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Hadas negras por 1827kratSN

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Notas del capitulo:

Holi~

La desaparecida ha vuelto~

No me había dado cuenta de que tenía capis en borrador para este fic, pero ahora sí me pondré a corregir y continuar XD

Espero lo disfruten~

Besitos~

 

 

 

 

Deidara maldecía entre dientes cuando Mao lo encontró intentando escaparse a una habitación alejada en el segundo piso y quitarse el horrendo vestido. No pudo replicar nada porque la mirada de la amiga de su madre, y su autonombrada tía, era dictatorial. Fue arrastrado irremediablemente de regreso al festejo en los jardines, quiso emitir un par de maldiciones, pero sabía que debía mantener la cortesía que lo caracterizaba fuera de casa, sólo por eso se calló y sonrió antes de salir ante los invitados. Eso a pesar de que internamente quería mandar al demonio a todos, pero su oto-chan le enseñó a fingir lo suficientemente bien en esos casos extremos, así que nadie notó su malestar.

La fiesta fue aprovechada por todos los asistentes para sacar a bailar a las “damas” especiales de esa noche. Cosa en extremo desagradable para Deidara puesto que en menos de cinco minutos cambió de pareja tres veces y veía a muchos más con intenciones de invitarlo, hasta quería gritar y no sabía cómo su oto-chan aguantaba todo eso. Para Itachi era una situación similar y diferente a la vez, ya que él tenía que soportar ver como algunos se atrevían a pedir una pieza de baile con una mirada malintencionada hacia SU rubio y éste accedía.

 

 

—Deja de fruncir el ceño o los invitados se espantarán – Sasuke apareció junto a su hermano mayor — suelta la copa o la romperás — advirtió porque desde hace rato vio como Itachi desquitaba su frustración con aquel objeto, apretándolo con fuerza  

—Se enteró – susurró con rabia mientras miraba a Deidara sonreírle con coquetería a su pareja en ese baile en ese momento – y está haciendo eso para molestarme

—Está funcionando – Sasuke ni se inmutó cuando Deidara lo saludaba con la mano, ondeándola y sonriendo con descaro – se está burlando de ti — el menor de los Uchiha elevó su mano para responder al saludo. Mentiría si dijera que no le divertía la infantil forma de venganza de Deidara

—Dijo que tenía novio, ¿lo has visto tal vez? — mantenía su mirada posada en Deidara, no podía evitarlo

—No soy un acosador como tú – sonrió divertido pues era de las pocas veces que veía a Itachi perder la calma – no sé nada acerca de eso

—¡Quiero que me ayudes a averiguarlo! ¿Quién? ¿Por qué? ¿Cómo?… ¡todo!

—No me metas en tus asuntos incestuosos – Sasuke respondía con calma mientras sonreía al ver a lo lejos a Naru bailar imitando a los mayores, sin importarle que su compañero fuera como cuatro años mayor que él y le superara en altura con unos veinte centímetros – además, es más divertido ser espectador

—No juegues, Sasuke. ¡Ayúdame!… eres mi hermanito — lo sujetó del brazo y lo miró con seriedad

—Itachi — Sasuke suspiró — ¿No has pensado en que tal vez Deidara te mintió sólo para ver tu cara espantada? – ya se estaba cansando del drama de su hermano, así que trató de convencerlo – te mira y se ríe, es la mejor prueba

—Lo conozco… no lo dijo de broma

—Entonces demuéstrale que eres mejor partido que todos los demás, o aparta al pretendiente del camino – dijo en broma. Itachi podría ser maduro en muchos sentidos, pero cuando se trataba de Deidara las cosas se ponían color de hormiga

—¡Eso es! Alejaré a cualquiera que se le acerque — emitió una sonrisa llena de confianza

—¿Es en serio, Itachi? – se quejó de inmediato – pensé que eras el señor estrategias – Cuando sintió a Itachi caminar en dirección de Deidara no dudó en detenerlo – ¡¿qué haces?!

