Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Only reason. por DNA

[Reviews - 71]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hello my friends~

Como es mi no tan bonita costumbre, esta personita viene súper tarde con su actualización, pero recalquemos que lo hago jajajaja.

Este inicio de año para mí ha sido complicado, pero de todo corazón espero que ustedes estén bien. Recuerden que, aunque tarde mil años, no abandonaré esto hasta que finalice.

 

 

— ¿Está aquí? —Interrogó seriamente Sehun, su vista clavada en el deteriorado bloque de apartamentos.

— Según mis fuentes, deberíamos poder encontrarlo aquí —aseguró Red.

— Echemos un vistazo entonces.

Red asintió, haciendo un ademán a los dos hombres que los acompañaban en caso de ser necesarios, y siguió muy de cerca al chico mientras se abrían pasó en el lamentable edificio.

El apartamento que tenían como destino no era mejor que el resto del lugar. Sin embargo, a excepción de un enorme desorden y tras buscar en cada habitación, el lugar estaba vacío y eso tuvo una expresión de enojo formándose en el rostro del más joven.

— El puto lugar está vacío —masculló entre dientes.

— A mi punto de vista y por como se ve todo aquí, parece haberse ido con prisa —comentó uno de los compañeros de Red.

— Alguien soltó la lengua y le avisó que lo buscamos —escupió Red tan enojado como Sehun.

— ¿Qué hacemos entonces? —Interrogó la misma persona de antes.

— Vayan y revisen cada centímetro del lugar hasta hallar algo que nos llevé a su paradero.

Ambos hombres asintieron a la orden dada por Sehun, desapareciendo en alguna habitación. Sus ojos se clavaron en Red una vez los otros dos hombres desaparecieron.

— Dijiste que nadie abriría la boca —señaló.

— Lo sé —asintió—. Lamento eso, pero es benéfico para nosotros. Ahora sabemos que tenemos en la mira a alguien que puede ponerse en contacto con él y yo tengo formas de obtener esa información —sonrió.

Sehun frunció el ceño no muy conforme e ignoró al hombre, recorriendo el lugar con la mirada, como si eso fuera a darle el paradero de la persona que buscaba.

Su móvil fue tan estridente como un grito en medio de tanto silencio, la melodía familiar y un poco pegajosa era imposible de no reconocer y lo tuvo apurándose a responder.

— Hey, cielo —saludó con dulzura, recibiendo una mirada extrañada de Red.

Umm… hola —saludó vacilante la voz al otro lado y solo así, Sehun supo que algo iba mal—. ¿Cómo estás?

— Bien, un poco ocupado ahora —respondió seriamente—. ¿Cómo estás tú? ¿Todo bien? —Interrogó.

Sí, sí. Todo está bien —dijo apresurado—. Es solo…

— ¿Cariño?

Estamos listos para confrontar a esos dos hombres y… —Una risa temblorosa vino del otro lado y Sehun juraba que su corazón dolía como nunca antes—. Creo que estoy siendo un poquito cobarde, que tonto —rio una vez más.

Niño, no tenemos todo el día, cuelga y entremos de una maldita vez —escuchó la voz de ese detestable hombre y si Luhan hubiera tenido el altavoz lo hubiera mandado a callar.

— ¿Era hoy? ¿Por qué no me dijiste antes? —Preguntó, corriendo a la puerta. Red siguiéndole el paso.

No lo sabía —admitió—. Luego de que el detective Zhang dijera que se había cancelado el lunes, pensé que no tendríamos una fecha próxima, pero JongDae hyung llamó hoy para decirme que era el momento —explicó.

— Espera, espera —pidió ansioso—. No vayas a moverte de donde estás, iré para allá.

No, no es necesario. Yo solo… solo quería escuchar tu voz antes de hacer esto, es todo —murmuró.

— Dije que no te muevas, espera ahí —sentenció, cortando la llamada para no darle oportunidad de negarse otra vez.

Red lo miró en completa confusión mientras subía a la impresionante motocicleta en la que lo había visto aparecer ese día.

— ¿Qué mierda haces ahí parado como imbécil? Súbete de una puta vez —ordenó irritado.

— Pero...

— Envíales un jodido mensaje a esos dos y haz que se hagan cargo aquí —ordenó.

El hombre asintió algo torpemente y obedeció. Sehun no estaba muy entusiasmado de llevarlo y ponerlo frente a Luhan, pero era mayor su desconfianza hacia JongDae. Necesitaba una vía de escape si es que había un enfrentamiento, porque definitivamente no sería capaz de ganarle y Red sería esa oportunidad en caso de necesitarla.

— Todo listo.

El menor asintió, arrancando a toda velocidad una vez el otro montó el vehículo. Lo escuchó maldecir por arrancar de ese modo, pero no podía importarle menos. Necesitaba llegar a Luhan lo antes posible.

 

 

***

 

 

— ¿Cuánto más tenemos que esperar? —Espetó el irritado hombre.

— Y-Yo… L-Lo lamento, será solo un momento —aseguró apenado.

JongDae bufó, cediendo ante el chiquillo de todas formas. En cualquier otro momento, tal vez lo hubiera mandado al demonio y tomado al molesto mocoso, arrastrándolo dentro del lugar de una maldita vez.

Sin embargo, ahí estaba él, dejando que hiciera lo que quisiera. Muchos de sus enemigos y aliados podrían pensar que el niño lo había emblandecido, pero había que tener toda la información para saber la razón de su actuar.

Entonces, uno sabría que la única razón de que él no hubiera perdido la paciencia con el niño, era porque Kim JongIn estaba ahí, vigilándolo para evitar eso mismo.

— De acuerdo entonces, sólo recuerda que una vez dentro, no debes ponerte nervioso o negarte cuando los oficiales te pidan que te desvistas —señaló seriamente.

— ¿Des-Desvestirme? —Tartamudeó angustiado.

— Oh sí —sonrió malicioso e ignoró la mirada de advertencia de su primo, quien hablaba por teléfono y solo por ello no había intervenido aun—. ¿Acaso no sabías? Antes de permitirte el acceso, la policía debe hacer un registro para asegurarse de que no llevas contigo algo que los reos puedan usar como arma o medio de escape. Eso incluye revisar cada centímetro de tu cuerpo, de adentro hacia afuera —explicó con falsa amabilidad y paciencia.

El color abandonó el rostro del niño y únicamente eso hizo que valiera la pena toda la estúpida espera.

— ¡JongDae! —Ladró JongIn, borrando su sonrisa—. ¿Qué mierda estás diciéndole?

— La verdad —dijo con fastidio—. ¿Acaso no es ese el procedimiento de rutina antes de permitir el acceso a los visitantes?

— Te recuerdo que él viene con nosotros, y solo por eso no tendrá que soportar nada de eso —sentenció.

El niño pareció volver a respirar con normalidad entre tanto JongDae chasqueaba la lengua con fastidio, mirando con desagrado a su molesto primo, que ya tenía un brazo alrededor de los hombros del niño para reconfortarlo.

— Mi error, ese pequeño detalle se me había olvidado —mintió cínicamente.

Kai le envió una fea mirada mientras que al mismo tiempo continuaba tratando de calmar al nervioso muchacho.

— No le hagas caso, cariño. Nadie en ese lugar va a ponerte una mano encima sin que antes tenga que pasar sobre mí —aseguró con voz suave.

— D-De acuerdo, gracias —musitó.

— Sí, como sea —resopló—. No podemos seguir esperando por más tiempo, entremos de una maldita vez —ordenó.

A ese punto, Luhan sabía que el mayor estaba a punto de perder los estribos y que negarse solamente traería problemas. Sus ojos volvieron a recorrer la casi desierta calle y al no ver llegar a la persona que deseaba estuviera ahí, asintió vacilante las exigencias contrarias.

— Bien, vamos entonces —indicó.

— S-Sí.

Luhan vaciló en el primer paso, JongDae también había perdido ya la paciencia y simplemente tiró del brazo del menor sin cuidado.

— JongDae —advirtió JongIn.

Él negó con la cabeza, completamente fastidiado, y Luhan le dio a su protector una mirada con un mudo pedido de no seguir provocándolo. En cualquier caso, ellos ya estaban dentro, siendo guiados por un oficial que únicamente había hecho un ademán para que lo siguieran una vez aparecieron.

— Están ahí —dijo secamente el hombre, al tiempo que señalaba la puerta cerrada de una tétrica habitación.

Luhan asintió algo torpe, todavía sintiendo todo demasiado irreal. Lamentablemente, no tenía tiempo para prepararse mentalmente o algo por el estilo, la puerta simplemente fue abierta y los dos hombres que lo habían llevado ahí entraron.

Sus ojos buscaron un algo en el pasillo, sin atreverse a entrar. A su mente vino la imagen de su confiado novio, y únicamente con esa simple imagen, sabía que no sería obligado de ninguna forma a entrar. Que podía irse de ahí si así lo deseaba y solo por ello, su valor se renovó.

Al mirar al frente, dos figuras le devolvían la mirada. Uno de ellos; temeroso, observándolo como si estuviesen viendo una abominación. El otro por otra parte; dibujó una sonrisa torcida en sus labios al verlo.

Inconscientemente retrocedió, hasta chocar con JongIn, quien le sonrió alentadoramente a la vez que palmeaba su hombro, recordándole que en esa ocasión no estaba solo.

— ¡Qué bien se ven, muchachos! —Exclamó divertido JongDae—. Ha pasado un tiempo desde la última vez que nos vimos.

Bullet se encogió temeroso, pero no así Jack, su vista seguía fija en aquel pequeño niño que aún era incapaz de mirarlo a la cara y mantenía sus ojos clavados en el suelo.

— ¿Q-Qué hacen aquí? —Interrogó vacilante—. Minho está muerto, ya no tienen nada que ver con nosotros.

— ¿Eh? ¿De qué hablas, Bullet? —Interrogó con una falsa sonrisa amable en los labios—. Solo vinimos a verlos sin segundas intenciones. Nosotros éramos como buenos amigos antes, me ofende que creas que venimos solo por algo.

El nombrado se tensó, no atreviéndose a decir ni una sola cosa más por temor a desatar la ira de ese inestable hombre. Kai suspiró pesadamente, decidido a terminar con las tonterías de su primo y obtener para Luhan lo que quería, para así sacarlo de ahí.

— ¿Qué pasó aquel día en que Minho tuvo la suicida idea de atacar a Luhan? —Espetó sin rodeos y JongDae puso mala cara.

— Us-Ustede saben que pasó —murmuró Bullet.

— Esa no es una jodida respuesta —gruñó.

— ¿Para qué quieren que nosotros lo repitamos? —Habló Jack por primera vez—. ¿Qué acaso no lo tienen a él para que les cuente cómo sufrió en nuestras manos? —Soltó con burla.

— Tú… —masculló, listo para hacerlo pedazos hasta que Luhan intervino para detener su avance.

— No, hyung. Está bien, solamente ignóralo —pidió.

— Según recuerdo, tienes incluso su marca en ti —señaló alegremente y él se congeló—. Actuó tan valiente y todo arrogante...Debieron verlo gritar cuando Minho lo hizo, lloró como una perra, gritando el nombre de su idiota amante patéticamente —relató entre risas.

Había una sensación desagradable, casi dolorosa, arrastrándose por todo él mientras su vista pasaba más y más tiempo fija en aquel hombre. La sonrisa cruel se ensanchaba más y más con cada segundo, divirtiéndose con él.

— Todo terminó y además salió a tu favor, sin embargo, continuas aquí buscando en recuerdos que dices son dolorosos para ti —bufó—. ¿Por qué no admites que te gusta sufrir ocomo tú lo llames?

Luhan negó torpemente, ligeros temblores apoderándose de su cuerpo, incapaz de apartar la vista de aquel demonio.

— ¡Cierra la boca!

— Luhan, está provocándote. No caigas en sus jodidos juegos —ordenó JongDae.

— Ya admite que la única razón por la que estás aquí es para verme y recordarte a ti mismo lo de esa noche —soltó risueño.

— ¡Eso no es verdad!

— Peleaste tanto, pero en realidad querías que eso pasara, ¿no es así?

— ¡N-No, yo no…!

— Lucias tan lindo en ese momento, tan aterrorizado, pero esperando por mí —rio.

— ¡Basta! ¡Sólo cállate! —Exigió.

— Él luce precioso sin ropa, deberían ver lo ansioso que estaba porque lo follara —aseguró entre risas.

Luhan se volvió, embargado por la desesperación e impotencia al no poder tener algo para defenderse de las palabras contrarias. A la vez, un grito tan horrible que calaba hasta el alma, se dejó escuchar a sus espaldas.

Intentó volver su atención a ese lugar, siendo impedido por manos toscas que lo obligaban a no volverse, entre tanto desgarradores sollozos venían de aquel lugar.

— Carajo —masculló JongDae que no dejaba que mirara atrás.

— Luhan —llamó la tranquila voz de JongIn—, ¿por qué no sales un momento mientras tratamos de persuadir un poco a estos dos?

Su pregunta no recibió una respuesta o discusión alguna, JongDae simplemente lo empujó fuera de la habitación con rapidez.

— ¿Qué…?

— No preguntes, niño —indicó seriamente—. No necesitas saberlo.

Luhan sintió el nudo en su estómago apretarse y de igual forma asintió obediente. Nadie dijo nada por mucho tiempo. De alguna forma, él no era diferente a un niño pequeño, algo perdido e incapaz de comprender qué era lo que los adultos hablaban.

JongDae se había ido un tiempo atrás, dejándolo sumergido en sus propios pensamientos, molesto consigo mismo por dejar que esa persona se metiera en sus pensamientos y lo hiciera titubear.

«No eres el culpable de nada, Luhan. Tú no pediste ni provocaste nada, comprende eso. Tú fuiste una víctima de esas crueles personas».

— No fue mi culpa —musitó—. Yo no busco sufrir, yo busco liberarme de todo eso.

Convencido de ello, de que era más valiente de lo que creía ser, simplemente avanzó silenciosamente por el pasillo hasta la misma puerta que había dejado atrás y como si supieran que él estaba ahí, esta se abrió revelando a JongDae tras ella.

— Todo tuyo —dijo tranquilamente, palmeando su hombro.

Dudó un momento, viendo al hombre frente a él arqueando una ceja, retándolo. No retrocedió, cruzando el umbral y tras él, la puerta se cerró igual que antes. Su mirada se fijó en Bullet, el hombre temblaba sin control y además de él, Jack no estaba por ningún lugar.

— ¿Dónde está Jack?

— Tiene una charla con Kai en otra sala, no te preocupes por ellos —respondió con calma su escolta.

El hombre estaba más allá de asustado, mirando con terror e impotencia a las dos figuras cerca de la puerta. Luhan suspiró pesadamente, incómodo con la situación, porque definitivamente hubiera querido evitar la situación con Jack.

— ¿Q-Qué demonios quieres de nosotros? Ya conseguiste enviarnos a este infierno, ¿qué más buscas? —Interrogó al borde del llanto al no ver o escuchar nada de la parte contraria.

— Quiero toda la verdad sobre ese día —sentenció.

— Ya la sabes, fuiste el actor principal de todo ese día. ¿Buscas acaso que te lo relate desde mi punto de vista?

— Eso no es todo y lo sabes —aseguró.

El hombre abrió y cerró la boca repetidas veces, su rostro ya pálido perdiendo aún más el color. Como si supiera que él sabía algo que no debería saber.

— ¡Él no tiene nada que ver!

— Que curioso, yo no he mencionado que exista alguien que tenga que ver en esto —señaló con calma.

La expresión facial del hombre se torció, siendo algo un poco difícil de ver. Siguiendo en todo momento la pequeña figura ajena por la habitación.

— Ya que lo has mencionado… —murmuró—. ¿Qué tiene que ver el segundo al mando de Minho entonces?

— Yoon está muerto —respondió apresurado.

— Nadie está hablando de Yoon —sentenció—. Ese pobre infeliz ya está muerto y ustedes continúan señalándolo como el principal culpable luego de Minho.

— E-Era el segundo al mando de hyung, además de él…

— ¿Qué hay de Kyungsoo? —Interrogó sin rodeos.

