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Locura por mi todo por 1827kratSN

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Notas del capitulo:

Holi~

Bueno señores, me tardé en actualizar porque mi maldita inspiración me trajo inspiración para one shorts y no longs... la odio y la amo como loca jajajjaja

Creo que las fickers me entienden XD

Sin más los dejo disfrutar 

 

 

 

 

Hibari caminaba con calma, sin prisa, en paz consigo mismo. Había sido difícil para él liberarse de esos herbívoros sin hacerles mucho daño -pues pese a todo tenía un ligero respeto por ellos-, pero ahora podía seguir con sus planes iniciales. Kyoya no tenía interés en ser el salvador de nadie, mucho menos de un grupo numeroso, a eso se le sumaba que le fastidiaba estar mucho tiempo en un solo lugar porque las noticias corrían rápido y lo podían localizar las personas que él no quería ver ni en pintura.

Esos omegas se merecían lo que les hizo, un par de golpes, su voz de mando, un gruñido ligero, simple sistema, pero el verdadero reto venía ahora. Tres alfas frente a él, uno más un poco alejado liderando el grupo, ya se esperaba aquello. Esos eran alfas mayores, enlazados y con la mente bien puesta en el deber designado

 

 

—¿Qué quieren? —frunció su ceño y bufó

—Su padre lo ha solicitado

—No me interesa —caminó sin apuro, enfrentándolos, los iba a pasar de largo e irse a la siguiente ciudad

—No nos haga el trabajo más difícil —agarraron el brazo de Hibari con fuerza, dos de ellos ya se posicionaron para la pelea—, sólo debe…

—Kamikorosu —gruñó y un impacto de su tonfa hizo que el otro alfa perdiera el aire. El lío empezó con esa única agresión

—Razone —tenían la orden de tratar de convencerlo—. Su padre sólo quiere verlo para charlar— gruñó el faltante en la pelea que ya se daba. El ruido de los golpes fuertes o el choque de sus armas resonaba en el lugar— Kyoya-sama, ¡deténgase!

—¿Y desaprovechar esto? —el mencionado sonrió mostrando su tonfa y, dándole un leve giro al mecanismo dispuesto en el mango, hizo que puntas metálicas y afiladas rodearan la extensión de sus preciadas compañeras. Era un truco básico para volver aquella tonfa en algo un poco más letal de lo que en sus manos ya eran—. Cuatro alfas a los que destrozar

—Somos cuatro, más experimentados y bien entrenados —sonrió uno de los caídos pues el muchachito no era nada débil— perderás

—Hum… ¿quieres probar? —sonrió de medio lado, su sangre hervía y sus necesidades por la pelea estaban dispuestas

—Ha pasado el celo de ese chico defendiéndolo de todos los posibles pretendientes. Es usted interesante, Kyoya-sama —el líder se quitó el guante de la mano derecha mientras se acercaba a paso firme—. Debe estar cansado y a más de eso… no tiene lazo

 

 

Por otro lado…

 

 

Tsuna maldecía entre dientes mientras ayudaba a Squalo a pararse. Era vergonzoso decir que todos, incluido él, se habían derrumbado con la simple voz de mando que Hibari usó. Maldito fuera el alfa que… necesitaban, ¡jodida raza!

A todos les bastó con un «¡callados! ¡A un lado!» con esa voz profunda, temible, llena de poderío, para caer de rodillas al suelo. Pero no podía centrarse en eso ahora mismo, lo que importaba era la salud de todos. Tsuna revisaba la mejilla de Squalo quien trató de enfrentar a Hibari, Lambo hacía lo mismo con Takeshi y entre todos sonreían aliviados por no tener nada más que eso como evidencia de la pelea. ¿Qué les dirían sus padres si supieran que trataron de pelear con un alfa?

