2. Envidia
Podía sentir la mirada fija sobre su persona mientras practicaba la nueva coreografía que había hecho, en cierta manera era su idea al estarla practicando en ese momento, tener la vista de Yuuri sobre su persona y sentirse aún más grande y perfecto por este simple acto del menor. Al concluir escuchó los aplausos acelerados y emocionados del japonés, le miró respirando grandes bocanadas por el cansancio
— ¿Te gusto? —preguntó al acercarse y Yuuri le asintió de forma eufórica
—Viktor siempre hace cosas que me gustan cuando patina—el peli plata amplio un poco su sonrisa—Pero... es extraño
— ¿Qué cosa, Yuuri? —preguntó limpiándose la frente con una toalla que el niño le había tendido
—Que alguien tan impresionante como Viktor sea mi amigo especial—eso seguía rondándole por la cabeza, sus amistades eran más que contadas, desde más pequeño había sido alguien solitario y al que le costaba hablar con las personas, por ello le encontraban aburrido, además de denominarle constantemente como 'Gordo' aun cuando fuera más que todo la ropa más grande de lo que debería
—Ya veo... No debes preocuparte por eso, Yuuri—aclaró poniendo una mano en la melena de cabello oscuro—Eres alguien importante para mí—admitió sonriéndole, Yuuri como siempre y con todo lo que el ruso le decía le creyó, no es que mintiera pues Viktor quería entender porque se sentía así con un niño –adorable- que conocía de unas dos semanas apenas
—Viktor también es importante para mí—como pudo le dio un besito en la mejilla, sacándole un risita al ruso. Antes de ofrecerle patinar con él, un grito estridente se escuchó en todo el lugar
—¡VIKTOR! —si no fuera porque sabía controlarse, se pegaría en la cabeza con el muro. Yuuri volteo curioso a ver quién estaba gritando, notando a un rubio aproximarse hasta donde estaban
—Genial...—gruñó Viktor por lo bajo, alzo la cara con la mejor sonrisa que le salió—Buenas, Yuri~
— ¿¡Se puede saber qué coño haces aquí!? —Interrogo el rubio con una cara de mala leche única, Yuuri por su lado estaba a punto de vomitar arcoíris, sus lentes se habían caído de la impresión y todo— ¿¡Y que miras gordo!? —quisquillo y Yuuri dio un paso atrás algo intimidado, pisando sus lentes sin querer
—No le molestes Plisetsky—advirtió Viktor con voz algo extraña, ni siquiera pudo darse cuenta de su propia ira por ver a Yuuri con obvio miedo—Estoy patinando, eso es obvio
—No soy imbécil, sé que estás patinando porque estas en el maldito hielo pero qué coño haces en Japón—decía acelerado y Yuuri intentaba ver donde estaban los restos de sus lentes—Deberías estar practicando, en Rusia
—Da lo mismo donde lo haga, el punto es hacerlo. Puedes irte con Yakov antes de que le dé una embolia porque su 'Nueva Estrella' se escapó—dijo resentido, aunque Yuri no capto la idea. El rubio resopló y miró exasperado al niño, agachándose y dándole la montura de los lentes
—Toma de una vez y—antes de terminar de amenazarlo se quedó callado, mirando la sonrisa que tenía el japonés en el rostro
—Muchas gracias... Aunque no veo mucho... —dijo achinando los ojos—Viktor... Tengo que irme a mi casa...—dijo preocupado de lo que fuera a decir el peli plata, no quería que se molestara por no estar tanto como pudieran en la pista de patinaje, pero debía buscar sus otros lentes
—No importa, no tengo muchas ganas de quedarme hasta tarde hoy—le sonrió, aunque claro que Yuuri no pudo ver nada solo era una mancha borrosa color piel en ese momento, apenas con dos puntos azules
—Oye no me—antes de quejarse Viktor ya se había ido a la salida de la pista en particular—Tch...
—Tu eres... ¿Yuri Plisetsky verdad? Estuviste impresionante en el Grand Prix—sus ojitos brillaban de la emoción, Yuri enrojeció un poco por esto, ya muchos le habían felicitado pero con aquella voz infantil sonaba mucho mejor
—Ya vamos Yuuri, te puede doler la cabeza—de forma algo brusca tomó la mano del japonés, alejándole del rubio que había empezado a llamarle de nuevo
—Viktor...
