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Naruto ¿Para todos? por rukia_ichigo

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Notas del capitulo:

Resumen: Naruto compartirá un tiempo con sus amigos, para tratar de entender sus sentimientos y ver si es cierto lo que le mencionaron tanto Iruka como Kakashi.

 

 

 

 

  

Gaara estaba frente a frente con la hermosa cara sonrojada de Naruto que le miraba con los ojos bien abiertos, ambos se levantaron mirando a un lado.

  

-Naruto…   -musito avergonzado con la cara enrojecida. Naruto rascaba su mejilla con las mejillas de un color rojizo brillante.

 

-Ne? Gaara… Etto… -musito también bajando la mirada antes de ponerse de pie.

 

-Ven entra, podríamos conversar un poco y si quieres algo de comer podría ofrecerte algunos chocolates, a mi no me gustan mucho…   -iba diciendo cuando el rubio de abalanzo de nuevo sobre él.

 

-HAI! Chocolates dattebayo ¿Qué esperamos? Vamos.   –le dijo el joven portador del Kyuubi llevándose de la mano al pelirrojo que volvía a competir con su cabello.

  

“Naruto…”   -llegaron a la pequeña salita y tomaron asiento, el joven rubio tomo sin ningún tipo de delicadeza la caja de chocolates comenzando a comer embarrándose la cara sin darse cuenta.

  

-OISHII!   -dijo sonriendo con los dientes de un color café chocolatoso, que hizo reír de nuevo al pelirrojo. Naruto se alegro de ver aquella bella sonrisa que tan solo le dedicaba a él.

 

“En verdad debo de ser afortunado al ver aquella sonrisa que Gaara siempre guarda para mí…”    -ante sus pensamientos bajo la mirada un momento pensando por primera vez seriamente durante la noche en las cosas sucedidas.

  

-Naruto? Te sientes mal?   -le pregunto tocándole la frente, el rubio se arrebato de un color rojo intenso que se esparció por toda la hermosa y delicada cara bronceada.

 

-N-No… N-no, es decir… Jeje no me hagas caso…   -estaba nervioso y sudaba bastante tras la nuca con los ojos cerrados y el rostro enrojecido. Gaara entrecerró la mirada tratando de comprender lo que ocurría con su hermoso amigo rubio de ojos azules.

 

-No importa, es algo tarde. Creo que nos podremos ver mañana ¿No crees?    -le dijo sonriendo sutilmente. Naruto se puso de pie tomando una servilleta de la mesita de la sala y se limpió los labios, pensativo por unos segundos antes de responder al pelirrojo.

 

-Si, eso sería lo correcto, pero… ¿Puedo quedarme a pasar la noche aquí contigo? Será solo por hoy lo prometo.   –le dijo inmediatamente notando la asombrada cara del joven que primero se puso pálido y luego enrojeció todito hasta la punta de las orejas dejando salir un humito blanco de la cabeza.

 

-No, no es eso… Solo que se me hace difícil de imaginar que tú…   -decía sin darse cuenta de que estaba hablando en voz alta, al darse cuenta y ver los ojitos azules fijos en los suyos verdes, Gaara casi sufre un shock cayendo sentado sobre la alfombra.

 

-¡GAARA! ¿Estás bien?   -dijo el rubio extendiéndole una mano para que se pusiera de pie. El pelirrojo la tomo.

 

-Si, yo estoy de acuerdo si quieres quedarte no hay ningún inconveniente.   –le dijo desviando un momento la mirada, ante esto el rubio sonriendo paso un brazo por los hombros del pelirrojo diciendo:

 

-Na, na. Gaara-kun estabas diciendo algo muy interesante dattebayo ¿Por qué no terminas de decir lo que pensabas?   -le dice guiñándole un ojo, ante esto el joven Kazekage volvió a enrojecer como un tomate apartándose del brazo sobre su espalda y batiendo las manos rápidamente negó con la cabeza con los ojos redondeados.

 

-N-NO TE EQUIVOCAS… ETTO, YO… TÚ…   -sus ojos redonditos y varias gotas de sudor tras la nuca como nunca antes se le había visto al joven de ojos verdes que lograba controlar cada una de sus acciones en aquel instante no podía hacerlo, no delante del chico que había logrado robar no solo su corazón sino todo su ser, su ser que ahora le pertenecía a Naruto Uzumaki sin que este lo supiera.