 

 

—Es un hijo de puta —gruñó Squalo cuando se sentía mejor—. Abandonarnos así, maldita sea

—No sé en qué diablos piensa —I-pin bufó molesta mirando en la dirección por la que el azabache desapareció—. Yo creí que sólo le interesaba pelear

—Ya lo escuchaste —suspiró Enma— sólo quiere divertirse, no le importa dejarnos a nuestra suerte. Solamente busca satisfacción personal como todos los alfas

—Y aun así… era nuestra salvación —Fuuta se limpió la tierra de su ropa mientras, con melancolía, miraba al cielo—. ¿Qué haremos ahora?

—Tratar de salvarnos —dictó Tsuna mientras se quitaba el enfado con puro autocontrol— no podemos depender de alguien que va de aquí para allá, peleando con todo, diciendo que es un carnívoro y no sé qué otra cosa más. Si no nos salvamos nosotros mismos, después… cuando el “alfa protector” —decía con ironía mientras hacía una mueca— nos falte, estaremos de nuevo en problemas y nos derrumbaremos

—¿De quién es el siguiente celo? —Fuuta miró a sus amigos, quería saber quién seguía y en ese momento no quería forzar su mente para recordar el cumpleaños más cercano  

—El mío —Haru tembló un poquito al decirlo. Era normal tener miedo, ¿verdad?

—Y dos días después el mío —susurró Lambo—. Sólo podremos con uno a la vez… pido que protejan a Haru —habló con decisión

—No quiero que hagas eso, Lambo-chan.

—Lo que hay que hacer es obvio —la pelinegra miró a todos— ustedes y yo lo sabemos… lo necesitamos a él

—No quiero aceptarlo —Tsuna se mordió el labio inferior, estaba lleno de desesperación—. No quiero depender de un alfa

—Pero lo hacemos —Squalo agarró la cabeza de Tsuna y la aplastó un poco— así que trágate el orgullo como yo me tragaré el mío —miró a todos con su ceño fruncido—. VOOOIII… tenemos un mes y medio, ¡hay que buscarlo y como sea convencerlo!

—O buscarnos otro alfa con ganas de pelear —sonrió Yamamoto, forzándose a ser positivo—. O un alfa enlazado que se ofrezca solo

—Los alfas son egoístas —Enma tembló al pensarlo, tenía muy malas experiencias con un primo que desearía nunca haber conocido—. Si tienen pareja, los demás les vale un comino… no creo que alguien…

—Preguntaremos —Tsuna respiró profundo y sonrió—. Debe haber alguien

—A mí no me engañas —sonrió Haru acercándose al castaño—. Lo que quieres es evitar pedirle ayuda a Hibari-san

 

 

Y tenía razón, puesto que el castaño simplemente no quería rogarle a nadie, mucho menos al idiota de las peleas que se creía el todopoderoso alfa. ¡Jodido azabache! Y aun así le agradecía infinitamente que lo ayudara en su primer celo porque gracias a eso ahora estaba libre, al menos hasta el siguiente celo, pero el segundo sería menos difícil, más tolerable… o eso esperaba.

Ellos nunca habían conocido a un omega que llegara sin marca al segundo celo. Así de difícil era su situación y no sabían cómo lo enfrentarían, pero tenían tiempo. Empezarían con su trabajo de buscar protección o hallar al desgraciado que tuvieron de ayuda y les acababa de abandonar

 

 

Su reunión…

 

 

Después de pelear un rato con todos esos alfas, Kyoya terminó siendo arrojado dentro del auto y maldecía porque lo sedaron. Eso no lo esperó, pero fue una mezcla lo suficientemente fuerte como para dejarlo imposibilitado para defenderse. Al final sólo tuvo que sentarse y fingir dormir en el camino. «Hibari, Hibari»” la pequeña ave que tenía de compañera repetía eso con constancia, asustando a los que no vieron al pajarillo ingresar al auto junto con su dueño, pero no dijeron nada pues la bolita amarilla estaba posada en la cabeza del azabache y no hacía nada malo.

Llevaron al muchacho a donde su jefe pidió y de lo demás se encargaría el dueño de aquella industria de renombre.

