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Cosas extraordinarias por Susu5

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Notas del capitulo:

Continuaré este fic de a pocos, es una serie de capitulos que espero sean fáciles de leer, evitar el drama, la traición y los temas de telenovela. Me gustan más los malentendidos divertidos y las situaciones hilarantes.

 

 

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Esmalte negro y otros planes de dominación mundial

 

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Cuando Temari le dijo que quizá no era buena idea visitar la aldea por ahora, era muy tarde. Ya había salido de Suna y estaba a mitad del camino hacia Konoha como para dar la vuelta y regresar. Además, Kankuro merecía quedarse a cargo de la aldea después del desastre que causó con la excusa de experimentar con las nuevas raíces que había conseguido para uno de sus nuevos venenos. Ver a la mitad de sus fuerzas shinobi vandalizar las calles de Suna con solo pintura cubriendo sus cuerpos era suficiente para querer huir de su aldea. Que la otra mitad desarrollara una repentina y horripilante obsesión por el cuero y los látigos fue el factor determinante para coger sus cosas, a dos de sus jounin que aún conservaban sus uniformes y partir hacia Konoha donde esperaba que las cosas fueran al menos más sensatas.

Al entrar al territorio de Konoha, unos kilómetros de las puertas de la aldea, y ver que una de las patrullas lo esperaba con ojos ansiosos y evidentemente tensión en sus cuerpos, dedujo que Temari le debía una mejor explicación.

—Kazekage-sama, bienvenido. —Dijo el que parecía ser el líder mientras los tres se inclinaban en una profunda reverencia. Gaara asintió ante el saludo, su cuerpo preparándose para la noticia que le fueran a dar. A sus ambos lados, el par de jounin que lo acompañaban tomaban posición de pelea como si la noticia fuera el detonante para atacar.

Algo definitivamente había pasado en Konoha, si las patrullas estaban en movimiento significaba que intentaban detener la salida o el ingreso de alguien. ¿Un enemigo? ¿Habrían atacado a Konoha? ¿Alguien había escapado? Fuera lo que fuera iba a averiguarlo, Suna era el aliado más cercano que tenían y Naruto era su mejor amigo, su hermano. Si bien aún no era Hokage era porque aún debían aparentar que se seguían ciertas formalidades. Además, Naruto parecía contento con ser el Hokage en práctica pero no nombre, Gaara sabía que él habría hecho lo mismo para escapar del papeleo; postergar al máximo la relativa paz que aún conservaba. Algo que parece haber cambiado.

— ¿Naruto? —preguntó, porque si alguien estaba detrás del problema hasta conseguir solucionarlo era Naruto. Enemigo que fuera, Naruto sería el primero en estar a sus talones; encontraba a Naruto, encontraba la raíz del mal siendo sermoneada por un rubio resuelto. Pero el sobresalto que dieron los tres chunin le dio mala espina. —¿Cuál es la situación? —preguntó; y para no perder el tiempo saltó a una de las rama de los árboles y siguió su camino hacia las puertas de Konoha. Sus jounin y el trio de chunin detrás de él.

El silencio se hacía más largo, no pudo evitar la mirada impaciente que lanzó hacia uno de los chunin.

—N-nadie ha visto a Uzumaki-san en varios días, Kazekage-sama.

Gaara se detuvo de golpe. Parpadeó una vez. En el siguiente segundo saltó de la rama con mayor fuerza, su velocidad triplicándose y dejando atrás a la patrulla.

Naruto había desaparecido.

¿Desaparecido?

Más le valía tener una muy buena explicación a Temari por no decirle nada de esto.

Al ver las puertas de Konoha hizo un gesto a uno de sus jounin para que se quedara y evitara que los vigilantes lo tomaran como una amenaza. Sin parar si quiera a comprobar que le daban la aprobación de pase siguió su camino hacia la torre Hokage. Kakashi o alguno del resto debía estar ahí, necesita respuestas.

Esquivando a un grupo de anbu, dejando que el otro de sus jounin se encargara y deteniendo a otro par de anbu que intentaba obstaculizar su paso, Gaara logró llegar a las puertas del despacho del Hokage. Las puertas se abrieron de inmediato revelando a una Shizune que lo veía como si esperara que sacara a Naruto de su bolsillo.

—Debo suponer que no hubo forcejeo alguno—dijo mientras entraba y observó los rostros de decepción que siguieron a sus palabras. Shizune cerró la puerta después de que ingresó. Kakashi, Iruka, Shizune y Tsunade eran los únicos presentes. Seguro el resto estaba en búsqueda del rubio perdido.

—No, simplemente dejaron de verlo—dijo en un suspiro Iruka, su rostro mostraba angustia y preocupación. — El último que lo vio fue Konohamaru, parece que había estado entrenando esa tarde hace cuatro días.

Cuatro días.

—Naruto es el próximo Hokage, sabemos que hay veces que no quiere que anbu esté detrás de él. Respetamos su pedido. — Aclaró Shizune seguro al sentir la incredibilidad que Gaara sentía al haber demorado cuatro días para darse cuenta que Naruto había desaparecido. Iruka, al contrario de estar a la defensiva solo agachó la cabeza en vergüenza.

