Geinsterfahrer
II
Experiencias
+++…Con una sonrisa amable y comprensiva, Clockwork le dijo que para cubrir las explicaciones, le daría "las memorias pasadas" de uno de sus yo de otro tiempo por dos razones: la primera, para que tuviera experiencia y control sobre sus poderes fantasmales y, la segunda, para que tomara con calma su integración al mundo al que un Vela pertenecía…+++
A la mente de Danny llegaron imágenes similares a las que vio cuando sus amigos lo sacaron del Portal, las reacciones y lo que sucedió después ya difería totalmente, en sus recuerdos, él recuperó el conocimiento, volvió a la normalidad y no pasó a más, accidentes con las habilidades adquiridas, eventos que en su presente aún estaban muy lejos en el futuro, el desarrollo del control como su otra mitad, los fantasmas con los que se enfrentó: los malos, los buenos y los confundidos, los que no dejaban de fastidiarle la existencia; sin contar con los caza fantasmas que llegó a conocer, los hombres de blanco, y otros ocasionales.
También llegó a ver las veces que salvó al mundo, las veces que su ciudad estuvo a punto de ser regida por fantasmas... sin olvidar a su némesis, el otro híbrido que existe a parte de él y de un clon parcialmente fallido: Danni. A su mente llegaron también las dudas, los temores, el dolor que llegaría a experimentar, la agonía de haber conocido un futuro aterrador, la promesa de nunca permitir que sucediese, y sus propios fantasmas tras presenciar la destrucción de sus seres queridos y haber conocido su lado obscuro.
Recordó todo esto en lo que apenas sería un instante.
Fue abrumador, fue la manera más fácil de obtener experiencia y también la más dolorosa. Todos esos recuerdos le mostraron algo que jamás podrá ser, en esos recuerdos él era relativamente normal, ahora era no sólo un mitad fantasma, también era un Vela. Y fue en ese momento que Clockwork le contó sobre el otro mundo, sobre el Mundo Mágico.
A parte de la explicación, Clockwork le comentó que arreglaría un par de cosas, pronto recibiría una lechuza (medio de comunicación del mundo mágico) de una academia en Francia, Beauxbatons, donde aprendería sobre la magia correspondiente al grado académico que debería llevar un chico de su edad además de una manera de convivir, reconocer y aceptar su parte Vela, después haya obtenido el conocimiento necesario sobre la magia de acuerdo a su edad, él iniciaría el siguiente siclo escolar en otra escuela de magia… una donde su misión iniciaría.
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Era septiembre y Danny ya estaba en la plataforma 9 ¾ de la estación King’s Cross en Londres, despidiéndose de sus padres y de su hermana. Para la familia Fenton fue un shock el descubrir que su hijo era un mago… que el accidente hizo que en él despertara la magia que estuvo dormida en su ser al igual que una herencia mágica profundamente dormida: un .001% de genes Vela diluido en su ADN por el paso de los siglos.
Al día siguiente en que su hijo escapó de la escuela, Maddie y Jack Fenton recibieron la visita de la mujer más alta que hubieran conocido, se presentó como Madame Olympe Maxime, directora de la Academia de Magia Beauxtons ubicada en una región de Francia. Madame Maxime se encargó de explicar el Mundo Mágico, la razón “probable” del ‘despertar mágico’ de su hijo y el programa que su Academia ofrecía a Danny para aprender a aceptar su ‘parte Vela’ así como todo conocimiento básico del Mundo Mágico.
Una cosa llevó a la otra, de un día para otro Danny estaba en esa Academia del otro lado del planeta aprendiendo a controlar la magia en él al tiempo que le alentaban a aceptar sus genes; en ese tiempo los Fenton estuvieron dando la excusa del traslado de escuela en el extranjero por petición de Danny a quienes llegaban a preguntar, pronto Amity Park se acostumbró a la ausencia del Fenton menor casi olvidándolo por completo.
Meses después Danny regresó a casa, sus padres le notaron más seguro de sí mismo, más como solía ser antes del accidente, ya no le daba importancia a su apariencia y hasta parecía feliz, sin embargo los días pasaron hasta llegar la hora de regresar a la escuela, pero esta vez a Hogwarts Colegio de Magia y Hechicería.