—Acaparé el tiempo de Deidara – con seriedad miró como su rubio empezaba a escoger a otra pareja de baile – no pienso dejar que nadie…

—Itachi – reclamó mientras colocaba en la boca de su hermano, un bocadito que tomó de una bandeja que pasó por allí – cálmate y no armes escándalos. Sé que estás un poquito desesperado, pero si fuerzas a Deidara a estar contigo, será peor. Lo perderás definitivamente

—Lo sé – se obligó a tragarse al bocadillo y respirar hondo para calmarse – sé que no debo apresurarme, pero, ¡demonios! Llevo años en esto Sasuke

—No te criticaré – soltó un suspiro mientras empujaba a su hermano lejos de la gente – sé que te gusta de verdad, y Deidara… bueno…

—¿Dudas?

—Dicen que del odio al amor hay un sólo paso – hizo una leve mueca pues no estaba del todo seguro de la veracidad de ese dicho – ahora cálmate y piensa, Itachi. Piensa en cómo ganarte a Deidara

—Usando la estrategia de oto-san – sonrió sutilmente – darle espacio, detalles, halagos, atacarlo por su lado amable… cosas así – sonrió al ver a su padre y a Minato a lo lejos – dice que funcionó

—Minato da la misma charla motivacional… úsala, funcionará

 

 

Detener al mayor de ellos no fue sencillo, mucho menos cuando Deidara por única y rara vez hizo explotar su lado más femenil y se la pasó con uno y otro acompañante, eso hasta que Sasuke tomó cartas en el asunto. Itachi ya estaba a punto de revelar sus malditas intenciones, así que el segundo hijo de Fugaku llamó a Naruto para que lo ayudara a que la velada no se volviera un caos. Convencer al más pequeño no fue difícil, sólo le prometió que le compraría helados cada dos días por tres semanas. Naruto no se quejó por la oferta y enseguida se fue con su hermano mayor para exigir la atención de éste para que le enseñase a bailar correctamente. El rubio menor terminó acaparando la atención de Deidara por completo durante el resto de la noche y los pretendientes se alejaron conscientes de que perdieron su oportunidad.

La fiesta a partir de ese momento se calmó, al menos desde el punto en que Itachi estuvo seguro de que nadie se le acercaría a su rubio. Todos se dejaron llevar por la música suave y relajante, el ambiente pasó a uno más ameno y festivo, hasta Itachi bailó con Minato por un rato. Pero obviamente nada iba a proseguir de la misma forma en esa familia y así se vio en los siguientes días, en donde el lado súper-sobreprotector de Itachi salió a flote.

Al llegar al cuarto día después de la fiesta, Deidara estalló en gritos por el maldito acoso de Itachi. Todas las sirvientas se retiraron con una sola mirada del azabache y era así que ese par pudo gritar a todo pulmón… en realidad Deidara era el único que vociferaba y hasta arrojó los cuadros que adornaban la sala intentando darle al que consideraba su maldita cruz a cargar. Fue una batalla campal en donde muchas cosas volaban por los aires, eso hasta que Naruto llegó a la mansión, después de todo, frente al más pequeño nadie debía pelear ni insultar

 

 

—¿Estás enojado, Deidi-ni? — Naruto notó la rara forma en que Deidara trataba de respirar — ¿te pasa algo?

