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Only reason. por DNA

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Notas del capitulo:

Hello people!!!


Yo, aquí, apareciendo luego de desaparecer descaradamente por eones.


En retribución, sépanse que este tiempo fue de trabajo, trabajo y más trabajo, por lo que lloré cada día jajajaja.


 

  

«Gracias por todo…»

Eso había sido lo último que él había dicho antes de huir lejos para evitar que siguiera mirando sus lágrimas. Jiāo Táng y Jung Sun corrieron tras él sin pensarlo, a diferencia suya que no pudo hacerlo aunque quisiera.

Desde ese momento, Luhan no había parado de mirar en dirección a las escaleras y de ellas a la sonrisa de disculpa de Jessica, quien no lo había dejado ir tras él y su preocupado tío.

— Ya casi bajan, cariño —aseguró ella.

Luhan asintió una vez más, igual que todas las otras veces que ella había dicho lo mismo. El tono de llamada de su móvil fue casi estridente en medio del pesado silencio y luego de echarle un vistazo al nombre en la pantalla, se retiró sin decir nada.

— Dime —habló seriamente.

— Buenos días a ti también, mocoso —gruñó el mayor al otro lado.

— No estoy de humor, JongDae —sentenció—. Habla y punto.

 De acuerdo —aceptó de buena gana—. Sal un momento —pidió, y sin mayor explicación, cortó la llamada.

Luhan miró su móvil estupefacto, todavía incapaz de procesar que aquel idiota hombre le ordenara salir en un momento así y para cuando logró hacerlo, lo maldijo una y otra vez, utilizando insultos que incluso no recordaba que sabía.

Tenía la intención de mandarlo al carajo por pedirle que simplemente se fuera en ese momento, en el que no sabía cómo estaba su amor. Sin embargo, el maldito bastardo nunca respondió, cortando directamente cada una de sus llamadas.

Enviando en cambio un mensaje que simplemente ponía: "esto es algo que realmente te interesa". Sabía que él no estaba dándole opciones y que desobedecer podría conseguir que el hombre se disgustara tanto, al punto de retirar su ayuda.

Luhan miró frustrado en todas direcciones, tratando de decidir qué hacer a continuación. Él no iba a dejarle opciones y tampoco sabía cuándo era que Sehun decidiría dejar que lo viera. Sabía que no tenía muchas alternativas por lo que únicamente decidió resignarse e ir a averiguar qué quería aquel tipo.

— Ahora vuelvo —anunció y por supuesto, Jessica no se lo había esperado en absoluto, por lo que no logró reaccionar para preguntar a dónde iba o tratar de detenerlo.

La sonrisa del sujeto al verlo salir era demasiado odiosa, y no desapareció de su rostro ni siquiera cuando el enojado chiquillo le hizo una señal para que lo siguiera, en lugar de solo tener aquella conversación ahí mismo.

Él lo siguió de buena gana hasta el pequeño minisúper, no muy lejos de la residencia de aquel molesto novio suyo.

— Habla —ordenó mientras comenzaba a tomar algunas cosas de los estantes.

JongDae arqueó una ceja al escuchar su tono grosero, sin embargo, lo dejaría pasar porque estaba de buen humor. Su dulce, dulce novio siempre lo ponía de buenas.

— El inútil detective nos dejará finalmente ver las evidencias recabadas en cada investigación que involucrara a Oh Minho —anunció.

La expresión facial del niño cambió, pareciendo realmente animado e incluso tomando con emoción las cosas que estaba por comprar, y solo por ello era algo triste tener que romper su tierno corazón.

— Sin embargo, seguramente a estas alturas ya debieron eliminar cualquiera de las cosas que podrían sernos de más ayuda. Por lo que no esperes obtener mucho de esto —explicó con calma.

El pequeño frunció el ceño, mirando con irritación el paquete de harina que había estado por meter a la canasta de compras.

— ¿Y por qué diablos me hiciste salir de casa si tan solo ibas a decirme que revisar eso sería una pérdida de tiempo? —Espetó, dándole una mirada de completo enojo.

— Nadie aquí ha dicho que sería inútil —sonrió ladino—. Solo dije que lo que podría llevarnos con mayor rapidez a la respuesta que buscas, podría ya no estar, sin embargo… son tan imbéciles que todavía habrá cosas que nos ayuden —explicó.

— Eso quiere decir…

— Eso quiere decir que deberás ser mejor que ellos, niño —sentenció—. Ya lo estás haciendo genial y hasta ahora, les has demostrado que ninguno de sus patéticos intentos va a frenarte. Así que puedes con esto, si quitaron información que podía ayudarte, entonces toma lo que tienes y revisa hasta el más insignificante detalle hasta que encuentres algo. Eres inteligente y podrás hacerlo.

— Yo.. —Balbuceó aturdido ante las repentinas palabras de aliento del otro.

— No temas por nada tampoco. Mientras estemos juntos en esto, nadie va a tocarte. Voy a protegerte hasta el final y llegar hasta los extremos que tenga que llegar para mantenerte seguro —afirmó solemne.

— Gracias hyung —murmuró algo conmovido.

— Si, como sea. Esto es una alianza, ¿cierto? —Luhan asintió—. Mientras esto exista, tu único trabajo es no rendirte.

— No lo haré —aseguró.

— Eso es bueno, porque lo que pasó el día de ayer fue apenas algo simple que pueden hacer en tu contra —señaló—. Es tu turno de devolver el golpe y ser aún más despiadado.

— Así lo haré —prometió.

— Maravilloso —sonrió complacido—. Hazlo trizas y a mí no me importará el tiempo que he invertido cuidando de ti.

Luhan asintió seriamente y la sonrisa contraria se ensanchó. Recibió un simple asentimiento y unas palmaditas en el hombro antes de que él se alejara, para dejarlo continuar con lo que sea que estaba comprando.

El menor terminó rápido lo que tenía que hacer, yendo a pagar sólo para recibir la sorpresa de que el apuesto caballero con el cual había entrado, había pagado en su totalidad lo que él había comprado.

Él asintió a la amable joven e hizo un pequeño recordatorio de agradecer apropiadamente al mayor en alguna otra ocasión. Apresurándose a volver a casa y ver si es que su terco novio había dejado de ocultarse.

¿Planeas ocultarte durante todo el día de él? ¿Es eso?

La voz de un enojado Jung Sun lo hizo aguardar en su lugar sin idea de que hacer y permaneció inmóvil durante un rato, esperando la respuesta contraria.

¿Entonces es mejor ir y que me vea así?

Hijo…

A sus ojos soy alguien fuerte e invencible, a mí me gusta eso. Entonces... ¿cómo voy a mostrarme frente a él luciendo tan patético como luzco? —Espetó.

Sehun, eso no es así, cielo. Hannie te adora —aseguró con dulzura Jessica.

Yo también lo adoro, Jess. Por eso no quiero decepcionarlo.

Hun, eso no podría ser...

— Estoy de vuelta —anunció interrumpiendo completamente al mayor.

El mayor lo observó sorprendido, Jessica un poco aliviada y Sehun, por supuesto, miró a cualquier otra dirección que no fuera él.

— ¿A dónde fuiste, cielo? —Preguntó Jessica en un intento de aliviar un poco la tensión.

— Fui a la tienda —respondió con una sonrisa—. Ayer con todo lo de la fiesta y eso, me olvidé completamente de los conejitos —explicó, observando de reojo que aquello había tenido una reacción en su novio.

— ¿Los conejitos? —Inquirió algo confundido Jung Sun.

— Mi familia los hace en ocasiones especiales, generalmente es durante los días de cumpleaños. Ayer olvidé completamente hacerlo para Hunnie por su cumpleaños, así que los haré ahora —explicó con una sonrisa radiante pintada en los labios.

Jessica y Jung Sun se miraron entre ellos sin saber qué debían decir o hacer, además de mirar complicadamente al dulce chico. Viéndose aún más aturdidos cuando él simplemente fue directamente hasta Sehun, quien seguía sin mirarlo, para simplemente abrazarlo sin esperar nada a cambio.

— Lo haré tan rápido como pueda, espera por favor —dijo risueño, apartándose tras esa oración para dirigirse a la cocina.

Tres personas completamente mudas vieron al pequeño chiquillo caminar rápidamente hacia la cocina. Jung Sun le lanzó una mirada reprobatoria tan pronto vio al dulce niño desaparecer y Sehun apretó los labios, corriendo al interior de la cocina con la mente en blanco y unas ganas enormes de abrazarlo.

No se detuvo a pensarlo, simplemente fue y lo hizo, abrazando al más bajo por la espalda para todavía poder seguir ocultando su lamentable semblante al recargar su frente sobre el hombro del contrario. No iba a ser juzgado de todas formas y una sonrisa preciosa, colmada de ternura le fue dirigida de parte del hermoso hombre que vertía la harina sobre un cuenco.

— ¿Te gustaría que pusiera algo extra a los conejitos? —Interrogó tranquilamente—. Todavía no lo he intentado, pero mamá dice que podrían tener relleno de chocolate.

Él no respondió, estrechando un poco más fuerte el delgado cuerpo de su novio. Luhan lo miró de reojo, todavía mostrando esa expresión cariñosa que trataba de hacerle saber que no pasaba nada y que podía ser un niño caprichoso en esa ocasión.

— Siempre he pensado que eres la persona más fuerte que conozco, me encanta ver la forma en la que siempre te paras frente a lo que venga y luchas hasta vencerlo. Amo eso de ti como no puedes imaginarlo —habló, sintiendo al más alto tensarse—. Pero sé también que eres un ser humano, que también vas a estar cansado de pelear contra todo por tu cuenta, que puedes quebrarte y también puedes desear arrojar la toalla.

Sus manos dejaron de cortar el chocolate blanco y se colocaron sobre las del más alto. Esperando que de ese modo él supiera que no tenía que temer o avergonzarse de nada.

— Para mí… —Murmuró—. Para mí es mucho más especial poder presenciar este lado tuyo, porque sé que solamente yo podré verlo y porque quiero estar aquí para ayudarte a levantarte en momentos así. Yo quiero verlo todo, Hun. Al tú que va a enfrentarse sin miedo a lo que trata de derribarlo y también al tú que puede desmoronarse, yo voy a amar cada una de tus facetas con todo mi corazón.

— Yo…

Un quejido ahogado brotó de sus labios y sus ojos, llorosos e hinchado, miraron impactados al par de orbes castaños que lo observaban de vuelta, luego que el dueño de estos escapara de su abrazo y se volviera hacia él, acunando su rostro para impedirle huir una vez más.

— No te ves patético. Llorar no te hace alguien débil, no a mis ojos. Para mí tú ya eres el chico más increíble del mundo, que me dejes verte derramar lágrimas de vez en cuando, solamente me hará pensar lo afortunado que soy, porque sé que al dejarme verte de este modo significa que tu confianza en mí es ciega y… ¿Qué hay que sea más especial que eso?

— Cariño, es solo que… se supone que yo soy tu pilar y si yo me desmorono, entonces...

— Entonces yo voy a sostenerte a ti, yo voy a ser tu pilar al igual que lo has sido para mí durante todo este tiempo —aseguró con voz dulce—. Vamos, cariño ya no te atormentes tanto por algo tan tonto.

— Pero…

— Hun, te amo y un par de lágrimas no van a cambiar eso. Además… —Luhan miró de un lado a otro como si le preocupara ser escuchado y se acercó lo suficiente para poder hablarle al oído—. Tal vez no me creas, pero eres la única persona que he conocido que puede llorar y seguir luciendo guapísimo.

Una risa algo temblorosa surgió de los labios del más alto y Luhan se apresuró a abrazarlo con fuerza, compartiendo esa risita boba con él. La risa de Luhan solo se volvió un poco más ruidosa, al ser levantado por los brazos del más alto, automáticamente enredó sus piernas en su cintura y le sonrió como un idiota cuando finalmente volvió a mirar su sonrisa en lugar de aquella mueca de angustia.

— Está bien, bebé. Yo siempre voy a estar aquí —prometió cariñosamente—. Necesitas más que llorar para hacer que me vaya, ve haciéndote a la idea.

Sehun rió una vez más, besando los labios del pequeño y terco chico que sostenía con cuidado, repitiéndose para sus adentros que se había sacado la lotería al conseguir conquistarlo.

— ¡Sehun, si van a follar o lo que sea, más te vale que sea después de que yo tenga mis conejitos, o te destripo con el cuchillo táctico del que le conté al miedoso de Wu YiFan!

Luhan y él se echaron a reír con ganas tras la estúpida amenaza de Jung Sun y de mala gana Sehun puso a su dulce, dulce amante de vuelta sobre sus pies.

— Mejor lo tomamos en serio. —Sehun bufó—. Ven, Hunnie, ayúdame a preparar los conejitos.

Sus ojos jamás pudieron apartarse de la bella figura que lo guiaba con paciencia y sonreía divinamente. Tenía frente a sus ojos al amor de su vida y lo sabía, no importaba que cada vez que lo dijera en voz alta, alguien siempre estuviera ahí para decirle que no podía asegurar eso, que era demasiado joven aún y todo tipo de tonterías que nadie les había preguntado.

— Listo, conejitos en el horno —anunció sonriente, llamando la atención del otro—. Vamos, falta preparar el glaseado antes de que salgan del horno.

Le permitió tomar su mano y llevarlo a su antojo, todavía sin poder dejar de mirarlo. Ahí, completamente concentrado en lo que hacía como para notar la mancha de chocolate en su mejilla derecha, tal vez sin saber que el corazón del hombre que lo miraba fijamente estaba en sus manos.

— ¿Cómo lo hiciste? —Preguntó de la nada.

Los preciosos ojos de ciervo de Luhan se elevaron, evidenciando su adorable confusión.

— Tú sabes cómo hacer glaseado, ya te había enseñado —dijo con el ceño fruncido.

— No estoy hablando del glaseado y lo sabes, nene —sonrió, estirando su mano para poder limpiar el chocolate en su hermoso rostro.

Luhan rió divertido, asintiendo en un acuerdo silencioso de no bromear más y decirle a Sehun lo que quería saber.

— En realidad, yo no hice nada —admitió.

— Luhan —se quejó.

— De verdad —aseguró—. No es que no lo intentara, sin embargo, todo siempre tenía el mismo resultado y ese era que el tío Jung Sun tenía que hacer una solicitud, enviarla y esperar por la respuesta. Eso me hizo sentir muy frustrado y cuando sentía que iba explotar fui a ver a JunMyeon g“g“ para pedirle un consejo.

Tan pronto como el nombre de ese hombre fue mencionado, Sehun frunció el ceño pero no interrumpió lo que Luhan estaba tratando de decirle.

— Él me dijo que si yo quería él podía encargarse del asunto pero a cambio yo debía hacer algo por él —murmuró.

— ¿Y qué quería ese sujeto que hicieras? —Espetó con ojos entrecerrados.

— En realidad, yo solamente tenía que pedirle a YanYan jiějiě que le vendiera a él esa pintura para la que Yixing g“ había sido su modelo. Él dijo que ya lo había intentado por su cuenta y jiějiě lo mandó al infierno, además de amenazar con cortarle las bolas, cubrirlas de arcilla y volverlas algo así como una extraña escultura si es que él volvía a aparecerse frente a ella.

Sehun se echó a reír con ganas mientras Luhan torcía los labios incómodamente, todavía sintiendo escalofríos por la amenaza de su hermana mayor al hombre.

— Yo acepté y antes de siquiera pensar en cómo convencer a jiějiě, JunMyeon g“g“ ya me había llamado para decirme que todo estaba resuelto y que podía llamar al tío Jung Sun para informarle que esperará la inminente notificación de la aprobación de su traslado aquí a Seúl. Iba a decirte anoche, pero…

— Dios… —Suspiró, mirando al chico con gratitud e infinito amor—. Eres increíble, pareciera que yo solamente tengo que decir lo que quiero y tú harás que suceda sin importar nada —murmuró, alcanzando su mano y llevándola a sus labios para besarla—. ¿Cómo siquiera yo voy a hacer para agradecerte todo esto?

— No tienes que hacerlo —musitó, inflando un poco las mejillas de un modo malditamente adorable—. Es decir, aun estando aquí no es como que lo fueras ver todos los días o algo así.

— Tal vez, pero estará en casa los fines de semana y días festivos, que ya es mucho más de lo que podía tener —señaló—. De verdad, no sabes lo mucho que significa para mí esto, no sé cómo pagarte por hacerlo, aún si sientes que no es mucho.

— Bueno, ya sabes, tú solo tienes que estar conmigo como hasta ahora, decirme de vez en cuando lo que quiere oír y tal vez darme dulces de vez en cuando. Creo que no es muy difícil de hacer, ¿verdad?

Sehun sonrió divertido, estrechando la mano contraria, amando la forma en que la sonrisa de Luhan se volvía solo un poco más grande.

— Lo tengo, no tienes que preocuparte ya que seré muy obediente.

Él asintió complacido, pareciendo incluso más feliz cuando el más alto enredó su brazos en su cintura, permaneciendo el resto del tiempo con el pecho del otro pegado a su espalda y su barbilla en su hombro.

Había un dulce aroma en el aire y aunque Luhan repitiera que era por el postre que estaban haciendo, Sehun seguía diciendo que era por él y simplemente dejó de discutir. Terminando finalmente su trabajo, justo a tiempo antes de que el ansioso tío de Sehun volviera a asomarse por la puerta para saber si estaban listos.

— ¡Ya están listos! ¡Genial! —Exclamó emocionado—. Ustedes solo comerán uno por persona, ¿verdad? —Interrogó tratando de parecer tierno.

— Atrévete a dejarnos solo uno a cada uno para llevarte el resto, y tienes mi palabra de que no los volverás a comer en tu vida —advirtió seriamente Sehun.

— Hijo, no tienes que llegar a tales extremos tan drásticos, papi solamente hizo una pregunta —dijo con un puchero en un intento de verse realmente lamentable.

— Nadie cree eso —bufó.

— ¡Están listos! —Chilló Jessica, corriendo al interior para tomar directamente un conejito.

— No se supone que yo debería ser el primero en comer, es decir, mi novio los hizo para mí —señaló Sehun.

