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¿Es realmente imposible? por ARTHEMIS

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Notas del capitulo:

Hola, nuevamente regreso con esta historia con tanto significado para mi, fue la primera historia de Saint Seiya que me anime a escribir y por que el HadesxShun es mi pareja fav :3

La vida de los humanos, es tan corta y efímera. No son más que pequeñas existencias intentando complacer egoístas deseos, un intento de adquirir felicidad sin importar quién o que sea dañado. 

 

 

Egoístas por naturaleza, despiadados, incapaces de dejar atrás el pasado, cargando deseos mundanos y llenos de defectos. Entonces ¿Cómo podría un humano corriente siquiera soñar con un dios?

 

 

El peliverde menor de los santos de Athena observo con recelo la cadena que con anterioridad había creído un regalo de su madre, misma que Ikki y los demás habían insistido con destruir pero que el había arrebatado de sus manos. Después de todo era lo único que lo mantenía unido al Dios del inframundo.

El destello de unos ojos azul cristal irrumpieron en su mente, tan fríos y enigmáticos, había escuchado una conversación a manos de sus compañeros que le habían irritado.

 

“Sus ojos son el infierno”

“Solo se ama a sí mismo”

“Es el ser más despiadado del mundo”

 

 

No, él había comprendido sus sentimientos en el tiempo que había albergado su alma, y podía decir sin temor a equivocarse que no era cruel, el destino lo había llevado por senderos equivocados, era un alma que nunca había encontrado el consuelo que deseaba, desde el momento de su nacimiento la tragedia había marcado a fuego su cruel existencia, repudiado y odiado por humanos y dioses por igual. Inevitablemente había caído en la desesperación, y en un intento por desaparecer todo lo que se le había arrebatado llevo a cabo la despiadada guerra.

 

 

¿Cruel? No podía llamarle de esa forma a alguien que había reconocido su error y que además otorgo un nuevo amanecer a todos los caídos en la guerra, así como una vida normal a cualquiera de sus espectros que así lo deseara.

 

 

 

-          Shun! – El caballero de Pegaso le llamo desde la lejanía, reunidos al pie del Coliseo de entrenamiento estaban sus amigos y hermanos esperando por él.  Observo una última vez el dije antes de depositar un casto beso y colgárselo.

 

 

Fue bajando uno a uno los escalones para reunirse con los otros, con la mirada interrogante de Ikki sobre su persona, le regalo una sonrisa, esperando que eso le fuera suficiente para evitar la plática que prometía su mirada.

 

 

 

-          Estuvimos hablándote Shun -la animada voz de Seiya interrumpió a Ikki – Incluso llegue a pensar que algo malo podría haberte pasado – Lo rodeo con un fraternal abrazo mientras reían.

 

 

-          Lo siento chicos, he terminado el entrenamiento con Shaka y decidí descansar un rato antes de ir al templo de virgo.

 

 

-          Y que lo digas, Aioros ha estado tirándome el pleito toda la mañana, por mi aparente “Falta de dominio con el arco sin cosmo de por medio”

 

 

-          Tomando en cuenta que eres el sucesor del signo del arquero, supongo y la preocupación del Maestro Aioros es bien fundada – la sagaz voz de Hyoga avergonzó a Seiya que por un momento se escondió detrás del peliverde

 

 

-          ¡He salvado a Athena muchas veces con las flechas doradas!

 

 

-          Con la ayuda del cosmos de otros caballeros o con la del mismo Aioros

 

 

-          ¡Shiryu! – el grito del castaño arranco una sonrisa en los caballeros restantes – Los odio.

 

 

 

La risa lo invadió mientras veía a sus amigos y hermano reír, después de tantas penurias y guerras al fin podían relajarse -en la medida que se les permitía – y disfrutar de su vida. Incluso Ikki había aceptado quedarse a entrenar junto a Aioria para ser el siguiente portador de la armadura dorada de Leo. Caminaron de regreso al santuario, Shun se alejó lo más posible de Ikki con la excusa de platicar amenamente con Hyoga.

 

 

 

-          Caballeros – de pie a la casa de Aries los saludo el guardián de la misma – justo iba a buscarlos – la expresión de Mu alerto sus sentidos e inevitablemente sintieron que su vida volvería a sufrir un revés – El patriarca nos convoca a sus aposentos.