—Estoy un poquito… enojado — sonrió forzosamente mientras recogía uno de los cuadros que lanzó — no ha sido un buen día, Naru

—¿Alguien te hizo algo malo? — indagó Naruto mientras ayudaba a su hermano mayor a recoger las cosas — debemos decirle a oto-chan entonces

—No te preocupes, Naru. Puedo defenderme solo

—¿Qué haces aquí, Itachi? — Sasuke ingresó poco después de Naru, después de todo era él quien recogía al rubiecito de la escuela. Notó el desorden y era obvio que las peleas empezaron — deberías estar en clases

—Sólo vine a dejar a Deidi… ya me voy entonces — Itachi mantenía su serenidad a pesar de todo, parecía hasta divertirse con eso — cuida de tu ni-chan, Naruto — a paso calmo se retiraba, sin importarle las miradas en su espalda

—Está bien — el menor hacía una mueca extraña antes de reír — vamos Deidi-ni, te mostraré lo que planeo para la tarea de arte

—Está bien — Deidara se relajaba instantáneamente cuando trataba con niños, por eso solían manejarlo a través de Naruto — te alcanzo dentro de poco… sólo iré por bocadillos

—No te tardes-ttebayo — el más pequeño corría como si la energía no se le terminara jamás. Siempre fue así y Deidara daba gracias al cielo por eso, porque se quedó a solas con Sasuke

—¿Me haces un favor?

—No — la respuesta del azabache inmediata — seguro me pides algo con relación a Itachi y no puedo hacer nada

—Sólo es un mensaje — sonrió mientras dejaba los cuadros en la mesita, ya una sirviente vendría a limpiar el desastre y cambiar lo que se había roto — dile a Itachi que se lance de un barranco porque no lo aguanto más

—Qué fuerte — fingió impresionarse, pero era todo lo contrario

—En serio… ésta vez se pasó de la raya

—¿Qué hizo?

—Habló con mis maestros… estoy bajo vigilancia porque, según Itachi — soltó una risita irónica y fastidiada — alguien en la escuela me está acosando… No puedo ir sin compañía a ningún maldito lado y ni siquiera me dejan ir al club de básquet porque después tendría que ducharme en el instituto y eso no se puede en mi caso “especial” … ¡TU HERMANO ESTÁ LOCO! — soltó con furia mientras pateaba la mesita de centro de la sala

—Pero por ti — Sasuke suspiró profundo, le había prometido a Itachi ayudarlo un poquito así que se iba a arriesgar — ¿No has pensado en aceptarlo?

—Te responderé de esta forma, Sasuke — Deidara sonrió mientras sacaba su celular y marcaba un número

—¿Qué haces? — elevó una ceja con extrañeza

—¿Itachi? — el rubio sonrió y emitió una dulce voz — ¡VETE A LA MIERDA!… DEJA DE USAR A SASUKE COMO TU LECHUZA PERSONAL, MALDITO HIJO DE…

—¡DEIDARA! — Sasuke apenas logró detener al rubio cubriéndole la boca y lanzando el celular muy lejos — Naruto está aquí… no puedes decir groserías, así como así

—Lo siento — murmuraba aun con las manos de su segundo hermano sobre sus labios

—Esto está yendo demasiado lejos — sintió como Deidara se relajaba poco a poco entre sus brazos y sólo lo soltó cuando creyó necesario

 

 

Estaba llegando al límite…

 

 

La estrategia para enfrentar la actitud de Itachi fue: ignorarlo. Deidara era experto en eso, fingir que su “hermano” era un bicho despreciable hasta le era agradable y funcionó los primeros días. Simplemente ignorarlo y aguantarse la furia cuando lo que decía era algo en contra de sus relaciones sociales apenas existentes. Deidara incluso pedía al chofer ir por él a la escuela, aunque no le gustara llamar la atención por el lujoso auto que lo transportaba, de esa forma se evitaba cualquier intento de Itachi para acercarse con excusas. El rubio soportaba todo para evitar ver a Itachi durante la mayoría de horas de su día.

Se encerraba en su cuarto toda la tarde y sólo salía para cenar en familia como siempre, ya que lo que menos quería era causarles problemas a sus padres. Sólo hablaba con Naruto, porque con Sasuke se enojó debido a que en cierta platica éste defendió un poco a Itachi, ¡No iba a aceptar aliados del enemigo! Oh shi, causar el enfado de Deidara era fácil en esos días. Pero cuando las cosas ya eran inaguantables porque no podía ni siquiera salir por allí, Deidara habló seriamente con su oto-chan, pues con él tenía más confianza y al menos así lograría desahogarse un poco su frustración.

