Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

2Fast, 2Beautiful por urumelii

[Reviews - 58]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Esto ya me obsesionó tanto que tuve que volver a actualizar XD 

 

les recuerdo que pueden seguirme en mi pagina de facebook urumelii fanfics o en twitter como sugarmeli

 

Los amo, gracias

Uruha


 


Desperté en esa casa que era tan ajena como familiar, Kyo me había ofrecido quedarme en su casa, sonaba bien al menos en lo que encontraba algo más. El trato con Yuu había sido no visitarlo hasta que tuviera una mejor solución a nuestros problemas, algo sumamente más fácil decir que hacer. Permanecí viendo al techo mientras pensaba en esa conversación, sonreí al recordar lo que Shou había dicho, sí tal vez algunos años atrás hubiera pataleado y gritado por la decisión, pero podía entender mejor a Yuu. No era que me encantara la idea 


 


—No lo haré —le dije rotundamente en cuánto me dijo su plan de dejarme marchar sin él a ver a los demás. No podía negar que estaba enojado, habíamos regresado de la carrera con adrenalina al tope, sonriendo como niños pequeños y ahora arruinaba la noche con aquella conversación—. O vamos los dos, o no va ninguno. Punto —dije recargado en el tocador mientras él estaba sentado en la orilla de nuestra cama. 


 


Suspiró—. Vamos Kou, necesito hacer esto solo. Si alguien puede frenar a nuestra madre soy yo, y en caso de que esto se vaya al carajo, es mejor si estoy solo yo. Si cumple su amenaza y nos delata, preferiría que solo me llevaran a mi, no tendrían como comprobar nada mas que el fraude de identidad y el mío solo es el nombre, ni siquiera el apellido. La sentencia no sería nada con un buen abogado, que obviamente puedo pagar. Si solo soy yo y la mujer se convence que tu y yo ya no estamos juntos podré reclamar la maldita herencia para ella y nos dejará en paz —explicó. 


 


Quería debatirle todo lo que acababa de decir, pero tenía sentido. Existía una probabilidad remota de que nuestra madre le hiciera daño a Yuu, quien era su adoración, al menos cuando éramos adolescentes, ahora que habíamos regresado de la muerte y habían pasado ocho años, no estaba seguro de lo que esa mujer era capaz. Solo había algo de su pequeño plan que no me gustaba en lo absoluto—. No voy a arriesgarme a que te metan a la cárcel, podemos irnos los dos y ya —argumenté. 


 


Yuu negó—. Creo que hemos llegado al punto en que no podemos seguir huyendo. Dime, ¿cuánto tiempo vamos a seguir ocultándonos? Ahora que saben la verdad, tal vez no nos perseguirían, pero sabríamos que es una mentira. Si huimos ahora, seguiríamos huyendo para siempre. No va a hacer nada legal, tal vez no la vemos desde hace mucho pero sigue siendo nuestra madre —aseguró—. Si te vas con Shou, no solo estarás a salvo de nuestro apellido. También puedes estar más seguro que conmigo, si es que Mana nos está persiguiendo; si Reita es policía y Tora un agente CIRO —abrió mucho los ojos, parecía no creer del todo el destino de nuestros amigos—. Ellos podrán protegerte mejor de lo que yo. Seguiré corriendo, los ayudaré desde este lado, pero no puedo ir con ellos si no soluciono primero lo de la nuestra madre —se quedó callado, parecía que quería decir algo más, algo que imaginé que tenía que ver con que tampoco se sentía listo para afrontar a nuestros amigos, no presioné—. No tenemos que perder contacto —me señaló una caja sobre el tocador, se encontraba a mi lado, apenas le había puesto atención.


 


La tomé con curiosidad y al abrirla noté que era un celular, lo miré sin entender—. Ya tengo uno —le dije tranquilamente. 


 


—Este es desechable, no lo pueden rastrear. Si lo usamos para comunicarnos nadie podrá comprobar que seguimos en contacto —dijo tranquilamente. 


 


—Realmente pensaste esto, bastante bien —suspiré dejando el celular sobre el tocador. 


