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~A.G.A.P.E~An angel gets an empty promise por kazen_nova17

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Notas del capitulo:

<3 Actualizacion <3

 

 

 

Yuri Plisetsky rodaba de un extremo al otro de su cama abrazando una almohada, de vez en cuando ocultaba su rostro sonrojado mientras mordía su labio inferior, y es que ahora tenía un gran  motivo para actuar de esa manera.

 

 

¡Había besado a Otabek! No una sino ¡Dos veces!

 

 

Enterró su rostro en la almohada.

 

 

Realmente había pasado.

 

 

Oh por los dioses que si había pasado!

 

 

Enterró su rostro en la almohada nuevamente mientras revivía aquel suceso.

                                                                                                                             

 

¿Qué habrá pensado Otabek?

 

 

Realmente no lo sabía y es que después de darse cuenta de lo que estaba pasando, Yuri no hizo más que correr desesperadamente a su cabaña, su abuelo le cuestionó el porqué de su raudo entrar, a lo que él mintió aludiendo de que había hecho una carrera con Otabek. En entro a su cuarto lanzándose a su cama para que, después de tanto pensar se quedase dormido. Se despidió de su abuelo aludiendo que pronto lo iría a visitar.

 

 

Ambos habían comprado boletos juntos en el tren, para su suerte ni bien llegaron Yuri quedó dormido.

 

 

Al llegar a San Petersburgo se despidieron con simple monosílabos. Yuri al llegar a su apartamento se sentó en su cama  mientras Misha; la cual al parecer había entrado por la ventana, ronroneaba sobándose en sus piernas. Se bañó y cambió para luego meterse en su cama. A la mañana siguiente ahora diez a.m despertaba con aquel suceso rondando su mente. Miro la casaca del kazajo en una silla, se levantó para tomarla y luego volver a tirarse a su cama abrazando aquella prenda.

 

 

Olía a Otabek, igual esa noche anterior.

 

 

Ahora enterró su rostro en aquella prenda aspirando el aroma y regresando al momento justo en que Otabek lo beso.

 

 

Arg! No podía seguir así!            

 

 

¿Qué era una chica pensando en su crush?

 

 

El que fuese un omega no influía, no señores, para Yuri Plisetsky eso no tendría nada que ver. Miro la casaca por un largo rato, para luego de chistar acurrucarse en esta y lentamente caer dormido con un solo protagonista en sus sueños.

 

 

 

 

**                                                        

 

 

 

 

Unos golpes insistentes en su puerta lograron despertarlo de su tan agradable siesta, giro sobre si mismo esperando que quien sea que este jodiendo se cansara de tocar y se largase de una buena vez.

 

 

Lamentablemente aquel ser parecía no querer alejarse de la puerta del rubio.

 

 

Por la vigésima vez que llamaron, Yuri se levantó completamente molesto dispuesto a descargar su remolino de sentimientos con el pobre alma que estuviese afuera.

 

 

Sin siquiera molestarse en ver quien era, abrió la puerta de golpe tomando aire, oh que iba lamentar despertarlo.

 

 

─Yuri…─

 

 

Mierda.

 

 

Cerró la puerta con la misma rapidez que la abrió.

 

 

¡Santa Mierda!

 

 

Otabek estaba afuera de su- se detuvo a apreciar- desastroso cuarto.

 

 

 Con rapidez se movió escondiendo la ropa en el armario, en la cesta de ropa sucia, metió sus zapatos bajo su cama, llevo los servicios al fregadero y paso fugazmente la escoba ocultando lo barrido en una esquina, colocando la escoba encima tapándolo, cerró la puerta del baño, para luego volver a abrirla lavándose la cara con velocidad y arreglando su cabello.

 

 

Ya estaba…algo.

 

 

Respiro profundo antes de volver a abrir la puerta, esta vez delicadamente.

 

 

─O-Otabek…─

 

 

─Buenas tardes Yuri─ Saludo este con su típico rostro serio. ─ No fuiste a entrenar, Yakov se molestó─

 

 

─Hum…─

 

 

─Y yo me preocupe, por eso vine, quería saber si estabas bien─

 

 

─ Otabek…─ Llamo el ruso.

 

 

Una semana.

