Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Only reason. por DNA

[Reviews - 71]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Estoy de regreso!


Tarde, pero aquí jejejeje

— ¿Lu-Han? —balbuceó apenas—. ¿Qué...?


— Vengo a llevarte a casa —respondió con firmeza, dejándolo todavía más confundido mientras que los otros dos no parecían nada felices entonces y bueno…


Estaba absolutamente jodido.


— Él está con nosotros, lárgate —masculló uno de los hombres que antes bailaba con Baekhyun.


— Mejor vete, Luhan —pidió su amigo.


— De ninguna forma, no a menos que vengas conmigo —sentenció, su agarre en la muñeca de Baekhyun se reforzó.


— No te necesito —soltó con desdén Baekhyun—. Ya dijiste que no podías darme lo que quiero, así que no me interesas más —soltó con indiferencia.


— Baekhyun, no voy a dejarte aquí con ellos. No me gustas de esa manera, en eso tienes razón. Sin embargo, eso no significa que voy a dejarte de todos modos. Yo te lo dije antes... —Luhan sonrió dulcemente—, ya no estás solo nunca más, ahora me tienes a mí y voy a cuidar de ti —aseguró.


Baekhyun no tenía idea de que decir, su corazón estaba latiendo con fuerza y todas las palabras se quedaron atascadas en su garganta mientras veía a Luhan a los ojos. La mano con la cual Luhan sostenía la suya era cálida, al igual que su dulce mirada y no había nada más que quisiera que ir con él.


Pese a eso, Baekhyun sabía que de todas maneras Sehun estaría ahí. Iba a ser él quien abrazara a Luhan y lo escuchara decirle palabras de amor al final. Su pecho dolía de únicamente pensar en ello, lo hacía dudar de todo, aun por encima de su deseo de seguirlo.


— Vamos a casa, Baekkie —lo alentó.


Baekhyun quiso decir que una vez más sí, pero el hecho de no estar seguro de querer solamente la amistad de Luhan continuaba a su alrededor. Él lo quería todo y aceptar ir con él, significaba resignarse a no tenerlo. No estaba seguro de aceptarlo bien y nuevamente quería salir corriendo.


«¿Qué tiene de especial ese niño?»


La pregunta que Mino le había hecho antes fue un eco dentro de su ser, sus ojos miraban fijamente en los de Luhan y, por una fracción de segundo, su mundo tembló al ver en los ojos de Luhan, la misma mirada afectuosa de su BaekHee.


¿Era eso lo que veía en Luhan?


No quiso saberlo, tan sólo dejó que Luhan lo jalara a sus brazos, ignorando completamente el gruñido de los otros dos sujetos de antes. Tan sólo quería irse con Luhan, porque se sentía correcto y porque, de algún modo, algo le decía que ya no importaba y que quería estar a su lado del modo que le fuera ofrecido.


— Él no se va a ningún lado —rugió uno de los tipos de antes.


Baekhyun se volvió con horror, esperando lo peor y entonces la mano de Luhan fue hacia adelante, tomando la mano más grande que intentaba alcanzarlo y Baekhyun se atraganto al ver al hombre ser lanzado por el aire para aterrizar duramente en el piso.


Miró a Luhan incrédulo, recordando de alguna forma que Suho antes había mencionado que el castaño estaba tomando lecciones de defensa personal con Jackson Wang.


— Detrás de mí —ordenó, empujándolo a sus espaldas.


Baekhyun no podía sentirse más extrañamente seguro, por mucho que esos dos hombres fueran más grandes y fuertes que Luhan. Sabía que debería llamar a sus escoltas, sin embargo, se había escapado de ellos por esa noche. Además del hecho de que estaba bloqueado en su sitio, con un grito atorado en su garganta y sus manos aferradas al brazo derecho de Luhan.


— ¡Hannie! —Baekhyun miró aturdido a Cherry y su atuendo.


Casi comenzó a reírse histéricamente de toda la loca situación, pero incluso para eso su cerebro se sentía bloqueado. La chica se colocó rápidamente a su lado, blandiendo como arma algo que Baekhyun sospechaba era gas pimienta.


— Retrocedan o no respondemos —advirtió fieramente la pequeña chica, al verlos acercarse más.


— No sabes con quién te acabas de meter —masculló el sujeto que antes había estado en el suelo.


Todo se congeló rápidamente a su alrededor, los bailarines de antes se habían alejado en un parpadeó, dejándolos solos frente a los tres grandes hombres y la mirada entretenida del resto del lugar, la música no sonaba más pero todavía estaban sumergido en las sombras apenas iluminadas por las luces de neón.


— Pero si no son nada más que dos de las putas del jefe —rió tras su comentario—. Vamos chicos, no tenemos que hacer esto —aseguró con un tono burlón.


— Aléjate —gruñó entre dientes Luhan.


— Cambia el tono, niño —escupió al suelo—. No quiero arruinar tu bonita cara, así que esfúmate, danos al chico y déjanos seguir divirtiéndonos —soltó en tono amenazante.


— Él no va a ninguna parte cerca de ustedes. Váyanse antes de que me enoje —amenazó.


Ellos se rieron, Baekhyun no deseaba nada más que decirle a Luhan que se largara de ahí y su voz seguía sin conseguir salir. En cambio, sus manos se apretaron en torno al brazo de Luhan, con el corazón tronando en su pecho.


— Mira, no queremos meternos en problemas por arruinar la mercancía, así que…


Los dos comenzaron a dar la media vuelta y el peli-plata no pudo sentirse más aliviado, dejó solamente entonces escapar el aire que no sabía estaba conteniendo y solamente pensaba en salir de ahí tan pronto como fuera posible.


— L-lo me…


La oración quedó inconclusa, Cherry gritó agudamente tras ser bruscamente arrastrada lejos y fue tarde para cuando Baekhyun reaccionó para sujetar más fuerte a Luhan, dándose cuenta con horror que Luhan ya no estaba más a su lado.


— ¡Quítame las malditas manos de encima! —vociferó el castaño.


— Te dije que te quitaras del camino —masculló su agresor—. Pudiste salir ileso, pero ahora aprenderás a tratar correctamente a la clientela.


La jodida escena de su hermana siendo arrancada de su lado se materializó frente a sus ojos y Baekhyun se quedó congelado, como si las palabras no tuvieran sentido alguno. Comenzó a temblar y un inquietante frío lo recorrió de pies a cabeza.


— ¡Luhan! —Gritó aterrorizada Cherry.


La burbuja se reventó, empujándolo al presente en el cual la pequeña chica se aferraba a la mano de Luhan, quien peleaba por no ser arrastrado a las habitaciones traseras. El pánico lo golpeó con fuerza, forzándolo a reaccionar, moverse o hacer cualquier maldita cosa.


— ¡No! —El grito fue agudo y ensordecedor, también se sintió como vómito derramándose y obligando a varios a cubrir sus oídos. Aun así, ellos no estaban deteniéndose.


***


«Quiero estar contigo…»


— Sí, claro —bufó amargamente el pelinegro.


Lay lo miró de reojo y él únicamente negó levemente, terminando de un solo trago lo que quedaba de su cerveza. La chica sentada a su lado sonrió coqueta, captando en buena medida su atención, ella era preciosa y… ¿Por qué no?


Estaba lo suficientemente estresado con toda su mierda sobre Minho, Luhan queriendo rescatar al idiota de Baekhyun y Chanyeol jodiendo sobre la propuesta de Mino. Parecía una buena idea luego de estar ahí en primer lugar.


Lay había dicho que necesitaba relajarse, por lo cual los había llevado al antro de su hermano. No habría nada malo en divertirse un rato y ella era justo su tipo, además de que estaba ahí lanzándose sin más. Sehun tomó sin más la propuesta en ese momento y devolvió la sonrisa.


— ¿Cómo te llamas? —Ella le susurró al oído, puesto que la música estaba muy alta.


— Sehun —susurró de vuelta.


La bonita chica sonrió ampliamente, su mano recorriendo la extensión de su pecho mientras le daba una mirada sugerente. Sehun escuchó la escandalosa de Chanyeol a su lado, desviando un poco la mirada, justo el tiempo suficiente para dudar de lo que estaba por hacer, cuando la imagen de Luhan vino a su mente. Sin embargo…


¿No Luhan había elegido a Baekhyun aquella vez?


¿Por qué demonios él tenía que pensar en cómo iba a sentirse? No era como si él fuera a enterarse de todos modos.


— Sehun —llamó ella, acariciando con sus labios su oído.


El pelinegro volvió a mirarla, quedándose inmóvil al verla comenzar a cerrar la distancia. Estaba bien, tenía que convencerse de ello para no pensar algo tan estúpido como estar traicionando a Luhan. Ellos no tenían nada y Luhan siempre hacía lo que quería sin pedirle su opinión de todos modos.


— ¿Por qué la música se detuvo? —Chanyeol habló, obligándolo a girarse en su dirección en el momento que sintió los labios ajenos rozando los suyos.


Para su desgracia, sabía que eso no era más que una lamentable excusa para no besarla y no sentirse como que estaba siéndole infiel al chico que quería que todos fueran sus mejores amigos.


— Debe haber una pelea —comentó Lay despreocupado—. Los encargados del lugar lo encuentran divertido y siempre detienen la música para no perderse nada —explicó con calma.


— Oye, ¿por qué no vamos a otro lugar? —Ofreció con una voz seductora.


— Está bi…


— ¡No!


El agudo grito lo hizo mirar al frente con un nudo en el estómago, un mal presentimiento se clavó muy dentro de su ser y algo comenzó a gritar que tenía que ir hasta esa voz. Gritaba que la conocía bien y debía hacer algo.


— Baekhyun —dijo Chanyeol, apresurándose hasta la orilla del privado.


Sehun aguantó la respiración mientras todavía sentía el cuerpo femenino presionándose más cerca, entre tanto él observaba a Chanyeol sin atreverse a mover un solo músculo. Luhan de ninguna forma podría estar ahí, ¿no es así? Sería absurdo y él tampoco tendría manera de entrar de todas formas. Tenía que calmarse y alejar el maldito malestar, sin embargo este únicamente aumentó tras escuchar un grito más.


— ¡Te haré pagar por esto, jodida puta! —rugió una grave voz masculina.


— ¡Vete a la mierda, maldito imbécil! ¡Estás loco si crees que te permitirá poner tus manos sobre mí!


— ¡Joder! —Vociferó.


Le tomó un segundo empujar a la chica lejos y otro más para ponerse de pie tan pronto escuchó a Luhan. Y nunca odio tanto unas escaleras como en ese momento, al tener que ir un poco más lento para no romperse el cuello por caer.


Tenía el alma pendiendo de un hilo y la educación fue tirada por la borda, en el preciso instante en que empezó a empujar a todo mundo para abrirse paso. La urgencia lo iba a enloquecer y estaba más que decidido a castigar al castaño tan pronto lograra poner sus manos sobre él.


Aunque, la escena que encontró al llegar al centro de multitud, de ningún modo era algo que esperaba. Se quedó estupefacto en su sitio, viendo aleatoriamente entre el enorme sujeto en el suelo y un muy agitado Luhan, con las manos aferradas a lo que parecía ser una charola.


— Te lo advertí, cerdo asqueroso —escupió entre dientes, elevando su mirada hacia otro hombre más adelante—. Tienes tres segundos para soltarla o serás el siguiente —advirtió feroz.


El hombre gruñó por lo bajo pero no liberó a la chica del vestido dorado. Luhan gruñó, sacudiéndolo fuera de su estado de incredulidad, empujándolo hasta donde el castaño ya comenzaba a avanzar.


— Estás muerto —masculló.


Sehun puso una mano sobre sus hombros para llamar su atención, esperando por completo el puño que Luhan lanzó hasta él y el cual detuvo sin esfuerzo. La expresión de Luhan era todo un poema cuando sus ojos se encontraron, su expresión se encargó de decirle que no estaba nada feliz y no había podido detener el gruñido de sus labios ante el rápido vistazo a lo que el otro usaba.


Su brazo libre rodeó su cintura con un control férreo mientras que la otra todavía estaba alrededor de la muñeca ajena.


— Se…


— Suelta a la chica, es una orden —habló Lay.


El pánico destelló en los ojos del otro hombre y su mano se apartó como si la piel de la chica ardiera. Apenas reconoció a Cherry bajo el disfraz y frunció el ceño en respuesta a su mirada apenada. Eso no iba a resolver nada y ella debió notarlo, debido a que mantuvo la cabeza agachada mientras caminaba hasta ellos.


— ¿Estás bien? —Habló Lay.


Sehun también habría preguntado de no estar completamente seguro de que empezaría a gritarles al par de idiotas. Se estaba conteniendo tanto como podía, lo cual no debía ser mucho al darse cuenta que Luhan miraba al suelo con una mueca nerviosa.


— ¿Qué demonios está pando aquí? —La voz de acero de Kim hizo temblar al hombre mientras se giraba aterrorizado hasta el mayor, quien emergía de uno de los pasillos del lugar.


— Señor Kim —hizo una rápida reverencia—. Fue culpa de esos dos, señor —señaló en su dirección.


Kim frunció el ceño, dándole un vistazo a los dos antes mencionados, arqueando una de sus cejas por alguna razón, Sehun sospechaba que por sus atuendos. Dios, incluso él quería sacudir a Luhan y exigirle saber porque demonios estaba ahí vestido de esa maldita forma.


— ¿Qué le pasó a tu compañero? ¿Quién lo dejó inconsciente?


— Fue él —apuntó con su dedo a Luhan y Sehun apenas se contuvo para no arrancárselo.


— ¿Y por qué no le dices la razón por la que Luhan pateó su trasero? Dile también lo que nos trataron de hacer —intervino furiosa Cherry.


