Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

The Naked Truth in the Other Thruth por LumeWolf

[Reviews - 14]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Saludos, lamento la demora, surgieron varias cosas que me mantuvieron con el tiempo medido, la mente dispersa y limitada interacción con mi PC...

En fin, es un capítulo ligermaente corto, pero espero que se ade su agrado.

Y me disculpo nuevamente.

The Naked Truth the Viewfinder: The Naked Truth in the Other Thruth

Extra Dark Thruth (Parte I)

 

 

 

Después de salir del hotel, había llamado al móvil de su contacto, dentro de la organización de Ryoishirou Rume… El de cabellos cobrizos realmente era perspicaz, ignoraba de qué tanto tiempo había sospechado, pero no había fallado en su certeza de…

 

-“Ryuusei-San, dado que ha intentado contactarlo; debo decirle que ya es un poco tarde, Ichinose Kou… ¿O, debo decir, Agatsuma Keiichi? Como sea, estará indispuesto de manera permanente de aquí en más. Ryoishirou-Sama dejó para usted un mensaje, si hacía ésta llamada: ‘No me subestimes. Primero y último.’.”- conocía bien la voz al otro lado de la línea…

 

-Yamakira…- Amon apretó el puño, el particular de Rume; al parecer; se había hecho personalmente cargo del hombre que, con arduo trabajo, había logrado convencer para entrar en los negocios del de ojos grises y de que le hiciera conocer (tanto como pudiese), de las actividades de Ryoishirou… -Tengo entendido que estás en América.- mientras miró con furiosa rudeza al chofer de su vehículo, sosteniendo férreamente el móvil contra su oído, cuestionó al hombre tras la línea. El de cabellos cobrizos no estaría prescindiendo de él, de encontrarse éste también en Japón…

 

-“Lamentablemente. Pero no hay nada que especialistas en telefonía no pudieran hacer, para desviar la llamada del segundo móvil que traía oculto su informante… Yo voy a velar por los intereses de mi Jefe, Ryuusei-San. Aún si tenga que hacerlo a distancia, cumpliré cada orden que él me dé.”- Yamakira…

 

El Yakuza colgó la llamada, asomando nuevamente la peor cabeza de su irritación; mientras su chofer fue rápido en ponerse tras el volante y encender el motor del auto… Hombre listo, salió de la línea de fuego, mientras Amon quería poner sus manos en aquel secretario…

 

Quizá ese Yamakira, era la segunda persona que le molestaba más; por muy debajo de lo que le provocaba Asami Ryuuichi

 

Pero, en defensa del secretario, era el hombre más cercano a Rume y con quien –éste- no había tenido ninguna relación fuera del ámbito laboral; era eficiente y cumplía muy bien su papel de secundar en todo trabajo que Ryoishirou trataba. Lo desagradable, estaba en el hecho de ser demasiado bien parecido

 

Y que…

 

El pelinegro abordó el vehículo, éste prontamente tomando rumbo a los negocios que tenía que atender; dado que su suplida ausencia no fue del todo suficiente. Lo que le había librado de la expulsión o, peor aún: la muerte, por haber salido al extranjero tanto tiempo; era el hecho que, pese a ser como los de la vieja escuela Yakuza, tenía cierto toque para los negocios.

 

Su ida, con el contacto Coreano -previo a su partida a América-, había sido fructífera para expandir una ruta de tráfico; bajo la máscara de casinos… Estaba todavía a tratar si sería sucursal de los anfitriones, de su grupo o si optaban por una “negocio fantasma”; que bien era el camino factible, dado que estarían incursionando en el país… Tendría que tomar muchas precauciones para que aquellos no quisieran pasarse de listos. Se reclinó en el asiento, mientras los rayos de sol traspasaron la ventana, contorneando los edificios mientras se alzaba más la mañana. Habría querido permanecer mayor tiempo en aquella suite... Haber disfrutado de tener -para sí mismo- al otro, si tan solo Rume estuviese en condiciones y no le hubiese desdeñado…

 

¡Infiernos! Necesitaba un trago…

 

