Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

2Fast, 2Beautiful por urumelii

[Reviews - 58]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

ok, este capitulo es terriblem,ente corto, pero me di cuenta que era como mejor quedaba porque de aqui empieza lo bueno y va a empezar todo el mega drama, mas?? si, mas.

 

Por cierto creeen que ya es tiempo de un  lemon?? ;)

 

 

 


Shou

Seguí a Aoi por todo el hotel, parecía estar pensando en miles de cosas al mismo tiempo. Para mi, lo mejor era que simplemente fuéramos a casa de Kyo y después resolviéramos todo lo demás pero al contrario, Aoi parecía tener otras cosas en mente. Bajamos al estacionamiento, los tres, yo a un lado de Uruha quien lucía bastante confundido por la acción.

Me quedé pensando en lo mucho que ese chico había cambiado, como su aroma había inundado mis sentidos cuando me abrazó, lo reconfortante que había sido que al borde de las lágrimas me diera un hombro en el cual llorar. ¿Cuándo había sido la última vez que me había sentido así con Sakito?

Sakito era otro tema, seguía dándole largas porque no quería decirle mi verdadero paradero, los Shiroyama me lo habían pedido. Sin embargo había otra razón que no quería aceptar, me avergonzaba verlo, me calaba hasta los huesos pensar que lo nuestro simplemente ya no tenía remedio. Yo era un perdedor, Sakito había salido de mi mundo hacía mucho tiempo y yo me había rehusado a aceptarlo.

Yo no era ni la sombre del chico que había sido ocho años atrás y hablar con Uruha parecía haber destapado todas esas debilidades. No había podido mentirle, tal vez si era la muerte de Gackt que me tenía muy jodido y también era el miedo a repetirlo. Ahora todo se estaba repitiendo en un chiste muy cruel, Sakito estaba convencido que la mejor forma de actuar era volviendo a correr. Se había vuelto loco, ¿por qué quería que todo volviera a pasar?

Tenía años sin hacer drift, sin saber lo que se sentía rechinar las llantas de un auto. Tenía miedo de volver a enfrentarme a aquello y no ser lo suficientemente bueno; hacer drift era lo único de lo que poseía memoria, hacía bien. Si me subía al auto y no lo lograba, no lo soportaría. En aquello iba pensando cuando Aoi se frenó en seco girándose a vernos.

—De acuerdo, sólo no te vayas a enojar, ¿si? —le dijo Aoi a Uruha.

Uruha cruzó los brazos y alzó una ceja.

—No me des motivos para hacerlo —dijo divertido—. ¿Qué hiciste esta vez? —sonrió. Parecían conocerse de pies a la cabeza, en una sinergía cuasi perfecta que muchas parejas envidiarían; al menos yo ya lo hacía.

—Digamos que no deje de manejar del todo —se excusó Aoi señalando hacia atrás con la cabeza. 

Me asomé por encima de su cabello, un Lamborghini Murciélago de color azul reluciendo detrás de él, impecable, perfectamente cuidado.

La carcajada de Uruha me tomó por sorpresa y también acarició mi oído, su voz profunda causó un alboroto extraño en mi estómago, que ignoré olímpicamente.

—Te volviste loco —dijo el castaño acercándose al auto—. ¿Por qué no me lo dijiste?

Aoi se alzó de hombros con pesar en el rostro—. No quería que pensaras que no le tenía respeto a nuestro pasado, después de todo lo que ocurrió, me parecía cínico seguir corriendo, querer hacerlo y conducir un auto a gran velocidad —se excusó.

Uruha se acercó a él poniéndole una mano en la mejilla—. Lo siento, nunca había pensado que fue terriblemente egoísta de mi parte no reparar en lo mucho que te gustaba correr. Entiendo por qué lo hiciste, jamás podría estar enojado contigo por eso —le dio un ligero beso en los labios.

El pelinegro sonrió, pero su cara cambió a una de pánico al recordar que me encontraba presente. Probablemente estaban muy acostumbrados a esos gestos entre ellos, sin embargo, con mi presencia habían vuelto a ser hermanos, no pareja. La verdad, es que lo menos que tenía en la cabeza era si tenían la misma sangre corriendo por sus venas; sino las mariposas que estaban revoloteando en mi estómago al ver la escena.

—No recordaba que fueras tan cursi, Shiroyama —obvié el tema, el otro soltó un suspiro de alivio—. Y, ¿qué se supone que hagamos? Nadie sabe que están vivos, ¿recuerdan? ¿Simplemente piensas llegar subido en un auto, listo para correr?

Aoi no debió tomarlo tan literal.

Ahí estábamos a bordo de un Lamborghini esperando a que la carrera diera comienzo, me temblaban las rodillas de solo estar en el asiento del copiloto, ese recuerdo de atravesar la pared reproduciéndose en mi mente una y otra vez. Y había algo de lo que estaba muy seguro, Aoi era peor de psicópata a bordo de un auto que Kyo.

