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Elastic Heart por LevitaHatake

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Doflamingo había llegado al palacio. Ya eran altas horas de la madrugada.
El shichibukai apenas estaba dejando atrás su intenso dolor de cabeza que había sido provocado por Law.
Entro al lugar y se dirigió directamente a su habitación…

-Doffy, ¿te sientes bien?

-Oh eres tu Diamante…-y el rubio siguió caminando con calma-¿Por qué la pregunta?

-Parece que trataste con un gran fastidio-le dijo posicionándose a su lado.

-Sí… Un gran e insistente fastidio-respondió Doflamingo.

-Supongo que fue algo relacionado a la marina o algo de la fábrica; Baby 5 menciono que habías salido…

-Oh eso… Lo siento por no decirte, era algo demasiado urgente, pero al final, sin tanta importancia…

-No tienes que disculparte Doffy, solo lo mencione…

-Oh no… Déjame disculparme-reitero Doflamingo recuperando su sonrisa y volteando a ver directamente a Diamante-. Fue demasiado desconsiderado…

-No te preocupes Doffy…

-De acuerdo, no me disculparé…

-¡Bien, acepto la disculpa!-exclamo Diamante.

-Me parece bien… Bueno, me voy a mi habitación, hasta mañana-y Doflamingo siguió su camino hacia la habitación.

Mientras tanto Trafalgar Law ya había caído rendido ante el sueño y el cansancio. Se encontraba tendido sobre la alfombra.
Había estado una buena cantidad de tiempo mirando por el balcón, luego había pasado un buen rato en la regadera y por último unos 20 minutos pensando en que podría llegar a hacer para encontrarse con aquel hombre que lucía y podría llegar a ser Corazon.
Law se movía de un lado a otro… Los sueños incomodos ya estaban llegando a su cabeza.

Doflamingo se encontraba quitándose la última pieza de ropa frente a su ventana que se encontraba abierta de par en par. Su vista estaba fijada en el hotel donde había dejado a Law. No tenía ninguna preocupación de que algo pudiera pasar o de que Law escapara, ya le había dejado claro las condiciones en las que estaba.
Así que cerró las ventanas y se dispuso a descansar sin más.

-Deben de estar por aquí…

Donquixote Rosinante se dirigía hacia el último piso de un hotel. Buscaba en sus bolsillos las llaves réplica de la habitación que le habían indicado donde había estado Doflamingo… Y al parecer, para su suerte, le habían indicado que el muchacho que le había acompañado toda la noche se había quedado ahí.
Rosinante sentía una horrible sensación en su pecho…
Los latidos aumentaban de intensidad conforme se acercaba a su destino.
Su estómago estaba hecho un nudo debido al temor, no podía asimilar por qué Doflamingo había decidido llegar a ese lugar junto con Law… Imagino lo peor.
¿En verdad su hermano podía decaer aún más como ser humano?

"No imagine que fuera a verte tan pronto…" pensó con nerviosismo Rosinante cuando entro a un elevador. El hombre iba vestido con el uniforme de los empleados del hotel.
Cada minuto que pasaba sin ser descubierto era un gran alivio.

Finalmente Rosinante llego ante la puerta de la habitación indicada. Miro a sus alrededores antes de entrar, respiro profundamente y con toda naturalidad inserto las llaves y abrió la puerta con lentitud…

Primero el pie izquierdo y luego…

"Maldita sea" exclamo el hombre en sus pensamientos.

Rosinante había caído al suelo debido a otro de sus ataques de torpeza.
Rápidamente se puso sobre sus rodillas para incorporarse…
Miro directamente hacia la cama que se encontraba un poco al fondo y no encuentro a nadie. Solo noto que estaba sumamente desordenada.

-No puede ser…-musito el rubio al darse cuenta del tipo de habitación que era. Sus sospechas habían sido confirmadas. Lo que Doflamingo había hecho ahí era horrible.