El hombre balbuceó bajo la expresión gélida que le daba. Era como si probara entre varios argumentos , alguno que fuera lo suficientemente bueno, pero ninguno lograra convencerlo.

— Él es un buen niño —musitó apenas—. Siempre nos ayudó cuando Minho estaba enojado, lidiando él solo con su mal temperamento para que no fuera tras nosotros y aún ahora, él nos visita para saber cómo estamos.

Esa respuesta lo hizo enojar, al punto que tuvo que apretar los dientes para no soltar una tontería. Dejando al hombre continuar con su ridícula historia.

— Su único error ha sido fijarse en alguien que no lo merece —masculló—. No tiene nada que ver con lo que pasó ese día. Actuamos por cuenta propia, él incluso llegó en el último minuto para salvarte.

— ¿Salvarme, dices? —Soltó con ironía—. ¿Cómo iba a salvarme el hecho de pedirle huir al psicópata que me atacó? —Espetó.

El hombre comenzó a temblar, el pánico en sus ojos era algo fácil de ver mientras torcía los labios angustiado.

— ¡Minho era su mejor amigo! ¡Él solo quería ayudarlo por eso!

— Pensé que habías dicho que a quien iba salvar ese día era a mí —bufó.

— E-Eso…

— No importa realmente, solamente debía confirmar algo y gracias a ti lo hice. Gracias por tu tiempo y cooperación —dijo seriamente.

— ¡No, espera! —Gritó al mismo tiempo que se ponía de pie.

No se movió de su lugar aun así, el arma que JongDae apuntó en su dirección lo inmovilizó tanto como lo hizo dudar de cualquier otra palabra que fuera a decir.

— Acércate un puto centímetro más a él y no saldrás de aquí con vida —advirtió.

— ¡T-Te digo que él es inocente! ¡Es un buen niño!

JongDae se echó a reír ante su desesperado aspecto y Luhan se giró a medias para poder ver su suplicante rostro. El mismo que se había reído a carcajadas aquel día mientras él luchaba por no derramar ninguna lágrima, completamente motivado por terquedad mientras Minho lo torturaba.

— ¡S-Si le haces daño, no serás diferente que Minho! ¡Sehun tampoco va a perdonarte por lastimar a su amigo! —Soltó desesperado.

— Yo también era inocente —murmuró—. Sin embargo, a ustedes no les importo eso y me hicieron daño en su nombre.

— ¡Él no nos pidió que lo hiciéramos! ¡No sabía nada! ¡Fuimos nosotros, sus manos están limpias!

— Las mías también lo estarán —afirmó con seriedad—. ¿Acaso no puedes ver a los dos hombres que están dispuestos a hacer el trabajo sucio por mí, al igual que Minho lo hizo por él?

JongDae sonrió perversamente satisfecho con las palabras y actitud del niño al que había decidido concederle un poco de su ayuda. Bullet parecía a punto de desmayarse o morir de desesperación, cualquier cosa iba a hacerle gracia al hombre de todas formas.

— ¡Luhan, no digas eso! ¡No eres así de cruel! ¡El general lo dijo, dijo que tú…!

— ¿Ahora me conoces bien? —Interrogó fríamente—. ¿Intentas ahora apelar a mi gran corazón cuando fuiste uno de los que más parecía disfrutar de torturarme aquel día?

— ¡Lo sé! ¡Estoy pagando por ello, lo juro! —Exclamó desesperado—. ¡No puedes hacerlo pagar por mis errores!

— ¿Quién diablos eres tú para decirme que puedo o no puedo hacer? —Espetó.

— Luhan, por favor —suplicó.

Luhan bufó, saliendo de la habitación con la atormentada voz del hombre llamándolo con ansiedad a sus espaldas. JongDae lo seguía de cerca tarareando alguna canción que no pudo distinguir, pero que definitivamente estaba empeorando su jaqueca.

— Eso fue genial —comentó vagamente—. Tal vez sería aún más genial si realmente hicieras eso que insinuaste a Bullet, pero ambos sabemos que no puedes.

— Sí, bueno… Creo recordar que no pedí tu opinión —masculló irritado.

— Solo decía —se encogió de hombros—. Como sea, no te preocupes por el sujeto tampoco, no le dirá nada a nuestro objetivo para advertirle que estás averiguando sobre él.

Luhan, que había estado caminando con prisa para salir de ese horrible lugar cuanto antes, se detuvo en seco para volverse en dirección al hombre que lo seguía.

— ¿Cómo lo sabes?

— Porque el detective Zhang los podrá a Jack y a él en la celda de castigos por tiempo indefinido —respondió sereno.

— ¿Por qué haría eso?

— Quien sabe, son criminales después de todo. Sabrá dios que habrán hecho para ganarse ese castigo —rio por lo bajo.

— Solo no hagas nada innecesario —pidió resignado.

— Todo lo que yo hago es necesario —sentenció con arrogancia.

Luhan suspiró pesadamente, resuelto a simplemente ignorarlo e irse de ahí, pero en su lugar se quedó ahí de pie al ver a Kai aparecer al final de pasillo, viéndose un poco desaliñado y molesto mientras caminaba en su dirección.

— ¿Qué te dijo? —Preguntó JongDae una vez estuvo lo suficientemente cerca.

— Mencionó a un tipo llamado Joon, me juró que si queríamos toda la verdad, debíamos dar con él primero.

— Entendido.

Con esa sola palabra JongDae salió rápidamente con el móvil en mano y un semblante aterrador. Luhan se quedó ahí, de frente al hombre que parecía haberlo salvado una vez más de Jack, ambos hundidos en un silencio sepulcral e inquietante.

— Lo siento —susurró el mayor—. Te hice presenciar algo desagradable, ¿cierto? —Sonrió a medias.

— No, JongIn hyung trataba de ayudarme —musitó—. No me agrada el método, pero a su modo JongIn hyung lo intentó.

Su sonrisa todavía cansada se ensanchó un poco más, haciendo un ademán al muchacho para salir de ahí de una vez por todas. Luhan aceptó sin réplica, o intención alguna de preguntarle al hombre porque estaba ahí y si acaso sabía a quién era su objetivo.

Afuera, el escuchar la voz de Sehun tuvo un efecto inmediato en él, fue simplemente automático y su vista se lanzó en esa dirección, encontrando a su alterado novio en una acalorada discusión con alguien a quien no reconocía.

No pensó más, solamente corrió hacia ese lugar. Sintiéndose tan aliviado que podría echarse a llorar cuando finalmente pudo aferrarse a él, rodearse de su calor y sentir su protector abrazo envolverlo con la misma necesidad que él expresaba.

— Luhan, demonios, vas a volverme loco —dijo en un intento de reprimenda fallida—. ¿En qué demonios pensabas? Dije que esperaras hasta que viniera. ¿Por qué demonios tú no lo hiciste? —soltó molesto y preocupado en la misma medida, sosteniendo su rostro con cuidado.

— Lo sé, lo sé. Lo lamento, lo lamento.

Lo repitió un par de veces más, aferrándose a los brazos contrarios, completamente absorto de nada que no fuera su calor, su aroma y el magnífico sentimiento de paz que él le provocaba solo al estar ahí.

— Lo lamento, Luhan quería esperarte, pero mi primo no es un hombre paciente —intervino tranquilamente Kai.

— Tú...

Sehun no parecía nada feliz, pero igual desistió de lo que fuera decirle al otro, persuadido por Luhan, quien tomó su mano y negó levemente. Él hombre que había estado hablando antes con Sehun, simplemente siguió en completo silencio, mirando fijamente a Kai.

— ¿Entonces fue por ti que tuve que arrastrar al niño dentro? —Resopló JongDae.

— Voy a matarte —amenazó Sehun y Red apenas pudo sujetarlo para frenar su avance.

— JongDae —reprendió JongIn—. ¿Qué no se suponía que estabas en una llamada?

— Terminé —sonrió odiosamente—. En todo caso... ¿Quién mierda es este? —Espetó finalmente JongDae, mirando con desagrado a Red.

— ¿Qué putas te importa? —Masculló osadamente Sehun.

La expresión del mayor se hizo realmente fea, aun así, no volvió a decir nada gracias a que JongIn parecía más que listo para intervenir y definitivamente no a su favor.

— Hun, dejemos ya de discutir. Mejor volvamos a casa, no quiero seguir aquí —habló Luhan.

— ¿Ellos te hicieron algo? —Preguntó directamente.

— Oh, por el amor de…

— JongDae.

— Vete a la mierda —ladró—. Por si no te has hecho una maldita idea, imbécil, tendrías que volver a nacer para detenerme si es que acaso quisiera hacerle algo a tu jodido novio. Yo soy Kim…

Completamente harto y sin una pizca de miedo, Kai simplemente avanzó y sujetó a su primo, sellando su odiosa boca de una vez por todas. Sonriendo a ambos menores que observaban con extrañeza a JongDae pelear contra el mayor.

— ¿Por qué no van a casa, niños? JongDae te llamará más tarde—afirmó.

Luhan asintió, arrastrando lejos a su novio antes de que ese impredecible y volátil hombre se liberará de JongIn y tratará de tomar represalias. Sehun todavía no parecía contento, cuando soltó su mano y sonrió a modo de disculpa.

— ¿Q-Quién es tu amigo? —Preguntó para tratar de desviar su atención.

— Oh, qué mala educación —rio nerviosamente el hombre—. Mucho gusto, puedes decirme Red. Sehun me ha hablado mucho de ti.

— El gusto es mío —sonrió incómodo.

— ¿Cómo fue? —Interrumpió Sehun sus nada sinceras palabras.

Miró al rostro serió del más alto y su sonrisa de falsa educación tembló a la vez que emitía una risilla floja, su vista se clavó en el suelo y jugueteó torpemente con el dobladillo de su camiseta.

— Horrible —admitió.

La mano contraria buscó la suya, sosteniéndola suavemente en señal de apoyo y solamente con ese gesto, el mal rato no pesaba tanto en su corazón.

— Ver a esas personas una vez más fue más difícil y atemorizante de lo que había imaginado, pero lo logré —dijo un poco orgulloso de sí mismo—. Los enfrenté y estoy bien ahora.

— Eres muy valiente, cariño —murmuró dulcemente, besando su frente.

Una risita escapó de sus labios, sin embargo y aún con lo mucho que deseaba olvidarse del resto de la humanidad en los brazos de Sehun. Red todavía estaba ahí, mirando en otra dirección como si eso lo hiciera invisible.

— Jack dijo algo sobre Joon —comentó ganándose un par de expresiones sombrías—. ¿Sabes de casualidad su paradero?

— Nosotros también estamos buscándolo —respondió seriamente Red—. Sin embargo, siempre que encontramos una pista sobre su paradero, él simplemente desaparece.

— Aparentemente alguien está muy interesado en que no lo encontremos —habló malhumorado Sehun.

— Ya veo —murmuró—. Me preguntó...

— ¿Luhan?

— ¿Cuánto tiempo creen que se pueda esconder de Kim JongDae?

Un silenció pesado descendió sobre las tres personas que ahí charlaban. Red no pudo sentir nada más que lástima por aquel pobre infeliz, que ahora estaba bajo la mira del mismísimo demonio, por lo que más le valía a Joon que Sehun fuera quien lo encontrara primero.

— Como sea, nosotros nos vamos primero —informó Sehun—. Regresa con los demás y encárgate de todo, avísame si encuentran algo.

— Entendido.

Luhan miró en silenció el intercambio de los otros dos, sonriendo amablemente a Red cuando el hombre posó su vista en él.

— Fue un gusto conocerte, Luhan —dijo sinceramente.

— Lo mismo digo. Gracias por cuidar de Sehun.

La sonrisa del hombre se volvió algo tímida, mientras negaba con la cabeza y repetía algo torpe que no había nada que agradecer. Sehun bufó, poniendo la motocicleta en marcha y sacándolos de ahí, tras darle un leve asentimiento a su compañero.

De vuelta en casa, Luhan sabía que Sehun iba a tener muchas preguntas por hacerle, también estaba listo para responder todas ellas y aun así…

Sus movimientos simplemente fueron diferentes a la larga charla que sabía les esperaba, sin previo aviso y con una brusquedad que no parecía propia de él, empujó al más alto contra la pared y lo besó algo torpe y ansioso.

Sehun parecía realmente atónito en un inició, apenas logrando reaccionar, pero una vez lo consiguió, devolvió el beso con la misma fiereza y ansiedad con la que le era dado.

— Wow.

El sonido de esa voz, seguida de ese molesto sonido que hacen las pajitas cuando se sigue sorbiendo con ellas cuando ya no hay nada en el interior del recipiente de la bebida, fue lo que los hizo detenerse y volverse un poco espantados en dirección al muy oportuno Jung Sun.

— Eso fue salvaje. Hijo, ¿quieres que llame a la policía luego de este brutal ataque que acabas de recibir?

— Vete al demonio y lárgate —masculló Sehun.

— Y yo le tenía miedo a la tenacidad de Jessica, pero tú lo tienes peor —se burló y el color ya rojo en el rostro de Luhan, subió un peldaño más en la escala de intensidad—. Qué bueno que te dimos esa clase de sexualidad o sabrá dios que habría sido de ti.

— ¡Cierra la boca y piérdete ahora! —Exclamó igual abochornado.

Jung Sun corrió lejos, riendo como un niño pequeño y dejando atrás a los dos jóvenes avergonzados, quienes no tuvieron cara para mirarse a los ojos tras aquel horrible recuerdo.

— Hun, cielo, hoy llegó una invitación para el festival que se realizará en honor al aniversario de la fundación de tu escuela —habló Jessica desde la cocina.

Luhan le dio una mirada curiosa, preguntándole silenciosamente si era que acaso él no les había comentado nada sobre el tema antes y Sehun hizo una mueca.

— En la invitación decía que ustedes venían preparando esto hace un tiempo y tú no me dijiste nada hasta que esto llegó —dijo con falsa severidad Jung Sun.

— Sí, bueno… normalmente yo no tengo a nadie para invitar, así que pensando en que solamente contaría con la familia de Luhan ese día, olvidé por completo mencionarlo.

La respuesta lo tomó con la guardia baja, recordándole que algo tan simple como eso, como el hecho de invitar a su familia a un evento escolar, Sehun no había podido hacerlo al estar solo.

— Bueno, no es gran cosa, solo dame un breve resumen para que esté listo para mañana —sonrió, revolviendo el cabello del menor cariñosamente.

Sehun asintió y Luhan observó a los otros dos comenzar a hablar sobre el evento que tendría lugar al día siguiente en su escuela. Su charla se vio obligada a ser pospuesta y Sehun solamente lo notó, cuando Zhao apareció en su puerta para recoger a su pequeño hermano y llevarlo a casa.

No estaba muy feliz con ello, pero nada podía hacer cuando Luhan lo besaba de ese modo antes de despedirse. Además, en realidad él ya sabía que el fastidioso de YiFan había planeado algo con sus hermanos para ese día de antemano.

Por lo que solo podía resignarse y verlo marcharse, para no verlo hasta el día siguiente.

Muy temprano a la mañana siguiente, cuatro personas salían de la residencia Oh, abordando el auto de Jung Sun.

Las ruidosas risas de Baekhyun y Jessica se escuchaban por todo el lugar. Jung Sun solamente sonreía al verlos y Sehun, bueno, él no despegaba sus ojos de su móvil desde que había despertado.

— ¿Todo bien, Hun? —Preguntó el mayor, mirándolo a través del espejo retrovisor.

— Sí, es sólo que Luhan no ha respondido a mis mensajes desde ayer en la noche —explicó algo malhumorado.

— Tal vez no los ha visto. ¿No dijiste que iban a tener una tarde entre hermanos o algo así? —Ofreció Jessica.

— Sí, pero estuvo respondiendo a mis mensajes incluso mientras estaba con ellos.

— Tal vez está molesto contigo —comentó Baekhyun con malicia.

— ¿Y por qué diablos lo estaría? No hemos peleado.

— También puede que su molesto hermano mayor escondiera su móvil para que no siguiera hablando contigo mientras estaba con él —comentó su tío.

Y la verdad sea dicha, esa posibilidad sonaba realmente factible. Sin embargo, no lo hacía nada feliz en absoluto.

— Tranquilo, cielo. De todas formas, ya casi llegamos a la escuela y podrás verlo —señaló Jessica.

