Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

2Fast, 2Beautiful por urumelii

[Reviews - 58]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Ya estamos de vuelta, a ver que tal

 

El dramon se nos viene encima peor que una avalancha!!! 

 

 

Reita


 


 


Escuché la historia, con toda la paciencia y calma que pudo contener en mi cuerpo. La verdad quería gritar, golpear a Kyo, golpear a alguien aunque fuera para liberar la tensión que comenzaba a acumularse en mis hombros. Mi amigo me contaba con detenimiento lo que había sucedido con Toshiya, lo hacía apenas abriendo la boca, casi en un susurro; le estaba costando mas trabajo que a mi mantenerse en control. Ambos estábamos recargados en el cofre de mi Ferrari, Kai y Tora estaban frente a nosotros escuchando atentamente, era difícil comprender las palabras de Kyo cuando estaba siendo tan cuidadoso para que nadie mas lo oyera. 


 


Ocho años atrás, Toshiya lo había engañado para vendernos a la mafia, ahora lo había amenazado. Habíamos caído  en sus manos y no estaba seguro de cómo iba a resultar esta vez, la ultima habíamos corrido con muchísima suerte. No quería admitir que tener a un mafioso de nuestro lado, me tranquilizaba de cierta forma, tal vez decía la verdad y podría ayudarnos a atrapar a Mana, tal vez no. 


 


—Me siento igual de estúpido que cuando tenía dieciocho —dijo Kyo cuando finalizó. 


 


Tora negó cruzando los brazos—. No es lo mismo, en ese entonces no teníamos ni idea de qué estábamos haciendo. Ahora, no sólo somos adultos, podemos detenerlo —me miró fijamente. Asentí con determinación, esta vez no podrían asustarnos, no éramos unos niños con miedo a decirle a sus padres, esta vez podíamos defendernos y hacer algo al respecto—. Si atrapamos a Mana, también podemos hacerlo con Toshiya —dijo lo que yo estaba pensando—. Se arriesgó demasiado al darte la cara, sabe que podríamos arrestarlo si quisiéramos. 


 


Kyo parecía que iba a decir algo, se detuvo. Estaba muy pálido, lo conocía lo suficiente para saber que no había contado todo el relato por completo, sólo nos había dicho que Toshiya había amenazado con unirse a Mana en su intento de matarnos si no lo ayudábamos, comenzaba a creer que había algo más que no quería que supiéramos. Nada podría hacernos mas daño que ocultarnos cosas, pero tampoco quería presionarlo, estar de nuevo en un trato con alguien de la mafia lo afectaba más a él que a cualquiera de nosotros, porque en el fondo no se había perdonado de lo que había pasado hacía ocho años, seguía pensando que era su culpa. 


 


Esperábamos a que la carrera diera comienzo, la primera vez que Kyo y yo nos enfrentaríamos en drag después de tanto tiempo. No me sentía ni remotamente seguro, no era lo mismo que antes cuando me creía el rey del mundo, cuando sabía que era capaz de ganarle a cualquiera en esa pista. Después del relato de Kyo, Kai se perdió de vista para hacer las calibraciones adecuadas de mi Berlinetta; mientras que el enano endemoniado y yo nos paseamos por el lugar, entre los autos para encontrar al corredor de Screw. 


 


En eso estábamos cuando el sonido del motor de una Icon Sheene llamó la atención de varios de los presentes, era una motocicleta bastante vistosa, pero que le quedaba muy bien a alguien como Uruha. Detrás de él, venía otro auto que llamaba mucho la atención, un Porsche 911 Turbo de color verde, el color más caro para un auto como ese. Suspiré sabiendo quién lo conducía, el amigo de Uruha del taller, a pesar de que me lo había presentado y había accedido sin chistar a ayudarnos, aún temía que no fuera una buena idea, mucho menos con Toshiya en el mapa. En ese momento me asustaba más la reacción de Kyo ante la extraña solución de Uruha. 


 


—Kyo, —comencé al ver que de la motocicleta se bajaba Uruha, tenía muchísimas miradas encima— necesito que sepas algo. 