Recorrió la estancia con la mirada y sus ojos se abrieron un poco más al notar un bulto sobre la alfombra. Se hizo un nudo en su garganta. Sus labios se abrieron un poco, lentamente…
No dejaba de parpadear mientras se acercaba con cuidado…

Se puso en cuclillas. Esbozó una sonrisa llena de felicidad adornada de un par de lágrimas y con un ligero temblor poso su mano derecha sobre el oscuro y despeinado cabello de Law.
El muchacho se movió un poco; el corazón de Rosinante retumbo con más fuerza que antes.
Los ojos azules de Rosinante recorrieron el rostro del joven: Miro las marcas purpura que llevaba en la mejilla izquierda y una rabia empezó a apoderarse de él…
Luego bajo hacia su cuello y descubrió marcas rojizas, claramente hechas por medio de mordiscos.

Rosinante apretó los puños con fuerza, era demasiado… Doflamingo se había vuelto totalmente loco.

-Law…-y Rosinante, con mucho cuidado, levanto la cabeza y torso del muchacho, para empezar a levantarlo.

Quería llevarlo en brazos, salir de ahí y escapar lo antes posible de esa isla…
Su plan no había previsto esto; nunca imagino llegar a estar delante de Law tan pronto. Había sido una tremenda suerte e, irónicamente, una frustración enorme que haya resultado así. Una expresión de angustia extrema apareció en el rubio.

Los parpados de Law empezaron a moverse tímidamente, sus ojos se abrieron lentamente con un deje de pereza. El semblante de Rosinante volvió a iluminarse, su sonrisa volvió y sus ojos se empezaron a cristalizar por las futuras lágrimas que arrojarían.
Los ojos de Law visualizaron un espeso cabello rubio y una sonrisa… ¿Sería un sueño?

-Cora san…

-Law…-Rosinante tenía la voz quebrada, apenas podía hablar.

Law bajo de los brazos del hombre rubio y se puso de pie.

El muchacho se acercó a Rosinante lentamente.
El pecho de Law subía y bajaba con rapidez.
Lo miro directo a los ojos…
Y en cuestión de segundos un par de lágrimas salieron de los ojos de Trafalgar Law mientras se aferraba a Rosinante, con tanta fuerza, con tanta felicidad que sentía que casi llegaba la muerte; la felicidad que sentía era inexplicable.
Rosinante guardo silencio, solamente ligeros sollozos salían de él mientras se aferraba a Law con la misma intensidad. No quería volverse a alejar de él…
Preferiría morir en ese instante junto a él.

Tenía razón, no se había vuelto loco… Corazon estaba vivo, estaba cerca de él. Podía sentir la respiración alterada de este, su corazón que latía con rapidez y fuerza. Era real.

-Cora san…

-Has crecido mucho, Law…-logro articular Rosinante mientras trataba de detener el llanto y sonreír.

Law lo abrazo con más fuerza al oír aquello. Sentía que explotaría de tanta felicidad.

-Todo este tiempo… Yo… Perdóname…

-Law…

-Si no hubiese sido por mí…

-No digas eso-y Rosinante se apartó un poco de él para mirarlo directo a los ojos-. Por fin estamos de nuevo juntos y esta vez, te prometo, que serás libre…

-Pero tú… ¿Cómo…? ¿Cuándo…?

-Doflamingo tuvo… Mucha suerte, aprovecho bien las cartas que tenía a la mano-dijo Rosinante con amargura.

-Pensé que seguías atrapado…

-Lo sé…-y de nuevo volvió a abrazarlo-. Y me odio por no poder haber venido por ti antes…

-No, Cora san…

-Law, te prometo, juro por mi vida, qué nos iremos de aquí-dicto Rosinante mientras sonreía a Law. Su rostro estaba dirigido hacia abajo, Law aún era pequeño comparado con él. Law sonrió por primera vez en años.

-¿Ahora mismo?-pregunto Law con una expresión de extremo asombro.

-No…-respondió con suma vergüenza y frustración-. Hice mal mis planes… Si tratáramos de huir ahora sería demasiado arriesgado, Doflamingo lo descubriría enseguida.

Law guardo silencio mirando a Corazon con un semblante ligeramente preocupado. Tenía razón, huir en estos momentos sería algo demasiado estúpido y arriesgado.

-Perdón Law…

-¿Cuál es tu plan?-pregunto Law.

