Capítulo Dos
El rubio había escuchado la puerta abrirse por lo cual su vista se dirigió hacia ahí, justo a tiempo para ver como una figura se asomaba por esta.
—¿Disculpa? ¿Puedo sentarme?— dijo aquella persona que resulto ser un niño, probablemente de los de primer año, Draco estaba a punto de contestarle, el niño se veía muy amable hasta que este volvió a hablar —Ugh...no, olvidalo, mejor me voy a otro vagón, no quiero respirar
el mismo aire que un sucio mortifago— dicho esto se fue.
Ahí fue como toda amabilidad se había ido y Draco solo sintió su estomago revolverse ¿Que clase de cosas le enseñaban los padres del niño? pero el no podía quejarse su padre tampoco le había inculcado muchas cosas buenas, el conocía muy bien lo que podrían decir los padres con tal de que sus hijos estuvieran "a salvo".
Se sentía solo, si antes se sentía solo ahora se sentía mucho más, las palabras del niño le hicieron ver que por más que el tiempo pasara las personas no olvidarían y que después de todo este curso que pasaba seria demasiado largo, recostó su cabeza en la ventana esperando que el tiempo pasara.
El tren llegó a su destino, el majestuoso castillo de Hogwarts, para los que vivieron la guerra la imagen de este destruido y en ruinas no pudo evitarles pasar por la cabeza, no seria sencillo pasearse por los pasillos sin poder ver la muerte impregnada en cada rincón, más para cierto chico de lentes que miraba el castillo a lo lejos, contento de haber regresado pero a la vez con un sabor amargo por todo lo malo que había pasado, solo esperaba algo diferente.
Divisó a Hagrid reuniendo a todos los de primer año y sonrió se acordaba aun cuando era un pequeño niño desnutrido que no conocía nada sobre magia, muy diferente a lo que era ahora —¡Harry! Deja de pensar en los cursos pasados ¡Este es un nuevo año! Y sera el mejor te lo aseguro— le dijo su mejor amigo, Ron al llegar junto a el
—Espero que si Ron, solo quiero un año normal y demas— sonrió caminando hacia los carruajes halados por Thestrals y se subió preguntándose internamente si los demás (los que habían estado en la guerra) podrían verlos ahora también —Eso va a ser difícil también, digo ¡Ustedes son el trio dorado!, tienen un montón de aventuras todos los cursos no creo que este sea la excepción— mencionó Ginny emocionada mientras se subía con ellos, sintiéndose parte del grupo.
Draco se había bajado del tren luego de recibir el décimo golpe "accidental" por parte de los demás, pero logro subirse a un carruaje suspirando aliviado sin ver notar a la personita que se encontraba a su lado —Hola Draco— le sonrió una chica rubia con unos pendientes algo extraños y calcetines de diferente color —Ah hola Lunática— contesto al saludo sin nada de burla en el apodo, después de todo Luna emanaba un aura que te hacia sentir extrañamente tranquilo
Así cada grupo partió hacia Hogwarts sin saber los secretos que ese año tenia ocultos, secretos que a varios de ellos, en especial a un rubio de mirada fría podrían cambiarles la vida.