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2Fast, 2Beautiful por urumelii

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Notas del capitulo:

Ya sé, me tardé años pero amé el resultado ;) 

Ruki


 


Respiré profundamente, no podía creer que por fin estuviera de regreso, no veía a nadie de mi país en más de dos años. Estaba nervioso y ni siquiera entendía por qué. Sentí la mano de Nao tomar la mía con fuerza. Me sonrió, aliviando un poco mi intensidad, también no habíamos dormido en horas y el cambio de horario me estaba matando. 


 


Acomodé la mochila en mi espalda y el estuche de mi cámara en mi hombro, los dos salimos de la sala hacia la zona general del aeropuerto. Sentí una gran alegría al ver a Reita, Kai, Sakito, Shou y Kyo esperándonos con pequeños carteles de bienvenida. 


 


Traté de no correr pero fue casi imposible no aventarme hacia mi hermano, creo que lo mismo ocurrió con Nao y Shou, puesto que escuché a Sakito quejarse de la ridiculez. 


 


-Que bueno que estén de vuelta - me dijo Kai al abrazarme. Sonreí, era muy extraño como ese chico se había vuelto mi mejor amigo, después de que Kouyou hubiera dejado este mundo; era irónico pues al principio no aguantaba su presencia, incluso después de todo el problema con la mafia me era difícil verlo con Reita, aun si ya no éramos nada. 


 


Poco después entramos a la misma universidad, a la misma carrera, aunque yo terminé por abandonarla para unirme a los cuerpos de paz junto a Nao quien tenga una especialidad de paramedico. 


 


-están muy bronceados - dijo Reita con sorpresa, aun usaba su cabello rubio. 


 


Nao asintió - eso pasa cuando estás bajo el sol de África diario durante dos años - respondió.


 


Me tomé unos segundos para apreciarlos a todos, se veían diferentes y no había pasado tanto tiempo. Shou se veía mas pelirrojo, ahora llevaba unas gafas cuadradas de pasta que lo hacían lucir como intelectual, seguía vistiéndose como un chico cualquiera, si lo veías en la calle pensarías que no pasaba de los veintidós. Todo lo contrario a Sakito, quien a pesar de estar usando ropa casual, lucía increíblemente elegante con una bufanda alrededor de su cuello y una camisa larga. Tenía esa misma mirada cínica que le conocía tan bien, pero ya no lucía las ojeras que adornaban sus ojos la última vez que lo vi, antes de que fuera fiscal. 


 


Reita y Kai por su parte parecían salidos de una revista familiar, los brazos del rubio estaban mucho más marcados de lo que recordaba y Kai, bueno él solo necesitaba sonreír para hacerte olvidar de todo lo demás. El único que lucía igual que siempre era Kyo, desaliñado con un pantalón deportivo en la cadera y su camiseta de tirantes blanca; tenía la impresión de que si pudiera hubiera llegado sin ella. 


 


Me sentí un poco incomodo, ahí estaba yo con mi piel bronceada, el cabello deslavado por no haber recibido un tratamiento apropiado durante dos años y seguramente oliendo peor que un elefante después del baño de lodo. 


 


-creo que necesito pasar al baño - dije rascándome la nuca. 


 


Kyo asintió mientras me quitaba la mochila de la espalda - te esperamos acá - señaló un Starbucks - después iremos a comer, apuesto que extrañaron la comida.


 


-como no tienes idea - respondió Nao suspirando casi con dolor. 


 


Me dejé el estuche de la cámara en el hombro y avancé dejándolos atrás. Una vez adentro me eché un poco de agua en la cara mirándome al espejo fijamente - tranquilo - me dije cerrando los ojos. Sin querer una escena se repitió en mi cabeza, había una multitud y yo estaba atrapado en medio, sabía que iba morir ahí, podía ver la mano de Nao a lo lejos pero no sería capaz de alcanzarla entre el tumulto. Volví a abrir los ojos, tuvieron que pasar varios segundos antes de poder recordar que estaba de vuelta en el aeropuerto, a salvo. Escuché la puerta abrirse nuevamente y agradecí haber estado solo hasta el momento, no le hice caso pues ni siquiera me volteé a ver quien había entrado. Tal vez debía hacerlo porque me tomó por el hombro y me volteó bruscamente soltándome un puñetazo que me derribó. 