 

 

Llevaba una semana esquivándolo olímpicamente, había evitado por cualquier motivo encontrarse con el kazajo. Desde que ocurrió aquel beso, Yuri no sabía cómo actuar ante el mayor, era demasiado para él, ¿Qué se supone que debería decirle? Lo había besado.

 

 

Yuri realmente quería desaparecer.

 

 

─Yuri─ Respondió al ver que el menor parecía no querer hablar. Otabek podía ver la confusión en aquellos orbes esmeraldas.

 

 

Ir a la habitación del menor no había sido nada fácil para el kazajo, claro que no, después de haberlo visto prácticamente huir haciendo caso omiso a su llamado trató de hablar con él al día siguiente, sin embargo este no le dio oportunidad alguna, al llegar a San Petersburgo  nunca se encontraba con Yuri, una semana en la que, como si por arte de magia se tratase el menor desaparecía cada que él llegaba.

 

 

Entonces comprendió que Yuri lo evitaba.

 

 

Eso realmente lo afecto, pudo sentir a su alfa lamentándose y su interior removerse intranquilo.

 

 

Quizá Yuri no había querido aquel beso.

 

 

Quizá malentendió todo.

 

 

Quizás y ahora Yuri lo odiaba.

 

 

Y eso, solo pensar en ello, no era para nada agradable.

 

 

Así que, engañándose a sí mismo con la excusa de ir a ver el porqué de la ausencia del menor,  cobro valor para verlo y solucionar aquel suceso que, al parecer del mayor, los estaba alejando.

 

 

Ambos jóvenes, en el umbral de la puerta se miraban sin saber bien qué decir, tímidas miradas se cruzaban, la incomodidad se sentía en el aire.

 

 

Dos, tres…cinco minutos y el mutismo continuaba.

 

 

─Yuri…─Volvió a llamar el kazajo buscando los ojos contrarios, estos se rehusaban a verlo, lo esquivaba. ─Mírame Yura─ El menor, a pesar de no querer hacerlo, no podía negarse a una petición tan amable como la que había hecho el kazajo. Lentamente fue ascendiendo su mirada, hasta llegar a los orbes oscuros. El sonrojo corrió a sus mejillas, quería desaparecer ─ Yuri ¿Me odias? ─

 

 

La sorpresa pudo apreciarse en su rostro, esas palabras no se las esperaba.

 

 

Miro aquellas orbes, con la esperanza de que las palabras no fueran enserio, pero la seriedad en el rostro de Otabek le daba a entender la sobriedad de las cosas.

 

 

─¡No! ─ Casi grito el joven rubio, claro que no odiaba a Otabek, no podría odiarlo, no a su mejor amigo, no a él.

 

 

Eso que había pasado entre ellos.

 

 

¿Qué había sido eso?

 

 

─Pensé que lo hacías, haz estado evitándome todo este tiempo Yura, si te molesto lo que hice yo─

 

 

─No me molesto─ Respondió en un susurro bajo.

 

 

Ese beso.

 

 

Yuri Plisetsky lo había tenido presente en toda la semana, lo reproducía cada que podía solo para encontrase sonrojado y maldiciendo por recordar cosas tan vergonzosas.

 

 

Recordó aquel día mientras se veía al espejo, ¿Era bonito?

 

 

Quizá por eso lo había besado.

 

 

¿Por qué Otabek lo había besado?

 

 

─ ¿Soy bonito? ─

 

 

Yuri ahora se cuestionaba los motivos por los cuales había sido besado.

 

 

Y sobre todo, ¿por qué había dejado que lo besen?

 

 

─Yo creo que no eres bonito─ Levanto la mirada atónito al oír la voz de Otabek,  se apeno al darse cuenta que pensaba en voz alta, pero cierto desazón se instó en su pecho al saber, la respuesta del mayor.

 

 

No era bonito.

 

 

─Yuri─ El kazajo volvió a llamar al ver que el menor retiraba su vista ─ No creo que seas bonito, para mi eres más, eres el ser más hermoso que he visto─

 

 

El corazón de Yuri pego un brinco, no podía tener el rostro más sonrojado.

 

 

¿Por qué Otabek lograba ponerlo tan nervioso con solo unas palabras?