— ¿Llevas aquí pegado a él desde que comenzó a hacerlos y me dirás que no has comido ninguno? —Espetó—. Que otra tonta te crea eso —resopló.

Sehun bufó, dejando que se saliera con la suya de todos modos. Siguiendo obedientemente a Luhan mientras llevaban todo a la sala de estar, acomodándose tan cerca de él como pudo cuando finalmente ocuparon uno de los sofás. Sonriendo ampliamente al colocar su cabeza en el hombro contrario y recibir una caricia tierna por ello.

— ¿No te preocupa pensar que con el pasar del tiempo, Luhan se volverá más lindo y tú continuarás horrible? —Preguntó seriamente.

— ¿A ti no te preocupa pensar que cuando Jessica se dé cuenta que en realidad eres viejo y desagradable, te deje por un joven con más carisma y dinero? —Interrogó de vuelta.

El mayor frunció el ceño y Sehun sonrió ampliamente, acurrucándose más cerca de su pequeño novio. Quien solo pudo darle al hombre una sonrisa de disculpa por la impetuosa lengua del contrario y sus obvios problemas de respeto a la autoridad.

— Oh, Hannie, sé que hace mucho debí decirte que lo mandes al diablo y salgas mejor con un chico guapo e inteligente como Jackson Wang, pero tengo que asegurar un buen matrimonio para él al menos —dijo falsamente afligido y culpable.

— Jódete —gruñó, abrazando más fuerte el cuerpo de su novio—. Quién debería decirle eso a Jessica soy yo, antes de que pase más tiempo y se vea a sí misma atrapada contigo.

— Para nada, para nada —dijo risueño—. Jess sabe que si es que llega a encontrar a un joven rico y carismático, definitivamente tendrán que llevarme con ellos. Es decir, no todos los días te encuentras a un tipo rico para solucionarte la vida —sonrió ladino.

— Tu tío tiene razón —asintió seriamente ella—. Lo llevaremos con nosotros y así tendré lo mejor de ambos mundos —afirmó con confianza.

— ¿A qué te refieres? —Interrogó Luhan antes de que Sehun pudiera detener su inocente curiosidad.

— Obviamente a que, basado en mi experiencia personal, me quedaría con el niño rico por conveniencia y comodidad, mientras que Jung Sun se encargaría de mi casi cien por ciento segura insatisfacción sexual —explicó—. Ves, lo mejor de ambos mundos. Uno me da dinero y el otro buen sexo.

Sehun le envió una mirada fulminante tan pronto la carita de su novio se volvió una mueca de desagrado, Jung Sun simplemente se echó a reír con ganas.

— Maravillosamente esta mañana era yo quien estaba siendo regañado por pervertir a mi inocente novio —gruñó.

— Que delicado eres —bufó el mayor—. Te pareces al miedoso de Wu YiFan.

— Tío, por favor deja de llamar miedoso a mi hermano mayor —pidió Luhan.

— Solamente porque lo estás pidiendo tú —sonrió.

— En este momento ya no me parece tan buena idea que te quedes —farfulló infantilmente.

— Tonterías, seguramente te da miedo porque ahora no podrás actuar a tu antojo —aseguró con arrogancia.

— Ahora que lo menciona, en ese momento no lo pensé mucho e incluso después solamente me centré en que usted podría venir aquí para estar definitivamente, pero… ¿Cómo lo tomó Dong Yul? —Interrogó preocupado.

Sehun, que había estado cómodamente acurrucado a su lado, se tensó y se sentó correctamente en su sitio, esperando por la respuesta que su tío fuera a dar. Él mismo no había pensado en eso hasta que Luhan lo había preguntado.

El mayor los miró enternecido, se había sentido algo sorprendido al inicio por la repentina pregunta, sin embargo, sabía en el fondo que esta iba a ser hecha tarde o temprano por alguno de los dos chicos.

— Naturalmente se sintió triste al inicio, pero no tardó mucho en entenderlo. Me dijo que estaba bien y que podía venir aquí tranquilamente, porque sabía que su tío necesitaba de su papá, así como él tenía a su mamá a su lado —relató con un sonrisa cariñosa en los labios—. Además eso también era bueno para él porque podía venir todas las vacaciones a ver a su tío y a su abuelo. —Luhan suspiró aliviado y Sehun también pareció relajarse.

Él miró con satisfacción a sus dos niños, ambos amables y siempre pensando en el bien común antes que en el suyo propio. Su hijo, su más grande orgullo, no había podido ser un mejor ejemplo para ese pequeño, que la única ayuda que había recibido de su padre biológico, era el hecho de haberlo engendrado.

— ¿Qué pasa con la casa? Había sido tu proyecto personal por años —señaló Sehun.

— Ese lugar es ahora de ellos, de Dong Yul más específicamente. Para mí ese niño es mío tanto como tú lo eres y siempre veré por su bienestar, aun si estoy aquí, a ellos nada les va a faltar. Myeong Suk también es una excelente madre, aunque algunas veces comete errores, lo ha hecho bien todos estos años y puedo confiar en ella. Además… —Sus ojos se clavaron en el chico frente a él—. Ese lugar era mi proyecto porque tú estabas ahí, por lo que simplemente lo moveré aquí. Tengo ahora más razones para querer estar aquí de las que ya tenía antes.

Una sonrisa conmovedora se dibujó en los labios de la única dama en la habitación, haciendo que Luhan simplemente reafirmara esa idea que tenía sobre el hecho de que, desde su llegada de esas vacaciones, ella lucía incluso más bella que antes.

— ¿Por qué no dejan el tema de una vez? —Sugirió ella—. Ya se ha hablado mucho de esto de todos modos.

— Jessica tiene razón. En su lugar… ¿Qué tal si uno de ustedes le llama a Baekkie para preguntarle cuando su bastardo novio planea traerlo? ¡Ya es tarde!

Luhan miró extrañado al reloj que apenas marcaba la una de la tarde y Sehun simplemente bufó, ignorando al histérico hombre. Abrazando más cerca el cuerpo de Luhan, para disfrutar de su tranquilo momento.

— Maldito niño ingrato —refunfuñó el hombre al ver al pequeño insolente ignorarlo.

— Tío Jung Sun, ¿por qué no mejor nos cuenta cómo es que usted y Jessica jiějiě terminaron de este modo? —Preguntó Luhan buscando distraerlo.

— Hannie, acabo de comer conejitos —se quejó Sehun.

— Tú cállate, a ti nadie te habló —bufó—. Ya que lo preguntas, te contaré con gusto, Hannie. A decir verdad, yo no estaba muy interesado pero Jess es una chica tenaz. ¡Realmente da miedo cuando tiene un objetivo en la mira! —Exclamó emocionado.

Luhan asintió, mirando con atención al mayor que parecía estar preparándose para relatar la historia de su vida. Mientras Luhan y Sehun se prepararon mentalmente para lo que se convirtió en tres horas de una extraña historia de romance.

Tan pronto como terminó, Sehun básicamente lo tomó de la mano para correr al baño y encerrarse ahí mientras gritaba que ellos estaban tomando un baño de burbujas. Él simplemente lo dejó ser, dejando que hiciera lo que quisiera y riéndose divertido de la advertencia de Jung Sun sobre tirar la puerta del baño al primer ruido indecente que escuchara proveniente del lugar.

— ¿De verdad tomaremos un baño, o solamente es para continuar con ese juego suyo de sacarse de quicio el uno al otro?

— Claro que tomaremos un baño. Ahora, sé lindo y desvístete —pidió Sehun con una sonrisa dulce.

El bonito rostro de Luhan se volvió rojo tras escuchar su amable petición. Él simplemente sonrió, comenzando a preparar todo para su baño. Luhan lo observó sin moverse ni un centímetro, aún con el rostro sonrojado.

Emitiendo un débil quejido cuando él comenzó a desvestirse frente a sus ojos. Siguiendo cada movimiento sin parpadear mientras tragaba duro.

— Mira, seré un buen niño y dejaré que estos se queden solo para que veas por ti mismo que no miento al decir que solo será un baño —habló, deteniéndose justo en su ropa interior.

— Nadie te cree eso, Oh —murmuró al tiempo que comenzaba a retirar su propia ropa.

Luhan lo miró indeciso mientras se obligaba a entrar a la bañera, la sonrisa en los labios ajenos era tan irritante como divina. Algo que simplemente no ayudaba al alborotado sistema de Luhan, que parecía estar por colapsar en cualquier segundo.

— Nene, nosotros no vamos a caber aquí si nos sentamos uno frente al otro —señaló con diversión el más alto.

— Cállate, dijiste que serías bueno —señaló abochornado.

— Lo seré, lo seré. Solo ven aquí.

Luhan torció los labios indeciso, aceptando su pedido de todas formas. Irritado consigo mismo por lo mucho que le gustaba la sonrisa satisfecha en los labios del odioso sujeto del que se había enamorado.

— ¡Sehun! —Chilló en el momento en que no hubo distancia entre sus cuerpos, tratando de alejarse y salir corriendo de ahí.

— Espera, espera —habló él entre carcajadas, abrazando la cintura contraria para impedirle huir—. ¿Por qué estás tratando de correr?

— Dijiste que serías bueno y eso de ahí abajo…

— Mi cielo, estás aquí, casi desnudo frente a mí, no puedes esperar que yo no tenga alguna reacción, no soy de piedra —respondió alegremente—. Además… ¿Acaso no tú mismo estás en la misma circunstancia?

— ¡La-Las manos quietas, Oh Sehun! —Advirtió intentando sonar amenazante, pero luciendo más bien encantador—. Dijiste que no harías esto.

— Amor, tú no te das cuenta pero yo te hago el amor cada vez que te toco —dijo desvergonzadamente.

— Mejor cierra la boca y terminemos con esto —masculló, finalmente apoyando su espalda contra el pecho contrario, aun sujetando las manos del más alto.

Sehun lo dejó hacer lo que quisiera, aunque realmente no mintiera acerca de no hacer nada indebido. Recargó su mentón en el hombro derecho de su novio y suspiró, completamente feliz de poder tener ese pequeño momento con él.

— Necesito un corte de cabello —murmuró distraídamente Luhan.

— Déjalo de ese modo, te queda genial —susurró.

— Tú siempre dices lo mismo. No con todo me veré bien, ¿sabes? —Señaló risueño.

— Tienes razón, la vez que tuvieron aquel partido y llovió horrible, te veías muy mal con la chaqueta del estúpido capitán de tu equipo de fútbol.

Luhan se echó a reír tras escuchar eso, recordando perfectamente la escena y la cara disgustada de su novio al verlo aparecer con la chaqueta de su amable amigo tras el partido. Él no había parado de pedirle que se la quitara y Luhan solo la había mantenido para molestarlo.

— ¿De qué hablas? —Soltó risueño—. La chaqueta me quedaba genial.

— Mentira, te quedaba gigante y apestaba como a perro mojado.

— Jiāo Táng huele a fresas cuando está mojado.

— Porque mi pequeño Jiāo Táng tiene un padre genial, que lo lleva a la peluquería con regularidad y le pone loción antipulgas antes de sacarlo a pasear —bufó.

— Si como sea, solo démonos prisa antes de que alguien más llame a la puerta.

— Ese solo sería ese irritante hombre que se hace llamar mi familia —bufó, obedeciendo de todas formas a lo que Luhan le había dicho.

Luhan fue el primero en salir de ahí como si el mismo demonio lo persiguiera, apenas lidiando con sus hormonas alborotadas como para continuar mirando el jodido cuerpo seductor del más alto. Apenas tardó un par de minutos en dejarse a sí mismo presentable y decidir que podría ir y echar un vistazo a los dos únicos adultos en el lugar.

Con su nuevo plan de acción, avanzó apenas dos pasos antes de quedarse de pie mirando como un idiota al chico que salía del baño. Con el cabello todavía mojado y una toalla flojamente puesta alrededor de sus caderas para evitar que Luhan lo tuviera completamente desnudo frente a sus ojos.

Él sonrió de lado y Luhan corrió a la puerta con intenciones de salir de ahí antes de olvidarse que había gente abajo. La puerta se cerró apenas cuando la había abierto un par de centímetros, el brazo libre que no usaba para mantener la puerta bloqueada se enredó en su cintura, pegando sus cuerpos hasta que Luhan sintió el calor húmedo de la piel contraria a pesar de su ropa.

— ¿A dónde vas? —Le susurró al oído, erizándole la piel.

— Ver tío Jung Sun —balbuceó esa frase apenas coherente.

— No vayas, espera un momento y deja que te muestre algo —pidió, empleando todavía ese tono que hacía las piernas de Luhan temblar.

— N-No quiero ver ahora, ya lo he visto antes y-y aunque es impresionante. E-En este momento…

Sehun se rió por lo bajo, apretando un poco más fuerte alrededor del cuerpo de su nervioso novio, haciéndolo temblar y murmurar alguna cosa intangible.

— Aunque eso fue tremendamente halagador, me estoy refiriendo a una fotografía, ¿sabes? —Aclaró, liberando al otro para ir en busca de lo que acaba de mencionar.

Luhan se quedó pegado a la puerta, como si esta fuera el soporte que evitará que se cayera. Su rostro estaba rojo y se veía precioso con el ceño fruncido. La sonrisa traviesa en los labios del más alto casi lo hizo gemir y, aunque en realidad lo hizo, fue en realidad por el hecho de ver la fotografía que él le mostraba.

— Fue del momento en que decidiste curiosear un poco —dijo sonriente—. De verdad que ellos son muy buenos, quedó preciosa.

Luhan miró abochornado la fotografía que el equipo de fotografía de Lay debió tomar por accidente, sin embargo, no se veía algo extraño, como si se estuviera desvistiendo para la cámara.

— Me encantó tan pronto la vi y por supuesto debía tenerla, hice también que ellos la borraran de la memoria. Esta es la única que existe.

— Vas a deshacerse de ella, ¿cierto? —Murmuró esperanzado.

— ¿Por qué me desharía de algo tan hermoso? —Preguntó confundido.

— ¡P-Porque es muy rara! —Chilló.

— No es rara, es hermosa. La voy a enmarcar y la pondré en…

En ese momento, la tonta idea de simplemente ir y quitársela le pareció a Luhan realmente brillante. Sin embargo, su lamentable intento no solamente fue un completo fracaso, sino que además terminó con él de espaldas sobre la cama de Sehun y este último sobre él, manteniéndolo inmóvil.

— ¡D-Dijiste que serías bueno! —Exclamó avergonzado.

— Bueno, yo lo dije en el baño y ahí definitivamente lo fui —respondió, mostrándole su más odiosa sonrisa.

— A-Aquí también debes serlo —sentenció—. Así que levante, déjame ir y ponte algo de ropa.

— ¿Tan mal me veo sin ella? —Inquirió, pareciendo algo decaído.

Luhan miró el cuerpo del hombre sobre él, tragando duro ante la pecaminosa vista y lo que seguir observando le hacía a su cuerpo. Volvió la mirada a un lado con el rostro caliente y sus manos picando por tocarlo todo.

— N-No… y ese es el problema —murmuró quedito.

Un par de suaves labios tomaron el hecho de que mirara a cualquier otro lugar y dejara la suave piel de su cuello expuesta, como una invitación, bajando para besar la tersa piel caliente, que hizo gemir al dueño de esta.

— ¡Sehun! —Chilló alarmado.

— Te quiero tan mal —habló con un tono grave y seductor que provocaba en Luhan sensaciones difíciles de soportar—. He deseado devorarte desde la noche anterior.

— T-Tú…

— Cuando te vi aparecer frente a mis ojos tan hermoso con esa ropa y luego de quitarte ese estúpido velo. Mi único deseo fue el de arrancar tu ropa y tomarte justo ahí —susurró sensualmente, esparciendo besos cortos sobre la sensible piel.

— Es-Espera, dije que no puedes… —Balbuceó.

— ¿De verdad no quieres? —Preguntó seriamente.

Luhan apretó los labios, negándose a responder pese al hecho de saber que tan pronto que dijera que no. Sehun dejaría todo lo que estaba haciendo, pediría una disculpa por hacerlo sentir incómodo y besaría su frente con ternura.

Sumado a eso, estaba el hecho de que en realidad no era prisionero de Sehun. Él sostenía sus manos, sí, pero hacía mucho tiempo que sus propias manos estaban entrelazadas con las del más alto y que sólo bastaba retirarlas, incorporarse y empujar suavemente al más alto para ser libre.

— Tu tío y jiějiě siguen abajo —susurró en respuesta.

Él sonrió, inclinándose hasta enterrar su rostro en el cuello de su dulce novio y respirar su adictivo aroma.

— Hace unas noches en tu casa, te olvidaste por completo de quien podría oírnos y…

— ¡E-Eso no cuenta! —Exclamó avergonzado—. Ese día no sé qué me poseyó para hacer eso, pero…

— Al inicio no lo sé, pero después ciertamente ese era yo —dijo risueño.

— Ci-Cierra la boca, no me refería a eso —regañó—. Ahora, quítate y deja de molestarme.

— Yo no estoy molestándote —afirmó.

Él parecía listo para señalar lo contrario y Sehun decidió que era un buen momento para obtener lo único que en realidad había estado buscando al empezar todo eso.

Sus labios simplemente tomaron y conquistaron a los contrarios a completa voluntad, su escurridiza lengua se coló dentro de la cavidad contraria instándolo. La poca resistencia de parte de Luhan fue tan ineficaz como siempre, sus brazos simplemente se habían enredado en el cuello del más alto y boca dispuesta siguió aquel beso feroz.

Su cuerpo temblando bajo en absoluto dominio contrario, mientras la pequeña voz que exigía más se elevaba cada segundo con más fuerza, alimentado su deseo ya en llamas.

— Lo que sea estén haciendo ahí dentro, lo terminan ahora y uno de ustedes baja para acompañarme a comprar la despensa —habló Jung Sun al otro lado de la puerta, luego de haberla golpeado para alertarnos de su presencia.

Ambos se miraron con las respiraciones agitadas y los corazones a punto de explotar. Una sonrisa lenta y seductora se extendió lentamente en los labios del más alto. Incorporándose finalmente, ante la mirada algo 'ida' de su tierno novio.