 


—Necesito que confíes en mi —me miró con sus ojos oscuros. 


 


Me acerqué derrotado, pelear e intentar quedarme sería una necedad de mi parte; terminaríamos peleados y estoy casi seguro que Yuu me hubiera corrido de la casa si hubiera estado lo suficientemente desesperado. Sin ningún tipo de vergüenza me subí en sus piernas, rodeando su cintura con las mías. Ël sonrió tomando mi cintura. 


 


—No hemos estado tan separados, nunca —dije recargando mis codos en sus hombros con delicadeza. 


 


—Claro que sí, la vez que tuve que salir a coordinar un evento en uno de los hoteles. Fueron los dos meses más largos de mi vida —dijo con verdadero pesar. 


 


Reí por el recuerdo, besando ligeramente su cuello. Abrazándolo de manera que entendiera que no quería irme, él me abrazó de igual forma. 


 


—¿Te harás la prueba? —Le pregunté por fin, la cuestión que verdaderamente me estaba atormentando, la verdad que podría liberarnos de todos nuestros pecados. 


 


—No —respondió con firmeza—. Para mi dejaste de ser mi hermano desde hace mucho tiempo. Con prueba o no, el resultado sería el mismo, eres la persona que mas amo en este mundo, no me separaría de ti nunca. 


 


Sentí un alivio instantáneo en mi pecho, puesto que yo me sentía de la misma forma. Había abandonado la idea de hacerme la prueba casi al instante de saberlo, no quería poner sobre la mesa nuestro parentesco real, porque no importaba, tal vez nos haría entender por qué nos sentíamos de la forma en que lo hacíamos, tal vez no. Porque aunque no fuéramos hermanos de sangre, habíamos crecido como tal, lo que habíamos hecho, amarnos de esta forma estaría mal visto con prueba o sin ella. Y nosotros ya habíamos aprendido a dejarlo atrás, como para seguir dandole una importancia que ya no tenía. 


 


Lo besé tomando sus mejillas entre mis manos, no sabía cuando sería la próxima vez que podría besarlo de esa forma. Yuu pareció sentirlo de la misma manera puesto que me abrazó con fuerza acercándome más a él a pesar de estar en la posición en la que estábamos. Sentí mi entrepierna rozar con la suya, robando un suspiro, Yuu sonrió en el beso. 


 


—Asegúrate de guardar silencio, Shou está dormido en el sillón —dijo divertido, a pesar de que estaba en otra habitación, las paredes no eran muy gruesas. Diciendo esto tomó fuerza y me cargó  subiéndome al tocador. El mueble chocó ligeramente contra la pared. 


 


Reí—. Eso es trampa —traté de decir mientras su boca recorría con deseo mi cuello y sus manos subían y bajaban por mis piernas. 


 


—¿Qué vas a hacer al respecto?—Dijo alzando mi camisa y tirándola por algún lugar de la habitación. Sentí sus dedos rodear mi pezón, tuve que morder mi labio para no gemir, solo alcancé a echar la cabeza hacia atrás mientras su lengua acariciaba el otro pezón con una precisión impresionante. Después de tantos años, conocía a mi cuerpo y los puntos exactos para hacerme gritar. 


 


Lo empujé ligeramente para que me permitiera bajar del tocador, de nueva cuenta me le fui encima besándolo ferozmente. Caímos en la cama, yo encima de él, desabotoné la camisa que usaba casi con desesperación; no estaba vestido como usualmente lo hacía, vestía completamente de negro con algunos accesorios metálicos que lo hacían lucir menos formal a lo que ya estábamos acostumbrados debido a su trabajo en el hotel. Besé su estomago, maniobrando para deshacerme del cinturón que usaba, sus manos revoloteando en mi cabello, mi respiración chocó contra su entrepierna ni bien me deshice de la prenda. Yuu soltó un gemido suave. 


 


—No hagas ruido —advertí maliciosamente, sus ojos brillaron por mis palabras y sonrió al mismo tiempo que bajaba su ropa interior y mi lengua rodeó la punta de su miembro. 


