Capítulo No. 2
Era hermoso. El hotel British Hill era realmente espectacular. No sólo el interior, el exterior era fantástico. Todos se habían quedado con la boca abierta, en especial Hamao.
-¿Y bien? ¿Qué les parece, chicos? ¿Verdad que tengo buen ojo para estas cosas?
“Genial” respondieron al unísono, casi como si lo hubieran ensayado.
-Bueno, como saben, las habitaciones serán locaciones así que deberán compartir, ¿de acuerdo?- todos asintieron. –De acuerdo, Takiguchi y Takahashi, habitación No. 541; Hiyori y Hosogai, habitación No…. y por último Hamao y Daisuke, habitación No.… estas son las llaves de sus habitaciones. Descansen bien y mañana comenzaremos con el primer ensayo, ¿de acuerdo?- todos respondieron con un fuerte “Sí”.
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Mientras Hamao acomodaba su ropa en los cajones, Daisuke preparaba el baño.
-¿De verdad no te molesta que yo entre primero a la ducha?
-No, Dai-san, está bien…- Hamao se sentía un poco nervioso, mañana comenzaban los ensayos, tenía miedo de no hacerlo bien. -¿Dai-san?- le llamó antes de que cerrara la puerta del cuarto de baño.
-¿Sí…?
-Recuerdas nuestro trato, ¿cierto?
-Sí, no te preocupes.- y la puerta se cerró.
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-De acuerdo, comenzaremos desde aquí, ¿te parece?
-Sí…
Luego de la cena, todos se dirigieron rumbo a sus respectivas habitaciones, Hamao y Daisuke sin embargo, no dormirían, mañana comenzarían con sus grabaciones y decidieron repasar sus líneas.
La escena elegida era precisamente la noche en que Gii regresaba de su viaje a EUA. Cuando Takumi regresó de la ducha, aún con el cabello mojado y la toalla en su cuello, y Gii le pidió que se acercara… entonces Gii se incorpora y arrinconando al tímido chico entre su colchón comenzaba a llenarlo de besos…
-Mira Mao, si lo hago de esta manera, no serán besos reales, ¿te das cuenta?- le explicaba el rubio.
-Está bien, pero…
-“Pero…”
-¿Podríamos practicar el beso ahora?- preguntó con una mirada inocente.
Daisuke rio divertido, Takumi y Hamano no se parecían en nada y aun así, cuando Hamao tenía estas actitudes tan cándidas, comprendía perfectamente por qué Yokoi-san lo había elegido para el papel.
-De acuerdo, ponte de pie.- le pidió.
Hamao obedeció y se colocó justo frente a su compañero.
-Cierra los ojos…- volvió a pedir.
-No, quiero verte…- le riñó el moreno.
-Será más fácil si cierras los ojos…
-¿Más fácil para mí o para ti?
-Para ambos. Anda, ahora ciérralos…- El moreno los cerró a regañadientes.
En ese momento, Hamao sintió las manos grandes de su compañero apoyarse en sus hombros, y sintió su corazón acelerarse. Sintió el aliento cálido en sus labios y segundos después, unos labios suaves sobre los suyos. No supo qué hacer, así que los mantuvo así, quietos, mientras el otro posaba sus labios sobre los suyos, sin hacer ningún tipo de movimiento.
-¿Eso fue todo?- preguntó confundido cuando el otro se separó.
-Sí, eso fue todo.- Daisuke le miró curioso, el chico parecía decepcionado. –¿Ocurre algo?
-No, nada.
-¿Seguro?
-S-sí…- la mirada inquisitiva le incomodó.
-¿No vas a decirme? Sabía que esto era una mala idea….
-No. Es sólo que…- le miró inseguro. –Es que no fue lo que yo creí que sería…
-¿A qué te refieres?
-Yo creí que sería, no sé, más húmedo…- Daisuke estalló en carcajadas al escucharlo, lo que ocasionó que el chico se sonrojara violentamente.
-Bueno, depende de qué tan apasionado te sientas o a quién besas, entonces puede ponerse muy húmedo…
-Ah…. ¿Y tú sueles besar así a tus novias?