Hibari se despertó al llegar, cuando sintió la falta de movimiento total del auto. Sentía sus músculos tensos aun y con poca movilidad, pero como siempre, con orgullo a tope caminó sin ayuda por los pasillos. Tomó el ascensor y sin que nadie le dijera nada, fue hasta esa oficina en el piso más alto, se sabía el camino de memoria a pesar de que pocas veces fue allí. Bostezó al estar de frente con la secretaria, dejó que el ave amarilla revoloteara por allí y terminó mirando con furia a los betas trabajadores para que no se atrevieran a tocar a su pequeño y amarillo compañero.

 

 

—¿Para qué querías verme? —Habló instantáneamente cuando le abrieron esa puerta. No se molestó en saludar, en sentarse o siquiera en verlo, sólo se acomodó la ropa y esperó una respuesta agradable

—Ya ni me dices padre… oto-sama o alguna expresión parecida también funciona

—Fon, habla de una vez —Kyoya miraba al hombre sentado detrás de ese enorme mueble de madera fina. Lo odiaba profundamente por razones que con el paso de los años sólo aumentaban.

 

 

Estaba en una oficina amplia, libros en los estantes, un par de sillones, una mesa de centro y grandes ventanales. Fon era su padre, el dueño de varias industrias en Japón, una de ellas farmacéutica, y por sobre todo eso… el heredero del linaje Hibari, la casta de alfas más conocida pues en generaciones ningún omega había nacido bajo su seno. Su familia poseía cualidades envidiables en su sangre, entre ellas la curativa, la resistencia y la longevidad, razón por la cual aquel hombre no mostraba características visibles pese a la edad que tenía. Kyoya era la viva imagen de su padre, exceptuando por el cabello pues el de Fon era en extremo largo, el cual era atado en una trenza, y esos ojos que despedían amabilidad en tono más claro, marrón casi negros, confusos.

 

 

—¿No podía simplemente querer ver a mi hijo? —sonrió sutilmente— Mi único hijo… el que se ha escapado desde que tiene mayoría de edad

—Suenas como el protagonista de una novela cursi —Kyoya frunció su ceño y miró mal a su padre—. Si de nuevo me dices que debo casarme, pierdes el tiempo

—Nunca te obligaría a nada —Fon sonrió con sutileza, lo hacía con naturalidad pues no sabía cómo más enfrentar a su hijo. Se levantó sin prisa, analizando sus siguientes palabras—, pero me preocupo por ti, hijo mío

—Lo que quieres es herederos y yo no te los daré —se alejó del toque que su padre le iba a dar y vio el dolor en esa mirada. Dolor que aprendió a ignorar

—Lo que quiero es que tomes todo este imperio y lo hagas tuyo. Que lo guíes tal y como lo han hecho las generaciones anteriores y deben hacerlas las futuras

—¿Por qué lo haría? Me gano todo yo mismo, no necesito nada que provenga de una herencia de esta familia

—¿Renegando tu linaje? —Fon suspiró mirando a la avecilla que aleteaba en la cabeza de su hijo—. Kyoya, sabes que no insisto en un matrimonio porque quiera herederos

—Estoy bien, puedo controlarlo —rodó sus ojos a sabiendas del tema de la discusión venidera

—Sabes que no puedes seguir así, Kyoya —lo miró con angustia, manteniendo ese porte elegante y serio, pero estaba preocupado—. Morirás si sigues así

—Tú no has muerto, ¿por qué yo debería hacerlo?