 


—Carajo, Kou —se dejó caer sobre la cama. 


 


No me lo llevé completamente a la boca, quería disfrutarlo. Arqueó la espalda con los ligeros movimientos que hacía, hasta que sus manos apretaron las sábanas cuando metí todo su miembro en mi boca. Tragué ligeramente sin dejar de mover mi lengua, apreté el interior de sus muslos con mis manos, recorrí con mi lengua desde la base de sus testículos hasta la punta de su miembro, masajeando con mi mano derecha. El apretón que recibí en mi cabello me hizo saber que estaba haciendo bien. Yuu alzó su cadera para chocar hasta mi garganta , imponiendo un ligero vaivén que se perdía entre los suspiros y mis gemidos ahogados. 


 


Sentí como trataba de levantarse pero no se lo permití, me levanté para quitarme lo que sobraba de ropa—. Estás haciendo mucho ruido, ¿no crees? —Me burlé al estar completamente desnudo. 


 


Yuu tomó su miembro que seguía perfectamente despierto y lo levantó—. Ven y siéntate —dijo con voz autoritaria, no había dejado de ser un salvaje para muchas cosas, aunque nos había tomado casi dos años lograr a ese punto, después de mi encuentro con Die tomó mucha terapia poder recuperar mis ganas de estar con alguien. Ahora podía disfrutar nuestra vida juntos, de su cuerpo unido al mío. 


 


Lo miré con deseo, tomé el lubricante de nuestro buró y me acomodé sobre él—. Eres un bruto, ¿lo sabías? —dije frotando su miembro de lubricante—. Mira que exigirme cosas sin preparación —Puse su miembro sobre mi entrada y fue él quien me tomó por los hombros bajando ligeramente mi cuerpo, sentía como mi cuerpo se abría para recibirlo y tuve que cerrar los ojos con fuerza para no gritar. Me sostuve en su pecho para acostumbrarme a la intromisión. 


 


—¿Vas a moverte o prefieres que lo haga yo? —Sonrió subiendo ligeramente su cadera, haciéndome gemir. Tomó de mis muñecas jalando hacia abajo, subiendo él sus caderas para hacer el contacto mas profundo, una y otra vez. Me separaba y volvía a juntar en un vaivén que era insoportable para mi. 


 


—Yuu —dije a duras penas, sintiendo como el placer me recorría no sólo ese punto que chocaba con cada movimiento, me faltaba la respiración, mi cuerpo ardía mientras las gotas de sudor resbalaban por mi espalda. 


 


Sin salirse de mi, Yuu me tomó por la cintura y nos cambió de posición colocándose sobre mi. Movió mis piernas como si de una muñeca se tratara, las juntó y las puso sobre su hombro izquierdo, entrando una y otra vez. Fue mi turno de arquear la espalda, me estaba volviendo loco con el movimiento, tuve que colocar mi brazo sobre mi boca y morderlo con fuerza para no gemir. 


 


—Mírame —dijo Yuu cuando supo que estaba cerca, ambos lo estábamos. 


 


Abrí los ojos y me encontré con sus ojos, suave gotas de sudor caían por su frente, ambos de sus brazos a mi lado, había bajado mis piernas y ahora estábamos imposiblemente cerca. Rodeé su cuello con mis brazos haciendo que casi cayera sobre mi. 


 


—Ya casi —dije apretando mi entrada para hacerlo estallar. 


 


Un gemido ronco invadió mis sentidos, Yuu se movió más rápido a medida que su orgasmo le recorría el cuerpo. Sentí que vi estrellas cuando el mío me azotó tan fuerte como un choque automovilístico. Mi cuerpo se estremeció y los dos caímos agotados y respirando agitadamente, él aún sobre mi, me dio un beso en la frente. 


 


—Te amo —le dije sonriendo. 


 


—Te amo, no lo olvides aún cuando no esté cerca —me dijo apoyándose ligeramente en su codo para darnos mas espacio pero sin quitarse de encima. 


 


Negué. 


 


Suspiré, apenas había pasado una noche y ya lo extrañaba horrores. 


