Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

2Fast, 2Beautiful por urumelii

[Reviews - 58]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Ya vine otra vez, no podía esperar, quería que ya letyeran lo ultimo de esta historia que amo con toda mi alma. Dejo el mensaje conmovedor al final, pero solo diciendo que este es el ultimo capitulo, ya por fin

 

Les presento el final 

Ruki


 


“¿Qué ha sido de la vida del hombre que el año pasado atrapó a uno de los delincuentes más buscados de Japón? A un año de su fallecimiento hablaremos: desde los antecedentes del mítico juicio de Mana, hasta su muerte en uno de los puentes mas importantes de la había de Tokio. ¿Cómo fue que lo encontraron? ¿Quién fue la persona clave en esta investigación para poder atraparlo y su red de delincuentes? Y sobretodo, ¿cómo fue que supo dónde buscar? 


 


El día de hoy está con nosotros, el periodista que se catapultó a la fama mundial, gracias a su gran hazaña: Kamijo estará con nosotros platicando sobre sus investigaciones alrededor del mafioso. 


 


—Kamijo, un gusto que nos acompañes. Gracias por aceptar la invitación, sabemos que estás ocupado con tu gira de conferencias contando cómo esta experiencia te cambió la vida —dijo la presentadora del programa de televisión. 


 


Kamijo sonrió de forma deslumbrante sabiendo que tenía la atención de gran parte de Japón, después de todo era un programa en horario estelar. Aún si yo estaba viendo la repetición del día siguiente y me sentía asqueado por cada palabra. 


 


—Tu fuiste quien le dijo a la policía, dónde encontrar a Mana. Cuéntanos, ¿cómo lo hiciste? 


 


—No fue fácil —se aclaró la garganta—. Después de que me amenazara varias veces para dejar de buscarlo, sabía que dependía de mi detenerlo. Ya había intentado matarme en varias ocasiones e incluso le había puesto precio a mi cabeza. Sólo yo podía hacer algo, lo tenía en mi contra por haber hecho público su caso; buscaba matarme para silenciarme y seguir haciendo de las suyas.”


 


Apagué la televisión soltando una carcajada. 


 


—¿Cómo es que hay gente que le cree? —Preguntó Nao sacando una cerveza del refrigerador detrás del mostrador. Caminó hacia la parte de afuera del enorme restaurante, donde se encontraba la terraza, el lugar estaba vacío, lo habían cerrado para que nosotros pudiéramos celebrar. 


 


Lo seguí negando—. ¿Por qué no? Si somos honestos lo hizo muy bien, incluso tenía heridas de golpes —volví a reír saliendo a la terraza donde varios estaban sentados en una larga mesa de madera de tipo picnic; todos sonreían y hablaban entre ellos. 


 


Hacía un año que se me había hecho buena idea contarle toda la historia a Kamijo, sabía perfectamente lo que había pasado en realidad, nuestras relaciones con la mafia, todo lo ilegal que habíamos hecho, los tratos, engaños y las pocas soluciones, sabía que Reita conducía el Viper, Nao el Audi y Uruha la Icon Sheene. 


 


Se había presentado en la mansión de Mana, lo había encontrado de frente mientras Nao salía disparado en el Audi de Tora detrás de Miku; en ese momento me había dado cuenta que el periodista quería volverse famoso con nuestra historia, me habló de cómo la publicaría que nos catapultaría a la fama. Entré en pánico, incluso el maldito había tenido el descaro de agradecerme haberle dicho todo, sentí que me faltaba le aire. ¿Qué pasaría si la gente se enterara? Sakito y Reita podrían perder su trabajo, si bien nos iba, Aoi y Uruha hubieran sido señalados, enjuiciados por sus papeles, nada volvería a ser lo mismo con tanta atención encima. La carrera de Hiroto podría haberse destruido. 


 


Así que hice lo único que se me ocurrió, lo golpeé por mero pánico, solo que no cedió. Así que tuve que idear un plan, que en realidad fue mera improvisación. Le ofrecí quedarse con el crédito, con la historia, con todo lo que habíamos hecho, a cambio de que no publicara nada de nosotros. Por un momento pensé que me rechazaría, sin embargo, después de debatirlo por algunos minutos,  sonrió, no sin antes hacerme prometer que Kai no se dedicaría mas al periodismo; después de todo era el único que podía tener algo de credibilidad para desmantelar la mentira si es que decidía llevarla a cabo, tuve que morderme la legua y aceptar. 