— ¿Qué? —preguntó suavemente caminando algo acelerado, a ver si con suerte el rubio no lograba ver donde se estaba hospedando
— ¿Por qué estas molesto con Yuri? Él es un gran patinador también... ¿No son amigos? —pregunto curioso intentando seguirle el paso y tropezarse como el ciego que era en ese momento
—Umm...
No sabía que excusa darle, no podía decirle que odiaba con todas sus ganas a Yuri Plisetsky porque quería tomar su lugar como prodigio del patinaje ¿Qué clase de pensamiento se formaría Yuuri en su inocente cabecita? ¿Y si se decepcionaba? Nonono... Debía inventarse alguna excusa
—Lo que pasa es que Plisetsky hizo sin mi permiso una coreografía y estoy un poco molesto por eso—se excusó suavemente, llegando por fin a Yu-Topia. Yuuri parecía estarlo pensando mucho
—Claro... Robar es muy malo ¿Verdad? —soltó una buena cantidad de aire retenido al escuchar como Yuuri se lo tomó, al menos no pregunto mucho más—¿Ya llegamos? No veo nada—ponía los ojos chinitos, todo era un borrón de luces difuminadas en ese momento
—Sí, vamos a buscar a tu mama para que te de unos lentes—rio suavemente, Yuuri patinaba sin lentes, quizás estaba ya tan acostumbrado que por inercia no chocaba contra todo... o Usaba lentes de contacto y no estaba enterado
Pensaba darse un pacífico baño junto al japonés de no ser por los gritos llamándole de nuevo, puso los ojos en blanco ¿Cómo hacía para encontrarle? Bueno... Debía admitir que montar fotos al Instagram con Yuuri, con el GPS activado no permitía demasiada privacidad pero... Por dios que no se esperaba que lo fuera a buscar, mucho menos Plisetsky
Haciéndose el desentendido en todo asunto condujo a Yuuri hacia las aguas termales, sin prestar la más mínima atención a que Yuuri estaba diciéndole que le estaban llamando. Hubiera seguido en ese plan de no ser porque algo le pego en la cabeza
—Chert ublyudok !? Chto sluchilos' s toboy!? —quisquillo sobándose el golpe. Vio en el piso un celular tirado y a Yuuri viéndole con la cara azul de preocupación
—¡No me ignores bastardo! Deja de andar en las nubes—chillaba el ruso rubio, Viktor resopló haciendo una morisqueta y lágrimas de cocodrilo
—No había necesidad de mandar un proyectil contra mi cabeza... creo que...
— ¿¡Estas bien!? ¡Viktor! —Yuri detuvo cualquier clase de regaño que estuviera haciendo centrando su atención en el pequeño que parecía en verdad preocupado por el albino que...
—Creo... mi cabeza... muero...—dramatizo y se dejó caer al piso
—Que melodramático
—¡VIKTOOOOOR! MAMA, VIKTOR SE ESTÁ MURIENDO—empezó a chillar Yuuri con lagrimones cayendo de sus ojos, en verdad creyéndose la fingida muerte de zarigüeya que Viktor estaba haciendo aun cuando se estaba riendo de la inocencia del niño
—O-oye cálmate no se está muriendo... nadie se muere porque le lancen un celular—intentaba calmar Yuri poniéndose nervioso, Yuuri estaba llorando a moco suelto como si Viktor estuviera ya muerto
—¡ERES MALO! ¡Atacaste a Viktor y ahora se está muriendo! —y reventó a llorar con más ganas de las que ya de por si tenían
—¡Cállate ya gordo! —Ordenó alguien a la lejanía, no le prestaron demasiada atención, aunque a la hermana de Yuuri no le hizo mucha gracia que le ignoraran por completo—¡YUURI CÁLLATE YA! —grito Mari llegando hasta ellos
—Oye pero no le grites Zorra asquerosa—una vena se había hinchado en al frente de Yuri
—¡QUIÉN TE CR-!—antes de poder seguir reclamando se puso colorada—¿¡Yurio!? —y salió corriendo
— ¿Ah? —quedo todo confundido y sin saber qué hacer con un supuesto cadáver a sus pies y un niño llorando por eso
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—Uf~ Que bien se siente esto
Viktor estaba recostado de una piedra, con el cabello atado a una cola y sonriendo de forma estúpida como solía hacer siempre, a su lado un Yuri cruzado de brazos y con una expresión de fastidio única, aunque estando libre podría salirse si le daba la gana y afuera de las aguas estaba un tímido Yuuri apretando la toalla a su alrededor, nunca había entrado, había visto a Viktor entrar pero...