 

-          ¿El maestro Shion? ¿Pasa algo con Athena?

 

 

 

-          ¿Regreso Saori?

 

 

-          No puedo dar respuestas a sus preguntas, Shiryu y Seiya – la mirada del caballero del carnero se perdió durante segundos en los que la preocupación se acrecentó – a los otros caballeros dorados se les dio la misma orden, sus maestros me pidieron que apenas les viera se los avisara.

 

 

-          Pero ¿Por qué nos avisaron directamente?

 

 

-          No querían alarmarlos pequeño Shun, conectar con su cosmo habría sido precipitado y exagerado, Shion no priorizo la orden, por lo que aún no tenemos porque preocuparnos

 

 

-          Entonces …

 

 

-          Entonces caminen a sus templos y partan cuanto antes con su maestro hacia el patriarca Seiya

 

 

 

Obedecieron las ordenes de Mu, subieron por los escalones de Aries y prosiguieron su camino, cada uno se reportó ante su maestro que lo esperaba con la armadura de bronce a sus pies, con la orden de vestirla para presentarse ante el patriarca.  Los once dorados y los cinco caballeros de bronce llegaron al templo de Piscis donde Afrodita los esperaba para levantar el camino de rosas y dejarles el paso libre.

 

La tensión era palpable en el ambiente, los caballeros se erguían a cada paso que los acercaba a su lugar de reunión, unos preocupados de las nuevas órdenes, otros expectantes sobre qué nuevo peligro rompería la aparente paz conseguida.

Ingresaron uno a uno a la cámara del patriarca y se colocaron en su debido lugar, siguiendo el orden zodiacal y cada discípulo junto a su maestro.

 

-          Patriarca – Saga y Aioros se adelantaron ante su excelencia que los recibió con una sonrisa afable.

 

 

 

-          Caballeros – La comitiva se arrodillo frente al rubio que se pronunciaba frente a ellos – Como sabemos nuestra Diosa ha sido enviada por el gobernante del Olimpo en una proeza para buscar a la Diosa Hécate, por lo que se ha dejado a la tierra desprotegida por un lapso de tiempo indefinido, lapso que habrá ser cubierto por otro Dios

 

 

 

-          ¿Ya fue elegido su excelencia? – La voz del caballero de Virgo se levantó en el templo.

 

 

 

-          Así es Shaka – En ese mismo momento,  de los aposentos privados de Athena surgieron dos sombras. Hasta entonces los santos alzaron su vista ante la primera figura.

 

 

 

Era un joven que por su apariencia no debía pasar lo de los veinte, poseyendo un ensortijado cabello que no rebasaba sus hombros de un castaño claro adornado por una guirnalda de olivos, el mancebo les sonrió cálidamente, sus ojos color miel delataron su nerviosismo mientras paseaba su mirada sobre los santos que lo observaban. Mientras seguían observando la delicada figura del primer dios, el segundo dio un paso al frente, opacando por completo al anterior, la rigidez de todos los presentes alerto al patriarca que se adelantó a sus santos.

-          ¡Bajen la guardia!

 

 

 

 

 

El monte olimpo se erguía imponente en lo más alto de Grecia, oculto de los envidiosos e indignos ojos de los mortales. Las puertas cinceladas de oro se abrían para recibir a los dioses olímpicos en una junta extraordinaria convocada por el mismo Zeus para llenar el vacío dejado por la hija predilecta de este.

 

 

El Dios del inframundo ingreso a la sala que había sido tomada como punto de reunión, su habitual asiento a lado de su hermano Poseidón lo llamaba, Zeus le saludo con un corto movimiento de cabeza y comenzó la reunión

 

 

-          Entiendo que Hermes les ha dado una pequeña introducción sobre que trata esta reunión – los diez dioses restantes asintieron a las palabras – Entonces ¿Quién se ofrece para llenar el vacío temporal dejado por Palas? – El joven moreno estaba a punto de hablar cuando fue tajado por el Dios del trueno – Claro, a excepción de Ares – el mencionado resoplo mientras dirigía su mirada lejos de su padre - ¿Hermes?