 


Pensé que mi amigo lo tomaría mal, pero por el contrario, Kai pareció liberar una gran carga que llevaba a cuestas y aceptó sonriendo. 


 


En menos de veinticuatro horas, después de la persecución en el puente, la cara de Kamijo estaba en todas partes, el héroe nacional que había atrapado a Mana. Fue sorprendente la forma en la que hiló toda una historia, que básicamente era la nuestra con su nombre y la publicó en todas partes. Habló de que amaba las carreras de autos, que fue así como se enteró de la existencia de Gackt, que decidió seguirlo y que le había dado seguimiento al caso desde que Gackt había sido emboscado en su mansión. Nunca habló de nosotros. Se dedicó a contar la historia de cómo había sido perseguido, como él mismo se había dado cuenta que estaba en la mansión y era un aliado del mafioso Toshiya. 


 


Lo más espectacular fue cómo logró zafar a Hiroto de todo el problema, quien también apareció en todos los medios por su romance con Kyo. Kamijo hizo una historia de cómo el plan era distraer a todos con el atentado a su concierto, para que Mana pudiera huir del país; sin embargo él había visto a través de las mentiras y se había decidido a atrapar al mafioso él mismo; después de todo él también había estado en la mansión. 


 


La noticia se debilitó al pasar el tiempo, pero no por eso Kamijo dejó de ser famoso, comenzó a hacer conferencias de cómo mejorar tu vida a través de una experiencia traumática y algunos decían que iba a sacar un libro hablando de su investigación y lo que había vivido con la mafia. Estaba ganando millones, por lo que jamás diría la verdad y a nosotros no nos podía importar menos, mientras nuestros nombres no se vieran afectados, dejaríamos que siguiera con su circo. Aunque debía ser honesto, cada aparición o mención del periodista me recordaba lo que había pasado y como nos había cambiado la vida. 


 


—No puedo creer que estén pasando la repetición de esa basura —dijo Sakito mirando su ensalada. Había dejado de comer carne desde hacía un año, su severo trastorno alimenticio dejó su sistema digestivo bastante lastimado, por lo que seguía en tratamiento. 


 


—Es una gran historia, un gran periodista —se rió Kai. 


 


—Y sólo salió con un golpe en la mejilla —dijo Reita levantado asomado desde el jardín de la terraza—, estuve en el hospital dos semanas y ese cabrón solo con un golpe en la mejilla, no somos nada a comparación de él. 


 


Kai giró los ojos—. Estuviste en el hospital por estúpido, solo a ti se te ocurre pelear con mafiosos teniendo las costillas rotas —era bonito poder burlarnos, después de todo lo que había pasado. Aún habían muchas secuelas, pero íbamos rumbo a una recuperación—. En fin, hablemos de cosas mas importante, no puedo creer que se vayan mañana —dijo dirigiéndose a Nao y a mi. 


 


Torcí la boca—. Se supone que regresamos a Japón para que pudiera calmarme y la verdad es que no me he sentido calmado ni un momento —dije honestamente—. Creo que Europa nos hará bien. 


 


—Tienen un magnifico programa de refugiados, podré trabajar ahí, mientras Ruki se tranquiliza tomando fotografías en lugares seguros —sonrió Nao apretando mi mano. No había sido una decisión fácil, aun un año después tenía graves ataques de ansiedad, ya no creía que Nao iba a matarme, ahora Kamijo decía la verdad y nos delataba a todos por mi culpa. Necesitaba vacaciones de mis vacaciones—. ¿Tu cuando te vas? —Le preguntó a Sakito.    


 


Sakito se removió en el asiento incómodo, no era la primera vez que hablábamos del tema, pero seguía siendo algo delicado. Apenas hacía un mes que los doctores le habían dado un alta definitiva y ni bien lo hicieron, Sakito había decidido irse a Estados Unidos con Hitsugi. Shou lo miró profundamente, no habían regresado, de hecho solo mantenían una relación cordial entre los dos, por el bien de todos los demás, por lo que decía Nao, Shou tampoco había presionado. Ambos seguían en un proceso que iba a costar más que solo un año para poder sanar. 