 

 

Con sus gestos, con sus acciones, siempre Otabek.

 

 

─Lo que paso en tu cumpleaños, realmente quiero que me disculpes si te hice sentir incómodo, yo…no estoy seguro de por qué lo hice─ Arqueó una ceja incrédulo, eso era…Otabek estaba nervioso.

 

 

Otabek  nunca desviaba la mirada, siempre le hablaba firme, mirándole a los ojos, pero ahora los orbes de kazajo yacían lejos de los propios, su voz no sonaba tan confiada como siempre.

 

 

Se sintió tan bien saber que no era el único que se ponía de esa manera.

 

 

Te gusta.

 

 

Pudo oír la burlona voz de Mila martillarle la cabeza.

 

 

¿Cómo iba a saber si Otabek le gustaba? Para Yuri eso era algo que no tenía idea de cómo saberlo.

 

 

Había pasado casi cuatro meses desde que conoció al kazajo en el grand Prix de Barcelona. Cuatro meses en los que sintió que lo conocía de toda la vida. Ahora no se imaginaba sin Otabek a su lado o lejos de él.

 

 

¿Será ese calor en el pecho, esas sensaciones en el estómago lo que llamaban enamoramiento?

 

 

Su corazón se aceleraba cada que Otabek estaba cerca, siempre deseaba tener la atención del kazajo para él, quería estar siempre junto a él.

 

 

¿Eso era enamorarse?

 

 

Trataba a Beka muy diferente a como trataba al resto, con él sentía que podía ser como era. El alfa le inspiraba gran confianza, creyó que era por eso que actuaba de esa forma.

 

 

¿Era realmente eso?

 

 

Oh esteba realmente nervioso.

 

 

─Yuri, si te estoy incomodando puedes decírmelo, puedo olerlo, tu aroma delata lo nervioso que estas. No quise molestarte con esto─

 

 

─No molestas─

 

 

Y no lo hacía, solo que ahora Yuri estaba teniendo un serio examen mental de lo que ocurría.

 

 

Miro al kazajo, pudo ver la preocupación destilando en sus ojos, podía oler en su aroma lo tenso que estaba y si, para sorpresa del omega el alfa también estaba nervioso.

 

 

¿Podría ser que no sea el único con aquellos sentimientos?

 

 

Se sobresaltó al sentir la mano cálida sobre su mejilla.

 

 

Lo que si sabía era que quería más de aquel tacto.

 

 

Fue acercándose, su cuerpo rápidamente fue rodeado por los brazos del kazajo. Un abrazo que trataba de trasmitir lo que sus bocas se negaban a pronunciar.

 

 

Estuvieron así un largo tempo, hasta que el carraspeo de una persona que pasaba los hizo separarse avergonzados.

 

 

─¿Quieres entrar? ─ Murmuro Yuri, Otabek lo miro para luego asentir.

 

 

Ninguno quería volver a aquel tema, sentían que no podían abordarlo apropiadamente.

 

 

Los era jóvenes aun e inmaduros.

 

 

─Hum…yo no tengo mucho que ofrecerte, ¿Un vaso con agua quizás? ─ El kazajo sonrío enternecido.

 

 

─Son cerca de las dos Yuri ¿No haz almorzado? ─ El rubio desvió la mirada mientras negaba con la cabeza. El kazajo se acercó a la cocina mientras bajo la atenta mirada del menor revisaba la nevera. ─ Hay suficientes ingredientes para que prepare unos dràniki-

 

 

 

─¿Sabes cocinar? ─ Pregunto casi incrédulo.

 

 

─Claro que sé, vivo solo Yuri ─ El menor asintió ─ ¿Puedo cocinar algo para ti? ─

 

 

Ah realmente Otabek elegía las palabras exactas que lograban apenarlo.

 

 

─C-claro─

 

 

Yuri se dedicó a admirar la gracia con la que el alfa se movía en la cocina, se comparó con él, a su lado era un desastre, para preparar algo simple se demoraba como una hora y siempre su cocina terminaba hecho un desastre total, muy al contrario Otabek hacia que cocinar se vea tan fácil.

 

 

Se encontró admirando al mayor, guardando esa escena en su mente y se percató de que era algo que deseaba volver ver.