 


Mi mente no tuvo mucho tiempo para pensar qué había ocurrido. Debo aceptar que sentí un enorme alivio cuando Reita me abrazó, quería llorar y pedirle perdón, pues no me podía imaginar lo que habían pasado pensando que estábamos muertos, hubiera hecho lo que fuera por haberles ahorrado semejante dolor, sin embargo parecían entender que no habíamos tenido de otra. No fue fácil contar nuestro escape, tener que aceptar que habíamos matado a tres personas sin pensarlo mucho, estaba aterrado pues pensé que me verían como una horrible persona, sin embargo fue Kyo quien me dio una palmada en la espalda y me había dicho que lo entendía mientras los demás asentían. 


 


Mi corazón había sentido una satisfacción enorme al ver a Saga ahí, no lo hubiera culpado si los hubiera mandado a todos al carajo, después de haberlo metido en semejante lío. Sin embargo después de tantos años seguían siendo bueno amigos, todos, aún si había muchos que ya no estaban siquiera en el país. Yomi era una de las personas que también moría por ver, y ahora estaba en Australia, sin mencionar a Hitsugi y Ni-ya en América; probablemente el mas cercano era Ruka y no había convivido mucho con él. 


 


También sabía que no todo era maravilloso, el hecho de que Sakito y Shou hubieran terminado peleándose  en la cocina, me decía que los años no pasaban solo para Yuu y para mi. Debía aceptar que me desconcertó entrar directo al caos, no sabía que estaban tan mal, a pesar de que yo mismo había hablado con él, sabía que llevar a cuestas la muerte de alguien podía hacer terribles estragos en alguien. Yuu y yo habíamos decidido trabajarlo, Shou lo había guardado en lo profundo de su mente y ahora estaba pagando el precio. 


 


Quería poder reconfortarlo, decirle algo más para ayudarlo, aunque estaba seguro que se había vuelto una pared inquebrantable, era lo menos que le debía no solo como su amigo, después de todo Shou me había salvado la vida, había llegado a mi casa después de haber sido drogado, me había hablado de los chicos, había sido el primero en enterarse que seguíamos vivos y nos dedicó palabras de aliento. Sentía que se lo debía, además probablemente yo sería el único que podría ayudarlo sin juzgarlo. Tanto Reita como Kyo y Kai parecían furiosos con él, claramente no sabían cómo manejarlo o se les había acabado la paciencia. 


 


Me levanté con pesar, no había visto a todos pero seguramente ya sabían que había resucitado y estaba ahí, pero aunque me hubiera encantado ver a Takanori, al amigo que más extrañaba de todos, tenía que ir a trabajar al taller. La habitación en la que me encontraba contaba con baño propio, era espectacular lo enorme que era esa casa, tenía al menos diez habitaciones, según había dicho Kyo, lo cual era muy conveniente tomando en cuenta que todos se estaban quedando ahí por su propia seguridad. Todos excepto Sakito que había vuelto a la casa que compartía con Shou, Takanori y Nao que se habían quedado en casa del segundo para convivir con la familia y Tora, a quien quería ver para pedirle una disculpa por haber sido un terrible novio. 


 


Me vestí como siempre, con una camisa de tirantes, otra encima de cuadros, mis pantalones y botas, acomodé mi cabello y salí de la habitación sin pensar que ya todos estaban despiertos a pesar de ser las ocho de la mañana. Escuché ruido en la cocina, donde imaginé vería a todos, sin embargo sólo estaban Tora, Saga y Reita. Era muy raro ver al rubio no sólo vestido como, bueno, como policía; y aún así llevaba puesta la bendita alrededor de su nariz como cuando éramos adolescentes, no estaba muy seguro si su trabajo se lo permitía pero no era nadie para cuestionar la moda del detective. 


 


Me quedé parado en la puerta sin saber muy bien cómo proceder, no importaba si los había conocido hace años, para mi eran un poco menos que desconocidos. 


 


Saga fue quien notó mi presencia primero, usaba esa sudadera ligera negra con capucha que le había visto la noche anterior, la capucha sobre su cabello negro. Al fijarme mejor, me di cuenta que era una diferente con el mismo estilo, sostenía una taza de café y se acercó a mi casi corriendo. 