 


—En una semana, quiero pasar tiempo con… ahí están —giró los ojos fastidiado—. Por fin, hasta pensé que se habían arrepentido al ultimo momento —dijo mirando a la entrada de la terraza. 


 


Me levanté como resorte, la emoción invadiendo mi cuerpo en cuanto los vi llegar; los demás se habían levantado también, a excepción de Reita quien se agachó para cargar a la niña que jugaba en el jardín.


 


—¿Lista, Sayaka? —Le dijo el rubio a la pequeña niña de dos años; después del caos de la mansión ni Kai, ni Reita habían tenido el corazón para dejarla en el sistema, la habían adoptado finalmente; lo cual fue muy fácil para alguien con el historial policiaco y el dinero de Reita—. Vas a conocer a tu primo —la movió ligeramente, aunque la niña no tenía mucha idea de lo que pasaba. 


 


Aoi y Uruha entraron a la terraza, el segundo cargando a un niño pequeño en los brazos. No podía creer que nos estuviéramos convirtiendo en esas personas con hijos, nuestra familia crecía aun si algunos de nosotros nos separábamos. El bebé no tenía ni seis meses, estaba profundamente dormido en brazos del castaño quien sonreía ampliamente. 


 


—¿Cómo hicieron para adoptar un bebé que se parece a Aoi? —Dijo Kai mirando con sospecha al pelinegro. 


 


—Nos descubriste Kai, embaracé a una chica y luego le quité al bebé —apuntó sarcásticamente. 


 


—Yuu… —Uruha miró mal a su pareja y se acercó a Reita—. Mira Sayaka, es Kanon —los presentó. Básicamente si los dos se habían animado a intentar adoptar fue por la niña, no había ninguno de nosotros que no la adorara o la consintiera de sobremanera, después de todo era como nuestra sobrina y ese niño también iba a serlo. 


 


Casi me sentía mal de irme tan pronto, casi. Sentí la mano de Nao tomar la mía, me dio un beso en el cabello—. ¿Estás bien? —Me preguntó. 


 


Asentí—, a veces pienso en quedarme —dije solo para nosotros—. Solo que sé que estar aquí es cortarte las alas, es seguir martirizándome. Creo sinceramente que podemos ser felices, solo que no en este país, nuestra verdadera felicidad es estar juntos en la aventura —sonreí, me dio un pequeño beso en los labios—. Abajo de un auto —añadí. 


 


Nao soltó una carcajada—. Como tu quieras —dijo divertido. 


 


-&-


 


Kyo


 


—No puedo creer que vamos tarde, Kai se va a poner furioso —dijo Hiroto en el asiento del copiloto.  


 


—Bueno, hubiéramos llegado antes si no te hubieran detenido a la junta. Además no es como si fueran a tener al niño solo una noche —contesté aumentando ligeramente la velocidad. 


 


—También fue culpa de Saga —infló lo cachetes—, si no se hubiera peleado con Tora. 


 


Giré los ojos—. Siempre se está peleando con Tora, yo no sé cómo se aguantan —pisé el acelerador. Hiroto jadeó ligeramente—. Tranquilo, sé lo que hago —sonreí, nunca me decía nada cuando aumentaba la velocidad pero siempre podía ver su cara de espanto. 


 


—¿Qué voy a hacer sin ti tres meses? —Se volvió a quejar. Lo habían contratado para una película, era una gran oportunidad, sin embargo, tenía que pasar tres meses en Corea del sur, pues allá eran bastantes locaciones. No nos habíamos separado por tanto tiempo en un año; después del escándalo que él mismo había provocado al besarme fuera del caos del concierto. 


 


Habíamos aparecido en cada programa de medios, en artículos de chismes, en fotos en el internet, en todos lados. Por un momento me pasó por la cabeza que su carrera se iba a venir abajo, sin embargo sus fans se mostraron bastante comprensivos, después de todo había sufrido un ataque por parte de la mafia, le ofrecieron todo su apoyo e incluso muchas se lo celebraron. De vez en cuando, alguien me paraba en la calle y me preguntaba si yo era el novio de Hiroto. No eran muchas, aunque seguían siendo bastante extrañas. 