—Es diferente. Sabes las conclusiones del centenar de investigaciones que hemos realizado, Kyoya

—Y yo soy tu conejillo de indias más efectivo… —lo miró con furia y resentimiento—. Llevo años sin necesitar un lazo, no me vengas a decir ahora que no puedo controlarme

—Kyoya —suspiró. Ya debería convencerse de que hablar con calma y razonar con su hijo era imposible. Tenía que ser firme—. Te casarás —lo miró con seriedad mientras elevaba un poco más su frente—, los candidatos ya están siendo analizados… un omega de familia noble será elegido como tu compañero o compañera de vida

—Me niego —frunció su ceño al escuchar esa estupidez

—¿Aun recientes porque yo siga vivo y tu madre no? —Fon se frotó el puente de la nariz para controlar la ansiedad, furia y dolor

—La dejaste morir —frunció su ceño de inmediato, odiaba que su padre tocara ese tema

—Yo amaba a tu madre, cuidé de ella con empeño. No me culpes de su muerte porque sólo aumentas mi dolor

—Lo hago y lo haré siempre —respondió con calma mientras se encaminaba a la puerta. Ya era innecesario estar allí—. Déjame salir, Fon —exigió a sabiendas de que estaría enjaulado hasta terminar de “hablar”

—Kyoya, por favor… deja de lado el dolor de tu alma, forma una familia y…

—No lo haré

—¿Qué diría tu madre si estuviera viva? A ella no le gustaría ver el daño que te estás haciendo… Ella…

—No metas a mi madre en esto

—A ella tampoco le gustaría saber —no tenía opción, debía usar todas sus cartas guardadas.

—¿Sabes dónde está ella? —habló con firmeza regresando a ver a su padre un momento— ¿Dónde?

—Kyoya

—¡¿Dónde?!

 

 

Continuará…

 

Notas finales:

Hay cosas que aclarar, aunque no las numeraré XD

Obviamente no respeto fechas de nacimiento, todo vendrá como deba venir.

El omegaverse tiene sus bases, pero yo iré tomando y desechando lo que se me antoje :v espero que lo entiendan... aunque ya perdí una lectora por esas cuestiones XD 

Haber muchachas (hay hombres leyendo esto?, creo que no), la pareja principal está lista, pero si desean parejas segundarias pueden seguir diciéndome cuál les gustaría pues tendrán menciones dependiendo de la trama

PD: esta multifacética ama las parejas crack y no tan crack... pero se quiere mudar de fandom :v ok no, me gusta este fandom, lo amodoro... pero saltarse de fandoms es tan divertido que lo he hecho constantemente, ¿alguna OTP de otro fandom que quieran que destruya? ya destruí un par XD

El alma de un alfa

 

 

Hibari caminaba con calma, sin prisa, en paz consigo mismo. Había sido difícil para él liberarse de esos herbívoros sin hacerles mucho daño -pues pese a todo tenía un ligero respeto por ellos-, pero ahora podía seguir con sus planes iniciales. Kyoya no tenía interés en ser el salvador de nadie, mucho menos de un grupo numeroso, a eso se le sumaba que le fastidiaba estar mucho tiempo en un solo lugar porque las noticias corrían rápido y lo podían localizar las personas que él no quería ver ni en pintura.

Esos omegas se merecían lo que les hizo, un par de golpes, su voz de mando, un gruñido ligero, simple sistema, pero el verdadero reto venía ahora. Tres alfas frente a él, uno más un poco alejado liderando el grupo, ya se esperaba aquello. Esos eran alfas mayores, enlazados y con la mente bien puesta en el deber designado

 

 

—¿Qué quieren? —frunció su ceño y bufó

—Su padre lo ha solicitado

—No me interesa —caminó sin apuro, enfrentándolos, los iba a pasar de largo e irse a la siguiente ciudad

—No nos haga el trabajo más difícil —agarraron el brazo de Hibari con fuerza, dos de ellos ya se posicionaron para la pelea—, sólo debe…

—Kamikorosu —gruñó y un impacto de su tonfa hizo que el otro alfa perdiera el aire. El lío empezó con esa única agresión

—Razone —tenían la orden de tratar de convencerlo—. Su padre sólo quiere verlo para charlar— gruñó el faltante en la pelea que ya se daba. El ruido de los golpes fuertes o el choque de sus armas resonaba en el lugar— Kyoya-sama, ¡deténgase!