— Señor, nosotros solamente estábamos tratando de hacerle ver a ellos que no pueden atacar a los clientes —explicó el nervioso hombre.


— ¿Clientes? —Masculló entre dientes el pelinegro, dirigiendo su dura mirada a Luhan. Él al menos tuvo la decencia de encogerse avergonzado—. ¿Y quién mierda te dijo a ti que ellos eran nuestros chicos? —Inquirió severamente.


— Bu-bueno… ellos...


— Nadie lo hizo. Luhan y Cherry solamente estaban viniendo por mí —respondió Baekhyun.


— ¿Es así, Luhan? —interrogó seriamente.


— JunMyeon hyung, yo... —Sehun gruñó al escuchar eso y Suho levantó su mano para detenerlo.


— Solamente dime sí o no —pidió.


— Baekhyun dice la verdad, nosotros veníamos a buscarlo a él. Tan sólo queríamos irnos, cuando esos dos hombres quisieron llevarnos a quien sabe dónde para enseñarnos como tratar a los clientes —dijo en tono indignado Cherry.


— ¡No fue culpa nuestra, miré cómo están vestidos! —Señaló el alterado hombre.


— Luhan es mi protegido, él puede entrar aquí desnudo si se le viene en gana —gruñó—. Y en cualquier caso, ustedes están aquí para proteger a mis empleados y no para atacarlos. Nadie aquí es obligado a hacer algo que no le guste y mucho menos con ustedes.


El hombre asintió frenéticamente, temblando seguramente a la espera de lo que fuera que ese hombre le hacía a los que le desobedecían.


— Me encargaré más tarde de ustedes, así que toma a tu compañero y salgan de mi vista antes de que cambien de opinión —ordenó y el hombre hizo todo en un parpadeó—. Entonces, Luhan…


— Nos largamos de aquí —farfulló Sehun, dejando al mayor con la palabra en la boca.


— Tú…


— JunMyeon, déjalos en paz. Yo tengo que hablar contigo de todas formas —intervino Lay, dándoles la oportunidad de salir de ahí cuanto antes.


Su mano todavía tenía la muñeca de Luhan como prisionera, Chanyeol y los demás lo siguieron silenciosamente hasta la salida. No les prestó mucha atención mientras seguía arrastrando a Luhan hasta el auto donde el chófer de Chanyeol los esperaba.


— Bueno, yo creo que lo mejor será que me vaya, así que…


— No, Baekhyun, por favor…


— Cierra la boca y súbete al jodido auto, Luhan —masculló entre dientes.


— No, Baekhyun…


— Baekhyun también vine, porque yo no estoy dejando que él se marche solo por su cuenta. Así que Cherry y tú hagan lo que Sehun dice —indicó Chanyeol.


— Yo no he aceptado tal cosa —farfulló el peli-plata—. Mis escoltas no estarán de acuerdo de todos modos.


— Es bueno que no estén aquí entonces —sonrió, ante la mirada atónita del más alto—. No soy tonto, Baekhyun. Ellos no te dejarían meterte en un problema como el de antes si estuvieran cerca, así que mejor sube al auto como un buen niño o llamaré a tu casa para que vengan a buscarte —advirtió al mismo tiempo que abría la puerta para él.


La puerta no se cerró hasta que el fastidioso idiota estuvo arriba también, Sehun deseaba arrancarle la cabeza tan pronto sus miradas chocaron y tuvo el atrevimiento de quejarse respecto al espacio. Le gruñó en su lugar, tirando más cerca del cuerpo de Luhan para que su majestad se sentara a sus anchas.


Nadie dijo nada cuando el trayecto comenzó, Luhan estaba tenso y las pocas veces que había cruzado miradas con Cherry, ella las apartaba rápidamente. Al menos ellos sabían que Sehun quería estrangularlos y que les esperaba el regaño de su vida.


— No debieron ir a ese lugar —habló Baekhyun—. Fue estúpido y peligroso.


Vaya, al menos no era tan idiota como Sehun imaginó, lo cual ya era algo y de todos modos, no lo tenía para nada contento.


— No iba a dejarte ahí, te dije que ahora me tienes a mí —respondió firmemente Luhan.


Las emociones de Sehun se agitaron violentamente, gruñó por lo bajo y rechinó los dientes sin tomarse la molestia de hacerlo con discreción. A esas alturas le importaba un demonio que todo notaran su enojo, incluyendo a Luhan. Apartando la mano sin disimulo cuando él quiso tomarla.


— Llegamos —anunció Chanyeol, bajando del auto tras eso.


Sehun esperó con paciencia, que no sabía de donde estaba sacando, a que todos bajaran y comenzaran a dirigirse al interior de su bloque de apartamentos. Su mano tomó la de Luhan cuando el castaño dio el primer paso, simplemente porque no estaba dejando que se marchara sin escuchar todo lo que tenía que decirle.


— Luhan —llamó Baekhyun, dándoles una mirada significativa.


— Vayamos adentro, podemos hablar ahí —pidió en un murmullo.


— No —sentenció—. Chanyeol, llévalos dentro.


— No, espera un minuto —intervino Baekhyun—. Luhan es mi mejor amigo, así que cualquier cosa que quieras decirle yo también la escuchare —se cruzó de brazos desafiante.


— ‘訴–離–, 鹿— (Gàosù tā líkāi, Lù Hán)* —escupió entre dientes.


*Dile que se vaya, Luhan.


— ¿Qué rayos? ¿Por qué demonios estás hablando en chino? Te dije que lo que vayas a decirle lo voy a escuchar yo también —lo fulminó con la mirada y se cruzó de brazos.


— 請不要這樣做 (Qǐng bùyào zhèyàng zuò)* —lo miró suplicante.


*Por favor no hagas esto.


— ¡Dejen de hablar en clave! —Chilló indignado el peli-plata.


— 做吧, 鹿— (Zuò ba, Lù Hán)* —exigió con impaciencia.


*Hazlo, Luhan.


Luhan asintió resignado, mirando en dirección a los otros tres. Chanyeol y Baekhyun, quienes los veían sin comprender absolutamente nada, y Cherry que asintió sin más, comenzando a avanzar hasta la entrada del lugar.


— Ve primero, Baekhyun. No tardaré —aseguró.


— Definitivamente no —sentenció—. Este idiota está loco si piensa que yo tan sólo voy a… ¡¿Qué demonios estás haciendo?! —vociferó, al ser levantado y puesto sobre el hombro de Chanyeol.


— Sí, sí. Tú eres tan protector y malo —dijo con algo de fastidio.


— ¡Ponme en el suelo, ahora! —exigió.


— No armen mucho escándalo, chicos —pidió el más alto mientras avanzaba tranquilamente.


La atmósfera a su alrededor se sentía turbia y a ese punto Luhan sentía que cualquier cosa que hiciera o dijera bien podría desatar una catástrofe. El aura oscura de Sehun en ese momento se sentía como una tormenta cerniéndose sobre él y no importaba cuanto Luhan le dijera que no deseaba pelear. Eso no iba a terminar bien de ninguna forma.


***


— Okay, ya estamos aquí y lamentablemente debo ponerte en el suelo. Así que se bueno —bromeó, bajando al peli-plata para después revolver su cabello.


Tan pronto Baekhyun estuvo sobre sus propios pies, fue directo al sofá azul de tres plazas a unos metros de él y se dejó caer con los brazos cruzados, enfurruñado y mascullando varios insultos en contra de Chanyeol. Cherry lo siguió poco después, ocupando el otro extremo y finalmente, Chanyeol se dejó caer en medio de ambos, con ambos brazos extendidos por encima de los otros dos y soltando un largo suspiro.


— ¿Quieres algo de tomar, Baekhyun? —Interrogó amablemente el más alto.


— No —respondió cortante.


— No deberías estar tan molesto, ¿sabes? —Sonrió como si nada—. Eres más lindo cuando sonríes.


Baekhyun bufó, enfurruñándose más porque, por alguna extraña razón, Chanyeol siendo amable le provocaba dejar de ser tan desagradable pero su terco ser, se enojaba mucho más porque tenía ganas de sonreír cuando debía estar molesto. Chanyeol, suspiró echando su cabeza hacia atrás, para mirar directamente al techo.


— Noche interesante, ¿no creen? —Preguntó a nadie en particular.


— Yo en realidad me siento mal por hacer que Luhan se metiera en problemas, la idea del disfraz fue mía, a fin de cuentas —musitó Cherry apenada.


Baekhyun la miró de reojo, no como Chanyeol que se había vuelto por completo en su dirección con una sonrisa idiota en los labios, paseando sus ojos por todo su cuerpo. El estúpido incluso tuvo el atrevimiento de tomarse un poco más en el escote de su vestido, Baekhyun no intentó detener su ceño fruncido ante el gesto de mal gusto.


— Yo creo que te ves bien —halagó con una sonrisa coqueta.


— Estás bromeando, ¿cierto? —Resopló irritado el peli-plata—. Ese atuendo y el de Luhan han sido por mucho, lo más desagradable y vulgar que he visto. Es demasiado incluso para los chicos y chicas de Suho, ellos a su lado se ven refinados —masculló irritado.


— Oye, no necesario ser tan grosero —señaló el más alto con el ceño fruncido.


— Yo simplemente digo la verdad —se cruzó de brazos y por supuesto que sabía que estaba yendo muy lejos, así como sabía que el comentario había herido los sentimientos de Cherry.


No había podido detenerse, más sin en cambio, todo había salido como una especie de vómito verbal y en ese momento estaba demasiado lejos de querer disculparse sobre cualquier cosa.


— ¿Por qué ellos tardan tanto?


— No lo sé, pero no tienes que estar tan molesto. No es como si Sehun fuese a matarlo o algo —comentó con tranquilidad.


— Me importa un rábano lo que él haga —masculló entre dientes.


— Sí bueno, eso no es lo que parece.


— Para tu información —gruñó—, el problema en realidad es otro. Porque no sé tú, pero esto de simplemente quedarme aquí, dejando que la persona que me gusta este con Sehun y simplemente esperando a que regrese tomado de su mano de lo más feliz, no es algo que yo quiera ver.


— La verdad dudo que ellos vayan a regresar tomados de la mano. ¿Qué no viste lo enojado que Sehun estaba?


— ¿Y qué tú no ves que obviamente él va a hacer que Luhan elija entre él y yo? —Inquirió amargamente—. Luhan no va a elegirme por mucho que haya prometido no sé qué, yo no tengo oportunidad alguna en contra de Sehun. Al final terminaré como Jackson.


— ¿Jackson?


— Aunque bueno, al menos yo pude confesarme adecuadamente y no simplemente me mandaron al demonio, así como así. Hurra por mí —bufó.


— ¿Él te rechazó? —Inquirió atónito.


— Yo simplemente no entiendo qué tiene él de especial —dijo con molestia—. Luhan simplemente se merece algo mucho mejor que él.


— En ese estamos de acuerdo —comentó Chanyeol, ganándose una mirada incrédula—. Sehun se merece mucho más que esto.


— ¿Quién demonios está hablando de Sehun? Luhan es quien…


— Luhan está muy lejos de ser la persona que yo creo correcta para Sehun, él simplemente no merece ni la mitad de las cosas que Sehun siempre hace por él, pero eso es algo de lo que tú no tienes conocimiento. Así que por favor deja de pensar que Luhan es quien merece el mundo entero —sentenció.


— Tú no lo conoces —afirmó molesto.


— Ni tú conoces a Sehun, tú no has estado ahí siendo testigo de cada cosa que él ha hecho por la felicidad de ese niño. No sabes de su vida o de toda la mierda que carga con él, pero que decide no enfrentar para librarse de ella porque es para él es más importante poner una sonrisa en los labios de Luhan. —Su mirada era dura y Baekhyun se quedó paralizado ante una faceta tan desconocida.


— Chanyeol, basta —pidió Cherry.


— Solamente digo que Luhan no es el precioso ser que Baekhyun quiere ver —se encogió de hombros.


— Y tú eres mejor que él, ¿no? —Lo miró con desdén—. Tú tampoco sabes lo que yo he visto en Luhan, no estuviste ahí cuando él… —Se detuvo de golpe, Chanyeol no era la persona correcta para hablar de nada—. Yo no debería estar aquí, yo ni siquiera sé porque…


— No te irás —habló, tomando su mano cuando trató de incorporarse—. Es muy peligroso y no estoy dejándote salir, así como así —sentenció.


— ¿Quién rayos te crees para prohibirme algo a mí? —Espetó.


— Nadie en particular. Simplemente que yo, al igual que tú con Luhan, estoy cuidando a la persona que me gusta —respondió con calma.


La revelación hizo temblar todo a su alrededor y un furioso calor se extendió por toda su cara, orejas y cuello. Le disparó una mirada a Cherry al ser incapaz de seguir mirando a Chanyeol y su sonrisa, ella estaba igual de asombrada que él.


— Baekhyun, escucha, yo…


— ¡Te-tengo que llamar a mi escolta! —Casi gritó, corriendo directo al baño para ocultarse.


Sus ojos se cerraron con fuerza tras cerrar la puerta con demasiada fuerza, sentía como si le faltara el aire a pesar de estar respirando demasiado rápido y su corazón latía con locura. No entendía qué rayos acababa de suceder, siendo por mucho, uno de los momentos más vergonzosos de su existencia.


— ¿Qué rayos pasa con él? ¿Está loco acaso? —Interrogó, totalmente consciente de que la regadera no iba a ser capaz de responderle—. ¿Realmente hablaba en serio? Es decir, acabo de decirle que me gusta Luhan y…


«Ten cuidado con ese tal Chanyeol, Baekhyun. Él no me da buena espina…»


Las palabras que Minseok le había dicho antes hicieron que la calma regresara a su interior, suspiró profundamente y recuperó la compostura con facilidad. Chanyeol obviamente no podía estar hablando en serio y él no debería estar reaccionando de esa forma tampoco.