 


Buenos días —me saludó alegremente—. ¿Dormiste bien? 


 


Asentí. 


 


—¿Quieres café? —Ofreció Reita. 


 


Tora se me acercó, era muy diferente a como lo recordaba, lucía más ancho de hombros, y por encima de su traje pude notar que sobresalían diferentes tatuajes. Su cabello seguía igual de oscuro pero su mirada se había afilado bastante. 


 


—Es cierto, entonces —dijo mirándome de cerca, como si fuera parte de un zoológico. 


 


Me hice un poco para atrás sin saber muy bien qué decir, no podía pedirle perdón por las cosas que había hecho antes, así de la nada. 


 


—Me alegra verte —despeinó mi cabello con su mano—. Espero que haya valido la pena. 


 


Lo miré, sonreía ligeramente. 


 


—Totalmente —contesté devolviéndole la sonrisa. 


 


—Entonces estamos bien —me guiñó el ojo y regresó a su lugar—. Iremos a una misión de búsqueda, ¿quieres unirte? —Me ofreció mirando a Saga quien parecía haber encontrado la cosa mas interesante del mundo dentro de su taza. 


 


Tomé una de las tazas que Reita me ofreció y me serví café—. ¿Búsqueda? —Pregunté sin comprender. 


 


Reita suspiró—. Vamos a buscar a Shou, el muy cabrón se escapó durante la noche, seguramente terminó en un bar o en un lugar de mala muerte —dijo amargamente, como había pensado, parecía sumamente molesto con su amigo—. Tenemos que encontrarlo antes de que alguien le haga daño, después de todo trataron de hacerlo estando en tu bar, ¿no?


 


Me revolví incomodo—. No es mi bar, solo trabajo ahí y me gustaría pero tengo que ir a trabajar —dije excusándome. 


 


—¿Los bares abren a esta hora? —Preguntó Tora incrédulo. 


 


Negué—. Tengo dos empleos, llevar una vida honrada es complicado —le sonreí—. Trabajo en un taller mecánico, el bar es para el dinero extra —expliqué. 


 


—No sabía que tenían problemas de dinero —dijo Reita desconcertado—. Manejas una Icon Sheene y Aoi tiene un Lambo, no son precisamente baratas. 


 


Reí. 


 


—No tenemos, de hecho el dinero que Yuu hizo en las carreras hace tantos años, nos ayudó bastante a ahorrar. Sólo que me gusta mi trabajo —me alcé de hombros—. Después de todo estudié mecánica. 


 


—¡KOUYOU SHIROYAMA! —se escuchó por toda la casa, una voz que no había oído en muchísimo tiempo pero que era inconfundible, habían pasado ochos años desde que alguien me había hablado con mi nombre verdadero. Los demás se miraron entre si, sabiendo perfectamente quien lograba que su voz vibrara por toda la casa como si trajera un megáfono integrado. Sabía que en otras circunstancias cualquiera pudo haberse asustado por el tono del grito pero yo no pude evitar sonreír—. TE ESTOY HABLANDO, CABRÓN —volvió a gritar. 


 


Dejé la taza de café en la barra justo a tiempo para agacharme  y esquivar el puñetazo que se dirigía directo a mi mejilla. Apenas logré hacerme hacia atrás para esquivar un segundo. El otro no era muy rápido pero sus emociones le jugaban a favor, seguramente no se cansaría hasta que lograra atestarme un golpe; pero yo ya estaba riendo en el momento en el que su brazo alcanzó a pegarme en el hombro y finalmente me abrazó. 


 


—Que maneras de recibir al amigo que creías muerto, Taka y ahora me apellido Takashima —le dije riendo mientras lo abrazaba de vuelta. 


 


—Cabrón, debería darte una paliza —dijo sin soltarme—. ¿Cómo demonios se te ocurre hacernos pasar por este martirio? 