La última vez que había tenido el placer de abrazar aquel definido y esbelto cuerpo, había sido poco antes de que aquel hubiese sido herido y devuelto precipitadamente a Japón. Por mucho que Amon deseara poder tener la libertad de disfrutarlo a cada instante, de cada momento… No solo sus responsabilidades estaban en contante desatino con las de Ryoishirou; lo que más se interponía -en el hecho de querer aprovechar cada pequeña ocasión de acorralar al otro- era que Rume mismo no le permitía avanzar

 

Sin embargo, cada que tenía acceso a ese cuerpo, aquel no se resistía.… El encuentro carnal era sublime, desinhibido... Tal parecía que no había nada en aquel que no pudiese recibir. Siempre dispuesto el engañosamente joven, peligrosamente bello y devastadoramente perfecto amante…

 

Pero, querer mantenerlo demasiado tiempo cerca de él, se volvía imposible… Del amante entregado resurgía el indómito y letal hombre; ese frío traficante de obras artísticas e históricas, como cualquier otra pieza admirable y de cuantioso valor, dentro del mercado negro...

 

Todavía no entendía de dónde le “nació” la idea a su anterior jefe -en el grupo- para haber pedido unas valiosísimas y extremadamente raras piezas de orfebrería (de las que, por cierto, tampoco prestó interés en el momento), ni qué tanto era el alcance de esa petición; para que el afamado traficante venido desde medio oriente, ese japonés-extranjero, llegase en persona a hacer la entrega de aquellos objetos. Más no reprochaba la ocasión… Si bien no creía que éste fuera quien su jefe aseguraba; dado a la engañosamente joven apariencia de aquel; Ryoishirou Rume no dio cabidas a demasiadas dudas al aclarar muchos detalles no solo de las piezas de orfebrería que había traído, también de todo lo que sabía de su grupo y lo muy bien enterado de lo que se hablaba de él a sus espaldas…

 

Claro estaba que, antes de que aquel usara su desenfadada y letal calma para ponerlos en su sitio, Amon vio en esa aparente inocencia juvenil de aquel, algo demasiado sugestivo para corromperlo… El de cabellos cobrizos era lo suficientemente bello y frágil como para someterlo en un momento pasional; se sintió atraído irremediablemente, y no dudó en acercarse; quería aleccionar al crío por pretender ocupar un lugar que no era suyo. O eso pensó, hasta que se vio de frente con la realidad que encerraban esos ojos grises y confianza calculadora.

 

Y la atracción se convirtió en deseo, y éste en obsesión

 

Aquel, como lo hacía ahora, había desdeñado y minimizado sus intenciones, desechándolos como si de cualquier otra común cosa se tratase; pero entre más inalcanzable se volvía el traficante, más ansiaba atraparlo

 

Sin embargo, como subordinado en la jerarquía Yakuza, no tenía el estatus ni el poder suficiente para conseguir que aquella mirada no le viese con desdén; por lo que trabajó duro y diversificó muchas cosas en que los negocios, que manejaba el grupo, se habían estancado…

 

Y quizá había sido la suerte o el infortunio, que buscando una ubicación dentro de las secciones en Shinjuku…

 

Había visto al de cabellos cobrizos salir de un club, cuya fama era de reconocible atracción para muchos de altas esferas ante su exclusividad, acompañado por un hombre. Y no era cualquier hombre…

 

Salía, con singular camaradería, con el afamado Asami Ryuuichi… Dueño de ese Club Sion

 

Solo la vista de ambos interactuando, no debió significar más que la molestia de ver a su objetivo estar en agradable charla con aquel, mientras abordaban un vehículo; conducido -del que pronto socavó información- por el secretario particular de Ryoishirou Rume: Yamakira; aquello podría ser solo una simple interacción de negocios, con alguien que podría estar más familiarizado, que su propio jefe, en cuanto piezas y obras maestras intercambiándose en el mercado negro…

Lo que se reveló, como un motivo de ira pero, también, de determinación fue…

 

Que a bordo del vehículo, tras los cristales sin tinta, pudo vislumbrar al hombre de cabellos castaños apropiarse de los labios dispuestos del de hebras cobrizas… Antes de que el vehículo se alejara por la avenida.