-Mañana por la noche, un barco de la marina vendrá a la isla… Será una revisión de rutina, nosotros escaparemos ahí.

-¿La marina…?

-Es la única forma de salir de aquí, lo siento Law…

-No importa… Pero ¿estás seguro que podremos huir en eso?

-Sí, no te preocupes por ello. Solo me preocupa el hecho de como tú…

-No te preocupes, yo saldré del palacio, como sea-dijo Law sin titubear.

Rosinante miro con angustia al muchacho. ¡Qué imbécil había sido! Su plan había sido un fiasco… Ahora estaba exponiendo a Law a un peligro enorme.

-Se lo que estas imaginándote Cora san, pero yo sé cómo librarme de Doflamingo… Al menos por un rato, te prometo que estaré donde sea que me pidas verme.

Rosinante aumento la intensidad de su angustia al recordar las cosas que Doflamingo era capaz de hacerle al muchacho.

-No, Law…-y el hombre rubio coloco sus manos sobre los hombros del joven-. No quería hablar de ello pero…

-¿Qué sucede?

-No quiero que Doflamingo te vuelva a tocar, no quiero que llegues a usar… Quiero decir, no quiero que logres convencerlo por medio de…-y Rosinante no pudo continuar.

Y los ojos de Law se abrieron demasiado en un gesto de impacto.
Sentía que el orgullo se le destrozaba, aún más…
No podía asimilar la vergüenza que sentía.
Mordió su labio inferior, cerró fuertemente los puños junto con sus ojos, tratando de retener la rabia…

-Yo… Cora san…

Rosinante solo se limitó a abrazarlo fuertemente.

-Todos los días eran lo mismo… Quería matarme y acabar con esa tortura…-y respiro profundamente para poder continuar-. Siempre me detenía recordándome que tú seguías vivo…

Rosinante volvió a llorar sin cohibición.

-No quería que nada te pasará-continuo Law pero esta vez recobrando un poco de fuerza en su voz-. Cora san… Eso no fue nada. He pasado por mucho más que eso…

-Law…

Law volvió a sonreír suavemente mirándolo con toda la confianza que le inspiraba volver a verlo frente a él.

-Cora san, te lo prometo, nunca más volverás a preocuparte por mí.

Hubo un silencio en donde ambos se dedicaron a mirarse, dedicándose una sonrisa el uno al otro. Aún quedaban un par de horas para que el sol saliera. No sabían que decirse después de tantos años…
Law no tenía mucho que contar, no quería hablar sobre nada de su vida en Dressrosa.
Y por su parte, Rosinante, no tenía mucho que contar, al menos no algo que pudiera contarle con toda libertad a Law, solo tenía asuntos relacionados con la marina y no quería incomodar al muchacho con ello.

-Y… ¿Estás bien?-se atrevió a preguntar Rosinante tomando asiento sobre la alfombra. Estaba sumamente nervioso-. Lo siento, pero, no puedo dejar de pensar en si estas lastimado o algo así… Tu mejilla y cuello…

-Estoy bien, esto son solo marcas leves. Nunca me ha lastimado en serio.

Y hubo un silencio incómodo. Durante este pequeño lapso Law recordó las palabras de Doflamingo respecto a Corazon… Y un rubor, acompañado de asco hacia sí mismo, apareció en su rostro. Rosinante lo noto.

-¿Te ocurre algo Law?

-No... Bueno, quiero decir algo. Cora san, ¿puedo preguntarte algo?

-Sí, dime.

-¿A dónde iremos cuando salgamos de la isla?

-Con suerte lograremos llegar hasta el Red Line-contesto con un deje de temor en su voz-. Una vez estemos ahí, simplemente cruzaremos y después…

-¿Después qué?

-No lo sé-dijo soltando una débil risa nerviosa-. Supongo que me retiraré de la marina y viviremos en la primera isla tranquila que encontremos, ¿qué te parece eh Law?-pregunto con animosidad volviendo a sonreír con suma alegría.

A pesar de la alegre vibra de Rosinante el semblante del joven moreno estaba algo lúgubre.
Su rostro estaba agachado y su boca estaba hecha un rictus.