 

-Sokka (Ya veo)… -dijo con varias gotitas en la cara aun sonrojada y los ojos cerrados. Gaara estaba molesto consigo mismo porque siempre le lograba controlar sus nuevos sentimientos.

 

-Bien, entonces… ¿Te quedarás?   -le pregunto mirando con aquellos hermosos ojos verdes suplicantes, ante esa mirada el joven de ojos azules no pudo decir no.

 

-Si, será un placer estar junto a ti… Kazekage-sama…  -le dijo sonriendo dulcemente como solo el rubio lograba hacer, sin darse cuenta de que esa sonrisita derretía al frío pelirrojo.

  

“Gaara se comporta de una manera extraña… Aunque…”   -bajando la mirada apenado, siempre se refirió a él como si fuera un amigo, sin darse cuenta de que Gaara ahora era lo que él siempre quiso ser en Konoha.

  

-¿Naruto?   -llamó el pelirrojo, ante estás palabras que sorprendieron tanto al joven de ojos verdes como al de ojos azules. Era tal vez la segunda vez que Naruto se refería a Gaara con ese respeto.

 

-Eres el Kazekage de Sunna… Yo…  -decía con los ojos algo vidriosos. Ante aquella lagrimitas contenidas de inmediato Gaara se vio obligado a hablar.

 

-No, no digas eso. Tú, tú puedes llamarme solo Gaara… Naruto-kun…   -le dijo acariciando la mejilla del joven rubio, el suave contacto hizo que ambos se estremecieran.

 

Naruto cerró los ojos sin darse cuenta, y Gaara estaba aproximando su rostro al de este, cuando estaba a solo centímetros de lograr probar nuevamente esos dulces labios…

  

-¡Gaara-sama! Disculpe que le moleste a estás horas de la noche, pero Tsunade-sama me envió para disculparse con usted, acaba de aparecer hace unos minutos y…   -entraba abriendo la puerta, Shizune al ver como ambos jóvenes se apartaban el uno del otro ella entrecerró los ojos con varias gotitas tras la nuca al sentir que había interrumpido algo al parecer importante.    –OH, gomen… -se disculpo inclinándose.

 

-Shizune nee-chan Konbawa (Buenas noches)   -le dijo el rubio con la cara sonrojada, Gaara le dedicó una mirada más que asesina.

 

-Etto… Naruto, que bueno es verte… Aquí y… Gomen nasai, que tengan una noche tranquila permiso Kazekage-sama.   –le dijo avergonzada saliendo de ahí corriendo como loca dejando una estela de polvo a sus espaldas con los ojos redonditos y lágrimas bajando por sus mejillas.

  

Naruto quedó ahí mirando con los hombros caídos y los ojos entrecerrados…

  

-Bien, será mejor ir a dormir. Ven, dormirás conmigo.   –le dijo sin medir sus palabras, al darse cuenta ya tenía a Naruto sobre su espalda con los brazos en su cuello sujetándose con las piernas a la cintura del joven pelirrojo.

 

-Hai, hai Gaara. Ittkesou (Vamos)   -dijo sonriendo con la cara sonrojadita, mientras que la cara de Gaara era de nuevo un globo rojo.

  

“Si sigue haciéndome esto… Voy a perder la poca cordura y no se que pueda suceder…”   -pensaba el joven pelirrojo sonriendo un poco antes de irse corriendo por las escaleras que le llevaban a su habitación con el rubio sujeto a sus espaldas.

  

-Ne? Naruto… -le llamó con la voz guiñándole un ojo de modo coqueto como NUNCA HIZO CON NADIE…

 

-Nani?   -pregunto el joven de ojos azules sorprendido al verle hacer eso.

 

-¡Sujétate fuerte que haya vamos!   -le dijo riendo suavemente como nunca antes, en una carrera hacía su habitación… Naruto abrió los ojos y luego los redondeo al sentir como era llevado hacía arriba. Antes de ponerse a reír por aquel momento…

  

Gaara había logrado llegar a la habitación con ayuda de Naruto quién giró la perilla, el rubio aún sobre el pelirrojo que “sin querer” tropezó con la orilla de la cama cayendo con el joven de ojos azules sobre él.