 

¿Esa era la razón por la que aquel siempre lo despedía, como si fuese insignificante? ¿No le consideraba nivel alguno, porque su amante realmente estaba dentro de su estatus? Ambos destilaban un aire de poder  y profunda confianza

 

En ese momento, lejos de retractarse o claudicar de sus deseos, surgió una irremediable e irrazonable sed de conquista. Él iba a igualarse con aquellos hombres, obtener tanto poder como aquel Asami y al final le arrebataría a éste a quien, estaba decidido, sería de su propiedad

 

Sin embargo, no dejó de seguir intentando llegar al traficante; como tampoco fue esa la única, ni última vez, que vislumbró algún intercambio íntimo entre aquellos dos… Siendo, cada vez, un más fuerte incentivo y locura  por atrapar al de cabellos color cobre…

 

Ryuusei fulminó con la mirada, a través del retrovisor, al chofer que le miraba de cada tanto; mientras estaba en la abstracción de sus pensamientos…

 

-¡¿Qué carajos miras?!- le increpó… La molestia vuelta, con el recuerdo de ese tiempo de relación entre Asami y Ryoishirou… ¡Infiernos! Una que otra vez había tenido el desastroso sueño donde Rume volvía a enredarse con aquel…

 

Hasta que, como pólvora encendida, se esparció la noticia que aquel peligroso hombre tenía un amante y protegido; que se dedicaba a la prensa de publicación semanal…

 

-¡N-Nada, Waka*…! Estaremos llegando a la casa principal dentro de poco…- el chofer miraba hacia el frente, todo rígido de lo que el otro podría hacerle en un dado caso… Su fama, antes de que estuviese de posición de “mandar”, se extendía a la posibilidad de haber llegado a ser un Teppodama… Un asesino para la Yakuza…

 

Pero, traicioneramente, los ojos del subordinado volvían al espejo…

 

Ryuusei torció una mueca de disconformidad, sintiendo rápidamente en el labio la punzada de dolor ante ello. Frunció el ceño, llevándose la mano al lugar y recordando el hecho que Rume le había mordido con fuerza, incluso también había sangrado su lengua… ¡Joder! ¡La noche anterior había estado dispuesto a dispararle! Su preocupación de antes y el enojo de recién, le habían hecho olvidar todo ello… Sin duda, lo hinchado del labio, eso era lo que llamaba la atención del que conducía. Amon resopló, intentando dominar su molestia por todo aquello y lo que traía el hecho de haberse puesto a recordar…

 

¿Cuántas veces iban esos intentos homicidas-suicidas entre ellos, ya?

 

 

 

/&/&/&/&/&/&/&/&/&/&/&/&/&/&/&

 

 

 

-Asami-Sama…- Kirishima entró en la oficina del de cabellos castaños; el nombrado, tras el costoso escritorio, levantó la mirada de los papeles que estaba revisando. La ligera cuestión, por ser interrumpido, era fácil de adivinar en ese penetrante mirada –Ryoishirou-Sama está aquí.- le anunció el hombre de lentes y cabellos oscuros. Tenía ya algunos años siendo el secretario particular de Asami Ryuuichi y, aunque a él le tocó ser presencial por poco tiempo, había sido más que testigo de la relación que el que anunciaba había tenido con su Jefe…

 

Era algo como lo que ahora, éste, tenía con el joven Takaba Akihito… Pasión tórrida, intensa. Podría afirmar que su Jefe estaba involucrado emocionalmente, a su modo, en ello… La diferencia de ambos “romances”, radicaba en el tipo de persona que uno y otro eran…

 

Tan distintos como lo era la noche del día

 

Y, de lo que vio, no tenía más que admiración por la manera en que la oscuridad de Asami Ryuuichi y la noche Ryoishirou Rume habían sido tan complementarias, profundas… Abismales. Como tampoco podía negar lo sorprendido que estaba ante el contraste del día de Takaba Akihito, al ser atrapado por la oscuridad

 

-Hazle pasar.- Asami, levantándose del costoso y cómodo sillón del escritorio; su mirada seria, pero manteniendo esa temple devastadora de elegancia y letal solemnidad. Quizá, en algún resquicio disimulado, hubo un desliz de preocupación.