A Minato no le contó que Itachi gustaba de él de forma romántica, sólo explicó que el complejo de hermano mayor de Itachi se estaba pasando de los límites tolerables. Las medidas tomadas fueron las que Deidara esperaba y era así como Minato habló con su hijo mayor… pero no cambió nada. El acoso seguía, pero con mayor precaución que antes, de modo que los dueños de casa no descubrieran el juego de uno de sus hijos.

Entonces Deidara decidió que debía tomar al toro por los cuernos.

 

 

—No puedo creer que hicieras eso, Naruto — era la cena familiar acostumbrada

—Fue divertido. Pude ir con Hinata y Kiba nos cubrió, pero al final todos nos unimos y fuimos a hurtadillas. El invernadero era hermoso y fuimos los primeros en verlo

—¿Y ustedes que han hecho? — Minato era el que dirigía la plática cuando ya casi llevaban la mitad de su cena

—Nada raro

—Lo normal — Los azabaches no eran demasiado expresivos, pero los rubios sí y de esa forma funcionaba ese hogar

—Tengo novio — fue lo único que Deidara dijo antes de meterse el tenedor a la boca y ver la reacción de los demás. Su oto-san soltó su cubierto y su oto-chan simplemente se quedó pasmado —¿Qué? ¿Por qué me miran así? — Deidara vio a Itachi atorándose con el agua, Sasuke lo ayudaba a que tomara aire y Naruto solo seguía con su comida

—Eso es bueno, Deidi-nii — sonrió el más pequeño del hogar — yo pensé que eras gruñón y nadie se interesaba en ti-ttebayo

—Qué malo eres, Naru — por eso amaba a su hermanito, porque lograba matar cualquier ambiente tenso — soy agradable y me dejaré querer — bromeó para matar ese ambiente tan pesado

—¿Quién es?... quiero saber, ¿lo conozco? — era obvio que Itachi sería el primero en hablar

—Bueno…

—¿Cómo que tienes novio? — Fugaku estalló de pronto, elevando su voz y mostrando aquella expresión donde fruncía levemente el ceño. Deidara sólo pudo tensarse… era su padre, nunca le dio contra, de cierta forma la autoridad de Fugaku la respetaba a tope y que alzara la voz siempre le causó estragos — Minato, ¿lo sabías?

—Oto-chan no sabía — Deidara sacó su voz con un poco de dificultad — nadie lo sabía, pero ahora que ya es en serio… pues lo estoy informando

—Eres muy joven para eso — segundó Itachi — no… ¡no lo permito! — habló indignado

—Tú no tienes que permitirme nada, Itachi — refutó Deidara mientras recuperaba su calmada expresión

—Es verdad… pero el que te lo prohíbe soy yo — Fugaku dio una orden y Deidara se preguntaba… ¿qué diablos pensaban los Uchiha?

—Calma, no discutan en la mesa — Minato intervino porque Fugaku se levantó del asiento dispuesto a decir algo más — Fugaku… cálmate — le advirtió y tuvo que jalarlo para que se sentara nuevamente — Naruto, puedes subir a tu cuarto

—Pero yo también quiero saber-ttebayo

—Esto puede demorar — Minato le miraba con calma — ve arriba, por favor

—No demorará, porque no hay nada que discutir… — Itachi también se levantó y golpeó levemente la mesa con su palma abierta — Deidara, tú no puedes tener novio

—Oto-san, con todo el respeto del mundo — suspiró Deidara ignorando a Itachi y mirando al mayor de los azabaches — ya tengo quince. En serio… creo que ya puedo decidir tener un novio por ahí