— Tú ya estás vestido, acompaña a mi tío por favor —pidió.

Luhan asintió torpemente, poniéndose de pie en sus dos piernas temblorosas y avanzó, igual de inestable que un ciervo recién nacido. Sehun lo observó divertido, aunque también tranquilo de no ver al otro andar por ahí con un problema entre las piernas al reunirse con su tío.

— Ten cuidado, nene. Continuaremos con ello una vez regreses —dijo con dulzura.

Él volvió a asentir con torpeza, avanzando con la misma torpeza hasta estar frente a la mirada interrogante y desconfiada de Jung Sun, quien solo hizo un ademán indicándole que lo siguiera hasta al auto para irse de una vez.

— ¿Qué estaban haciendo ustedes dos allá arriba? —Interrogó, observándolo con ojos entrecerrados.

— Ha-Hablando —susurró.

El hombre inmediatamente hizo evidente con su expresión que no creía ni una sola palabra. Es decir, tan solo bastaba con ver el aspecto del niño para saber que mentía. Jung Sun tal vez podría señalar eso, además de decirle que si iba a mentir, al menos se asegurará de no tener el rostro sonrojado al decirle y que antes tampoco debió haber chocado con la mesa ratona mientras se dirigían a la puerta. Eso simplemente lo había delatado aún más.

— Wow, que buena labia debe tener mi sobrino para hacerte ver tan atontado con solo una charla —bufó.

Los labios del niño se torcieron al no saber qué decir, además de la evidente vergüenza y él decidió no seguir molestándolo más. Poniéndose finalmente en marcha e iniciando una animada charla con su adorable yerno.

Haciendo más preguntas acerca de Sehun de las que tal vez debería. Sin embargo, habían estado lejos por un tiempo y él quería conocer mejor a su pequeño, si es que algo había cambiado en él con el pasar de esos años lejos. Luhan respondía con entusiasmo también y eso simplemente lo alentaba un poco más.

De ese modo el tiempo pasó en un parpadeo y ellos habían acabado antes de notarlo.

— Todavía iré a comprar algo que necesito. ¿Quieres esperar en el auto mientras voy a buscar la tienda? —Interrogó al pequeño tras acomodar sus compras en el auto.

— Iré con usted —respondió sonriente.

— No me llames usted, me hace sentir todavía más viejo —se quejó, al tiempo que pasaba su brazo por los hombros del chico.

Ambos avanzaron sosteniendo una muy animada charla sobre el tiempo que Sehun había estado lejos y lo difícil que había sido para ambos adaptarse al otro. Mientras andaban, Luhan sintió que el lugar le resultaba inquietantemente familiar pero no lograba hacer la conexión total de cuando había estado ahí.

— Te lo digo, ese pequeño bastardo era como un animal salvaje cuando llegó a mis manos —refunfuñó al tiempo que su móvil le enviaba una notificación—. Ah, hemos llegado, está justo ahí.

Luhan abrió la boca con la intención de responder pero nada salió de ella y sus ojos se quedaron fijos en un punto más allá.

«Jack, es todo tuyo...»

La sonrisa cruel de esa noche, vino a su memoria como un golpe duro. Todas las sensaciones de esa horrible noche, vinieron dolorosamente, haciéndolo sentir que una vez más era arrastrado al interior de ese callejón y las manos que lo tocaron sin su consentimiento se arrastraban sobre él otra vez.

Era una pesadilla tan real, que una vez más podía percibir el aliento nauseabundo de Jack golpeando su rostro mientras su cuerpo más grande lo cubría y manos desconocidas abrían sus piernas a la fuerza.

— Luhan —llamó angustiado, llevando su mano al hombro del petrificado chico.

Eso tuvo finalmente una reacción, su mano fue bloqueada con rudeza y los ojitos aterrorizados del niño se fijaron en su rostro atónito. Lo vio balbucear, obviamente arrepentido por su acción pero sin dejar ir la mano que sostenía.

— L-Lo siento, yo… y-yo esperaré en el auto.

De ningún modo en el maldito mundo Jung Sun solamente iba a aceptar eso e ir a hacer sus compras tranquilamente. Por lo que, fue tras su pequeño yerno tan pronto él dio la vuelta y se alejó casi corriendo.

La mente de Luhan era un caos de principio a fin, miles de recuerdos que creía haber sellado en su memoria se amontonaban uno tras otro para atormentarlo. Todos ellos recordándole aquella espantosa noche.

Tal vez si él no hubiera aceptado aquellos trabajos extra, tal vez si les hubiera exigido llevarlo a casa esa noche también, tal vez si no se hubiera estado arriesgando tanto aquellas vez, probablemente de ese modo nada de eso hubiese pasado y…

— No, no. Deja de pensar estupideces —se regañó a sí mismo.

Recordándose que nada era su culpa, que él no había provocado o pedido nada de aquello. Que aunque debió priorizar más su propia seguridad, seguía sin ser el causante de todo lo que había sucedido aquella horrible noche. Su psiquiatra lo había hecho entender eso y debía seguir de esa manera.

— Luhan, hijo —llamó angustiado Jung Sun.

Sus ojos se elevaron en dirección al mayor, haciéndolo darse cuenta que, aunque había vuelto al lugar de aparcamiento del auto, se había mantenido ahí concentrado en pelear contra sus pesadillas y pareciendo realmente frágil.

El mayor lucía realmente preocupado y pese a lo evidente que era el hecho de lo mucho que el hombre quería abrazarlo para calmar sus miedos, no se atrevió a hacerlo a sabiendas de que Luhan no deseaba ser tocado en ese momento.

— ¿Por qué no subimos al auto y charlamos? ¿Qué te parece? —Ofreció con voz cariñosa.

El pequeño asintió, permitiéndole al hombre abrir la puerta del copiloto para él y murmurando un quedo gracias mientras subía. Ambos permanecieron en completo silencio, los labios de Luhan estaban sellados y el mayor no sabía qué hacer para que el pequeño no continuará haciéndose un ovillo en su asiento.

— No tengas miedo, cariño. Nadie aquí va a hacerte daño —aseguró con ternura, pero sin tratar de tocar al menor de ninguna forma.

— L-Lo sé.

— ¿Quieres contarme qué pasó allá afuera? —Mantuvo su tono cariñoso, esperando ser un consuelo para él y al mismo tiempo, generar la confianza suficiente para que le dijera que estaba mal.

— Ese lugar no me trae buenos recuerdos —confesó en un susurró.

— ¿Pasó algo? —Preguntó seriamente.

Los labios del niño se torcieron, mirando con indecisión el tablero del auto mientras decidía si hablar o guardarse el secreto. En el fondo, el mayor sentía que no iba a gustarle la respuesta y había algo diciéndole que era mejor si Luhan guardaba silencio.

— ¿Recuerda aquella vez cuando le pedí prestada su dirección en Incheon? —Susurró débilmente.

— Lo recuerdo, Sehun me contó cuál fue el objetivo de que me pidieras eso.

— En ese momento yo realmente quería ayudarlo, sin importar nada, yo quería ayudarlo —musitó.

— Lo sé, Sehun no me dio muchos detalles pero dijo que te habías esforzado al máximo y que no habría forma en el infierno que él lograra pagarlo alguna vez.

— Me preocupaba no reunir el dinero lo suficientemente rápido —confesó quedito—. Entonces el señor Li me ofreció algunos trabajos extras por la noche.

— ¿Cómo qué trabajos extras? —Interrogó con el ceño fruncido.

— Yo solamente tenía que servir como mesero en algunas fiestas privadas para el dueño del lugar. La paga era ridículamente generosa y era relativamente fácil. Lo único que debí considerar más probablemente fueron las horas de salida.

Jung Sun asintió rígidamente, abrumado por un mal sentimiento constituyéndose cada vez más pesado en su pecho. Manteniendo la mirada fija en el temeroso muchacho a su lado.

— Una noche… —Habló con voz apenas audible—, mientras regresaba a casa… me encontré con Minho…

Cada palabra que siguió, cada desagradable detalle y como ese dulce chiquillo temblaba al decirlo, todo eso hundió completamente a Jung Sun.

Un abrumador sentimiento de culpa, asco y rabia lo embargó al punto que sus ojos se cristalizaron debido a las lágrimas. Hacía años que su relación con Minho se había ido al demonio, ellos se odiaban mutuamente, al punto que ninguno consideraba familia al otro.

Sin embargo, él todavía había sido su sobrino. La sangre los unía y saber que él, ese jodido monstruo -al no poder ser llamado de otro modo-, había tratado de hacer algo tan nauseabundo y despreciable a Luhan, le hacía sentir asco hasta de sí mismo.

Luhan había observado la expresión del hombre deformarse poco a poco, permaneciendo completamente en blanco mientras la frustración incrementaba.

— Tío…

— Ese jodido bastardo malnacido —masculló con los dientes apretados.

Luhan lo observaba con preocupación. El hombre a su lado sabía que si aquella bestia siguiera con vida, él mismo lo habría matado con sus propias manos por haber cometido esa monstruosidad contra ese pequeño niño. ¡Dios!, a sus ojos Luhan era apenas un bebé, pero aquella porquería no había pensado en ello y había atacado a un muchacho tan dulce.

— Lo siento tanto, Luhan —musitó, sin saber qué otra cosa decirle, sin atreverse a tocarlo siquiera debido a la vergüenza y la culpa—. Si yo me hubiera encargado de esa basura hace años como debía, esto nunca…

— Nada de esto es su culpa —aseguró, tomando la mano del hombre que parecía avergonzado de sí mismo—. Usted no hizo de Minho el monstruo que era —aseguró.

Él negó, agobiado completamente, entre tanto sujetaba la mano de su pequeño yerno con sumo cuidado. Apretando la mandíbula para no dejar que la rabia lo dominara y lo hiciera perder su cordura frente al pequeño.

Su móvil sonó en ese momento y al ver el identificador de llamada con el nombre de su hijo, quiso llorar a causa de la insoportable culpa que estaba ahí, diciéndole que por su negligencia, no solamente había puesto en peligro a ese dulce niño, sino que hubiera destrozado el mundo entero de la persona que más amaba en el mundo.

— No le diga nada de lo que pasó, todo estará bien —prometió sin mucha seguridad.

Pese a la dudosa promesa, él todavía asintió en acuerdo para guardar el secreto sobre ese incidente. Respondiendo finalmente la insistente llamada. —¿Diga?

— ¿Cuánto tiempo más piensas tardar? ¿Acaso fuiste a construir el maldito supermercado? —Espetó—. Trae a Hannie a casa de una buena vez —ordenó.

— En eso estoy —respondió seriamente.

— Oye, espera un segundo, ¿acaso…?

El mayor terminó la llamada antes de que él terminara de interrogarlo sobre su extraño tono de voz. Se volvió en dirección al pequeño a su lado, compartiendo con él una sonrisa a medias antes de poner el auto en marcha y volver a casa.

Por supuesto, su sobrino los esperaba en la puerta con una mirada de escrutinio en ambos. El pequeño pelinegro a su lado mostró una sonrisa tan radiante como pudo formar, mientras se dirigía a la figura de su sobrino.

Jung Sun, por otro lado, nunca había logrado ocultar cuando algo andaba mal. Su rostro estaba estoico, sin embargo eso siempre había significado que algo estaba perturbando su siempre infantil actitud.

— Tío Jung Sun, estoy de vuelta —anunció un alegre Baekhyun.

Al ver al hiperactivo chiquillo, una sonrisa diminuta estiró los labios del hombre. Sehun por otro lado, todavía le advirtió sólo con su expresión que las cosas no habían terminado. Desviando momentáneamente su atención a su novio, a quien le sonrió con ternura.

Luhan trató de aparentar que todo estaba en orden, con la esperanza de ser lo suficientemente convincente como para después persuadir a su novio de dejar a su tío en paz y hacerlo creer que de verdad el hombre estaba molesto por una pésima atención al cliente en alguna tienda.

Sin embargo, al sentir una suave caricia en la mejilla de parte de su dulce novio, no pudo evitar tensarse y apretar los labios. Sintiéndose demasiado sucio como para ser tocado por esas manos.

El fresco recordatorio de aquellas extrañas manos sobre su cuerpo, unas que no eran las de Sehun, le decía que estaba mal ser tocado por él. Que estaba manchándolo a él también y que debía alejarse cuanto antes.

— Te-Tengo hambre, vayamos a comer —habló torpemente, apartándose rápidamente del toque contrario.

Sehun pareció evidentemente confundido pero no lo cuestionó, no en ese momento y tampoco al darse cuenta que él evitaba hasta el más mínimo roce como si tuviera la peste.

A ese punto, era obvio para todos que algo iba mal. Jung Sun parecía realmente molesto por algo y, aunque Luhan estaba haciendo lo que podía, todavía era obvio que algo había pasado durante su salida.

Sin embargo, ellos no iban a decir nada, no a menos hasta que las personas correctas exigieran respuestas. Lo cual era justo lo que Sehun pretendía, al estar solo ambos en su habitación, Luhan no tendría más opción que responder a sus preguntas.

Y él lo sabía, era obvio por la manera en la que su mirada rehuía cada vez que sus ojos conectaban por casualidad. Lo último que Sehun quería era presionarlo, pero también necesitaba respuestas.

— Hannie, cielo, ven aquí un momento —llamó con dulzura.

Luhan se tensó visiblemente, obedeciendo de todas formas y acercándose a él. Una vez más, Sehun lo vio poner tanta distancia como le fue posible y huir disimuladamente de su toque cuando trató de tomar su mano

— ¿Pasó algo mientras estabas fuera? ¿Peleaste con mi tío? —Lo último era casi improbable pero él no quería descartar ninguna opción.

— No peleé con tu tío, nosotros nos llevamos muy bien —murmuró.

— ¿Qué pasó entonces, nene? Puedes decirme lo que sea —alentó con ternura.

Hizo un nuevo intento por tomar su mano, obteniendo la misma negativa, además de una mirada afligida.

— No.

— ¿Por qué no?

— Es… Es porque siento como si… como si te ensuciara también —susurró.

— ¿Qué?

— Por casualidad pasamos por el lugar dónde pasó eso —confesó quedito—. Y yo… los recuerdos de esa noche…

Vio con impotencia como él se encogía y al tratar de acercarse para sostenerlo en sus brazos, él simplemente volvió a huir una vez más.

— Simplemente siento que si me tocas, yo estaría manchándote también… No quiero eso… Yo…

Mientras él continuaba balbuceando, una manta cayó sobre él y antes de poder terminar de comprender que estaba sucediendo, había alguien envolviéndolo en sus brazos.

— Sehun, no…

— Si el problema es esa absurda creencia de que vas a ensuciarme, con la manta debe estar bien, puesto que no estás tocándome directamente —habló, apretando un poco su abrazo para impedirle continuar con sus intentos de poner distancia—. Sin embargo, tú no estás sucio, bebé.

— Y-Yo…

— Lo que pasó esa noche no me hace amarte menos. Tampoco hace que tengas que sentirte avergonzado como si de alguna forma fuera tu culpa.

Cada célula en su cuerpo pedía a gritos abrazarlo también. Sin embargo, todavía se seguía sintiendo demasiado indigno de ello, aun luchando un poco contra el abrazo que lo sostenía cuidadosamente.

— Eres el hombre más valiente que conozco, porque a pesar de ello, de la gran marca que dejó en ti, pudiste pelear con ello y alzarte victorioso. Yo te admiro como a nadie por todo eso y más. Es por eso que… ¿Cómo podría sentirme asqueado por tu toque cuando para mí eres el ser más divino e increíble que existe?

Los labios de Luhan se apretaron, al igual que sus manos sobre la manta que lo cubría. De ninguna manera él se sentía como todo eso que Sehun había dicho, pero estaba demasiado emocionado por saber que él pensaba de ese modo como para contradecirlo.

— Además duermo con esta manta todas las noches, por lo que debería ayudar en algo si tiene un poco de mí en ella.

Asintió inconscientemente, acurrucándose en el agradable calor del más alto. Dejándose convencer por cada palabra que su amante acaba de decirle.

— Oigan, chicos les tengo una sor…

La frase de un imprudente Baekhyun se quedó a medias. Sus ojos miraron con atención y curiosidad al más alto que abrazaba a un muy cubierto Luhan. Sin embargo, Luhan no había estado muy bien y estaba completamente seguro que lo tenía frente a él, era la forma en que Sehun estaba remediando eso.

Sonrió en lugar de hacer cualquier pregunta que pudiera incomodar a su mejor amigo, entrando con pequeños saltitos a la habitación como si jamás hubiera visto nada fuera de lo normal.

— Hye Mi llamó para invitarnos mañana a comer por el cumpleaños de Hun —anunció risueño.

— ¿No querrás decir que me invitó a mí, a comer? —Inquirió Sehun, estrechando un poco más fuerte el delgado cuerpo en sus brazos que acaba de estremecerse al oír la voz de su amigo.

— Bien, de acuerdo, obviamente solo quiere pagar por lo que tú y ella coman, pero dijo que podíamos ir también —explicó antes de resoplar.

— ¿Te dio la dirección?

— No, Sehun, ella espera que nosotros adivinemos —bufó, provocando una suave risita de parte de Luhan.

Sehun frunció el ceño ante el molesto sarcasmo de Baekhyun. Sin embargo, podía estar bien con él si eso hacía reír a Luhan.

Ellos simplemente decidieron ir a la reunión con Hye Mi, sumando únicamente a Kyun Min además de ellos tres. Debido a que, tanto él como Baekhyun, habían logrado romper las barreras que ella había colocado debido al miedo y acercarse a la chica, casi tan rápido como Sehun.

Una vez todo lo que tenía que ser organizado lo estuvo, tres personas se dispusieron a dormir en una misma habitación. Sehun; puesto que era el dueño de esta, Luhan; cubierto de pies a cabeza con aquella manta y Baekhyun; quien se había visto obligado a ceder su habitación al hombre que no encontraba corrector dormir en la misma cama que su ardiente novia frente a los niños.

— Baekhyun, te dije que no podías dormir en la cama con nosotros —señaló un irritado Sehun.

— No quiero —sentenció—. Duerme tú en el suelo.