-¿Qué te pasa Law? ¿No te agrada la idea?

-Cora san… No sé si podré vivir contigo. Quiero decir, ya no soy un niño...

-Law, entiendo-se apresuró a decir Rosinante riendo suavemente-. Podrás hacer lo que quieras, no tienes por qué seguirme para siempre, te dije que serás libre y lo serás.

Y otro silencio reino en la estancia. Esta vez Rosinante veía a Law con algo de consternación. Tenía la sensación de que Law quería alejarse un poco de él, como si tratase de evitarlo. Mientras tanto, en la mente del muchacho, las palabras de Doflamingo seguían retumbando claramente: "¿Piensas en él cuando te la estoy metiendo?"
Era algo que le repugnaba admitir... Doflamingo tenía toda la razón.

"Maldita sea…" pensó Law para sí. No sabía ni cómo llego a sentir eso, no sabía si era culpa de todo lo que Doflamingo había hecho con él, no sabía si era algo intrínseco en él. Solo sabía que algún día tendría que decirle a Corazon su incomodidad respecto a él.
No podía negarlo y, tarde o temprano, la verdad saldría a la luz. A pesar de sentir esa horrible, bochornosa e intensa atracción hacia Corazon aún no podía dar por hecho si eso era real. Tal vez solo era algo para consolar su mente durante todas las torturas de Doflamingo. No lo sabía, pero, el simple hecho de imaginarse viviendo con Corazon, tranquilamente y sin ninguna preocupación, le hacía sentir una emoción que ponía a temblar su cuerpo de arriba abajo.

-Tal vez, algún día, me hagas el honor de ser el "Tío Cora-san" de tus futuros hijos-se encontraba diciendo Rosinante con alegría. Law había vuelto a la tierra. Corazon había estado hablando mientras él estaba inmerso en su disputa interna.

-¿Qué…?-balbuceo el joven parpadeando confusamente.

-Law, ¿te sientes bien, en verdad?

-Sí, es solo que el verte ha sido demasiado para mí-contesto con calma.

-Creo que deberías volver a dormir…-dijo Rosinante con cierta decepción en su voz.

-No-dijo rápidamente Law. Su pulso empezó a aumentar.

Mañana tendrían mucho que hacer; mañana escaparían o morirían en el intento. No podía arriesgarse a volver a perder a Corazon para siempre.
Así pues Law decidió despojarse de su camisa y dejar su torso al descubierto.
Rosinante quedo sorprendido al ver el gran tatuaje que el muchacho exhibía en su pecho.

-Lo llevo desde los 15 años… Yo lo hice en tu honor-dijo con voz pausada y seria.
No quería oírse como una tonta chica enamorada. Solo quería purgarse de la ola de sentimientos y confusión que se intensificaron desde el momento en que Corazon le planteo la idea de vivir juntos.

-Law… Por dios…-Rosinante se acercó a él para apreciar más el tatuaje. El hombre rubio sonrió con indulgencia y miro con ternura la seria expresión que Law ostentaba en ese momento-. Gracias, esto es lo más genial que alguien ha hecho por mí. En serio.

Law sintió un vuelco en el pecho.

-En cuanto pueda me haré uno también, en tu honor Law-le dijo Rosinante.

-No tienes porque-soltó el muchacho y volvió a ponerse la camisa-. Cora san…

-¿Si?

-Mañana escaparemos…

-Sí, mañana por la noche. Si algo sale mal y tú no puedes salir del palacio, no te preocu…

-No es eso lo que me preocupa-le interrumpió Law-. Cora san, si algo realmente sale mal, los 2 moriremos.

-Supongo que sí…-admitió Rosinante después de un pequeño suspiro de pesimismo.

-Cora san, no tengo la seguridad de que tú y yo seguiremos vivos para mañana, sé que es muy cruel que lo piense, pero es la verdad. Tal vez Doflamingo ya se esté enterando de que ambos nos encontramos…

Rosinante guardaba un silencio expectante, su semblante se había tornado en el de alguien digno de su edad. La seriedad estaba impregnada en su rostro. Law tomaba aire profundamente.

-Es por eso que… Tengo algo que decirte, Cora san.