 

 

Solo él deseaba conocer esa faceta del kazajo.

 

 

**

 

 

─¡Esta delicioso! ─ Chillo el ruso al probar la comida del kazajo. Este le sonrió en agradecimiento por el halago. ─ Deberías venir y cocinar todos los días ─

 

 

─¿Esa es una invitación para que venga todos los dias? ─

 

 

─¡Beka! ─ Chillo sonrojado

 

 

─Si no cocinas ¿Dónde almuerzas? ─

 

 

─Lilia me trae el almuerzo o como fuera con Yakov─

 

 

─¿Quieres que te enseñe a cocinar o no? ─

 

 

─Hum s-si─

 

 

─De acuerdo, ¿mañana esta bien? ─ El rubio agito la cabeza en confirmación. ─ Por cierto ya salieron las listas, te toco en la NHK y la de Brcelona─

 

 

─¿Y a ti? ─

 

 

─NHK y la Rostelecom─ Yuri asintió mientras llevaba la última cucharada a su boca. Agradeció a comida y se acercó a dejar el plato en el lavadero, con molestia vio la ruma de vajilla acumulada. Otabek llego a su lado, se remango las mangas y arrebatándole el plato se dispuso a lavar.

 

 

─Ya veo por qué tus manos son tan delicadas Yura─ Comento divertido.

 

 

─Tsk cállate Beka─ Contesto mientras iba a limpiar la mesa.

 

 

La tarde paso volando para los dos jóvenes. Entre risas y anécdotas el tiempo parecía detenerse solo con ellos.

 

 

Estaban sentados en el sofá, el con la cabeza apoyada el el hombro del mayor y el brazo de este rodeándolo, solo las voces que emitía el televisor era lo que se escuchaba.

 

 

Se sentía tan cómodo.

 

 

─Yura…─ La suave voz de Otabek hizo que levantase la mirada, se encontraban tan cerca.

 

 

─Beka…─ Lo sintió acercarse, por inercia cerro los ojos y alzo el rostro.

 

 

Fue un beso, lo sintió en su frente.

 

 

Abrió los ojos topándose con los cafés que lo admiraban.

 

 

─Debo irme ya─

 

 

Con pesar a sintió alejándose del mayor para que este se levantara. Lo acompaño hasta la salida donde se ambos se encontraron mirándose cara a cara.

 

 

─¿Te veré mañana en los entrenamientos? ─

 

 

─Iré─

 

 

─Hasta mañana Yuri─ Acaricio la mejilla contraria y con una sonrisa el kazajo se alejó.

 

 

Cerró la puerta tras de él dejándose caer hasta el suelo.

 

 

Su corazón le golpeaba con fuerza el pecho.

 

 

Se sentía tan…tan…

 

 

Feliz.

 

 

Ingreso a su habitación lanzándose a su cama reprimiendo un gritillo cuando recapituló su día al lado de Beka.

 

 

Su celular; el cual había sido olvidado durante todo el día, comenzó a sonar, corrió a cogerlo topándose con la llamada entrante de su abuelo.

 

 

Sonrió aun más.

 

 

─Abuelo─

 

 

¡Yuri querido! Te he estado llamando toda la tarde jovencito, me tenías preocupado─ Sonrió al oír la voz de su abuelo.

 

 

─Vino Beka a visitarme y deje el celular en mi cama, no lo oí─

 

 

Oh, en ese caso puedo estar más tranquilo.

 

 

Y Yuri no dudo en contarle su día al lado del alfa a su abuelo. Al otro lado de la línea Nikolai sonreía al oír lo alegre y efusivo que sonaba su nieto, él sabía lo que ocurría, pero dudaba de decírselo a su nieto, quería que este lo descubra por sí mismo.

 

 

─Y vendrá mañana a enseñarme a cocinar─ Finalizo el menor con una sonrisa impresa en los labios.

 

 

Yuratchka, ese amigo tuyo…¿Lo quieres mucho?

 

 

Y el sonrojo corrió a sus mejillas.

 

 

─ Abuelo…─ Tomo aire recaudando valor─ Yo…si lo quiero, quiero decir…Otabek es diferente , yo…yo ah no sé `porqué solo con él actúo diferente… ¿Será  por qué es mi amigo? ─

 

 

Quizá podía ayudarlo un poco.