—Le habíamos dado un par de días de descanso—comenzó Tsunade, —el mocoso estaba aburrido de estar encerrado en la oficina y Kakashi había aprovechado para dejarle todas sus obligaciones— suspiró agotada. —Cuando no llegó cuando debía nos preocupamos, pero conocemos cómo es cuando decide entrenar, a veces no se da cuenta del tiempo. Creímos que sería bueno si le dábamos un día más, lo merecía después del convenio que consiguió con uno de los señores feudales semanas atrás.

—La diplomacia sutil nunca fue lo suyo, pero estábamos- estamos orgullosos de lo mucho que ha madurado—agregó con una sonrisa Iruka.

—Esa tarde Sasuke regresó de su misión—Kakashi continuó. — Horas después de dar su reporte volvió claramente molesto reclamando del porqué no le habíamos dicho que mandarían a Naruto en una misión y que le diéramos la información necesaria para darle el alcance.

—Ese mocoso no sabe expresar su preocupación más que con demandas y amenazas—bufó Tsunade.

—Fue una sorpresa que pensara eso, pero nos pusimos alerta. Sasuke no es de saltar a conclusiones sin pruebas. Al menos eso intenta. —Aclaró ante la Mirada incrédula de algunos. —Mandamos anbu en búsqueda de Naruto, pese a la firmeza de Sasuke de haber buscado por toda Konoha. No estaba en ninguna parte y nadie lo había visto. No se han encontrado rastros más que el resultado de su entrenamiento de hace cuatro días en donde Konohamaru lo había visitado.

Todos quedaron en silencio. Gaara no sabía qué decir, Naruto no se iría de la aldea sin decirle nada a nadie. Y aun así, si no había rastros de pelea significaba que eso había pasado.

— ¿Los equipos de búsqueda?

—Las patrullas están alerta y Shikamaru está a cargo de la búsqueda.

— ¿Cuántos escuadrones? —preguntó y notó cómo Iruka se controlaba para no girar a ver acusadoramente a Kakashi. El Hokage solo suspiró sintiendo claramente el intento. Gaara apreciaba a Iruka más que a nadie en el círculo de Naruto, era de los pocos que quedaban que no ocultaba lo que sentía con recelo; era refrescante.

—Tres.

—¿Solo tres? — Cuando el futuro Hokage estaba desaparecido, solo un grupo de nueve estaba en su búsqueda.

—Y las patrullas. —Como si eso lo remediara, el mismo Kakashi sabía que no se salvaría de la desaprobación de Gaara y con él, de toda Suna. Posiblemente todas las aldeas, se trataba de Naruto después de todo.

—Si movilizamos a más escuadrones toda la aldea se enterará de la situación. No podemos permitir que se entre en pánico.

—¿Creen que no se han enterado? —preguntó incrédulo.

Sabía que estaba siendo injusto y difícil solo porque se trataba de Naruto. Él era kage después de todo, conocía el protocolo y el peso del consejo sobre las decisiones que se tomara. Además, si era cierto que Naruto se había ido por su cuenta, algo que parecía ser, que la noticia escale era peor para su situación.

Nadie respondió la pregunta retórica y decidió que ahí solo encontraría más dolor de cabeza. Por un momento de debilidad pensó que quizá si se hubiera quedado en su aldea no tendría que lidiar con esto, el dolor de saber que su amigo no aparecía. Pero rápidamente aplastó la idea y giró.

—Voy a buscar a Sasuke.

Después de todo, él era quien debía estar más al tanto de la situación. No había forma que alguno de los que estaban en ese despacho tuvieran el poder de detener a un Uchiha en una misión. Menos a ese Uchiha cuando se trataba de Naruto.

Al salir nadie lo detuvo. Quizá debió ir directo donde Sasuke desde el principio.

¿Pero dónde podría estar?

Lo primero que se le ocurrió fue el templo Uchiha. Naruto una vez le comentó, en una de esas conversaciones bajo la inmensa luna que parecía que los tragaría, lo mucho que Sasuke estaba pareciéndose a Kakashi. Una sonrisa en su rostro y risa en sus palabras al resaltar que no en su hábito lector. Pero cómo hablar con Itachi era lo primero que Sasuke hacía todos los días, como penitencia de sus acciones. Esa misma noche había susurrado, en esa voz de inseguridad que Gaara odiaba escuchar, que quizá la razón por la que Sasuke permanecía era porque el cuerpo de Itachi había sido recuperado y lo mantenían cerca de Konoha. Para luego reír como si lo dicho no fuera algo que plagara su corazón en noches como esas. La luna iluminando su rostro con recuerdos de la guerra y lo que pudo llegar a ser.

Gaara solo podía estar a su lado, ambos esperando que la luna y los recuerdos que traía se disolvieran. A veces, con suerte, junto a ella se iban las inseguridades y las pesadillas. A veces, las mejores noches, Sasuke llegaba y ocupaba el sitio de Gaara para borrar todo tipo de dudas de la traicionera mente de Naruto.