Ahora la familia Fenton movía sus manos en señal de despedida a su hijo y hermano, las despedidas apropiadas se llevaron a cabo mucho antes de entrar a la plataforma del legendario tren escarlata, tradicional transporte al colegio que atendería hasta terminar su educación mágica, y, tan solo les quedaba esperar hasta Navidad para volver a verlo. No obstante, comprobaron el bien que aprender magia y un entorno tan especial como él lo es le hizo al antes confundido Danny… lo que les aseguraba que su hijo y hermano estaría bien.
El tren se alejaba cada vez más de su vista, tanto la seguridad que eso era lo correcto y la nostalgia que sentirían eran lo único que les quedaba… pero no era para siempre, su querido hijo y hermano volvería, claro que volvería.
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En uno de los compartimentos del tren, siendo acompañado únicamente de un ‘profesor’ dormido, Danny miraba los diversos escenarios que se deslizaban por su ventanilla pese al lluvioso clima que se avecinaba, perdido en sus pensamientos el joven moreno recordaba lo mucho que aprendió en la academia a la que Clockwork lo había enviado, ahora solo le quedaba recibir los datos de la misión en la que se vería envuelto.
Las puertas del lugar se abrieron, una chica castaña con un peculiar cabello, ojos cafés y con un aire de sabelo-todo se asomaba al compartimento, tras ella estaba un chico con expresión asustada, con el pelo extremadamente rojo y ojos azules; la chica pidió compartir el compartimento a lo que Danny accedió, entraron la chica el pelirrojo y también un chico más bajo que los dos primeros; con un cabello indomable, lentes redondos haciéndole ver aún más pequeño, tenía unos ojos intensamente verdes.
Tras acomodarse, los chicos dedicaban a Danny un par de miradas curiosas, el trío de amigos no recordaban haber visto al chico que ciertamente llamaba la atención, incluso ignoraron la presencia del ‘profesor’.
--¿Sucede algo? –preguntó Danny sin mirarlos, podía sentir tres miradas curiosas sin contar que podía ver su reflejo en la ventana.
--Bueno... no recuerdo haberte visto antes y no luces como alguien de primer año, me preguntaba si eres parte del personal o algún alumno de intercambio aunque no se ha escuchado en la historia de Hogwarts algo parecido... –hablaba la chica tan rápido y aparentemente sin tomar un respiro además del incial.
--Woow, hablas mucho. –suspiró Danny. –Bien, chica-que-habla-mucho soy alumno transferido y cursare el cuarto año.
La chica se ruborizo por más de una razón, fue impulsiva, descortés y el chico que le miraba era demasiado lindo.
--Soy Ron Wesley, él es Harry Potter y la chica-que-habla-mucho es Hermione Granger. –dijo el pelirrojo aprovechando el estado de su amiga y el mutismo de su amigo.
--Daniel Fenton. –dijo sin más, cosa que sus compañeros notaron con extrañeza.
Danny estuvo callado el resto del camino, luego notó que los otros chicos parecían querer hablar de algo privado por lo que decidió ir a dar un paseo, salió, sin escuchar respuesta u otro comentario. El paseo a través del tren no fue muy entretenido, tan solo pasaba de vagón en vagón atrayendo una que otra mirada curiosa... pronto no le quedó más que ‘regresar’, asumía que el trío de amigos terminaron de hablar.
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Luego de unas horas, el tren se detuvo, los comentarios que los chicos que se habían unido a Danny en el compartimento le dejaban claro que el colegio aún estaba bastante lejos. Su sentido fantasmal se activó, ¿O era simple aliento causado por el frío de la tormenta? De pronto la temperatura descendió considerablemente, los otros chicos frotaban sus brazos en busca de calor, en cada exhalación se hacía visible el aliento… algo andaba mal.
Extraños ruidos se escuchaban por el pasillo, la presencia casi congelada se acercaba más y más, una sombra se perfilaba en la ventana del pasillo, la puerta de abría poco a poco… una mano alargada, huesuda y casi podrida se abría paso hacia dentro del compartimento, una figura larguirucha de casi tres metros, que no tocaba el suelo, cubierta por una capa negra desgarrada y sin nada a la vista… donde deberían estar los ojos hay una membrana y en lugar de boca, había un orificio escalofriante y nauseabundo.