Por supuesto, Baekhyun simplemente decía eso para molestar a Sehun y a cualquier indicio de incomodidad en su mejor amigo, él simplemente se callaría y dormiría en el suelo. Para su buena suerte, Luhan parecía no tener quejas y por eso mismo, Baekhyun fue libre de hacer lo que quisiera.

El ánimo de todos parecía mejor para la mañana siguiente. Aun cuando, ellos todavía estaban listos para cancelar todo si Luhan mostraba algún indicio de incomodidad. Él no lo hizo y Kyung Min llegó puntual, tan animado y entusiasta como siempre, anunciando que era hora de partir.

Reunirse con su pequeña amiga solo tenía una regla tácita que todos seguían al pie de la letra por temor a que Sehun los despedazara. Ella debía ser tratada con el máximo cuidado y respeto del mundo.

Estaba prohibido incomodarla de cualquier manera. Si Hye Mi quería irse en medio de la reunión, ella se iría sin que nadie dijera nada al respecto. Está prohibido terminantemente hacer algún intento de contacto físico, ninguno de ellos lo haría con alguna mala intención pero ella todavía no podía sentirse cómoda con eso. Básicamente ellos debían comportarse como personas decentes y maduras frente a ella, aun si en realidad solo les funcionara una neurona la mayor parte del tiempo.

Su estado emocional había mejorado enormemente en ese tiempo, pero ella seguía teniendo que hacer un enorme esfuerzo para poder lidiar con el miedo y la desconfianza que ese episodio había dejado en ella, y muchas veces eso la superaba.

— Ho-Hola a todos —saludó tan pronto los vio llegar, esbozando una pequeña sonrisa.

Su madre les sonrió también como saludo, mirando con atención a cada uno de los que llegaban para asegurarse que todos eran rostros conocidos y sobre todo, que Sehun estaba entre ellos, puesto que solo él le inspiraba la confianza suficiente como para marcharse y dejar a su hija por un momento.

Ese día, ella llevaba un bonito vestido azul con pequeñas flores blancas. El primero que había usado desde aquel día, se veía nerviosa, más de lo normal y seguramente era por lo mucho que le había costado atreverse a usar un vestido una vez más.

— Hye Mi —saludó un alegre Kyun Min—. Tu vestido es hermoso, te ves espectacular.

Ella sonrió tímidamente, sus mejillas se tiñeron de rojo y asintió suavemente aceptando el cumplido. La confianza de la dulce chica se había hecho pedazos y si ella no aceptaba el cumplido, ellos debían disculparse de inmediato.

— Gra-Gracias —murmuró.

— Gracias por invitarnos hoy, Hye Mi —habló Sehun.

— E-Es por tu cumpleaños, Hun —dijo apurada—. Lu-Luhan me invitó a la fiesta que organizó para ti, pero n-no me sentí muy cómoda al ir… a-así que le dije que en ese caso te llamaría para invitarlos a comer otro día.

Sehun sonrió suavemente, provocando que el color en el rostro se intensificara, al tiempo que tomaba las manos del chico con torpeza y brusquedad. Pese a que Sehun era uno de los únicos hombres con los que se atrevería a tener algún contacto, todavía no se atrevería a hacerlo tan a la ligera.

— Fe-Feliz cumpleaños —soltó enérgicamente.

— Gracias, Hye Mi. Es uno de los mejores regalos que he recibido.

— ¿Cómo diablos puedes decir eso, si ni siquiera te has dignado a abrir ni un solo regalo salvo el de Luhan? —Farfulló Baekhyun.

— Porque lo es y punto —sentenció, haciendo callar al otro.

Ella sonrió ampliamente, mirando a Luhan y ampliando su sonrisa al verlo asentir en aprobación. Era así de fácil ver la sonrisa de la dulce chica, ella parecía realmente feliz cuando hacía algo bueno por las personas que apreciaba y solo por ello, recordar lo que había tenido que soportar, era aún más indignante.

— Vamos entonces, es de mala educación tener esperando al cumpleañero —bromeó Kyun Min, arrastrando a Baekhyun hacía el restaurante.

— Volveré por ti a las cinco, cariño —anunció la madre de la dulce chica, despidiéndose, no sin antes compartir una breve mirada con Sehun.

Tanto Sehun como Luhan comenzaron a avanzar de modo que la pequeña Hye Mi se mantuviera entre ellos, no demasiado cerca y tampoco demasiado lejos, siempre pensando en la comunidad de ella.

La dulce chica no parecía incómoda y charlaba animadamente, contándoles sobre lo difícil que había sido decidir a qué lugar invitarlos y que se había sentido muy contenta cuando Baekhyun preguntó si él también podía ir.

Ambos la escucharon con suma atención, asintiendo a sus emocionadas palabras y sonriendo cuando ella mostraba una sonrisa también. Baekhyun y Kyun Min eran tan ruidosos como de costumbre, consiguiendo que la chica riera un poco con sus tonterías.

Era agradable y también tenía una sonrisa divina dibujada en los labios de Luhan, una a la que Sehun difícilmente podía quitarle los ojos de encima.

— ¿Qué van a ordenar? —Murmuró un indeciso Baekhyun, todavía mirando el menú cuando todos los demás estaban listos para ordenar.

— Comida —respondió Kyun Min haciendo reír al resto.

— Vaya, nunca lo hubiera imaginado —bufó.

Kyun Min se echó a reír, contagiando a la pequeña chica mientras Sehun finalmente llamaba al mesero.

— Oigan, oigan —llamó un risueño Baekhyun—. Es la canción de Sehun.

Todos lo miraron extraño, aun cuando igualmente guardaron silencio para escuchar la canción de la que hablaba. Al captar la letra, Kyun Min dejó ir una nueva carcajada y Hye Mi una suave risita.

— A gentleman to take care of me in the bedroom…* —Baekhyun cantó un fragmento de la canción solamente para irritarlo más.

*Un caballero que me cuide en el dormitorio.

 Romantic love but keep it rough…* —Kyun Min se unió por mera diversión.

*Amor romántico pero mantenlo duro.

 Am I asking too much?* —Cantaron al mismo tiempo.

*¿Estoy pidiendo demasiado?

Él simplemente bufó, no tomaría represalia alguna por sus tonterías únicamente porque Hye Mi parecía estar contenta y también hizo más amplia la sonrisa condenadamente hermosa de Luhan.

Su mesero apareció cinco minutos después, justo en la mejor parte del relato de Kyun Min sobre la fiesta de cumpleaños de Sehun. Dejó sus órdenes y se retiró para que continuaran con su agradable charla. Sehun realmente no podía estar pasándolo mejor.

— ¿Sehun?

Un escalofrío recorrió el cuerpo del más alto al escuchar esa voz y como si todo a su alrededor supiera que algo malo se avecinaba, todo se quedó en una inquietante calma. Lentamente elevó la vista hasta encontrar un par de bonitos ojos cafés que hubiera deseado no volver a ver en su vida.

— Oh, dios mío, de verdad eres tú. Cuanto tiempo —saludó con su usual sonrisa coqueta, observándolo fijamente.

La expresión de Luhan era sombría y le enviaba un claro mensaje que exigía una explicación. Sehun se tensó, no era estúpido y aunque sabía que en algún momento algo así podría pasar, hubiera deseado con todo su corazón, que no hubiese sido ella quien se apareciera para recordarle su promiscuo pasado.

— Uhmm… Hola Anne —balbuceó luego de un rato.

— ¿Hola Anne? —Soltó divertida—. Aaaah… ¿Desde cuándo nos tratamos tan fríamente? —Hizo un puchero, cruzándose de brazos y con ello haciendo notar un poco más los dos enormes montículos apenas cubiertos por la blusa.

Sehun torció los labios, completamente mudo, mirando a través de la mesa la expresión disgustada de Luhan.

— Como sea —sonrió—. ¿Cómo has estado? La última vez que nos vimos fue en la última fiesta de Channie —dijo y fue el turno de Baekhyun de torcer los labios—. Te llamé un par de veces para quedar, pero nunca respondiste mis llamadas.

— Cambie de número —respondió cortante, esperando que ella entendiera la indirecta y se fuera.

— Así que fue eso —murmuró—. Bueno, entonces es mi fortuna encontrarnos hoy. ¿Qué tal si me das tu nuevo número y te envió un mensaje para acordar esa cita que mencioné antes? —Ofreció, mostrando cada artimaña que había fascinado tanto a Sehun en algún momento.

Su más seductor tono de voz, la forma coqueta en que su sonrisa se amplió, cada gesto e incluso la forma en que inclinó su cuerpo ligeramente habían sido una actuación que había gustado a Sehun entonces.

Sin embargo, en ese momento la belleza de pelo negro frente a él, estaba despellejándolo con sus preciosos ojos castaños y por mucho que amaba verlo celoso, Sehun estaba listo para arrodillarse y suplicar por piedad al precioso ángel que amaba con locura.

— Y-Yo… —Balbuceó, con los ojos fijos en los de su amante que parecían estar por prenderle fuego.

— Él cambió de número y jamás te volvió a contactar por una razón, cielo —habló un muy irritado Kyun Min—. La indirecta es muy clara, no nos hagas pensar que el aire que infla esas cosas en tu busto, se te fue al cerebro.

Los seductores labios femeninos se volvieron una mueca desagradable y miró con disgusto a la inconfundible figura de Kyun Min. Ambos mirándose con tanto desprecio como la primera vez que se habían conocido.

— Veo con desagrado que tú también estás aquí —bufó ella—. Uno pensaría que Hunnie se desharía de tu repugnante compañía hace tiempo.

— Anne —llamó severamente, no sólo por referirse de esa forma a él sin su permiso, sino también por la manera despectiva al hablarle a Kyun Min.

— Lo siento, lo siento —rió demostrando que no lo sentía en absoluto—. De todas formas, la charla no es con él, sino contigo. Tan sólo dime dónde y cuándo, tienes mi palabra que me tendrás ahí —ofreció coqueta.

Sehun sintió un dolor de cabeza enorme al verla inclinarse sobre la mesa para tomar su mano, intentando que su ofrecimiento fuera más prometedor incluso.

En el pasado Sehun simplemente lo habría tomado, sin embargo…

¿Cómo podría interesarle ahora que la persona que había deseado con locura había aceptado estar con él?

Había incluso un anillo de oro rojo sobre su dedo anular reafirmándole ese hecho y haciéndolo el imbécil más feliz del mundo. En aquel entonces, Anne y él se habían divertido, pero era simplemente eso, mera diversión y ambos lo tenían muy claro.

En la actualidad, él no necesitaba nada de eso, Luhan era perfecto. Su novio era dulce, amable, cariñoso, protector e incluso sus malos hábitos Sehun los encontraba adorables. También era la persona más hermosa y sexy del planeta.

El sexo era lo único en lo que Anne y él parecían tener algún interés en común, sin embargo…

¿Por qué volvería a buscarla a ella, cuando Luhan se había metido bajo su piel y hacía falta solamente una sonrisa suya para tener la sangre de Sehun hirviendo de deseo?

— Anne…

— ¡Dios, ya vete! —Exclamó Kyun Min—. Hunnie sale con alguien, no quiere tener nada que ver contigo —sentenció.

— ¿Sales con alguien? —Soltó con algo de burla—. ¿Y quién es ahora la pobre nueva víctima? ¿Es bonita?

La expresión de Luhan cambió, su ceño fruncido asustó a Sehun como nunca antes. Siempre había tenido presente la desaprobación que Luhan mostró en aquel entonces por sus acciones. Sabía que lo había calificado como despreciable.

Nunca habían tocado el tema a profundidad de todos modos, por lo que simplemente se olvidó de ello como si jamás hubiera sido parte de su pasado. Pero ahí estaba, sembrando en Sehun un miedo indescriptible ante la posibilidad que el recuerdo de sus malas decisiones en el pasado hicieran a Luhan terminar con todo.

— ¡Te importa una mierda! ¡Lárgate de una maldita vez! —Rugió el usualmente pacífico muchacho—. Sehun no te buscará más porque tiene a su lado a una persona extraordinaria y es muy feliz a su lado. Ahora, si ya terminaste de fastidiar nuestro día, solo vete a hacer lo que sea que ibas a hacer con el tipo que lleva todo este tiempo mirándome el trasero.

La expresión en el bello rostro de la chica se volvió horrible, sus antes brillantes ojos café recorrieron la mesa como si un depredador buscara a una presa, solo deteniéndose más de un minuto en el precioso muchacho de cabello negro que mantenía el ceño fruncido y la vista en la mesa, pasando rápidamente a la temerosa chiquilla de ridículo vestido.

— ¿Es enserio, Hun? —Soltó burlona—. ¿Desde cuándo te gustan las niñas simplonas?

Hye Mi se encogió en su lugar debido a la mirada sombría de esa mujer sobre ella, un pesado silencio se apoderó de la mesa y finalmente los ojos de Luhan se dispararon en dirección a la intrusa que había interrumpido su agradable conversación.

— Es decir, recuerdo que te encantaban estas —alardeó, moviéndose de un modo que hiciera notar un poco más su busto—. ¿Cómo es posible que salgas con una chiquilla tan poco atractiva? —Bufó.

— ¡Cállate Anne! —Ladró Sehun reaccionando por fin.

— ¿Por qué? —Continuó aún más enojada de lo que se había visto al ver a Hye Mi—. ¿Por decir la verdad? —Resopló—. Él no te quiere, cielo. Seguramente está a tu lado por curiosidad. Va a acostarse contigo algunas veces solamente para saciar esa curiosidad y una vez se le pase, te votara como basura, así es él. Además, tan sólo mírate, no tienes en absoluto lo que él busca. Pronto lo vas a aburrir y entonces irá para buscar una verdadera mujer como yo —sonrió arrogante.

Luhan se congeló en su lugar y Sehun miró con horror la expresión que cruzó su preciosa carita. Deseando gritarle que eso no era cierto, que sí, él había sido un cabrón antes pero que jamás lo lastimaría de esa manera a él. Prefería soportar la más dolorosa tortura antes pensar en lastimarlo siquiera.

— En fin, a mí no me importa en absoluto, yo solo te estoy diciendo lo que él hará. Es cosa tuya si quieres seguir con una basura a tu lado —finalizó, acomodándose el cabello con un fluido movimiento de su mano.

— Tú… —masculló entre dientes Hye Mi. Anne la miró fríamente y antes de poder abrir la boca una vez más , un proyectil de espagueti fue directo a su excesivamente maquillado rostro y la hizo chillar—. ¡Na-Nadie insulta a mis amigos!

La sorpresiva acción de Hye Mi lo dejó mudos y con los ojos muy abiertos a la escena que nadie podría haber imaginado.

— ¡Hunnie no es ninguna basura! ¡Él es un chico maravilloso! —Exclamó valientemente, con el rostro rojo de enojo—. ¿Quién eres tú para decir algo? ¿Qué se aburrirá y volverá a buscarte? ¡Estás loca si crees que él dejará al chico más guapo de la historia! ¡Hannie es precioso, tú y tus tetas falsas no son rivales para él!

La detestable mujer palideció y sus incrédulos ojos fueron directos al precioso rostro del muchacho pelinegro que antes miraba a la mesa y supo al instante que era él. Los brillantes ojos de ciervo del muchacho que la miraba de una forma que la hicieron rechinar los dientes.

— ¡¿Eres igual que ese maricón?! —Gritó apuntando hacia Kyun Min—. ¡Imposible! ¡Channie podría ser sexualmente curioso y decir que era bi al revolcarse con él, pero tú nunca lo hiciste con otro tipo! ¡Esa perra está mintiendo, ¿cierto?! ¡Tú no puedes ser un jodido…!

— ¡No te atrevas a insultar a mi hermano mayor! —advirtió Baekhyun, arrojando a la chica un puñado de su puré.

La chica chilló, logrando esquivar el proyectil por poco, sin embargo el chico a su lado no logró hacerlo y su furiosa expresión fue dirigida a Baekhyun. Antes de que Sehun lograra registrar alguna otra cosa, ambos bandos se metieron en una batalla campal de comida.

El dueño del lugar gritó desde el fondo del lugar que se detuvieran o llamaría a la policía, todavía así Hye Mi, Baekhyun y Kyun Min lo ignoraron continuando con su ataque a la odiosa Anne y su acompañante.

La chica estaba completamente enloquecida y lo siguiente en arrojar fue la copa de vino de algún comensal directo a Hye Mi. La pequeña chica lo vio venir al igual que Sehun, pero ninguno logró reaccionar a tiempo, solamente Luhan lo hizo, tirando de ella a su brazos para cubrirla del impacto pero recibiéndolo de lleno.

El sonido de la copa rompiéndose frenó completamente la pelea, todos miraron en shock como la blanca tela de la camiseta de Luhan se teñía de un color rojo oscuro a la altura de su antebrazo que había usado como escudo.

Furioso, Sehun se volvió en dirección a ella, viéndola retroceder atemorizada mientras boqueaba torpemente.

— Policía, pongan las manos donde podamos verlas muchachos —ordenó un joven agente.

Todos ellos sabían que no podrían escapar y no tuvieron más opción que obedecer la orden del agente. Anne de inmediato se echó a llorar, acusándolos de todo a ellos mientras era esposada. Baekhyun y Kyun Min inmediatamente replicaron ante su mentira.

— ¡Cállense! —Ordenó otro de los oficiales—. Me importa un demonio quien lo empezó, todos están yendo directo a la jodida estación —sentenció.

— Oficial —llamó Sehun—, ellos dos no tienen nada que ver —dijo, apuntando en dirección a Hye Mi y Luhan—. Ellos solamente estaban tratando de cubrirse de lo que nosotros arrojamos —explicó aceptando de buena gana que lo esposaran.

— Sehun, no…

— Es verdad, oficial —Kyun Min interrumpió, para detener a Luhan.

— Sí, sí, ellos son inocentes —apoyó Baekhyun.

— Eso no es ver… —Anne se calló tan pronto como habló al recibir la mirada aterradora de Sehun.

— Bien, supongo que entonces ellos pueden irse a casa —aceptó el oficial que les había pedido poner las manos en alto—. Solamente traten de no volver a involucrarse en situaciones así —aconsejó, guiando con sus otros tres compañeros a los demás directo a las patrullas.