 


El otro sonreía mientras veía la motocicleta—. ¿Qué pasa? —dijo suspirando, sacó un cigarro y lo prendió. 


 


—Uruha pensó que sería buena idea que Nightmare en grey estuviera completo —comencé, el otro me prestó total atención—. Así que invitó a dos de sus amigos a unirse. 


 


Pensé que se enfurecería o algo por el estilo, sin embargo Kyo soltó una carcajada que atravesó el lugar; negó con la cabeza, parecía divertido por la situación—. ¿Justo ahora que necesitamos ganarle al equipo de Mana? —Volvió a reír—. No me queda de otra mas que aceptar, ¿verdad? —Dijo con amargura—. ¿Mínimo son buenos? 


 


Giré mi vista hacia el Porsche de donde Kaoru bajó del lado del piloto, otro chico de cabello rubio y semblante desinteresado bajó del otro lado, metiendo las manos dentro de los bolsillos; Shinya era su nombre si no mal recordaba. Si había muchas miradas encima de Uruha, cuando Kaoru prendió un cigarro y se colocó a un lado del castaño, varias de las chicas presentes comenzaron a acercarse. 


 


Esa misma tarde había visto manejar a Kaoru, me recordaba de cierta forma irónica a la manera en la que Hitsugi solía conducir. Era un completo salvaje, manejaba sin ningún cuidado, con nervios de acero y unos reflejos que muchos envidiarían. ¿Era bueno? Sí. ¿Podía ayudarnos? Esperaba con toda el alma. 


 


Kyo se cruzó de brazos esperando que Uruha llegara con los otros dos chicos hasta donde estábamos, sonrió de lado ni bien estuvieron con nosotros—. Llegas tarde —le dijo al castaño. 


 


—Lo siento —se excusó—. Me retrasé por una estupidez, no vuelve a pasar —cargaba una tablet en la mano y tenía un bolso cruzado por el hombro—. Se me ocurrió un ultimo arreglo para el Lexus y quería que quedara hoy mismo, fue imposible. Kyo, ellos son —señaló a los recién llegados— Kaoru y Shinya —presentó—. Pensé que sería buena idea contar con alguno pilotos que nos ayudaran a completar el equipo, si crees que me adelanté, lo entiendo, pero considéralo, ¿sí? Son buenos —dijo como niño pequeño. 


 


Kyo lo miró entretenido, después sus ojos se posaron sobre los otros dos, quienes permanecieron en silencio—. Yo soy el capitán —fue todo lo que dijo. 


 


Kaoru sonrió—. No pretendía nada más —se dieron la mano, como si nada. 


 


—Escuchen, hay algo más que tienen que saber antes de aceptar correr con nosotros —dijo Kyo finalmente—. Tuvimos un pequeño encuentro con un mafioso hace unos años, ahora nos está buscando para vengarse de nosotros—torció la boca, los otros dos le prestaron atención y Uruha abrió mucho los ojos—. La cuestión es que, salió otro mafioso a ayudarnos con una condición. Tenemos que ganar sí o sí —le costaba mucho trabajo decir aquello sin ponerse a gritar, estaba seguro que si tenía que volver a contar la historia iba a matar a alguien. 


 


Kaoru sonrió mirando a Shinya, el rubio se alzó de hombros sin decir nada—. Déjame adivinar, Toshiya Hara —dijo suspirando. Nos quedamos en silencio sin saber qué decir, no esperaba que lo conocieran—. El tipo está desesperado por entrar en este ambiente, he oído algo de eso —se rió al ver nuestra expresión—. El mundo de los autos es uno muy pequeño, ya sean carreras clandestinas o robos —explicó—. Por eso no dudamos ni un segundo cuando Uruha nos propuso correr contigo —detrás de él Shinya sonrió asintiendo—. Nightmare en grey fue un nombre bastante escuchado en su momento; incluso cuando dejaron de correr, algunos de nuestros compañeros aún hablaban de su manera de conducir. Lo que no creíamos que fuera cierto eran los rumores de la mafia. Toshiya nos debe un favor, claro que los ayudaremos. 