  

Ambos estaban riéndose de aquello, Naruto levanto el rostro que estaba sobre el pecho del joven de ojos verdes escuchando los latidos acelerados de su corazón…

 

Por un momento ambos quedaron mirándose fijamente mientras la risa iba cesando, Naruto volvió a cerrar los ojos de nuevo, Gaara se sentó sin levantar al joven portador del Kyuubi de su encima aproximando sus rostros sintiendo el uno del otro la cálida respiración sobre el otro rostro y…

  

-Arghh… Permíteme, voy al baño dattebayo… Creo que he comido mucho esta noche.   –le dice el joven rubio saltando de la cama al escuchar sus tripas quejarse como una especie de gruñidos de dolor, llevando ambas manos a su estómago y salir corriendo al baño. Gaara cerró los ojos y un viento helado cruzo por la ventana del gran balcón de su habitación.

  

“Esto debe ser una broma…”   -pensó el pelirrojo sentado sobre la cama esperando a que regresará el joven de ojos azules que ahora se mostraba un poco más… ¿Dócil? Si, esa era la palabra, no estaba seguro porque lo hacía pero… el joven portador del Kyuubi parecía aceptar la proximidad de sus cuerpos, de sus rostros y eso sería lo mejor que podía suceder, era una ventaja enorme. O al menos esperaba que el joven Uchiha no tuviera aquel adelanto. O cualquiera de los otros.

  

Naruto estaba sentado con los ojos redonditos y lágrimas bajando por sus mejillas, tratando de sentirse mejor. Gaara estaba esperando en la cama, ahora vestía un pijama color negro, aunque no esperaba que luego de unos minutos se quedara dormido algo cansado de tanto buscar al joven portador del Kyuubi y que este estuviera aún metido en el baño.

    

CASA DONDE SE ENCUENTRA TEMUJIN…

  

Recostado sobre el tejado miraba las estrellas, suspirando de vez en cuando…

  

-Temujin…   -la suave voz que hubiera reconocido sin importar cuanto ruido hubiera había en aquel silencioso instante, el joven de ojos esmeraldas se sentó de inmediato.

 

-Naruto, pero…   -los dedos del joven rubio silenciaron al otro. Naruto sonrió bellamente con una rodilla sobre el tejado y la otra doblada.

 

-¿Pensaste en lo que te propuse?   -preguntó el rubio bajando los dedos deslizándolos por los rosados labios de Temujin que entrecerró los ojos por aquel suave roce.

 

-Si… Pero… Sabes que no puedo, somos libres de elegir a donde ir. Tan solo deseaba… Yo deseo Naruto-kun que…   -le decía cortándose a si mismo, no podía hacerlo.

  

“No puedo decirte la verdad… No puedo hablar y… No puedo…”   -pensó entristeciendo, bajando la mirada un momento encogiendo sus rodillas y abrazándolas a su pecho.

  

-No entiendo muy bien lo que dices, Temujin. Quédate… Por mí…  -dijo finalmente tomando las manos del joven de ojos esmeraldas.

 

-Naruto-kun… No me digas algo como eso, por favor…   -le dijo colocándose de pie, llevando una mano al pecho cerrando los ojos con fuerza. Estaba siendo herido con aquellas palabras tan bellas.

  

“Naruto, por ti soy capaz de hacer lo que me pidas, pero… No puedo, mi colonia no me permitiría hacer eso, me necesitan… Y mi corazón ahora fue robado por ti, pero… No se que puedo hacer…”   -pensaba desviando la mirada de aquellos profundos ojos azules en los que se sumergía para soñar muchas cosas que no eran.

  

-Lo entiendo, se que ellos te necesitan… Soy un egoísta, me acostumbre a estar contigo y… Gomen.   –le dijo a punto de irse, en aquel momento el rubio de ojos esmeraldas tomo la mano del otro joven deteniéndole.

 

-¿Qué… dices?   -pregunto, había escuchado solo deseaba una confirmación, sintiendo renacer las posibles esperanzas de competir por el amor del rubio de ojos azules.

 

-Que me perdones por se egoísta… Tú eres su líder, un gran líder que no podrían encontrar. Temujin, perteneces a todos ellos, no eres mío…   -le dijo bajando la mirada por un momento, sus mejillas sonrojadas.

  

Temujin abriendo los ojos no pudo evitar estrechar entre sus brazos al joven, acariciando sus cabellos rubios, sintiéndose tan FELIZ por aquellas palabras.