Él asintió con calma, echándole un último vistazo a su móvil en caso de que hubiera al fin una respuesta. No la había, por lo que tendría que esperar a verlo y preguntarle directamente.

Ese era el plan, aun así, tan pronto como apareció, su maestro y asesor del club de física, lo arrastró directamente a su pequeña sala de reuniones. El hombre estaba tan nervioso que era algo gracioso de ver.

— ¿Qué fue eso? —Interrogó desconcertado Jung Sun.

— Nuestro guapo, joven e histérico profesor de física —respondió Baekhyun divertido.

— Ya veo.

— ¡Baekkie! —Exclamó esa ruidosa voz que realmente Jung Sun comenzaba a odiar—. Buenos días, tío Jung Sun, Jessica noona —saludó.

— Es señor Oh para ti, mocoso —masculló malhumorado.

Chanyeol miró al hombre completamente desconcertado, para posteriormente lanzar una mirada interrogante a su novio y a Jessica. Ambos únicamente se rieron de la situación, sin molestarse en aclarar las dudas de Chanyeol.

— ¿Has visto a Lu? —Interrogó Baekhyun en su lugar.

— No sé dónde está, pero hace un momento él y su familia llegaron —comentó divertido.

— ¿Y por qué no está contigo y los demás?

— Ya sabes —se encogió de hombros tratando de no reírse—, fue porque ellos llegaron en aquel fabuloso auto último modelo conducido por YiFan hyung, con este último, la cuñada de Lu y sus padres luciendo como súper estrellas.

Baekhyun no supo qué expresión poner y finalmente Chanyeol estalló en risas, recordando la reciente escena que aquel excéntrico tipo se había montado y la cara de vergüenza del pobre Luhan.

— Debiste verlo —dijo entre risas—. Los únicos que parecían no encajar en esa escena digna de película, eran los tres hermanos menores de YiFan hyung. A su lado, parecían pordioseros.

Tenía sentido, Luhan difícilmente seguiría las tonterías de su hermano mayor. Zhao era del tipo despreocupado, por lo tanto, aunque quisiera hacerlo, no tendría la ropa adecuada para ello. Por otro lado, YanYan simplemente haría todo lo contrario a lo que YiFan dijera únicamente por que sí.

— Luhan no pudo correr lo suficientemente rápido cuando el capitán del equipo de soccer apareció para decirle que necesitaba que fuera con él —continuó relatando risueño.

— Pobre Luhan —murmuró con algo de lástima Baekhyun.

— ¿De qué hablas? Fue genial —aseguró el otro.

— Como digas —bufó—. Mejor vámonos, que se supone que nosotros deberíamos haber llegado hace treinta minutos para ayudar al presidente del comité estudiantil.

Chanyeol hizo una graciosa expresión, como si acabara de ser iluminado y Baekhyun solamente negó, arrastrándolo con él luego de decir un rápido adiós a los dos adultos.

— ¿Cómo va el asunto de JongDae hyung? —Interrogó seriamente Chanyeol.

— No lo sé. El imbécil no me ha dicho nada desde aquel día que lo contacté —respondió algo molesto.

— Pero… Está haciendo su trabajo, ¿cierto?

— Luhan parece más tranquilo y resolvió lo que pasó durante el cumpleaños de Sehun, así que…

— ¿Realmente crees que Kyungsoo tuviera que ver en eso? —Interrogó seriamente—. Es decir, algunas veces las cosas salen mal solo porque sí.

— Yeol, ese día todo salió mal —bufó—. Es demasiada coincidencia.

— Buen punto.

— Como sea, solo espero que ese idiota pronto deje de jugar y terminé el trabajo.

Chanyeol asintió, deteniendo su andar cuando Baekhyun le indicó que estaban en su destino. Sin embargo, ninguno de los dos fue a donde se suponía tenían que ir y en su lugar habían corrido al campo de soccer para buscar a Luhan. Efectivamente, él estaba ahí participando activamente en el entrenamiento del equipo.

En las gradas no fue difícil identificar a la familia de su amigo y Baekhyun casi se ahoga de la risa. Imaginando perfectamente la escena que Chanyeol había descrito hace un rato.

— Ven, están por tomar un descanso —indicó Baekhyun.

Chanyeol obedeció, siguiendo tranquilamente a su inquieta pareja. Golpeando suavemente con su codo al más bajo cuando dos adorables chicas se acercaron a Luhan.

Seguramente ambas aspirantes a nuevo ingreso, tal vez las hermanas o conocidas de alguien. No podía ser de otra forma si ellas se habían acercado a Luhan con clara intención de probar suerte. Es decir…

¿Quién en la escuela no sabía sobre la bonita pareja que hacían Luhan y Sehun?

Ambos llegaron a su lado justo cuando la más valiente de las dos dulces damas, estaba pidiendo a un complicado Luhan intercambiar números.

— Oye, Lu —llamó Chanyeol.

Los tres se volvieron en su dirección y el par de novios se colgaron su mejor apariencia de playboys, sonriendo galantes al par de sonrojadas chicas. Que parecían estar viendo la mejor obra de arte, probablemente pensando que era obvio que un chico tan lindo como Luhan tuviera amigos igual de guapos que él.

— ¡Chicos! —Exclamó Luhan con alegría. De hecho, Luhan jamás había parecido tan feliz de verlos.

— Hola —saludó Baekhyun—. Veo que estás bien acompañado —comentó, mirando a las dos jovencitas con una sonrisa encantadora.

Luhan torció los labios momentáneamente, dándole a sus amigos una mirada que pedía ayuda con eso.

— Sehun estaba molesto estaba mañana porque no respondías sus mensajes —dijo tranquilamente.

— Lo sé, lo sé —soltó afligido—. Anoche mi móvil se descompuso y le pedí a YiFan gÄ“ que le avisara a Hun, pero él solamente fingió hacerlo. —Al decir lo último, lanzó una fea mirada a las gradas, donde el hombre mencionado evidentemente se tensó.

— ¿No acabas de recibir ese móvil hace apenas como cuatro meses? ¿Qué le pasó? —Preguntó Baekhyun.

— Se cayó al agua —murmuró.

— Oh, bueno, eso todavía podría tener arreglo —afirmó Chanyeol.

— No, en este caso no.

— ¿Por qué no? ¿Acaso ya consultaste a un especialista? —Interrogó Baekhyun.

— No. Lo que pasa es que el móvil ya no está en mi poder y no podré recuperarlo, aunque quiera —explicó para sus amigos que realmente se veían confusos.

— ¿Y eso se debe a…? —Habló Baekhyun.

— Se me cayó al río Han —murmuró algo avergonzado.

Ambos chicos lo miraron completamente desconcertados y eso definitivamente hizo sentir a Luhan mucho más avergonzado. Sobre todo, por el hecho de que ahí había dos espectadoras ajenas a su círculo de amistades.

— Espera, ¿acabas de decir que tu móvil se cayó al río Han? —Inquirió Chanyeol.

— S-Sí, pero no fue culpa mía sino de YiFan gÄ“ —afirmó y una vez más una fea mirada fue lanzada al hombre—. Yo únicamente estaba tratando de tomar una fotografía del bello paisaje para enviarla a Hun. Entonces gÄ“gÄ“ chocó conmigo al estar jugueteando con Zhao gÄ“, yo perdí el agarré de mi móvil y este se cayó al río.

Ambos chicos estallaron en carcajadas, reafirmando su pensamiento de que su amigo realmente tenía una pésima suerte en algunas ocasiones.

— De-Dejen de reírse —exigió abochornado—. Necesito que vayan y le digan a Sehun.

— Claro, claro —habló Chanyeol entre risas.

— Lo haremos tan pronto tengamos la oportunidad —aseguró Baekhyun—. Por el momento no creo que podamos, teniendo en cuenta que el profesor Jin Woo está demasiado nervioso como para apartarse de su estrella.

— De acuerdo —murmuró.

— Por cierto… ¿Quiénes son la competencia de Hun? —Interrogó Chanyeol.

— Los mismos de la Isla de Busan con los que Sehun barrió el piso de las olimpiadas de física el año pasado. Es una revancha amistosa —dijo con cierta burla Baekhyun.

— ¿Los del tipo que le lanzaba miradas de odio a Sehun porque creyó que Cherry era su novia? —Inquirió divertido.

— Esos mismos.

— Sunbae —llamó una de las chicas, visiblemente irritada por ser ignorada.

Luhan las miró, soltando un largo suspiró para darles una mirada más a sus molestos amigos, que parecían listos para seguir con sus tonterías.

— Como sea, el rival es lo que menos importa. Cuento con ustedes para darle mi mensaje —indicó.

— Entendido capitán —respondieron al unísono y sin más dieron la media vuelta para irse.

Las emocionadas chicas lo miraron con sus bonitos ojos brillando de adoración y solamente pudo sonreírles incómodo.

— Lo lamento, debo irme. Si tienen alguna otra duda sobre el club de soccer, deberían acercarse al equipo femenil para que les expliqué a mayores rasgos —ofreció amablemente, para después huir rápidamente. Su capitán parecía estar listo para dejar ir una carcajada por la situación, sabiamente no lo hizo.

— ¿Sabes? Nosotros podríamos ser todos unos playboys si tu no tuvieras un novio —comentó divertido.

— Le contaré a tu novia sobre este comentario —contraatacó, viendo con satisfacción a su amigo asustarse ante la mención de la hermosa joven.

Todo el asunto de la demostración de su club de soccer se extendió más de lo que Luhan le hubiera gustado y una vez terminó, se encontró corriendo al auditorio donde el club de física tendría su pequeña demostración.

Se había visto en la penosa necesidad de correr lejos de su familia antes de que YiFan se volviera un poco pesado respecto a ir al auditorio e insistiera en desviarse.

Ellos debían estar por terminar sino es que habían terminado ya. Antes le había dicho a su novio que lo haría excelente y sabía que había una posibilidad de no poder ver su demostración. Todavía así, él esperaba al menos ver el final.

Al llegar, todo mundo abandonaba ya el lugar, algunos alardeando acerca de lo invencible que era el equipo de física de la escuela y otros comentando lo mucho que desentonaba el capitán del equipo con respecto a los demás.

Al ver el lugar vaciándose, Luhan no pudo evitar sentirse decepcionado, optando por buscar con la mirada a la familia de Sehun o a Zhao y YanYan, quienes habían decidido ir a ver la competencia en lugar de su demostración.

— Tí…

El llamado al hombre murió en sus labios al ver a ese pequeño intruso aparecer y mostrar esa falsa expresión de inocencia. Jung Sun le sonreía abiertamente mientras hablaba y aunque Sehun parecía malhumorado, todavía lo dejaba colgarse de su brazo.

YanYan y Zhao los acompañaban, su hermana mayor parecía molesta con la sola presencia de Kyungsoo y Zhao repetía lo sorprendente que había sido la actuación de Sehun. Él sabía que era absurdo intervenir, quedaría como un loco frente a todos. Así que únicamente se limitó a observar la escena sin decir nada.

— ¡Señor Oh! —Chilló entre la multitud su joven y entusiasta maestro de física. Jung Sun miró al hombre con curiosidad y luego desvió la vista hacía Sehun—. Disculpe mi abrupta llegada, pero le suplicó que me regale unas palabras —suplicó.

El tío de Sehun frunció el ceño, probablemente imaginando que el hombre tenía miles de quejas sobre su sobrino como todos los demás que lo habían abordado. Sehun parecía también algo irritado.

— Mmm, bueno señor Jin Woo, lo que mi sobrino haya hecho yo…

— Oh, no, no. No tiene nada que ver con su comportamiento. Sehun es un alumno excelente —aseguró con una sonrisa enorme.

— ¿Lo es? —Interrogó incrédulo y Sehun le dio una mirada hostil por no fingir siquiera su sorpresa al escuchar eso.

— Lo es —reiteró el profesor—. Es por eso que le suplicó que hable con él.

— ¿Hablar con él?

— Profesor Jin Woo —habló Sehun.

— Señor Oh, para mí este tema es muy delicado, por lo que si no es una molestia, me gustaría que me acompañaran a mi oficina —ofreció solemne.

Al verlo tan serio, la curiosidad del mayor pudo más y siguió al joven hombre, Jessica y Sehun siguiéndolo de cerca, diciéndole a los dos hermanos de Luhan y a Kyungsoo que no demoraban.

— Luhan —llamó YanYan, al percatarse de la presencia de su pequeño hermano.

— ¡XiÇŽoLù, te lo perdiste! —Exclamó un emocionado Zhao—. Hun estuvo genial, los venció como si fueran nada. El capitán del otro equipo parecía estar por tener un colapso nervioso cuando se fueron a muerte súbita y Sehun no solo acertó el problema, sino que corrigió todo el procedimiento del tipo.

Luhan no respondió, su mirada ni siquiera estaba puesta en su hermano mayor, sino en la sonrisa odiosa de aquel individuo, que lo observaba con el mismo rechazo que Luhan ya no planeaba molestarse en ocultar.

— No te preocupes, lo tengo todo en vídeo para más tarde —aseguró felizmente.

YanYan detuvo a su hermano cuando éste pareció estar por decir algo más. La molestia estaba escrita en todo su hermoso y delicado rostro, lista para sacar las garras contra aquel que estaba mirando con tanto desprecio a su querido hermanito menor.

— Siempre llegando tarde a todo lo que es importante para Hun —habló—. A veces me preguntó de dónde es que sacas el valor para mostrar tu cara ante él siquiera.

— Tú…

— ¿Y qué si llegó tarde? —Habló, interrumpiendo a su hermana—. ¿Qué tiene que ver contigo? Es decir, tú siempre estás en todos esos eventos importantes y le importa una mierda. ¿O me dirás acaso que, el acto de pretendiente fiel y abnegado ya te hizo su novio?

La cara de Zhao se volvió un poema ante tan venenosas palabras saliendo de los labios de su dulce hermanito y el shock fue tanto que YanYan se quedó en blanco. La cara del tipo era una mueca de odio puro y la sonrisa arrogante en los labios de Luhan era algo que los otros tres no habían visto nunca.

— Debes estar muy seguro de que va a perdonarte siempre por esto —masculló entre dientes.

— No, pero seguro tampoco va a amarte nunca —rio—. Lo cual lo hace más triste y te hace ver mucho más patético aún.

— Tú…

— Eres un perdedor, simplemente acepta que no importa que suceda, yo siempre voy a estar primero que nada y que nadie. Sehun me elegirá una y mil veces, no importa que el maldito mundo se ponga en contra, nada de lo que hagas me va a superar, así que tan solo entiende eso y sal de mi camino, idiota.

El rechinó los dientes, Luhan estaba seguro de ello y simplemente eso lo hizo sentir que aquel día; ese en el que aquel tipo le arrojó a la cara que no era más una carga para Sehun, había valido la pena solo por ese momento.

— Eres un idiota —masculló entre dientes.

— Sí, como sea, no tengo tiempo para perder contigo. Aunque no estuve aquí, de todas maneras, él me sigue esperando. Ya sabes, aunque otra persona estuvo aquí y todo eso, sigue sin ser yo y por eso no es como que importe mucho.

Zhao contuvo el aliento asombrado y asustado de lo que estaba viendo. YanYan sonrió, completamente satisfecha de lo que presenciaba, pero sobre todo de poder ser testigo de lo bien que estaba creciendo el bebé de su familia.

Cuando él avanzó, pasando justo al lado del rabioso sujeto, ella tiró de Zhao para seguirlo. Sabía que difícilmente Luhan permitiría que aquel sujeto tuviera oportunidad de actuar en su contra, sin embargo, no significaba que no iba a tomar precauciones.

Él los seguía silenciosamente y aun con ello, ella estaba completamente segura de que mil y un maldiciones estaban siendo recitadas en silencio a su hermano menor.

— ¡Pero señor Oh!

La frase cargada de frustración de su profesor de física detuvo a Luhan y su mirada cayó sobre la familia de Sehun y él en la puerta de la oficina del joven maestro. Mismo que parecía estar a punto de romper a llorar.

— Sehun es brillante, un genio diría yo. Él podría hacer grandes cosas. No puede dejar que ese enorme potencial se desperdicie de ese modo —señaló con impotencia.