 


Kyo asintió sin decir nada más. Los cuatro se alejaron para arreglar detalles de la carrera; me quedé donde estaba para seguir mi recorrido por el lugar buscando al dichoso equipo de Screw; la única vez que los había visto fue en la carrera donde Aoi había aparecido en su Lamborghini. No estaba seguro de poder recordar sus rostros y dado que esta vez se correría Drag, dudaba mucho poder encontrarlos con el BMW que había corrido el chico en aquella ocasión. 


 


Me detuve finalmente cuando vi un circulo grande de chicos alrededor de dos autos, uno de ellos era un vistoso Nissan Gt-R de color plateado, un chico rubio de mirada insolente  y mucho delineador, estaba recargado en este escuchando a todos, sin hablar mucho. Los había encontrado. Ese chico bien pude haber sido yo hace unos años, la forma en la que se movía y miraba a todos por debajo de su hombro; su auto era de armas tomar, no era cualquier auto, tenía un motor v6 biturbo que yo sabía, podía alcanzar los 315km/h; si el chico sabía lo que hacía y no solo confiaba en su auto, era un contrincante bastante difícil de vencer, sobretodo cuando tenía tanto tiempo sin correr. 


 


A su lado había otro chico que sonreía ampliamente mientras hablaba con los demás, su cabello de color negro estaba rapado de un lado y tenía una perforación en medio de su labio inferior. Me llamó la atención más que el otro, aunque estaba seguro que el rubio sería el contrincante a vencer, el otro tenía cierto aire que me gustaba, un semblante rudo que combinaba perfecto con lo amable de su sonrisa. 


 


Iba a acercarme más para averiguar sus nombres o algo que pudiera ser útil para vencerlos, cuando alguien me jaló del brazo, no con mucha fuerza, la suficiente para detener mi andar. Me giré un poco confundido pensando que tal vez, era uno de mi propio equipo, sin embargo un hombre estaba parado frente a mi con una amplia sonrisa. Por supuesto que sabía quién era, no sólo salía en la televisión, era el protagonista del noticiero en el que Kai trabajaba; simplemente no entendí que hacía ahí, parpadeé muchas veces antes de poder decir algo. 


 


—Tu eres Akira Suzuki, ¿no es cierto? —Dijo el hombre—. Soy Kamijo —se presentó antes de que pudiera contestar—. Supongo que has escuchado hablar de mi —sonrió con prepotencia. No sabía por qué pero yo ya quería romperle la cara, solo logré asentir mientras veía de reojo los movimientos del equipo contrario—. Realmente no esperé verte aquí, supongo que Kai tenía razón. 


 


La mención de mi novio me hizo prestar atención de pronto—. ¿Disculpa? —Pregunté alejándolo de la gente, si ese hombre trabajaba con Kai y sabía quién era yo, no me convenía que alguien escuchara la conversación, más si decía en voz alta que yo era policía.


 


Kamijo asintió enérgicamente—. Kai mencionó que ibas a estar aquí, los rumores son ciertos, entonces —dijo satisfecho—. Tu eres el Akira Suzuki que ayudó a encarcelar a Mana —pronunció en voz alta. 


 


Casi me da un paro cardiaco, agradecí haberme alejado de los demás. No sabía qué tan bueno era que alguien del ambiente en el que nos encontrábamos supiera lo que el otro acababa de decir con tanta parsimonia. Me pregunté cómo carajo sabía ese hombre lo que había dicho y por qué Kai le había hablado de mi. 


 


—No sé de qué hablas —mentí al instante. 


 


—Vamos, le prometí a Kai que lo subiría de puesto si lograba una entrevista contigo —dijo rápidamente—. Ese juicio fue sumamente privado, ¿sabes lo bien que nos iría a tu novio y a mi si logramos escribir la historia? 