Hye Mi observó todo con los ojos húmedos por las lágrimas, sosteniendo inconscientemente el brazo de Luhan a su lado.

— ¿Qué vamos a hacer ahora? —Preguntó afligida.

— Tranquila, iremos a la estación y en el camino llamaré al tío Jung Sun —explicó, guiando a la chica gentilmente para conseguir transporte.

Quince minutos más tarde bajaron de un taxi, apresurándose al interior de la estación. Luhan estaba cortando la llamada al hombre que acababa de decirle que iba en camino y ambos corrieron al ver al hombre que había esposado a sus amigos y a Sehun antes.

— Oficial —llamó Luhan y al verlo el hombre frunció el ceño.

— Les dije que fueran a casa —sentenció.

— No podemos, nuestros amigos… ellos…

— Ni siquiera traten de decirme que ellos no hicieron nada. No soy tan tonto.

— Pero…

— Esto se hará con el proceso correspondiente y luego decidiremos qué pasará con ellos. Fin de la discusión.

— ¿Al menos podemos verlos? —Preguntó el resignado chico que había estado discutiendo con él mientras la pequeña chica se escondía tras él.

— No. Ahora, fuera de aquí —ordenó severamente.

— ¡Oficial! —Llamó excesivamente alto al hombre que se volvió en su dirección visiblemente molesto—. Al menos… ¿podría decirle a Sehun que todo va a estar bien? —Murmuró esperanzado—. Es el chico alto de cabello negro.

El hombre resopló, continuando su camino sin darles una segunda mirada. Hye Mi miró a Luhan con angustia y él trató de sonreírle lo mejor que pudo.

— Ta-Tal vez debamos llamar al señor Kim y preguntarle si podría ayudarnos un poco aquí —susurró.

Luhan desvió su atención a la menor, recordando vagamente como el abogado que Suho había asignado para llevar su caso y el de Hye Mi en contra de los dos cómplices vivos de Minho, había destrozado a la defensa en un santiamén.

Era impensable llamar a su cuñada con YiFan ahí y de ser necesario, era mejor que el abogado en cuestión fuera realmente eficiente. Por lo que asintió a las palabras de su amiga y marcó el número familiar, explicando vagamente la situación y obteniendo una respuesta afirmativa de inmediato.

— L-Lo siento —Musitó débilmente Hye Mi tan pronto la llamada finalizó.

— ¿Por qué te disculpas Hye Mi? —Interrogó confuso.

— Y-Yo solo quería que este fuera un lindo día para Hun y en cambió terminamos en una estación de policía debido a mí —explicó afligida—. Sa-Sabía que estaba mal arrojarle comida a esa odiosa mujer, pe-pero me enojo mucho lo que dijo de Hun y luego… No podía solamente sentarme y escuchar todo eso que dijo —sentenció.

— Hye Mi, eso…

— Luhan no le creyó absolutamente nada, ¿cierto? —Interrumpió bruscamente—. Nada de eso era verdad, Sehun siempre estaba hablándome de ti. Nunca dejaba de decir que eras el chico más impresionante y guapo que había visto nunca. ¡Él te ama! —Afirmó.

Hye Mi alcanzó su mano, sosteniéndola flojamente y dedicándole una sonrisa algo temblorosa.

— N-No te preocupes por nada, Ha-Hannie —sonrió—. La forma en que Hun te mira no es una broma. Una vez tú entras a una habitación él no puede prestar atención a nadie más. Ya verás, Hun volverá pronto y va a decirte lo mismo que yo acabo de decirte.

Él sonrió asintiendo a las entusiastas palabras de la dulce chica, acompañándola para que tomara asiento mientras esperaban a que llegara el tío Jung Sun o el abogado de Suho, cualquiera de los dos sería más que bienvenido en ese momento.

 

***

 

— Y-Y eso fue lo que sucedió, señor oficial —sollozó lastimeramente y el hombre hizo una mueca.

Era falso, todo su testimonio lo era, a excepción de la parte de la chica de vestido azul arrojándole comida, y eso lo sabía únicamente porque el dueño del lugar que estaba levantando la denuncia lo había confirmado.

Fuera de eso, su llanto nada conmovedor y las millones de veces que repitió lo mucho que aquel tipo llamado Kyun Min la odiaba y la envidiaba, no podría engañar a absolutamente nadie.

— Muy bien, señorita Anne, le agradezco su cooperación —habló seriamente—. Mi compañero la escoltará de vuelta mientras yo hablo con sus presuntos agresores.

Ella asintió, todavía secando sus lágrimas falsas con un pañuelo que él mismo le había ofrecido. La vio marcharse y posteriormente hizo ademán a otro de los oficiales para traer a los tres chicos que presuntamente habían sido los villanos en todo esto.

Normalmente, debería interrogarlos por separado, sin embargo, estaba completamente seguro que ellos no iban a mentirle y también los había separado antes de llegar para que no pudieran ponerse de acuerdo en su historia.

Los tres entraron apenas un par de minutos después. Uno de ellos haciendo un escándalo por ser empujado, otro temblando incontrolablemente y por último él, Oh Sehun, estaba completamente sereno.

Oh Sehun era el hijo de uno de sus superiores, lo había visto un par de veces antes, el chico era tranquilo y la única vez que se había metido en problemas fue por haber grafiteado uno de los muros de las casa de una vecina, y se había ido con nada más que una advertencia.

La última vez que lo había visto había sido cuando toda la mierda acerca de su hermano mayor había sido revelada e incluso entonces, el chico no se había visto involucrado en absoluto e incluso estaba de parte del lado acusador como un muro protector para ambas víctimas.

Sabía también que el muchacho era buen estudiante y que trabajaba al mismo tiempo que estudiaba. Su superior se había jactado hasta el cansancio de él, o al menos lo había hecho hasta que todo el caso con el mayor de sus hijos se había abierto y con ello el hombre finalmente había cerrado la boca y él no había vuelto a escuchar o ver al chico hasta ese día.

— Bien, muchachos, escuchemos porque ustedes, un grupo de tres hombres, atacaron a la señorita Anne y a su primo —dijo algo cansado.

— ¿A ella y a su primo? —Baekhyun bufó—. El mastodonte lleno de músculos no es su primo y definitivamente él tipo puede hacernos pedacitos a Min y a mí con una sola mano. No finjan que es una víctima más —resopló.

El oficial sentía que aumentaba su dolor de cabeza al ver a Baekhyun ahí sentado. La pequeña cosita era arrogante y había armado escándalo hasta por la más mínima cosa desde que había llegado ahí.

— Ese no es el punto aquí, niño —gruñó—. A nadie le importa si aquel sujeto puede patearte el trasero a ti y al chico temblores. —Kyun Min gimió angustiado al escuchar al hombre referirse a él—. El punto aquí es que deben explicar, por qué razón tres chicos estaban atacando a una pequeña chica —sentenció.

— La bruja comenzó, ella estaba insultando a Hun y nadie, salvo yo, puede hacerlo —soltó Baekhyun—. Ella simplemente se molestó porque Sehun ahora tiene pareja y no quiere verla de nuevo.

— Muy bien, entonces ustedes afirman que la chica se enojó porque él tiene novia ahora y comenzó a insultarlo. Supongo entonces que la pequeña chica de vestido azul debe ser tu novia y con todo respeto… ¿No eres algo mayor para ella? —Interrogó seriamente.

— Por supuesto que soy mayor para ella —habló por primera vez—. Hye Mi es como mi hermanita y Anne también la insultó, así como insultó a mi novio. Fui yo quien le arrojó a ella la comida primero y también fui yo quien le arrojó todo lo demás, mis amigos a diferencia mía, atacaron solo al tipo que venía con ella.

El hombre lo observó algo aturdido, recordando minutos antes como aquel jovencito se había acercado a preguntar por cómo se encontraba el muchacho frente a él. De algún modo, tenía más sentido entonces que lo hubiera protegido del arresto.

— ¡Espera un segundo, Hun! —Chilló Baekhyun—. ¿Por qué debes tomar toda la responsabilidad por esto? Esa mujer no es inocente en absoluto, además, ella le arrojó una copa a Lu, pudo haberlo lastimado de gravedad.

— ¿Ella le arrojó una copa a tu novio? Eso es grave —dijo seriamente—. ¿Él está bien?

— ¿Cómo mierda voy a saberlo si inmediatamente apareció para arrestarnos? —Masculló entre dientes, disparándole al hombre una mirada hostil que definitivamente no había mostrado antes—. Tan solo terminemos de una maldita vez con esto, pagaremos la multa que se deba pagar y los daños al lugar.

Entendió en ese momento porque el muchacho ni siquiera quería discutir sobre lo sucedido. Él tan sólo iba a decir que sí a todas las acusaciones si con ello terminaban antes y él podía ir para asegurarse que aquel lindo chico se encontraba bien.

— No seas tan desesperado, niño —recomendó—. Ese persistente novio tuyo está bien, tan es así, que todavía tenía la energía suficiente para perseguirme y pedirme que te dijera que todo iba a estar bien. Por lo que estoy seguro que él no simplemente quiere que te sientes aquí y aceptes la culpa por todo.

El chiquillo pareció estar listo para agregar algún comentario, tal vez preguntar cómo era que estaba su pequeño amante, sin embargo, el único sonido que escuchó el oficial, fue el de la puerta abriéndose bruscamente.

— Niños, la charla terminó, tomen sus cosas y vámonos.

— ¿Qué demonios…?

— Soy el abogado Kwon y mis clientes vienen conmigo.

— ¿Cómo que van con usted? —Espetó— La señorita Choi y el dueño del restaurante aún están…

— ¿Se refiere a Choi Anne? —Preguntó casi con burla—. Ella no presentaría ningún cargo a menos que esté dispuesta a que mi cliente, Wu Luhan, levante cargos en su contra no solo por atacar verbal sino también físicamente a su persona.

—¿Q-Qué?

— La señorita Choi no sólo insultó a mi cliente con respecto a su orientación sexual, sino que le arrojó una copa de cristal que, aunque por fortuna no tuvo alguna herida grave en él, pudo haberlo lastimado seriamente.

Una lenta sonrisa comenzó a dibujarse en los labios de Sehun, mientras aquel chiquillo arrogante se echaba a reír directamente y el niño temblores suspiraba aliviado.

— Ella acaba de aceptar nuestro trato porque simplemente es lo más inteligente. Ya que, a menos que la señorita Anne sea alérgica a alguno de los ingredientes en la comida que le fue arrojada, su vida no corría ningún riesgo. La copa de cristal, en cambio, se fragmentó al hacer contacto con el brazo de mi cliente, quien a duras penas logró cubrirse a tiempo, o el impacto hubiera sido directo en su rostro. Oh, y por si acaso lo va a preguntar, si, tengo como comprobar todo lo que digo gracias al testimonio del mismo dueño del lugar. Mismo que también acaba de retirar los cargos luego de la generosa indemnización que el tutor de Oh Sehun acaba de darle.

La sonrisa del nombrado ya no era tan grande entonces, el oficial también se sintió frustrado pero no tenía oportunidad alguna de hacer o decir nada, el abogado frente a él era un demonio y estaba seguro de que había asustado a Choi Anne hasta hacerla llorar.

— Bien, en vista de ello, se pueden ir luego de que las esposas les sean retiradas —dijo un poco inconforme.

— Excelente, muchas gracias por su cooperación, oficial.

Él asintió, tomándose por cuenta propia la tarea de retirar las esposas de Oh Sehun.

— No te metas en más problemas, tu chico parece un niño muy dulce y parecía muy angustiado por ti —aconsejó—. Hay ocasiones en las cuales ellos también necesitan un respiro de nuestras metidas de pata.

El más joven lo miró sin entender, mientras que el oficial sonreía con complicidad y discretamente hacía notar la argolla en su dedo anular. La sorpresa en el rostro del más joven fue algo divertida, cuando finalmente pareció entenderlo, aun así asintió al consejo del mayor.

— De acuerdo, muchachos, lo acompañaré a la puerta.

Ninguno de ellos protestó a eso y luego de una breve despedida y de un par de recomendaciones más por parte del oficial, ellos fueron guiados al lugar donde Jung Sun y Luhan deberían estar esperando.

Una voz familiar hizo a Sehun desviar su atención y congelarse momentáneamente ante la figura de su progenitor a un pasó de distancia. La expresión del hombre era igual de estupefacta que la suya, aun cuando apenas duró lo suficientemente como para haberla visto, transformándose en una máscara de odio puro.

La mano derecha de su padre se lanzó en su dirección, pero estaba demasiado paralizado como para moverse fuera de su alcance.

— ¡No se atreva a tocarlo o lo haré trizas! —El rugido de Luhan lo empujó de vuelta y lo hizo caer en cuenta de lo que había sucedido en cuestión de segundos.

Él, su pequeño novio, lo había empujado tras él y una de sus manos sujetaba con fuerza la mano del hombre que parecía enloquecido por la ira.

— Tú… —masculló entre dientes—. ¡Pequeña puta, te mataré! —Rugió, avanzando con la clara intención de atacar al menor.

El caos explotó a su alrededor; tres oficiales se apresuraron a contener a su padre mientras él mismo trataba con Luhan, que simplemente se había lanzado en contraataque.

— ¡Inténtelo, no voy a quedarme de brazos cruzados!

— ¡Luhan! —Llamó Baekhyun completamente aterrorizado.

— ¡Acabaré contigo, jodido bastardo! ¡Esa perra debió haber abortado! —Gritó enloquecido.

Luhan gritó de vuelta aun enfurecido, forcejeando con más ímpetu, queriendo poder llegar al hombre y cerrarle la boca definitivamente.

— ¡Basta! ¡No sigas! —Suplicó un asustado Kyun Min.

— ¡Habla, hijo de puta! ¡No te escondas tras la pequeña puta que te follas!

— ¡Esta pequeña puta va a romperle la cara si no desaparece de mi vista ahora!

Ambos forcejeaban con todo lo que tenían por liberarse y llegar al otro. La mente de Sehun no funcionaba al 100% todavía y probablemente de no ser por Kyun Min y Baekhyun, Luhan hubiera ido directo al hombre hace tiempo.

Apenas podía creer que Luhan estuviera tan enfurecido y listo para armar una guerra tras haber visto a ese tipo acercarse a él.

— Luhan, basta —ordenó Jung Sun con aquel tono que no daba oportunidad alguna a las objeciones.

Pareció funcionar y él dejó de forcejear, pesé a todavía tener una expresión feroz dirigida al lado contrario. El hombre más joven se detuvo a su lado, colocando una mano sobre el hombro del furioso chico y finalmente miró en dirección a su hermano mayor.

— Te he dicho que no pierdas el tiempo con basura —masculló con despreció.

— Vaya —sonrió sardónico—, debí imaginar que tú estarías aquí. Es decir, siempre has disfrutado de recoger mis sobras. Primero con ese pequeño anormal y luego con la zorra de su madre.

La expresión de Jung Sun se ensombreció aun cuando no hizo ningún movimiento en contra del mayor. Todo lo contrario de Luhan que gruñó y comenzó a forcejear una vez más.

— ¡Luhan, detente!

Todos se volvieron en dirección al Sehun que hablaba por primera vez, Luhan parecía más bien dividido entre mantener su atención en él o dirigirla al bastardo que lo había torturado casi durante toda su vida.

— Está bien, cariño —dijo con suavidad.

Él parecía tener un pero listo para escapar de sus labios, un pero que Sehun detuvo con un suave beso. Sintió al más bajo tensarse e ignorando ese pequeño detalle continuó adelante, besando tiernamente esos suaves labios. Su vista fija en el hombre que parecía estar frente a la abominación más grande en el mundo.

— Está bien, bebé. Ese cerdo no puede hacernos nada —afirmó con arrogancia.

— ¡Te haré tragar esas palabras, jodido maricón!

— ¡Tócale un solo cabello a mi hijo y te haré desear estar muerto!

La escena detonó completamente con ambos hombres intentando acabar con el contrario, había gritos por todos lados y un grupo de oficiales se apresuró a detener a los dos hombres que estaban más que decididos a armar una guerra dentro del lugar.

— ¡Oigan, oigan! —Gritó alguien por sobre todo el escándalo—. ¿Por qué arman tanto escándalo? Esta es una jodida estación de policía, tengan algo de respeto, carajo.

Todos se volvieron en dirección al malhumorado hombre que descuidadamente mantenía un cigarrillo en los labios y estaba parado sobre uno de los escritorios del lugar. Sus fríos y calculadores ojos recorrieron uno a uno, todos los rostros en el lugar, deteniéndose finalmente en uno en específico antes de bufar.

— ¿Por qué será que tú siempre estás involucrado en este tipo de cosas, niño? —Espetó, sin despegar su vista de Wu Luhan.

El chiquillo se tensó, su vista conectada a la del detective que bajaba de un salto del escritorio que había utilizado para ganar atención.

— ¿Qué haces aquí? ¿Qué no se suponía que vendrías hasta mañana? —Interrogó con una sonrisa maliciosa.

Él tenía la sospecha que el molesto niño había estado actuando en secreto de ese protector novio suyo y la expresión en su rostro solamente lo confirmó. Su sonrisa rápidamente creció y por supuesto, no iba a perder la oportunidad de vengarse.

— Como sea, todo está preparado y a tu disposición justo como ese perro tuyo lo ordenó. Sin embargo, la visita al reclusorio tendrá que ser definitivamente hasta mañana.

Algo oscuro brillo en los lindos ojos que ese pequeño revoltoso poseía. El rostro de su novio era una mueca de pura confusión que lo tenía completamente complacido y aunque sabía que podía sumarle muchos más problemas al niño, decidió ser benévolo y dejarlo así.

Su atención completa dirigida a los dos hombres que lucían listos para matar a alguien en cualquier segundo.

Uno de ellos, el más joven, viéndose justo como el respetable hombre que era, un hombre intachable y fuerte. Justo como Oh Sehun sería en un futuro próximo.

El otro, el mayor de ambos, una basura violenta que disfrutaba de torturar a los que eran más débiles, un perro sádico que caminaba creyendo que todos debían someterse ante él. Justo como lo había sido su primogénito.