Y Rosinante se quedó perplejo, ¿Qué tenía Law por decir? ¿De qué trataba ese asunto que ponía a Law tan tenso? Guardo silencio y espero a que el muchacho continuara.

-Siento algo… No sé qué clase de sentimiento será-dijo Law secamente-. No sé si será "amor", si solamente mi mente se trastorno después de haber estado mucho tiempo con Doflamingo, no estoy seguro si realmente sea lo que me guste… No lo sé… Pero quiero que sepas, Cora san, que…

-Law…-y Rosinante sintió que su corazón se detenía. ¿En verdad estaba entiendo bien la intención de Law? Solamente quedo boquiabierto, mirando sin parpadear al muchacho y espero en silencio a que Law siguiera.

-Tú eres todo para mí -dijo Law mecánicamente, tratando de darse prisa en decirlo todo-. No ha pasado ni un solo día en que no piense en ti. Eres… La única persona que me importa en el mundo.

Rosinante no sabía que pensar, responder, que hacer. Law estaba ahí delante de él confesándole su más grande, profundo y privado sentimiento. Estaba siendo testigo de algo realmente puro. Algo que ni siquiera el, en sus 30 y tantos años de vida, había sentido todavía. El hombre solo se limitó a acercarse a Law y estrecharlo entre sus brazos.
Por su parte, el joven Law no podía dejar de sentirse sumamente estúpido por el acto que se había atrevido a hacer hace unos instantes.

-No sé qué sientas por mí exactamente, no lo sé, no sabemos-empezó a decir Rosinante con nerviosismo. Sentía un enorme miedo. Un terrible sentimiento de confusión se había apoderado de él. Ese niño con el que había estado hace años ahora se había convertido en un muchacho que parecía haberse enamorado de él.

-Cora san…

-Cuando salgamos de aquí te prometo que lo averiguaremos con calma-murmuro el hombre mirándolo con una extraña ternura, ya no era la misma ternura que habitaba en la mayoría de las miradas que le había dedicado antes. Ahora había una pizca de confusión y pudor en ella.

Law se sintió aún más estúpido. Podía jurar que había arruinado todas las buenas intenciones y respeto que Corazon tenía para él.

-Cora san… Lo siento…-musito el muchacho separándose de él rápidamente-. Tenía que decirlo.

-No, descuida, no… No pasa nada-dijo Rosinante con pausas extremadamente nerviosas. El hombre sencillamente no podía negar ni disimular el miedo que reinaba en su cuerpo.

-Olvídalo Cora san… Entenderé si tú ya no quieres que escapemos.

-¡No vuelvas a decir eso!-exclamo molesto-. No seas tonto Law… ¿Crees que solo por algo así me alejaré de ti? Ya te lo dije… Aún no… Quiero decir, eres aún muy joven para poder decidir que te gusta… Solo estás… Confundido…

Law guardo silencio, miro con cierta amargura hacia el piso. Un deje de enojo apareció en él después de oír las últimas palabras de Corazon. Tal vez eso era suficiente prueba para comprobar que su sentimiento era real; ese descontento era la confirmación de la autenticidad de sus emociones…

-No…

-¿Qué dices Law?

-Ya me di cuenta Cora san…

-No…

-Esto es real. Lo siento…

-Law… ¿por qué...? ¿Por qué?

-Sé que no lo crees. Pero ya entendí; yo nunca dejaré de sentir esto por ti-y Law tomo la mano derecha de Rosinante y la coloco sobre su pecho. Rosinante sintió las fuertes palpitaciones del muchacho.

Law miraba intensamente a Rosinante y este último miraba con temor al joven. El labio inferior del hombre rubio empezó a temblar, sus ojos estaban llenos de desesperación…

-Law, ¿te das cuenta de lo que estás diciendo?-pregunto Rosinante con un hilo de voz que concentraba todo su miedo y angustia-. Yo… No… No podemos… No puedo.

-Cora san…

-Tú debes de vivir otras cosas… Tienes… Toda una vida por delante aún…

Y Rosinante aparto su mano del cuerpo de Law. Se alejó un par de pasos.