—Eres muy joven para eso. Tus hermanos no habían tenido pareja a esa edad y tú no serás diferente

—No me metas en este lío, oto-san — rectificó Sasuke con tranquilidad mientras terminaba de comer al igual que Naruto

—Yo no las tuve… creo que es justo que tú tampoco — apoyó Itachi mirando a Deidara con enfado

—Momento, eso es exagerar. Cada hijo es diferente. Si a Deidara le gusta un chico, está bien, si es una chica de igual forma — Minato hablaba con calma mientras su voz se mantenía en un tono serio y autoritario — Yo no le veo nada de malo y lo permito

—Gracias — sonreía Deidara. Ya había hablado con su oto-chan con anterioridad y él lo iba a apoyar en esto — al menos alguien me entiende

—Yo también te apoyo — argumentaba Naruto elevando su tenedor levemente

—Naru, vamos arriba — Sasuke ya había terminado y se levantó para jalar a Naruto. Quería evitar una discusión ajena

—No me voy, yo quiero apoyar a mi hermano — frunció su ceño al ver a Sasuke acercarse

—Vamos, Naru… esto no es cosa que nos involucre

—Entonces Itachi debe irse también — exigió el rubio menor cuando se bajó de la silla, pero huyó de Sasuke para correr a los brazos de Deidara — pero él no se va, así que yo tampoco-dattebayo

—No quiero pelear en frente de Naruto — Deidara abrazó a su pequeño hermano y miró a los dos azabaches mayores con desdén — yo tengo novio y por la culpa de la sobreprotección de Itachi no he podido verlo, así que exijo que me den libertad

—¡No! No puede — exigió Itachi y las cosas seguían sin apaciguarse

 

 

La discusión siguió entre los tres adultos en esa mesa. Azabaches negándose a aceptar un noviazgo, un rubio siendo el que apoyaba a su hijo y sus decisiones, los dos rubios menores mirando en silencio y Sasuke intentando que Naruto dejara a Deidara y fuera con él hacia el segundo piso. No era nada bueno cuando las voces empezaban a elevarse, fue entonces que Deidara le pidió de favor a Naruto irse a su habitación junto con Sasuke. Era irónico que el único maduro en esa noche fuera Sasuke y su preocupación por la salud mental del pequeño rubio

Peleas, argumentos, reglas intentando imponerse, prohibiciones, pero nadie pudo hacer nada para cambiar la opinión de los rubios en el comedor. Itachi argumentó todo lo que pudo, pero Minato siempre le dio contra y Deidara -actuando maduro y calmado- también. Fugaku se negaba siquiera a escuchar la posibilidad, pero al final cedió ante la seriedad y enfado de Minato quien dio la decisión final en ese asunto: Deidara podía tener un novio, pero la familia debía saber quién era… Deidara suspiró resignadamente, pues previó algo así desde el inicio

 

 

—Es un doncel — empezó a soltar la lengua con algo de desgano

—¿Nombre? — exigió Fugaku

—¿Es en serio? — Deidara se quejó frunciendo su ceño — ¿No pueden confiar en mí?

—Queremos saber. Así podemos invitarlo a cenar alguna vez — sonrió Minato pues él también tenía curiosidad

—Bien — suspiró mirando a Itachi con los labios apretados — es… Chouji Akimichi — se rascó la nuca levemente estresándose por ese silencio eterno

—¡Me agrada Chouji! — Naruto reaccionó de inmediato, pues al dejar de escuchar la discusión se escapó de tutoría de Sasuke y terminó de nuevo en el comedor, aunque el mayor lo siguió de igual forma — Me gustan sus padres también, son buenos, cuando estaba con ni-chan y Chouji en la escuela, ellos nos dieron un postre

—¡A que es muy amable! — Deidara sonrió sinceramente mientras revolvía los cabellos de su hermano que se había instalado a su lado — seguro ahora que me permitieron salir te puedo llevar a su restaurante. Seremos los invitados de honor