Los chicos se congelaron al ver semejante creatura, los miedos de la infancia parecían hacerse realidad pero había dos chicos a los que el miedo a la obscuridad y lo que había debajo de la cama quedaba corto con las experiencias vividas.
La creatura se acercó a Danny y a Harry, se las arregló para sujetar a ambos del cuello, se acercó a ellos y empezó a inhalar algo de los muchachos.
Ambos chicos sentían cómo su alrededor cambiaba, los recuerdos lejanos y ocultos salían a la luz, sentían que la felicidad era un espejismo al que jamás podrían recurrir.
El escalofrío que les recorría la espalda no era nada comparado con lo que sentían, el aire les hacía falta debido al agarre, la fuerza les abandonaba con cada segundo que transcurría, los deseos de morir estaban a flor de piel… ya no podían más.
Cuando el frío calaba más que los huesos, cuando creían que todo estaba perdido, un resplandor blanco alejó a la creatura de ellos, los chicos se desvanecieron. Uno con el grito de una mujer y el otro, con un grito propio que jamás dio, el grito pertenecía al Danny del que le fueron transferidos sus recuerdos.
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Había movimiento, el tren había retomado su marcha, Danny empezaba a dar signos de vida alertando a quienes lo rodeaban y obligando con sus mismos movimientos, torpes y sin fuerza, a despertar al igual que Harry. Ambos morenos se sentaron con cuidado, las náuseas en uno y el otro visiblemente descolocado, el sujeto que antes estaba dormido ahora les pedía que comieran un poco de chocolate. Aun en contra de su voluntad, el sujeto se las arregló para hacer que los chicos dieran un par de mordidas al dulce que, aunque no lo admitieran, les hacía sentir mejor.
Mientras Harry interrogaba a sus amigos sobre lo ocurrido, Danny miraba por la ventanilla… esos recuerdos era algo con lo que no se sentía cómodo, su ‘yo’ alternativo sufrió mucho para llegar tan lejos, para no convertirse en ‘Dan’… y esta cosa sea lo que sea le hizo sentir la misma desesperación, la misma angustia, el mismo dolor de haber perdido a sus seres queridos y no tener más que convertirse en un fantasma malvado… en un monstruo.
Sin prestar tanta atención a lo sucedido durante el resto del viaje en tren, Danny se vio ya en Hogwarts, un magnífico castillo, pese a las memorias de otros castillos a los que pudo haber visitado, Hogwarts era el primer lugar que veía con sus propios ojos y se maravillaba con tan espléndida vista… el bosque que se asomaba y el lago que estaba cerca le añadían un toque de fantasía idílica.
Ni siquiera las extrañas creaturas que se encargaban de tirar del carruaje, con sus pieles lisas y sus alas sin plumas; con su altura y sus huesudos cuerpos, podrían disuadirlo de la ilusión surrealista que observaba, sólo le añadía misterio. El interior del castillo no se quedaba atrás, los enormes pasillos, altos techos y candelabros resaltaban la antigüedad del lugar; las pinturas que literalmente estaban vivas, las armaduras, los fantasmas flotando como si estuvieran en casa tan solo reforzaban el ambiente de magia en el aire.
Los otros chicos con los que Danny esperaba para entrar la Gran Comedor y ser Seleccionados estaban tan maravillados como él de los alrededores que no notaron las varias veces que el sentido fantasmal de Danny se activó.
Al entrar al Gran Comedor, Danny volvió a quedar sin palabras, era simplemente fantástico lo que ahí había, un techo encantado que reflejaba una noche clara y estrellada pese a la tormenta en el exterior, varias mesas con adornos en rojo, azul, verde y amarillo con otros colores… tantos candelabros que iluminaban todo el lugar.
El Mundo Mágico no dejaba de asombrarle, había encanto en cada lugar con magia en el aire, aún con los recuerdos de una vida que no le pertenecía, llena de aventuras y de asombro constante, Danny sabía que este mundo, su mundo, no tardaría en llenar su vida de emociones. Por desgracia, debido a su ‘situación’, esta vez su nerviosismo era literalmente palpable.
>>Continuará...