—Yuuri~ Ven aquí, está muy buena el agua, quizás así bajes los cachetes, no estás tan gordo—bromeaba Viktor de forma cariñosa, realmente tenía la contextura normal, al parecer lo que sumaba kilos era la ropa y sus cachetes de ardilla de lo más adorable que se cargaba
—Mama me dijo que no puedo entrar...—dijo algo apenado apretando la toalla que rodeaba su cintura y cubría sus partes nobles
—No se va a enterar de nada Cerdo, solo entra—Yuri intentaba mirar a otro lado, le resultaba extraño el sentirse atraído al ver la cara sonrosada del niño japonés. Antes de que volviera a decir que no podía Viktor se levantó, dejando ver perfectamente su desnudes
Yuri y Yuuri se pusieron terriblemente rojos, el menor de los tres viendo el suelo con los lentes empañados, solo había ido porque Viktor le insistió y quería explicarle porque no podía entrar. Por estar viendo el suelo no se fijó en que Viktor llegó hasta él y le cargó como si no pesara nada, tirando la toalla al suelo y sentándose de nueva cuenta con un muy avergonzado japonés
—¿Lo ves? No es nada raro—apretó a Yuuri contra su pecho mirando un punto muerto sin moverse, cabia tan bien entre sus brazos... Bajo un poco las manos, utilizando el vapor como pantalla y acariciando muy suavemente los muslos del infante
—Ya suéltalo idiota, va a terminar desmayado por el calor—regaño Yuri aun mirando a otro lado—Además para que me metiste aqui en primer lugar, deberías estar guardando tus cosas par irnos a Rusia
—No iré a Rusia—dijo un tanto atontado siguiendo en lo suyo, Yuuri solo se tapaba la boca por la sensación tan extraña que producían tales caricias del ruso—Le prometí a Yuuri que me quedaría hasta el inicio del siguiente Grand Prix
—No puedes solo—antes de seguir con su réplica se percató de algo—Esta... ¿sangrando?
—¿Que?—como pudo volteo a Yuuri que sangraba por la nariz
—Estoy... mareado...—balbuceo apenas y ambos Rusos entraron en crisis moviéndose de un lado a otro sin saber qué hacer
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—Estás castigado por una semana—dictaminó la señora Katsuki
—Pero mamá...—llevaba más de media hora soportando el regaño de su madre por haberle desobedecido y entrar a las aguas termales
Ambos rusos veían la escena a la distancia. Yuri bostezo y se recostó aún más del marco de la puerta, vamos que esos regaños no era algo que envidiara a la hora de su carencia de Madre,de hecho su abuelo era tan alcahueta con el que no recordaba ninguna discusión fuerte con él hasta ahora. Miro sutilmente a Viktor, tenía algo en su mirada y expresión que no le daba un muy buen presentimiento, lucía terrorífico a decir verdad, como uno de esos planos que se hacen a los asesinos en las películas.
Escuchaba el murmullo insistente y molesto de la madre de Yuuri, quería que callara y dejara de hacer llorar a su cerdito, sólo era un desgraciado baño en aguas termales, no iba a morir por estar ahí unos minutos, en su opinión prohibirle a su cerdito el ir a patinar por una semana era sumamente exagerado y sin razón,después de todo la actividad más importante que hacían juntos no podía ser simplemente cancelada por la fastidiosa mujer
—¿En qué piensas?—preguntó con suma confianza como si fueran amigos, ahora esa extraña e inentendible mirada se dirigió hacia Plisetsky
—En nada... —insulto por lo bajo volviendo su vista a Yuuri que ahora lloraba mientras su madre se iba. Con moqueo constante se acercó al peliplata que sonrió con su carisma acostumbra al menor—¿Que pasa Yuuri?