 

 

-          Lo siento padre, pero entre mis tareas de Dios mensajero, guía de almas así como de mis otras ocupaciones, el mandato de la Tierra está lejos de mis opciones.

 

 

-          ¿Qué tal tu Afrodita?

 

 

-          No es el tipo de obligación que me es grata, además dudo que Athena encuentre agradable que sea yo quien cuide de su amada Tierra.

 

 

-          ¡Que no Ares! No deseo desolar la Tierra por un capricho tuyo, me convendría más soltar a los titanes y dejarles la temporada que Athena este fuera – El dios del inframundo soltó una pequeña e imperceptible risa ante el berrinche que dio su sobrino, el despiadado y sanguinario Dios de la guerra estaba con un puchero amedrentado en su asiento.

 

 

-          ¿Y tú Dionisio? – El menor de sus hermanos interrogo al joven Dios del vino que se sorprendio ante su nombre –

 

 

-          Bueno, por mi estaría bien, no me representa una carga grande sobre todo si es temporal, solo quiero que recuerdes padre, que no soy el más sensato o cuidadoso de los Dioses presentes – un pequeño rubor se asentó en los prominentes pómulos del mancebo mientras todos los dioses restantes le observaban.

 

 

-          Lo se hijo mio, por ellos seria conveniente que alguno de los otros dioses ofreciera supervisarte.

 

 

Ante la decisión tomada del Dios, los ocho restantes soltaron mil y una excusas para evitar ser “la niñera” de la tierra y además del Dios de vino, lanzando aquí y haya sus tareas y sus múltiples ocupaciones, que casi nunca o más bien nunca cumplían ellos mismos.

 

 

 

-          ¡A callar!  - un rayo atravesó el cielo mientras todos guardaban silencio –

 

 

-          ¡Tu no Ares!

 

 

-          ¡No he dicho nada!

 

 

-          Por si lo pensabas

 

 

-          Entonces ¿Qué tal tu Hades? – el nombrado volteo rápidamente a su hermano que le sonreía en reconocimiento Mierda 

 

 

-          No me presentaría un problema, pero estaríamos en la misma posición, dejaría al Inframundo solo y entonces no serviría de nada Zeus

 

 

-          Sin embargo, podrías atender los asuntos desde el santuario, además tienes a tus tres jueces sin contar el apoyo de Pandora, así como de los Dioses menores Hypnos y Thanatos.

 

 

-          …

 

 

-          Entonces, si no tienen más que decir, Dionisio y Hades serán los encargados de velar por la Tierra en lo que regresa Athena

 

 

 

 

La imponente voz del patriarca petrifico a los santos de que solo observaban con recelo la figura del Dios del inframundo que les veía con desinterés total.

 

-          Patriarca por favor – el joven de cabellos castaños llamo a Shion antes de adelantarse a los caballeros – Me presento,  soy Dionisio, hijo del Dios Zeus y la mortal Semele, Dios de la vid y actualmente protector de la Tierra hasta que mi hermana Athenea regrese del encargo de nuestro padre, y el es Hades, hijo de Cronos y  Rea , uno de los tres grandes, Dios del Inframundo, además de mi tío – Presento con voz decidida el menor de los dioses al tiempo que se acercaba al recién mencionado – Fuimos enviados y autorizados por el Dios Zeus, y espero que puedan dejar sus asperezas en el pasado, o igualmente pueden ir con quejas a mi padre.

 

 

 

Imperceptiblemente el castaño tomo la mano de Hades en un desesperado grito de ayuda, la mirada del mayor se suavizo al observar el ligero temblor del más joven de sus sobrinos, que le defendía ante todos los caballeros de Athena. Una oleada de calor lo albergo mientras daba una caricia en la delicada mano del menor sin saber que los ojos esmeralda del caballero de Andrómeda habían seguido cada acto.

Notas finales:

Si llegaste hasta aqui muchas gracias por leer y espero que te haya gustado.

Recuerda que un bonito review siempre inspira a continuar, pues nos hacen ver que les gusta lo que hacemos y asi nos animamos a ser mas activas.

Nos vemos en el proximo cap :3


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