 

Kirishima asintió prontamente, abriendo la puerta en su totalidad; haciendo una respetuosa inclinación, mientras cedía el paso al a persona anunciada…. Ryoishirou con toda la confianza, pero también prudencia, había acompañado al secretario hasta el despacho; más no entrando hasta que aquel informara al de cabellos castaños…

 

-Con su permiso…- el secretario se dispensó, para salir y cerrar la puerta tras de sí…

 

La sonrisa casual, en los labios del de cabellos cobrizos, tenía ese tinte de socarronería; mientras el de cabellos castaños oscuros y él acortaron distancia…

 

-Sabrás porqué estoy aquí. El guarda que dejaste para mí, en hotel, te ha puesto al tanto…- Ryoishirou afirmó, antes de que aquel le hiciera cualquier cuestión… El de los ojos de miel espesa mirándole de esa forma que podía provocar diferentes tipos de escalofríos; según quien fuese objeto de ella…

 

Asami entrecerró ligeramente la mirada, su amplia mano –confiada- viajando al rostro ajeno; que si bien no esperaba el contacto, no se oponía o lo despreciaba.

 

Hubo una ligera inclinación y un parpadeo pausado; quedando en una afilada y clara mirada...

 

-Deberías de estar descansando. Luces pálido.- señaló Ryuuichi, rozando son su pulgar el bajo de uno de aquellos grises ojos; donde, en la cercanía, notó tenues ojeras. Quitó unas hebras cobrizas del rostro de aquel, antes de apartar el contacto -¿Ocurrió algo con Ryuusei?- inquirió; dando razón, así, a las afirmaciones de aquel.

 

Ryoishirou eclipsó la mirada, resoplando una baja risa, mientras se alejó solo un poco de Asami, para tomar asiento en uno de esos costosos muebles de esa elegante oficina. Sus movimientos fluidos; pero, el establecerse en el borde, implicaba que no estaba del todo bien para mantener su desenfadada fachada, sino que trataba de reducir esfuerzos.

 

Asami lo miró fijamente, esperando respuesta; el otro todavía dándose su tiempo para sacar los cigarrillos de su saco; elegir uno y ofrecerle también al más alto… El de cabellos castaños oscuros sacó su encendedor, acercando la mecha a donde Rume; quien, tras golpear ligeramente el cigarrillo en el dorso de su mano, pronto aceptó la flama para encenderlo; mientras el Ryuuichi se llevó el cigarrillo apagado a los labios.

 

El de cabellos cobrizos soltó una ligera bocanada de humo, tras encenderse su tabaco; con los ojos cerrados, como quien disfruta de ese pequeño placer; dando tiempo al otro para encender también su propio cigarro… El chasquido de la tapa del encendedor, al cerrarse, parecía solo la pauta de que aquel también estaba dando una bocanada. Sin embargo…

 

La gran, firme, pero gentil mano tomó con dominio bajo la mandíbula de aquel; haciéndole alzar el rostro a quien fácilmente se dejó hacer…

 

Los ojos grises se encontraron con los de espesa miel, muy próximos; si había algún signo de sorpresa, para los primeros, estaba bien disimulado. Asami se tomó la libertad de arrebatarle un beso de fuego; sin apartarse prontamente del otro, aun cuando ya se había encendido su cigarrillo… Sin desviar el contacto de las entrecerradas miradas.

 

Fue Rume quien aventuró su mano, rozando suavemente la que le tenía sujeta; con sutileza, invitando al otro a soltarle. Ryuuichi no pudo negarse, dejando ir aquella delicada facción, se incorporó lo suficiente, para exhalar una larga bocanada de humo…

 

-Tienes razón… Sabe mejor encenderlo así.- señaló por un momento, viendo al aparente joven dar una suave calada; antes de despejar el cigarrillo en el cenicero no tan fuera de su alcance…

 

-La nicotina siempre sabe mejor si es encendida por otra ya dispuesta… y mejora más el sabor, que sea prendida con alguien de confianza…- Rume concordó y aleccionó en socarrona manera; sin dar razones de la otra respuesta que aquel aguardaba con silencio y su penetrante mirada… Dio otra suave calada, desentendiéndose de esa mirada espesa; mientras el propietario de aquella caló también su propio cigarrillo… -Solo una pequeña disputa, porque se presentara en la habitación. Nada del otro mundo. Sin embargo, su pronta llegada sentenció a su informante infiltrado…- al fin respondió a la duda planteada por aquel; minimizando el hecho de que algunas de sus más profusas heridas se habían reabierto cuando forcejeó con el pelinegro; desviando y atrayendo la atención sobre aquel nuevo tema.