Debería saber ya a la perfección distinguir ese tipo de cosas y no ser tan ingenuo. Era su obligación poner distancia o de lo contrario sería la misma historia de siempre, además, Chanyeol no podía competir contra Luhan, simplemente no estaba a la altura del castaño.


***


¿Qué era peor? ¿Que la persona que te gusta te miré con disgusto, o ser regañado como si no fuera más que un mocoso que había hecho una travesura?


Luhan sabía que tal vez cualquier otra persona diría que es mucho peor y más vergonzoso, el hecho de ser regañado como un niñito pequeño. Sin embargo, esas personas no estaban enfrentándose directamente a esa mirada dura y penetrante que le era dirigida.


Luhan sin dudarlo prefería mil veces ser regañado como un niño pequeño en lugar otro segundo más de su severa mirada y el asfixiante silencio. Para esas alturas Luhan más bien rogaba porque Sehun dijera o hiciera algo, cualquier cosa estaba bien.


— Sehun, yo…


— ¿En qué diablos estaban pensando? —Espetó. Haciéndole ver a Luhan que con solo dos simples palabras acaba de desatar la tormenta sobre él—. ¿Qué necesidad tienes de siempre meterte en problemas? ¿Por qué no piensas en lo que tus actos podrían acarrear?


— No es una necesidad, yo solamente…


— ¿Te pones a pensar siquiera en lo que tus padres van a sentir si te pasa algo por siempre hacer este tipo de cosas? No puedes ser así de egoísta.


— No lo hago por egoísmo, pero Baekhyun me necesitaba y…


— ¡Baekhyun no importa aquí! —Vociferó furioso—. ¡Nadie va a estar más feliz si él sale ileso por tu sacrificio!


— Lo sé, pero…


— ¡Entonces deja de hacer esta mierda! —Luhan se encogió en su lugar, él jamás había visto a Sehun así de enojado—. ¡El maldito niño mimado no lo merece, date cuenta de una puta vez!


— Baekhyun no es una mala persona y yo le prometí que lo protegería —se precipitó a decir.


— ¡Haberlo dicho antes entonces! —Aplaudió irónicamente—. Esto definitivamente cambia las cosas. ¿Cómo lo dijiste antes? —rió sardónico—. Dios, pero que idiota soy.


— Sehun, estás siendo…


— ¡Deja de ser tan estúpido y date cuenta que a él le importa un carajo! —Gritó rabioso.


— No estoy siendo estúpido. Baekhyun no es el monstruo egoísta que todos creen, él nunca...


— El pequeño hijo de puta te va a sacrificar para salvarse a sí mismo sin parpadear, pero tú en cambio estás aquí poniéndote en riesgo por él —gruñó.


— Eso no es verdad —aseguró—. Baekhyun…


— ¡Tu adorado Baekhyun te está manipulando y tú tontamente lo permites! —Rugió—. Porque no me dirás que pensaste que él iba a ponerse en riesgo por ti hace un rato ¿o sí? —Sonrió mordaz—. Porque me permito señalarte que él se quedó ahí parado mirando como Cherry y tú lidiaban con el problema —escupió entre dientes.


— Fue porque…


— Porque no le importo, Luhan —lo cortó tajante—. Simplemente no era su problema, y aun cuando pudo haber detenido todo con un chasquido de sus dedos, no lo hizo.


— Eso no es así, sus escoltas no estaban con él y…


— ¡Te está usando, date cuenta de una puta vez! —Ladró—. Tan sólo mírate ahora mismo, mira cómo estás vestido solamente por su acusa.


Luhan apretó los labios, abrazándose a sí mismo y siendo mucho más consciente de sus ropas. Ellas repentinamente se sintieron insuficientes, se sentía desnudo frente a la mirada reprobatoria de Sehun.


— Estás cometiendo un gran error —negó frustrado—. ¿Por qué tan sólo no te das cuenta? ¿Qué tan lejos pensabas llegar por él? —Espetó con enojo—. ¿Acaso estabas dispuesto a que esos hombres…?


— ¡Suficiente! —Vociferó rabioso—. ¡¿Cómo te atreves a insinuar algo así?!


La gravedad de sus palabras golpeó duro en él. Luhan lo miraba con enojo y decepción, disipando toda su antigua ira y desarmándolo por completo. Haciéndolo desear regresar el tiempo atrás y tomar de vuelta lo que había dicho.


— ¡Yo no hice nada malo! —Su voz se quebró y de todas formas siguió mirándolo con enojo—. Se supone que tú me conoces y sabes que jamás haría algo de esa clase por absolutamente nadie, pero en cambio tú…


— Luhan, tienes que entender que…


— No soy un cualquiera y esta es la única vez que me has visto así. Sin embargo, tú simplemente... —Negó dolido—. Yo no soy tan imbécil como tú crees, Sehun. Yo puedo cuidar de mí mismo y también se elegir a las personas que quiero a mi alrededor por mucho que tú pienses que simplemente iré por ahí dejando que todo mundo pase por encima de mí.


— Luhan…


— Te crees con el derecho de juzgarme por lo ocurrido esta noche, cuando tú también estabas ahí —señaló, una emoción desconocida brillo en sus preciosos ojos repentinamente—. ¿Piensas que soy idiota y no sé qué hacías en ese lugar? —Sus puños se apretaron al igual que su mandíbula.


— Espera un minuto. ¿Cómo demonios pasamos de lo que hiciste esta noche a interrogarme a mí? —Farfulló—. Esto no se trata de con quien yo…


— ¿Cómo tienes siquiera el atrevimiento de insinuar no sé qué cosas sobre mí cuando tú fuiste hasta ese lugar para pasar la noche con una extraña? —Espetó.


— ¡Ese no es el punto aquí, Luhan! —Exclamó irritado—. A nadie le importa lo que yo tenía planeado hacer, sino lo que…


— ¡A mí me importa!


— Luhan —se pellizcó el puente de la nariz exasperado—, cualquiera diría que estas celoso y…


— ¡Es porque lo estoy, tú, jodido imbécil! —Gritó, dejándolo totalmente atónito—. ¡Al infierno contigo, me largo de aquí! ¡Y ni se te ocurra seguirme! —Sentenció, emprendiendo su camino a algún lugar lo más lejos posible del pelinegro.


Manteniendo en todo momentos la barbilla en alto mientras caminaba tan rápido como le fuera posible, antes de que sus piernas temblorosas dejaran de responderle y se pusiera a sí mismo aún más en ridículo, luego de no poder mantener su boca cerrada.


Sin embargo, había sido inevitable cuando aquel hecho se estrelló contra él. Porque Sehun había ido a ese lugar para pasar la noche en los brazos de alguna chica hermosa contra la que él no podía rivalizar y por la cual había sentido una profunda envidia.


¡Joder! Él estaba ahí peleando con todos sus aterradoras e inexplicables sentimientos, olvidándose que en realidad no tenía oportunidad alguna cuando a Sehun le gustaban las mujeres e iba a encontrar sus sentimientos enfermizos si Luhan se confesaba.


Un penetrante frío se extendió por su cuerpo, obligándolo a abrazarse a sí mismo pese a que sabía que nada tenía que ver con su ropa o el clima. Miró a su alrededor sin reconocer nada del lugar, aunque la razón le decía que era normal al ser de noche y nunca haber estado en ahí antes.


Sus emociones por otro lado, le dijeron que lo que lo hacía sentir perdido era el hecho de que acababa de darse cuenta que Sehun no iba a sentir lo mismo que él, que estaba perdiendo el tiempo y que ilusionarse era en vano.


***


— ¿Todavía sigue en el baño? —Inquirió curiosa Cherry.


Chanyeol la miró, esbozando una sonrisa amable para ella. La bella chica había cambiado su extravagante ropa por una camiseta y un short que él le había prestado. Había tardado aproximadamente quince minutos en cambiarse, a diferencia de Baekhyun que llevaba media hora encerrado en el maldito baño.


Un estruendo les advirtió de la llegada de Sehun e hizo a Chanyeol plantarse con firmeza frente al pasillo que llevaba al baño. Él supo pronto que su decisión había sido la correcta al ver al pelinegro avanzar hasta él con la mirada del diablo.


— ¿Dónde está? —Exigió.


— ¿Y Luhan? —Preguntó Chanyeol en su lugar.


— ¿Dónde.mierda.está? —Puntualizó con voz amenazante.


— Está en el baño —respondió inmutable—. Pero si das un paso más, te rompo las piernas —advirtió.


— ¡Todo esto es su culpa! —Ladró encolerizado.


— Él no obligó a Luhan a hacer absolutamente nada, así que los problemas que tengas con él, arréglalos solamente con él —sentenció.


— ¡Al carajo entonces! —Vociferó—. ¡Por mí todos hagan lo que se les de su puta gana, yo ya no pienso mover ni un solo dedo! —Chanyeol no trató de decir nada o reaccionar a toda su estúpida rabieta.


— ¿Cómo que no harás nada? —Cherry inquirió espantada—. ¡No puedes dejar a Luhan solo en la calle a estas horas! —Soltó angustiada.


— Fue su decisión irse, que se las arregle —gruñó.


— Pero… —Chanyeol cubrió su boca y negó levemente.


Ella lo miraba nerviosa, con los ojos llenos de preocupación y ansiedad. Chanyeol en su lugar, cerró los ojos y comenzó una cuenta regresiva del cinco al uno.


— ¡Joder! —Gritó Sehun justo cuando Chanyeol llegó al número uno.


Una vez más la puerta fue violentamente golpeada y Chanyeol supo que Sehun se había ido. Suspiró pesadamente, dándole una mirada a Cherry, quien parecía estar más tranquila entonces. Él no podía decir lo mismo, era molesto ver a Sehun tan alterado y siempre que eso sucedía todo era por culpa de Luhan. Era irritante pero sabía que no podía hacerlo cambiar, además de que también él tenía sus propios problemas.


— ¿Piensas dormir en el baño? —Habló tras golpear la puerta del baño.


— No —respondió tranquilamente el peli-plata, abriendo la puerta al fin—. Sin embargo, no estaba saliendo cuando tu amigo estaba aquí buscando decapitarme —bufó.


— Él no te habría hecho daño. Yo no lo hubiera dejado —aseguró.


Baekhyun lo miró largamente, antes de negar levemente y encaminarse hasta la sala, volviendo a ocupar el mismo sofá de antes. Su mirada se mantuvo fija en algún punto lejano y su bonito rostro era una máscara de profunda tristeza.


Un asqueroso sentimiento se arrastró dentro de su pecho, expandiéndose hasta lo más profundo en tanto el hecho de que Baekhyun se había enamorado era arrojado justo en su cara. Era completamente inaudito y lo hacía desear arrancarle la cabeza al causante de todo.


¿Qué hacía a Luhan tan especial?


— Creo que lo mejor será que yo me vaya a dormir, estoy muy cansada —habló Cherry, sonriéndole tímidamente.


— De acuerdo, puedes usar la segunda habitación —indicó, recibiendo un asentimiento como respuesta.


Aguardó sin quitarle los ojos de encima al pequeño chico hasta que escuchó el ruido de la puerta al cerrarse. Baekhyun no prestó atención a nada de eso, ignorándolo incluso cuando ocupó el lugar a su lado izquierdo.


— ¿Tienes hambre? Puedo preparar algo para ti —ofreció con su mejor y más atractiva sonrisa.


— Sehun va a traer a Luhan aquí, ¿verdad? —Murmuró distraídamente. Chanyeol frunció el ceño pero decidió ignorarlo.


— ¿Qué tal una película? Tuviste una noche algo difícil y podemos ver algo divertido para distraernos un rato —sugirió falsamente alegre.


— Sehun no hizo bien al dejarlo ir —farfulló nervioso—. No voy a seguir esperando, iré...


— ¡Deja ya de hablar de Luhan! —Exigió irritado.


— Yo hablo de él porque quiero, no me importa si estás o no de acuerdo. Así que lárgate de aquí con tu falsa máscara de amabilidad que no me lo trago —bufó.


— ¿Es que acaso no lo ves? —Resopló exasperado—. Yo no estoy fingiendo nada, tú me importas y me molesta todo esto. Tú eres demasiado bueno para alguien como él.


— Lastima que yo lo quiera a él —susurró.


— ¿Por qué te gusta alguien como él? —Interrogó sin tratar de ocultar su molestia de ninguna forma.


Baekhyun apretó los labios, no trató de cruzar sus miradas y apenas se encogió de hombros. Sin embargo, Chanyeol veía lo desgraciado que lucía tan sólo por el hecho de no ser la persona que Luhan estaba eligiendo.


— Eres hermoso, impresionante de hecho —aseguró—. Puedes tener a quien tú quieras.


— ¿Así que a quien yo quiera dices? —bufó airadamente.


La irritación, el hecho de que nada estuviera dándose como él quería y algo que tal vez podrían ser celos, tomaron el control y mucho antes de que su cerebro lograra hacer las conexiones necesarias para hacerle saber que no debía, su boca estaba sobre la de un estupefacto ple-plata.


Baekhyun luchó por empujarlo tras salir de su fugaz estado de shock. Chanyeol gruñó ante ello, sus manos inutilizaron las de Baekhyun mientras con su boca saqueaba la contraria y Baekhyun sabía a gloria incluso cuando no cooperaba.


Sus dulces labios eran perfectos y Chanyeol no iba a descansar hasta que fuera el propio Baekhyun quien alguna vez lo besara con entusiasmo. Sin embargo, y por lo mucho que Baekhyun se retorcía y peleaba, eso sería algo que bien podría tardar un poco.