—Oh, eso suena bien — Minato sonreía de igual forma y Deidara estaba más que feliz… pero

—¿Cómo que Chouji Akimichi? — Fugaku miraba a su hijo con el ceño fruncido

—Es broma, ¿no? — Itachi al fin habló y soltó una carcajada que Sasuke desaprobó de inmediato. En esa ocasión él estaba en el equipo de los rubios

—¿Por qué te ríes? — Deidara se puso serio al escuchar la clara diversión de su “hermano”—yo no bromeo con cosas así

—Naru… es hora de irse — Sasuke tomó las manos de Naruto y lo cargó — ya sabes todo, ahora volvamos arriba

—Sasuke — sonrió Deidara mientras se volteaba en dirección al mencionado — ¿tú qué opinas? — claro, Deidara estaba tanteando con quien no más iba a enfadarse

—Te apoyo — dijo con calma mientras le golpeaba la cabeza levemente — sé que tienes la madurez como para juzgar a las personas, mucho más si es a tu pareja… Chouji es un buen chico — Sasuke miró a su padre y hermano mayor con reprobación, pero después sonrió para apoyar a Deidara

—¡Y cocina demasiado rico! — reía Naruto mientras trepaba a los hombros de Sasuke y se dejaba transportar

—oh, ya veo — Deidara se sentía levemente aliviado al ver desaparecer a esos dos por las escaleras, dejando un silencio demasiado extraño en el lugar donde cuatro personas se miraban entre sí

—No lo permito — fue Itachi quien se negó después de ese silencio extendido, pero para esto Sasuke ya platicaba con Naruto en los últimos escalones

—¿Qué tiene de malo? — Deidara los miró a todos — Chouji es dulce y…

—No, un Akimichih no — juzgó Fugaku y Minato entonces apretó los dientes

—Querido… ¿por qué dices eso? — una sonrisa compartida con su hijo rubio se dio. Una tan fingida que daba miedo, pero los azabaches no la supieron interpretar — dime

—Un Akimichi no es bueno para ti, Deidara

—¿Por qué? — Deidara bufó intentando no elevar su voz — porque no es de alta clase, ¿tal vez?

—No es eso

—Entonces es… ¿porque no tiene dinero? — secundó Minato mientras apretaba la mano de su hijo en apoyo

—¡Porque es un Akimichi! — explotó Itachi — ¡¿Cómo puedes siquiera mirarlo como posible pareja?!

—¡Es mi novio! — Deidara ya levantó su voz debido a la furia y golpeó la mesa — ¿por qué demonios no lo miraría? ¿Por qué demonios no se me permite? ¿Por qué?

—Busca otra persona — soltó Fugaku en un tono de desprecio total, demostraba que sólo pronunciar el apellido de esa familia le costaba y Minato negó sin creérselo

—¿Qué te pasa? — Minato reaccionó — mi hijo puede elegir a quien quiera, un Akimichi si es que lo desea… son una familia honesta y trabajadora

—¡Es gordo! ¡¿Cómo puedes verlo siquiera?! — las palabras salieron de la boca de Fugaku con tanto desdén que causó que un estremecimiento en ambos rubios. Ni Deidara ni Minato creían lo que estaban escuchando

—¿Y eso qué? — Minato con indignación apretó los puños y se acercó a su esposo para mirarlo de frente. Quería ver la verdad a través de la mirada de la persona con la que había dormido todos esos años

—Oto-san tiene razón — Itachi sólo estaba agregando sal a la herida — ¿cómo puedes haberlo visto? ¿haberlo tomado como tu novio?

—Es amable, comprensivo, dulce, soñador y risueño — Deidara levantó su voz con cada palabra — ¡cómo no voy a verlo! ¡Cómo voy a despreciar tantas cualidades! ¡Qué me importa si es rellenito! — debido a la indignación y la furia lanzó uno de los platos al suelo

—¡No es un doncel como los otros! ¡No es factible para ser tu pareja Deidi!