—¿Y desaprovechar esto? —el mencionado sonrió mostrando su tonfa y, dándole un leve giro al mecanismo dispuesto en el mango, hizo que puntas metálicas y afiladas rodearan la extensión de sus preciadas compañeras. Era un truco básico para volver aquella tonfa en algo un poco más letal de lo que en sus manos ya eran—. Cuatro alfas a los que destrozar

—Somos cuatro, más experimentados y bien entrenados —sonrió uno de los caídos pues el muchachito no era nada débil— perderás

—Hum… ¿quieres probar? —sonrió de medio lado, su sangre hervía y sus necesidades por la pelea estaban dispuestas

—Ha pasado el celo de ese chico defendiéndolo de todos los posibles pretendientes. Es usted interesante, Kyoya-sama —el líder se quitó el guante de la mano derecha mientras se acercaba a paso firme—. Debe estar cansado y a más de eso… no tiene lazo

 

 

Por otro lado…

 

 

Tsuna maldecía entre dientes mientras ayudaba a Squalo a pararse. Era vergonzoso decir que todos, incluido él, se habían derrumbado con la simple voz de mando que Hibari usó. Maldito fuera el alfa que… necesitaban, ¡jodida raza!

A todos les bastó con un «¡callados! ¡A un lado!» con esa voz profunda, temible, llena de poderío, para caer de rodillas al suelo. Pero no podía centrarse en eso ahora mismo, lo que importaba era la salud de todos. Tsuna revisaba la mejilla de Squalo quien trató de enfrentar a Hibari, Lambo hacía lo mismo con Takeshi y entre todos sonreían aliviados por no tener nada más que eso como evidencia de la pelea. ¿Qué les dirían sus padres si supieran que trataron de pelear con un alfa?

 

 

—Es un hijo de puta —gruñó Squalo cuando se sentía mejor—. Abandonarnos así, maldita sea

—No sé en qué diablos piensa —I-pin bufó molesta mirando en la dirección por la que el azabache desapareció—. Yo creí que sólo le interesaba pelear

—Ya lo escuchaste —suspiró Enma— sólo quiere divertirse, no le importa dejarnos a nuestra suerte. Solamente busca satisfacción personal como todos los alfas

—Y aun así… era nuestra salvación —Fuuta se limpió la tierra de su ropa mientras, con melancolía, miraba al cielo—. ¿Qué haremos ahora?

—Tratar de salvarnos —dictó Tsuna mientras se quitaba el enfado con puro autocontrol— no podemos depender de alguien que va de aquí para allá, peleando con todo, diciendo que es un carnívoro y no sé qué otra cosa más. Si no nos salvamos nosotros mismos, después… cuando el “alfa protector” —decía con ironía mientras hacía una mueca— nos falte, estaremos de nuevo en problemas y nos derrumbaremos

—¿De quién es el siguiente celo? —Fuuta miró a sus amigos, quería saber quién seguía y en ese momento no quería forzar su mente para recordar el cumpleaños más cercano  

—El mío —Haru tembló un poquito al decirlo. Era normal tener miedo, ¿verdad?

—Y dos días después el mío —susurró Lambo—. Sólo podremos con uno a la vez… pido que protejan a Haru —habló con decisión

—No quiero que hagas eso, Lambo-chan.

—Lo que hay que hacer es obvio —la pelinegra miró a todos— ustedes y yo lo sabemos… lo necesitamos a él

—No quiero aceptarlo —Tsuna se mordió el labio inferior, estaba lleno de desesperación—. No quiero depender de un alfa

—Pero lo hacemos —Squalo agarró la cabeza de Tsuna y la aplastó un poco— así que trágate el orgullo como yo me tragaré el mío —miró a todos con su ceño fruncido—. VOOOIII… tenemos un mes y medio, ¡hay que buscarlo y como sea convencerlo!