— Puedes tenerme a mí —dijo seriamente, luego de que el pequeño chico consiguió quitárselo de encima y correr al otro extremo de la habitación.


El rostro de Baekhyun estaba rojo a partes iguales por la ira y la vergüenza, un plumero fue apuntado amenazadoramente hasta donde él seguía sentado y apenas pudo tragarse la carcajada que todo eso le provocaba.


— ¡Estás loco! ¡Mantente lejos de mí! — Chilló y corrió torpemente hasta la habitación que anteriormente Cherry había ocupado.


— Okay, tan sólo asegúrate de ponerle pestillo a la puerta o no respondo de mí —habló en voz alta.


Escuchó a Baekhyun maldecirlo y sin más, dejó ir una carcajada. Aun cuando seguía sin estar para nada feliz con la situación respecto a Luhan, pero estaba decidido a ganarle al precio que fuera o dejaría de llamarse Park Chanyeol.


***


Era demasiada entrada la noche, hacía mucho frío y de todos modos él estaba ahí, completamente solo y a espera de encontrar en palabras ajenas, algo para calmar el caos que lo envolvía en ese momento.


— ¿Mis sentimientos son raros? —Susurró quedamente, apretando con fuerza el teléfono.


No lo son —sentenció el otro—. Ahora dime dónde estás, iré por ti ahora mismo.


— Esto… ¡da asco hyung! —Exclamó, perdiendo la batalla contra su voz quebrada.


Luhan, todo irá bien. Tan solo dime a donde ir y te buscaré para que me digas lo que quieras —pidió angustiado.


— No quiero que él me odie —musitó abatido.


No lo hará. Tan solo dime…


— A él le gustan las chicas, hyung —apenas pudo evitar no tirar de su cabello al decirlo—. Todas sus novias siempre han sido hermosas y… ¿Qué se supone que yo le ofreceré a él con estos sentimientos tan retorcidos? ¿Qué diablos está mal conmigo al pensar que esto está bien?


Luhan, basta. No hay nada malo en ti, pequeño —afirmó, tratando porque su tono de voz sonara dulce para él.


— Hyung, tan sólo quiero olvidarme de esto —negó angustiado.


Luhan, esto es tu elección, no tienes que hacer nada que no desees, pero existe la posibilidad de que te arrepientas toda la vida por tener miedo —le recordó con dulzura—. Vamos a hablar, dime a donde ir —pidió con el mismo tono de voz llenó de comprensión.


— Si existiera alguna posibilidad para mí, lo estaría condenando. Habrá mucha gente idiota que lo señalara con el dedo, pondrán mala cara cada vez que él se acerque y lo van a rechazar, incluso nuestros padres podrían... —Luhan apretó el teléfono y cerró los ojos, en un lamentable intento por borrarlo todo—. No importo yo, pero… ¿Cómo voy a ser capaz de protegerlo si apenas puedo cuidar de mí mismo? —Su voz era lamentable al decir todo eso, su cuerpo temblaba y sentía un enorme vacío en el pecho.


Luhan, escucha...


— ¿Qué haré si él me odia? —Inquirió temeroso—. El sólo pensarlo me rompe el corazón, estoy asustado, hyung. ¿Qué voy a hacer si lo pierdo?


Entonces yo estaré para ti, tiánmì de tiānshǐ —prometió—. Sí él es lo suficientemente pendejo para darte la espalda a ti, dulce niño, yo me quedaré a tu lado y encontraré la forma de mostrarle el enorme error que será dejarte ir.


— Hyung —musitó con un nudo en la garganta.


Te juro, que sin importar cuanto duela, hallare la forma de borrar todo eso y hacerte el ser humano más feliz del mundo entero. Tienes mi palabra, ojitos castaños, si algo sale mal yo me dedicare a cumplir cada capricho que tú llegues a tener si con ello te hago feliz —juró.


— JunMyeon hyung…


Deseó decirles tantas cosas en ese momento y, pese a ello, no tuvo la oportunidad de intentarlo siquiera, luego de que el teléfono fuera arrancado de sus manos. Debió haber hecho algún ruido que alertó a Suho, puesto que logró oírlo gritar su nombre antes de enfrentarse de frente a Sehun.


Su sangre se heló en el segundo que la posibilidad de que él lo hubiera escuchado todo, saltó frente a él. Su corazón estaba por salir disparado y su cerebro no dejaba de enviar excusas por demás estúpidas. Evitar comenzar a llorar parecía ser lo único que en realidad estaba funcionando mientras seguía ahí viendo con horror al pelinegro.


— ¿Qué rayos estabas pensando al irte así? —Habló alterado Sehun—. Llevo horas buscándote, pensé que algo malo te había pasado —dijo angustiado, jalándolo a sus brazos.


— T-tú…


— No vuelvas a hacer esto, yo…


— ¿Y qué debía hacer? ¿Quedarme ahí y aguantarme todo lo que decías de mí? Me sentí herido, ¿sabes? — Musitó, y tan molesto como tal vez debería estar, de igual forma se presionó más cerca de Sehun porque cabía la posibilidad que no tuviera posibilidad de algo más que eso.


— Lo sé, lo lamento pero tienes que entender que Baekhyun…


— Baekhyun no es malo y yo también quiero quedarme a su lado —suspiró, esperando de algún modo que Sehun no se diera cuenta que era por los nervios de tenerlo así de cerca—. Me gusta ser su amigo.


— Él es peligroso —gruñó levemente.


— Igual que Lay g“ al ser el hermano menor de Suho Kim —respondió, separándose lo suficiente para verlo a los ojos—. Incluso tú lo eres por ser familia de quién eres —señaló.


Eso lo dejó sin habla y Luhan sabía muy bien que señalar su parentesco con Minho era algo que no debería estar haciendo. Lamentablemente, necesitaba un punto, aunque conseguirlo lo llevara a esos extremos.


— Tal vez tengas razón en el hecho de que debería ser más inteligente respecto a algunas cosas, pero elegir esto no entra en eso, porque sé que el hecho de quienes son familias no los convierte en ellos —sus manos acunaron su rostro y unió sus frentes—. Tú jamás serás como Minho y por esa razón quiero quedarme a tu lado. Eres diferente a ese monstruo, tú eres mi Sehunnie.


— Esto es completamente diferente —murmuró, con los ojos cerrados y sus manos en las de Luhan.


— Tendré cuidado —prometió, esbozando una sonrisita risueña al saber que estaba saliéndose con la suya.


— Sé que no lo harás, así que… ¿por qué demonios te dejare hacer esto? —Frunció el ceño.


— No, de verdad que lo haré —aseguró.


— Saldrás corriendo a buscarlo en el segundo que algo lo amenace —bufó, haciendo reír al castaño—. No te rías, no es gracioso.


— Sehun —acarició con el pulgar su mejilla derecha.


— Luhan, el problema no es ese niño idiota, sino el hecho de que no quiero que nada te pase. Necesito que seas capaz de darte cuenta que Baekhyun podría ser asesinado mañana y a mí me importaría un bledo siempre y cuando nada te pase a ti.


No debería ser correcto y aun así la dicha infló el pecho de Luhan al escucharlo decir eso, la piel de sus mejillas hormigueaba bajo el suave tacto del pelinegro, sus piernas temblaron al conectar sus miradas y su aliento se quedó atrapado en su garganta en el preciso instante que esos perfectos labios tocaron su frente en apenas un rose.


— Tú eres el único que me importa, y si algo te pasa yo... —Luhan no pudo contener un suspiro tembloroso al tiempo que él besaba sus mejillas.


Se miraron a los ojos y tan sólo eso bastó para provocar en Luhan algo que él pensó era un sismo de proporciones caóticas y, que de ser humanamente posible que contara con ellas, disparó estruendosas alarmas que desaparecieron cualquier otro ruido.


Sehun continuaba inmóvil, sin embargo, Luhan ya sentía los labios del pelinegro cubriendo los suyos, aun cuando lo único que realmente pasaba entonces era ese sentimiento de ansiedad que trataba de consumirlo.


— Luhan… —La sola pronunciación de su nombre agitó todo en su interior, haciéndolo todavía más consciente de lo que deseaba—. Debemos volver —dijo Sehun al final, provocando unas inmensas ganas de llorar.


«No puedes irte así», gritó para sus adentros al verlo retroceder, pese a que no se atrevió a decirlo. En cambio, su mano alcanzó el brazo del pelinegro, deteniendo su andar al tiempo que regresaba sus ojos a él.


— ¿Luhan?


— No —musitó apenas.


— Hey —habló suavemente—, ¿qué pasa?


No hubo palabra alguna, su respuesta en cambio fueron sus brazos alrededor del cuello del más alto, acercando su rostro hasta que sus alientos eran uno solo, con el solo deseo de besarlo y pese a ello, congelándose a escasos centímetros. Porque sabía que su respuesta era por demás extraña e inesperada, pero la expresión horrorizada en el rostro del pelinegro fue lo peor que pudo haber visto.


«Le doy asco.»


Era consciente de que el decir que su corazón se rompía en pedazos no era más que una mera expresión y sin embargo, dolía igual. Deseó estar en cualquier otro lugar en ese preciso instante, en lugar de congelarse justo como estaba. De frente a la hiriente expresión de Sehun.


— Luhan, acaso tú…


Se alejó de golpe al oír su voz, no volviendo a levantar la mirada por temor a lo que pudiera ver reflejado en el rostro de Sehun. Su único deseo era el de huir tan lejos como le fuera posible, aunque no parecía haber a donde correr.


— Luhan, mírame —ordenó severamente. Luhan retrocedió al percatarse de sus intentos por cerrar la distancia.


— No hay necesidad de ser tan rudo al hablarle, ¿no lo crees? —Sehun gruñó ante la pregunta mientras que Luhan ni siquiera dudó en correr en dirección del recién llegado.


— Luhan, ¿qué demonios haces? —Espetó Sehun.


— Yéndose, justo como le dijo a Suho que quería hacer cuando lo llamo —respondió serenamente el moreno—. Me enviaron por él.


— Luhan no…


— Vámonos —habló de algún modo.


— Como digas —respondió con suficiencia.


— Luhan, te dije que…


— No puedes obligarlo a hacer nada —intervino el mayor, obstruyendo el camino del pelinegro cuando este se acercó.


Proporcionándole a Luhan la oportunidad perfecta para ir hasta el auto del escolta y abordarlo, confiado al cien por ciento que Kai no iba a hacerle nada a Sehun bajo las previas órdenes de JunMyeon. En ese momento su mayor preocupación era salir de ahí cuanto antes, para así tal vez conseguir olvidar todo lo que acababa de pasar.


Kai no tardó casi nada en acompañarlo en el interior del vehículo, tenía el ceño fruncido pero no había más que eso. Luhan se cubrió el rostro con ambas manos tan pronto sintió que estaba lejos de la vista de Sehun, todo por un patético intento de no romperse frente al mayor.


— ¿Él te hizo algo? —Kai preguntó, pero Luhan no se atrevía a responder—. Mira, Luhan —masculló irritado—, hoy era mi día libre y estaba teniendo una cita que parecía estar yendo justo a donde yo quería, sin embargo, tuve que dejarlo todo porque Suho me llamó y ordenó que fuera a buscarte puesto que no estabas bien. Así que, lo menos que puedes hacer es entretenerme de algún modo —bufó irritado.


Luhan mordió el interior de sus mejillas y tragó duro, porque nada resolvería con lágrimas y tampoco quería que ese hombre lo viera de esa forma. Pero… ¿Cómo ignoraba la opresión en su pecho?, y aún más importarte, ¿cómo se olvidaba de la expresión de Sehun en aquel momento?


— ¿Por qué resultó de esta forma? —Susurró quedamente.


— ¿Eh?


— Siempre está cuidándome y por eso yo tuve la pequeña esperanza de que tal vez… —Negó con los ojos fuertemente cerrados—. Él me miró con tanta repulsión en ese momento que… ¿Qué voy a hacer? —Preguntó, mirando al moreno como esperando que él pudiera darle la respuesta.


— Ya casi llegamos, Suho sabrá que decirte —respondió, apartando la vista tan rápido como pudo y centrándose por completo en el camino.


Esa respuesta no ayudó a disminuir el dolor en su pecho y sumado a ello, estaba el miedo que tenía de volver a parpadear ya que al hacerlo lo mirada de repudio de Sehun estaba ahí. Sin embargo, en ese instante y más que nunca sabía que no estaba confundiendo las cosas, sus sentimientos no podía estar equivocados o de lo contrario el espantoso dolor no existiría.


***


— Tranquilo, yo me haré cargo de todo —prometió agobiado, lanzándole miradas fulminantes a su acompañante.


 ¡Y una mierda con eso! ¡Dile a ese bastardo hijo de perra que me regrese a Luhan o lo matare! —Gritó rabioso Sehun al otro lado de la línea.


— Sehun, cálmate —pidió Lay—. Yo estoy aquí, ten por seguro que cuidare de Luhan —afirmó.


 Lay —gruñó por lo bajo.


— Tú actitud no ayudará si hago que Luhan regrese contigo, tú mejor que nadie sabe que estando enojado tiendes a empeorarlo todo, así que deja que Luhan se quede conmigo esta noche y puedes hablar con él cuando las cosas se hayan calmado —indicó.


— Más vale que nada le suceda a Luhan —advirtió, cortando la llamada con la misma brusquedad.


Lay suspiró pesadamente, girándose para darle al mayor una expresión reprobatoria. Él no se inmutó en lo absoluto pese a ello, incluso manteniendo la misma máscara imperturbable que le había mostrado desde el segundo en el que lo había enfrentado diciéndole que iba a proteger a Luhan si él así lo deseaba.