 


Sin poder reaccionar lo bastante rápido, me tomó por la chamarra y me arrastró hacia uno de los cubiculos donde me azotó contra el water. Sentí como me arrebató la cámara del hombro mientras me pateaba contra el piso. Quien quiera que fuera parecía tener suficiente rabia contra mi para matarme, me giró para darme otro puñetazo y finalmente, tomó la cámara del suelo y salió corriendo. 


 


 


Todo había pasado tan rápido que ni siquiera me había dado tiempo de reaccionar, no pude ver nada, no pude hacer nada; solo me quedé ahí respirando agitadamente con el ojo punzando y la nariz sangrando. Mi cámara, se la había llevado. Reaccioné levantándome de forma brusca, me sentía mareado, me apoyé en las paredes para encontrar la salida, abrí la puerta encontrándome con Kyo del otro lado. Me desvanecí después de eso. 


 


Abrí los ojos adolorido, seguramente ya tenía una hinchazón en el ojo izquierdo donde había recibido el primer puñetazo. 


 


-evadió las cámaras de seguridad - dijo una voz que no reconocí


 


Hubo un golpe en una mesa - ¿estás diciendo que no hay manera de verlo? - escuché a Reita - esto es ridiculo, ¿qué clase de seguridad tienen aquí? - sonaba molesto. 


 


Mi cabeza aún daba vueltas, gruñí para dejarles saber que estaba despierto. Nao fue el primero en acercarse - cariño, ¿qué paso? - me preguntó acariciando mi cabello. 


 


-lo robaron - contestó Kyo.


 


-bueno esa fue una gran bienvenida - dije levantándome - no vi quien fue, si eso era lo que se preguntaban - sabía que me iban a inundar de preguntas, pero yo lo menos que necesitaba era un interrogatorio. 


 


Noté que mi hermano quería hacer mas preguntas, pero para mi fortuna Nao lo detuvo. Reita seguía revisando las cámaras de seguridad, al parecer estábamos en una especia de sala privada del aeropuerto. Seguramente me habían traído hasta acá para atenderme y sobretodo levantar la denuncia del robo. 


 


Alguien me había limpiado la sangre, pero me sentía incomodo con la nariz hinchada, me costaba un poco respirar. Y el ojo aún pulsaba un poco, traté de pasar mi mano pero solo la caricia me dio dolor, también le habían puesto ungüento. 


 


La cámara era lo que menos me preocupaba, el modelo ya era viejo y todas las fotos que había tomado estaban en la computadora que traía conmigo. Mas que nada me sentí ridiculo, de haber creído que en Japón me iba a sentir tranquilo. 


 


-solo fue un asalto, pasa en todos lados - me dijo Nao como si me hubiera leído la mente. Sólo él lo entendía, entendía la verdadera razón por la que habíamos regresado, lo que en realidad estaba pasando conmigo; y aunque me hubiera insistido en decirle a los demás, la verdad era que no quería. Habían pasado cosas peores como para preocuparlos por cosas sin importancia. 


 


 


Al final no nos resolvieron nada, sólo dijeron que si lograban recuperar la cámara nos llamarían, a Reita para ser más específicos. 


 


-son una bola de idiotas, no se sorprendan por su aspecto - dijo Sakito mientras sostenía el celular, al parecer les estaba contando a los demás lo que había sucedido. Shou iba conduciendo una camioneta X5 de BMW, Reita y Kai se habían ido en el Sedan Azul y Kyo venía conmigo y Nao. - sí, ya estamos llegando - avisó cuando Shou comenzó a estacionar la camioneta en mi buffet favorito. 


 


Se me hizo agua la boca de pensar en la comida, tal vez sólo había sido un hecho aislado, no necesitaba preocuparme de nada. Ya estaba en casa. 


 


En el momento en el que entramos nos llevaron a uno de los espacios cerrados, ahí te atendían personalmente y no dejaban que te pararas para tomar tu comida, algo totalmente opuesto al concepto de Buffet. Me iba a quejar cuando vi a dos guardaespaldas en la puerta del cuarto. 


 


Kyo chasqueó la lengua - este es mi hermano Takanori y este es Nao - nos señaló - familiaricen con ellos porque los verán igual de seguido - parecía que odiaba a esos tipos, los otros no hicieron ningún sonido, sólo asintieron y nos dejaron pasar. 


 


Adentro estaban Saga y Hiroto, este último usando unas gafas oscuras casi tan grandes como su rostro. Todo tuvo sentido después de eso, los guardaespaldas eran de él. 


 


Abrí la boca pero no dije nada fue Nao. 


 


-has de ser toda una super estrella ahora - sonrió - tratamos de seguir tu carrera, pero allá es un poco difícil - se excusó alzándose de hombros. 