 

Asami entrecerró la mirada, haciéndose una idea sobre las palabras que no se ahondaron, pero atraído su interés por aquella afirmación del infiltrado…

 

-Se integraron y subieron de status varios, en los últimos años, así que costó un poco rastrear el origen de la fuga de información… Para fortuna o infortunio, al menos el receptor no era alguien por quién debiera extremar toda medida de precaución; sin embargo, no es nada permisible el dejar que se filtre así cualquier cosa de mis movimientos…- Rume resolvió las dudas asaltando la mente del de cabellos castaños oscuros, aquellas no dichas y que eran, aun así, intensas como para no notarlas…

 

Y aquello era verdad. Una realidad que Asami mismo había conocido de aquel de cabellos cobrizos… El de los ojos miel espesa podía sopesar el mantener con vida a un individuo que hubiese fallado, de acuerdo al valor de utilidad que pudiese traerle el que le dejara existir… El de los ojos grises, por el contrario, no dejaba un espectro de diferencia o valor entre lo blanco y lo negro; no veía segundas oportunidades ni enmiendas en ese lado tan displicente de los negocios, por lo que la muerte era lo único que quedaba para aquellos ilusos en sucumbir a la tentación de ir contra Ryoishirou…

 

Para la juvenil delicadeza que figuraba su apariencia, no todos podían atinar lo peligroso, astuto y letal hombre que realmente era; tras esa pálida mirada…

 

Sin embargo…

 

-¿Tus heridas se abrieron en esa disputa?- Asami no podía dejar ir tan pronto el tema… No, dado que ya había visto, nuevamente, de primera mano como éste se encubría. Y realmente, la palidez pronunciada de su tez y aquella marca de desvelo, solo le hacían pensar que no debía ser solo por el dolor que soportaba. Ryoishirou se limitó a devolverle la mirada, con esa parcial y socarrona sonrisa en los besables labios

 

Una nueva calada… Un suave suspiro de humo…

 

-Voy a desaparecer un tiempo, mientras me recupero. Iré al lugar que solo Yamakira, Kirishima y tú conocen…- deliberadamente no respondió a la cuestión de aquel; sin embargo, con lo dicho, atrajo la expresión de asombro por parte del letal y masculino hombre cerca suyo. Rume sabía lo difícil que aquel se dejaba sorprender así, pero no era una noticia menor lo que acababa de hacerle saber….

 

-Pensé que te habías deshecho de todas tus anteriores propiedades…- Asami, recuperando su faz tras lo implícito de aquella información del otro; él conociendo, por sí mismo, que el lugar que refería había perdido rastro de aquel… Intentó adquirirlo, pero (por lo que parecía) había alguien de mucho dinero o poder que se la había ganado antes…

 

-Ryuuichi… Negocio con todo aquello de intrínseco valor e historia…- Ryoishirou, desviando momentáneamente la mirada al apagar el resto de su consumido cigarrillo en el cenicero –Y ese lugar tiene mucha de nuestra historia, como para dejarla ir tan fácilmente…- los ojos grises, afilados, mirando de soslayo a través de desordenadas hebras cobrizas. Una risa baja, casi inexistente –Llámame sentimental, si quieres, pero aunque no había vuelto ahí en mucho tiempo; no quiere decir que no me permita un poco de nostalgia…- se puso en pie, acercándose al alto hombre; que bajó su cigarrillo, manteniéndolo sostenido entre sus dedos, como la medida de respeto a la proximidad ajena… Las miradas fijas la una en la otra.