Sorprendentemente, esa no era la verdadera razón de su molestia, tampoco lo era el hecho de que la importante conversación que estaban teniendo fuera interrumpida. Muy en el fondo, Lay sabía que estaba enojado por el trato y el tono de voz que JunMyeon había utilizado al hablar con Luhan por teléfono.


«Entonces yo estaré para ti, tiánmì de tiānshǐ.»


— ¿Qué demonios pretendes? —Masculló entre dientes sin poder contenerse.


— ¿A qué te refieres exactamente?


— No te hagas el idiota —gruñó—. ¿Acaso estás tratando de engañar a Luhan ahora que sabes que ya no puedes hacer que yo te crea ni una mierda?


— ¿Qué es lo que estás insinuando con exactitud? —Lo miró con ojos entrecerrados.


— Lo sabes bien, no finjas inocencia conmigo que te conozco a la perfección —farfulló—. Aléjate de Luhan —advirtió.


— Yixing, yo no…


— Él es demasiado confiado e ingenuo, no será capaz de ver la clase de persona que eres pero yo sí lo sé —soltó con un tono gélido—. No voy a permitirte hacerle daño.


— Yo no trato de hacerle daño, estoy intentando protegerlo —sentenció seriamente.


— ¿Protegerlo, dices? —Rió entre dientes—. ¿Cómo? ¿Volviéndolo tu prisionero justo como a mí? No me hagas reír JunMyeon, tú no sabes lo que son las buenas intenciones —escupió con desprecio.


— Tú jamás has sido mi prisionero.


— ¿No? —Bufó molesto—. ¿Por qué siempre tiene que haber alguien vigilando entonces? ¿Por qué cada vez que piensas que no miró intervienes en mis asuntos? ¿Por qué amenazas a cualquiera que se acerca a mí pero a ti no te gusta? ¡¿Por qué carajos continúas investigando hasta la puta hora en que mis amigos van al jodido baño?! —Exclamó frustrado—. ¿Es eso lo que tú llamas libertad?


— ¡Es por tu seguridad!


— ¡Puedo cuidarme solo! ¡Luhan también está bien sin ti, tiene a Sehun! —Suho tuvo unas inmensas ganas de echarle a Yixing en cara que si Luhan estaba yendo hacia él era por culpa de su estúpido amigo pero no estaría bien e iba a empeorarlo todo entre ellos.


— Solamente estoy intentando ayudar.


— Ninguno de ellos te necesita, mantente fuera de esto —sentenció.


— Esa no es tu decisión.


— ¡Ya basta, JunMyeon! —Exigió—. ¿Qué mierda estás buscando? Luhan no será tu juguete, busca en otro lado.


— Ya te di una explicación, puedes creerla o no pero no voy a darle la espalda a Luhan sino es él quien me pide alejarme —respondió con firmeza.


La ira explotó dentro del chino, junto con el hecho de que, por primera vez en su vida, él estaba diciéndole que no a algo en lugar de obedecerlo en un parpadear. Una voz en su cabeza se carcajeo de él, diciéndole que estaba perdiendo algo que amaba sin darse cuenta.


— ¿Por qué? —Preguntó dolido, más que enojado—. ¿Acaso te gusta Luhan?


El silencio y su fija mirada fue peor para él que escucharlo decirle que sí. Su mente se quedó en blanco, dándole paso al ligero dolor que pronto se transformó en ira. Ira que sentía más contra sí mismo que contra él, porque ya no debería sentir todo ese maldito miedo a perderlo tras todo lo que había pasado.


— Te hice una pregunta —lo miró con rabia.


— Te escuche —respondió tranquilamente—. Así que con respecto a ella…


— Traje al niño como me pediste. ¿Qué hago con él? —Interrumpió un molesto Kai, abriendo la puerta sin llamar como acostumbraba. Suho lo miró fijamente, ignorando por completo a Yixing.


— Llévalo a la habitación con Niúnǎi —ordenó.


— ¿Qué? —Inquirió atónito.


— Ya me escuchaste, obedece.


— ¿Estás escuchándote? ¿Quieres que lo lleve a donde tienes al gato? —Espetó con enojo.


— Haz lo que te ordeno y punto —ladró irritado.


— ¡Bien! —Vociferó igual de enojado—. ¡Voy a llevar al niño a tu puta habitación entonces!


— ¡Kai! —Rugió antes de escuchar la puerta azotarse.


Dirigió su vista a Lay tan pronto el moreno se largó, conteniéndose a sí mismo para no ir y tomar a su hermano en brazos al ver su expresión incrédula y desgarradora. Suho era totalmente consciente de que mucho tenía que ver el hecho de que había escuchado a Kai decir eso, cuando él jamás permitía a nadie entrar a su habitación, a excepción de Kai. Ni siquiera el propio Yixing la había visto y ahora enviaba a Luhan ahí.


Aunque sabía que había mucho más que eso, pero no se atrevía a preguntar nada.


— Te gusta —susurró amargamente.


— ¿Y qué si lo hace? —Soltó irritado.


Yixing palideció, todo en su rostro le mostró lo idiota que había sido al decir aquello, pero arrepentirse ya no era una opción. Yixing no iba a creerla a esas alturas, además de que solamente iba a empeorar las cosas conociéndose como se conocía.


— No voy a dejarte convertirlo en tu juguete —sentenció, intentando mostrarse fuerte.


— Yixing, escucha…


— No, yo no te dejare intervenir, Luhan tiene a Sehun y no dejare que destruyas eso. —Suho eso ya lo sabía, pero no se esperó que Yixing se lo lanzara de esa manera que buscaba solamente lastimar.


— El hecho de que a tu amigo le guste Luhan, no quiere decir que Luhan está obligado a corresponder —contraatacó, arrepintiéndose en el preciso segundo que los ojos del menor brillaron debido a la tristeza y lo que le parecieron lágrimas.


— Que disfrutes como te mandan al carajo entonces —masculló entre dientes.


— Yixing —llamó, siguiéndolo inmediatamente que lo vio salir de su despacho—. No hemos terminado de hablar.


— ¡Vete al infierno! —Exclamó, maldiciendo por bajo cuando su voz falló.


— Yixing, te he dicho que pares —exigió casi al borde del pánico al verlo llegar a la puerta.


Y estuvo a punto de gritar, incluso dispuesto a ponerse de rodillas sí él así se lo pedía, no viéndose obligado al final luego de que la puerta se cerrará tan rápido como Yixing la había abierto. JongDae estaba justo ahí cerrando la puerta e impidiendo que él se marchara.


— Tú hermano mayor te dio una orden, obedece —habló seriamente.


— ¡Jodete, déjame salir ahora! —Exigió furioso.


— Yo no soy el imbécil de Kai —escupió con desprecio—. Obedéceme antes de que pierda la paciencia contigo —advirtió.


— ¡Ponle un solo dedo encima y estás muerto! —Rugió Suho, empuñando fuertemente el cuello de la camisa del otro.


Lay se paralizó con la mente en blanco, no se necesitaba ser un genio para saber que Chen no iba a cerrar su maldita boca y que JunMyeon cada día soportaba menos sus faltas de respeto. Ya que el hombre no tenía ni una pizca de miedo o respeto hacia Suho, además de que ni siquiera intentaba disimular que odiaba a Lay con toda su alma y que en cualquier momento iba a molerlo a golpes de tener la oportunidad.


No iba a negar tampoco que secretamente él le temía a Chen y que más que nada deseaba que su hermano mayor lo pusiera en su lugar. Lamentablemente, Chen era el primo de su hermano y no podía permitir que se enfrentarán por dos sencillas razones.


La número uno, era que no podías lastimar a la familia por nada del mundo. Y la número dos, era que no sabía lo que Chen haría si JunMyeon decidió darle una lección. Él no trataba de esconder sus sentimientos de desprecio a final de cuentas.


— Basta, solo basta —pidió—. Iré a mi jodida habitación —anunció antes de correr escaleras arriba, esperando que fuera suficiente para detenerlos.


— No te metas con él, no sabes de lo que soy capaz JongDae —advirtió Suho antes de dejarlo ir.


— No te tengo miedo —bufó, caminando hasta la puerta entre tanto mascullaba lo que bien podrían ser improperios a su persona—. Ah, y la próxima vez que desees traer a tus jodidos muñequitos sexuales, al menos sé inteligente y no los traigas a la vez —masculló.


— ¡Vete la mierda! —Ladró pero no lo siguió, permitiéndole que se fuera por esa ocasión.


No lo dejaría para la próxima vez que se atreviera a insultar a Yixing de esa forma. Además del hecho de que cada vez lo soportaba menos y que de no ser su primo se habría encargado de él ya bastante tiempo atrás.


Y también el bastardo tenía suerte de que por esa ocasión le importara más resolver las cosas con Lay en lugar de perseguirlo para matarlo a golpes. Aunque la verdad era que a esas alturas prefería patear el trasero de su primo que ir a enfrentar a su hermano menor.


Eso no fue impedimento alguno para que fuera a buscarlo de todos modos, encontrándolo acostado desordenadamente en su cama con un brazo sobre su rostro, cubriendo sus lindos ojos. Lo único que podía ver él en ese momento era la fea mueca en sus impresionantes labios.


— Yixing, por favor…


— Está no es tu maldita habitación, donde por cierto Luhan te espera, así que lárgate de una puta vez —soltó con un tono bastante agresivo.


Lo cual era sorprendentemente nuevo, tristemente Suho ya había pasado por la situación miles de veces como para permitirse emocionarse ilusamente pensando que él estaba celoso. Y ciertamente, Yixing antes le había dejado más que claro que el problema ahí era, la amenaza que él representaba para su precioso amigo Sehun.


Maldecía al jodido mocoso donde quiera que el infeliz estuviera en ese momento.


— Quiero hablar contigo, Luhan puede esperar —suspiró con cansancio.


— Vaya —sonrió mordaz al tiempo que se incorporaba a medias—, casi sonaste creíble con ese dramático suspiro final.


— Yixing, no te permito…


— ¿No se supone que esta sería la parte en la que me dices que ya no vas a molestar más porque encontraste juguete nuevo? —Espetó—. Porque a decir verdad lo estoy esperando con ansias.


— Deja ya de decir estupideces. No veo a Luhan de esa forma, únicamente estoy tratando de ayudarlo.


— Claro —asintió con un aire sarcástico—. Olvidaba que tú eres tan bueno y no el mismísimo diablo.


— ¡Lay! —Vociferó herido y molesto.


— Uy —rió entre dientes—, ya comenzamos a dejar de llamarnos por nuestros nombres. Eso está bien para mí, Suho —pronunció venenosamente su sobrenombre.


La aprehensión se deslizó hasta lo más profundo de su alma, notando con horror que lo poco que quedaba de aquel calor afectuoso en la mirada de su hermano menor ya no estaba. Remplazado por puro desprecio y desconfianza.


— Yixing —pronunció quedamente.


— ¿Por qué no me dejas en paz de una buena vez, Suho? Ve a perseguir a Luhan, aunque al final será inútil, ya que no eres rival para Sehun.


Apretó los puños, los celos ardían cada vez con mayor fuerza, convenciendo de que iba a cometer una locura si escuchaba una vez ese nombre en boca de su amado ángel. Como si él fuera perfecto e inalcanzable.


— Llevas toda la maldita noche acusándome de tener algún sentimiento ridículo por Luhan cuando tú no estás mejor —gruñó—. ¿Acaso te gusta ese idiota amigo tuyo?


— Claro que no —resopló y Suho casi suspiró de alivio—. Lo que siento por Sehun está muy por encima de eso.


La declaración golpeó duro, convirtiendo algo que solo debió ser dolor emocional en dolor físico por igual. Para esas alturas pensó que el dolor en su vientre lo haría vomitar las entrañas, quería salir de ahí cuanto antes pero su cerebro aparentemente estaba fuera de control.


— ¿JunMyeon g“? —La nota de preocupación en su voz lo puso alerta y lo obligó a mirar su bella carita—. ¿Qué tienes?


«¿Te duele el estómago, Myeonnie g“?»


— ¿Te sientes mal? —Asintió, aun con lo ruin que era aprovecharse de sus buenas intenciones—. ¿Debería llamar a Kai? —Preguntó angustiado, acercándose hasta tomar sus manos.


Negó torpemente, incapaz de conseguir hablar y con los ojos clavados en las manos de Yixing sosteniendo las suyas.


«Está enamorado», el pensamiento quebró aquel diminuto trozo de esperanza que quedaba dentro de él y empujó sus lágrimas fuera. Sin embargo, no podía permitir que Yixing las viera, así que lo jaló a sus brazos para ocultarse de sus ojos.


— ¿JunMyeon g“? —Llamó desconcertado, temeroso.


«No puedo, Yixing. No voy arruinar esto para ti.»


La tierna imagen de los ojos castaños y la sonrisa resplandeciente del jovencito que había prometido proteger y ayudar, se materializó en sus pensamientos, haciendo un nudo en su garganta. Porque iba a tener que fallarle, al tratarse del precioso corazón de su Yixing, él iba a deshacerse de Luhan de ser necesario.


«Perdóname, pequeño, pero se trata de mi ángel.»


— Estoy bien —musitó, retirando discretamente las pruebas de su debilidad antes de apartarse de sus brazos—. Repentinamente me sentí con nauseas, nada grave —resto importancia.


— Pero…


— Es tarde ya, seguiremos con esta conversación después —indicó y besó su frente en un pequeño acto de osadía—. Descansa —finalizó, abandonando la habitación rápidamente.