—O buscarnos otro alfa con ganas de pelear —sonrió Yamamoto, forzándose a ser positivo—. O un alfa enlazado que se ofrezca solo

—Los alfas son egoístas —Enma tembló al pensarlo, tenía muy malas experiencias con un primo que desearía nunca haber conocido—. Si tienen pareja, los demás les vale un comino… no creo que alguien…

—Preguntaremos —Tsuna respiró profundo y sonrió—. Debe haber alguien

—A mí no me engañas —sonrió Haru acercándose al castaño—. Lo que quieres es evitar pedirle ayuda a Hibari-san

 

 

Y tenía razón, puesto que el castaño simplemente no quería rogarle a nadie, mucho menos al idiota de las peleas que se creía el todopoderoso alfa. ¡Jodido azabache! Y aun así le agradecía infinitamente que lo ayudara en su primer celo porque gracias a eso ahora estaba libre, al menos hasta el siguiente celo, pero el segundo sería menos difícil, más tolerable… o eso esperaba.

Ellos nunca habían conocido a un omega que llegara sin marca al segundo celo. Así de difícil era su situación y no sabían cómo lo enfrentarían, pero tenían tiempo. Empezarían con su trabajo de buscar protección o hallar al desgraciado que tuvieron de ayuda y les acababa de abandonar

 

 

Su reunión…

 

 

Después de pelear un rato con todos esos alfas, Kyoya terminó siendo arrojado dentro del auto y maldecía porque lo sedaron. Eso no lo esperó, pero fue una mezcla lo suficientemente fuerte como para dejarlo imposibilitado para defenderse. Al final sólo tuvo que sentarse y fingir dormir en el camino. «Hibari, Hibari»” la pequeña ave que tenía de compañera repetía eso con constancia, asustando a los que no vieron al pajarillo ingresar al auto junto con su dueño, pero no dijeron nada pues la bolita amarilla estaba posada en la cabeza del azabache y no hacía nada malo.

Llevaron al muchacho a donde su jefe pidió y de lo demás se encargaría el dueño de aquella industria de renombre.

Hibari se despertó al llegar, cuando sintió la falta de movimiento total del auto. Sentía sus músculos tensos aun y con poca movilidad, pero como siempre, con orgullo a tope caminó sin ayuda por los pasillos. Tomó el ascensor y sin que nadie le dijera nada, fue hasta esa oficina en el piso más alto, se sabía el camino de memoria a pesar de que pocas veces fue allí. Bostezó al estar de frente con la secretaria, dejó que el ave amarilla revoloteara por allí y terminó mirando con furia a los betas trabajadores para que no se atrevieran a tocar a su pequeño y amarillo compañero.

 

 

—¿Para qué querías verme? —Habló instantáneamente cuando le abrieron esa puerta. No se molestó en saludar, en sentarse o siquiera en verlo, sólo se acomodó la ropa y esperó una respuesta agradable

—Ya ni me dices padre… oto-sama o alguna expresión parecida también funciona

—Fon, habla de una vez —Kyoya miraba al hombre sentado detrás de ese enorme mueble de madera fina. Lo odiaba profundamente por razones que con el paso de los años sólo aumentaban.

 

 

Estaba en una oficina amplia, libros en los estantes, un par de sillones, una mesa de centro y grandes ventanales. Fon era su padre, el dueño de varias industrias en Japón, una de ellas farmacéutica, y por sobre todo eso… el heredero del linaje Hibari, la casta de alfas más conocida pues en generaciones ningún omega había nacido bajo su seno. Su familia poseía cualidades envidiables en su sangre, entre ellas la curativa, la resistencia y la longevidad, razón por la cual aquel hombre no mostraba características visibles pese a la edad que tenía. Kyoya era la viva imagen de su padre, exceptuando por el cabello pues el de Fon era en extremo largo, el cual era atado en una trenza, y esos ojos que despedían amabilidad en tono más claro, marrón casi negros, confusos.