 


Me enfurecí de pronto, no por el hombre frente a mi, sino por Kai. No podía creer que hubiera sido capaz de vender nuestra historia sólo para ascender de puesto. Sabía que Kai ponía su carrera frente a todo lo demás, incluso de mi, solo no creía que hubiera llegado tan lejos, ¿qué pensaba? Justo en este momento, que las cosas se habían vuelto tan peligrosas, apenas en la tarde Sakito había sufrido un ataque y para él, era buena idea mostrar nuestros rostros en televisión contando algo que nos habíamos esforzado tanto en olvidar. 


 


—No sé de lo que hablas —volví a decir cerrando los puños, tenía que hablar con Kai. 


 


—Mana escapó, es obvio que busca a los chicos que lo encerraron. Si me das la entrevista puedo ayudarte a esconderte —aseguró. 


 


—Por favor, no me hables más —dije saliendo de su vista. 


 


Caminé tan rápido que perdí a Kamijo de vista en un instante, sin pensar en nada más llegué a donde todos mis amigos estaban, sin dejar que alguno dijera algo, me dirigí a Kai quien miraba la tableta con el ceño fruncido. Sin pensar mucho en lo que hacía, lo tomé por el hombro y lo giré con más brusquedad de la debida hacia mi. Estaba furioso, no solo por el periodista entrometido, también por toda la maldita situación, ahí estábamos tratando de atrapar a un mafioso que quería matarnos y Kai lo había visto como una oportunidad para crecer, era ridículo. 


 


—¿Qué te pasa? —Dijo Kai molesto por la manera en que lo había jalado. 


 


—¿Qué me pasa? —Alcé la voz haciendo que los demás nos prestaran atención, no grité, no me iba a arriesgar a que alguien ajeno nos viera—. ¿Que te pasa a ti? ¿A qué estás jugando? 


 


—¿De qué hablas? —Me dijo Kai sin entender. 


 


Cerré los puños—. ¿Se te hizo buena idea vender nuestra historia para el noticiero? ¿En serio puedes ser tan inconsciente? —Kai abrió mucho los ojos, seguro sorprendido de que me había enterado de su pequeña traición. 


 


Sin embargo su semblante de confusión, cambió a uno de furia en un segundo, tenía mucho tiempo que no le veía esa mirada de fuego—. ¿Es en serio, Suzuki? —Pronunció encarándome—. ¿Realmente me crees capaz de hacer algo así? 


 


—Eres capaz de lo que sea por tu carrera —ni bien lo dije, me arrepentí. Vi su expresión dolida que desapareció igual de rápido. Noté que nuestros amigos estaban congelados a nuestro alrededor mirando nuestro encuentro. 


 


Kai suspiró, tratando de ser paciente—. No puedo creer que seas tan imbécil —dijo moviendo las manos, se giró para darme la espalda—. Es hora de tu carrera, no me hables y súbete al maldito auto —gritó. 


 


No pude argumentar más, la gente se preparaba para ver la carrera que daría comienzo en pocos minutos, a regañadientes me subí al Ferrari dando un portazo, seguía furioso. Acerqué el auto a la linea de salida, a mi lado se colocó el Lexus de Kyo y del otro como había pensado, estaba el Nissan Gt-R; alcancé a ver al conductor, nuevamente había acertado, el chico rubio  lo conducía. 


 


—Concéntrate —la voz de Kai me inundó los oídos, sonaba desde el tablero, ya no era necesario que usara los audífonos de antes. Su voz estaba calmada, haciendo lo que debía de hacer.  


 


Sin embargo, su voz causó el efecto contrario, volví a enojarme, no podía creer que tomara tan a la ligera algo que le estaba diciendo. No podía creer que que hubiera sido tan estúpido para decirle a Kamijo nuestra historia, Kai no era así. Mi cabeza comenzó a enfriarse pensando en que tal vez Kai no había sido el culpable de nada, cuando estaba en eso, escuché a los demás autos acelerar, reaccioné una milésima de segundo después, esa milésima me iba a costar la carrera. Maldije por lo bajo esperando ver que el Lexus pudiera llegar a la meta, sin embargo, no lo hizo, al menos no antes que el Nissan. 