Eran como el agua y el aceite, pero uno todavía podía decir, sin temor a equivocarse, que ellos eran familia. De alguna forma, parecía que la historia familiar de esos dos hombres se había repetido con los más jóvenes, solo que con un desenlace más trágico que el anterior.

— ¿Cómo es que todavía estás aquí y además de todo, armando escándalo, Oh? —Interrogó con evidente sorna.

La expresión del nombrado se volvió incluso peor que antes, entre tanto la sonrisa del detective se ensanchaba.

— Se le dio la orden de mantenerse fuera de la estación hasta la resolución de la demanda interpuesta por el pequeño niño al que acabo de escuchar que amenazaba de muerte —soltó con diversión—. En mi opinión profesional, deberías decirle esto a esa abogada tuya, muchacho.

Luhan bufó, aun con la vista fija en aquel demonio e ignorando el hecho de que todos lo observaban estupefactos.

— Por supuesto que informaré de este incidente a jiějiě. Llegaré hasta donde tenga que llegar para hundirlo en el fango. —El detective rio por lo bajo tras la respuesta del mocoso, regocijándose para sus adentros al dirigirse a ese tipo una vez más.

— ¡Pequeña escoria! —Rugió, forcejeando por llegar a el pequeño chiquillo.

— ¡Hágalo! —Gritó—. Adelante, golpéeme frente a miles de testigos que ayudarán a que acabe con su patética carrera aún más rápido —alentó satisfecho.

El hombre paró en seco, observando con absoluto odio la sonrisa pintada en el rostro de aquel mocoso con su destino en sus manos. La arrogancia en él lo tenía al borde de la locura pero sería imposible ganar al verlo resguardado en los brazos de su hijo.

— Creo yo, mi querido Oh, que tal vez debiste buscarte un enemigo menos inteligente que este niño —soltó divertido.

El hombre apretó la mandíbula, sintiéndose frustrado al saber que era inútil tratar de actuar. Estaría cavando su propia tumba si tocaba un solo cabello de aquel pequeño engendro.

Primero; la pequeña maldición tenía razón y estaría echando más tierra sobre su caso. Mientras que en segundo lugar; tanto su hermano menor, como su hijo irían por él al instante y, de sus últimos encuentros con ambos, él sabía que no podría ganarles de ninguna forma.

Bruscamente se deshizo del agarré de los oficiales, sus ojos mostrando un inmenso odio no se apartaron del jovencito en brazos de su hijo mientras comenzaba a retirarse.

— Ese inútil de Minho debió haberse deshecho de ti ese jodido día —masculló lo suficientemente fuerte para hacerse escuchar por todos.

— ¡Repite eso, hijo de perra!

El grito fue de Sehun, pero el puño que se estrelló en su rostro y lo envió al suelo fue el de Oh Jung Sun, quien había pedido hasta la última onza de serenidad que había estado mostrando hasta ese momento.

Tanto los oficiales que habían hecho todo por detener inicialmente a Oh Jun Hyeok y Luhan, como los cuatro chicos que iban con Jung Sun, reaccionaron intentando frenar la violenta situación.

— Capitán Oh, guarde la compostura, por favor —pidió con una nula intención de hacer algo realmente.

— ¡Basta, todos ustedes! —Gritó severamente el hombre que estaba ahí solamente por órdenes de su jefe.

Eso pareció ayudar un poco y los oficiales aprovecharon la oportunidad para poner tanta distancia como fuera posible entre ambos hombres.

— Saquen al ex agente Oh de aquí —ordenó con aburrimiento el detective Zhang—. Bien, ahí se va la diversión —suspiró afligido al ver a sus compañeros cumplir con su orden.

— Tú sí que eres imbécil —bufó el abogado—. El señor Kim no va a dudar en hacerte pagar si algo le pasa a este niño y todavía incitas todo esto.

— ¿Y? —Espetó—. ¿Quién mierda ha dicho que le tenga miedo a ese imbécil?

— Buen punto, puede que no le temas en absoluto a él, pero… ¿Qué tal al chiquillo que calienta su cama? —Soltó con malicia.

La expresión del hombre se volvió fea y la risa del abogado se dejó escuchar, irritando aún más al detective, que simplemente se giró y marchó sin decir nada más.

— En vista de que aquí todo parece en orden ahora, voy a retirarme —anunció tranquilamente—. Fue un placer volver a verlo, joven Wu.

— Igualmente y gracias por todo, señor Kwon.

— En cuanto a ustedes, deberían tratar de no meterse en problemas —aconsejó seriamente.

Kyun Min asintió una y otra vez a las palabras del apuesto hombre mientras Baekhyun hacía una mueca de completo fastidió al ver al hombre dar la media vuelta y marcharse.

— Andando, salgamos de aquí cuanto antes —indicó Luhan.

¿Y quién tendría el valor para quejarse o decir cualquier cosa al ver su semblante?

Ninguno de ellos era tan osado ciertamente, avanzando en completo silencio. Hye Mi parecía ser la única persona que gozaba de un trato privilegiado, dónde él todavía le mostraría una sonrisa y actuaría con suavidad.

Su mano le sería ofrecida a la única dama sin dudarlo al bajar tambaleante las escaleras del lugar, la chaqueta que usaba fue colocada con cuidado sobre los delicados hombros descubiertos por el vestido azul, dejando al descubierto la prenda teñida de vino por la que Sehun quería preguntar con urgencia.

No tenía el valor más sin en cambio. Aquel día había sido un desastre épico y Luhan definitivamente debería estar furioso con él.

— Gra-Gracias por traerme a casa, señor Oh —susurró la chica a modo de despedida, antes de bajar del vehículo.

— Te acompañaré a la puerta —indicó Luhan.

Ella asintió despacito y lo vio bajar del auto, mirando directamente a Sehun con algo parecido a un silencioso mensaje de disculpas y ánimo, oculto en algún lugar de su expresión apenada.

— Él está furioso y seguramente va a cortarte las bolas —soltó un enojado Baekhyun tan pronto estuvo seguro de que Luhan no los escucharía.

Sehun gruñó, volviendo el rostro en dirección a la ventanilla del auto, con la vista clavada en las dos figuras que aguardaban a que alguien abriera la puerta.

— De todas las personas con las que pudiste enredarte, tuviste que elegir a una mujer tan loca como esa —bufó.

— Lo siento, Hunnie, pero esta vez tendré que decirte te lo dije —habló Kyun Min—. Te advertí que ella te causaría problemas alguna vez con su nefasta actitud.

Sehun sabía todo eso, pero ciertamente era un completo asco que estuvieran arrojándolo tan despiadadamente en su rostro. Incluso su tío parecía genuinamente molesto con él por todo ese desastre.

— Va a costarte un infierno reparar esto —sentenció Baekhyun.

Él hizo una mueca sin decir nada al ver a Luhan abordar el auto e indicarle secamente a su tío que tenían que llevar a Kyun Min a su propio hogar. Todos continuaron hundidos en un pesado silencio hasta llegar a su destino, en el cual Kyun Min apenas susurró una vaga despedida antes de abandonar el auto mirando con lástima en su dirección una última vez.

— Bueno, hemos llegado —anunció con cansancio su tío.

Él bajó tan pronto como Luhan lo hizo, con mil cosas que quería decir en la punta de la lengua y todavía así, quedándose mudo cuando logró sujetar su mano y hacer que le prestara atención. Luhan lo miró con una expresión totalmente en blanco, sin parecer feliz o enojado, algo que simplemente lo asustó más.

— Yo…

— Ella parecía una top model. Como una diosa —dijo Luhan seriamente y el alma de Sehun cayó al suelo—. Entonces ese era tu tipo.

Petrificado, ni siquiera podía descubrir el estado en el cual Sehun se encontraba como para no seguir a su estoico novio al interior. Baekhyun pasó a su lado lanzándole una mirada aterradora mientras perseguía a su mejor amigo y su tío únicamente le palmeó el hombro antes de entrar tras los otros dos chicos.

Permaneció de pie ahí, como un imbécil, antes de sentir que el dobladillo de su sudadera era tironeado y darse cuenta que Jiāo Táng lo mordía, gruñendo mientras trataba de arrastrarlo al interior, como si exigiera que fuera y arreglara lo que había arruinado.

Reaccionó, apresurándose al interior solamente para toparse con la puerta de su habitación cerrada con pestillo. Se congeló en su sitio, apenas procesando que Luhan podría haberlo hecho como un claro mensaje de no querer verlo.

— Baekhyun, ¿qué haces? —Escuchó la voz de Luhan y su corazón se agitó.

— Sehun no puede actuar como si nada hubiera pasado. Definitivamente no voy a dejarlo acercarse a ti después de haberte hecho pasar tremendo disgusto —sentenció.

 ¿Qué tontería es esa? —Espetó—. Apártate de mi camino.

 No, esto es necesario. Él no debe creer que siempre que haga alguna tontería, va a ser perdonado.

— Baek…

— No te preocupes Hannie, conmigo no tienes que fingir que todo está bien y aparentar que no estás furioso.

— No sé de qué demonios hablas. Ahora, sal de mi camino.

— ¡No lo haré! —Chilló—. Siempre que él está molesto, no duda en exteriorizarlo y tú ni siquiera lo intentas. ¡No es justo!

— Baekhyun, yo ni siquiera… No, olvídalo. No voy a tener está conversación contigo, así que sal de mi camino.

— No lo haré. Te digo…

Lo próximo que logró escuchar, fue un chillido de parte del fastidioso tipo y alguna especie de golpe. La puerta se abrió repentinamente y sus ojos chocaron con los contrarios.

— Um, hola —habló él.

— Hola —murmuró, observando por encima del hombro de Luhan, a Baekhyun tratando de incorporarse de la cama.

— ¡Luhan! —Exclamó indignado.

— Ven, Baekkie no se siente bien hoy, vamos a dejarlo y le pediremos al tío Jun Sung que trate de ayudar un poco aquí —soltó, tomando su mano para arrastrarlo en dirección contraria.

— ¡Luhan!

— Vigílalo —ordenó Luhan e instantáneamente Jiāo Táng corrió en dirección a la habitación.

Derribando a Baekhyun sin esfuerzo y, una vez en el suelo, mordió el dobladillo de sus jeans para comenzar a arrastrarlo de vuelta a la habitación.

— ¿Qué demonios? ¡Luhan! —Exclamó.

Inkei al ver toda la situación desarrollarse, corrió en su dirección, atrapando con su pequeño hocico la camiseta de su amo para unirse al juego de Jiāo Táng, para tratar de arrastrarlo también pero siendo más bien una pequeña carga que una ayuda para el dóberman.

En cualquier otro momento, Sehun se hubiera reído como si no hubiera un mañana de haber visto la escena. Sin embargo, en ese momento, estaba tan aturdido como para decir cualquier cosa, solo dejándose llevar por él.

— Tío Jung Sun, tendré que molestarlo —dijo apenado.

El hombre asintió con una sonrisa en los labios, dándole una palmadita a Sehun en el hombro al pasar a su lado sin agregar palabra alguna. Él no sabía si eso era o no una buena señal, pero le daba igual siempre que pudiera tratar de aclarar las cosas.

— Luhan —murmuró una vez la puerta de la habitación se cerró.

— Baekhyun puede ser realmente pesado algunas veces —farfulló—. Sé que su intención no es mala, pero… En fin, tal parece que nos veremos obligados a no estar cerca de él por ahora, ya hable con el tío Jung Sun y nos dejara su habitación por hoy, también traje el pijama de astronautas para más tarde, escogí eso porque lo hemos usado un par de veces solamente, así que…

Su sonrisa floreció mientras hablaba, recordándole a Sehun las palabras de Baekhyun, en las que le decía que había cometido un gran error y no solo debería irse con una simple disculpa.

— Lo siento —habló—. Sólo decir eso no es suficiente y lo sé, en ese momento yo debí haber hecho más que solo dejar que ella hablara.

— Sehun eso…

— No, era mi obligación hacerle ver que había alguien importante en mi vida y que no iba a dejar que ella simplemente le faltara al respeto —dijo afligido—. Yo sé que en el pasado fui un bastardo y que merecía todo lo que ella dijo de mí, pero nunca debí dejar que dijera una sola palabra en tu contra. Yo…

— Sehun, basta —pidió algo divertido con la situación—. Está bien, no pasa nada —aseguró.

— Pero… —Él agachó la mirada y vaciló ligeramente—. Una vez dijiste que actuar así era realmente despreciable —murmuró.

Luhan se congeló por un instante, sin hablar para negar o aceptar aquellas palabras. Realmente las recordaba, solamente que ellas habían sido dichas por enojo, resentimiento y hasta celos. Por lo que, de haber forma alguna de revertirlas, él lo haría sin duda alguna.

— Respecto a eso…

— Lo sé, mi actuar fue despreciable. Decir que cuando se acercaban a mí yo nunca prometí nada y les dije de lo que la relación iría, no cambiará ese hecho, pero… —Sus labios se apretaron y negó silenciosamente, abatido—. La verdad, sé que no hay un pero, haber actuado así no me hace mejor que mi padre.

— ¡No digas eso nunca más! —Exclamó, tomando a Sehun completamente con la guardia baja con ese pequeño arrebato y la manera en la que las manos ajenas apretaron sus hombros—. De acuerdo, lo que pasó entonces no estuvo nada bien, pero no te hace ni de cerca tan bajo como ese… ese… esa bestia.

Algo dudoso, un poco torpe, llevó sus manos a la cintura de Luhan sin poder apartar su mirada de la repentina timidez que lo atacó, tras su nada impresionante discurso de cómo su padre y él no eran igual de despreciables.

— Además.. eso que dije en el pasado… —Su labios se torcieron y murmuró alguna cosa inentendible.

— ¿Qué?

— Digo que ta-tal vez… yo… yo estuviera un poco celoso y por eso dijera eso… ¡Pero era porque tu eras un idiota molesto! Además, era ridículo que le gustaras a más del cincuenta por ciento de la maldita población femenina de la escuela, ¡no eres tan guapo!

Sus mejillas se inflaron ligeramente y Sehun tuvo que morderse los labios para no reírse de su absurdo intento de lucir realmente molesto.

— Ummmm… Demonios, si lo eres, tienes una maldita cara realmente hermosa —se quejó acurrucándose enfurruñado en los brazos contrarios.

Él rió por lo bajo, estrechando el delgado cuerpo de su amante y seguidamente dejando un beso en la coronilla. Luhan suspiró, mascullando algo sobre un dolor de cabeza y algo sobre que era detestable.

— No soy tan ingenuo, Hun. Sabía que algún día algo así podría pasar. De todos modos, no sería diferente a las varias chicas que ya se acercan a mí, esperando que les dé tu número de contacto cada vez que tenemos una cita y tú debes ir al baño.

— Espera, ¿qué?

— Además, ellas no pueden ser tan malas como lo fue el reencuentro con Seohyun. Lo más probable es que, si ella no hubiera actuado de esa forma, o tú no hubieras aparecido cuando lo hiciste, yo habría aceptado su idea de ser amigos y él que estaría molesto hasta el día de hoy, serías tú.

Le hubiera encantado objetar dicha declaración, solamente que no era posible porque el corazón de Luhan era demasiado blando algunas veces. Por lo que, si aquella arpía hubiera usado una táctica diferente, probablemente Luhan hubiera decidido perdonarla y aceptar de vuelta su supuesta amistad.

Con eso siendo una horrible posibilidad que afortunadamente se había evitado, Sehun abrazó un poco más fuerte el cálido cuerpo de Luhan.

— Lo siento, es solo que realmente me asuste —confesó—. Tú parecías realmente molesto y solo pude imaginar que era mi culpa.

— No, aun cuando realmente estaba enojado, eso no tenía nada que ver contigo. Fue por ese despreciable hombre y el estúpido detective.

— Entiendo —murmuró, acariciando distraídamente la espalda de Luhan—. ¿Me hablaras ahora de lo que el detective dijo?

No era que él no lo recordara, pero había estado más preocupado al pensar en que su novio estaba molesto con él, como para interrogarlo sobre todo lo demás.

Luhan gimió por lo bajo, separándose un poco de él para poder hablar de todo mirándolo a los ojos.

— Tú y yo sabemos que hay algo que nadie nos está diciendo y que dieron inicio a las pesadillas. —Sehun asintió de acuerdo con él—. Necesitaba una respuesta, averiguar qué era eso que todos querían ocultar y por eso comencé a investigar.

Sehun asintió, comprendiendo perfectamente todo lo que había dicho y aguardó para que él continuara con su explicación.

— Al inicio solo trataba de sacar lo que podía de mis pesadillas, bajo la creencia de que estos eran recuerdos. Sin embargo, no estaba ayudando mucho, LiXue jiějiě llegó entonces. Ella me aconsejó recurrir a la policía y solicitar el expediente de la investigación que hubo cuando todo aquello pasó. Jiějiě incluso se ofreció a ayudarme con todo el proceso y papeleo que solicitar ese expediente conllevaba —explicó.

— ¿Es así como todo terminó de esa manera con el agente Zhang? Pareces ser una de sus personas menos favoritas actualmente.

— Sí y no —respondió—. Desde el inició el hombre estuvo reacio cooperar conmigo, nos puso todas las trabas posibles y de algún modo u otro, logró atara LieXue jiějiě de brazos.

— No me dio la impresión en absoluto de que sus palabras fueran las de un tipo que logró atar de manos LiXue jiějiě.

— Es porque encontré otra forma —murmuró.

— ¿Otra forma?

— Kim JongDae —susurró—. Él tiene los medios y no le importa a quien ofende con sus acciones. Dijo que me ayudaría y cuidaría de mí todo el camino hasta encontrar la respuesta que necesito.

Sí antes la preocupación de Sehun ya era visible, se volvió horriblemente notoria tan pronto escuchó el nombre de Kim JongDae. Porque definitivamente ya era bastante malo que él estuviera provocando a un hombre de dudosa reputación como el agente Zhang, como para también sumar a Kim JongDae a la ecuación.

— Luhan…

— Está bien —aseguró apresurado—. Si el tipo quisiera hacer algo, simplemente lo haría sin todo este teatro sin sentido. Él realmente está ayudando porque quiere, tal parece que tiene un interés personal y eso significa que él cumpliera su palabra —afirmó.