Al salir de los límites de Konoha con dirección al templo se preguntó si quizá debió ir con Temari para comunicarle sobre sus planes. Conforme con que al menos el Hokage supiera, siguió su camino. Parecía que nadie estaba en ruta al templo. Fue recién a unos cien metros de llegar cuando se dio cuenta que sí había alguien visitando a Itachi y ese alguien definitivamente no era Sasuke. Aceleró su paso.

Al entrar al templo no pensó ver a Naruto, la presencia que había sentido no era de él. Su amigo siempre atento de ocultar su chakra cuando quería. Pero tampoco esperaba ver a Itachi.

—¿Gaara? —Naruto se levantó de donde había estado sentado al lado de Itachi. Ahora que sabía que su amigo estaba definitivamente bien, podía darse el lujo de desear estar en su aldea. Al menos no tendría que lidiar con personas revividas.

—Kazekage— dijo en saludo Itachi. Él parándose también, como si la situación no fuera para nada absurda.

—Pensé que el revivir a los muertos era una manía de Orochimaru y demás—dijo tratando de que su expresión no mostrara el dolor de cabeza que amenazaba por venir desde que salió de su aldea. —Al menos me hubieras dicho con anticipación que nos convertiríamos en el nuevo grupo de psicópatas con intención de dominación mundial. Sin ofender—Itachi solo asintió, posiblemente acostumbrado. —Así le hubiera dejado a Kankuro el traje y no me hubiera esforzado tanto por dar excusas al Consejo de mi aldea cada vez que quiero hacer algo.

—Ugh… Gaara— respondió Naruto pasando su mano por el rostro—Sabes que si hubiera querido formar un grupo para conquistar el mundo hubieras sido el primero en enterarte.

—¿Pero?

—Pero no creo que el esmalte negro sea nuestro estilo.

—¿Entonces dejamos esa idea como alternativa si es que lo de ser kages no funciona? —preguntó con una sonrisa contenida.

—¡Créelo! —exclamó, para luego estallar en carcajadas. Segundos después Gaara no pudo contener más su risa, algo más reservada pero con toda la emoción de alivio y diversión que sentía.

Pasaron segundos en los cuales la alegría se mantuvo hasta que Gaara notó el cansancio en los ojos de Naruto y recordó la situación en Konoha.

—Naruto—dijo con seriedad llamando la atención de su amigo—nadie sabe que estás aquí.

Pudo notar cómo Naruto se estremeció y la culpa invadió su rostro.

—No era mi intención preocuparlos—susurró—solo necesitaba pensar.

—¿Ha pasado algo?

—Bueno…

Naruto miró a Itachi como si él tuviera las respuestas a su pregunta, en respuesta Itachi lo veía fijamente. Gaara se dio cuenta del intercambio y tuvo que preguntarse desde cuándo esos dos habían entablado algún tipo de relación. ¿Quizá el introducir un cuervo por la boca de otro era suficiente para que algún tipo de amistad se formara?

—Aun así, ¿era necesario revivir a Itachi?

—¡Estaba desesperado! —exclamó a la defensiva, era claro que era un tema delicado. Gaara solo alzó una ceja para nada impresionado.

—¿Por?

—¡T-todo es culpa del idiota de Sasuke?

—¿Sasuke?

Itachi suspiró, Gaara podía ver cómo el Uchiha revivido veía su ataúd con anhelo como si quisiera saltar y hacerse el muerto.

—Pues- Es que- Veras- Y Kurama…

—¿Kurama? Naruto, sé más claro.

—Bueno…—Naruto comenzó a retorcerse en su sitio— sabes que cuando una abejita-

—Oh por- —Itachi intervino— El kyuubi parece haber, de alguna forma, dejado embarazado a Naruto.

Gaara solo se quedó mirando a Itachi como si además de haber revivido, lo hubiera hecho con Orochimaru y ambos estuvieran planeando conquistar el mundo con el poder de la amistad. Definitivamente estaba escuchando mal, pero antes de que pudiera decir algo al respecto pudo sentir un pico de chakra y la voz de alguien que había estado buscando en primer lugar.

—¿… qué rayos?

Sasuke estaba parado en la entrada del templo, Sakura y Sai a su lado. Gaara suspiró, deseando por séptima vez que mejor se hubiera quedado en su aldea.

Giró a ver cómo Naruto abría y cerraba la boca mirando a Sasuke, sus ojos bien abiertos y sin palabra alguna. Notó que Itachi ya no estaba a su lado, estaba dentro del ataúd y a punto de cerrarlo. Gaara se preguntó si quizá, si es que era amable, Itachi lo dejaba entrar. O mejor, podían llegar a un acuerdo y abandonar sus aldeas para ir en busca del dominio mundial, Itachi tenía experiencia.

—Creo que puedo soportar el esmalte negro.

 

 

Notas finales:

Espero les guste :)


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