-Una vida que tengo solo por ti; una vida que he conservado por ti… Si he seguido viviendo es por ti-y Law miro a Rosinante con extrema culpa.

-Yo… No… No quiero hacerte daño…-y Rosinante empezó a llorar. La tristeza que le invadía era la peor desde la que había sufrido desde la muerte de sus padres-. Si… Yo pudiera…

Law permaneció en silencio, el muchacho se dejó caer de rodillas al suelo. Rosinante lo miro desde su sitio. Las lágrimas no dejaban de salir de sus cuencas.

-No me lo perdonaría nunca Law…-musito el rubio con melancolía llevando su mano derecha hacia su rostro, cubriendo sus ojos-. Sería la misma clase de monstruo que Doflamingo…

-Te equivocas… Tú no eres así Cora san-y Law volvió a ponerse de pie.

El muchacho se acercó a Rosinante, colocó sus manos sobre los antebrazos del rubio empezó a dirigirlo hacia el suelo. Finalmente ambos quedaron sentados sobre la alfombra, uno frente al otro. Law coloco su mano derecha sobre la mejilla de Corazon. Acerco su rostro lentamente al de Rosinante. Cerró los ojos y suavemente acerco sus labios a los de Corazon…
Solo fue un instante; el instante más sagrado que Law hubiera podido pedir.

Lo podría jurar con su vida… Lo amaba más que a nada ni nadie.
Si su vida había sido un completo infierno por tan solo permitirle este momento de felicidad efímera, por vivir este intenso amor que le destrozaba la razón, tal vez todo habría valido la pena…
Corazon estaba quieto, sus ojos seguían cerrados como al momento de sentir los labios de Law sobre su boca.

-Law…Duérmete por favor-dijo Rosinante sin abrir los ojos todavía. Su voz denotaba cuan afectado se sentía en esos momentos. Su pecho subía y bajaba con rapidez.

-Cora san…

-Vuelve a dormir, por favor, Law…

Corazon se puso de pie y respiro profundamente. Rosinante se retiró al cuarto de baño unos momentos. Law se recostó sobre la alfombra esperando a que Corazon volviera a la habitación. Cuando Rosinante volvió simplemente tomo asiento junto al muchacho. Nunca le dirigió la mirada, el rubio solo miraba hacia la ventana. Pasaron minutos así.

-Mañana nos veremos de nuevo Law… Por favor, cuídate mucho-dijo finalmente Rosinante con una voz profunda y neutra. El sol estaba empezando a salir.

-Cora san…-y Law se adelantó a tomar la mano de Rosinante; este último de inmediato se soltó del muchacho.

-Mañana nos iremos de aquí. Hasta entonces-y Rosinante se puso de pie-. Ve hacia el puerto principal… Espérame ahí. Yo te buscaré. Y de nuevo… Te ruego… Ten mucho cuidado. Te prometo que serás feliz, pase lo que pase

Y sin más el menor de los hermanos Donquixote salió de la estancia. Law se quedó ahí, en silencio, recostado y con un gran peso sobre su mente. Cerro los puños con fuerza y trato de contener toda la rabia que sentía consigo mismo. ¿Qué había hecho? Corazon nunca volvería a ser el mismo.

Por su parte, Donquixote Rosinante salía del hotel lo más rápida y discretamente posible…
Su corazón no había dejado de latir frenéticamente. Las piernas apenas le respondían; le sorprendió no haberse tropezado aún.

¿Por qué? ¿Por qué el destino tenía que ser así de cruel…?
No había sido nada de lo que él había esperado por años; le destrozaba seguir caminando pensando en que aquel muchacho pudiera estar deseando la muerte después de haber confesado su mayor sentimiento.
Ahora le atemorizaba volver a abrazarlo. Jamás imagino temerle a Law.
Pero no daría marcha atrás, Law y él escaparían, por su vida, lo sacaría de ahí a toda costa…

Aún si Law volviera a besarlo… Aun así, el no flaquearía en su promesa.
Y sin embargo aún la temería al después… No sabía que harían los 2 después de ser libres.
Pero, como el mismo había dicho, tendrían tiempo de averiguarlo con calma una vez saliendo de Dressrosa.