 

 

—¿No podía simplemente querer ver a mi hijo? —sonrió sutilmente— Mi único hijo… el que se ha escapado desde que tiene mayoría de edad

—Suenas como el protagonista de una novela cursi —Kyoya frunció su ceño y miró mal a su padre—. Si de nuevo me dices que debo casarme, pierdes el tiempo

—Nunca te obligaría a nada —Fon sonrió con sutileza, lo hacía con naturalidad pues no sabía cómo más enfrentar a su hijo. Se levantó sin prisa, analizando sus siguientes palabras—, pero me preocupo por ti, hijo mío

—Lo que quieres es herederos y yo no te los daré —se alejó del toque que su padre le iba a dar y vio el dolor en esa mirada. Dolor que aprendió a ignorar

—Lo que quiero es que tomes todo este imperio y lo hagas tuyo. Que lo guíes tal y como lo han hecho las generaciones anteriores y deben hacerlas las futuras

—¿Por qué lo haría? Me gano todo yo mismo, no necesito nada que provenga de una herencia de esta familia

—¿Renegando tu linaje? —Fon suspiró mirando a la avecilla que aleteaba en la cabeza de su hijo—. Kyoya, sabes que no insisto en un matrimonio porque quiera herederos

—Estoy bien, puedo controlarlo —rodó sus ojos a sabiendas del tema de la discusión venidera

—Sabes que no puedes seguir así, Kyoya —lo miró con angustia, manteniendo ese porte elegante y serio, pero estaba preocupado—. Morirás si sigues así

—Tú no has muerto, ¿por qué yo debería hacerlo?

—Es diferente. Sabes las conclusiones del centenar de investigaciones que hemos realizado, Kyoya

—Y yo soy tu conejillo de indias más efectivo… —lo miró con furia y resentimiento—. Llevo años sin necesitar un lazo, no me vengas a decir ahora que no puedo controlarme

—Kyoya —suspiró. Ya debería convencerse de que hablar con calma y razonar con su hijo era imposible. Tenía que ser firme—. Te casarás —lo miró con seriedad mientras elevaba un poco más su frente—, los candidatos ya están siendo analizados… un omega de familia noble será elegido como tu compañero o compañera de vida

—Me niego —frunció su ceño al escuchar esa estupidez

—¿Aun recientes porque yo siga vivo y tu madre no? —Fon se frotó el puente de la nariz para controlar la ansiedad, furia y dolor

—La dejaste morir —frunció su ceño de inmediato, odiaba que su padre tocara ese tema

—Yo amaba a tu madre, cuidé de ella con empeño. No me culpes de su muerte porque sólo aumentas mi dolor

—Lo hago y lo haré siempre —respondió con calma mientras se encaminaba a la puerta. Ya era innecesario estar allí—. Déjame salir, Fon —exigió a sabiendas de que estaría enjaulado hasta terminar de “hablar”

—Kyoya, por favor… deja de lado el dolor de tu alma, forma una familia y…

—No lo haré

—¿Qué diría tu madre si estuviera viva? A ella no le gustaría ver el daño que te estás haciendo… Ella…

—No metas a mi madre en esto

—A ella tampoco le gustaría saber —no tenía opción, debía usar todas sus cartas guardadas.

—¿Sabes dónde está ella? —habló con firmeza regresando a ver a su padre un momento— ¿Dónde?

—Kyoya

—¡¿Dónde?!

 

 

Continuará…

 

Notas finales:

Hay cosas que aclarar, aunque no las numeraré XD

Obviamente no respeto fechas de nacimiento, todo vendrá como deba venir.

El omegaverse tiene sus bases, pero yo iré tomando y desechando lo que se me antoje :v espero que lo entiendan... aunque ya perdí una lectora por esas cuestiones XD 

Haber muchachas (hay hombres leyendo esto?, creo que no), la pareja principal está lista, pero si desean parejas segundarias pueden seguir diciéndome cuál les gustaría pues tendrán menciones dependiendo de la trama

PD: esta multifacética ama las parejas crack y no tan crack... pero se quiere mudar de fandom :v ok no, me gusta este fandom, lo amodoro... pero saltarse de fandoms es tan divertido que lo he hecho constantemente, ¿alguna OTP de otro fandom que quieran que destruya? ya destruí un par XD


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