 


—Te va a ir bien y yo iré a visitarte en la semana dorada —le aseguré—. Ya se habrá acabado el periodo y los finales —dije haciendo cálculos, mientras Hiroto se burlaba. Ser su novio y ser profesor de matemáticas en una escuela preparatoria, era algo bastante interesante. 


 


—Solo ven conmigo y ya —se quejó—, puedes darte el lujo de saltarte el semestre. 


 


Negué, por vez numero mil y no era que no muriera por estar cada minuto con él. A pesar de todo no me cansaba de Hiroto, de su risa, su olor, su forma de comer, de dormir, de nada; solo no quería interferir en su carrera y también debía seguir haciendo mi propia vida, no podíamos perdernos el uno en el otro, por mas atrayente que sonara. Teníamos tiempo para disfrutarnos, no llevábamos prisa y amaba tomarme mi tiempo para descubrir cada detalle de él. 


 


—Te amo, ¿lo sabías? —Me acarició el cabello. 


 


—No, no lo sabía —sonreí. 


 


—Te amo, te amo, te amo —terminó gritando. No pude evitar sonreír ante su efusividad, algo tan contrario a mi. 


 


—Que bueno, yo también te amo —le dije sin dejar de ver el camino. 


 


-&-


 


Saga


 


Aventé  la pintura directo a la pared, sintiendo el calambre en mi brazo, estaba exhausto e íbamos tarde, aún así Tora se quedó mirándome mientras yo hacía el berrinche monumental. Había tratado de esculpir, obviamente no había podido, la maldita bala había afectado mi movilidad de tal forma que mi brazo me provocaba dolores con tan solo moverlo de más. Podía pintar, solo que después de un rato empezaba a sentir calambres horribles que afectaban mi ritmo, pasé de pintar por horas a tener que hacer descansos cada cierto tiempo. 


 


—Sólo hazte la cirugía —dijo Tora calmadamente. 


 


Negué—. Me da miedo —dije suspirando. Había una posibilidad de que no me doliera, si me hacía una cirugía de reconstrucción de ligamentos o algo así, podía recuperar toda la movilidad que había perdido, solo que había un pequeño riesgo, que todo saliera mal y no pudiera usar mi brazo del todo y eso, no lo podía concebir; si yo no podía pintar no era nada. 


 


—Todo te da miedo, lo entiendo —continuó, lo miré con bastante odio. 


 


No éramos novios, no éramos precisamente amigos. Eramos dos personas que se veían de vez en cuando, hablaban de sus problemas y luego, tenían sexo; solamente eso. No era que no estuviera perdidamente enamorado de ese cabrón, era más bien que seguía teniéndole miedo al compromiso, algo que le había repetido una y otra vez durante el ultimo año. Aún así se había quedado a mi lado, aun cuando hacía los berrinches mas grandes por el dolor del brazo o por mi mal humor. Peleábamos a cada rato, pero ya no podía concebir mi vida sin gritarle un poco. De vez en cuando seguía viendo a Kaoru, solo como amigos, me había mandado a volar por culpa de Tora, la ironía. 


 


—El riesgo es minimo —repitió. 


 


—Existe, es suficiente. 


 


—No puedes seguir con dolor crónico, después te vas a drogar para que no te duela. 


 


Bufé, como si no hubiera aprendido nada de ver a los demás y sus problemas de adicciones, esto era diferente y solo eran analgésicos, que me ayudaban a sentirme mejor. 


 


—Mejor vámonos, quiero conocer a Kanon —dije alegremente.


 


Tora me tomó por el brazo—. Saga, recibiste dos balas. Es normal que no estés bien, no sé si te acuerdas, no hablar las cosas fue lo que llevo a Shou al limite. —dijo lastimosamente, me sabía ese discurso por lo que solo atiné a girar los ojos. 


 


—Estoy bien, fue hace un año, no es lo mismo. Ni remotamente lo mismo —le dije poniendo mi mano sobre su mejilla—, en serio. 


 


Al menos ese día era para celebrar, no quería pensar en mi brazo. Estaría bien. 