 


-Sin mencionar que tu música es muy pop para Nao - se burló Sakito tomando asiento. 


 


-o sea sí - admitió - pero eres tu, vimos toda tu telenovela 


 


Solté una carcajada - no se despegaba de la computadora - dije mientras le daba un abrazo a mis amigos. 


 


Nao me lanzó una mirada asesina - claro que sí, sólo estaba muy interesante - contestó sentándose a mi lado. 


 


-lloró todo el final…


 


-tú porque no tienes corazón 


 


Fue el turno de Kyo de reír - entonces te críe bien - su broma cargada de sarcasmo hizo reír a todos, menos a Hiroto, quien lo miró mal. 


 


Habían cosas que no cambiaban, como el amor entre mi hermano y Hiroto, que ninguno de los dos decía pero era mas que obvio. El sarcasmo en nuestras bromas, las quejas de Saga por casi todo. Sakito y Shou peleando cada cinco minutos, era bonito volver a estar con la familia. 


 


Al poco rato Kai lucía una mirada risueña y las mejillas coloradas, estaba ebrio, un poco por lo menos -¿entonces qué harán ahora? La vida en Japón ha de ser bastante aburrida a comparación de Kenia, Uganda o donde quiera que se la han pasado estos últimos meses - dijo entrecortadamente e hipando un poco. 


 


Me quedé callado ¿qué se suponía que dijera? no teníamos un plan concreto, sólo quería llegar a Japón, conseguir un maldito doctor y tal vez dormir tres años. 


-supongo que conseguir trabajo, no puedo ser un mantenido de mis padres -rió Nao. 


 


Shou se aclaró la garganta - verás que es bastante cómodo - sonrió irónicamente. 


 


-Ruki, tu podrías tomarme fotos ¿no? interrumpió Hiroto a Sakito quien parecía iba a decir un comentario de bastante mal gusto. Al menos lo conocía lo suficiente para saber que lo iba a hacer. 


 


Chasqueé la lengua ante la pregunta de Hiroto, no era que no quisiera hacerle fotos, al contrario, eso haría mi carrera un poco más de renombre; el problema era que…


 


-Ruki toma fotos artísticas Hiroto, no de artistas - dijo Kyo severamente. 


 


Hiroto infló las mejillas, gesto que logró que mi hermano se sonrojara, aunque parecía que sólo yo lo había notado o todos los demás ya estaban acostumbrados a ese tipo de reacciones. 


 


Alcé los hombros - no veo el problema, si estás dispuesto a hacer algo “artistico” - alcé las manos para hacer el gesto de las comillas - no te puedo andar siguiendo en tus encuentros personales - reí, probablemente convertirme en paparazzo me haría peor fama.


 


-podríamos hacer un concepto de arte - Saga interrumpió, le brillaban los ojos. 


 


De repente todos comenzaron a hablar de las mejores poses de Hiroto y yo me quedé callado, podrían ser mis amigos pero no entendía un carajo de lo que hablaban. 


 


-x-


 


Al final cada quien se fue a su casa, fue extraño dejar a Nao en casa de sus padres y yo regresar a la mía acompañado de Kyo. Seguía viviendo en la mansión, mis padres seguían en el extranjero y le habían regalado la casa en su graduación de la universidad. 


 


Entrar ahí, fue como entrar a un sueño recurrente. Estaba acostumbrado ya a nuestra pequeña habitación en una pequeña casa de Kenia, con olores a especias y al olor a tierra, mi olor favorito. El solo que pegaba en África no tenía nada que ver con el de Japón, los aromas casi imperceptibles de la casa donde había vivido casi toda una vida, parecía más pequeña ahora que conocía más del mundo. 


 


Lucía muy diferente a como la recordaba, los muebles habían cambiado, la sala no era la sala victoriana que tenían mis padres sino un estilo más reciente de colores chocolate y madera negra. Había un enorme sillón de piel frente a una pantalla gigante que tenía conectado una consola de videojuegos. 


 


Había latas de cerveza y muchos papeles sobre la mesa de centro que ahora era de vidrio y una laptop que reposaba sobre el sillón. 


 


-estoy en época de exámenes - se excusó Kyo por el desastre. 


 


Dejé las maletas en el recibidor - está bien, no puedo decir que esperaba otra cosa - mi mirada danzaba a todos lados tratando de encontrar más diferencias en la casa. 


 


-¿Qué quieres hacer primero? - preguntó mi hermano avanzando detrás de mi. 