 


Mi enojo me había desconcertado tanto que ni siquiera había registrado al auto acelerar, nada, sin darme cuenta todo había terminado demasiado pronto. Bajé del auto desconcertado, algunas personas celebrando, busqué con la mirada a Kyo, quien por su expresión estaba igual o peor de furioso que yo. 


 


—Les dije que sería capaz de vencerlos, Gazette9 y Nightmare en grey son solo una leyenda que se debió haber quedado en eso —el chico rubio dijo en voz alta, nos veía con insolencia. 


 


Iba a contestarle algo, fue el brazo de Uruha el que me detuvo—. ¿Qué les pasa a ustedes dos? —Nos dijo tanto a mi como a Kyo, aunque trataba de ser amable su semblante reflejaba enojo—. No vamos a llegar lejos si no se concentran en esto —sentenció. 


 


Hice una mueca, tenía razón; había cometido un error grave al dejar que los pensamientos de Kai inundaran mi cabeza, Kyo debía estar pasando por lo mismo gracias a Toshiya. 


 


—Entiendo que es una mierda todo esto, pero antes no tenían problema —dijo el castaño—. No me importa que tengan que hacer, tienen que volver a correr como antes. 


 


—¿Dónde está Kai? —Pregunté aún enojado, tanto conmigo mismo como con mi pareja. 


 


—Se fue —dijo Tora—. En cuanto acabó la carrera se marchó. 


 


La había cagado en grande. 


 


-&-


 


Saga


 


—Bueno, al menos ahora sé que no soy el mas patético —dijo Sakito sentado en la sala de Kyo, estaba cruzado de brazos con los ojos cerrados. 


 


Kyo nos contaba lo que había pasado la noche anterior en la carrera, mientras Sakito soltaba dos o tres comentarios sarcásticos. De todo, lo peor no era que hubieran perdido, era el acuerdo con Toshiya, entendía que Kyo lo había hecho porque nos había amenazado, pero no podía terminar por creerlo del todo, es decir, bien podía decirnos a todos y juntos encontraríamos una solución, no creía que simplemente se hubiera puesto como carne de cañón sin decirnos antes. Tomó la decisión demasiado rápido. 


 


—¿Qué no nos estás diciendo? —Dije cuando terminó, Sakito abrió los ojos expectante mientras Kyo miraba al piso. 


 


—¿Por qué crees que estoy ocultando algo? —Preguntó tratando de no prestarle atención. 


 


—Porque es obvio —fue Sakito quien contestó, parecía que había notado lo mismo que yo. Sonreía de lado mientras movía su pie sobre su rodilla—. Me quieres decir que aceptaste la amenaza de Toshiya sin pensar, sin decirnos a nosotros. Es claro que hay algo más de por medio. 


 


Kyo suspiró apretando el puente de su nariz, le dio un trago a la Coca Cola—. ¿Qué haces aquí después de todo? ¿No deberías estar trabajando? —Le preguntó al otro tratando de desviar el tema.


 


Sakito chasqueó la lengua—. Pedí licencia en el juzgado, no me puedo concentrar —dijo desviando la mirada. Era mas que obvio que la separación con Shou le estaba pasando factura, lucía tan pálido y ojeroso, incluso sentía que estaba bajando de peso, era imposible saberlo con precisión puesto que el chico vestía ropa enorme sobre ese cuerpo tan pequeño—. No trates de enfocar esto en mi y dinos de una vez, ¿qué pasa? 


 


—Sea lo que sea, podemos resolverlo —le aseguré. 


 


—No lo creo —Kyo negó—. Es Hiroto, Toshiya quiere que me haga su novio o algo por el estilo, a cambio no le hará daño a Hiroto —dijo rápidamente. 


 


Abrí y cerré la boca sin entender lo que acababa de decir, me giré hacia todos lados verificando que solo estuviéramos nosotros tres. Sakito tenía una mueca dibujada en el rostro. 