 


-&-


 


Reita


 


Por fin habían llegado todos, incluso con todas las complicaciones que representaban que estuviéramos todos juntos. Ya había anochecido, habíamos prendido las lamparas de Izayaka que decoraban la terraza, hacía bastante frío pero el lugar era bastante agradable. Amaba ese restaurante casi tanto como Kai lo hacía, aún si habíamos tenido una pelea monumental cuando se lo compré sin avisar. Lo habría hecho antes si me hubiera dicho que odiaba su trabajo, que en realidad le ilusionaba más tener una cafetería que ser periodista, justo cuando yo pensaba todo lo contrario, la amenaza de Kamijo había caído perfecta. 


 


Bueno, el restaurante llamado Gazette9 y el bar Nightmare en Grey; no eran precisamente una cafetería, pero Kai era sumamente feliz administrándolos, cocinando de vez en cuando y usándolo para nuestras fiestas especiales, como aquella. Se sentía como un hogar para todos donde nos podíamos distraer del día a día, sin tener que estar gritándonos en la sala de Kyo. El restaurante se encontraba a solo una calle de nuestra casa, la cual también había comprado con el dinero de mis padres, que también era mío pero que me rehusaba a gastar. Con Sayaka las cosas habían cambiado, quería darle lo mejor sin excederme, yo había vivido rodeado de muchos lujos, sin el cariño de unos padres, definitivamente sería lo contrario para mi hija; no le faltaría nada, pero jamás reemplazaría el cariño con el dinero.


 


Observé a Kai hablar con los demás, tenía a Sayaka sobre las piernas, el vasito entrenador en la mano y trataba que la niña se durmiera; dudaba que pasara pronto; toda la familia estaba reunida y Sayaka amaba estar con sus tíos. Era difícil obviar lo perfecto de la escena, esos dos eran mi vida entera y me había tomado otro encuentro con la mafia para darme cuenta. Había comprado el restaurante para disculparme por mi comportamiento, la forma en la que había desconfiado de él, mi impulsividad. Y aunque había terminado por aceptarlo, Kai siempre me había dicho que no había nada que perdonar, que lo había hecho desde el minuto que había entrado en esos autos para ir por él. 


 


Irónicamente no nos habíamos casado, la adopción de Sayaka había ocurrido tan rápido que nunca nos dimos el tiempo para hacerlo. Kai me dijo que ya tenía todo lo que quería, que no necesitaba la boda y yo pensaba lo mismo; había usado un poco de mis influencias para apresurar el proceso de adopción, el mismo Sakito había acelerado el trámite en la corte familiar. Después de eso, nada más hizo falta. Estaba en el lugar que debía estar, con las personas con las que debía estar. 


 


Aoi se acercó a mi con una cerveza en la mano, sonrió mientras se sentaba a mi lado; me dio una palmada en la espalda. 


 


—Felicidades papá —le dije con tono burlón. 


 


El pelinegro sonrió sin poder ocultar su satisfacción y le dio un sorbo a la cerveza. La adopción de Kanon tampoco había sido con trámites rigurosos, para ellos habría sido más difícil si Sakito no hubiera intervenido; después de todo los papeles de Uruha no eran del todo legales. 


 


—Solo espero ser mejor padre que los míos —dijo con verdadera preocupación. 


 


—Créeme, ya lo eres —le aseguré. Lo miré sin poder creer del todo que estuviera a mi lado, aún si había pasado un año, a veces aún tenía la impresión de que había muerto; que en algún momento iba a despertar y todo esto hubiera sido un sueño bastante cruel.


 


—Espero que Kouyou piense lo mismo cuando le enseñe a manejar —se rió.


 


—A ver si tu piensas lo mismo cuando lo suba a la moto —me reí ante la cara de pánico que había puesto—. ¿Te imaginaste algo como esto? —Le pregunté honestamente. 


 


Aoi negó—. Ni en mis sueños mas locos hubiera pensado algo como esto. No imaginé que volvería a Tokio, que volvería a verlos, deja tu ser padre. No puedo creer que resultara al final —dijo honestamente—. No puedo creer que todo esto haya pasado siquiera, no me arrepiento. Las cosas no hubieran podido ser de otra forma, creo yo. 