 

Quizá era verdad que la atracción que supervivía en ellos se debía al cómo terminaron las cosas entre ambos… Y que, también, podría ser la misma causa por la que no estaban haciendo verdadero movimiento alguno…

 

Asami estuvo por decir algo… La ajena mano acallando en un movimiento a acomodar una inexistente arruga de la corbata del más alto…

 

-No tienes que ir a verme, solo te hago saber por si no logras contactar conmigo en las próximas semanas…- sonrisas a medias… -Dejaré que Ryuusei enloquezca por  perderme la pista…- Ryoishirou, apartando su mano -Aunque sería bueno que, con esto, entendiera su posición respecto a la mía.- fue un murmullo, mientras sonrió de esa forma arrogante y socarrona, tintado de nostalgia, mientras la mirada se hallaba atenuada por debajo de mechones cobrizos…

 

Asami lo fulminó con su mirada de miel espesa, de esa forma tan suya; con la seriedad intensa, que le daba esa apariencia de intocableCuanto más desearan, algunos, rozar siquiera

 

Había tensión en el aire… Vedados recuerdos distantes, otros no tanto; y, sin embargo, había un compromiso inherente en uno y otro por igual, que les impelía a…

 

-Tendré que asegurarme de tu bienestar, o que Kirishima esté al pendiente de ti mientras te recuperas. Después de todo, Yamakira estará todavía fuera del país.- Ryuuichi…

 

-Es un hombre astuto y competente… Estará aquí en un par de días, no tienes que prescindir de tu particular ni ocuparte de mí. Ya tienes muchas responsabilidades con tu chico, después de todo.-Rume…

 

-Aun así…- Asami había afilado peligrosamente la mirada; viajando su mano a asir el rostro ajeno, como lo había hecho antes…

 

Tocaron a la puerta…

 

Ryoishirou, que había quedado paciente al contacto, se apartó unos pasos del más alto; mientras Asami terminó apagando su cigarrillo –olvidados por meros momentos- junto a los restos del ajeno. Autorizando entrada, Kirishima hizo acto de aparición nuevamente en la oficina.

 

-Lamento la interrupción, Asami-sama, Ryoishirou-sama…- el particular –Pero se hace tarde para la reunión programada a la 6:30pm…- en verdad no habría querido irrumpir con aquel asunto; pero los negocios, como bien sabían aquellos hombres y él mismo, no siempre se podían o debían dejar de lado…

 

-Descuida, estaba por irme de todas formas.- el de cabellos cobrizos desestimó con desenfado, aquello de la interrupción –Ya he estado lo suficiente y solo me resta cerciorarme de que todo esté en orden para mi estadía…- a su manera; sabiendo que aquel alto y apuesto hombre entendería, como tiempo antes; implicó al de cabellos castaños que quería tomar un descanso ya, por el hecho de estar minimizando las represalias de su maltrecho cuerpo…

 

Asami lució brevemente dispuesto a decir algo, dado el señalamiento sobre Takaba; que había tenido el otro, poco antes; como por lo reciente, pero limitándose a solo ceder la distancia. Más había una chispa de determinación en su espesa mirada, que no habría pasado desapercibido en los presente, seguramente.

 

-Entonces te veré después.- fue la afirmación, percibiéndose ese aire de autoridad que exudaba de todo él; cuando Asami se imponía en sus ideas…

 

Rume se rio ligera, despreocupada y socarronamente…

 

-Estaremos en contacto entonces.- concedió el de los ojos grises –Kirishima, gusto verte; hazte cargo de que llegue a tiempo a su reunión.- se despidió, a su forma, del secretario. Tomándose esa pequeña libertad, mientras enfiló a la salida; donde el nombrado hizo una ligera reverencia en saludo y respeto.

 

-El gusto ha sido mío, Ryoishirou-Sama.- coincidió en la despedida -Así lo haré.- y afirmó, con el reconocimiento de autoridad pasada, y aún permitida por su propio directo jefe…

 

Asami no pudo evitar una ligera y arrogante sonrisa… 

 

 

 

 

/&/&/&/&/&/&/&/&/&/&/&/&/&/&/&

 

 

 