Supimos a dónde ir porque Sakito me dijo con la esperanza de que me presentara, tuve que decirle que ni loco iría, aunque él no sabía que en realidad me encontraba ahí vestido de la manera más ridícula que encontramos para poder pasar inadvertidos, al menos yo quien vestía un abrigo de piel sintética de zorro con el que podría estarme muriendo de calor si no hubiera sido porque elegí no ponerme camisa, sólo el pantalón negro y dos cadenas alrededor del cuello, con lentes de sol que aunque fuera de noche a nadie parecía importarle.

Sintiéndome completamente estúpido y para bien de todos mis amigos me di a la tarea de averiguar cómo meter a Aoi a la carrera, según su brillante idea, podría correr aún después de tantos años y yo dudaba que lo lograra. Pero lo logré, lo inscribí como Gazette9 sin que nadie supiera, pagué la cuota y volví a entrar al Lambo donde Aoi tamborileaba los dedos sobre el volante y tarareaba una canción.

—¿Nervioso? —le pregunté enfocando mi vista en Uruha quien estaba recargado en la moto, habíamos acordado que él se quedara afuera en caso de haber problemas.

Aoi negó soltando un risita—. Nervioso no es la palabra que usaría —contestó, esperé a que continuara—. Estoy malditamente ansioso de que empiece —dijo emocionado.

—Eres un enfermo —le dije negando.

Aoi sonrió y me guiñó el ojo mirando por el retrovisor. Su semblante cambió de inmediato, por las pocas luces que alcanzaban a iluminarlo pude notar que estaba más pálido de lo normal; miré hacia donde se dirigía su mirada y vi a Reita caminando entre la gente.

—Más difícil que correr un auto, es enfrentar el pasado —dijo Aoi con seriedad.

—¿Sabes que ellos no te juzgarían, verdad? —quise reafirmarle.

Negó fijando de nuevo su mirada hacia el frente.

—¿Por qué no me juzgarían? ¿Por fingir mi muerte o amar a mi hermano? —preguntó amargamente.

—Por nada —contesté sin dudar—. Ya es un puto milagro que estés vivo, lo demás creo que no importa.

Chasqueó la lengua.

—Ese es el chico al que hay que vencer —dijo finalmente señalando con la cabeza a un chico castaño que se acercaba a un BMW.

—¿Cómo sabes eso? No te has bajado —lo miré como si hubiera perdido la razón.

—La forma en la que camina, se siente el rey del mundo —prendió el auto y yo contuve el aliento, la carrera empezaría en poco tiempo—. Sólo que, el rey verdadero ha vuelto —sonrió.

No era contra las reglas que el piloto corriera con un copiloto, pero no era común generalmente porque todos buscaban que el auto fuera más ligero. Ni loco subiría a alguien conmigo al hacer drift, lo había hecho muchas veces con Sakito mientras le enseñaba, pero en una carrera, jamás. Recordé esas ocasiones en que mi pareja se había subido conmigo a ese olvidado Mustang, como sonreía mientras subía el freno de mano y como sus ojos brillaban al derrapar sobre el pavimento, de alguna forma me sentía más vivo.

Todo aquello quedó atrás cuando Aoi aceleró el auto, correría conmigo adentro, para evitar que los demás nos descubrieran. Pensé que sentiría pánico, incluso sentí una gota de sudor resbalar por mi sien, no serían más de diez minutos pero el corazón se me iba a salir del pecho, en cada curva esperaba ver la pared de ladrillo de la mansión de Gackt; sin embargo cuando Aoi rebasó al chico del BMW y comenzó a jugar con él al cerrarse frente al carro, me di cuenta que estaba sonriendo, que extrañaba sentirme de esa forma y que no podía esperar a estar yo mismo detrás de un volante.

—Deja de lucirte —le grité riendo.

—Nunca —contestó Aoi también sonriendo, de pronto teníamos dieciocho años de nuevo, mientras el auto revolucionaba antes de llegar a la meta.

Me arrepentí de haber dudado de sus habilidades, aún lo tenía, ese don nato de conducir de una forma espectacular. Cuando llegamos a la meta, noté que el chico del BMW quería acercarse, pero Aoi sacó el celular, le avisó a Uruha sobre nuestra partida y salimos de ahí de la misma forma en que llegamos, sin que nadie nos viera.

—Se darán cuenta que eres tu —le dije al alejarnos del lugar.

—Supongo que prefiero que se den cuenta así —de pronto su semblante cambió se ensombreció demasiado para alguien que acababa de ganar su primera carrera en ocho años—. Shou, necesito pedirte un favor —apretó el volante con mucha fuerza—. Después de esto y que sepan que corrimos una carrera en nombre del equipo, creo que es obvio que tenemos que presentarnos con los chicos. Sólo que, no puedo ir y quiero que te lleves a Kouyou contigo.

Me descolocó por completo lo que dijo.

—¿De qué hablas? Van los dos, van a querer verlos a los dos.

Aoi negó.

—Mi madre —se mordió el labio sin dejar de ver el camino—. Apareció en nuestras vidas exigiendo un montón de estupideces acerca de la herencia de mi abuela, quería que nos hiciéramos pruebas de ADN y una sarta de cosas con las que pensé que no tenía que volver a lidiar. Pero...—se le cortó la voz.