— Profesor Jin Woo... —murmuró un complicado Jung Sun.

— Todavía hay tiempo hasta que se empiece a preparar para los exámenes de admisión a la universidad el siguiente año, por eso le imploro que hable con él.

— Bueno, eso no es decisión mía, sino…

— Sehun podría tener un futuro ilimitado si decide encaminarse en la física, se lo digo, nunca había visto tal potencial en nadie. No dejé que eso se trunque.

— Bueno, hombre, eso…

— Su hijo podría llegar a ser mucho más que un detective cualquiera —aseguró solemne.

Jung Sun estaba aturdido por la apasionada actitud del tipo respecto al futuro profesional de Sehun. Jamás, en todos esos años criando a Sehun, había existido siquiera un solo profesor que no se acercara a él para decirle que su hijo era un rebelde y que debía controlarlo para que no terminara en la cárcel.

Sin embargo, ahí estaba ese joven hombre, diciéndole que su hijo era un diamante en bruto y que haber sido su profesor de física lo había hecho recordar cuánto amaba su profesión. Jung Sun realmente no estaba preparado y no sabía ni qué decir.

— Eso es verdad —declaró Luhan, ganándose la atención de todos—. Sin embargo, profesor Jin Woo, la decisión es de Hun y tal vez haya una muy poderosa razón para que eligiera ese camino.

El joven profesor frunció el ceño, permaneciendo muy pensativo durante un rato antes de finalmente asentir lentamente a lo que Luhan decía, pareciendo realmente desanimado pese a darle la completa razón al menor. Finalmente, Jung Sun pudo suspirar aliviado y le dio a su dulce yerno una mirada de absoluta gratitud por salvarlo de esa.

— Usted lo acaba de decir, Sehun es un genio, por lo tanto, sé que en el fondo usted sabe que, elija la profesión que elija, tendrá éxito en ella y se desempeñará maravillosamente en su rama profesional.

— Tiene toda la razón, joven Wu —admitió desanimado—. Tal parece que mis dos mejores alumnos siempre van a poder superarme.

Luhan rio suavemente, acercándose más al pequeño grupo. La mirada de Sehun se fijó en él, mientras mantenía una expresión de molestia que arruinaba por completo su atractivo rostro.

— Yo difícilmente soy uno de sus mejores alumnos, de hecho, de no ser por Hun, yo creería que usted me habla en otro idioma durante las clases.

Sus pasos se detuvieron frente a Sehun, una sonrisa de disculpa pintada en los labios antes de abrazarlo, sumamente contento cuando él correspondió sin demora.

— Muchas felicidades, sabía que lo harías genial.

— No respondiste mis mensajes.

— Fue culpa de YiFan gÄ“, él arrojó mi móvil al río Han —acusó.

— Fuiste tú quien no lo estabas sosteniendo con fuerza y por eso se cayó —señaló YanYan.

— ¿Ahora te pones de su lado, jiÄ›jiÄ›? —Interrogó al tiempo que hacía un mohín.

Ella sonrió sin dar una respuesta real a la pregunta del menor. Luhan siendo algo mimado era un acto que estaba seguro se montaba solo para joder todavía más al idiota de antes. Estaba funcionado también, si es que la mirada ajena, clavada en la forma tan natural en la que Sehun rodeaba con el brazo la cintura de su hermano menor, decía algo.

— Escuché que desempeñó un gran papel durante su partido de práctica, joven Wu —comentó el profesor—. Es una lástima no haberlo visto.

— No, yo realmente no hice mucho. Fue todo hecho por mis compañeros de equipo —afirmó.

— Tonterías, eres el único con talento real en ese equipo —sentenció Sehun.

Luhan negó risueño, recordándole a Sehun que el capitán de su equipo de soccer también existía. Ellos obviamente estaban en su propio mundo y eso únicamente tenía una expresión más amarga en el rostro de aquel chiquillo.

— También sé que usted tendrá un recital más tarde, joven Do. Estoy seguro que lo hará muy bien —comentó su profesor.

Finalmente, todos parecieron recordar que él también estaba ahí. Una sonrisa de falsa dulzura se pintó en sus labios, y Luhan casi bufó al verla.

— Gracias, profesor. Está invitado a verlo —ofreció con amabilidad—. Todos lo están en realidad, de verdad ayudaría mucho a mis nervios ver a un amigo en el público —murmuró tímidamente.

— Cla…

— A esa hora es el segundo partido de exhibición de mi equipo —interrumpió Luhan.

Aquel simple comentario, dicho con aparente inocencia y calma, tenía un solo propósito; crear discordia.

YanYan no podía estar más feliz y orgullosa, al ver como su hermano barría el suelo con ese idiota. Claramente Sehun tenía que elegir entre ambos, naturalmente ya había un perdedor desde que Luhan había hablado.

— Lo siento, Soo —habló Sehun—. Confío en que lo harás excelente aun si yo no estoy ahí.

— No, no te preocupes en absoluto, Hun. No pasa nada —sonrió divinamente, algo que daba en realidad un poco de miedo.

— Lo lamento, Kyungsoo. Tienes mi palabra de que, si el partido termina antes, Sehun y yo iremos a ver lo que reste de tu recital —prometió con una muy convincente expresión de dulzura.

La tensión que los rodeaba era aterradora, Zhao, Jung Sun y Jessica se miraban entre ellos completamente confusos. El profesor Jin Woo parecía no ser consciente siquiera de la situación mientras YanYan parecía tan emocionada que podría gritar.

Sehun en cambio, únicamente arqueó una ceja en dirección a Luhan.

— Luhan sunbae —gritó sin aliento un joven al final del pasillo. No hubo respuesta de la parte contraria, sin embargo—. Sunbae, el capitán lo llama al campo ahora mismo.

— Ahora voy —respondió finalmente—. Me iré primero, nos vemos más tarde —informó seriamente.

— Mucha suerte en tu partido —deseó Kyungsoo con una sonrisa preciosa.

Luhan sabía que esa frase no significaba más que un oculto: "espero te rompas algo", todavía así sonrió divinamente para el contrario.

— Gracias, espero también que te vaya muy bien en tu presentación.

La falsa cordialidad era excesiva y las sonrisas amistosas tan bien construidas, que era casi aterrador ver a esos dos interactuar. El impaciente chico estaba tan absorto de la escena bélica como el profesor de física y simplemente apuró un poco a Luhan.

Para esas alturas, Luhan estaba de un pésimo humor y al verlo, su buen amigo y capitán, solamente le dio un par de palmaditas en el hombro.

— Usa esa energía en el juego —aconsejó.

Tal como su buen amigo le aconsejó que hiciera, toda esa energía fue puesta sobre el campo. El partido se había vuelto excesivamente tenso, el equipo contrario estaba llevando un simple juego más allá de los extremos.

Luhan no podía ni recordar ya cuántas veces había sido empujado o su camiseta había sido tironeada. Había rostro de tierra y césped en casi todo su cuerpo y los gritos de las gradas hacía tiempo lo estaban aturdiendo.

Una vez más logró escuchar el estridente sonido del silbato mientras trataba de ponerse de pie luego de ser derribado dolorosamente. Entre los gritos de la tribuna las voces furiosas de YiFan, Jung Sun y su madre, eran las que más lograba escuchar.

El árbitro discutía una vez más con el idiota que parecía tener algo personal contra él y su capitán preguntaba otra vez si es que estaba bien. Otra vez asintió, mirando directo a las gradas y le sonrió a él, su dulce novio que parecía querer cometer un crimen de odio contra el sujeto que había estado fastidiando todo el juego.

Se puso de pie nuevamente y asintió al árbitro para poder continuar. El tiempo ya escaseaba y de no continuar, ellos saldrían de ahí sin un ganador. Luhan no podía permitirlo, no cuando había sido empujado más veces de las que podía recordar.

Le dolía cada músculo del cuerpo y todavía así, salió disparado al escuchar el silbato del árbitro. Las gradas rugieron, la voz de su capitán ladrando órdenes apenas se escuchaba y él sentía su respiración fallar debido a la adrenalina.

— ¡Sunbae! —Luhan escuchó el gritó familiar del chico que había ido a buscarlo antes.

Vio el pase venir y tan pronto el balón estuvo en su poder, también vio al idiota de antes sonreír triunfal y correr hacia él. Luhan mismo corrió con todo lo que tenía, sabiendo que una vez fuese alcanzado, sería derribado y perdería su oportunidad.

Su corazón latía con mucha fuerza y en algún lugar, Zhao gritaba como loco que corriera más. Sabía que estaban a escasos segundos, el molesto tipo aquel también le había dado alcance y por eso simplemente tiró con todas sus fuerzas, rezando porque el balón entrara.

El duro golpe llegó y una vez más él fue directo al suelo, un pesado silencio se hizo presente y él pensó lo peor.

— ¡Lo hizo! ¡Mi chico anotó! —Gritó eufórico su capitán dos segundos después, justo cuando el silbato sonó.

Las gradas rugieron en gritos de emoción y él sonrió dolorosamente feliz desde el suelo. Seguro de que ser arrollado por aquel imbécil había valido la pena.

— ¡Sunbae! —Chilló angustiado su pobre compañero al ver que él todavía no se levantaba.

— Estoy bien —aseguró entre risas.

El preocupado muchacho no lo escuchó del todo, apurándose a darle una mano para ponerse de pie. Sirviendo incluso de apoyo para él.

Su capitán asintió al verlo de pie, Luhan estaba a punto de gritar su victoria, pero antes de tener siquiera la oportunidad, su capitán y amigo ya había estrellado su puño en el rostro del idiota de antes.

— ¡Capitán! —Gritaron al unísono y el árbitro hizo sonar su silbato, apresurándose a detener el disturbio que tenía a las gradas alteradas.

— Ese bastardo atacaba a Luhan por algo personal. Iba en su contra, aunque Lu ni siquiera tuviera el balón en su poder —vociferó en medio del escándalo.

— Capitán, lo sabemos. Vamos a exigir una explicación, pero tiene que calmarse —persuadió uno de sus compañeros.

— Nadie se va a meter con mi equipo en mi cara sin que yo tomé represalias —sentenció furioso.

— Capitán, estoy bien. Lo juro —insistió Luhan para calmarlo.

Al escucharlo, el mayor pareció calmarse un poco. Su mirada se posó en él y a cambió le mostró una sonrisa para confirmar aún más sus palabras.

— No sigas haciendo alboroto, hyung —pidió sonriente.

— De acuerdo —asintió—. Lo hiciste muy bien, Lu —felicitó, revolviendo su cabello.

El árbitro pareció hacer de la vista gorda también, simplemente continuando con la ceremonia de premiación al equipo ganador, como si aquel incidente nunca hubiera pasado. El equipo contrario no parecía muy feliz pero poco o nada podían hacer tras su actuación que tenía indignado al público.

Luhan estaba más que listo para correr a las duchas antes de que su familia lo interceptara una vez todo acabó.

— ¡Wu Luhan! —Su cuerpo se volvió de inmediato al llamado de su capitán.

— ¿Capitán?

— Creo que olvidas esto —dijo risueño, alzando en alto el brazalete blanco de capitán.

Luhan no reaccionó, mirando en estado de shock al mayor. Él iba a graduarse ese año, por lo que tenía que elegir a alguien para ocupar su puesto antes de marcharse.

Sin embargo, todo había apuntado a que el puesto sería para su pequeño primo que cursaba el segundo año. El chico era capaz y talentoso, todos ya daban por hecha la elección. Luhan mismo estaba bastante bien con la elección, por lo que ni siquiera había pensado dos veces en ello.

Sin embargo, ahí estaba su amigo, anunciando finalmente su decisión y él era incapaz de responder siquiera.

— Capitán, ¿qué estás esperando? —llamó el entusiasta novato que no parecía querer despegarse de su lado—. Tienes que responder.

Luhan asintió torpe, todavía aturdido avanzó para tomar el brazalete. Viendo al mayor echarse a reír con ganas al tiempo que lo jalaba a para un rápido abrazo.

— Eres el indicado, mi primo les dará una paliza a todos luego de tres segundos. Él mismo dijo que no volvería a dirigirme la palabra si no te elegía a ti.

— ¡Capitán! —Gritaron al unísono el resto de sus compañeros.

Apenas tuvo tiempo de reaccionar al verse rodeado de ellos, vitoreando y saltando a su alrededor. Avergonzándose a sí mismo tras el grito nada masculino tras ser levantado por ellos. Probablemente las personas en las gradas no sabían que sucedía a ciencia cierta, a pesar de ello, no parecían menos emocionadas. Bueno, la realidad era que al menos su madre parecía estarlo.

No pudo hacer nada al verse arrastrado a los vestidores por ellos. Ni en sus sueños más locos hubiera imaginado que ellos pudieran estar tan felices al tenerlo a él como capitán. La verdad sea dicha, él ni siquiera sentía que pudiera hacerlo, pero ya estaba ahí y no podía decepcionar a su hyung.

— Muy bien, muy bien —habló su todavía capitán por sobre las ruidosas voces de todo el equipo—. Es hora de escuchar lo que su nuevo capitán tiene para decirnos.

Todos se volvieron a la figura que hasta ese momento se había mantenido aturdida por la excesiva efusividad de todos. Su cerebro todavía no terminaba de procesarlo todo y, pese a abrir la boca, nada salió de ella. Sin embargo, alguien apareció rápidamente para rescatarlo.

— Sun… No, capitán, estuviste increíble durante el partido. Ese idiota no dejaba de molestarte, pero tú no te dejaste intimidar y además anotaste el gol ganador —dijo con una expresión de total admiración su pequeño compañero de primero, ese adorable novato que le había dado el pase que lo llevó a la anotación ganadora.

— Gracias, Hyun Jae —respondió con una sonrisa—. No habría podido hacerlo sin el maravilloso pase que me diste. Esto también se logró gracias a ti.

El adorable chico pareció brillar tras sus palabras, sus compañeros no pudieron evitar reírse un poco por ello. Puesto que, desde que el menor se había unido al equipo, parecía idolatrar completamente a Luhan y cada palabra de Luhan era como el mejor de los elogios para él.

— Mucho cuidado, Jae. Todos podríamos pensar que tienes un crush con nuestro Luhan —bromeó alguien al fondo y todos rieron.

— ¿Y qué tendría de malo? —Farfulló mientras hacía un mohín—. Luhan sunbae es como el mejor jugador del equipo, es amable conmigo, siempre me da consejos, me cuida mucho, cada vez que me ve solo me invita a comer con él, me dio la bienvenida al equipo y no solo me ignoro. —Al decir eso, su mirada algo rencorosa fue hasta el capitán que hizo una mueca de total culpabilidad—. También es realmente lindo, por lo que no creo que suene como algo tan imposible.

Todos se sumergieron en un pesado silencio tras el audaz discurso del pequeño novato, Luhan mismo no sabía si tomarlo como una posible confesión, o sólo trataba de probar un punto ahí.

— Chico, si en algo aprecias tu vida… —Habló el capitán—. Cuida que Oh Sehun no te escuche decir eso.

El chico pareció temblar de pies a cabeza al escuchar el nombre del novio de su adorado sunbae y el resto de sus compañeros no pudieron contener la risa al ver su cara de miedo total.

— Bien, dejemos esto para otro día. Todo mundo a las duchas, sus familias aún los esperan afuera.

— Entendido, capitán —respondieron todos al unísono, avanzando entre bromas.

Luhan no se movió de inmediato, mirando con seriedad el brazalete de capitán. Esperando hacerlo bien y no solo arruinarlo épicamente. Tenía algo de miedo en realidad, por lo tanto, en ese momento de verdad sentía unas locas ganas de ver a su novio.

 

***

 

— Oye, realmente lo siento.

La maldita frase ya había sido repetida como mil veces y volverla a escuchar solamente estaba empeorando su humor. Sin embargo, todavía mantuvo su mejor papel, sonriendo ampliamente al otro mientras negaba como si de verdad no le importara en absoluto.

— No, está bien. Debería ser yo quien se disculpará —dijo luciendo realmente afligido—. Kwang hyung me hizo este favor y todavía recibió el golpe del capitán del equipo contrario.

— ¿Esto? —Señaló con cierta arrogancia su labio roto—. No es nada. No le des importancia, Soo.