Habían estado en los momentos precisos, de buenas primicias, el día de hoy. Mientras se detuvo a mirar un escaparate de una joyería, vio que un atraco a mano armada se presentaba; se hizo rápidamente a un lado, sacó su teléfono móvil y llamó a la policía, acto seguido –y dado que llevaba su cámara lista para la acción- volvió al escaparate para tomar unas tomas (sin uso del flash)… Y, una vez que la policía estaba arribando, llamó la atención de los ladrones con otras capturas, ésta vez usando el flash de la cámara… Los maleantes comenzaron a moverse y otro más  quiso salir a atraparlo; siendo capturado por los oficiales que ya estaban en la entrada y los demás elementos arrinconando al resto y liberando a los compradores y dependientes que habían estado de rehenes. Tomó muchas fotos de ese momento de arresto también; imágenes que el resto de la prensa que arribó ya no podría conseguir igual.

 

El bono extra que una celebridad de la moda, en el mismo lugar y evento fortuito, había estado en la joyería comprando un “regalo”, a la que se suponía “amiga de su novia”; y ese ‘obsequio’ era demasiado parecido a un anillo de compromiso… Al cual la chica se aferraba, feliz de que no se lo habían alcanzado a quitar los ladrones, pero ahora el modelo siendo expuesto ante la cámara…

 

El Editor en Jefe, del semanario, lo adoraba esa tarde; tras imprimir y mostrarle las imágenes captadas, explicándole cada detalle del acontecimiento.

 

Takaba Akihito estaba de un buen humor por aquello, mientras aún deambulaba por las calles; después de pasar a almorzar ramen con Mitarai; quien es el reportero del mismo semanario para el que trabajaba y, por el cual, había ayudado a cubrir una nota sobre Kamiyama Shouzo -que el mayor estaba siguiendo- cuando…

 

Vio a Asami con el lloroso sujeto…

 

Alzó la mirada al cielo, estaba oscureciendo pero la noche prometía ser despejada… Suspirando, ante el recuerdo, Akihito no pudo evitar una opresión en su pecho, la incertidumbre de ¿quién era aquel hombre…? ¿Por qué lloraba, aferrándose al brazo de Asami?

 

El flash back de cabellos cobrizos reemplazó el otro recuerdo…

 

Si bien, no fue la misma escena que con el otro, la familiaridad que Asami y el de cabellos cobrizos parecían tener;  sumado al aire letal que ambos transmitían, de alguna forma… Ideas inconexas giraban en su mente, habiéndosele un nudo en el estómago al de cabellos castaños cenizos. Su mente evocando imágenes de la noche pasada; donde un arrebatado Asami lo asaltó entre las mantas

 

Se detuvo en seco, repentinamente, mirando a uno y otro lado del a calle parcialmente concurrida en esa zona del centro de la ciudad; el presentimiento o sensación de que alguien lo observaba… Pero no podía ser el mismo sujeto que estaba encargado de vigilarle, lo había despistado esa misma mañana, antes de su fortuito reportaje. Ésta vez la sensación le dejó un ligero y extraño escalofrío.

 

Miró una vez más a su izquierda, un poco más allá de la calle; notando un corpulento hombro introduciéndose a un vehículo que se puso en marcha. Sería algo totalmente inadvertido, de no ser, por la incongruencia de las gafas oscuras a esas horas y que, justo antes de que aquel sujeto se introdujese en el auto…

 

Había devuelto brevemente la atención sobre su persona…

 

Akihito dio unos pasos vacilantes, sin apartar la mirada del vehículo que se alejaba. Tomando fuertemente la correa de su mochila, apuró su camino y se incorporó entre los transeúntes que se aglomeraban en el cruce de las avenidas… No sabía lo que estaba pasando, pero quería llegar pronto al apartamento… Los pensamientos tenidos antes, podían esperar para después.

 

¿Ahora qué estaba pasando? ¿Quién era aquel que le vigilaba?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

[Note: *Waka abreviación de Wakagashira: Termino de Subjefe –como un teniente- de un grupo Yakuza.]

Notas finales:

Espero poder tener la continuación en menos tiempo xDu

 

Gracias a quienes me han dejado Revs. Me anima que se tomen la molestia de leer éste (vueltista? xD) Fic jeje ;3

 

Afectuosos recuerdosd e L.-que aparece como mal de temporada solamente(?)-Wolf. Jeje

Auuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).