Sehun no pareció convencido ante ese lamentable argumento, sus manos tomaron las de Luhan y depositó un suave beso en cada una.

— Si ya sabes que se trataba de Kyungsoo, ¿qué sentido tiene seguir con todo esto? —Interrogó seriamente.

— Saber que él era su segundo al mando no significa nada —sentenció—. Eso simplemente no me da la respuesta que busco. Yo sabía quién era Bobby entonces, y tras aquel día no sentí ni un poco de rechazó hacia él. Algo me dice que me falta una pieza respecto a lo que pasó aquel día y, si él tiene algo que ver con eso, tengo que saberlo. Tengo que estar seguro que ese amigo tuyo no es una amenaza, porque de serlo…

— ¿De serlo…?

— No puedo permitir que esté cerca de ti. Sé cuánto lo aprecias, sé que aun cuando quieres llegar al fondo de esto tanto como yo, todavía en tu corazón tienes una pequeña esperanza de que no tenga nada que ver porque lo aprecias de verdad. Sin embargo, yo no voy a dejar que nos haga daño de ninguna manera, arrancaré el problema de raíz antes de que avance más de ser necesario.

El asombró de Sehun era tanto, que debía tener una expresión realmente estúpida dibujada en su rostro. No era para menos, sin embargo, Luhan le estaba mostrando que estaba dispuesto a cruzar un huracán por él si era necesario.

Su valentía era algo que él ni siquiera lograría tener así volviera a nacer. Siempre se había sentido orgulloso de decir que sería su protector hasta el fin de su vida, pero en ese preciso instante, sentía como si cada cosa que él hubiera hecho fuera insignificante si se comparaba con lo que su amante estaba dispuesto a hacer por su persona.

Cuando niños saltó frente a él cada vez, intentando defenderlo de su familia sabiendo que solo sería lastimado.

Enfrentó a Minho por ambos, sabiendo que no podría ganar y tras ello, trató de llevarlo a la justicia a pesar de que tal vez no podría conseguirlo y que pondría aún más en juego su vida.

Hizo de cada día el más feliz de su vida luego de la pesadilla. Llegando incluso a defender a la mujer que lo miraba como si fuera la peor de las basuras, solamente porque sabía que él continuaba amándola. Aceptando además un trató ridículo con Kim JunMyeon solamente para unirlo con su padre.

Ahora también estaba luchando por hundir al monstruo que lo había atormentado desde pequeño y estaba dispuesto a llegar hasta los extremos que fuera para descubrir una verdad que todo mundo parecía ocultar a como diera lugar, únicamente porque la creía una amenaza para él. Aceptando un trato con un hombre de dudosas intenciones en el proceso para conseguir su objetivo.

Comparado con eso…

¿Qué había hecho realmente Sehun?

Parecía nada, se sentía insignificante al estar frente a el tesoro tan precioso que alguien había decidido otorgarle a su ínfima existencia. Ni siquiera debería ser digno de tocar tan precioso ser, todavía así, tuvo el descaro de acunar una de sus mejillas y verlo inclinarse hacia su toque con una sonrisa dulce adornando sus labios.

— Debí ser un santo en alguna vida pasada —susurró—. Solamente eso explicaría que los dioses me creyeran dignos de conocerte siquiera.

— ¿De qué hablas? —Soltó risueño, al ser abrazado con tanta emoción—. Eso ni siquiera tiene sentido.

Tal vez, para Sehun lo tenía de todas formas, por ello quería aferrarse a su tesoro con todas sus fuerzas. Necesitaba darse prisa y encontrar la verdad que nadie quería decirles, para no seguir siendo una carga para él.

Realmente lo haría esta vez, tenía que proteger a la persona que lo había hecho creer que su existencia tenía algún sentido, además de convertirse en una basura como su padre y hermano mayor.

Él era la única razón por la que había existido una razón que lo motivara a ser una mejor persona y por ello, era su obligación pagarle al menos un ápice de toda la felicidad que había traído a su vida.

 

***

 

— Bienvenido, Luhan. ¿Cómo te encuentras hoy? —Saludó monótonamente su psiquiatra.

— Las pesadillas están disminuyendo —respondió seriamente—. También le traje esto —dijo, extendiendo al hombre un folio azul.

— ¿Qué es esto? —Interrogó un poco confundido.

— Son las pruebas que no estoy loco de culpa —sentenció.

La confusión sólo aumentó en la expresión facial del hombre, decidiendo revisar el contenido por sí mismo en lugar seguir a la deriva con los acertijos del muchacho.

La sorpresa fue evidente mientras revisaba cada página de aquel expediente, que simplemente respaldaba más y más, la increíble teoría que Luhan le había planteado sobre cómo sus pesadillas trataban de decirle algo.

— En el expediente que se creó sobre mi caso, señalaron que el segundo al mando de Minho murió con él. Sin embargo, he revisado cada expediente que se abrió involucrando a Minho y en más de la mitad de ellos, los testigos y víctimas señalan a una persona más. Sin embargo, de la nada, las personas más tarde cambiarían sus versiones.

— ¿Crees entonces que esta persona está cerca tuyo? —Interrogó solemne.

— No lo creo, yo sé que esa persona está cerca y algo me dice que no tiene buenas intenciones.

— Ese niño, Ji Won, también trabajó para él y parece besar el suelo que pisas —señaló sereno.

— Eso sería la última cosa que esta persona haría. Sé que no vamos a llevarnos bien así volvamos a nacer, sin embargo, yo solo tengo que confirmar que él no está tramando algo. De no ser así, lo único que debo hacer es ignorarlo y llevar la fiesta en paz.

El psiquiatra lo observó con suma atención, antes de asentir solemne. Luhan había cumplido su parte del trato, él tenía en sus manos pruebas físicas de las sospechas de Luhan, por lo que le daría al niño la oportunidad que pedía.

Era un joven fuerte, se había levantado cada vez que había caído, mucho más fuerte que antes. Su progreso para superar a sus demonios había sido digno de ver y ahora, aunque estaba seguro de que mentía sobre el hecho de que las pesadillas disminuían, sabía que él ya no les temía.

Su trabajo estaba hecho, pero todavía sentía cierta preocupación, por lo que no simplemente no lo liberaría así como así. Quería monitorearlo un poco más antes de liberarlo por completo, en caso que el niño pudiera necesitarlo.

— De acuerdo —habló—. Haremos esto. Me había preparado para esto, diciendo que progresabas, en caso de que te equivocaras; les hablaría a tus padres de una dramática recaída y presionaría para que recibieras un tratamiento con algunos fármacos. Sin embargo; de no ser así, yo reduciría las visitas debido a tu gran progreso. Por lo tanto y en vista de que obviamente ya no me necesitas, haremos lo último.

El rostro del niño se iluminó de emoción y el hombre bufó, algo indignado de que el pequeño mocoso no ocultara la emoción de no tener que acudir a sus sesiones con tanta regularidad.

— Hablaré con tus padres una vez que salgas de aquí.

— De acuerdo, muchas gracias doc —dijo con entusiasmo, dirigiéndose al instante a la puerta.

— No he dicho que puedas irte —lo frenó en seco y sonrió algo divertido al verlo volverse algo malhumorado—. Antes de que te vayas, tengo algo para ti —explicó, alcanzando algo de último cajón de su escritorio—. Sé que en unos días será tu cumpleaños, y tengo por costumbre darles a mis pacientes este pequeño detalle al acercarse estas fechas.

Luhan tomó algo sorprendido el pequeño cuaderno de pasta dura y la elegante pluma fuente que el mayor entregaba amablemente.

— Puedes utilizarlo como un diario, o solamente para escribir tus sentimientos en él. Puedes darle el uso que tú desees.

— Lo cuidaré mucho. Gracias, doctor Jung —sonrió ampliamente.

— Bien —asintió—, te deseo mucha suerte con tu asunto. Ya puedes marcharte, y por favor pídele a tus padres que entren un momento.

Luhan asintió con entusiasmo, corriendo fuera del consultorio para reunirse con sus padres, pidiéndoles que entrarán, tal como su psiquiatra había pedido que hiciera. Su mirada alegre se dirigió a Sehun al ver a sus padres marcharse y le contó rápidamente lo sucedido.

Su madre no podía estar más contenta al salir del consultorio del buen doctor, repitiendo con emoción que debían celebrarlo, mientras que su padre asentía apoyando a su dulce esposa.

Luhan los apoyó, feliz de verlos tan aliviados luego de tanto tiempo. Si, el problema continuaba ahí, pero sentía un respiró al saber que sus padres no serían torturados más por él. Además, Luhan había dejado de temer a las pesadillas desde que había decidido investigar y averiguar qué era lo que estas trataban de advertirle.

Al llegar a su hogar, su madre anunció la buena nueva tan pronto entró. Zhao chilló emocionado, corriendo para alzar a su hermanito en brazos, al mismo tiempo que reía con emoción. YanYan en cambio, suspiró aliviada y YiFan, su querido hermano mayor, lucía completamente orgulloso de él.

— Felicidades, Hannie —dijo con sinceridad su dulce cuñada—. Es una gran noticia.

— Por supuesto que lo es —habló YiFan—. Aunque era obvia, mi XiǎoLù es un guerrero. Esto era simplemente obvio, los Wu no nos asustamos con facilidad —se jactó con arrogancia.

— ¿Es por eso que huiste de mi casa aquel día que mi tío te habló sobre el cuchillo táctico? —Interrogó Sehun con burla.

Zhao se echó a reír sin vergüenza o temor alguno, mientras YanYan le mostraba esa expresión que decía que era una vergüenza para la familia entera, y la mirada fulminante del mayor fue disparada en dirección del desesperante chiquillo.

— ¿Qué demonios haces tú aquí? —Espetó irritado.

— Bǎobèi Lù me pidió acompañarlo a su cita con el psiquiatra luego de la escuela —respondió con arrogancia.

— Eso ni siquiera está bien dicho —masculló entre dientes.

— Lo sé y por eso lo hace especial, yo lo invente para mi Bǎobèi Lù —soltó con orgullo, ensanchando su sonrisa odiosa.

YiFan se sintió irritado al punto que sus dientes rechinaron, a él definitivamente no le importaba el género de la pareja de su dulce hermano menor, pero…

¡¿El bastardo tenía que ser un jodido dolor en las bolas?!

— YiFan g“g“ —llamó Luhan y la peste dejó de ser relevante.

— Dime, cariño —respondió con ternura, suavizando completamente su expresión.

— Con todo lo que ha pasado ni siquiera hemos podido ponernos al día. ¿Cómo has estado? ¿La abuela está saludable? —Preguntó con entusiasmo, sentándose justo al lado del mayor.

La mirada del mayor se iluminó completamente debido a la emoción, haciendo suspirar pesadamente a su esposa. Ella simplemente no podía creer que, en lugar de estar preocupada porque su guapísimo esposo pudiera llegar a enamorarse de una hermosa mujer, su rival directo parecía ser su dulce cuñadito.

— Me avergüenzas —soltó fríamente YanYan. El mayor recuperó la compostura, aclarándose la garganta y tratando de verse una vez más sereno.

— Tu g“g“ ha estado bien, XiǎoLù. Tu jiějiě se encarga cuando él es un desastre —explicó cariñosamente, haciendo sonreír a la bella dama a su lado—. La abuela también está bien, ella les manda saludos a todos y...

Él frunció el ceño, recordando lo que su querida abuela le había encargado decirle a su hermanito. Su mirada se posó en él y luego en ese odioso novio suyo, dejándose convencer por la infantil vocecita que le decía que lo hiciera rabiar.

— ¿Y? —Preguntó emocionado.

— Y dice que espera que nos visites pronto. Aparentemente quiere que conozcas a la encantadora nieta de una de sus mejores amigas.

Sehun y YanYan fruncieron inmediatamente el ceño, Luhan tampoco parecía muy entusiasmado con las palabras de su hermano mayor. YiFan mismo no había estado muy feliz con ellas, pero... ¿Cómo no disfrutar un poco más de la expresión tan agría de esa peste?

— Ella dijo que la señorita Guan XiaoTong es una belleza sin igual, educada, dulce y divertida. Su familia también tiene antecedentes impresionantes y según la abuela, harían una pareja preciosa. Ella también le habló un poco de ti a la adorable chica y parece entusiasmada por conocerte. Espera hacerlo cuando vayas a Beijing estás vacaciones de verano —repitió de manera monótona justo el discurso que su abuela le había pedido decirle a Luhan.

— Eso…

Su pequeño Luhan tenía una mueca horrible en la cara y miró a su molesto novio sin saber qué decir. El tipo parecía haber bebido un litro de jugo de limón puro y YiFan se hubiera echado a reír de no ser por la mano delicada que pellizcó su costado.

— Tal parece que la abuela quiere también un matrimonio arreglado para ti, Lu —murmuró Zhao.

— ¿Por qué yo? ¿No se supone que tú eres el mayor? —Bufó.

— ¿Acaso no recuerdas la desastrosa cita de este idiota y la sobrina política de la vieja Xiao? —Señaló YanYan.

Zhao se echó a reír con ganas, su abuela había estado tan molesta que por poco se desmaya, tras enterarse que Zhao había dejado a la familia en ridículo por al menos diez generaciones venideras.

— De todos modos, yo no quiero conocer a la nieta de la señora Guan —murmuró—. Sehun también irá con nosotros y de todas formas no voy a tener tiempo de salir con ella.

— Oh, sobre eso —agregó YiFan—. La abuela dijo que encontrara un momento prudente para decirte que tu amigo parece un delincuente y que por favor, no te relaciones más con él —soltó burlón, mirando el ceño fruncido de ese mocoso arrogante.

Luhan se molestó visiblemente, bufando groseramente a las palabras de su hermano mayor. Algo que lo tomó completamente por sorpresa, su pequeño hermanito nunca había hecho algo así, él era dulce y educado.

— Por eso les dije que debíamos decirle a ella que Sehun es mi novio y no mi amigo.

— XiǎoLù, ¿acaso quieres matar a la vieja? —Interrogó su madre. Avergonzándose completamente tras sus palabras, mientras miraba a su esposo con una disculpa dibujada en su precioso rostro—. Lo siento, cariño.

— No te preocupes, mi madre puede ser realmente difícil. Yo mismo todavía tengo que cargar con el hecho de que no me perdona haberme casado contigo y dejar Beijing para perseguir mi sueño de ser fotógrafo.

— Pues entonces algo se me va a ocurrir, porque definitivamente ella no está comenzando a organizarme citas para conocer a todas las nietas solteras de sus amigas —sentenció enfurruñado.

— Ella no lo hace con mala intención —aseguró YiFan—. De algún modo, es su modo de preocuparse por nuestro futuro y asegurarse de que vamos a estar bien si ella falta —explicó.

Luhan sabía eso, suspiró pesadamente y una sonrisa se dibujó en sus labios al ver a su novio colocarse en el reposabrazos a su lado e inclinarse a besar se sien.

— De todas formas, debería hablar con ella respecto a eso. Tal vez no decirle la verdad de todo, pero estaría bien explicarle que no estoy interesado en salir con nadie —murmuró.

— Eso sería lo mejor. Yo también hablaré con ella y le explicaré que no estás interesado una vez vuelva a Beijing —prometió el mayor.

— Gracias g“g“.

— Todavía así tengo curiosidad —comentó YanYan—. LiXie jiějiě, ¿esa chica Guan de verdad es tan bella? —Interrogó falsamente curiosa, cuando en realidad lo que quería era ver el mundo arder.

— No lo sé —respondió con una sonrisa de disculpa—. No he tenido el placer de conocerla. La verdad sea dicha, a diferencia de la abuela Wu, no me gusta participar mucho en eventos sociales a menos que YiFan deba ir también.

YanYan asintió algo decepcionada por no poder seguir molestando a su cuñado, quien había dejado de fruncir el ceño y perdido el interés, concentrado en algo que Luhan le mostraba en su móvil.

— ¿Qué es eso, XiǎoLù? —Preguntó, mirando con genuina curiosidad lo que el menor sostenía.

— Oh, esto fue un regalo del doctor Jung, dijo que como nos veríamos menos, me daría antes esto como regalo de cumpleaños —explicó.

El interés del malhumorado YiFan se reavivó, de hecho, las expresiones de todos ahí se iluminaron recordando que en unos días más, la luz de sus ojos estaría de cumpleaños. Él más emocionado parecía su novio, ¿y cómo podría YiFan no hacer algo para fastidiarlo?

— Lu…

— Eso me recuerda —interrumpió al menor—, ahora que has mencionado tu cumpleaños, me pidieron darte un mensaje desde Beijing.

— ¿Un mensaje? —Interrogó.

Estaba completamente seguro de que el mensaje que YiFan mencionaba, no tenía nada que ver con su abuela. Elle generalmente enviaría un regalo ridículamente costoso sin ningún mensaje de por medio.

— Sí —asintió con una sonrisa amplia—. Xiao Yu Liang me pidió que te dijera que volvió a Beijing y quería volver a estar en contacto contigo.

— ¿Quién?

— ¡¿Ah-Liang volvió a Beijing?! —Chillaron a la vez y con gran emoción, Zhao y la señora Wu.

YiFan asintió sonriente, viendo los ojos de esos dos iluminarse aún más. Esas reacciones tuvieron una mueca fea en la cara del odioso chiquillo con el que Luhan salía. Muy probablemente, porque si su madre se emocionaba con la mención de esa persona, era porque definitivamente él no iba a ser feliz.

— Sep y quiere reunirse con Lu cuanto antes.

— ¡Qué genial! —Exclamó Zhao—. ¡Luhan, Ah-Liang volvió!

Luhan hizo una mueca sin tener idea de qué rayos ellos hablaban. Discretamente miró en dirección a YanYan, quien tenía una mirada sombría, pero que al ver su total confusión suspiró pesadamente y se dispuso a iluminarlo.

— Xiao Yu Liang era tu mejor amigo prácticamente desde que tenías un año de edad. Ustedes lo hacían todo juntos, no iban a ningún lado sin el otro.