 


Me sentí culpable de nuevo, jamás me había detenido a pensar lo que nuestra muerte pudiera haber provocado entre los demás. Pensé que de haber sido yo el que hubiera sufrido su pérdida hubiera quedado destrozado, a veces es más difícil para el que se queda, tener que recoger los pedazos. 


 


—Lo siento, Taka —le dije en voz baja. 


 


El otro me abrazó más fuerte, de pronto sentí como si se estuviera aferrando a mi para no perder el control; podía tener años sin verlo pero lo conocía bastante bien. Algo le pasaba a mi amigo que no podía poner en palabras y entendí porque Yuu había dicho que no podíamos seguir huyendo, cuando teníamos a tantas personas a nuestro alrededor que no solo se preocupaban por nosotros, también contaban con nosotros para sentirse un poco mas cuerdos. 


 


—No me volveré a ir —aseguré. 


 


—Más te vale —dijo sin soltarme. 


 


—Te lo prometo. 


 


Finalmente se hizo hacia atrás, mientras Nao se acercaba a saludarme con una enorme sonrisa; los dos se veían muy bronceados, seguro del tiempo que habían pasado en el extranjero y Taka había tomado esas hermosas fotos. 


 


—Compré todas las revistas donde salieron tus fotos —dijo un poco avergonzado. 


 


Takanori sonrió—. Es lo menos que esperaba —saludó a los demás con la mano—. ¿Cuándo te volviste tan ágil? 


 


Tora giró los ojos—. Siempre lo ha sido, no sé si recuerdas que puede conducir un auto con reflejos de un felino —dijo sonriendo. 


 


Sentí los colores subirme a la cara. En ese momento Reita dejó su taza con los trastes sucios y se aclaró la garganta para llamar la atención. Se veía mucho mas serio de lo que lo recordaba, seguía manteniendo ese aire salvaje que lo hacía una de las personas mas impertinentes que hubiera conocido, no sabía si eso podía cambiar con el tiempo, tomando en cuentas profesión. 


 


—Asegúrense de ir con cuidado —se dirigió a Nao y a Takanori—. No sabemos quién podría ser el siguiente en ser atacado y aunque no me hace muy feliz separarnos, el doctor no es un tema para tratar a la ligera. 


 


Miré a Takanori quien no me devolvió la mirada a propósito, iría al doctor con Nao y no me quería decir por qué. Tampoco esperaba que confiara en mi de nuevo apenas a los cinco minutos de haberme reencontrado con él, pero me hizo sentir mal darme cuenta de todas las cosas que me había perdido. 


 


—Nos veremos esta noche en la carrera —dijo Nao cruzando los brazos. 


 


Reita asintió—. Nos encargaremos de encontrar a Shou y los veremos allá. Sakito y Kyo también llegarán allá —se giró a verme. 


 


Alcé los hombros, me había ofrecido a ser el estratega del equipo de Nightmare en grey, porque no me creía capaz de correr una carrera, aunque me apasionara reparar y modificar autos, me sentía más cómodo sobre una motocicleta. Por la actitud de Kyo al rehusarse a dejar que Tora se uniera al equipo como corredor de circuitos, pensé que nuestra mejor oportunidad era hablar con dos chicos del taller que tal vez podrían ayudarnos, con un poco de suerte Kyo los aceptaría y no tendríamos problemas dado que nunca habían hecho cosas muy legales para empezar. Por aquella razón me urgía ir a trabajar, con ellos también podría trazar una estrategia de monitoreo sobre el Lexus de Kyo. 


 


—Los veré allá —dije tranquilamente. 


 


—No es seguro que vayas tu solo —dijo Tora, por un momento pensé que se ofrecería a acompañarme lo cual no sabía si me hacía sentir cómodo—. Reita, ¿por qué no vas con él? Saga y yo buscaremos a Shou. 


 


Los ojos de Saga se abrieron mucho de impresión parecía querer objetar, incluso miró a Reita con ojos de cachorro pero el chico rubio parecía estar considerando lo que había dicho Tora. 


 


—Tienes razón, claro si no te importa que ahora vayamos a invadir tu vida —me dijo riendo. 