  

-Naruto… Yo también te necesito a mi lado, pero… Comprendo que eres querido en Konoha y no puedo pedir que regreses a mi lado, yo te…   -iba a decírselo en aquel instante, pero un nudo en su garganta hizo que se callara. Naruto sonriendo correspondió al abrazo.

 

-Yo también… Eres  un gran amigo que tuve la suerte de conocer. Temujin… No te vayas aún, quédate un poco más en Konoha.   –pidió cerrando los ojos azules, el joven de ojos esmeraldas estaba más decidido que nunca, iba a ganarse a como de lugar el corazón de su Naruto…

  

“No sabes lo bien que me hacen tus palabras, no sabes lo mucho que deseo llevarte conmigo y que me importase poco lo que pensaran los demás. Que desde que nos conocimos sentí algo especial por ti y que jamás creí que fuera a convertirse en amor...”   -pensaba el joven rubio de ojos esmeraldas.

  

-Temujin ¿Puedo quedarme contigo? Prometo no patalear…  -le dijo riéndose suavemente, Temujin sonrió tranquilamente manteniendo la calma al escuchar aquellas palabras de su querido Naruto.

 

-Si, así podremos recordar algún momento en que debíamos hacerlo cuando te fuiste conmigo… -dijo sin romper el abrazo que los unía, pero todo lo bueno no puede durar siempre.

 

-Bien, entonces vamos a la cama y conversamos un poco.  –el joven rubio de ojos azules partió el abrazo y tomando la mano de su amigo lo llevo dentro.

 

-Hai.   –dijo sonriendo tenuemente siguiendo al joven contenedor del Kyuubi.

  

Entraron en la gran habitación, una cama amplia les esperaba Naruto soltó la mano del joven de ojos esmeraldas y se lanzo sobre la cama.

  

-Kakoi (increíble) es una cama bastante grande dattebayo…  -decía moviéndose sobre ella. Temujin le observaba desde el umbral de la puerta, ver a Naruto comportarse como un niño era lo que más le llenaba. Naruto siempre sería el mismo muchacho ingenuo, inocente, adorable y aniñado de siempre; y aquello era su gran atractivo.

 

-Naruto, tengo unos pijamas. Si deseas te presto una.  –entrando finalmente hasta sentarse en la orilla de la cama, Naruto gateo en cuatro patas hasta estarse junto al otro rubio sonriendo de oreja a oreja.

 

-Hai.   –al decir esto ambos se pusieron de pie, Temujin saco del ropero empotrado un pijama anaranjado y se lo pasó al otro rubio. Naruto lo tomo entre sus manos y se fue a cambiar al baño.

  

“No quiero que me vea… Bueno, de todos modos, me siento con algo de vergüenza por ahora…”   -pensaba el joven de ojos azules al salir del baño mirando al joven con un pijama blanco.

  

-Ven, apagare las luces no creo que las necesitemos para conversar ¿Verdad?   -preguntó metiéndose bajo las cobijas, a lo que el rubio portador del Kyuubi iba corriendo y saltaba sobre la cama cayendo encima de Temujin sin proponérselo.

 

-No, jaja… Temujin… -musito al darse cuenta de que estaba sobre el cuerpo del otro rubio, sus mejillas se tiñeron de un rojo apagado. El otro rubio tomo el rostro delgado entre sus manos.

 

-Te ves adorable… Me gusta cuando tu pelo está revuelto, y te ves mucho más lindo cuando estás todo empapado como aquella vez en que caíste al río…   -le decía acercando sus rostros hasta sentir la respiración agitada del rubio de ojos azules.

 

-Temujin… -musito entreabriendo los labios, al sentir una mano en su mejilla y la otra bajar por su espalda acariciándole suavemente. Pero…

 

-Naruto…   -musito cuando estaba a punto de besar aquellos deliciosos y tentadores labios, cuando la puerta se abrió. Haciendo que ambos jóvenes dieran un bote (brincaran) sobre la cama y cayeran al piso.

  

Fue en aquel instante que el joven amigo de Temujin entraba con un emparedado en la boca y un baso de leche, al ver a su amigo pararse como un resorte hizo que enarcara una ceja.

 

-Temujin ¿Qué haces en el piso?   -pregunto tragando un pedazo mirando al joven con extrañeza, en ese mismo instante el rubio de ojos esmeraldas le tomo por los hombros dandole la media vuelta.