 


Miré a mi alrededor, la forma en la que mis amigos hablaban entre ellos, reían, algunos se abrazaban, otros tan lejos que era un poco doloroso de ver. También había nuevos, Kazuki y Jin se habían vuelto cercanos a nosotros. 


 


—Al menos esta vez no hubo juicios —dije suspirando, Manabu y Sujk habían sido arrestados junto a los sirvientes de baja categoría; pero solo ellos habían recibido sentencia inmediata—. Ni muertos —torcí la boca. 


 


—Hay cosas peores que la muerte —Aoi miró fijamente a donde estaba Sakito, hablaba con Shou en voz baja. Tal vez era la primera vez que los veía juntos en mucho tiempo, sabía que habían hablado en varias ocasiones, pero había sido Sakito quien se había terminado por alejar. 


 


—Es mas fuerte que cualquiera de nosotros —dije honestamente. 


 


—Ha pasado cosas peores que cualquiera de nosotros —añadió—. Lastima que no ha sido el único —miró a Uruha quien hablaba alegremente con Hiroto y Kyo, Kanon aún en sus brazos. 


 


—Y mira que feliz se ve ahora, tenemos que recorrer un largo camino, cada uno. Me parece fascinante que al menos no tengamos que hacerlo solos —sonreí. Aoi me miró con extrañeza—. ¿Qué? —Le pregunté sin entender qué sucedía. 


 


—¿Cuándo te volviste un adulto? 


 


—Eres un imbécil. 


 


—Me amas.


 


—Quisieras, cabrón. 


 


-&-


 


Shou


 


Había sido él quien se había acercado a hablar conmigo, sus palabras de despedida, estaba seguro. No quería que se fuera, tampoco tenía motivos para hacer que se quedara, lo nuestro había quedado muy atrás hacía mucho tiempo. No era que lo amara menos, era que no había forma de reconstruirlo, no cuando lo había hecho tantos añicos. 


 


Llevaba casi un año sobrio y todos los días seguía peleando contra las ganas de querer un trago; era una lucha constante que debía mantener por mi mismo y que no podía apoyarme en nadie. No era que no tuviera apoyo, solo que era mi lucha, no podía cargársela a nadie mas. 


 


Él también tenía la suya, sabía que la había pasado muy mal los meses que siguieron a la muerte de Mana, aunque Byou también estuviera muerto, los recuerdos no se iban, no se podían borrar así como así y le había hecho cosas terribles. Irónicamente fue Uruha quien lo acompañó a cada sesión con el terapeuta, con el doctor, Sakito me había dejado en claro que no me quería presente y lo respeté. Yo también tuve compañía, Aoi, Reita y Nao no me dejaron solo; incluso viví con Tora un tiempo mientras me recuperaba. 


 


Habían ocasiones que no solo me moría por un trago, me moría por hablarle, gritarle cuánto lo amaba y lo extrañaba; esas noches eran las peores. Cuando sentía que me ardía el pecho por su ausencia, cuando mi cuerpo reaccionaba de forma violenta por el síndrome de abstinencia. Hablar de lo que había pasado con Gackt comenzó a sanar mis heridas y poco a poco comencé a escribir de nuevo. Hablar de lo que le había hecho a Byou, me hizo entender más cosas sobre mi, había logrado detenerme, había demostrado que seguía siendo una persona y no la escoria que yo creía que era. 


 


—Felicidades —dijo Sakito en voz baja. 


 


Sonreí, pensaba que no se había enterado pero teniendo los amigos que teníamos, mantener un secreto era casi imposible. La semana pasada por fin habían programado el lanzamiento de mi primer libro, Uruha me había confesado que había mandado el manuscrito a mi editor, lo había amado y me había presionado hasta el final para terminarlo. Había trabajado muy duro y por fin iba a ver la luz en las librerías, algo que me tenía bastante nervioso. Cuando había recibido la noticia quería decirle primero a él, como todas las cosas que pasaban a mi alrededor, me había contenido, como siempre. 


 


—No es gran cosa —fue todo lo que atiné a decir. 


 


—Lo es todo Shou, es lo que siempre quisiste —dijo tajantemente. 


 


Sonreí con amargura—. No sé si siempre lo quise, es un logro. Lo que siempre quise fue no hacerte daño —dije tratando de sonar tranquilo.


 


—Lo hicimos ambos —torció la boca. 