 


—Si no te molesta ir en la parte trasera de la motocicleta —contesté. 


 


 


El taller no era un lugar extraordinario, al menos por fuera, lucía como un taller ordinario con grandes puertas para dejar pasar los autos y una pequeña caseta donde recibían a los clientes. Por dentro, sin embargo, era otra historia; el taller se especializaba en autos de lujo, no había un solo vehículo ahí adentro que fuera cómun. Había desde autos ultimo modelo hasta clásicos con un valor altísimo en el mercado, dentro nos encargábamos no sólo de que se vieran bien, sino que pudieran correr como nuevos. 


 


El lugar era completamente legal, pero a veces teníamos uno que otro cliente cuyo auto era demasiado raro para tener todo en regla, por eso era tan importante para el dueño del lugar contar con empleados a lo que no les importara a veces, tener tratos con gente no del todo dentro de la ley. 


 


Había tenido que advertirle a Reita que no mencionara nada de su trabajo, pues aún si no era nada ilegal, nadie confiaría en él y pasaría todo el día rodeado de gente invitándolo a salir del lugar. También le había explicado mi plan de hablar con dos de los chicos para que se unieran al equipo, aunque no se notaba convencido. 


 


—No creo que sea buena idea arrastrar mas gente a este caos —dijo severamente antes de que entráramos. 


 


—No lo estaríamos haciendo, solo estamos en las carreras para investigar, ¿no? Se vería raro si no tenemos el equipo completo, ya no estamos cumpliendo o ganando dinero para nadie. Además, cuando los conozcas entenderás que no tendrían ningún problema —expliqué tranquilamente. 


 


—¿Por qué? 


 


—Solían ser ladrones de autos de lujo —dije excusándome con la mirada, Reita chasqueó a lengua—. Son buenas personas, solo les gusta esa vida de adrenalina. Ya no lo hacen, te lo aseguro —me excusé riendo. 


 


Así que ahí estábamos caminando hacia un Cadillac Eldorado Cabriolet 1975, el cuál era mi deber dejarlo como nuevo del motor, mientras varios se encargaban de darle un aspecto presentable pues se encontraba en pésimas condiciones. 


 


—Uruha —escuché que me llamaron desde lejos. Un chico de cabello largo ondulado se acercaba a mi, mientras se limpiaba las manos llenas de aceite, tenía los brazos cubiertos de tatuajes y sólo vestía una camisa de tirantes y un pantalón negro. Era demasiado atractivo para su propio bien—. Me dijeron que habías traído a alguien —dijo sonriendo. 


 


Reita que estaba demasiado ensimismado con el Cadillac se giró rápidamente, viendo al chico casi con la boca abierta. 


 


—Hola Kaoru —saludé tranquilamente—, ¿de cuándo acá tan interesado en las visitas? —Me burlé. 


 


Kaoru se rió con fuerza—. Es que nunca has traído a nadie, si no es porque hemos visto a tu novio pasar por ti, pensaríamos que eres un psicópata. O tal vez lo eres aunque tengas novio —dijo jugando. 


 


—Tal vez —continué con la broma—. Te presento a Reita, Reita él es Kaoru —se estrecharon la mano amablemente—. Que bueno que te veo —continué la conversación—, en realidad quería hablar contigo y con Shinya.


 


—Espera —dijo Reita entendiendo un poco—. ¿Son ellos? —Dijo aún sorprendido. 


 


Kaoru se cruzó de brazos sin esconder su sonrisa—. Ahora tengo curiosidad —dijo. 


 


—Tengo una propuesta que no vas a poder negar —me mordí el labio sabiendo que Kyo se pondría como loco. 


 


-&-


 


Saga


 


Otra vez había terminado a solas con Tora, a pesar de todos mis esfuerzos para evadirlo, parecía que había encontrado la oportunidad perfecta. Ya habíamos recorrido dos o tres bares cerca de la casa de Kyo y no había rastro de Shou, afortunadamente gracias a las habilidades de agente de Tora, habíamos logrado encontrar a un barrendero que dijo haberlo visto pero que se había marchado a eso de las tres de la mañana. 


