haciéndolo babear.
« ¡Santas Matrioska*! » Pensó Dimitri, y se limitó a desviar su mirada, avergonzado.
Lo único en lo que ambos estaban de acuerdo es que habían visto a un Dios de la seducción hecho hombre.
El traje, ceñido al cuerpo, era más de lo que cualquier ser humano pudiese soportar. Corinto era el color predominante, mezclándose con plateado y negro. Daba la vaga imagen de un aristócrata o militar, puesto que llevaba varias correas que le atravesaban el torso y hacían las veces de cinturón. Ambos brazos estaban enfundados en guantes negros, siendo que uno de ellos también estaba entrelazado con un retazo de brillante tela negra que se dejaba caer grácilmente a uno de sus costados. Y sus piernas eran la parte que más atraía las miradas, puesto que estaban llenas de intrincados diseños por los que se advertían transparencias, revelando mucho y a la vez nada.
Viktor, muy a su pesar, no podía evitar relamerse los labios con excitación, deseando, como es natural, poder estar allí para perder sus manos dentro de aquél traje. O, quien sabe, ser dominado por el mismo portador.
Debía tener cuidado de no pensar demasiado en eso o, de una forma u otra, tendría una tienda de campaña en sus pantalones de diseñador.
El corazón de ambos hombres dio un vuelco al ver a Yuuri terminar de dar vueltas en la pista para posicionarse en el centro, en su pose inicial; Un brazo tocando su pecho y el otro firmemente estirado delante de él.
La música de Revolution empezó a sonar y las mariposas en el estómago del alfa volaron histéricas.
El omega inició patinando de espaldas a gran velocidad y siendo este uno de los movimientos más complicados, en su opinión, del programa; empujarse delicadamente hacia atrás con la suficiente fuerza como para tomar impulso para un posterior Flying Sit Spin. Pirueta perfecta. Silencio. Llevó sus manos hacia arriba y realizó una combinación de cuádruple Salchow y triple Toe Loop.
No pudo evitar trastabillar un poco y, aunque no tocó el hielo ni fue un error sumamente visible, Viktor sintió que las mariposas que tenía dentro caían muertas para revivir, de una extraña manera, unos segundos después.
Le siguió una secuencia de pasos dramática, donde toda la atención fue directo a sus manos que, sin saber muy bien cómo, contaban una historia a la audiencia; El camino a la redención y la lucha desde lo más bajo de la pirámide. Varios de los omegas presentes, incluso algunos jueces y público en general, comenzaron a sollozar.
Tiple Axel, clavado perfectamente, y una vuelta estilosa a la pista antes de una combinación de Spin. Nadie sabía muy bien aún cómo lo hacía, pero aunque la música fuera más lenta que el ritmo raudo que él marcaba para sus pasos estos encajaban perfectamente, dando paso a la ilusión de que el tiempo se detenía o avanzaba más rápidamente de lo que debería.
Un triple Lutz y un camel spin antes de terminar, pero aunque la parte estética siguiera perfecta unos notaron que el arco que describía su pierna para el Camel Spin podría haber sido un poco más elegante. Nimiedades, claro, apenas era una deducción sin importancia para toda la perfección en su programa.
Y terminó finalmente con una postura para nada usual: Ambos brazos estirados a los lados y su pierna derecha en punta frente a él, como si fuera a hacer una reverencia, con la diferencia en que sus ojos se dirigieron al cielo, o más bien quisieron ver a alguien que no estaba allí pero que sabía que estaría observando.
Sonriendo, salió de la pista antes de ser aplastado por una montaña de peluches de comida, caniches y varios ramos de flores.
Celestino le paso los protectores* y se dirigieron, ambos temblando de los nervios, hasta el Kiss And Cry.
«El puntaje para Yuuri Katsuki, de Japón, es… 106.49»
Los latidos de la pareja, omega y alfa, se sincronizaron a pesar de estar separados por kilómetros, y antes de que la transmisión pasara a mostrar al siguiente competidor, poco después de que Yuuri hiciera su usual reverencia de agradecimiento, todos pudieron ver cómo susurraba unas palabras mientras miraba a la cámara.
«Thanks. See you, Viktor…»
Y el ruso, en New York, supo ese día que su vida era más que perfecta.
…
Perfecta para él, pero no para quien acecha las oportunidades del caos.
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Notas de la T/A:
Traducción de «Thanks. See you, Viktor…»: Es «Gracias. Nos vemos, Viktor…»
Sonrió de forma idiota: Según información oficial nueva la sonrisa en forma de corazón de Viktor era conocida entre el Staff como “Boca estúpida/idiota”, es por eso que lo usé en este capítulo.
Protectores: Se usan para cubrir las cuchillas de los patines y hacen posible caminar sobre el suelo aún y cuando se tienen todavía puestos. Si ven los videos de patinaje en las competencias siempre verán como, al salir de la pista, los patinadores reciben de sus entrenadores los protectores. En el anime también vimos a Viktor en algunas ocasiones cuidando de los protectores de Yuuri.
Matrioska: (en ruso: i2;k2;m0;ln5;m6;l2;k2;), también llamada en español muñeca rusa, matrioska, mamushka o babushka es un conjunto de muñecas tradicionales rusas creadas en 1890. Su originalidad consiste en que se encuentran huecas y en su interior albergan una nueva muñeca, y esta a su vez a otra, y esta a su vez otra, en un número variable que puede ir desde cinco hasta el número que se desee, siempre y cuando sea un número impar, aunque por la dificultad volumétrica, es raro que pasen de veinte. Se caracterizan por ser multicolores, o por la presencia de elementos decorativos en la pintura tales como jarrones o recipientes sostenidos por las muñecas. A veces las muñecas interiores son iguales entre sí, pero pueden diferenciarse en la expresión de la muñeca o en el recipiente que sostienen. La matrioshka con más muñecas de la que se tiene conocimiento posee 75 unidades.
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