— Pero…

— Mira, pongámoslo de esta forma, esto es un pequeño daño colateral a cambio de un bien mayor —afirmó sonriente—. Todavía me hubiera gustado hacerle más daño a ese pequeño bastardo que cree que puede pasar por encima de ti, pero no se pudo.

— Gracias, hyung —murmuró con una sonrisa de falsa gratitud.

— De nada, eres como mi hermanito. Por supuesto voy a patear el trasero de quien se meta en tu camino —alardeó.

— De verdad, no sabes cuánto te lo agradezco, pero…

— ¿Pero…?

— Todavía me preocupa que Hun… Es decir, que él pueda decirle a Hun que yo planeé esto o algo así. Él siempre le dice a Hun cosas horribles sobre mí y yo no puedo defenderme porque parece que lo tiene embrujado —musitó, asegurándose de verse realmente lamentable.

— ¿Planear qué? Tú no me pediste hacer nada de esto, tú solamente me contaste lo que ese hijo de perra te hace solo porque ya no podías más con ello. Así que no te preocupes, si él envía al tal Hun o a quien sea, yo me haré cargo.

Kyungsoo asintió con renovada emoción, sabiendo que pasara lo que pasara, su idiota amigo no diría ni una sola palabra de él.

— ¡Hyung es el mejor! —Exclamó, abrazando al mayor.

— Por supuesto, tu hyung te protegerá igual que cuando estábamos en secundaria —aseguró—. Estoy seguro que aquel idiota que te intimidaba aún me ve en sus pesadillas.

Kyungsoo rio, asintiendo con fingido entusiasmo y emoción. No debía quedarle mucho tiempo, por lo que una vez más le dio las gracias al mayor, prometiendo que lo vería otro día y desapareció de ahí con rapidez.

Él se quedó ahí, mirando la pequeña figura alejarse, prometiéndose que cuando lo volviera a ver, hablaría seriamente con él para convencerlo de que aquel tipo llamado Sehun no era digno de su corazón si permitía que su bastardo novio lo tratara como basura.

Con ello en mente, se dispuso a volver al punto de reunión con el resto de su equipo y tal vez conseguir algo para parar el maldito dolor en su rostro, para sus adentros maldijo al idiota que lo había golpeado.

— Oye.

El llamado vino de un chico de negro cabello al final del pasillo, su expresión era aterradoramente fría y, por alguna razón, al verlo algo le dijo que tenía que irse cuanto antes. Sin embargo, él no era un cobarde y al ver al otro, frunció el ceño esperando intimidarlo.

— ¿Qué?

— Estás muerto.

Esa fue la única advertencia y en lugar de correr como su sentido común le dictó que hiciera, simplemente se quedó ahí, pensando ingenuamente que podría ganarle a Hun del que Kyungsoo le había hablado.

 

***

 

|Recibirás una invitación para esta noche. No puedes rechazarla. |

Luhan le frunció el ceño ante el recuerdo de como aquel sujeto simplemente se había aparecido en la puerta de su casa con ese mensaje, además de advertirle que patearía su trasero de no conseguir un móvil nuevo lo antes posible.

Luhan ya estaba temiendo lo peor de todo lo dicho por ese hombre, aunque en realidad, Luhan temía todo lo proveniente de Kim JongDae. Sin embargo, no quería pensar mucho en ello en ese momento, él sólo quería darse prisa y terminar de vestirse para buscar a su familia.

Era la única persona ahí, se había tomado su tiempo con el único objetivo de hacer una revisión rápida de los daños. Tenía un par de feos moretones que definitivamente no iban a gustar a Hun y a su familia, algunos raspones, pero nada realmente preocupante.

Probablemente iba a doler al día siguiente, afortunadamente él no tenía que presentarse a clases de todas formas.

— Empieza a verse morado —murmuró seriamente la inconfundible voz de su dulce novio.

— No es nada —aseguró tranquilamente—. He recibido golpes más duros.

— Luhan, no es gracioso.

— ¿Dónde estabas? Todos ya irrumpieron aquí para felicitarme, pero nadie sabía dónde estabas. Baekhyun incluso dijo alguna cosa tonta sobre que habías ido al baño o algo así.

— Quien sabe, probablemente fui a ver el final del recital de Kyungsoo como prometiste que haríamos al terminar el partido —comentó con cierta burla.

Luhan trató de mantener su expresión sería, pero al final no pudo evitar suspirar pesadamente. Repitiéndose que tenía que hablar más seriamente con Hun sobre el tema y no solo dejarlo ir así como así.

— ¿Te lastimó en algún lugar? —Preguntó algo preocupado.

— ¿Podría hacerlo? —Soltó con arrogancia.

— No estoy bromeando, Sehun —bufó—. No eres invencible.

— Tal vez no, pero él no podría ganarme, aunque los planetas se alinearan a su favor —afirmó.

Luhan murmuró la palabra arrogante mientras continuaba revisando en busca de alguna lesión. Una sonrisa floreció en sus labios y tan pronto él pareció estar satisfecho, lo atrajo a sus brazos.

— Estaba muy preocupado —susurró.

El tacto suave de su piel y ese fresco aroma que solamente Luhan tenía luego de ducharse, lo embriagó, haciéndolo olvidar la horrible preocupación que sentía crecer durante el partido mientras lo veía ser derribado una y otra vez.

— Estoy bien, no deberías meterte en problemas por mi culpa. Puedo defenderme —susurró de vuelta.

— Lo sé. Aun así, no puedo ver que alguien más te haga daño y quedarme quieto. Tú harías lo mismo —afirmó.

Luhan sabía que era verdad, por lo tanto, no tuvo oportunidad de decir nada. Salvo fruncir el ceño y maldecirlo en silencio por siempre tener la razón, resultando desquiciantemente molesto.

— ¿Sabes? —Habló él nuevamente—. Ahora que lo pienso, esto de aquí prácticamente ha sanado por completo —comentó, rozando con sus dedos el tatuaje en su espalda.

Luhan se estremeció por completo. Había pasado un tiempo para ellos y él tenía la ligera sensación de que, si Sehun lo tocaba así o al menos insinuaba alguna cosa, iba a entrar en combustión. Sin embargo, por mucho que le encantaría, todavía estaban en el vestidor del equipo con sus familias afuera esperando por ambos.

— N-No tienes tanta suerte, Oh —balbuceó, empujando al odioso tipo—. Sal de aquí o mi hermano mayor entrará a patear tu trasero —advirtió.

Sehun no pudo evitar soltar una carcajada que seguramente todos afuera habían escuchado. Completamente seguro de que tenía un par de segundos antes de que YiFan irrumpiera en la habitación exigiendo que quitara las garras de su precioso hermanito.

Por supuesto, Sehun fácilmente había sorteado a todos los que esperaban a Luhan afuera, entrando sin ser visto. Sin embargo, acaba de descubrirse a sí mismo y no podía importarle menos.

— Claro, cariño —dijo risueño—. Mejor termina de vestirte, te veré afuera.

Recibió un rápido beso en los labios antes de verlo irse. Dejándolo a solas para que se diera prisa y saliera de una vez.

Todo era un alboroto afuera, las personas iban y venían, algunos de sus compañeros seguían en el área y lo saludaron al verlo aparecer. De inmediato distinguió la figura de su novio de pie a un par de metros.

Una bonita y alta chica castaña charlaba animadamente con él, y aunque Sehun parecía más bien aburrido, ya era ganancia que al menos estuviera hablando de vuelta con ella. Al verlo, Luhan solo pudo suspirar pesadamente, sintiéndose agradecido con la pobre chica que al menos no se había rendido aún al tratar de hacerse su amiga.

— Oye, escuchaste los rumores —soltó una discreta voz en algún lado.

— ¿Qué rumores? —Continuó su compañera.

— Escuche que Oh Sehun sale a escondidas de su novio, con la hermosa chica que hace poco se unió al club de física —dijo con cierta burla.

Luhan escuchó todo, era imposible que no lo hiciera cuando parecía ser ese el principal objetivo de ellas. Su rostro se mantuvo serió hasta llegar a la que ya proclamaban como la pareja del siglo, solo para recibir una sonrisa tímida de parte de la guapa joven, quien parecía no poder correr lo suficientemente lejos siempre que él se acercaba.

— Escuche que sales con tu compañera del club de física —soltó con el mismo discreto volumen de voz que habían empleado las personas de antes.

— Ah, eso —bufó—. No te había contado porque todavía no es nada tan serio como para presentártela, nene —soltó sarcástico.

— Ya veo, entonces esperaré a que sea más serio para conocerla.

Alguien masculló alguna maldición en contra de Luhan en algún lugar, arrancando una sonrisa orgullosa de los labios del más alto. Feliz de ver lo fuerte y astuto que se volvía su precioso ángel con cada día que pasaba.

— Aunque dudo que salgan a mis espaldas, todavía siento que no le agradó del todo a Irene —murmuró—. Ella prácticamente corre lejos tan pronto me acerco para saludarla.

— Es porque le gustas —masculló Sehun.

— No bromees, Sehun. No es gracioso.

— No estoy bromeando. Ella misma me dijo que en un inicio, la mayor razón por la que quería hacerse mi amiga, era porque quería que la ayudara contigo, pero no lo haría más ya que sabía que estábamos juntos. Aun así, ella no podía evitar seguir gustando de ti, por lo que me prometió que no se acercaría mucho.

Luhan permaneció mudo y con una adorable expresión de completa incredulidad, de la cual Sehun quería burlarse un poco.

— ¿Por qué pones esa cara?

— Bu-Bueno es solo… No es como que esté interesado ni nada, pero ella es hermosa. ¿Por qué rayos le gusto? —Interrogó, como si realmente la idea fuera completamente absurda.

— ¿Por qué parece tan sorprendente? —Interrogó algo molesto.

— Bueno, porque… ¿No sería más lógico si le gustaras tú? —Comentó distraídamente—. Es decir, eres inteligente, amable y como el chico más atractivo de toda la escuela, así que…

— Me vuelves loco algunas veces —gruñó.

Luhan no entendió la repentina declaración, sin embargo, no tuvo tiempo alguno de preguntar el porqué de la misma. Los labios ajenos simplemente lo silenciaron, robándole no sólo las palabras de la boca, sino también el aliento.

Él estaba molesto por alguna razón, Luhan lo supo desde que el beso comenzó con esa ferocidad. Sus neuronas estaban en cortocircuito y su cuerpo amenazaba con derretirse a los pies del más alto.

Estaba siendo un reto corresponder al devastador ataque y si él no dejaba que se fuera en los próximos segundos, estaba casi seguro de que perdería la consciencia.

Todo el ruido a su alrededor también parecía ya no existir. Por lo que; o él estaba tan afectado que simplemente no tenía más noción de lo que los rodeaba; o bien todos miraban el increíble espectáculo que ellos montaban.

Sus piernas casi fallaron una vez se vio libre, sin embargo, debía saber que era imposible caer cuando él estaba ahí, sosteniéndolo con firmeza.

— Me haces enojar cada vez que te subestimas así —gruñó.

Él pensó en defenderse y decir que no era que se subestimara, pero era realista y por eso mismo él no se encontraba tan impresionante como Sehun afirmaba que era.

— Me gustaría que por un día pudieras verte como yo lo hago. Desde que somos niños, para mí, no ha existido una persona más hermosa que tú —afirmó.

Luhan sintió el calor en su rostro, no tenía idea de que decir tampoco. Sehun era realmente serio con sus palabras y la forma en la que lo abrazaba era…

Era como si lo que estuviera sosteniendo ahí fuera lo más precioso del mundo y no simplemente a él.

Tenía la intención de responder a las palabras contrarias, decirle tal vez aquella frase que todavía no se atrevía a decirle en voz alta, ese pequeño secreto suyo donde finalmente admitía que cada día que pasaba; conociendo solo un poquito más de su persona, Luhan confirmaba que era más que indigno de ser su amante pero que todos los días también se levantaba con el único objetivo de esforzarse más para un día estar a la altura.

Sin embargo…

¿Cómo podría tener la oportunidad de hacer tal cosa?

No había modo, antes de por lo menos terminar de armarse de valor, Sehun gruñó y lo próximo que Luhan supo era que YiFan estaba ocultándolo tras su cuerpo. Luciendo tan enojado, que su cara estaba roja y parecía querer dispararle a Sehun solo con la mirada.

— ¿Tú qué demonios haces aquí? —Espetó Sehun irritado.

— Esa es mi línea, maldito mocoso idiota —escupió entre dientes.

— Sí, como sea. Tan sólo vete y déjanos en paz —ordenó.

— Ni loco me iré dejándote solo con XiÇŽoLù. Quien sabe que puedas llegar a hacerlo luego de la vulgar exhibición que acabo de ver —bufó.

— Oh, querido cuñado, no tienes que preocuparte en absoluto —sonrió ladino—. Créeme cuando te digo que no hay nada que yo no le haga a XiÇŽoLù siempre que tú no estás mirando.

El rostro de ambos hermanos se volvió rojo brillante; el del menor debido a la vergüenza, mientras que el del mayor fue todo debido al enojo.

— ¡Tú…!

— YiFan gÄ“, basta —ordenó irritado—. En lugar de estar peleando con Sehun, deberías mejor resolver el cómo me devolverás mi móvil.

— XiÇŽoLù, ya dije que te compraré uno nuevo. Es más, iremos hoy una vez que todo termine aquí —murmuró lamentablemente—. Además, fue un accidente.

Luhan lo miró con ojos entrecerrados, pero sin quitar la expresión de molestia en su precioso rostro. Sehun casi se echó a reír al ver lo patético que YiFan lucía rogando por el perdón de Luhan, tentado a agregar leña al fuego al recordarle a su dulce novio que el fastidioso idiota también le había mentido respecto a enviarle un mensaje que le informaba del incidente.

— ¡HunHun! ¡XiÇŽoLù!

Sus maliciosos planes se esfumaron tan pronto vio la preciosa figura de la señora Wu acercándose aprisa, con una sonrisa preciosa en los labios y como de costumbre, arrastrando a su fielmente enamorado esposo con ella. Destacando encantadoramente entre toda la multitud de amargados padres.

— ¡Niños, mami está muy orgullosa de ambos! —Exclamó todavía a la distancia.

— Mamá —llamaron alegremente los tres.

YiFan frunció el ceño de inmediato y le dio a Sehun esa mirada infantil, la cual solo le daba como mudo mensaje que él no podía llamar mamá a su mamá.

— Hunnie, disculpa por no haber ido antes a verte, pero Jung Sun acaba de decirme que estuviste increíble y XiÇŽoniÇŽo prometió que lo tiene todo en video —dijo con entusiasmo, tomando la mano del menor—. Estoy muy orgullosa, bebé —afirmó alegremente, estrechándolo en sus brazos.

— Gracias, mamá —soltó felizmente.

Ella rio como una niña, liberándolo solamente para jalar a Luhan a sus brazos y estrecharlo con fuerza.

— Mi bebé, ese mocoso horrible no paraba de molestarte. Mami, solamente deseaba bajar de las gradas para darle un par de buenas bofetadas por meterse contigo —masculló.

— No te preocupes, mamá. Estoy bien —afirmó risueño.

— Estoy tan orgullosa de ti, tuviste que soportar tanto y todavía anotaste el gol ganador. Mi XiÇŽoLù es increíble.

— Ciertamente lo es. Por algo es mi yerno —afirmó con orgullo Jung Sun.

— Él no es su yerno —gruñó YiFan.

— ¡Querido sobrino! —Exclamó—. ¿También estabas aquí? Ni siquiera te había notado. —YiFan bufó ante sus palabras y una sonrisa que encontró desagradable.

— ¡Lu, eres el mejor del mundo! —Chilló Kyun Min, evitando así que YiFan abriera la boca otra vez.

— Min tiene toda la razón, Hannie. Estuviste soberbio allá afuera —afirmó Cherry.

— Por supuesto, Luhan fue maravilloso. Ahora… ¿Alguien sabe quién demonios era aquel chico del equipo contrario? Justo ahora se ganó una paliza completamente gratuita de mi parte.

— Eso es verdad, yo me apunto —dijo Zhao.