 


—Ese imbécil —fue todo lo que dijo—. ¿Después de tantos años se da cuenta que siempre sí? —Preguntó con ese tono sarcástico—. Debiste de haberle dicho que se fuera al diablo. 


 


Kyo negó—. Si le toca un solo pelo, lo mato —aseguró—. Ni siquiera sé cómo supo de Hiroto, es decir, no somos nada; aún así, la manera en la que hablaba de él, como si realmente estuviera celoso. No entiendo, me rechazó en preparatoria, ¿qué podría querer conmigo ahora? 


 


—No quiere la bicicleta, tampoco la quiere vender —dije, los otros dos me miraron esperando que les explicara a lo que me refería—. Supongo que aunque no estuviera enamorado de ti, le gustaba la atención que le prestabas, después de lejos solo pudo ver como… bueno tu sabes, toda tu atención romántica se tornó a Hiroto, ahora que puede volverse a poner en contacto contigo, quiere ser el centro de nuevo. Algo parecido a lo que está haciendo Tora, sin ser un psicópata desgraciado, obviamente —Kyo me miró casi con dolor. 


 


Sakito soltó una carcajada que hizo que lo miráramos mal, giró los ojos—. Solo quiero resaltar lo irónico que es todo esto —señaló a Kyo—. Llevas años sin decidirte decirle la verdad a la ardilla esa, algo que todos sabemos se nota a leguas, tanto que un mafioso que te acosa se pudo dar cuenta. Todos menos el chico en cuestión y resulta que ya no te le puedes acercar porque Toshiya se siente amenazado. Lo cual es una estupidez porque sabemos que nunca te atreverás a decirle a Hiroto lo que sientes —se volvió a cursar de brazos. 


 


—Eso fue innecesario —dije severamente mientras la cara de Kyo se contorsionaba—. Aunque tiene algo de razón, es irónico —me excusé alzando los hombros—. Hubiera sido más complicado si, de hecho, fueran algo. Al menos no puede hacer un berrinche porque se va de gira y no se tiene que enterar de que vas a estar de novio con Toshiya. 


 


—¿¡Qué!? —Como nuestra vida había vuelto a ser una telenovela, solo atiné a cerrar los ojos al darme cuenta que Hiroto se encontraba ahí, no sabía cuánto había escuchado y creo que realmente no importaba, pues por su expresión sólo había puesto atención en lo último—. ¿Toshiya? ¿En serio? 


 


Kyo se levantó como resorte del asiento—. Resulta que no está trabajando para Mana, quiere ayudarnos a atraparlo —Sakito y yo nos miramos sabiendo que esa era la peor respuesta posible. 


 


—¿Y a cambio te pidió que le dieras otra oportunidad o qué? —Hiroto jamás, jamás se enojaba; desde que éramos chicos tomaba las cosas con una madurez que no le creía capaz; siempre trataba de ver las cosas con tranquilidad y solucionaba casi todos sus problemas con una sonrisa en el rostro o una paciencia de otro mundo. Solo lo había visto mal en dos ocasiones: la primera, fue esa vez en una fiesta de cumpleaños de Kai, cuando se enteró que Kyo y el festejado casi se habían acostado, habían bromeado al respecto y Kyo había dicho que sería una gran pareja si no estuviera con Reita. Ese día, Hiroto se desmoronó frente a mi, haciéndose una idea errónea de los sentimientos de Kyo. La segunda era en ese momento, cuando sus ojos se tornaron cristalinos, más que triste parecía enojado, todo su cuerpo temblaba y cerraba los puños con fuerza, mientras miraba a Kyo con furia. 


 


El otro no supo qué contestar, se quedó estático.


 


—Lo primero que te dije que me aterraba que sucediera —dijo Hiroto cerrando los ojos, girando la cabeza a un lado—. Sabía que irías y terminarías por caer. Y pensar que yo casi… —no terminó el enunciado—, tienes razón, Saga. Que bueno que me voy de gira —me dijo conteniendose para no llorar—. Pensé que eras alguien diferente —se giró de nuevo a Kyo—, supongo lograste engañarme estos años. Que sean muy felices tu y Toshiya —sonrió y salió disparado de la casa. 