Kai lo esperaba en su despacho cuando finalmente cruzó la puerta, siendo su mejor amigo y tras años de la misma maldita rutina, él sabía que las cosas con Yixing no terminaban bien nunca y que al final necesitaría de algún consuelo. Pero esa vez era tan diferente y solamente hablar no lograría aliviar su roto corazón.


— Está enamorado —musitó con un hilo de voz antes de que Kai pudiera hacer la pregunta de siempre.


— No, eso es imposible —balbuceó atónito.


— No, en realidad creo que hasta era algo obvio —sonrió a medias—. Es decir, Yixing jamás me enfrentó luego de lo que pasó con ella, pero entonces ese chico llegó y todo se fue al carajo.


«No me quedaré ni un puto segundo más en este maldito lugar, me largo quieras o no…»


— Los enfrentamientos comenzaron desde el segundo en que él apareció. Yo... en el fondo sabía que lo había perdido desde ese momento —susurró derrotado.


«¡Deja de investigar a mi amigo! ¡Te lo advierto, JunMyeon, mantén tus manos lejos de él o haré que te arrepientas!»


— Lo supe en el segundo que Yixing lo volvió intocable para mí y aun así me aferré a pensar que era una simple amistad. Que estúpido fui —rió, al menos pensó que era así—. Debí hacer algo en ese momento.


— Suho, debe haber un error. Lay no…


— Algún día esto iba a pasar, siempre lo he tenido presente pero sigue doliendo, JongIn —admitió—. Por mucho que supiera que él jamás me miraría de la misma forma que yo a él, aun así, yo… —Sus tristes ojos miraron a su preocupado hermano menor—. Yo soñaba con que él algún día me amara igual.


— JunMyeon hyung —musitó impotente.


El mayor siempre se mostraba tan fuerte en todo, pero ahora que necesitaba de su apoyo él no sabía qué hacer. Por más que quería ofrecer alguna clase de consuelo tan sólo no estaba en él, tras años de haber sido criado de una forma donde no había sentimentalismos.


— Dime que hacer —pidió afligido—. Haré lo que tú me digas —ofreció en un intento por borrar ese sentimiento de angustia y desesperación en su pecho.


— Yo…


Había tomado una decisión desde el preciso instante que se enteró de los sentimientos del menor, tristemente no era lo que su corazón quería pero sí la más correcta. Ese el objetivo de su vida después de todo, por ello haría lo que fuera para ver a Yixing feliz, aunque eso lo destruyera a él.


«Eres la alegría más grande que tengo, Myunnie g“…»


— Haré lo que sea para verlo feliz —sentenció, dejando estupefacto al moreno—. Por lo que, si su felicidad está con ese chico, quitaré cualquier obstáculo que pueda tener.


— Tú… ¿De verdad harás esto? —Inquirió molesto y al mismo tiempo preocupado por él—. ¿Qué pasa entonces con Luhan? ¿Qué hay de ti? —Espetó.


— Sé muy bien que ahora mismo estoy rompiendo la promesa que le hice a ese dulce chico, pero él no será a quien elija si se trata de Lay. En cuanto a mí… —Sonrió a medias, apreciando la preocupación de su hermano, a quien nunca le había mostrado el amor suficiente—. Yo estaré bien, tú sabes que siempre será así mientras Yixing sea feliz.


— ¡Esto no es justo para ti! —Exclamó, odiando tanto el ver aquella maldita resignación—. ¡Tú siempre…!


— Baja la voz, por favor —pidió taciturno—. Yixing no tiene por qué escuchar…


— ¡Al infierno con él! —Rugió—. ¡Es por él que tú siempre cargas con la peor parte de todo! ¡Deja ya de siempre ponerlo en primer lugar, se un poco más egoísta y ve por lo que tú quieres!


— Haré esto con o sin ti —afirmó firmemente—. Es tu elección.


— Estás cometiendo un error —masculló entre dientes.


«Voy a volver tu puta vida un infierno si algo le llega a pasar a mi Luhan por tu culpa y la de Kim.»


— Lay no tiene ninguna oportunidad con Oh Sehun. Luhan lo hará pedazos en segundos con solo parpadear en dirección al chico Oh. Estás enviándolo a una batalla que ya tiene un ganador —aseguró fríamente—. Pero a final de cuentas eres tú quien da las órdenes, será tu responsabilidad cuando todo esto salga mal —finalizó antes de abandonar la habitación evidentemente enojado e inconforme.


Él no trató de detenerlo e incluso entendía lo frustración de Kai, sabía lo mucho que él lo amaba y admiraba, así como también era sumamente consciente de lo mucho que le dolía y preocupaba verlo sufrir. Suho jamás le agradecía eso correctamente e incluso muchas veces no lo veía más que como a un empleado más.


No entendía cómo era que él seguía a su lado luego de todo eso pero se lo agradecería infinitamente y, algún día, cuando Kai encontrará su propio camino, Suho se aseguraría que no hubiera más que alegrías para él.


Con ello en mente, decidió esperar a que el día llegará, al ser más que consciente que dormir le sería imposible al haber tanto en su mente. Tenía además que pensar en qué le diría a Luhan, porque aun cuando lo fuera a traicionar, al menos quería ser honesto con él antes de volverse en su contra, luego de que el dulce jovencito había confiado en él.


Las horas avanzaron más rápido de lo que le hubiera gustado, y para cuando lo notó los primeros rayos del sol ya intentaban a colarse a través de las pesadas cortinas de la habitación. No se movió, no lo hizo tampoco desde la noche, dándole apenas miradas de reojo al reloj de su escritorio.


Aguardo algunas horas más hasta finalmente vio a las manecillas apuntar al número nueve, se puso de pie entonces y caminó sin titubear a su habitación, ingresando a ella sin llamar. Encontrando al menor bien despierto, sentado en su cama con el pequeño gatito en su regazo y mirándolo con aquella triste mirada de cachorro.


— Lo siento —fue lo único y lo primero que logró decir.


— Lo sé —murmuró, agachando la vista.


Quiso preguntarle qué era lo que sabía, no tuvo el valor más sin en cambio. Ni siquiera sentía que debiera estar ahí mirándolo a los ojos luego de haber decidido traicionarlo.


— Te escuche anoche —confesó, jugueteando con el pelaje del minino—. No fue mi intención, es solamente que estabas tardando cuando Kai dijo que vendrías a hablar conmigo —sonrió a medias.


— Lo lamento pequeño, simplemente…


— Lo entiendo —aseguró—. Cuando amas a alguien tratas de hacer lo que sea por ver a esa persona feliz, así que está bien que quieras que Lay ge sea correspondido —pausó para mirarlo fijamente—. Pero no quiero rendirme todavía aún después de lo que pasó ayer —susurró con la voz en un hilo y la mirada clavada en el suelo.


Suho se tensó, hacerle daño era lo que menos quería y de todos modos sabía que lo haría de verse en la necesidad de ello. Pese a ello, no iba a pedirle que se hiciera a un lado de todas maneras, no lograría nada con ello de todos modos.


— Tal vez sea una batalla perdida, pero… —Su diestra se posó en su pecho, sobre su corazón—. Duele cada vez que pienso en dejarlo.


Sus maravillosos ojitos castaños lo vieron desolados, haciéndole sentir como el más ruin de los villanos. Comprendiendo a la perfección el miedo y la desesperación que él mismos experimentaba desde hacía años.


— Lo comprendo a la perfección y, aunque ya no podré ayudarte como prometí, quiero que sepas que lo que menos quiero hacer es lastimarte —lo miró a los ojos al decir eso—. Espero puedas llegar a perdonarme algún día, Luhan.


— No tengo nada que perdonarte, hyung —sonrió sinceramente—. En cambio, gracias por todo lo que has hecho por mí hasta ahora.


Un nudo se formó en su garganta ante toda la gratitud que le mostraba a pesar de todo, el mayor apenas pudo asentir y darse la media vuelta para salir de ahí y no tener que seguir sintiéndose la mayor basura del mundo por hacerle eso a ese él.


— No te vayas todavía, haré que te traigan un cambio de ropa. Siente cómodo de hacer lo que quieras mientras esperas —dijo, era lo menos y único que podía hacer por él.


Abandonando la habitación con rapidez, sin esperar a escuchar una respuesta que él ya sabía era positiva y que al final tendría un gracias, que no merecía, acompañándola. Convirtiéndose esa en la segunda vez que sabía defraudaba a quien libre e inocentemente le había entregado su valiosa confianza.


***


¿Cuánto más haría eso?


Fue la obvia pregunta que Mino le hacía con la mirada a través del espejo retrovisor del auto, incluso había una sonrisa burlona en sus labios, haciéndolo sentir más que irritado. Su mano fue por trigésima octava vez a la puerta y nuevamente se quedó solamente ahí, mientras sus ojos iban hasta la bonita fachada del hogar de Kim Suho.


— ¿Ya me dirá que podemos irnos? —Se burló Mino.


Baekhyun le gruñó por lo bajo, abriendo por fin la puerta y abandonando el vehículo tan rápido como pudo para así ni arrepentirse y volver. Dudó un poco al llegar a las puertas de la residencia, pero no lo suficiente para dar marcha atrás, principalmente porque dichas puertas se abrieron de par en par tan pronto se acercó.


Adentró del lugar el infierno estaba explotando, dejándolo inmóvil y asustado en gran medida, mientras veía con temor cómo era que cuatro hombres fornidos apenas podían contener a Oh Sehun. Suho permanecía inmutable frente a al rabioso chico mientras Kai no dejaba de gritar firmemente plantado frente a Suho como su escudo humano personal.


Ese chico, Lay, también estaba en la escena suplicando al pelinegro que se calmara y pidiéndole irse. Oh no estaba escuchando obviamente, había un aire feroz y proyectaba un aura totalmente salvaje que dejaba más que en claro que iba a arrasar con todo si llegaba a liberarse.


— ¡Devuélveme a Luhan! —Rugió, arrastrando a los cuatro hombres solo un pequeño paso más adelante.


— ¡Sehun, ya cálmate! —Imploró Lay, algo ya entrando en el pánico.


— ¡Anda! ¡Te reto a dar solamente un paso más, pequeña mierda! —Ladró Kai rabioso.


Baekhyun pudo escuchar un gritito en su interior exigiendo correr por su vida, su cuerpo estaba paralizado más sin en cambio y apenas logró percatarse del como Suho ya tenía sus ojos en él. No estaba seguro de que hacer entonces.


— Lleven al señor Byun a mi despacho mientras yo me encargo de esto —ordenó Suho serenamente.


Uno de los sirvientes asintió cuando todos los demás se volvieron en su dirección y los nervios hicieron a su estómago retorcerse, entre tanto avanzaba con la cabeza bien en alto, disfrazado con una confianza que no sentía al marchar hasta el despacho de Suho. Con el sirviente que se encargaba de seguirlo en completo silencio hasta que finalmente llegó a la habitación.


— El señor no debe tardar —indicó con simpleza.


Desapareció al instante, dejándolo solo para que tomara asiento y dándole así la oportunidad de tranquilizar sus agitadas emociones. No logrando contener más el suspiro tembloroso que brotó de sus labios, al tiempo que cerraba los ojos y se regañaba a sí mismo por no poder guardar la calma.


Un sonido lo sobresaltó, obligándolo a abrir los ojos para hacer frente a Suho, sin embargo, no era el mayor a quien encontró de frente. Y tal vez, de no ser por su estado de ánimo tan voluble, se habría reído a carcajadas de la expresión espantada de Jackson.


— Y-yo no sabía que us-usted…


— Hola, Wang —saludó sin mucho interés—. ¿Qué haces aquí?


— Yo… —musitó nervioso—. El señor Kim me hizo un encargo, así que…


— Él está atendiendo un asunto.


— Ya veo, lo esperare entonces —musitó incómodamente.


Baekhyun asintió apenas, desviando la vista a otro lado entre tanto pensaba en algo para disipar el pesado silencio. Siendo solamente un pensamiento el que llegó a su mente y el cual lo obligó a decir algo.


— ¿Cómo has estado? —Inquirió, recordando con algo de tristeza aquel fatídico día en la escuela.


— Bueno… —Hizo una mueca de confusión—. Supongo que… ¿Bien?


— ¿Me lo estás preguntando a mí? —Arqueó una ceja en su dirección.


— Bueno, yo…


— Yo vine a ver a Luhan —se precipitó a decir, únicamente para ver su expresión.


Vio tristeza pura ensombrecer la expresión ajena. Él incluso arrugó un poco el sobre que traía en sus manos y sus ojos brillaron al tiempo que apretaba los labios en una tensa línea recta.


— No sabía que él estaba aquí —murmuró quedamente, desconfiando de su propia voz.


— Lo está —afirmó—. Suho mandó a buscarlo anoche después de… —Se aclaró la garganta un poco avergonzado—. El punto es que está aquí.


— Ya veo, espero que él esté bien —susurró apenas.


— Lo está —afirmó—. Podemos ir ambos a reunirnos con él en cuanto Suho venga —ofreció.


El anhelo que Jackson mostró fue sorprendente pero al final el mismo se hizo callar la respuesta que casi le daba. En su lugar, agachó la cabeza y negó levemente con su cabeza.


—Creo… creo que lo mejor será que deje esto aquí y me vaya —anunció, acercándose al escritorio para dejar su encargo y disponerse a huir.


Baekhyun no lo permitió, sujetando su mano en el último momento. Viéndolo directamente a los ojos antes de poder darle sentido a lo que estaba a punto de decirle.


— Alejarte no hará que te ame —dijo finalmente y el dolor se apodero del rostro de Jackson.


— Lo sé —admitió—. Simplemente… no estoy listo.


— Entiendo por lo que estás pasando —sonrió un poco—. Aunque cabe la posibilidad de que te duela más a ti, debido a que al menos yo tuve la oportunidad de hacerle saber cómo me sentía y en tu caso, bueno... ambos lo sabemos.