— Baekhyun —llamó seriamente Luhan—. Nadie va a ir a buscar problemas con ese tipo —sentenció, dándole una severa mirada a su mejor amigo, al novio de este mismo, a Jackson y su sobreprotector hermano, que parecían más que listos.

Baekhyun estaba listo para protestar, hasta que vislumbro tras Luhan una discreta señal de Sehun y supo que el trabajo estaba hecho, por lo que no tenía que molestarse en absoluto.

— Bien, será como tú digas, Lu —aceptó con facilidad.

Luhan lo observó con ojos entrecerrados, sospechando completamente del hecho de que hubiera aceptado todo con demasiada facilidad y él solamente sonrió radiantemente. Mostrando su mejor cara de niño bueno.

— Bueno niños —llamó una vez más la señora Wu—, nosotros nos iremos por un momento a la aburrida conferencia que el director organizó —explicó con desagrado.

— Okay, los veremos a la salida entonces.

Los adultos asintieron, YiFan tuvo la intención de quedarse, pero tristemente fue descubierto por su adorable esposa y terminó por ser arrastrado también. Baekhyun y Chanyeol ni siquiera disimularon el ataque de risa que eso les provocó.

— ¿Y ahora qué? —Interrogó Jun Hong—. La conferencia durará mil años y nosotros no tenemos nada que hacer hasta que eso terminé.

— Vayamos a la cafetería, yo tengo hambre.

— Min, tú siempre tienes hambre —señaló Chanyeol, recibiendo una mala mirada.

— Oigan, olviden eso —intervino Baekhyun—. ¿Qué les parecería ir a un lugar increíble esta noche?

— ¿Un lugar increíble? —Interrogaron todos.

— Sí —asintió entusiasmado—. Minseok me llamó esta mañana y me invitó esta noche a la inauguración del nuevo bar del cual su estúpido novio es propietario —explicó.

— ¿Estás loco? Nuestros padres no van a dejar que vayamos ahí —afirmó Cherry.

— No le tenemos que decir a donde vamos —comentó Haneul.

— Chicos, si saben que nosotros seguimos aquí, ¿cierto? —Señaló Zhao.

— ¿Le dirán a sus padres y al tío Jung Sun?

— No, pero…

— Entonces no hay problema —sentenció Baekhyun.

— Aun así… ¿No es como demasiado ir a un bar? —Comentó Jun Hong.

— ¿Por qué? ¿No es como si fuéramos a hacer algo malo? Además, el lugar es seguro si es del primo del señor Kim —aseguró Jackson.

— Sí, pero…

— Miren, mañana no habrá clases por todo este asunto del festival y según escuche, el tío Jung Sun invitó a los padres de Lu, además de a YiFan y LiXue noona, a cenar esta noche. Así que podemos decirles que haremos una pijamada en casa de Yeol e ir al evento del lugar por un rato.

— Bueno, ciertamente mis padres no tendrán problema si les digo que iré a una pijamada con Hun y Lu, pero…

— Oh, vamos. Será súper divertido, Cherry —insistió Baekhyun.

— Bueno…

— ¿Por qué no? En realidad, suena algo divertido.

Todos se volvieron totalmente asombrados hacia Luhan, quien había dejado salir aquella frase. Al verse blanco de tanta atención, sus mejillas se tiñeron de rojo.

— ¿Po-Por qué demonios me miran así?

— ¿Tú de verdad estás aceptando ir a un bar? —Inquirió un atónito Zhao.

— ¿Q-Qué tiene de malo? —Frunció el ceño.

— Bueno, tú como que odias esos lugares —explicó YanYan.

— Bu-Bueno, si —murmuró—. Sin embargo, me apetece ir hoy.

El resto se miró entre ellos algo indeciso, para luego mirar en dirección a la única persona que aún no decía nada respecto al asunto.

— Sí Luhan quiere ir, yo iré —sentenció Sehun, con eso dicho, el resto simplemente aceptó una vez más unirse a las locuras de Baekhyun.

— ¿Ustedes también vendrán? Tengo que avisarle a Minseok si es así —Preguntó a los dos hermanos de Luhan.

— Nosotros pasamos —respondió seriamente YanYan.

— Definitivamente, además, ustedes necesitaran a alguien que les avise si acaso los descubren —sonrió Zhao.

— Bueno, ya que todos aceptaron de buena gana. ¿A dónde se supone que estamos yendo? —Preguntó Haneul.

Baekhyun pareció dudar entonces, su sonrisa se volvió nerviosa y su respuesta fue apenas un susurro que nadie entendió en realidad.

— ¿Qué? —Insistió Sehun.

— Dije que el evento será en Hell.

Las expresiones de Sehun y Luhan se volvieron difíciles de ver. Luhan estaba tan blanco como un fantasma y Sehun parecía estar por matar a la persona que tenía frente a él.

— Pero es seguro, les digo que ahora el lugar es del novio de Min —agregó rápidamente.

— ¡¿Acaso estás loco?! —Rugió Sehun, sorprendiendo a todos los demás.

— Sehun, mide tu tono de voz —advirtió Chanyeol, dando un paso adelante.

— Oigan, paren, paren —pidió Luhan rápidamente, poniéndose frente a Sehun—. Está bien, Hun.

— ¿Cómo diablos va a estar bien?

— ¿Chicos? —Llamó angustiada Cherry.

— Tranquilos, les digo que está bien. Lo que dice Baekhyun es verdad, no pasa nada si vamos allá —aseguró, intentando calmar a Sehun.

— Luhan…

— Está bien, iremos solo un rato para que Minseok hyung nos vea y luego nos vamos —persuadió a un poco convencido Sehun.

— ¿A dónde irán?

La voz de Kyungsoo no pudo ser más inoportuna, nadie lo miró con buenos ojos y todavía él les mostraba una sonrisa divina.

— Iremos a la inauguración de un bar —respondió finalmente Baekhyun, recibiendo miradas confusas del resto.

— ¿Ustedes también irán a Hell? —Interrogó con entusiasmo, su vista clavada siempre en Sehun.

— Sí —habló Luhan.

— ¡Genial, yo también iré! JongIn me invitó —anunció felizmente—. De hecho, había pensado en invitarte, Hun. Bueno, iba a invitarlos a todos en realidad —agregó tímidamente.

— No es necesario, ya que todos iremos de todos modos —explicó Baekhyun.

Todos los demás presentes no podían hacer nada más que mirarse en completo estado de confusión, puesto que, aunque Baekhyun parecía irritado, todavía la conversación que sostenía con Kyungsoo era en realidad la más pacífica que se había dado entre ellos.

— Bueno, entonces nos veremos allá, supongo.

— Por supuesto.

— Oh, casi lo olvido —sonrió dulcemente—. Muchas felicidades por tu victoria y nuevo rol en el equipo, Luhan.

— Muchas gracias, Kyungsoo —sonrió de vuelta con la misma gentileza—. Escuche también que te luciste en el recital.

— No, para nada —murmuró algo sonrojado—. No soy tan bueno.

Nadie se atrevió a decir, hacer o siquiera parpadear durante el intercambio de ambos chicos. Aterrorizados de la horrible aura de hostilidad que emanaba de ellos aun cuando parecían hablar como los mejores amigos del mundo.

— Sí, como sea. Luhan y yo nos vamos, antes de que su jodido hermano venga a llevárselo.

Sin más explicación que esa, él simplemente tomó la mano de su pequeño amante y lo arrastró en dirección contraria. Completamente inconforme con toda la situación y queriendo nada más que respuestas.

— ¿Realmente no te importa ir a Hell? —Interrogó seriamente una vez estuvieron lejos de cualquier mirada indiscreta.

— Para nada —mintió—. Es solo un lugar.

— Luhan…

— Te digo que está bien —insistió—. Será divertido.

Sehun estaba completamente seguro de que estaba mintiendo, así como el hecho de que era obvio que ocultaba algo. Sin embargo, iba a dejarlo salirse con la suya y confiar en él hasta que decidiera contarle el porqué de todo eso.

El hecho de que Sehun no preguntara más, fue un total alivio para Luhan, ya que sabía qué; una vez que admitiera que realmente Hell era uno de los últimos lugares que quería visitar, Sehun no dejaría que volviera a acercarse a la zona ni en mil años. Lo cual solamente haría rabiar a JongDae, por ser desobedecido.

No profundizaron más en el tema, tampoco era como que hubieran tenido oportunidad de todos modos. La conferencia apenas había durado y tan pronto terminó, YiFan fue por él para alejarlo de sus amigos con la excusa de ir a comprar un nuevo teléfono móvil para él.

Aunque eso le dio la oportunidad perfecta para informar a sus padres sobre sus planes de esa noche y con su madre diciendo que sí al instante…

¿Qué importaba si YiFan se oponía?

Al mayor solamente le quedó aceptar, aun cuando trató incontables veces de convencer a su dulce hermanito de no ir a esa pijamada una vez ellos se separaron del resto de la familia, con destino al centro comercial para tener un tiempo de hermanos.

Era absurdo que aquel mocoso indeseable hubiera acaparado el tiempo de su hermanito. ¡Apenas lo había visto desde que había llegado a Seúl!

Todo iba de maravilla, YiFan estaba realmente disfrutando del momento y Luhan fácilmente se había olvidado de que estaba molesto con él desde esa mañana. Sin embargo, algo pasó en cierto punto de su día.

Fue ya entrada la tarde, cuando el sol empezaba a ocultarse y tras entrar a una tienda de ropa. Luhan simplemente había salido rechinando los dientes de la zona de vestidores, exigiendo regresar a casa. No importó cuanto YiFan preguntó cuál había sido el problema, no obtuvo respuesta sin importar que.

— ¡YiFan gÄ“! —Llamó Zhao al verlos llegar—. Mamá dijo que ibas retrasado y que más te valía apurarte. Ellos ya se fueron.

— ¡Diablos! —Maldijo, notando entonces las muchas llamadas perdidas que tenía y corriendo a la habitación para prepararse.

Zhao se echó a reír al ver la escena, pensando que Luhan tendría la misma reacción, miró en su dirección, pero él no se reía.

Su pequeño hermano había llegado con la expresión del mismísimo demonio, corriendo de inmediato escaleras arriba. Zhao dudó por un instante antes de seguirlo y asomarse a su habitación, donde parecía estar destrozando su armario.

— ¿Dónde mierda están?

— ¿Luhan? —Llamó un confuso Zhao desde la puerta.

Él en realidad lo ignoró y continuó con lo que parecía una búsqueda de vida o muerte, hasta exclamar lo que parecía un gritito de victoria y sacar un par de jeans que Zhao nunca le había visto.

— ¿Hay dinero en los bolsillos de esos jeans o algo así? —Interrogó desconcertado.

— No, pero me harán conseguir un premio esta noche —afirmó con una sonrisa algo extraña.

— ¿Un premió?

— Ya lo verás más tarde —aseguró confiado—. Ahora, si no te importa. Tengo cosas que hacer.

Despidió a su hermano mayor con esa frase y cerró la puerta de su habitación, enviando primeramente un rápido mensaje a JongDae para hacerle saber que tenía un móvil nuevo y que esperaba las instrucciones que había mencionado esa mañana.

Su ceño se frunció al ver los jeans sobre su cama, dudando un poco sobre la idea que se le había ocurrido minutos atrás por mero impulso.

*~*~*~*

— JongIn… ¿Cómo me veo?

— Precioso, estás para impresionar.

— ¿De verdad?

— Completamente, de hecho, ahora mismo actuando todo tímido, te ves aún más lindo. Tienes mi palabra de que esta será tu noche, Soo. Nadie podrá sacar sus ojos de un pequeño ángel como tú.

— Genial, es eso justo lo que quiero. Que la persona que me gusta no pueda ver a nadie más.

— Así será, mi pequeño Soo. Ese chico, no sabrá ni que lo golpeó cuando te vea llegar.

*~*~*~*

El recuerdo de esa conversación que había logrado captar por mera causalidad lo hizo rechinar nuevamente los dientes. Y sabía, él sabía que era una maldita locura, pero si él creía que sus patéticos intentos podían derrotarlo y robar la atención de Sehun…

Dios, Luhan iba a trapear el suelo con él.

Con eso en mente de nuevo, esas cosas que había odiado desde la primera vez que se las había puesto y que había jurado no volver ni a mirar en lo que le restaba de vida, serían sus mejores aliados.

|Perfecto, tu único trabajo es simplemente lucirte, sabes bien cómo hacerlo.

También dile a tu novio que lo verás allá, enviaré a Jackson para recogerte. |

Un mensaje breve y tan confuso como todos los demás que había recibido de ese hombre. Simplemente no tenía tiempo para darle vueltas, tenía muchas otras cosas para preocuparse esa noche, como el hecho de que no tenía idea de cómo se aparecería esa noche usando esas cosas sin morir de vergüenza antes.

Dios, de verdad estaba loco.

 

***

 

— ¡JongIn! —Llamó su pequeño acompañante sobre la estridente música—. ¡Veo las escaleras!

El más pequeño tomó su mano y no pudo evitar tensarse, pese a mostrar su mejor sonrisa y seguirlo de buena gana. Ambos avanzaron de ese modo, hasta poder llegar a la segunda planta, donde finalmente logró soltar su mano.

— Es por allá, vi a Sehun por en algún lugar en esa dirección —dijo emocionado.

— Claro —sonrió—. ¿Por qué no te adelantas mientras busco a mi primo para saludarlo? —Propuso, apuntando a la dirección opuesta.

— De acuerdo.

JongIn asintió, avanzando apenas un par de pasos antes de que los brazos contrarios lo rodearan sorpresivamente por la espalda. Haciendo que su cuerpo entero se congelara y su respiración se detuviera.

— De verdad, muchas gracias por lo de esta noche —musitó.

Se escuchaba tan real, tan agradecido y honesto, sin embargo, era mentira. Todo él lo era y JongIn apenas pudo contenerse para no apartarlo y gritarle a la cara que dejara de fingir, de jugar con él.

Para su buena fortuna, él se fue de inmediato, dejándolo ahí solo y que pudiera tomarse un tiempo para recuperarse antes de reunirse con JongDae.

Su primo, que parecía saber cuándo algo iba mal con él, lo esperaba justo a dos mesas de distancia donde se encontraban el pequeño Minseok y el padre del mismo.

— Te vi llegar con tu pequeño amigo.

— Sí, debe estar reuniéndose ahora mismo con Oh —bufó—. Veo que invitaste a tu suegro.

— Por supuesto —sonrió—. ¿Qué tal la misión?

— Sin problemas, me asegure de llevarlo de compras y de hacerlo creer que tenía mi apoyó con su objetivo de esta noche. Él dice que solamente hace este tipo de cosas mientras logra conseguir que su corazón deje ir sus sentimientos, no es con mala intención —explicó con desdén.

— ¿Y Luhan?

— Por supuesto escuchó nuestra charla por una desafortunada coincidencia —dijo con un falso pesar.

— Magnífico. Ahora solamente falta que nuestra pieza principal llegué —sonrió malicioso—. No debe tardar, así que ve con ellos. No puedes perderte la cara que pondrá.

— Tienes toda la razón. Me voy primero.

Él asintió, viendo al mayor alejarse y chasqueó la lengua con enojo. Completamente seguro de que el otro seguía teniendo una herida fresca, por mucho que su orgullo lo hiciera decir que estaba bien.

— Espera un poco, pronto acabará.

 

***

 

— Me voy —anunció.

— Okay, que te vaya…

La frase de Zhao no terminó de formularse y la expresión de YanYan no era mejor, Luhan al verlos sintió su rostro arder, caminando rápidamente a la puerta, antes de que alguno de ello le dijera algo sobre cómo se veía.

— Jackson, estoy listo —llamó apurado a su amigo.

El distraído chico asintió, apenas levantando su vista para verlo y asentir, quedándose pasmado y con la quijada desencajada al ver aparecer a Luhan. La vergüenza solamente subió un peldaño más en la escala de las cosas más vergonzosas que había hecho en su vida, posicionándose como la primera.

— ¡De-Deja de mirarme así y sácame de aquí! —Exclamó abochornado.

Jackson asintió con el rostro rojo, poniendo en marcha su motocicleta, todavía preguntándose cómo era que Luhan había logrado ponerse esas cosas y como era que Sehun lograría quitarlas al final de la noche.