 


Lo miré alzando una ceja - ¿la verdad? - el otro asintió - Me urge un baño - suspiré ante la carcajada de Kyo. 


 


-te prepararé el jacuzzi, sube a la regadera mientras, tu baño está listo - me señaló las escaleras mientras tomaba mis maletas. 


En menos de diez minutos me encontraba bajo el agua caliente, eso también era extraño, no tener que calentar el agua antes, no necesitar agua casi helada por el calor. Cerré los ojos y me encontré de nuevo entre esa multitud, el calor era sofocante, vi la mano de Nao alejarse de mi y la multitud me tiró finalmente, sentí el dolor de un pie pisando mi mano, escuché el segundo o tercer disparo y la gente corrió más, yo seguía en el suelo. 


 


-Taka….-la voz de Kyo me despertó, estaba detrás de la puerta tocando. 


 


-¿qué pasa? - no me había dado cuenta que había estado llorando, se me quebró la voz al contestarle. 


 


-¿estás bien? - gritó la pregunta. 


 


“No” pensé. -Sí - contesté -ahora salgo - grité entre el agua y enjuagando mis lagrimas. Estaba temblando “estás en casa” me dije a mi mismo. 


 


 


—&—


 


Sakito


 


-no puedes - dijo Reita. 


 


-claro que puedo - le contesté. Llevábamos al menos diez minutos discutiendo por el celular - es una orden de lo familiar, conozco al juez - le repetí. 


 


-es un proceso de defunción, no tiene nada que ver contigo - me dijo nuevamente. 


 


Suspiré - ¿no te interesa saberlo, en serio? - le pregunté cansado - podrían estar vivos -.


 


-déjame investigarlo, además no creo que quieran ser encontrados - sonó dolido. 


 


-¿en serio? parece que estás molesto


 


-no


 


-pero…. - vi a Shou entrar al departamento y lucía más molesto que de costumbre - debo irme - colgué sin esperar respuesta - hola… -lo saludé con tono irónico, pero él me pasó de largo hacia la cocina. Lo seguí de inmediato, resoplando al ver que sacaba la botella de vodka que había dejado a la mitad apenas anoche, eran las once de la mañana del domingo. 


 


Crucé los brazos recargando en la puerta de la cocina - ¿noticias de tus padres? - le pregunté con el mismo tono.


 


-lo de siempre pero peor - le dio un sorbo a la botella sin servirla en un vaso - al parecer no van a seguir manteniéndome - resoplé - no me quisieron dar el cheque de este mes - le dio otro sorbo. 


 


Apreté el puente de mi nariz - bueno, no puedo decir que me sorprende - me miró mal - es decir, - le evadí la vista - ¿cuánto tiempo llevas sin escribir algo? al menos antes enviabas los cuentos a la revista, ahora ni eso. Llevas un año sin sentarte frente a la computadora para otra cosa que no sea revisar tus redes sociales o jugar; llevas postergando la novela por mucho tie…


 


La botella cayó al piso con un estruendo que me sobresaltó - carajo Sakito, ¿tu también? - la había dejado caer - pensé que mínimo me apoyarías en esto - salió de la cocina chocando contra mi hombro - yo siempre te he apoyado, jamás t lo he recriminado y es lo primero que haces. Me tienen todos harto - tomó de nuevo sus cosas. 


-¿a donde vas? - fue todo lo que alcancé a decir antes de que azotara la puerta tras de si. 


 


suspiré recargando en la pared y dejándome caer lentamente. Desde que una critica había destrozado uno de sus cuentos, Shou ya no era el mismo, bebía y gritaba todo el tiempo; odiaba en lo que se había convertido, pero no me atrevía a dejarlo. Lo amaba, aunque no fuera ni la sombra de la persona de la que me había enamorado tanto tiempo atrás. 


 


-&-


 


Aoi


 


-esto es una locura - dijo Kouyou, venía en el asiento del copiloto jugando con una pelotita antiestrés. 


 


Miré el retrovisor - lo sé, pero no sé que mas hacer. Podría hacer un escándalo y podríamos perder todo lo que hemos construido - me mordí el labio encontrando la cicatriz donde ocho años atrás tuve una perforación. 


 


-de acuerdo - tomó aire y salió del auto, un simple Toyota. 