— Lo lamento —dijo con sinceridad.


— ¿Lo odias?


— Como podría, Baekhyun. Sé que él no hizo esto para lastimarme. —Baekhyun dio un ligero apretón a la mano del chino sin saber muy bien la razón—. Yo fui el único que dejó que sus sentimientos llegaran tan lejos, él es inocente en todo esto.


El peli-plata asintió, tomando una gran bocanada de aire para dejar ir eso que no le había permitido dormir en toda la noche y que además lo tenía con la sensación de algo perforando el pecho. Tan solo esperaba que Jackson no se riera de él o la llamara idiota.


— Yo no quiero dejarlo solo —soltó con un murmullo—. Él está asustado de sus sentimientos y necesita alguien que lo ayude a pasar por esto… —tomó una gran respiración—. Como nosotros. 


— Baekhyun, no me pidas...


— Luhan nos necesita a los dos y yo te necesito a ti, porque eres él único que comprende lo difícil que esto va a ser —confesó a pesar de su orgullo.


— ¿Y cómo se supone que yo seré capaz de entregárselo a él? —Inquirió, su voz falló al final y apartó la vista para ocultar sus lágrimas—. No voy a poder, Baekhyun. No me pidas esto.


— Él te necesita, Jackson. Tú más que nadie sabe lo que es descubrir sentimientos que la razón te dice no deberían estar ahí y luchar contra toda la confusión. Yo sé que es difícil pero lo hacemos por Luhan —insistió.


— Baekhyun, por favor…


— Luhan siempre confió en ti, no puedes defraudarlo —dijo algo desesperado.


— ¡¿Y qué hay con lo que yo siento?! ¡¿Acaso no importa?! —Sollozó, provocando una punzada de culpa en Baekhyun.


— Lo sé —susurró afligido—. Es solamente que yo… —Apretó los puños, dudando de todo lo que tanto trabajo le había costado aceptar—. Tan sólo quiero que la persona que quiero sea feliz.


— También quiero que sea feliz —aseguró—, pero me duele tanto que temo que pueda romper mi corazón para siempre al hacer esto —explicó llorando.


— ¿Y su sonrisa no lo vale? —Inquirió con decisión—. Toma tan solo un momento para pensar en cómo te hace sentir verlo feliz y dime si eso no vale la pena —pidió seriamente.


— Baekhyun, por favor —suplicó.


— No me des una respuesta inmediata entonces —sonrió comprensivo—. Piénsalo bien, y si al final decides ayudarme, acércate a nosotros en la escuela —sonrió levemente.


Jackson apenas y pudo asentir, olvidándose incluso que Suho le había hecho un encargo y salió de la habitación dejando al peli-plata solo para nuevamente comenzar desde cero a convencerse de que lo que estaba elegido era lo que debía hacer.


— Baekhyun —llamó seriamente Suho, ingresando a la habitación con el rostro impasible. Kai por otro lado, lucía más que furioso.


— ¿Sehun ya se fue? —Preguntó por precaución.


Kai bufó, acentuando más su ceño fruncido mientras que Suho se tensaba visiblemente. Lo cual hacía más que evidente que algo iba muy mal en algún lado. Sin embargo, entrometerse en los asuntos de Suho podía dejarlo para después.


— Lay y él ya se han marchado —informó—. Pero me gustaría saber qué haces aquí.


— Yo… —Tomó aire tras notar como su voz fallaba—. Yo vengo por Luhan —se apresuró a decir.


Suho asintió, sin objeciones o quejas de por medio, algo sumamente inusual cuando el mayor había pasado bastante tiempo diciéndole que dejara de acosar a Luhan definitivamente. En su lugar, le dio una mirada a Kai, quien gruñó por lo bajó y se fue de mala gana.


— Suho, ¿está todo bien? —Lo miró confundido.


— Luhan vendrá en un momento más y pueden irse cuando quieran —habló indiferente.


No se atrevió a preguntar o decir nada más, limitándose a asentir y esperar en silencio hasta que vio a su amigo llegar. Una alegría repentina lo invadió y corrió a abrazarlo con fuerza, casi llorando cuando él también correspondió.


— Vine a buscarte —anunció como si fuera lo más impresionante del mundo, tomando sus manos y sonriendo con emoción.


Pero no había luz en la sonrisa débil que Luhan le dedicó, así como tampoco estaba esa bellísima luz en sus hermosos ojos. Era como si alguien hubiera arrebatado algo en su precioso corazón y el solo pensamiento lo dejó sin aire.


— JunMyeon hyung…


— Te dejo en buenas manos —lo cortó secamente—. Tengo algunos asuntos que atender, así que me disculpo.


Baekhyun quedó boquiabierto ante aquella rotunda indiferencia y frialdad que ni siquiera él recordaba haber recibido. La situación era tan extraña que simplemente permaneció quieto, viendo al mayor tomar unas cosas y disponerse a salir.


Ni siquiera fue capaz de hacer nada cuando Luhan se alejó de su lado y fue hasta Suho, abrazándolo con fuerza y dejándolos a ambos atónitos ante tan impensable acción.


— Gracias por todo, hyung —dijo Luhan.


Suho apretó la mandíbula y Baekhyun se apresuró a moverse por temor a que Suho pudiera hacerle daño a Luhan. Lo cual no fue el caso, quedándose estupefacto al ver al mayor estrechar de vuelta el delgado cuerpo del castaño.


— 原’‘的一切,‘的”蜜天使 (Yuánliàng w’ de yīqiè, w’ de tiánmì tiānshǐ)* —murmuró, su voz amortiguada por el suave cabello de Luhan—. Sé bueno y no dejes que nadie te cambie, porque eres perfecto tal cual eres.


*Perdóname por todo, mi dulce ángel.


Él asintió, recibiendo un tierno beso en la cabeza antes de ser alejado por completo. Toda la escena desarrollándose irreal y completamente confusa frente a los ojos del peli-plata, que en un último intento por tratar de darle sentido a todo eso, le lanzó una mirada a Kai, quien miraba casi con vergüenza y enojo al suelo.


Suho se apartó finalmente e igual de rápido salió del despacho con Kai tras él, dejando a los dos menores solos. Ellos se miraron finalmente y, por muy extraña que fuera toda la situación, ninguno preguntó, o dijo nada respecto a ella. Abandonando el lugar de esa forma.


Tristemente, Baekhyun podía ver con claridad la tristeza todavía por detrás de las sonrisas falsas que Luhan le deba de vez en vez cuando sus miradas chocaban. Algo le decía que había algo mucho más profundo que lo que sea que hubiera pasado con Suho.


Se sintió inútil al no poder borrarla, pero estaba resuelto a por lo menos intentar hacer algo en lugar de nada más observar por ello, y armándose de valor, tomó la mano de Luhan en algún punto en medio del trayecto.


— Está vez… —Comenzó dudoso—. Está vez realmente somos mejores amigos, por eso, aunque no sé qué pasó… tú puedes decirme lo que sea —ofreció, ocultando lo mejor que puso sus nervios.


Luhan asintió, eligiendo no decir nada de todas formas y Baekhyun no pudo no fruncir el ceño por ello. Movió su mano en dirección a Mino, cambiando la dirección en la que iban sin pedir opinión alguna de Luhan.


Él no se quejó de todos modos, limitándose a seguir al peli-plata en total silencio una vez bajaron del vehículo. Tan sólo concentrado en sus pensamientos, hasta que la voz de su amigo se hizo presente y consciente de que estaban en el interior de una agradable cafetería y que lo apropiado sería sentarse.


Una simpática mujer con amable sonrisa tomó su orden entre tanto Baekhyun hablaba de cosas a las que en realidad no estaba interesado, pero entendía que tal vez la intención de su amigo era la de distraerlo de alguna forma. No estaba funcionando, sin embargo.


— ¿Por qué no confías en mí? —Interrogó Baekhyun, dejando abruptamente lo que sea que había estado diciendo sobre Inkei.


— ¿Qué?


— Dijiste que ahora somos mejores amigos, pero ahora que quiero ayudarte no me lo permites. ¿Acaso tan solo dijiste eso debido a la situación?


— No, por supuesto que no —afirmó.


— ¿Por qué no dejas que te ayude cuando algo está evidentemente mal?


— Es solamente que…


— Vamos, Lu —lo alentó—. En el caso de que no tenga idea de que aconsejarte voy a escucharte igual —sonrió para alentarlo.


Luhan lo observó indeciso, teniendo un poco de temor respecto a la opinión de Baekhyun, pero… ¿Qué más daño haría hablarlo? Ciertamente, él sentía que estaba a tope de todas esas cosas desagradables y que necesitaba sacarlas de alguna forma. Baekhyun podría ser esa forma.


Empezó a hablar titubeante, comenzando desde el momento en el que se había quedado a solas con Sehun la noche anterior y finalizando con esa mañana con JunMyeon. Sin omitir ni un solo detalle, ni siquiera el hecho de que había tratado de besar a Sehun, por muy difícil que fuese volver a revivir la mirada de horror del pelinegro.


Baekhyun escuchó en total silencio y con toda la atención del mundo cada palabra, con confusión y miedos incluidos. Luciendo como si analizara cada cosa para al final darle la respuesta a todos sus problemas.


— Bien… —Baekhyun suspiró—. Supongo que está es la parte en la que yo te hablo de un final color de rosa, donde tú vas por todo y todo termina como en alguna película romántica —hizo una mueca de desagrado—. Sin embargo, no haré tal cosa.


Luhan apretó los labios y los puños, su corazón se detuvo con la pausa que su amigo había decidido hacer para mirarlo con aquella intensidad.


— Esto va ser duro, Luhan —soltó por fin—. Tú tienes toda la razón al decir que todo mundo te juzgara e incluso te darán la espalda porque, lamentablemente, aunque los tiempos han cambiado, la gente estúpida sigue ahí afuera y ellos van a acosarte por ser diferente a sus estúpidos estándares de lo que es correcto.


Ya lo sabía, Luhan no podía decir lo contrario mientras agachaba la mirada y esperaba no hacer algo tan estúpido como desmoronarse frente al peli-plata. Principalmente porque él mismo había prometido aguantar la respuesta.


— Ellos todavía dirán que lo normal es que te gusten las chicas y no alguien de tu mismo sexo, te van a decir anormal, y eso como el más suave de los insultos. Probablemente incluso las personas en las que más confiabas van a darte la espalda y vas a llorar más veces de las que desees hacerlo —señaló.


Luhan asintió, mordiéndose el labio inferior, tal vez para contener sus sollozos y Baekhyun suspiró, tomando su mano por sobre la mesa para llamar su atención, incentivándolo a mirar en su dirección otra vez y cuando lo hizo, le sonrió divinamente.


— Pero, aunque esa es la realidad, las personas pueden irse al carajo —aseguró con su sonrisa sin igual—. Porque lo que sea que ellos puedan pensar no importa una mierda porque se trata de ti, es tú felicidad y la sociedad puede irse a la mierda con sus prejuicios absurdos.


— Baekhyun.


— Nadie en este mundo es perfecto, por ello no importa cuánto te esfuerces o luches, siempre existirán personas que tengan alguna queja sobre ti o tu actuar, pero está bien. Porque vivir se trata de hacer todo lo que te haga feliz a ti y no lo que creas que tendrá a todos conformes. Es por ello que persigue lo que amas y que te importe un demonio lo demás —rió felizmente—. Aunque esto no significa que vaya a ser sencillo, y me gustaría decirte que al final valdrá la pena por esa persona especial, pero la verdad es que lo que realmente importa es que seas tú seas feliz con ese amor sin importar el sexo que tenga.


— Yo…


— ¿Recuerdas la pregunta que veía al final del examen de admisión? —Luhan lo miró sin comprender—. Esa que decía que como se le llamaba a una persona que gustaba de personas de su mismo sexo. —El castaño asintió torpemente—. La respuesta no era de opción múltiple como las demás y te pedía justificar tu respuesta. ¿Sabes lo que yo respondí?


— ¿Q-qué?


— Mi nombre es Baekhyun —dijo risueño—, porque etiquetar a las personas, por su raza, color o sexualidad, es realmente estúpido y él hecho de que me gusten los chicos no cambia que yo siempre espere que me llamen por mi nombre en lugar de catalogarme como si fuera algún tipo de subespecie o algo por el estilo. Me llamo Baekhyun y sin importar que, soy un ser humano como cualquiera.


— Baekhyun, tú...


— Para mí esa es la respuesta correcta, Lu. Porque sin importar que ames a Sehun, tú no dejas de ser Luhan y es por ello que la opinión de los demás no importa en lo absoluto. Ellos pueden mantener su jodida distancia si no les parece algo de ti y si ellos son lo suficientemente estúpidos como para tratar de lastimarte, van a toparse con que las personas que te amamos patearemos sus intolerantes culos —prometió.


— No creo que Sehun…


— Oh es un imbécil de primera —rodó los ojos—, pero si te odiara no hubiera ido a la casa de Suho a exigirle que te regresara a su lado justo hace un rato.


— ¿Él estuvo ahí?


— Te adora —aseguró—, y aunque en definitiva nunca vamos a ser los mejores amigos del mundo, lo único de lo que sí estoy seguro es que Sehun es un gran chico y tal vez, solo tal vez, merezca la pena tirar tus miedos por la ventana y enfrentarlo todo.


— Pero él no… —exhaló agobiado—. Yo no quiero que él salga lastimado por mi culpa.


— Oh, Hannie —habló risueño—, por si tú no lo has notado Sehun es del tipo de persona que se pasa la opinión ajena por las bolas —afirmó—. Es fuerte y estoy seguro que incluso romperá las costillas de aquel que trate de decir algo ofensivo en tu contra.