—Me estás asustando.

—La mujer está loca y quiere quedarse con lo que nos dejó la abuela, la única manera de hacerlo es si comprueba que nosotros somos los herederos, pues en todo esto, descubrió que no estábamos muertos. Así que me amenazó con denunciarnos a la policía por lo que hicimos.

Lo miré sin poder creerlo, buscando mil soluciones en menos de diez segundos.

—No puede hacer eso —dije de inmediato.

—Sí puede, cometimos fraude. Asesinamos a tres personas Shou y el incesto sigue siendo ilegal —rió con ironía—. La única manera de evitarlo es si lo mantengo alejado de mi.

Negué fervientemente.

—Simplemente hagan ese test de ADN, comprueben que no son hermanos. Reita puede ayudarlos, incluso Sakito —traté de decir. Acababa de recuperar a mi amigo, no quería perderlo de nuevo—. Ya intentaste alejarlo una vez y no funcionó, no lo hagas de nuevo.

—Por ahora es lo único que puedo hacer —dijo con firmeza—. Al menos hasta que encuentre como solucionarlo y mantenerla callada, esa mujer haría cualquier cosa por dañar a Kouyou; nunca hasta que nos volvió a buscar me había planteado la posibilidad de que no fuéramos hermanos, pero si lo pienso con detenimiento, tendría sentido. Nadie puede odiar tanto a su propio hijo, ¿o si?

—No lo sé y no me importa. Son más puntos a mi favor, si no son hermanos serían libres y tu madre no podría tocarlos. En serio, deja que Sakito revise el caso.

—Si revisan el caso sabrán lo de Die…

—Y entonces hablaremos de Gackt.

—No fue defensa propia Shou, fue con dolo. Al menos cumpliriamos alguna condena y no puedo, no puedo dejar que eso le pase a Kouyou —nos acercamos al edificio de departamentos—. Seguiré corriendo desde lejos, pero por favor, llévate a Kouyou y prótegelo como si fuera yo.

Me miró suplicante.

-&-

Sakito

Toda la sala era un maldito caos, sin importarnos que fueran horas de madrugada, que Kai tuviera que irse a trabajar en poco tiempo. De nuevo para no quitarnos nuestra costumbre, estábamos en la sala de Kyo gritandonos los unos a los otros sin llegar a ningún acuerdo. Pero es que era obvio que el piloto de ese Lamborghini había sido Aoi, por algún milagro se había presentado ahí y por mucho que estuviera tratando de convencer a Reita de que les dijéramos a los demás lo que sabíamos, seguía empeñado en lo contrario, así que toda la discusión había girado en torno a súplicas de que el detective dijera lo que estaba pasando. También estaba el otro detalle.

El mensaje de Toshiya había caído como una horrible realización de lo que estaba pasando, que quisiera ver a Kyo era lo que más me descontrolaba. Lo había rechazado años atrás, ¿qué quería ahora con él? Era seguro que nada bueno, y por supuesto aquello no le había caído nada bien a mi amigo que daba vueltas por la sala como león enjaulado, mientras gritábamos si era buena idea ir a verlo o no. En realidad las únicas dos personas que no estaban de acuerdo eran Ruki y Hiroto, los demás creíamos que lo mejor sería hacerlo para saber en qué nos estábamos metiendo para empezar y Tora había argumentado que era buena forma de ampliar la investigación y obtener pruebas.

—Haz lo que quieras —dijo Hiroto con enojo—, por lo menos no vayas solo.

—¿Y se supone que vayas conmigo? —bufó Kyo con ironía.

—De ser necesario…

—No digas estupideces.

—Iré yo —los interrumpí, me tenían harto con su discusión de amor frustrado—. Mana y yo tenemos asuntos pendientes después de todo —aquella promesa de que yo me acostaría con Gackt jamás se había cumplido y si lo que estaba buscando el mafioso era venganza, seguro empezaría con Shou y conmigo. Si no sabía dónde estaba mi novio, lo menos que podía hacer era ir a la raíz del problema antes de que trataran de matarlo. Se me encogió el corazón de tan solo pensarlo, no había cosa que yo no haría por el pedazo de imbécil al que amaba.

—Dejemos que se vuelva a comunicar —dijo Reita con seriedad—. Que crea que son sus reglas, no lo busques. Seguramente nos volverá a escribir después de la siguiente carrera, cuando por fin estrenes de nuevo tus habilidades —le habló a Kyo—. Mientras sigamos con nuestro plan o no vamos a lograr nada.

Nadie pudo poner alguna objeción y con eso nos fuimos a dormir, al menos a tratar, pues mi celular vibró con un mensaje de Shou.

“Te veré pasado mañana y entenderás todo, no me odies. Todavía no.”

Lloré como un niño pequeño presionando el celular contra mi pecho, esperando que de verdad me diera razones para no odiarlo. 

 

Notas finales:

que les pareció?

 

que creen que va a pasar ahora?

 

aoi rompió mi corazón </3 

 

se nos viene un lemon :O


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).