 


Nuestra siguiente parada era el dichoso burdel, el cual Reita nos había indicado que fuéramos discretos al ir, pues Sakito no se mostraría muy contento de que todos supieran la clase de lugares que su novio frecuentaba. Aunque no sabía muy bien si seguirlos llamado novios. 


 


Miraba por la ventana evitando por todos los medios entablar una conversación con el otro, íbamos rumbo al burdel en su Audi de color rojo; seguía sin ser muy fanático de subirme a los autos, pero había superado mis miedos durante los últimos años, aún rehusándome a aprender a manejar. Debía admitir que me había dado muchísima curiosidad ver cómo Tora se comportaba frente a Uruha, no que pensara que aún sentía algo por él, pero al final habían sido pareja, lo eran cuando Uruha se había decidido marchar y nunca habían tenido un cierre o algo por estilo. 


 


Por un momento había pensado que Tora sugeriría acompañar al castaño a su trabajo, pero había mandado a Reita en su lugar, dejándome muy confundido al respecto. 


 


—¿Pensaste en lo que vamos a hacer si lo encontramos ahí? —Interrumpió mis pensamientos—. Es decir, lo tenemos que sacar, pero habrá que pagar algo o sólo así —dijo frunciendo el ceño. 


 


Me recargué en el asiento cruzando los brazos—. Es un burdel, no un restaurante —me burlé.


 


—Lo sé, ese tipo de lugares me pone muy nervioso —dijo apretando el volante. 


 


—El gran agente Amano sintiéndose nervioso por un burdel, quién lo podría imaginar —seguí viendo por la ventana. 


 


—Hay muchas cosas que me ponen nervioso, tú por ejemplo —dijo sonriendo. 


 


Agradecí haberme volteado, sentía la cara arder, quién se creía para decir semejante enunciado. Mi corazón latía muy fuerte en el pecho, la razón por la que lo había estado evitando con todas mis fuerzas era precisamente por ese tipo de comentarios. No me gustaba mucho la idea de verlo seguido y seguir pensando que el chico era absolutamente perfecto, me molestaba sentirme como un adolescente a su lado, me molestaban aún mas sus comentarios. 


 


—No entiendo cómo —dije tranquilamente, luchando firmemente por no dejarme impresionar. 


 


—Creo que es obvio —contestó a medida que entrábamos a unas calles que se encontraban cerca de nuestro destino—. Te ves espectacular cada vez que te veo, pensé que no podía pasar, cada día te encuentro más atractivo. 


 


Bufé sin poder creer lo que decía en su totalidad. 


 


—¿Qué te causa tanto problema de que te lo diga? ¿Te incomoda tanto? —Preguntó orillando el auto, el burdel podía verse desde donde nos habíamos estacionado a una calle. 


 


—No me molesta que lo digas —dije honestamente—. Me molesta que es probable que no hagas nada al respecto. 


 


Abrí la puerta del auto sin esperar su respuesta, camine sin mirar atrás por la calle para acercarme al burdel y sacar a Shou de una vez de ahí si es que se encontraba ahí, realmente lo esperaba, no quería seguirlo buscando, al menos no junto a Tora. Sentí su brazo tomarme cuando me alcanzó. 


 


—¿A qué te refieres con que no haré nada al respecto? —Parecía contrariado. 


 


—A que conozco perfectamente a los de tu clase, les gusta generar expectativa alrededor de ellos y justo cuando tienen el poder de actuar, no lo hacen. Todas esas frases y gestos que dices hacer por que te “atraigo” —hice el gesto de las comillas—. Es una mera actuación hasta ver que tan lejos puedes llegar conmigo, yo no te atraigo, te agrada la idea de tener a alguien detrás de ti justo como me tenías en preparatoria. Bueno, te tengo noticias, no importa si pienso que eres atractivo o no, no me vas a tener a tus pies…


 


La frase quedó a la mitad cuando los labios de Tora se juntaron con los míos. 


 


 


 


 

Notas finales:

y??? jajjajajaj merezco un rvw o algo?? 

 

actualice bien rapido esta vez XD


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).