—¡Cállate! — exigió — ¡Por personas como tú es que me tomó un año para que Chouji creyera mis sinceras intenciones! Lo han juzgado desde que nació. Lo tachan de no ser “apropiado”, pero yo les digo que ¡son idiotas por pensar así! ¡Es una persona maravillosa y yo la escogí!

—Debes estar bromeando — se burló Itachi mientras negaba

—No es mi culpa que seas sordo y retrasado — pero Deidara ya no medía su enfado — ¡Idiota!

—Me niego a aceptarlo. No entregaré a mi hermanito a alguien como él

—Me vale madres tu opinión, Itachi — Deidara le arrojó su vaso que apenas pudo ser esquivado y luego miró a su padre — ¡¿y tú qué?!… dime, suéltalo… ¡HABLA FUGAKU!

—¡Contesta! — exigió Minato mirando a su esposo con desprecio — exprésate y deja que yo te conozca por completo

—No lo permito… No ese doncel. No es de apariencia adecuada para nuestra familia, para que sea tu pareja… Un Akimichi no es apropiado para la familia de nadie — Fugaku caminó por el comedor al igual que Itachi, negando una y otra vez, perdiendo la calma

—No lo creo — rió Deidara mientras pateaba su silla — NO PUEDO CREER LO QUE ESCUCHO… ¡cómo puedes!

—Deidara — Minato se acercó a su hijo y con una sonrisa lo abrazó — tranquilo — temblaba debido a su propio enfado, pero más importante era su pequeño Deidara

—Oto-chan, tú no por favor — suplicó con su voz quebrándose

—Claro que no — sonrió besándole la cabeza mientras los otros dos seguían refunfuñando cosas — yo te apoyo. Conozco a Chouji, es una persona maravillosa

—¡No saldrás con ese doncel! ¡No saldrás de esta casa si es necesario! — gruñó Fugaku — un hijo mío no saldrá con un Akiminchi

—Pues que bueno — Deidara se separó de Minato y miró a Fugaku — porque tú no eres mi padre real — pateó una silla y se encaminó a la salida

—¡No me des la espalda, jovencito!

—Mejor no digas nada, Fugaku — regañó Minato antes de ir detrás de su hijo, pero Fugaku no lo dejó y lo retuvo en esa habitación

—Deidara… no puedes… ¡Deidara! — el que sí salió de ahí fue Itachi

—MUÉRETE, ITACHI

 

 

Itachi siguió a Deidara con prisa, evitando las cosas que le lanzaba de vez en vez y escuchando al rubio discutirle en el camino de su escape. Deidara se sentía indignado por haber escuchado eso de sus familiares, de las personas con las que convivió con ganas durante esos años. Quería irse a su cuarto y encerrarse, quitarse el enfado a través de gritos ahogados en su almohada, porque si creían que se quedaría así y aceptaría la voluntad de Fugaku...  estaban locos... Ellos no le iban a prohibir estar con Chouji

 

 

Nueva cara…

 

 

—¿Por qué le dijiste eso? — Minato enfrentó a su esposo cuando se vio en privacidad

—Porque es verdad

—¿Qué tiene de malo que mi hijo haya escogido a Chouji?

—Es mi hijo también

—Lo pondré así — sonrió con furia mientras se cruzaba de brazos — ¿Por qué criticas a nuestro hijo solamente por haberse enamorado de un gordito?

