—Che Nowaki, apurate carajo, que te pensas que podés estar metido ahí todo el día?!! Dale boludo que también quiero pasar! —
—Para un poco por favor, ya voy a salir, pero no me grites así —Me respondió Nowaki desde adentro del baño y yo, para romperle más las pelotas, seguí golpeando la puerta como reverendo gil.
Está bien que se alegre siempre que le digo que quiero ir a una peña, pero tampoco la emoción vieja. Me gusta el folklore y todo, pero ya soomos grandes. Me fui a sentar al sillón y miraba la propaganda de Susana Gimenez de fin de año, esperando a que salga del baño. Dijo que quería ir arreglado a la peña ¿A una peña? Pará, si todos van como quieren y él, que salió temprano a comprar ropa para ir a una, ‘jate jodeeeerr. Yo voy a ir así nomás, ni piense que me voy a cambiar mucho. Una camiseta del Racing y un jean cualquiera.
La pava en la ornalla estaba silvando y ahí me acordé que no todavía no había preparado el juego de mate. No es la emoción, pero a una peña tenés que ir con el mate. Como obligación moral y personal diría yo. Apagué la ornalla y me fui a buscar el bolso del mate. En la repisa y en el mueble no estaban, ni en ningún lugar donde se me pueda ocurrir.
—Nowaki, che el bolso del mate?!! —Le pegué un grito a ver si él sabía por dónde andaba el bolso.
—Fijate ahí en el estante Hiro, creo que lo dejé ahí la otra vez —. Justo me di la vuelta para ir al estante, y él ya había salido del baño. Todo producido.
Las botas de cuero negro y la clara bombacha de campo marrón que se escondía bajo la faja de cuero y sus monedas; la camisa y el chaleco marrón. Así que todo eso había ido a comprar temprano. Me lo quedé viendo. Esa ropa no va con él ni con sus ojos azules, nunca me lo había imaginado vestido de gaucho; pero, su carita de feliz cumpleaños siempre era la misma. Que pelotudo.
—Viste? Ahí está al frente tuyo —. Me dijo cuando bajó el set de mate del estante. Me dio la espalda y me dio gracia que también se haya comprado un sombrero de cuero. Me hace acordar cuando viajaba al norte de chico y todos andaban vestidos así y en caballo. Dejó el bolso arriba de la mesa y me miró— ¿Qué decis, me queda pintado no?
—Me haces acordar a mi abuelo boludo —. No iba a decirle que le daba alta facha. Que gauchiitoo eh
—Jaja no seas así —. No le dio bola a lo que dije y se fue a mirar otra vez al espejo. —no ibas a entrar al baño? Dale que en treinta nos vamos
—Ahora voy, vo’ prepará el mate —. Me fui al baño pensando que falta poco para ir al lugar, iba a poder comer un choripan locooo. Hace banda que no como uno y hablo de la comida eh. Me encanta el asado, la salchicha parrillera, el capón, matambre, costillares, humitas, uh que bajón. Siempre me voy a lamentar no tener patio propio pero, si bien me haga una casita en un terreno y tenga patio, me compro un chulengo y dale que vah.
—Estoy re croto —Susurré para mi mismo mirando al espejo. Nowaki iba a ir todo cambiadito con terrible porte, re lindo y yo, con mi camiseta de Racing y las Topper de siempre. No es emoción, pero tampoco la pavada.
Me fui a mi pieza y revolví rápido el cajón de mi ropa. Mi jean estaba bien, tenía que buscar una camisa copada y ya fue. Me puse una leñadora roja y bordó a cuadros, parecía un viejo abotonado hasta el cuello. Solté un botón, mostrando un poco el pecho y metí un poco la camisa adentro del jean, ahí andaba mejor. De abajo de mi cama saqué unas Puma’s un poco más presentables, me las puse y salí.
—Así estás más lindo Hiro, te queda genial —. Me dijo cuando llegué a la sala. Al lado de él, sentía que yo iba a estar totalmente fuera de lugar en la peña. Pero no tenía nada mejor. —La verdad que mi novio es hermoso.
—Cerrá el orto querés? —Le dije porque no aguanto que diga pelotudeces, después el que se pone rojo soy yo.
—Si si, dale, vamos.
—Che y vos pensás ir así en el bondi? Vas a llegar con la mitad de las cosas
—y bueno hay que tomar precauciones, hoy nos tomamos un taxi
Asentí con la cabeza y me puse una parca verde por si mas tarde se ponía frío, y con la humedad de mierda que hay en la ciudad me voy a resfriar como nunca. Ni quería darme vuelta, ya suponía todo; pero igual lo hice y ahí estaba, Nowaki con un poncho. La verdad que tiene un pedo liquido en la cabeza. Pero miralo. Sonriendo como boludo, no le importa si allá afuera lo van a mirar mal o bien. Él hace lo que quiere.
Estaba pensando que, a mi no me gusta la Manaos. Me gusta la Coca Cola. Tampoco me gusta mucho el Vino Toro, pero amo el Dadá. Y me daría vergüenza vestir como lo hace Nowaki ahora… ¿Yo soy argentino? Yo no sigo mis raíces
Con todo eso en la cabeza, mirando al piso salimos del edificio. El taxi ya nos esperaba afuera. Solo quería ir a la peña.