—Ma-mama no me de-dejara ir a la pista una semana... Yo quería verlos patinar—sollozo intentan parar sus lágrimas
—No importa, puedo... ¿Que dijiste?—se quedó un poco pasmado por el plural utilizado en la frase anterior
—E-es que... ustedes son dos son... los ganadores del Prix y quería verlos—sollozó como si fuera el fin del se quedó quieto mirándole ¿Porque quería ver a Plisetsky también? él era el mejor, no había necesidad de ver al rubio
—Abandona esa ilusión niño, nos iremos a Rusia —dicho esto se fue dándoles la espalda. Yuuri bajo la mirada y Viktor ladeo suavemente la cabeza, era obvio y evidente que el niño no iba a desobedecer a su madre, asi que debia encontrar una manera de consolarlo
—No le hagas caso, no pienso irme a Rusia—aseguró dándole un beso en la frente—¿Vamos a comer algo?—ofreció y Yuuri con una especie de energía recompuesta le miró con ojos brillantes
—Vamos a comer Katsudon
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—Amazing!—celebró cuando pusieron el tazón frente a él, Yuuri había empezado a devorar todo lo que había en el plato seguido de Viktor—¿Porque no habíamos comido esto antes?—preguntó con algo de sucio en las mejillas que limpiaba rápidamente con una servilleta para seguir comiendo
—Cuando como mucho me pongo gordo y si estoy gordo no puedo patinar—explico con los cachetes llenos de salsa. Viktor se inclinó hacia él y lamió suavemente la gorda mejilla que se torno roja por la vergüenza —Vik-Viktor
—Estabas sucio—respondió sonriendo y enderezandose—Pero si engordas... ¿porque vinimos a comerlo?—pregunto curioso siguiendo con su plato
—Porque quería comer mi comida favorita con Viktor
—Otra vez... esa sonrisa
Se le quedo viendo fijamente aun cuando Yuuri había vuelto su atención al Katsudon, quería comprender porque se sentía tan débil tan solo mirando esas sonrisas tan inocentes de parte de Yuuri, aquellas miradas llenas de ilusion y emocion al verlo poner un pie en la pista de patinaje... ¿Porque? Porque se sentía tan terriblemente enfadado al recordar que Yuri miraba a su cerdito, el que la madre de este le regañara hasta hacerle llorar, que los niños le llamaran "gordo" para hacerle sentir mal... ¿Porque? ¿¡PORQUE!?
—¿Viktor?
—EH.. lo siento ¿Qué decías?- preguntó con expresión amable
—Tu Katsudon se va enfriar—advertía
—Claro... Yuuri
—¿Um?—tenia los cachetes inflados por la comida en la boca
—Eres mi cerdito ¿verdad?—pregunto y Yuuri ladeó un poco la cabeza tragando todo lo que tenía en la boca. A veces le decia asi, el menor lo asumia como un apodo de cariño en lugar de algo despectivo como sucedía generalmente
—Si lo soy—y esa sonrisa de nuevo que removió de forma casi frenética tanto en su pecho como en su cabeza
Si ya aceptaba ser su cerdito... ¿Porque permitir que alguien más le hiera? O más bien... tan siquiera disfrutara de su sola presencia. Sonrió de forma retorcida y extraña al sacar la conclusión a todo el dilema
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—No me iré a Rusia, punto—suspiro, algo harto de que Yuri no dejará de insistir
—Tienes que practicar, el Grand Prix y algunos otros campeonatos vienen y a menos que quiera que te deje por los suelos antes de tiempo debes practicar—decía frustrado. Un escalofrío recorrió su columna vertebral por aquella mirada fría dirigida a él
—¿Enserio crees poder ganarme de forma tan pobre? Yo no soy ciego como la gran mayoría, patinaste bien... pero simplemente no fue perfecto como debió serlo. No sientes la música, no la haces y mucho menos entiendes el Agape—aseguraba en tono seco y hasta cierto punto aterrador—Fue un desperdicio que lo practicaras, nunca había visto a nadie con un patinaje tan frío y patético —se burló torciendo el gesto con una sonrisa rara—El prodigio soy yo, tu tan solo eres la brisa pasajera que me desordena el cabello—se mofó como si esto último fuera lo que en realidad pensara acerca del rubio, cuando en realidad era el estorbo a su vida feliz y Ego intacto. Esta bien que no iba a ser el campeón eterno pero quería al menos disfrutar plenamente su momento
—M-maldito—tartamudeo de form agresiva queriendo pegarle un puñetazo en la cara y quitarle la maldita expresión egocéntrica del rostro, jamás lo había imaginado asi, era su idolo por dios, siempre lo imagino amable como se mostraba en las entrevistas... no esta forma tan vanidosa
—Yuuri~—antes de algo más el peli plata había casi desaparecido de su lado y le ubico corriendo hacia el adorable niño japonés que parecía sentir hasta el peso de su alma—¿Que te pasa? —preguntó poniéndose a su altura e intentando conectar su mirada con él—¿Alguien te hizo daño?—Una ligera sombra apareció en sus claros ojos azules, Yuuri moqueo
—En la escuela... me llaman mentiroso porque dije que ustedes estaban aqui—no queria llorar frente a Viktor,no de nuevo
—Oh.. no importa. Todos son unos idiotas... ¿Qué quieres hacer? Haremos lo que quieras
—Bueno...—seguía con la mirada clavada en el suelo, quería verdaderamente encerrarse en su cuarto a llorar un rato...
