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El fetiche oculto (HaeHyuk) por lunafang

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Cuatro años después

 

Lee Donghae miró a la tribuna que alentaba a su equipo antes de que comenzara el partido, mientras se acomodaba en su posición en el campo. No hizo falta que se esforzara mucho para encontrar al hombre que estaba buscando en la multitud. Después de todo, era demasiado sencillo vislumbrar a un hombre que luce un traje negro entre tantas otras personas que visten ropa deportiva del característico color azul del equipo de su universidad. Habían hablado sobre aquel asunto varias veces, pero Hyukjae no parecía darle importancia al hecho de que su ropa de trabajo desentonara con la actividad deportiva. Prefería llegar a tiempo a los partidos luego de salir del colegio, en vez de tardarse debido al cambio de atuendo; una prioridad que a Donghae se le antojó muy cursi y tierna, aunque jamás se lo admitiría.

La relación entre Donghae y Hyukjae pasó por varias etapas en los últimos años, confusas e incómodas en su mayoría, hasta llegar a un nivel completamente inesperado. Ninguno de los dos estaba seguro de cómo había sucedido, qué fue lo que lo desencadenó, pero se había sentido correcto una vez ocurrido. Luego de aquellos días de largas confesiones tortuosas, ambos continuaron con su rutina de las clases particulares de historia coreana, pero comenzaron además a compartir encuentros que no se relacionaban en ningún sentido con lo académico. Hubo salidas al cine por la noche, desayunos los fines de semana en alguna cafetería y tardes de charla en el departamento del profesor. También hubo algunas veces que fueron a bailar a Perfection, lo que desencadenó algunas situaciones extrañas que acababan con uno de los dos hombres avergonzado por los siguientes días, siendo este normalmente Donghae, y el otro molesto durante más tiempo. Por fortuna, el proceso de reconciliación se volvió más sencillo y rápido a medida que fue pasando el tiempo.

-Lo siento. No lo pude evitar -fue lo que dijo el menor mientras ambos se alejaban del lugar, con Hyukjae al volante de su auto. Estaba enojado, aunque también sentía el pinchazo de la culpa por lo sucedido.

-No eres un niño pequeño que no puede controlar su esfínter, para decir esa frase patética. Trata de no volver a hacerlo si quieres que te siga viendo como un hombre -contestó el mayor de forma seca, sin volver a hablar hasta que llegaron a la ciudad y dejó a Donghae en el campus de la universidad.

Cuando salían a bailar, el muchacho siempre evitaba que algún otro hombre se acercara a Hyukjae, pero esa había sido la primera vez en que tuvo que intervenir seguridad y ellos fueron echados de allí. Realmente su actitud protectora no era algo que se planteara mentalmente antes de llevarla a cabo, sino que sucedía de modo natural, aunque en esa ocasión había llegado más lejos debido a la insistencia de la otra persona. El solo ver a otro hombre cerca del mayor con claras intenciones de ligue lograba que su vista se pusiera roja de la furia. No podía entenderlo. Sin embargo, el motivo de esto no tardó mucho más en revelarse.

Fue una tranquila noche comiendo ramen, acurrucados en el sofá mirando Hotel Transilvania 2, que todas las piezas del rompecabezas se colocaron en sus respectivos lugares. En algún momento de la película, Donghae dejó de concentrarse en la historia relatada y fijó su vista en el rostro de Hyukjae, tan cerca del suyo propio. Sus cejas todavía no mostraban ningún rastro de canas, como sí ocurría ya en la línea que divide su cabello. Sus ojos oscuros se veían diminutos cuando se reía, a la vez que sus dientes y encías resaltaban de forma cómica. Al centrarse en su nariz, Donghae sintió que un poco de rubor le cubría las mejillas por culpa de los pensamientos que le instaló Jonghoon. A su amigo le causó mucha gracia revelarle al taiwanés que los coreanos tenían la creencia de que los hombres con narices grandes estaban muy bien dotados, lo que hizo que Donghae sintiera un poco de curiosidad sobre si aquello era real.

-¿Qué tanto me miras? -preguntó Hyukjae sin apartar la vista del televisor, consiguiendo que Donghae soltara un respingo asustado.

-Nada -murmuró apenado, con la vista ahora en sus pies descalzos. Ya podía sentir que sus orejas también empezaban a colorearse.

-Si te aburre la película podemos cambiar el canal o hacer otra cosa.

-¿No quieres terminar de verla? Pensé que te parecía divertida.

-¿Realmente crees que me interesa una película infantil más que tú? -se rió de forma suave.

Donghae volvió a mirarlo a la cara y quedó deslumbrado por aquella sonrisa sincera. Dugun, dugun. Los latidos de su corazón se aceleraron de forma torpe, como en una ridícula novela romántica adolescente. Apenas entrecerró los ojos antes de acortar la poca distancia que los separaba y unir sus labios en un beso tímido. Un breve instante que se convirtió en un infinito.

Recordando aquel momento, el muchacho se sentía muy apenado por su forma de actuar inocente. No obstante, Hyukjae no se cansaba de decirle que no podría haber sido una confesión más dulce y sincera.

-¿Por qué sonríes tanto, Donghae? Pareces un tonto enamorado -se burló Jungwoon una vez que todos los jugadores de los dos equipos estuvieron acomodados y esperaban que dieran comienzo al juego.

-Me declaro culpable -rió justo antes de que sonara el silbato.

Notas finales:

Después de casi dos años de haber publicado el primer capítulo, hoy doy por terminada esta historia. Muchas gracias a todos los que leyeron El fetiche oculto, ya sea que estuvieran desde el principio o que conocieran la historia hace poco. Realmente agradezco todos los votos y los comentarios que dejaron (incluso los mensajes privados pidiéndome que actualice).

Por eso también quiero disculparme debido a mis tiempos de ausencia. Fue una mezcla de problemas personales y crisis de escritura en los que me sentaba enfrente de la computadora y no podía escribir nada productivo. Hubo momentos en que pensé incluso en abandonar El fetiche oculto, que hubiera sido mejor que la historia terminara con El juego del gato. Pero no me pareció correcto ni para mí, ni para ustedes. 

Por último quiero disculparme si el epílogo fue muy cursi y nunca hice escena de lemmon. Fue algo que traté de hacer varias veces en distintos momentos de la historia, pero nunca terminó de encajar. Parecía algo forzado. Así que preferí quedarme con el lado más sentimental de la relación de Donghae y Hyukjae.


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