—Porque… porque ese muchachito no es el indicado para Deidara. No es adecuado, es un doncel que…

—¿Diferente? ¿Qué tiene de malo ser diferente? — insistió alejándose de Fugaku

—No veo a mi hijo casado con un doncel gordo, de clase baja y, a más de eso, con una familia dedicada a un restaurante de mala calidad… si tal vez fueran oficinistas, yo…

—¿Qué? — dijo con indignación mientras miraba a ese hombre — no puedo creer que dijeras eso

—Sabes que es verdad… Deidara tiene un futuro en donde estará acosado por prensa, dirigiendo mis empresas y…

—¡Escúchate un momento! — golpeó la mesa con tanta fuerza que los platos resonaron y un vaso cayó — ¿Qué problema tienes con la apariencia física, Fugaku?

—Sólo pienso en lo que se le vendrá encima a mi hijo si es que sigue con esto… si es que por mala suerte se casan en un futuro, ¿qué dirá la gente?

—¡Qué mierda importa eso! — golpeó de nuevo la mesa y miró a Fugaku con rabia — mi hijo será feliz y eso me basta… además, sólo serán novios

—Pero desde ya la gente hablará

—¡¿Y ESO QUÉ?!

—Ningún hijo mío tendrá un futuro bajo acosos porque su esposo o novio es…

—De baja clase… ¿cómo yo lo fui en alguna ocasión? — frotó su cien levemente y rió con desgano

—Tú nunca fuiste de esa clase

—Si yo hubiese sido gordito… no te abrías fijado en mí, ¿verdad? — Minato habló con indignación — si hubiese tenido algún defecto físico, tú ni siquiera me hubieras tratado bien, ¿no?

—Minato, eso no viene al caso — trató de recomponer las cosas, pero sólo recibió la mirada más gélida que alguna vez Minato le pudo ofrecer

—SÍ LO VIENE… porque ahora me doy cuenta que mi esposo se guía por apariencias

—Minato, estás cambiando mis palabras

—Dime… ¿qué te gusta de mí? — enfrentó — ¿mis curvas? ¿Mi trasero? ¿Mis ojos? — hablaba con rabia, agitando sus manos y tratando de controlar su furia — ¿qué?

—Sabes que te amo, Minato, por todo lo que eres... no por cosas como esas

—No te hagas el idiota, Uchiha Fugaku — soltó el aire y rió divertido — no puedo creerlo

—Minato, estás viendo las cosas del lado equivocado… estás cambiando las cosas… el tal Chouji ya está causando problemas aún sin ser nada en nuestra familia

—¿Si engordo me dejarás de amar? — lo miró de frente — oh… tu silencio me dice que sí

—Minato sabes que no es así

—Entonces te pondré a prueba — dijo con calma mientras se separaba de la mesa

—¿Qué quieres decir?

—Dices que podrías amarme aun si me engordo y me vuelvo una persona “inadecuada” para tu familia — Jamás pensó estar diciendo aquello, repitiendo las cosas que vio en alguna película con un drama romántico… pero en ese instante entendía al personaje femenino

—Espera Minato, estás diciendo tonterías

—Te importa mi apariencia

—Te amaría igual

—Entonces, ¿por qué el novio de mi hijo debe ser juzgado?… ¡te estás contradiciendo! — golpeó la mesa en repetidas ocasiones sin importarle el escozor en sus palmas

—Son casos diferentes, porque tú eres mi esposo y ese niño aún no es...

—Ya lo es — mencionó con rabia mientras caminaba fuera del comedor — mi hijo tiene permiso de tener como novio a Chouji Akimichi

—¡Minato!

—Si las apariencias no te importan, si eres capaz de mentalizarte amándome aun si mi apariencia cambia… entonces aceptarás al novio de Deidara, nuestro hijo — se detuvo en la puerta del comedor y apretó sus puños

—No lo haré

—Ja… pues aquí hay un problema — Minato no lo miró — un muy grave problema… porque los Akimichi son mis amigos también y ahora sé que las sonrisas llenas de amabilidad que mostrabas cuando hablábamos con ellos, eran falsas… eso no te lo voy a perdonar Fukagu

 

 

Continuará…

 

 

 

Notas finales:

 

Ya se viene el drama. Típico de mí 


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