 

 

Con Vitya no eras así

 

 

Yuri arrugo el entre cejo al oír el nombre del ruso mayor, pero ahora que lo pensaba, con Viktor no era así, lo trataba con al resto, bueno quizá no tan como al resto, pero entre el y el kazajo había mucha diferencia.

 

 

─No era así─

 

 

Yura, ¿Qué sientes cuando estas con Otabek?

 

 

Llevo una de sus manos cubriendo sus ojos.

 

 

─Abuelo─

 

 

Vamos Yuratchka, puedes decírselo a tu abuelo

 

 

─Hum…me siento bien…yo ah…yo quiero pasar tiempo con él y…arg esto es tan vergonzoso─

 

 

No lo es Yura, sigue contándome

 

 

─Bueno eso, m-me gusta pasar tiempo con él y eso en normal ¿no? Digo es mi amigo─ Pudo oír la risa al otro lado de la línea─ ¡N-no te rías! ─

 

 

Oh Yura, eres un niño aún

 

 

─No te conté esto para que te rías abuelo─

 

 

Lo sé hijo mío, como también sé lo que pasa, lo vi cuando vinieron a Moscú

 

 

─¿Qué quieres decir? ─

 

 

Yura, con Otabek actúas muy diferente que con el resto de personas, eres amable y muy dócil ¿No crees?

 

 

─Si, pero es porque es mi amigo─

 

 

Yo sé lo inteligente que eres, no creo que pienses que a un amigo se le trata de esa manera

 

 

─Abuelo sin rodeos─

 

 

No pensé que llegaría el día que te tendría que dar esta charla, o al menos esperaba hacerlo cara a cara, ah pero que se le puede hacer

 

 

─¿Qué charla? Abuelo dime que pasa─

 

 

Oh mi querido Yura, siempre te he tratado como a un alfa, la vida de los omegas que nacen en la bajo sociedad es muy diferente de los afortunados de las altas castas, yo no deseaba esa vida dura y peligrosa para ti, por eso cuando la madre de Viktor ofreció aquel compromiso lo pensé mucho, tu madre nos había dejado y no podía contactar a tu padre ─ Yuri trago duro ─ Sabia que ese compromiso podría darte lo que yo no podía y acepte, pero creo que debí al menos guiarte

 

─No te entiendo abuelo─

 

Yuri, un omega reconoce a su alfa por instinto, el omega interior tratará de atraerlo inconscientemente, es eso  a lo que se le llama tu pareja destinada

 

 

─¿Qué? ─

 

Yura, tú tratas a Otabek diferente no porque sea tu amigo, tu omega interior lo reconoció al solo verlo. Es por eso que con Otabek eres diferente y según se Beka también es diferente contigo. Es porque sus instintos se reconocieron.

 

 

─ ¡Abuelo que dices! ─

 

 

Ah mi niño, Otabek te gusta

 

 

─N-no c-cómo crees eso yo…─

 

 

No puedes mentirme, te conozco muy bien. Pero me alegro de ello, Otabek es una buena persona

 

 

─¿Qué tiene que ver esto con lo otro abuelo? ─

 

 

Otabek es tu persona destinada Yuratchka

 

 

Yuri Plisetsky, a sus dieciséis años de edad había descubierto algo que no creyó sentí algún día.

 

 

Algo que había decido dejar de lado luego de su decepción amorosa.

 

 

Pero ahora

 

 

Yuri no solo acepto que estaba enamorándose de su mejor amigo.

 

 

Descubrió a su persona destinada.

 

 

Su pareja destinada en su mejor amigo.

 

 

Otabek. 

Notas finales:

Gracias a todos por leer dejar sus comentarios.

Ay! estoy tan feliz que este fic tenga tan buena aceptación, realmente le pongo mucho amor y dedicación.

Este cap lo reescribí como tres veces ya que no me convencía, ah pero valio la pena me gusta como quedo y espero que les guste tambien.

No se olviden leer mi nuevo Fic Otayuri

Our Legend Of Love

 

Nos leemos pronto <3

xoxo

 


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