 


Lo seguí mirando a todos lados, con miedo a encontrarme a alguien conocido, era tan extraño estar ahí. En esa casa donde tantos años antes mi padre me había corrido por cometer el único pecado que me ha hecho más feliz que nada en este mundo. Amar a mi hermano menor. Quería tomarle la mano a Kouyou pero no me atreví, como si de pronto estuviera prohibido hacerlo de nuevo, a pesar de haber vivido juntos como pareja desde que habíamos fingido nuestra muerte para poder ser libres. 


 


Ahora, mi madre nos había encontrado y amenazaba con destruir todo lo que habíamos hecho


 para ser felices. 


 


Caminamos lado a lado por el jardín, esperé ver el carro de mi padre o algún rastro de él pero no lo encontré. Tomé todo el valor que me quedaba y toqué el timbre, miré a Kouyou de reojo, se notaba igual o peor de nervioso que yo. Era claro que estar ahí le recordaba demasiado a nuestra vida anterior, una vida que por su propio bien había tratado de olvidar, aún si le había costado terapia y años de despertar a la mitad de la noche debido a las pesadillas. 


 


Cinco minutos de interminable espera culminaron en mi madre abriendo la puerta, no lucía como la recordaba. Su cabello era más corto y más arrugas surcaban su piel, seguía teniendo la misma mirada oscura que yo, pero tenía incluso manchas de la edad y algunas canas adornaban su cabello. 


 


Se tapó la boca con las manos en el momento que nos vio, parecía sorprendida a pesar de que habíamos hablado por teléfono - no puedo creerlo - dijo finalmente - eres tú - me miró fijamente y sin voltear a ver a Kouyou. Se acercó tratando de tomarme por las mejillas pero alcancé a hacerme hacia atrás para evadir su contacto, no quería nada que ver con esa señora. Extrañamente sonrió - por supuesto, ¿por qué no pasan? - se hizo a un lado permitiéndonos el paso. 


 


El tiempo parecía haberse detenido en esa casa, al menos estaba tal como la recordaba en mi cabeza esa tarde que nos habían sorprendido en la habitación de mis padres. 


 


Nos señaló la sala para invitarnos a sentar, vi la cantidad de papeles regados por la mesa. Alcancé a leer algunas palabras como: testamento y herencia, además del nombre de mi abuela. Kouyou temblaba un poco a mi lado, pero no se atrevía a decir nada, ninguno de los dos. Nos sentamos en el sillón más grande, mientras mi madre lo hacía en el sillón individual, ella también lucía incomoda. 


-bueno, se preguntarán cómo los encontré - decidió comenzar a hablar finalmente. 


 


-de las muchas cosas que me pregunto, esa no es una de ellas - Kouyou contestó, al final, habían pasado ocho años, mi hermanito no era la misma persona que había salido de esta casa al mundo y creo que mi madre no había esperado eso, puesto que la sorpresa que se dibujó en su rostro ante la respuesta de Kouyou fue indescriptible. 


 


Pareció ignorar el comentario - bueno, la abuela falleció hace algunos meses - comenzó a explicar. Era extraño todo, me sentía ajeno a esa platica, no tenía nada que ver conmigo - cómo saben ella poseía varias propiedades por el país, valuadas en una importante cantidad de dinero. nada para hacernos millonarios, pero lo suficiente para vivir bien por algunos años - sonrió esforzándose por sonar amable. Estaba frente a una completa desconocida - sin embargo todas las propiedades las dejó a nombre de sus nietos - nos señaló - ustedes, pero ustedes estaban…desaparecidos - tomó uno de los papeles - las palabras reales fueron: -comenzó a leer.


 


>>En la vida he tenido dos nietos, ambos hijos de mi amada hija. A ambos planeo dejarles mi herencia, siempre y cuando ambos demuestren ser Shiroyama. De lo contrario, mi herencia pasará a manos del único cuya sangre sea la real. 


 


Dejó el papel sobre la mesa. 


 


Kouyou abrió y cerró la boca - ¿qué? - preguntó sin entender. 


 


Mi madre se aclaró la garganta - tu abuela tenía la idea de que uno de ustedes no era nuestro hijo - se le quebró la voz. 


 


-¿cómo puede ser eso posible? - pregunté casi enloquecido. 


 


-si alguno de los dos resulta no ser un Shiroyama ¿qué harían? - preguntó finalmente. 


 


Nos miramos, tal vez ahí estaba. La respuesta a todos nuestros pecados. 


 


 


 

Notas finales:

¿Qué opinan? 

 

shou y sakito?? 

 

qué le pasó a ruki?? 

 

lo mas importante: aoiha!!!!!!!! 

 

dejen rvw y las querré para siempre <3 


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