Mientras tanto, en el palacio de Dressrosa, Doflamingo apenas estaba despertando…
Salió de la cama y se dirigió a darse un baño. En tan solo 5 minutos termino y solo se colocó los pantalones y el abrigo de plumas.
Y cuando salió de su cuarto…

-¡Vergo!

-Buenos días Doffy.

-¿Qué haces aquí? No te esperaba hasta dentro de un par de semanas-dijo Doflamingo con tranquilidad.

-Me deshice de algunos pendientes más rápido de lo que creí. Y bueno… ¿Cómo has estado Doffy?

-Aburrido, no hay mucho que hacer últimamente pero…-y el rubio se le acercó hasta quedar a un palmo de distancia. Lo miro directamente a los ojos y le dedico una sonrisa que dejaba ver una clara intención de intimidad-Al parecer ya habrá un par de cosas por hacer, ¿no es así, Vergo?

Vergo le devolvió inmediatamente el gesto con una clara expresión de satisfacción.

-Claro que sí Doffy.

Doflamingo sonrió con más confianza.

-Iré a vestirme, tengo que ocuparme de algo primero. Espérame en el comedor principal. Volveré en un rato más.

-Como ordenes Doffy-y Vergo dio media vuelta y se fue.

Doflamingo regreso a su habitación, salió por la ventana y se dirigió hacia el hotel donde había dejado a Law.
En cuestión de minutos el shichibukai había llegado. Entro a Law durmiendo sobre la alfombra. Lo levanto y lo puso sobre su hombro izquierdo, como si fuera un costal, y salió del lugar.
Law despertó cuando ya habían llegado al palacio, sin embargo, no hablo para nada, no quería dar señales de estar despierto. Doflamingo lo dejo en su habitación y se dispuso a ir con Vergo como había dicho.

"¿Qué pasa…?" pensó Law al ver que Doflamingo no se había quedado con él para molestarlo como toda las mañanas.

Era algo que le sorprendía en gran medida. Law sintió una enorme angustia…
¿Qué tal si Doflamingo, gracias a los hechos de ayer, había perdido el interés en él?
¿Y si, gracias a esa falta de interés, ya no podría tener el privilegio de salir del palacio?

Pronto el muchacho se levantó y fue en busca de Doflamingo.

-Baby, ¿Dónde está Doflamingo?-pregunto Law secamente al haberse topado con la chica en un pasillo.

-El joven está desayunando frente a la piscina pero…

Y Law corrió hacia el lugar indicado sin escuchar el resto de las palabras de Baby 5.
Cuando finalmente el muchacho llego a su destino quedo paralizado, el miedo le había detenido las piernas y su rostro quedo impregnado de impacto.

-Doffy...

-¿Qué pasa?-y Doflamingo, quien se encontraba de espaldas, se dio la vuelta y esbozo una fugaz mueca de molestia-. Law…

Law permaneció en silencio, observaba con temor a aquel hombre moreno que tenía un pedazo de pan pegado en su mejilla izquierda. Los recuerdos le estaban afectando de nuevo… La rabia y el miedo se combinaban. ¿Qué estaba haciendo Vergo aquí?

-Law, vuelve a la habitación-le dijo Doflamingo mientras apartaba los brazos de Vergo de él.

Law miro con desagrado al rubio y sin más volvió al interior del palacio.

"¡No! ¿¡Por qué?! ¿¡Por qué justo ahora!?"

Era demasiado inoportuno: La llegada de Vergo, además de provocarle horribles sensaciones, había robado el interés de Doflamingo. Hubiera deseado que Doflamingo reaccionará como cualquier individuo normal; que lo olvidará, ignorara totalmente y se divirtiera con su nuevo trofeo… Pero esta falta de interés solo lo dejaría sin derechos.

-¿Qué ocurre Doffy?

Doflamingo miro amargamente hacia la piscina. Nadie sabía respecto a su situación con Law. Nadie, pero Vergo era otro caso…

-Siéntate y escucha-indico el rubio mientras tomaba una botella de vino que se encontraba en la mesa que ahí se había dispuesto para su desayuno.


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