—Si tanto harás lo que el cerdo quiera...—Yuri llegó hasta ellos cruzado de brazos—Te reto. Tu querias verme patinar, asi que patinare solo si compites contra mí—veía retadoramente a Viktor que mantenía una expresión neutral—Si yo gano iremos a Rusia sin derecho a réplica y...
—Si yo gano me quedo y dejaras de insistir—suspiro penumbroso
—Esta bien... pero el ganador tendrá lo que quiera con el cerdo—completo algo colorado
—¿Porque con él?—preguntó en tono receloso
—El será nuestro juez—respondió simplemente
—E iremos a comer Katsudon por la victoria —exclamó con ojos brillantes. Viktor resopló un poco frustrado, era obvio que había pedido hacer eso frente a Yuuri para que no pudiera negarse
Pero bien, le restregaria en la cara que como ya debería saber, seguía siendo el Rey y el tan solo uno de tantos aspirantes a quitarle su corona, siendo honesto era el mejor en eso y no dudaba que podría hacerlo pero... quería demostrar que aún podía dar más, antes de que alguien llegara a descoronarlo
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Terminó de atarse los patines, suspirando pesumbrosamente. Habían decidido patinar la misma canción pero con diferente tema, mientras Yuri haría "Agape" él patinaria "Eros", podría decirse que eran cosas muy distintas en cuanto a ritmo pero ambas tenían el mismo tema, Amor. Debía entrar entrar contexto, Eros... el amor sexual, el contacto físico, el deseo carnal...
—Vik-Viktor...
Abrió los ojos entre sorprendido y algo asustado por lo que su imaginación, sin ninguna clase de permiso, había creado en su cabeza. Del tiempo que llevaba con Yuuri y más aún después de su respuesta al comportamiento tan extraño para con el niño, jamás había pensado de esa manera, pues Yuuri seguía siendo un pequeño que derramaba inocencia con cada una de sus acciones pero ahora, haciéndose la imagen y el panorama no estaría mal llevar el Eros a aquella "Amistad" que tenía con el Japonés
—¿Viktor?—volteo a ver al que quien ocupaba sus pensamientos le llamaba—¡Te ves genial!—chilló destilando emoción por cada poro su de su suave piel asiática que repentinamente, quería acariciar
—Que bueno que te guste, había pedido a traer este porque te gusta—dijo tomando su cabello para atarlo en una fuerte coleta
—La primera vez que te vi en la televisión lo estabas usando... ¿Como se siente?—preguntó curioso
—Como una nueva piel que se mueve al compás del aire cuando te mueves—le sonrió y Yuuri le devolvió el gesto—¿Estás listo?
—¡SIP! ¡Veré a Viktor patinar conta Yuri, esto es genial!—celebraba saltando y adelantándose un poco a Viktor que le miro desde atrás, admirando en silencio la emoción pura que tenía el pequeño por solo poder verle patinar
—De todos... no pensé que escogieras ese—admitió ladeando la cabeza con una sonrisa pequeña y encantadora, Yuri hizo una especie de puchero, de entre todos los trajes que habían, solo ese blanco brillante había llamado su atención—¿Empiezas tú?-preguntó haciendo un gesto caballeroso, Yuuri solo les veía intentando contener la emoción para no caer al suelo como plátano
—Hump... Por supuesto, pero... Quiero saber que quieres hacer con el cerdo si es que logras ganar—Viktor parpadeo un poco, realmente no lo había pensado
—Eso es un secretito—hizo un gesto coqueto poniendo un dedo frente a sus labios, a la vez que guiñaba el ojo—¿Y tu? ¿que planeas?—pregunto con aquella carencia de brillo en sus ojos
—Un beso—dijo casi sin pensar para luego ponerse rojo
—Ohhhh...—dijo en tono pícaro poniendo las manos tras su espalda, apretando los puños con fuerzas hasta el punto de que posiblemente dañaría un poco la tela del traje que cubría sus manos—¿Y porque un beso?—preguntó inclinándose levemente
—¡S-SOLO SERIA UN REGALO DE DESPEDIDA!—chillo poniéndose aun más rojo y dándose la vuelta para entrar en la pista. Yuuri tenia los protectores de las cuchillas en sus manos y se recostó del muro para ver mejor, luciendo concentrado
No sientes la música, no la haces y mucho menos entiendes el Agape
—¿Entenderlo? El amor inocente, incondicional... —Al estar en medio de la pista de hielo se quedó un poco pensativo—Pensé en mi abuelo... pero según él no entiendo el Agape...