— ¿Y si no me corresponde como yo a él? ¿Qué si simplemente es protector conmigo porque me ve como a familia? —Interrogó inseguro.


— Entonces haremos que cambie de opinión —sonrió con malicia.


— ¿A qué te refieres?


— A que ya me quedé mirando por el tiempo suficiente, así que prepárate que es hora de atacar con todo —soltó con suficiencia—. Para cuando esto termine, Oh Sehun se arrastrará a tus pies —afirmó arrogantemente, a sabiendas que eso era por demás sencillo cuando Luhan tenía a Sehun en la palma de su mano.


Luhan por su parte, no estaba del todo seguro y de todos modos sonrió agradecido. Sintiendo como si algo de todo el peso sobre sus hombros fuera echado abajo. Baekhyun al final resultó ser el perfecto medio de escape, aunque fuera por un par de horas nada más.


— Bien, te dejamos aquí —dijo sonriendo el peli-plata, justo cuando el auto aparco frente al parque cercano a su hogar.


— ¿Seguro que no quieres ir a comer algo a casa? —Volvió a ofrecer, antes de bajar.


— Me gustaría, pero como te dije antes, yo escapé de casa cuando se supone que estoy castigado —rió, ocultando algo tras esa acción.


«Me gustas…»


El castaño bajó la vista tras el recuerdo, preguntándose entonces porque razón Baekhyun estaba empeñado a ayudarlo con Sehun. No iba a preguntar en ese momento pero esperaba poder escuchar las razones de su amigo en otra ocasión.


— No lo olvides Hannie, tu mejor arma es ser quién eres —le recordó—. Arriésgate aunque de miedo, al final y sin importar el resultado, verás que te sentirás más satisfecho contigo al hacerlo en lugar de acobardarse y huir.


Un gran abrazo y la sonrisa más resplandeciente de Baekhyun fue su despedida definitiva, quedándose solamente el tiempo suficiente para ver el vehículo desaparecer unas calles más adelante. Antes de finalmente comenzar a caminar, rumbo a su casa.


Eran apenas las tres y si Cherry aun no volvía a su propia casa, sus padres no tendrían razón para preocuparse por el momento. Por lo que tal vez un poco de soledad no le caería mal y tal vez, solo tal vez, podría ayudarlo a ordenar correctamente todos sus pensamientos.


Un ladrido familiar robó su atención y lo hizo girarse con una mezcla de emoción e inquietud, a sabiendas que por mucho que deseara ver a Sehun, no estaba listo para hacerlo luego de aquella noche.


Sin embargo, y tal vez para el alivio de sus inseguridades, Jiāo Táng no corrió hasta él mientras movía con entusiasmo su cola. En esa ocasión, el adorable can siguió ladrando con alegría debido a las caricias de Lay.


Sehun estaba ahí, riendo a carcajadas por alguna razón mientras veía con felicidad a Lay conviviendo con su mascota. Decir que para Luhan fue como un baldazo de agua helado no alcanzaba ni a describir ni un poco la verdad.


«Él está enamorado de Sehun.» Fue todo lo que podía pensar mientras seguía mirando pasmado como ellos hablaban tan animadamente. Luhan supo entonces que había cosas en su vida que no quería presenciar, esta por ejemplo, era la que jamás debería haber visto.


Tenía que salir de ahí, lo supo en el preciso segundo que los amargos sentimientos de la noche pasada regresaron intensificados, creciendo a cada latido de su corazón y parpadeó de sus ojos. Dando la sensación de un recipiente a punto de desbordarse.


Dio la media vuelta con latidos inestables y sintiéndose frío a pesar del bello día soleado, hubo una melódica risa y Luhan la reconocería en cualquier lugar en medio de un mar de personas. Permaneció inmóvil y se volvió, ignorando a la parte suya que decía que debía marcharse cuanto antes.


Sehun abrazaba a Lay cuando los miró, había un tipo de calor especial en sus ojos mientras veía al risueño mayor que reía abiertamente. Tirándole a la cara lo especial que era la relación de esos dos mientras que la suya, apenas eran pequeños instantes felices que siempre terminaban con alguna clase de pelea estúpida ampliando la brecha entre los dos.


¿Qué caso tenía entonces? ¿Luhan tenía una oportunidad siquiera?


Sehun había estado tan impactado la noche anterior, viéndolo como si fuese el más espantoso fenómeno. Y supo ahí que tan sólo había dos opciones para él…


La primera de ellas era marcharse y hacerse a un lado para que la persona que tanto adoraba encontrará la felicidad que tanto se merecía.


Mientras que la segunda, y probablemente la más dolorosa, era luchar sin tregua hasta conseguir su objetivo o, por lo menos, hasta que todo se derrumbara.


Lógicamente, la mejor y menos autodestructiva de sus opciones era la primera, no sólo por él sino también por el propio Sehun, para quien no sería nada justo quedar en medio de una incómoda situación de algo que él no había pedido.


Y pese a saber eso, tal vez incluso en contra de sí mismo, se encontró a sí mismo frente a esos dos, tomando fuertemente la mano de Sehun y lanzándole a Lay una mirada de feroz advertencia. Ambos estaban en estado de shock desde su sorpresivo arrebato hasta el instante que Luhan comenzó a arrastrar al pelinegro tan lejos como pudiera.


¿Por qué estaba actuando de esa forma? ¿Qué diría para explicar su actitud?


Luhan no tenía idea y en realidad ni siquiera le importaba, su único deseo era poner distancia entre esos dos y hacer que Sehun lo mirara de la misma forma en la que había estado haciendo con Lay. Regresar al tiempo donde su mundo era solamente de ellos dos, sin nadie más para intervenir.


— Luhan —llamó otra vez Sehun. Él llevaba repitiendo su nombre como un mantra desde el segundo que había hecho aquello.


No contentó, caminando solamente un poco más rápido a pesar de no tener idea alguna de a dónde estaban yendo en primer lugar.


— Luhan —habló, usando un tono más severo.


Lo que únicamente consiguió que el castaño apretara su mano un poco más fuerte y quisiera echarse a llorar a gritos. ¿Cómo demonios se suponía que él competiría con alguien como Lay? Tan sólo hacía falta ver físicamente al mayor para darse cuenta que no tenía objeto alguno que hiciera el intento.


Aquello lo hizo detenerse finalmente, notando primero que no sabía dónde diablos estaba parado. Estrechó un poco más fuerte la mano de Sehun, acción que lo hizo sentir apenas un poco más tranquilo pero que no remediaba bien.


— Luhan, te estoy hablando —dijo Sehun, tirando con fuerza de sus manos unidas para hacerle frente—. ¿Qué rayos está pasando?


Conectó sus miradas, haciendo correr a su mente para darle algo que decir porque simplemente no tenía la agallas para decirle que estaba tan celoso de Lay, Sehun seguramente tampoco lo encontraría agradable seguramente.


— Me prometiste una cita —susurró con un hilo de voz, con la cabeza agachada.


— ¿Qué? —Frunció el ceño, seguramente al ser incapaz de escucharlo con claridad.


— Me dijiste que podríamos tener una cita, la quiero ahora —soltó con el tono de voz de un niño caprichoso y armando con un valor desconocido.


La expresión de Sehun fue una mezcla de estrés e incredulidad, lo veía como si le hubiera crecido otra cabeza o algo por el estilo. Mayormente se veía enojado y Luhan en ese momento pensó que tal vez estaba tentando demasiado su suerte. No estaba retractándose más sin embargo.


— Esto tiene que ser una jodida broma. —Lo escuchó murmurar entre dientes.


Estrechó solamente un poco más fuerte la mano ajena, Sehun miró a sus manos, como procesándolo. Una mueca se instaló en sus labios tras eso, apartó de golpe su mano y miró a todas direcciones para finalmente, pasar ambas manos por su cabello en una muestra total de irritabilidad que tuvo a Luhan con un nudo en la garganta.


— Tan sólo tú no puedes venir con esta actitud después de lo que ha sucedido en las últimas horas —señaló molesto.


— ¡Tú lo prometiste! —Señaló frustrado, incapaz de frenar su explosión.


Porque simplemente no entendía porque tenía problemas con él tomando su mano pero estaba bien para Sehun abrazar a Lay. Y tal vez el problema no era la acción en sí, tal vez el problema era la persona con la que lo hacía. Ese pensamiento simplemente intensificó su malestar y los jodidos celos.


— Esto es simplemente absurdo —masculló pellizcándose el puente de la nariz—. No sé qué pase contigo en este momento, pero no tengo porque tolerarlo —bufó—. Búscame cuando estés con una mejor actitud, me voy de regreso con Lay.


Su corazón se hundió al escuchar eso, no reaccionó al inicio, quedándose ahí viéndolo alejarse mientras que él no tenía idea de qué hacer o decir para hacer que se quedara a su lado. Sin embargo, no quería rendirse todavía.


— Sehun —llamó sin vacilar.


El pelinegro se detuvo, girándose hacia él, dándole una mirada que preguntaba qué era lo que quería en esa ocasión. Luhan por su parte apretó los labios y apenas consiguió el valor de sostener la mirada ajena. Decidiendo que estaba totalmente loco en cuanto dio el primer paso para acercarse al más alto.


«Persigue lo que amas y que te importe un demonio lo demás…» 


Las palabras de Baekhyun fueron el empujón final, era el momento de arriesgarse y dejar de tener miedo a las posibilidades de ser rechazado.


Le fue inevitable vacilar al ver el desconcierto y una pizca de pánico en el rostro del más alto en el preciso instante que sus brazos fueron alrededor de su cuello. Siguió adelante pese a ello, Sehun tampoco hizo nada para detenerlo a pesar de que la distancia era cada vez más corta, y tal vez eso era debido al shock sobre lo que Luhan pretendía hacer.


— Impídelo—dijo como última advertencia.


La cara de Sehun no cambió, era como un animalito deslumbrado por las farolas de un auto mientras lo veía. Luhan juraría que los latidos de su corazón podían escucharse a tres o cuatro cuadras más. Sin embargo, ya no había marcha atrás a ese punto.


Eso lo sabía muy bien, y de todos modos se paralizó por completo en preciso momento que sus labios se rozaron. Sehun lo observaba inmutable, algo que simplemente hizo que sintiera que no podía respirar correctamente.


¿Debería dejar de ser tan cobarde y aprovechar que Sehun no estaba empujándolo? La respuesta debería ser sí, pese a ello, Luhan tenía claro que eso era equivocado. Era claro cuando los ojos de Sehun tan sólo decían que tomara lo que quería y se largara de su vista.


— ¿Y bien? —Inquirió Sehun con desinterés.


Era inútil, la respuesta acaba de ser lanzada a su cara y no quería, ni podía seguir mirándola ni un segundo más.


Agachó la cabeza, no queriendo mostrar lo mucho que estaba doliendo, dando a la vez el primer paso para poner distancia entre los dos. Diciéndose a sí mismo que esto era lo mejor y que podría recuperarse de eso.


Y justo cuando estaba por dejar sus brazos caer, los contrarios lo envolvieron de golpe y los oscuros ojos brillaban de una forma completamente desconocida que lo hizo vibrar, cuando él tan sólo trataba de encontrar una respuesta a sus acciones. La pregunta ni siquiera se formuló, y en su lugar casi se atragantó con su propio aliento al sentir los labios de Sehun rozando los suyos.


No lo besó, sin embargo. En lugar de eso, su boca fue hacia el sur, posándose en la tierna piel de su cuello, arrancando de su boca un sonido que jamás hacía escuchado en sí mismo y por el cual su rostro se calentó.


Su piel se erizó, sus piernas fallaron e hizo que sus brazos se aferraron a él ante el temor a lo desconocido y el estar a punto de caer. Tenía la mente totalmente nublada mientras sus sentidos estaban todos enfocados en intensificar todas las pequeñas sensaciones que los suaves besos provocaban en él.


— No puedes arrepentirte ahora —susurró apenas Sehun—. Ya no hay vuelta atrás.


No consiguió hacer su voz salir por más que quería responder, logrando apenas asentir. Los ojos oscuros del pelinegro se unieron a los suyos, esbozando una suave sonrisa para finalmente dejarlo ir.


— Vamos —indicó, su mano tomando la suya por voluntad propia en esa ocasión—. Tengamos esa cita que te prometí antes.


Luhan asintió rápidamente, entrelazando sus dedos e ignorando con todas sus fuerzas ese lado negativo suyo que no dejaba de susurrarle que eso era una trampa. Que aquello bien podría no significar nada en realidad, que Sehun seguía sin decir nada en concreto y que solamente alimentaba sus ilusas esperanzas.


Tal vez solamente estaban jugando con él y todo eso estaba más que claro para él, pero de todas formas, estaba dispuesto a avanzar a ciegas en medio de ese nuevo camino que se abría.

Notas finales:

Yo sé tarde como mil años dado que mi PC murió y la maldita aplicación siempre se congelaba cada que trataba de subir el capítulo TT-TT, así que tuve que esperar hasta tener una PC nueva.


Disculpen el retraso y, si es que las cause, también las preocupaciones.


Y bueno, ahora que hay PC nueva espero regresar con todo, así que para este y tras leer sus bellos comentarios, tome en cuenta que dado que hay diálogos en chino y yo solía dejar la traducción hasta el final, ustedes tenían que esperar hasta ese punto para descubrir el significado.


Por lo tanto, pensé mejor dejar la traducción bajo los mismos diálogos para así no ser tan molesta jejeje.


En fin, preciosas personitas, esto es to por mi parte, espero que el capítulo de hoy les guste y me despido recordándoles que l@s amo y les mando un gran abrazo hasta donde estén.


Bye Bye.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).