Cass levanto con una extraña sensación en la garganta, miro alrededor suyos y al notar la botella de refresco que reposaba en la mesa, supo que Dean la había comprado.
Se puso de pie con cuidado de no levantar al hombre que compartía la cama con él, tomo la botella y se bebió todo su contenido.
Miro a Dean y luego varias cosas pasaron por su mente, él había vivido muchos siglos pero desde que se había involucrado con los Winchester tuvo la oportunidad de conocer nuevas sensaciones pero siempre estos “malestares” como los había llamado él, podían hacerlo sentir muy bien o desmoralizarlo.
Como la vez que Dean casi cede a ser el recipiente de Miguel. Él había confiado y dejado todo por ese humano para que él solo pensara en entregarse.
Y esa fue la primera de una larga lista, donde después de un buen “malestar” lo acompañaba, uno muy malo y deprimente.
Cass apretó sus labios y si al despertar las cosas eran como siempre, Dean pidiendo disculpa y diciendo “no volverá a pasar” o quizás haría como si nada hubiese sucedido.
Esa idea le provocó un gran dolor en el pecho.
Cass no entendía y quizás era eso lo que le aturdía.
Se acostó en la cama nuevamente, observo a Dean dormir eso era algo que siempre había hecho (sin embargo eso no lo admitiría). Se quedó contemplándolo, las últimas horas habían sido muy confusas, había descubierto demasiadas sensaciones y todo era muy confuso.
Estaba agobiado quería despertar a Dean y pedirle respuestas, pero temía que reaccionaria como siempre lo hacía, no quería escuchar un “Joder Cass” o algo así. Aunque Dean había sido amable en el sexo, él conocía que el cazador sabia mentir, después de todo la primera enseñanza que le dio fue “Cuando las personas quieren algo de verdad, mienten”.
Y si el solo quería sexo. El temor volvió.
Poso su mano en la mejilla de Dean, pero la retiro rápidamente. Su corazón latía ágilmente entonces supo que no podía estar en ese lugar más tiempo, quizás era mejor irse y fingir como que nada pasaba, cuando se volvieran a ver.
Se puso de pie, iba a recoger su ropa cuando sintió que lo tomaron de la mano.
—¿Estas bien?
—Sí
—¿Puedo saber a dónde ibas?
—Yo, solo quiero bañarme
—¿Enserio? —al no recibir repuesta Dean soltó un suspiro, antes de dormir él había pensado mucho, lo que le había hecho a Cass era algo completamente nuevo y estaba seguro que estaba pasando por un momento desconcertante, porque eso era algo muy típico en él.
Pero solo una cosa él podía dar por sentada y esa era, que el momento para hablar con Cass era ese no había otro, porque si el dejaba que el ángel se marchara como pensaba hacerlo. Se forjaría una idea equivocada.
Y una cosa es segura que los ángeles son muy necios.
—¡Pensabas dejarme! —exclamo dramáticamente. —Primero me llamas cretino, luego me das la mejor noche de mi vida y ahora planeas irte dejándome solo en el cuarto de un motel en medio de la nada. Que malo.
—¡Dean!—exclamo Cass volteándose a verlo, estaba sonrojado.
—Hasta que conseguí que me miraras —Dean le dedico una sonrisa y Cass no pudo evitar sonreír.
Siempre caía en los trucos bajos de Dean y viceversa.
—Qué tal si nos bañamos y luego me dices todas esas ideas locas que te pasan por la cabeza.
Cass lo miro, estaba dudoso pero recordó que Dean le había enseñado a creer, porque no es el hecho de creer si no tener la esperanza de poder confían en la otra persona.
—Bien —accedió, después de todo Dean tenía la extraña habilidad de sorprenderlo debía darle la oportunidad.
Bañase fue una tarea sencilla, Dean no se propaso en ningún momento sabía que Cass necesitaba un poco de espacio después de todo debía sopesar las cosas para sentirse cómodo.
Dean le dio ropa suya a Castiel, después de eso se sentaron en el sofá.
—Bien escucho.
—Estoy muy confundido, Dean. Lo que hicimos fue grandioso pero yo…
—No sabes cómo sentirse con respecto a eso ¿cierto?
Castiel asintió.
—Sé que puede ser difícil para ti, pero no quiero que pienses que lo que paso fue error o que mi intención es solo jugar contigo, porque eso no es cierto.
—Lo sé, es solo que esto es demasiado abrumador. Yo nunca espere que me besaras, pero cuando lo hice no pude detenerme y no entiendo porque.
—Porque te gusto.
—Sí, así es.
La repuesta tomo por sorpresa a Dean quién había dicho lo último sin pensar, para aligerar la situación, pero al parecer Cass estaba siendo sincero y debía serlo también.
—Yo solo —continuo Castiel—, no sé si esto esté bien, conozco el tipo de personas que eres y eso me hace confundir. Luego está eso que hicimos fue realmente grandioso pero seguro para ti no fue la gran cosa y…
—Sabes me sorprende, si dices que conoces el tipo de persona que soy, tendrías que saber que puede serle “fiel a la causa”. Cuándo te bese pensé que era una de las mejores experiencias de había tenido mi vida, cuando mencione a Dios dijiste que sonaba como una plegaria, sabes algo; pues lo era le pedí que nunca me alejara de tu lado.
Cass lo miro a los ojos y en ese momento las dudas se disiparon.
Dean tomo la mano de Castiel —No sé a dónde nos lleve esto, pero si de algo estoy seguro es que esto no es prematuro porque tú y yo nos conocemos desde hace años y hemos hecho cosas que nadie más haría, además hemos soportado la peor versión de nosotros mismo. Creo que podemos intentarlo.
—Construirlo.
—Disculpa qué.
—No es intentarlo, Dean. Es construirlo porque es algo nuevo.
Dean sonrío, Castiel también lo hizo.
Ambos se acostaron, necesitaban descansar —También me gustas y déjame aclararte que para mí fue grandioso.
—¿Qué cosa?
—Hacerte el amor —agregó con una sonrisa, mientras entrelazan sus manos.
Castiel sonrió —¿Acaso eres tonto? —respondió.
Castiel se durmió antes que Dean, este estaba a punto de dormirse cuando una pregunta paso por su mente —¿Cómo le diría a Sam?