— N-Ni una palabra de mi ropa —advirtió Luhan al subir a la motocicleta contraria.

— Cla-Claro —balbuceó—. ¿N-No tienes frío vistiendo así? —Interrogó, olvidándose de lo dicho antes.

— Dios, solo cierra la maldita boca y vayámonos antes de que YanYan jiÄ›jiÄ› se recupere del asombro.

— ¡Wu Luhan!

Escucharon gritar desde el interior de la residencia y el miedo hizo a Jackson arrancar en menos de un segundo. Todo el recorrido fue mortalmente vergonzoso, Jackson no se había comportado de esa forma tan tímida desde…

Demonios, había pasado tanto que Luhan ya ni se acordaba.

— Bu-Bueno llegamos, t-te ayudaría a bajar, pero… mejor no.

Luhan hizo una mueca tan pronto vio el enorme letrero de Hell en grandes letras neón. La única vez que había estado ahí, la experiencia había sido más allá de espantosa, entrar no era lo que realmente quería hacer, pero entonces tendría a JongDae saliendo por él para arrastrarlo dentro.

— ¿Luhan? —Llamó un preocupado Jackson—. No tenemos que entrar ahí si no quieres. Estoy seguro que incluso Sehun estará bien si ahora lo llamas y le dices que has cambiado de opinión —consoló con una sonrisa amistosa.

Luhan sabía eso, sin embargo…

— No me hagas arrastrarte dentro, niño. —La voz y la presencia de Kim JongDae les provocó a ambos un escalofrío.

Ambos niños permanecieron prácticamente inmóviles ante su presencia y él solamente pudo bufar con fastidio, ahorrándose el tedioso trabajo de recordarles que hacerles algo no le era ni interesante, ni redituable, por lo tanto, no perdería el tiempo con ellos.

— Jackson, ¿por qué no entras primero? —indicó, o al menos trataba de parecer eso cuando en realidad ambos chicos sabían que en realidad era una orden.

— Yo…

— Tan solo espéralo en la entrada, seré breve —soltó con fastidio.

El menor no parecía muy convencido, avanzando solo hasta ver a Luhan sonreírle a medias y asentir. Dejándolo solo con el mayor, su mirada fría recorrió a Luhan de pies a cabeza antes de aplaudir.

— Me gusta —declaró.

— A mí no.

— Ciertamente no era lo que esperaba, pero te queda. Te ves bien y además está ese claro mensaje de que está noche tendrás sexo. Felicidades, has superado mis expectativas.

— Bien por mí —bufó.

— Te dije que tu sabías como hacerlo y no me decepcionaste. Como dije antes, no me esperaba esto, pero definitivamente acabarás con él. Por cierto, me encanta lo que los pantalones le hacen a tu culo y la mierda transparente en tu pecho es un gran toque.

Luhan hizo una mueca aún más amarga, mientras en su mente maldecía al hombre frente a él por no cerrar la maldita boca de una buena vez, además del obvio hecho de que estaba poniendo los ojos donde no debía.

— Oh, me alegra que mi atuendo de prostituto masculino te guste —soltó con evidente sarcasmo.

— Vamos, mocoso. No seas tan negativo. Créeme cuando te digo que esto te queda, en cualquier otro se vería vulgar, pero tú lograste hacer que se vea realmente sofisticado —aseguró, aunque era obvio que se burlaba—. Veo también que aprendiste bien los trucos de la señorita Yin, eso me gusta. Eres inteligente y astuto, realmente me impresionas.

— Genial, ahora puedo sentirme bien porque luzco con un prostituto con clase —bufó y él se echó a reír.

— No seas melodramático, niño. Esto es algo de una vez —aseguró.

— Sí bueno, preferiría no estar haciendo esto —murmuró—. Es muy incómodo.

— Que bueno, me importa una mierda. Ahora, vas a entrar ahí y lucirás orgulloso e inalcanzable. No vas a intimidarte y harás que esa rata se enfurezca tanto, que termine por ahogarse con todo su maldito veneno —sentenció.

— Como diga, jefe —masculló entre dientes.

— Tranquilo, niño —sonrió ladino, completamente acostumbrado a la hostilidad del menor—. Créeme que una vez entres ahí, me darás la razón al ver a esa pequeña peste a nada de sentarse en el regazo de ese novio tuyo y la incomodidad se te va a olvidar —La oración tuvo la reacción deseada, la motivación que el niño necesitaba había vuelto.

— No tengo que quedarme toda la noche, ¿verdad?

— Como dije, solo el tiempo suficiente para hacer de esta noche, una que lo hará revolcarse de rabia durante mucho tiempo —dijo con perversidad.

Luhan asintió, mirando detenidamente al hombre que le devolvía el gesto, había una pregunta que no estaba muy seguro de formular, pero él parecía adivinarla por cómo suspiró.

— Es porque lo odio —respondió a la pregunta no hecha.

— Pensé que eras intocable. ¿Qué podría hacerte él como para ganarse tu odio? —Musitó.

— No me ha hecho nada a mí y ese es el problema —respondió, confundiendo más al niño—. Mira Luhan, lo único que debes saber es que me voy a retirar, pero para lograr eso, para no tener ningún arrepentimiento, debo atar cada cabo suelto y él es el último de ellos. Sin embargo, para hacer esto te necesito.

— D-De acuerdo —murmuró confundido.

— Ahora, entra ahí y hazlo pedazos.

Luhan asintió, andando a la entrada y le dio una sonrisa tranquilizadora a Jackson. Su amigo asintió, acompañándolo sin quejas y siendo su protector mientras avanzaba.

— Ellos deberían estar en la segunda plata —indicó al llegar a las escaleras.

— Bien, aquí vamos —murmuró nervioso.

Apenas tardó un par de minutos en encontrar al resto. Después de todo, la risa de Chanyeol era algo difícil de ignorar.

La imagen de aquel tipo estando prácticamente sobre Sehun debería ser algo que Luhan realmente esperaba. Aun así, su ceño se frunció al instante y lo maldijo desde el fondo de su corazón una y otra vez.

Junto a ellos, Kai fue el primero en notar su presencia y ante tan aterradora expresión, Luhan solo pudo pensar en correr, pero en lugar de eso, continuó avanzando con seguridad.

— Mi príncipe —saludó coqueto.

No respondió, viendo a Sehun levantar la mirada en su dirección, al igual que todos los demás. Las expresiones de incredulidad fueron casi divertidas en ellos.

El móvil en las manos de Sehun resbaló y fue evidente la forma en que contuvo la respiración, Luhan únicamente le dio una sonrisa suave, deteniendo su andar apenas a unos pasos de él, aparentando que no notaba su reacción o que no estaba muriendo de vergüenza para sus adentros.

— Hola —habló por fin.

— ¿Lu-Luhan? —Balbuceó Jun Hong.

— ¿Quién más podría ser? Todos parecen estar viendo un fantasma.

— N-No, para nada —balbuceó Kyun Min—. Solo es que te ves… algo diferente —murmuró con las mejillas sonrosadas.

— ¿Tan mal me veo? —Interrogó con falsa inocencia.

— Para nada, pequeño príncipe —respondió inmediatamente Kai—. De hecho, no te habías visto así de bien desde que tú y tu amiga fueron a rescatar al pequeño Byun al bar de JunMyeon hyung.

Luhan apenas pudo no hacer una mueca, ciertamente era de esa noche de donde había conseguido la ropa que llevaba puesta.

— Gracias, supongo —sonrió levemente, tomando asiento del lado opuesto en el que se encontraba su atontado novio.

Nadie parecía poder hablar o dejar de mirarlo y de seguir así, él no creía poder soportarlo y terminaría suplicándole a todos que dejaran de mirarlo antes de derretirse de pena.

— Seguramente fue un reto poder pasar por la pista de baile luciendo tan bien como lo haces, Luhan. Algunas personas pueden ser muy vulgares.

La voz de Kyungsoo lo hizo olvidarse de cualquier rastro de timidez y lanzó su feroz mirada a él, disfrazando su absoluto desprecio tras una expresión de cordialidad. La misma que él mostraba de vuelta.

— Para nada, Jackson estaba conmigo. Sé que las personas pueden ser realmente despreciables, pero no fue un problema en absoluto para mí.

La sonrisa ajena tembló, pero no tenía mucho tiempo o interés de seguir perdiendo el tiempo con él, por lo cual llevó su atención a su todavía inmóvil amante. Sosteniéndole la mirada a esos oscuros ojos que no parecían poder ver a nadie más.

— ¿Es decir que Jackson te trajo todo el camino hasta acá en su motocicleta? —Soltó algo inconforme Haneul.

Jackson, que apenas había tomado un sorbo de la bebida de Kyun Min, casi se atragantó con la misma.

— Chicos, yo…

— Vaya, todo un viaje de doce minutos con Luhan abrazado a ti —suspiró tristemente Baekhyun.

El ceño de Sehun se frunció en segundos y Luhan supo que debía callar a sus amigos antes de que Jackson estuviera en problemas muy serios.

— No, eso no…

— Vaya, que suerte tienen algunas personas —murmuró un enfurruñado Kyun Min.

La expresión de Sehun se oscureció más y eso puso completamente alerta a Luhan.

— YiFan gÄ“ cumplió su promesa, tengo un móvil nuevo. ¿Por qué no agendas nuevamente tú número? —Intervino para evitar cualquier incidente.

Lo cual fue obvio e hizo a todos callarse de una vez. Es decir, aquel pedido era completamente innecesario, cuando Luhan sabía de memoria ese número. Aun así continuó, extendió su móvil en dirección contraria, riendo suavemente al ver la reacción un tanto torpe del otro.

Tal vez sus dedos se rozaron un poco de más, había también una posibilidad que la forma en la que Luhan se mordió el labio inferior en ese breve intercambió hubiera sido innecesaria e hiciera que él casi dejará caer el aparato, siendo rescatado apenas por Chanyeol.

— No lo dejes caer a menos que me quieras comprar uno nuevo —murmuró con un mohín.

— Luciendo como lo haces, yo mismo te compraría una casa —bromeó Kai.

— Cierra la maldita boca —habló por primera vez desde que Luhan había aparecido.

— Bien, olvidemos el tema, lo importante es que ahora que Hannie llegó, todos podemos estar más tranquilos.

La oración parecía realmente simple, pero era una obvia orden para que todos dejaran de armar escándalo de parte de Baekhyun. Luhan no pudo no sentirse agradecido con él por ello, sonriéndole para hacérselo saber.

El resto continuó hablando como si nada más pasara. Luhan por su parte, se mantenía participando de la conversación a medias, más bien concentrado en intercambiar miradas fugaces con su silencioso novio. Pesé a lo mucho que Kyungsoo se estaba esforzando, Sehun simplemente no decía nada desde que él había llegado.

— Desde que llegaste no has tomado nada, pequeño príncipe —comentó Kai—. ¿Qué te gustaría? Lo que sea, irá completamente por mi cuenta —ofreció con ese usual tono de casanova que lo caracterizaba.

Las miradas hostiles de Kyungsoo y Sehun se dispararon en su dirección mientras Luhan simplemente reía un poco.

— No gracias, hyung. El alcohol y yo no combinamos juntos —declinó el amable ofrecimiento.

— Es una lástima —fingió decepción—. Aun así, podemos pedirte agua o soda.

— Agua estaría bien —sonrió.

— Enseguida —dijo entusiasmado—. Vamos, Soo. Tenemos que conseguir agua para Lu y para ti.

Kyungsoo protestó al instante y al mayor no pudo importarle menos, sujetando su mano para sacarlo de su asiento y arrastrarlo lejos de todas formas. Dejándole el camino completamente libre a Luhan.

Luhan miró a su alrededor, Kyun Min y Haneul se habían ido a quién sabe dónde hacía un rato, Cherry por su parte bailaba hacía una hora con Jun Hong y Jackson en la planta baja. Lo que solo dejaba a Baekhyun y Chanyeol ahí, sin embargo, ellos estaban en su propio mundo.

— Chicos, Yeol y yo iremos rápido a saludar a Minseok —anunció su mejor amigo—. No demoramos.

— De acuerdo —respondió Luhan tranquilamente.

Baekhyun asintió conforme, avanzando de la mano de su infantil novio, Luhan los observó hasta perderlos de vista, desviando su atención a Sehun. Él se tensó, sosteniéndole la mirada al tiempo que hacía una graciosa expresión al verlo ponerse de pie y acercarse.

Sí Luhan tuviera que describirla, definitivamente era el tipo de expresión que ponían las protagonistas cuando su incansable crush se acercaba a ellas en las películas o dramas.

— No has hablado mucho esta noche —comentó, sentándose justo a su lado.

Su mano descansó suavemente en el muslo del más alto-a la altura justa para ser un acto íntimo, pero no lo suficiente para ser algo sexual-, y casi no pudo evitar reírse al verlo tragar duro por esa simple acción.

— Tú tampoco has hablado mucho —murmuró.

— Eso es cierto —aceptó—. Aunque eso en realidad es por tu culpa —afirmó—. No has dejado de mirarme y me pones muy nervioso. Temo que, si hablo mucho, terminaré tartamudeando.

Instintivamente su tono de voz bajó solo un poco más, su cuerpo se inclinó solo un poco más cerca y lo que fuera que él iba a decirle, pareció olvidarlo tras esas acciones. Ese efecto entre ambos, aquel donde el tiempo parecía detenerse y que Luhan amaba, pareció aislarlos de todo lo demás en el lugar. Ambos mirándose a los ojos, como si fueran incapaces de mirar en cualquier otra dirección.

Luhan mentiría completamente si no admitía, que lo que más deseaba en ese momento era tener los labios contrarios sobre los suyos.

— ¿No tienes frío usando ropa tan ligera? —Susurró tan cerca, que Luhan era capaz de sentir su aliento sobre los labios.

— Tal vez un poco, pero tú no me has ofrecido tu chaqueta.

La respuesta obtuvo una sonrisa de parte del más alto y al verlo inclinarse, Luhan contuvo el aliento en espera de ese beso que había estado deseando. Sin embargo, él simplemente quitó su chaqueta y la colocó sobre sus hombros.

— ¿Mejor? —Interrogó algo divertido.

Luhan frunció el ceño, asintiendo de mala gana mientras acomodaba correctamente el abrigo. Lo escuchó reír y lo maldijo para sus adentros.

— No deberías ponerte ropa tan ligera si después tendrás frío, cielo —aconsejó.

— Deberías apreciarlo más, en parte es tu culpa que me vistiera así —masculló en un débil susurró.

— ¿Qué?

Al escuchar la pregunta, su mirada algo alarmada se fijó en el más alto, esperando que realmente no lo hubiera escuchado del todo.

— ¿Q-Qué?

— Lo que dijiste…

— N-No dije nada —aseguró nervioso.

— No, tú acabas de decir…

— N-No es verdad, n-no dije nada.

— ¿Por qué vestirse así pensando en mí? —Interrogó, sosteniendo con cuidado el mentón de su ruborizado novio para encontrar su mirada—. ¿Es eso, nene? ¿Querías sorprenderme? —Preguntó, la emoción brillando en sus ojos oscuros.

— T-Tú siempre dices que yo soy como la persona más hermosa del mundo, pero… —Bufó, empujando las manos contrarias—. En realidad, yo no me siento así. En-Entonces pensé que por una vez… tal vez… si yo me esmeraba un poco…

Sus labios se apretaron y torcieron, sin encontrar las palabras que buscaba, o en realidad, no atreviéndose a decirle la verdad.

— E-El punto es que, yo pensé que tal vez te gustaría y por eso… Yo no lo pensé demasiado precisamente.

La intensa mirada contraria lo hizo temblar y la lenta sonrisa en esos labios, realmente lo hizo desear tener entonces el agua de la que Kai había hablado antes.

— Bueno, eso es realmente lindo —soltó divertido con la expresión contraria—. No era necesario, debo decir. Tú ya eres una maldita obra de arte, sin embargo…

Él se inclinó un poco más, como si ellos ya no estuvieran lo suficientemente cerca, la distancia entre ellos a esas alturas era inexistente. Los labios del más alto rozaron su lóbulo, revolucionando las emociones de Luhan.

— Si tu idea era lograr excitarme tan pronto te viera… —Susurró, obligando a Luhan a tragarse el vergonzoso gemido que casi emitieron sus labios—. Debo decir que has hecho un trabajo extraordinario.