 


—¿De verdad no vas a ir por él? —Le preguntó Sakito desde su asiento mirándolo con incredulidad. 


 


—Tiene razón —dijo Kyo sin desviar la mirada de dónde Hiroto había estado parado minutos antes—. Lo he engañado todos estos años; y por eso tengo que cumplir mi trabajo para protegerlo. 


 


—Se van a ir al carajo —anunció Sakito levantándose—. Espero que entiendas que lo puede pasar —le dio una palmada en la espalda—. No estoy de acuerdo, pero cuando te des cuenta de lo que perdiste, aquí estaremos para decir te lo dije y darte una cerveza. 


 


Se encaminó hacia la salida—. Debo irme, te recuerdo que tengo que practicar para no hacer el ridículo en la carrera, como tú —volvió a su carácter insolente. Su mirada se dirigió a las escaleras, donde Shou estaba parado mirándolo con sorpresa—. Sobretodo para dejar de liarme con la basura —dijo sin dejar de verlo, mientras se despedía con la mano y salía por la puerta caminando con calma. 


 


Me dejé caer sobre el sillón, Shou siguió de largo hacia la cocina sin dirigirnos la palabra, estaba hecho un desastre entre el cabello despeinado y la ropa deportiva. No se había levantado de la cama desde que lo habíamos encontrado en el burdel y lo habíamos dejado en su habitación; supuse iría por algo de comer antes de comenzar a ordenar sus pensamientos, al menos eso esperaba. 


 


—Saga —la voz de Kyo me sacó de mis pensamientos—, no le vayas a decir nada a Hiroto acerca del trato con Toshiya —iba a argumentar, era una estupidez. Bien sabía lo mucho que mi amigo amaba a Kyo, como se había dedicado a él desde la preparatoria cuando se había obsesionado por hacerlo sonreír; sabía que era correspondido aunque no lo creyera ni tantito, sentía una enorme frustración al verlos y ahora me tocaba verlos alejarse sin que nada hubiera comenzado en realidad. Se había apagado antes de haberse encendido—. Déjalo que se enoje conmigo y piense soy lo peor, será lo mejor para los dos. 


 


—No veo cómo —me crucé de brazos. El timbre sonó en ese momento, me paré a abrir la puerta, pues Kyo seguía congelado en su lugar—. No entiendo, se supone que todos estábamos bien, ¿cómo convertimos todo esto en una maldita telenovela? —Abrí la puerta fastidiado, pensé que alguno de mis amigos había olvidado su llave  y la puerta se encontraba cerrada, sin embargo mi mirada chocó contra la de un chico que no conocía. 


 


Sus brazos musculosos estaban cubiertos de tatuajes, como los de Tora, vestía una simple camiseta y pantalones negros, su cabello ondulado caía a la perfección sobre sus ojos oscuros, como los de Tora, sonreía ligeramente con un semblante tranquilo, que no tenía nada que ver con Tora. Era muy guapo, como Tora, parpadeé varias veces para alejar al otro de mi mente y poder ponerle atención al recién llegado. 


 


—Hola, ¿se encontrará Kyo? —Preguntó con voz profunda. 


 


Fruncí el ceño, era raro que alguien desconocido buscara a mi amigo, o siquiera lo llamara por su apodo. 


 


—¿Quién lo busca? —Pregunté con cautela. 


 


—Kaoru —dijo Kyo detrás de mi. 


 


—Tu eres el nuevo piloto —dije sorprendido. 


 


Sonrió aún más ampliamente—. Culpable —me guiñó el ojo, el color de mis mejillas se encendió ante tal acto, sin duda el hombre era muy guapo—. ¿Tu eres? 


 


—Saga —contesté rápidamente. 


 


—Hola Saga, ¿vas a venir con nosotros? —me preguntó recargándose en el marco de la puerta, una expresión indescifrable en su rostro. 