La música empezó a sonar a su vez que empezaba a patinar, sintiendo la mirada atenta sobre su persona. Por el rabillo del ojo logro ver a Yuuri, que le miraba con esos ojos tan emotivos, le hacía sentirse tan satisfecho, aun cuando no era el mejor ni había superado a Viktor, Yuuri le miraba de tal forma que la sensación de ser el mejor de todos sin serlo era reconfortante
Se asustó un poco, Yuuri le había tomado de las mejillas y dado un suave beso en los labios. Algo alterado le miró con el ceño fruncido
—Quiero que seamos amigos—ladeo la cabeza—Eres genial—sonrió inocentemente
—¿Para que me besas entonces, cerdo?—preguntó desviando la mirada
—Viktor me dijo que los amigos que son especiales lo hacían... Y tu pareces molesto por todo... ¡Pensé que teniendo más amigos podrías ser feliz!—alzó los brazos y Yuri se le quedó viendo, lo estaba haciendo... ¿Por él?
—Mi... Agape...—murmuró par si mismo, sonriendo de repente
Podía ser absurdo reflejar su ágape en un niño que conocía de un dia, pero en ese corto periodo de tiempo le había demostrado una especie de cariño que nadie más le dio. Ambos eran iguales, unos admiradores soñadores a ser como Viktor pero... Yuuri le hizo sentir como si ya hubiera cumplido esa meta
—Ahora parece... haberlo encontrado—frunció un poco el ceño y desvió su vista al japonés que no quitaba su vista de Yuri—Yuuri...—se inclinó hacia su oído, sabiendo que el de gafas no apartaría la mirada—...Recuerda que el robo esa coreografía —tarareo suavemente al oído del pequeño, Yuri estaba haciéndolo casi perfecto, sobre todo para el pequeño japonés que sin duda alguna estaba perdido en los movimientos del rubio—Y si decides que el gana... Tendré que irme
Era algo sumamente rastrero querer manipularlo pero no pensaba apartarse de el y mucho menos permitir que Yuri rozara sus labios con los de su inocente cerdito -aunque no sabía que esto ya había pasado-. Finalmente Yuri término, jadeando visiblemente pero con una ligera sonrisa, luciendo orgulloso de sí mismo y su descubrimiento a último minuto. Hizo una ligera reverencia hacia Yuuri que aplaudía animado, lo que sacó de ambiente fueron más aplausos. Viktor rodó los ojos, al parecer esos dos niños tenían manía por aparecer cuando les daba la gana, aunque no debieron de haber pasado, había llegado a un acuerdo con el dueño del lugar pidiendolo para hacer ese pequeño evento privado... alguno de ellos dos debía ser hijo del dueño
—¡Estuvo genial!—exclamaba Yuko emocionadisima
—Anda, que de verdad esta Yuri Plisetski aqui—dijo Takeshi un poco impresionado y Yuuri apretó los labios
—Se los dije... pero ustedes me llamaron mentiroso—su labio inferior temblaba, parecía tener ganas de llorar
—Jeh, te fuiste corriendo, aunque con lo gordo que estas no hiciste mucho—se mofó el grandulón y Viktor le miraba de una forma que a Yuri le dio una especie de mal presentimiento
— Hey, ya es tu turno, a menos claro que tengas miedo de que no te elija—se burló con esa sonrisa confiada que tenía contadas veces en su rostro
—Claro, pero antes—sacó su celular de entre su traje y jalo a Yuuri con uno de sus brazos—Es bueno recordar antes de competir, sonríe—al tomar la foto le molesto un poco que Yuri se metiera pero ya que iba a hacer, Yuuri tenia los lentes algo caídos por el brusco jalón pero eso le hizo ver más adorable. Le dio el celular a Yuuri y quitó los protectores de las cuchillas de los patines, entrando a la pista y quedando en medio de esta al instante
—Hora de hacer que su cabeza no se aparte de mí—pensó sonriendo y poniéndose en posición, sintiendo un par de miradas extras pero que no pudieron serle más indiferente