 


—Creo que nunca te pedí perdón —Miré el vaso de agua que tenía en las manos, estábamos recargados en la hermosa cerca de madera, mirando a los arbustos. Era un poco tarde pero en una semana él estaría en otro país y yo no iba a detenerlo, tenía que dejarlo ir por mucho que doliera. 


 


Sakito me miró sorprendido y terminó por asentir—. Yo también lo siento —dijo en ese tono que sabía que solo yo conocía, también miró hacia abajo—. Hubiera querido que fuera de otra forma, tal  vez pudimos haber hecho muchas cosas diferentes, cosas mejores, pero son cosas que solo se quedarán en el hubiera —se aclaró la garganta, estaba luchando por no llorar, lo conocía demasiado. 


 


—El hubiera es el que duele —dije suspirando—, yo también desearía que fuera de otra forma. Porque ahora no queda de otra mas que lidiar con las consecuencias de nuestras acciones y aunque esté consciente, no lo hace más fácil. Quería decirte que no te fueras, que me dieras otra oportunidad —vi la forma en la que se tensó, la forma en la que apretó el vaso que sostenía—, luego me di cuenta lo terrible que eso sería —se relajó de inmediato—. No es que no te ame, Takahiro —me atrevía a mirarlo. 


 


—No es que no te ame, Kohara —dijo él de inmediato siguió viendo al vaso—, solo no supimos manejarlo hasta el punto que se estrelló. 


 


—Te deseo que seas muy feliz a donde quiera que vayas. 


 


Sakito sonrió—. Te deseo que encuentres la tranquilidad que te hace falta —me miró por fin—. Leeré tu libro, ahora que lo pienso ni siquiera sé de qué se trata. Nunca me lo dijiste. 


 


—De un viaje, de malas decisiones y sobre todo de como no hay nada que no se pueda superar si tienes a tu familia contigo. 


 


—Suena bien. Mientras la familia esté contigo —me dio una palmada en la espalda, se alejó caminando lentamente. 


 


Lo vi irse, no le quité la mirada de encima, suspiré deseando que las cosas realmente fueran diferentes, enfrentando el presente aprendiendo del pasado. Sentí un extraño calor en el pecho pensando en lo que alguna vez fuimos y no podríamos volver a ser. 


 


Entonces, lo dejé ir. 

Notas finales:

Wow qué les puedo decir de esta historia? Primero que no esperaba ni tantito que durara tanto. 

Publiqué la primera parte el 10 de mayo del 2011, se dan cuenta? he estado escribiendo acerca de ellos por casi diez años. Ahora que he terminado la segunda parte, me di cuenta que es mi historia favorita, de los miles de fics que tengo, no supe en qué momento los personajes se hicieron tan complejos, tan interesantes. 

este fic lo empecé a escribir porque estaba completamente obsesionada con un ShouxSakito, quería hacer el mio y creo que me ganaron de maneras espectaculares. 

 

Después de cuatro años de escribir la segunda parte me di cuenta que no fue nada fácil y no porque no supiera que iba a pasar o cosas así, sino porque los estaba haciendo sufrir un monton XD quería que fueran verdaderos, que se sintieran reales. No sé si lo logré pero yo quedé muy contenta con el resultado, incluso despues de dejarlo en hiatus por un rato, la historia volvió a encontrarme y se rehuso a soltarme. ahora yo me rehuso a soltarlos a ellos. 

 

Pinche Shou, quien sabe que me hizo XD. En fin, espero que les haya gustado la mitad de lo que a mi me gustó y quería por supuesto agradecerles a todas ustedes por seguir esta historia desde el principio, también si llegaron a la segund aparte, gracias por leerla, por darse ese tiempo para dejar los comentarios, por emocionarse y dejarme saber cuánto aman esta historia. 

No saben lo mucho que sus palabras me hacen seguir escribiendo, saber que me leen, que les importa, me hace querer seguir escribiendo para ustedes. ASí que muchas gracias, nos veremos pronto. En serio, confien en mi, no solo en los otros fics (yaporfintalvezacabeTTMI) sino porque esta historia se metió en todo mi ser y aún no se quiere ir. :D sin mas que decir, les vuelvo a agradecer. GRACIAS


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).