-¿Qué?- la pregunta sí que le impresionó. –Pues… depende…
-¿De qué?
-De muchas cosas…
-¿Como cuáles?- insistió.
-Oye, basta de preguntas. No me siento cómodo hablando de esto contigo…
-¿Has tenido muchas novias?
-Mao-kun…- le llamó en tono de advertencia, pero la mirada insistente del moreno demandaba una respuesta. Era increíble lo que podía transmitir con la mirada ese chico. –No tantas…
-¿Te enamoraste de alguna?
-No realmente.
-¿Ahora tienes novia?
-No realmente…
-¿Eso qué significa?
-¡Ya basta!- le detuvo. –Comenzaré a pensar que mi madre te envió como espía.- Hamao lanzó una risilla agradable. Daisuke se perdió en ella. Ese chico era especial, ¿por qué no lo había notado cuando estuvieron en la obra juntos?
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La grabación fue bastante tranquila, los protagonistas se habían acoplado a la perfección, y en cuanto al resto del elenco, realmente se compenetraron; muy en especial Yukihiro. Parecería que él y Daisuke realmente fueran amigos de toda la vida.
Hamao y Daisuke se llevaban cada vez mejor, hablaban mucho y hacían casi todo juntos. Una que otra vez, Hiyori bromeaba diciendo que realmente parecían una pareja. Hamao lo perseguía por todo el set de grabación hasta que este se retractaba y en el momento en que los veía juntos lo repetía; era bastante divertido. Daisuke no podía evitar reír y pensar en lo parecidos que eran esos dos, ambos eran todo lo contrario a sus personajes.
Y así, de pronto, se llegó el día de la grabación de la escena más “fuerte” en la película; la escena de cama. Pero antes, debían ensayar.
-Vamos, Watanabe-san, recuéstate a su lado…- el rubio, atendiendo a las indicaciones del director, se acostó. -…mmmm…. Perfecto… Tú, Hamao, intenta parecer extasiado con las sensaciones que Gii le está dando a Takumi...- Hamao se atacó de la risa. Daisuke notó enseguida su nerviosismo y le causó cierta ternura. Hicieron un par de pruebas y cuando el director quedó convencido, dio la orden.
-De acuerdo, intentemos que quede en una sola toma, ¿listos?- tanto el staff como los actores respondieron al unísono con un “sí”.
Ambos se sacaron las camisas y cuando Hamao sintió el pecho desnudo del rubio pegado a su espalda sintió sus mejillas encenderse, e intentando esconder su vergüenza, ocultó el rostro entre las almohadas.
-¡Acción!
Daisuke se colocó sobre Hamao y el moreno se abrazó al él, el rubio comenzó a simular besos por el pecho de Takumi, haciendo que su cabello rosara ligeramente el cuello, lo que ocasionó que Hamao estallara en carcajadas.
-¡Corte!- gritó el director. –De acuerdo, seguimos desde aquí…- indicó. -¿Listos?- preguntó y a Hamao le dio otro ataque de risa. -¿Será posible?
-Vamos, Yokoi-san, démosle un momento…- intervino Daisuke.
-Lo siento, pero es que, Dai-san tiene la culpa, él hace todo como si fuera de verdad…- se quejó inocentemente.
-¡¿Yo?!- interrumpió el rubio. –Mao tiene la culpa, y es que es tan lindo….
-No, no lo soy…- replicó avergonzado.
-Bueno, continuemos…- se colocaron en posición, Daisuke se abrazó a la espalda de Hamao. -Relájate Mao, y por Dios, trata de no reírte, ¿quieres?
-Lo intentaré…- susurró.
En ese momento, Daisuke comenzó a repartir besos por toda la espalda de Hamao. Y Kyosuke no pudo evitar tensar el cuerpo entero, las sensaciones eran demasiado reales, tanto que si el director no hubiera gritado “corte” la cámara habría grabado el pequeño quejido que intentó ahogar, pero que al final se le escapó.