 

-Buenas noches, nos vemos hasta mañana. Seguro que Lisa te espera.   –diciéndole esto lo fue sacando a empellones hacía a fuera hasta que lo tuvo fuera y cerro de un fuerte portazo la puerta.

  

Temujin pego la espalda a la puerta esperando a que su amigo no regresara y para asegurar las cosas pegó la puerta. Volviéndose a la cama y ver al joven de ojos azules dormido como si nada hubiera pasado… Pudo sentir como cada parte de su cuerpo se iba petrificando hasta quedar completamente blanco y tener los ojos redondeados al ver al rubio dormido…

 

“¿Por qué?”    -se preguntó sin recibir respuesta alguna, bajando la cabeza derrotado. Temujin se fue a la cama mirando con esperanza a que el otro rubio despertara sin perderlo de vista hasta que se quedó dormido profundamente.

      

CASA DE SAI…

  

El joven moreno estaba sentado en el sillón de su casa, con un interesante video de Naruto y el resto del grupo que formaban luego de la desaparición del moreno.

  

“Naruto-kun ¿Dónde te habrás metido?”   -se preguntaba mirando la pantalla, ahí en los baños termales se encontraba el rubio dormitando, era hermoso adorable… Recordó aquel instante en que le pudo ver completamente desnudo, si… Naruto sin duda alguna era perfecto sin que él mismo se diera cuenta del gran deseo que provocaba en él.

  

-Naruto…   -dijo con voz ronca llevando una mano a su entrepierna, fue en ese instante en que a sus espaldas la voz de cierto rubio le hizo dar un salto adelante.

 

-Sai ¿Qué estás haciendo dattebayo?   -pregunto el rubio con la mirada cerrada, a lo que el joven moreno con los ojos redondeados quito la mano donde estaba antes y se volvió para ver incrédulo al joven de sus más grandes noches de insomnio y deseo, más que simple deseo eso se había trasformado en amor. Si amaba al joven delante de él.

 

-Na-Naruto-kun… Ne? ¿Qué haces aquí?   -preguntó nervioso esperanzado en que el bulto entre sus piernas no se pudiera notar. Naruto entreabrió los ojos.

 

-Pues, estaba pensando venir a visitarte. ¿Por qué tienes un video de mí en el baño?   -preguntó mirando la televisión, en aquel instante Sai se paro delante de la televisión para que el rubio no viera nada más. Naruto redondeo los ojos, molesto.

 

-Por nada en especial Naruto-kun etto… Etto…   -no estaba seguro que decir, al ver aquellos ojos así se sintió nervioso varias gotitas de sudor cubrían su rostro.

 

-¡Ya entiendo!   -le dijo apuntándole con un dedo, lo menos que deseaba ser llamado era pervertido o ero cerrando los ojos.

  

“No… Naruto-kun no digas nada…”   -pensaba tapándose los oídos para no escuchar el escándalo que de seguro armaría el rubio en su casa.

  

-¿Acaso me confundiste con una chica dattebayo? Seguro que ero-sennin te envió para filmar mujeres desnudas y te equivocaste de baño.   –le dijo respirando algo agitadamente, Sai sintió que todo era maravilloso y que la ingenuidad de su Naruto era infinita.

  

“Gracias kamisama”   -pensaba dejando caer lágrimas gruesas por sus mejillas llenas de alegría al no ser descubierto por el rubio. Naruto cerró los ojos al ver como Sai asentía afirmativamente.

  

-Ya me lo esperaba de Ero-sennin dattebayo…   -cruzándose de brazos mientras asentía con la cabeza.

 

-Pero… Naruto-kun, es algo tarde ¿No quieres quedarte en mi casa por está noche?    -pregunto con un brillo libidinoso en los ojos, los ojos azules del joven rubio se entrecerraron.

 

-Sai…   -decía el rubio llevando ahora las manos a la cintura. Sai estaba atento esperanzado en que le dijera que si, solo necesitaba una oportunidad y esa noche sería la correcta.

       

CONTINUAR…

  

ESPERO HAYA SIDO UN BUEN ADELANTO… BESOS Y BYE BYE!!!

 

 

Notas finales:

DEPENDE DE SUS REVIEWS SI DESEAN UNA PRONTA CONTINUACIÓN MIS LINDAS CHICAS...

 

n_--


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