 


—Lo dudo, Saga odia los autos —contestó Kyo pasándome de largo, salió de la casa con un cigarro en la boca. Parecía ansioso por salir, seguramente tratando de distraerse de lo que acababa de pasar, porque si el drama era una costumbre, evadir los problemas lo era aún más.  


 


Ladeé la cabeza—. ¿A dónde van? —Pregunté verdaderamente curioso. 


 


Kyo prendió el cigarro—. A correr un rato, no puedo darme el lujo de perder otra vez —contestó con una mueca. 


 


Suspiré cerrando la puerta detrás de mi—. De acuerdo, vamos. Me encaminé a la reja —Kyo sonrió de lado y Kaoru me siguió. 


 


—¿No que no te gustaban los autos? —Me preguntó al oído.


 


—Los odio —contesté secamente—. A los pilotos no tanto. 


 


Kaoru soltó una carcajada. Porque si de evadir problemas se trataba, nosotros teníamos una experiencia descomunal. 


 


-&-


 


Aoi


 


Me encontraba sentado de nuevo en la sala de la casa de mi madre, el olor a té inundaba toda la estancia, por un momento pude recordar con claridad cómo ella solía prepararme esa bebida cada que estaba enfermo, recordaba el confort que me brindaba darle un trago y sentir que todo estaría bien. Hacía mucho tiempo que mi madre había dejado de transmitirme esa seguridad, desde que era un niño se la pasaba peleando con mi padre y yo siempre mantuve la esperanza que algún día dejarían de hacerlo, esperanza que perdí cuando cumplí quince. Era muy extraño estar ahí, para mi esa mujer que me sonreía débilmente, era una completa desconocida. 


 


—Sabía que recapacitarías de un momento a otro —dijo dándole un sorbo a la pequeña taza que contenía el té—. Sólo era cuestión de tiempo, que regresaras con tu familia para darte cuenta lo equivocado que estabas, odio que haya tenido que pasar tanto tiempo.


 


Alcé la ceja sin entender cómo podía engañarse de esa manera, nadie podía tragarse tan rápido la historia de que había dejado a Kouyou para regresar y limpiar el nombre de Shiroyama. Pensé que probablemente era lo que mi madre mas deseaba, que por esa razón había aceptado mi historia sin chistar. Le había inventado todo una cantaleta de como verla me había descolocado por completo, me había hecho recapacitar sobre lo que estaba haciendo, el pecado que estaba cometiendo y quería reformarme, que no lo lograría sin su ayuda. Le dije que había mandado a Kouyou lejos con los amigos que antes teníamos y que yo necesitaba mantenerme lejos de todo eso que me había hecho tanto mal.


 


Por supuesto me recibió con los brazos abiertos, contenta que después de ocho años hubiera sido capaz de ver mis errores y querer enmendarlos. Pura mierda. Eso me tocaba si quería acabar con todo el asunto de una vez. Estar sin Kouyou aunque fuera por un corto tiempo, me hacía daño, mi corazón dolía de pensar que estaba lejos, no podía esperar a reencontrarme con él, sin preocupaciones, sin nadie que pusiera en peligro nuestro estilo de vida. 


 


Tomé mi taza, dejando que mis sentidos se envolvieran el aroma del té—. Entonces, ¿cómo puedo ayudarte? —Pregunté sonriendo de lado, fingiendo que me encontraba feliz de estar ahí. 


 


Mi madre sonrió ampliamente—. Tengo que contarte una historia que no estaba muy segura si estabas dispuesto a escuchar, ya que me has dicho que has terminado con esa horrible relación —torció la boca—, creo que es momento de que la conozcas. 


 


Me acomodé mejor en mi asiento, sin estar muy seguro de querer escuchar lo que tenía que decir.


 


—Tu abuela, la madre de tu padre, tenía esta horrible sospecha de que uno de ustedes no es un Shiroyama —se quedó callada mirando fijamente la taza de té. Sentí calor, no quería escuchar, no quería que siguiera hablando de eso—. Y no se equivocaba. 


 


Me miró profundamente. 


 


 


 

Notas finales:

 muahahahhahaha


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).