— ¡Es verdad! —Exclamó su madre—. Ustedes crecieron juntos, la madre de Ah-Liang era mi mejor amiga desde la secundaria, ella prácticamente hizo que me casara con su padre y por eso nosotras decidimos que Ah-Liang y tú debían ser amigos siempre.

— Oh… —Fue lo único que Luhan logró decir, al no recordar a dicha persona con la que casi juraban que había compartido el biberón.

— Eran adorables —agregó YiFan—. Siempre que uno iba a jugar a la casa del contrario, era desgarrador separarlos porque siempre llorarían por no querer separarse. Incluso una vez dijeron que iban a casarse cuando fueran adultos —relató con falsa emoción, pero una inmensa satisfacción, en todo momento su mirada fija en la cara cada vez más sombría de Sehun.

— No te recuerdo tan feliz y conmovido en ese entonces —gruñó YanYan.

— Por supuesto que lo estaba. Ah-Liang me agradaba mucho, tal vez recuerdas mal —rió nervioso.

— ¿Y por qué se separaron si eran tan unidos? —Espetó Sehun.

— Eso fue porque un año antes de que nosotros viniéramos a Corea, los padres de Ah-Liang se divorciaron y él tuvo que ir a vivir con su madre a Alemania —explicó Zhao.

Luhan asintió incómodo, tratando de buscar en sus recuerdos a la persona que ellos mencionaban, pero tan sólo no lo lograba. Pese a que su familia parecía muy feliz por escuchar de esa persona, por lo que, de algún modo, se sentía mal al no recordarlo.

— Ustedes se adoraban —continuó YiFan—. Seguramente de no ser por el hecho de que se separaron en aquel entonces, tal vez tú no habrías venido a Seúl —aseguró.

YanYan le lanzó una mirada fulminante, sabiendo perfectamente lo que ese idiota infantil trataba de hacer. Porque definitivamente, él había detestado a Xiao Yu Liang tanto como a Sehun en la actualidad.

— Y-Ya veo —balbuceó totalmente perdido.

El sonido de su móvil, hizo al mayor de los hermanos Wu detener su acoso al odioso niño Oh, pero al revisar la pantalla del mismo, su sonrisa maliciosa solo pudo ensancharse.

— Hablando del rey de Roma —soltó, apurándose a aceptar la video llamada.

— Fan g“ —saludó alegremente la voz extraña para Luhan. Sehun se tensó a su lado y su mirada cargada de hostilidad se clavó en el molesto hombre.

— ¡Ah-Liang! —saludó con excesiva alegría.

— ¿Ah-Liang? —Habló extrañado.

— Me alegra tanto verte.

 ¿De verdad?

— Es más, tengo una sorpresa para ti.

— ¿Una sorpresa? —Interrogó la voz sumamente confundida del joven.

Luhan no tuvo tiempo de reaccionar siquiera y el móvil fue empujado en su dirección. Ojos castaños chocaron con un par de impresionantes ojos negros, la atractiva cara del desconocido pasó de la sorpresa a la alegría excesiva en cuestión de segundos y Luhan todavía parecía un tonto.

 ¡Bǎobèi! —Gritó extasiado, mostrando una preciosa sonrisa de hoyuelos.

Sehun sintió su estómago hacerse un nudo, pero se mordió la lengua para no darle el placer al maldito imbécil que sonreía con gusto. Se mantuvo aparentemente impasible, como si de verdad no le interesara en lo más mínimo ver al tipo en la pantalla del móvil.

— Ho-Hola —balbuceó Luhan.

— Dios, esto es una locura —rió—. No puedo creerlo, pensé que cuando me acerque a Fan g“, él ni siquiera te pasaría mi mensaje.

Síp, eso definitivamente sonaba más como su hermano mayor.

— Pero mírate, aquí estás —soltó risueño—. No has cambiado nada, continuas siendo la cosita más linda que haya visto y…. ¡Rayos, te extrañe muchísimo!

Luhan sonrió incómodo, es decir, el tipo parecía súper feliz de verlo, y él ni siquiera sabía que técnicamente debería recordar su nombre hasta hacía dos minutos atrás.

— Esto es una completa locura. Aún no me lo creo —continuó—. Fui a buscarte tan pronto volví de Alemania, pero la abuela Wu dijo que te habías mudado a Seúl y me sentí un poco triste. Pero no me desanime porque sabía que si Fan g“ se había quedado aquí, entonces podría volver a verte.

— Y-Ya veo —murmuró.

 Tú ni siquiera me recuerdas, ¿cierto? —Interrogó sin borrar su encantadora sonrisa.

— Y-Yo… —Tartamudeó avergonzado.

— No te preocupes, Bǎobèi —soltó risueño—. Esto es muy común en ti. Cuando éramos niños, yo al principio siempre tendría que estar recordándote los nombres de nuestros amigos porque siempre los olvidarías —relató divertido.

— De todas formas, esto es algo bochornoso. Es decir, tú me recuerdas tan bien, pero yo…

 Está bien —aseguró—. Si te soy sincero, en aquel entonces cuando me fui, la causa de mi llanto ese día en el aeropuerto no fue tanto por estar separándonos, o por el divorcio de mis padres. Bueno, eso también fue triste, pero me daba más miedo que con tu pésima memoria, terminaras por olvidarme.

Luhan se sonrojó profundamente y el atractivo muchacho se echó a reír con ganas, aplaudiendo incluso. Sehun sentía la bilis subir a través de él, pero obstinadamente seguía en su papel de indiferencia, así ya hubiera clavado sus uñas en el reposabrazos más y más, con cada palabra que aquel sujeto decía.

— De verdad, lo lamento.

— No te aflijas tanto —restó importancia—. Quiero decir, si antes ya conseguí que fuéramos los mejores amigos del mundo, puedo hacerlo una vez más. Nadie te conoce mejor que este tipo, Bǎobèi —dijo, señalándose a sí mismo.

Sehun tuvo que aferrarse al casi inexistente autocontrol que tenía, para no volverse, arrancar el móvil de las manos de su novio y retar al tipo a repetir sus malditas palabras. Incluso YiFan no pareció más feliz con la declaración, pero se obligó a seguir sonriendo para no perder aquella absurda batalla.

— Además, tengo un arma secreta —alardeó, poniendo frente a la pantalla lo que parecía un llavero—. Überraschung! —Exclamó—. Tengo al pequeño 小企鵝 (Xiǎo qì'é)* conmigo —anunció risueño—. Tú prometiste nunca olvidarme siempre que él estuviera conmigo, así que cumple tu promesa Wu.

*Pequeño pingüino.

Los bonitos ojos de Luhan se ampliaron graciosamente y como si fuera un hechizo al ver ese viejo llavero, que había visto hace mucho tiempo ya sus mejores días, él recordó a dos niño correteando por todos lados, volviendo loca a su abuela y dejándose llevar por las tonterías que Zhao solía contarles.

— ¡Ah-Yu! —Exclamó casi eufórico.

— ¡Lo hiciste! Sabía que podrías —rió.

Sehun rechinó los dientes, aquel Ah-Yu lo perseguiría en sus sueños por el resto de su vida. Porque una vez Luhan lo dijo por primera vez, ya no hubo forma de que se detuviera. Su preciosa sonrisa y ese coro de ángeles que era su risa, no dejaron de salir a flote una vez sus recuerdos de infancia volvieron.

Aquella charla se extendió más y más, volviéndose en algo de más de dos horas en las que esos dos parecían absortos en sus recuerdos, olvidándose de todo lo demás. Sehun ya no podía ocultar su infelicidad al verse ignorado, e incluso YiFan había borrado su jodida sonrisa estúpida tras la primera media hora.

En el fondo, él sabía que si lo deseaba, simplemente debería volverse en dirección a Luhan y pedirle que cortara la llamada. Él lo haría, se sentiría culpable por haberlo ignorado todo ese tiempo incluso, pero las palabras de Baekhyun; sobre como él era un idiota egoísta que no dudaba en siempre mostrar que algo le disgustaba sin pensar en Luhan primero, le impedían hacer algo.

Había sido fuerte hasta ese momento, mirando en otra dirección pero cuando más escuchaba al sujeto hablar, su curiosidad ganaba más terreno y de ese modo, terminó por perder contra ella y mirar directo a la pantalla del móvil, arrepintiéndose en el mismo segundo que lo hizo.

Un atractivo rostro de facciones perfectas, complementado por unos intensos ojos negros y una sonrisa de hoyuelos espectacular, fue lo que vio. Tenía el cabello negro e incluso físicamente parecía no tener que envidiar nada de absolutamente nadie.

¡Joder!, hasta la voz y la forma que se reía era atractiva, incluso el sujeto parecía estar en el gimnasio por cómo iba vestido.

El humor de Sehun sólo pudo empeorar, pero Lu parecía realmente feliz y a él no le quedaba más que callarse. Además, el tipo tampoco estaba haciendo nada malo, salvo seguir llamando a Luhan Bǎobèi hasta volverlo loco.

No creía ser capaz de poder continuar ahí, por lo que únicamente le hizo un par de señas a Luhan para hacerle saber que estaría arriba. Él apenas pareció notarlo, más bien sumergido en algún relato de su amigo sobre su tiempo fuera.

La propia familia de Luhan se había retirado un buen tiempo atrás, dejándolos solamente a él y al imbécil que había iniciado eso en primer lugar. Sin embargo, eso era más de lo que podía manejar y por ello simplemente estaba decidiendo irse.

Encerrado en la habitación de Luhan, comenzó a darle vueltas al asunto que venía planeando desde hacía semanas. El cumpleaños del chico que estaba en la primera planta riendo con aquel maldito modelo, estaba próximo y tenía que ser perfecto.

Había planeado cada pasó a seguir meticulosamente para ese día. Tenía únicamente que conseguir un par de cosas más y afinar un par de detalles para que eso fuera perfecto. Fuera de eso, él firmemente creía que sería magnífico y que sorprendería a su novio.

La melodiosa risa de Luhan se escuchó cada vez más cerca desde el pasillo y Sehun se aguantó las ganas de decirle que ya habían pasado tres horas desde que había empezado a hablar con ese sujeto. Se calló únicamente porque él se veía feliz y nunca haría nada para evitar eso, así significara que tendría que soportar 8 horas diarias de videollamadas con ese tipo.

 Dios, la abuela Wu estaba furiosa conmigo y yo ni siquiera había hecho nada —escuchó decir al muchacho—. La idea de jugar a ser magos y hacer pócimas con sus cremas y tónicos fue completamente tuya.

Luhan se rió con ganas, acercándose a la cama en la cual Sehun había estado sentado desde que había subido.

— No es como si te hubieras defendido de todas formas, tú de buena gana tomaste la culpa —señaló divertido Luhan.

— ¿Cómo haría otra cosa? —Bufó—. Me mirabas a punto de llorar, sabías que al hacer eso yo no podría dejar que fueras reprendido. —Luhan se carcajeó y el muchacho resopló, esperando a que Luhan terminara de reír—. ¿Y bien? —Interrogó una vez la risa cesó.

— De acuerdo, de acuerdo —farfulló—. Es él.

Sehun apenas tuvo tiempo alguno de cambiar su expresión de puro fastidio cuando el móvil fue apuntado en su dirección y la atenta mirada de aquellos enigmáticos ojos negros lo escudriñaron, como si buscaran algo.

— Ah-Yu, esté es mi novio Oh Sehun —presentó Luhan—. Hun, este es mi amigo de infancia Xiao Yu Liang.

— Él es caliente. Tienes muy buen gusto.

— ¡¿Po-Por qué diablos dices eso?!

— ¿Y qué quieres que te diga? ¿Acaso no lo es? ¿Sería mejor que mienta y diga que es feo?

— Por supuesto que mi novio no es feo, pero…

 Oooh, él se está sonrojando. Eso es realmente lindo —aplaudió encantado.

— ¡Dios, cállate! Solo deja de mirarlo —gruñó y el móvil se había ido tan pronto como había aparecido frente a su cara.

— Eres muy envidioso —resopló—. Como sea, solo vuelve a ponerlo frente a la cámara, no me dejaste decir hola siquiera.

Luhan pareció dudarlo antes de finalmente colocar el móvil en un ángulo donde Yu Liang pudiera verlos a ambos y viceversa.

 Hola amigo, encantado de conocerte —saludó animado.

— Hola —respondió algo más repuesto.

— Luhan lleva como una hora hablándome de ti, por eso insistí hasta el cansancio en conocerte —rió.

— Uhm, ya veo. Él…

— Ni se te ocurra decir que él hizo lo mismo. Hace unos minutos ni sabía quién era yo —bromeó.

— Ya te pedí perdón por eso —se quejó Lu.

— Claro, claro —asintió—. Luhan también dijo que es muy probable que vengan a Beijing este verano. Si lo hacen, tienes mi palabra desde ya, que te llevaré personalmente a los mejores lugares —afirmó con arrogancia.

— ¿Estás flirteando con él en mi cara? —Espetó Luhan con ojos entrecerrados y el chico tuvo un ataque de risa.

 En absoluto. Dios, eres realmente odioso. ¿Siempre es así de celoso? —Le preguntó a Sehun.

— ¡Yo no estoy celoso!

 Y las cebras son rojas.

— Tú…

— Normalmente él nunca está celoso. Soy yo quien generalmente me pongo irritable cuando alguien mira en su dirección por más de cinco minutos —admitió, conteniendo una sonrisa brillante y recibió un beso en la mejilla.

— Oh, son muy lindos —elogió—. De hecho, son demasiado lindos, tal vez sería un excelente negocio crear un perfil bajo sus nombres y vender a precios módicos, fotografías de ustedes dos. Incluso les daré un 1% de mis ganancias que seguramente serán incalculables.

— Eres un tarado —bufó Luhan.

El chico se echó a reír hasta contagiar a Luhan. Él parecía tan feliz como cuando había visto a Luhan una vez más, Sehun estaba seguro de que no había una pizca de deshonestidad mientras ellos hablaban un poco y de algún modo, él no le desagradaba.

— De acuerdo, muchachos. Ustedes hacen una pareja adorable, yo todavía siento que se me bajó el azúcar al volver a ver a Luhan y la estamos pasando increíble, pero debo colgar o nunca dejaré este gimnasio y tengo cosas que hacer —comentó risueño.

— Oh, de acuerdo —dijo Luhan algo desanimado.

— Oh, no me mires de ese modo. Estaremos ahora en contacto, Bǎobèi. Tengo tu número y en caso de que pierdas el móvil tengo el de Hun, así que no creas que te desharás de mí esta vez. Además, por tu culpa ahora Sehun también deberá soportarme.

Luhan frunció el ceño y la sonrisa de hoyuelos se amplió, resaltando cada rasgo facial en el perfecto rostro ajeno.

— De acuerdo, fue un placer conocerte Yu Liang.

— El placer fue todo mío, Hun. Los llamaré en otro momento y así te cuento las peores historias de Luhan. Como la de esa vez en la que la tía Wu, tuvo que ir a buscarlo a la guardería porque su postre le explotó en el rostro —prometió divertido.

— ¡Ah-Yu!

— Sí, sí. Soy de lo peor, pero no los interrumpo más. Hasta luego chicos, hagan como dice aquella frase; “pórtense mal y cuídense bien” —dijo entre risas.

— Eres un pésimo consejero.

 Lo sé, pero todavía soy tu mejor amigo —afirmó con orgullo.

— Claro, trata de decir eso frente a Baek —desafió.

— Será en otro momento, debo irme ya. Adiós chicos.

— Adiós —dijeron ambos al unísono y con una última sonrisa, la imagen del chico se había ido.

Luhan suspiró felizmente, mirando de reojo a su novio que le regaló al instante una sonrisa cariñosa. Emitió una suave risilla, inclinándose sobre el cuerpo del más alto que no dudó en pasar un brazo por sobre sus hombros.

— Le contaste sobre nosotros —murmuró quedamente el más alto.

— Por supuesto que lo hice —respondió—. Si él iba a volver a ser parte de mi vida, tenía que aceptarme tal como soy, por lo que si yo le contaba sobre la persona que amo y él no lo aceptaba, lo mejor era romper todo lazo antes de que fuera más doloroso.

Sehun asintió, besando suavemente su mejilla, completamente convencido de que Luhan había dado ese gran salto de fe, con su corazón aferrándose a la que él creía era una casi nula posibilidad de que podría ser aceptado por su viejo amigo.

— Es un agradable sujeto —dijo sinceramente.

— Lo sé, realmente soy un tonto por olvidarme de él.

— No fue culpa tuya, cariño. Fueron demasiados cambios bruscos y eras muy pequeño. Usualmente casi todos tienden a olvidarse de su niñez —consoló.

Se encogió de hombros, al mismo tiempo que alcanzaba la mano contraria y entrelazaba sus dedos, admirando la delicada pieza de joyería que adornaba ambas manos.

— ¿En qué piensas? —Preguntó al verlo sonreír de esa forma tan brillante.

— En que, en aquel verano, la única razón por la que salía a jugar fuera fue porque vi desde la ventana a un niño recostado en la acera. Parecía dormir, pero al mismo tiempo fruncía el ceño y parecía hablar solo. Era raro y parecía enojado, pero todavía algo me arrastró fuera para acercarme.

Sehun lo observó boquiabierto, posteriormente una sonrisa estiró sus labios antes de inclinarse para unirlos con los labios de su dulce tesoro, haciéndolos reír a ambos.

Tal vez Sehun tenía razón, tal vez la mayoría de las personas no podrían recordar muchas cosas de cuando eran niños. Siendo sincero consigo mismo, si alguien le preguntaba a él sobre su infancia, lo único que tendría que decir, era que aquel verano en que llegó a Corea del Sur, había conocido a la persona que se había adueñado de su corazón y que actualmente, lo único que podía recordar de esa tierna época eran únicamente los recuerdos que había hecho a su lado.

 

Notas finales:

En fin, como siempre les pido una disculpa por la enorme espera, tengan paciencia conmigo que hago lo que puedo, se los juro.


Espero que el capítulo les gustara y espero no tardar una vida en actualizar de nuevo.


Les recuerdo que tienen todo mi amor por seguir aquí soportándome, les mando un abrazo gigante y espero volver pronto.


I love you, everyone!!!


 


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