El calor le recorrió el cuerpo entero mientras su sangre corría emocionada hacia el sur, obligándolo a apretar las piernas por temor a humillarse públicamente a sí mismo. Una de las manos contrarias, se posó sobre su muslo como antes él mismo había hecho, simplemente que Sehun la había colocado peligrosamente arriba, dejando su mente algo embotada.

Apenas logró reaccionar, sosteniendo su mano justo en el momento en que él pretendió subir un poco más, volviendo el juego algo realmente peligroso.

— T-Tu mano…

— Nadie verá nada, Luhan. Este lugar está demasiado oscuro.

Luhan balbuceó una débil negativa, todavía sosteniendo la mano ajena para evitar que llegara a una zona por demás peligrosa. Sus suplicantes ojos conectaron con la ardiente mirada de Sehun y si era honesto…

No estaba muy seguro de si lo quería pedirle; era que se detuviera o que continuará.

— Bueno… —La voz algo burlona de Kai, lo arrastró de vuelta al presente y su rostro se volvió rojo intenso—, veo que te diviertes, pequeño príncipe.

Sehun retiró su mano mientras gruñía entre tanto Luhan desviaba la mirada a cualquier otro lado, apenas teniendo un vistazo de la expresión lúgubre en el rostro de Kyungsoo. No pudo importarle menos debido a la vergüenza de lo que casi había estado a punto de hacer.

— ¿Todavía quieres el agua, pequeño? Creo que realmente la necesitas —Ofreció su fastidioso mayor.

— Y-Yo…

— ¡Chicos! —Chilló Kyun Min desde algún lugar—. Fuimos a recorrer el lugar y está realmente genial, nada que ver con antes —informó con emoción.

— Ciertamente el señor Kim se esmeró en la remodelación —aseguró Haneul.

— Sí, sí y… ¿Por qué tienes la cara roja, Luhan?

— Bu-Bueno, es…

— Nos estabas hablando del lugar, Min. No cambies de tema de la nada —intervino Sehun.

— Oh, sí, sí —asintió alegremente, como si de verdad no notara nada raro—. Les decía, él lugar está increíble. Incluso los baños son agradables y no la porquería que eran cuando Minho dirigía el lugar.

Kai inmediatamente notó la expresión aún más tenebrosa del pequeño chiquillo a su lado, sonriendo ampliamente sin molestarse en ocultarlo en absoluto. El pequeño bastardo aún no se reponía de la película porno que habían estado por montarse el pequeño Luhan y su novio, por lo cual que ahora hablarán de su antiguo juguete, golpeaba con el doble de fuerza.

— ¿A dónde vas? —Interrogó Haneul al ver a Sehun ponerse de pie.

— Creo que lo que he estado tomando comienza a marearme un poco, iré a tomar aire fresco —respondió y Kyungsoo pareció cambiar su expresión de inmediato—. Luhan, ven conmigo.

La expresión oscura de Kyungsoo volvió a mostrarse al instante, mientras que Luhan torpemente se ponía de pie y tomaba la mano que el más alto le tendía.

— No tardamos —informó.

El resto de los amigos de la pareja asintió como si nada, no así Kyungsoo y Kai sonrió ampliamente al verlo apretar los puños. Levantando su copa hacia Luhan, que se había vuelto en dirección a la mesa.

No tenía idea de a donde era que iban, pero estaba seguro de que no era afuera como Sehun había dicho. Todavía así lo siguió escaleras abajo, cruzando la abarrotada pista de baile hasta una puerta al fondo que no tenía ni un solo señalamiento y que uno seguramente pensaría estaba cerrada a simple vista.

— ¿A dónde vamos? —Preguntó tras verlo empujar la puerta -que estaba abriera en realidad-, sin resistencia alguna.

— Te dije, necesito aire fresco.

La sonrisa en sus labios lo delataba, todavía consciente de ello, Luhan solamente apretó ligeramente la mano que estaba sosteniendo desde que ellos habían dejado a los otros, caminando tras él por aquel pasillo carente de iluminación.

Como si fuera el dueño del lugar, simplemente abrió para él una puerta al azar de las tantas que estaban esparcidas por ese pasillo desierto, dejándolo entrar primero a una pequeña habitación totalmente vacía.

La iluminación de lo que apenas podía ser llamado habitación era mejor que la del pasillo, era pequeña, aunque lo suficientemente amplia para que dos personas pudieran estar dentro y moverse libremente.

— ¿Qué es este lugar? —Interrogó tímidamente, pesé a que en realidad sabía la respuesta.

— ¿Tú qué crees? —Preguntó de vuelta, mostrándole la misma sonrisa traviesa de minutos atrás.

La puerta se había cerrado, el pestillo estaba puesto y aunque Luhan tuviera alguna intención de escapar, todavía sería un tanto imposible con Sehun de pie frente a ella con los brazos cruzados. Por lo tanto, únicamente le quedó encogerse de hombros y mirar en otra dirección.

— Antes dijiste que te esmeraste pensando en mí, así que… ¿por qué no me dejas ver mejor?

El calor en sus mejillas que ya sentía desde mucho tiempo atrás simplemente aumentó un poco más. Asintiendo, simplemente se deshizo de la chaqueta que no era suya, permaneciendo inmóvil para que él tuviera el vistazo que había pedido.

— N-No estaba muy seguro en realidad —admitió—. L-La última vez no estabas muy feliz al verme con esto, por lo que… pensé que en realidad no iba a gustarte del todo.

— Bueno… —comenzó, cerrando la poca distancia entre ambos—. La vez pasada no era yo él único que estaba viendo.

El aroma hechizante de su perfume, el calor de su cuerpo, el tono ligeramente más profundo de su voz y las manos en su cintura lo embriagaron un poco, así como lo hicieron estremecer.

— Yo… la vez pasada, aunque era algo desastroso, yo… —mordió su labio inferior, intentando concentrarse y recordar cómo hablar sin parecer un tonto—. Todavía esperaba que dijeras que te gustaba como me veía.

— ¿Quién dijo que no me gustó tanto como ahora? —Susurró justo sobre su oído y él jadeó suavemente—. El problema con el antes, era que alguien más podría tratar de conquistarte. Sin embargo, ahora tú me amas con la misma loca pasión con la que yo te amo a ti, por lo que ellos pueden ver y desear tanto como quieran, porque al final tú vas a entregarte solo a mí.

La felicidad en su declaración era tan evidente, como su despierto sexo rozando el muslo de Luhan y todo en conjunto, tenía un corto circuito en los sentidos de Luhan. Su cuerpo quería derretirse en los brazos de Sehun, fundirse con la piel caliente del más alto y entregarse con la loca pasión que él acaba de mencionar.

— Te queda bien, BÇŽobèi Lù —murmuró—. También que no puedo esperar para quitártelo. Siento que entraré en combustión si no logró devorarte en los próximos segundos.

— L-Los demás… —Balbuceó, aunque su traicionero cuerpo estuviera temblando contra el contrario.

— Que esperen.

Tras esa simple frase, sus labios fueron sellados por la ansiosa boca del más alto. Fiel a sus palabras, el ardiente beso parecía querer devorarlo y se encontró a sí mismo correspondiendo dócilmente al brutal asalto.

Las manos ajenas sobre su cuerpo recorrían con maestría todos esos lugares que encendían su libido, arrancando de sus labios un dulce gemido tras descender por su espalda y posarse en su trasero, apretando con la fuerza justa como para sorprenderlo gratamente.

— Tú…

— Dios, te ves jodidamente sexy, mi amor —murmuró con voz ronca—. Necesito hacer de ti un desastre.

Lo abrazó con fuerza mientras besaba su cuello, mordiendo y chupando la sensible zona. Él parecía tener algo con ello y también enloquecía a Luhan. Sin embargo, todavía tenía una brizna de cordura que le exigía detenerlo antes de terminar por hacerlo en ese lugar que en realidad odiaba desde el fondo de su corazón.

— Se-Sehun, l-los demás…

— Lu…

— M-Más tarde, en casa de Chanyeol —ofreció.

La inconformidad era obvia, pero él nunca le diría que no. Tan solo frunció el ceño como un niño mientras lo abrazaba y suspiraba frustrado. Luhan sabía cómo hacerlo sonreír en esos momentos, atrayéndolo para un corto y tierno beso en los labios.

Él sonrió de vuelta, estrechando el cuerpo más pequeño y depositó un suave beso en su coronilla para luego dejarlo ir.

— Te ves precioso, BÇŽobèi Lù —repitió.

— Tú siempre te ves guapísimo, Hun —murmuró, haciéndolo reír.

— Ven, te sacaré de aquí antes de olvidarme de tu pedido.

Tomó nuevamente su mano, dejándose guiar por él de vuelta a la mesa con los demás. Recibiendo miradas extrañas tan pronto aparecieron, Luhan sabía cómo debía verse, las manos de Sehun habían estado por todo él y desordenaron un poco su ropa.

En aquel momento ni siquiera recordó acomodarla, por lo que en ese instante sólo podía sonrojarse y fingir que nada era extraño. Solo hasta que su vista chocó con la expresión furiosa de Kyungsoo, él tipo lucía como si pudiera echarse a llorar de rabia en cualquier segundo y solo eso tuvo una sonrisa ladina en sus labios, inclinándose felizmente en el abrazo de su amante.

— Bueno, ustedes sí que…

— Sehun —llamó Kyungsoo, su voz temblaba un poco—, baila conmigo. Nadie más quiere hacerlo, así que hazlo tú —pidió, aunque era más una exigencia.

— Kyungsoo…

— Oh, vamos —interrumpió Luhan—. No seas así, ve y baila con Kyungsoo —pidió con una sonrisa divina.

— Pero…

— Estaré bien —prometió—. No iré a ningún lado sin alguno de los chicos.

— De acuerdo —aceptó de mala gana.

Luhan asintió, recibiendo un breve beso antes de mirar de reojo en dirección a Kyungsoo, como si le dijera: “él lo hará solamente porque soy yo quien se lo está pidiendo”. Casi pudo jurar que lo escuchó rechinar los dientes antes de tener que esconderse tras esa máscara de falsa inocencia y amabilidad.

Baekhyun tenía una ceja arqueada en su dirección y Kai parecía estar listo para dejar ir una carcajada. Luhan los ignoró, tomando por fin el vaso de agua que Kai había ido a buscar antes.

Tratando de no pensar demasiado en su incómoda ropa y la promesa que le había dado a Sehun sobre continuar su charla para más tarde. Los malditos pantalones ya eran lo suficientemente incómodos como para agregar sus pensamientos lascivos.

— Te ves algo incómodo, pequeño príncipe —comentó un sonriente Kai—. ¿El aire fresco no te ayudó?

El rostro de Luhan se volvió ligeramente rojo y maldijo entre dientes al mayor, al verse blanco de las miradas interrogantes de sus amigos.

— Iré al baño —anunció, evitando así que le hicieran cualquier otra pregunta incómoda.

Kai estuvo de pie y siguiéndolo de cerca tan pronto como les informó a todos sobre su intención. Al verlo, Luhan frunció el ceño y se volvió en su dirección antes de bajar las escaleras.

— ¿Por qué me sigues?

— Porque tú le dijiste a ese novio tuyo que no irías a ningún lado si no era acompañado. Yo solo estoy asegurándome que cumplas tu palabra.

Luhan bufó, dejando que hiciera lo que quisiera de todas formas. Continuando con su plan inicial, pero ingresando al lugar solo hasta convencer al odioso hombre que no podía entrar también. La habitación estaba prácticamente vacía, totalmente diferente a la última vez que había estado ahí.

Sin embargo, todavía era el mismo lugar al cual había entrado totalmente desorientado y asustado aquella noche, en la que las antiguas compañeras de Baekhyun lo habían drogado. El lavamanos seguía en la misma área y si hubiera sido el pasado, en ese entonces tendría que estar vaciando ahí el contenido entero de su estómago mientras sollozaba de enojo y miedo.

La puerta se habría abierto en algún momento y en medio de la bruma de confusión total, habría creído ver a Sehun mirarlo desde el otro lado. Recordaba haber tratado de llegar a la imagen que su caótica mente le mostraba, se había arrastrado incluso para poder acercarse y volver a sentirse seguro.

Sin embargo…

Él no era la persona que había anhelado, Luhan todavía sentía el dolor en su cuero cabelludo de cuando ese monstruo había tirado de su cabello. Su aliento caliente sobre su rostro y su voz cargada de asco llamándolo puta.

La desesperación de aquel entonces; cuando esa bestia le dijo entre risas que Sehun no iba a salvarlo, se instaló dolorosamente en su pecho y supo que no podía hacerlo. Que haber ido era una estupidez y que no podía enfrentar ese fantasma aún.

Salió apurado de la habitación, recibiendo una mirada alarmada y confundida de parte de JongIn. Negó, no queriendo darle ninguna explicación a él, iba a decirle que necesitaba reunirse con Sehun e irse de una maldita vez, pero las palabras se quedaron atascadas en su garganta.

Su vista se clavó en la familiar figura al otro lado, avanzando silenciosa y temerosa entre la multitud. Tratando de no ser visto, aprovechando la mala iluminación del lugar para deslizarse por el lugar.

— ¡Joon! —Gritó Luhan con fuerza.

El horror desfiguró por completo el lamentable semblante del hombre y fue aún peor cuando sus asustados ojos conectaron con los de Luhan. Él comenzó a correr y Luhan se movió por puro impulso, saltando sobre las mesas para poder acortar camino.

— ¡Luhan!

No estaba seguro de quien lo llamaba, no se detuvo a averiguar de todas formas, aterrizando al otro lado y corriendo con todo lo que tenía tras su objetivo. Derrapando en la entrada hasta impactar duramente con uno de los muros, pero ni siquiera eso lo detuvo.

— ¡Joon! —Gritó con todas sus fuerzas al cruzar la entrada y mientras corría tras él.

Hubo un sonido algo estridente pero no tenía tiempo para averiguar qué era, incluso olvidando por completo sus buenos modales y empujando a todas las personas a su paso mientras se lanzaba tras la única persona que tenía todas las respuestas que necesitaba. Él miró hacia atrás totalmente aterrorizado del terco chiquillo que corría tras él.

— ¡Detente! —Ordenó.

Joon no lo hizo, incluso aceleró el pasó, esperando perderlo, rezando en realidad para que así fuera. Poco a poco Luhan se encontró perdiendo contra él, sentía que le faltaba el aliento y las piernas apenas le respondían desde que habían empezado esa persecución.

Hell hacía mucho que había quedado atrás y al ver la distancia crecer, la frustración empezó a debilitarlo.

— ¡No lo haré! ¡No me detendré! —Gritó, dando su último intento desesperado.

— ¡Tan solo vete! —Exclamó el aterrado sujeto.

El golpe fue duró cuando el necio niño finalmente le dio alcance, tacleándolo y enviándolos a ambos al suelo dolorosamente. Trató de ponerse de pie de inmediato, pero él tiró de su chaqueta para devolverlo al suelo.

Ambos forcejearon y rodaron por el suelo, Joon suplicaba desesperadamente para que lo dejara ir, pero él no cedería, no hasta obtener lo que quería.

El puño contrarió conectó con su rostro, aturdiéndolo por completo y Joon aprovechó esa oportunidad para ponerse de pie mientras tartamudeaba una disculpa. Todo le daba vueltas cuando logró ponerse de pie y comenzó una nueva carrera tras el otro. Solamente para verlo abordar un taxi y destruir completamente todo su esfuerzo pasado.

— ¡Joon! —Llamó a gritos, persiguiendo el vehículo a sabiendas que era inútil—. ¡Joder, no huyas!

Él pareció escucharlo, mirando hacia atrás con una expresión de culpa y miedo. Cómo si realmente estuviera lamentando hacerle todo eso a Luhan.

— ¡No vas a esconderte por siempre! ¡Te encontraré y te haré darme todas mis malditas respuestas! ¡No voy a rendirme! —Gritó en medio de la desierta calle, derrumbándose por fin y golpeando el asfalto con su puño—. ¡Demonios!

Su cuerpo entero comenzó a quejarse de dolor tras el golpe de adrenalina y notó entonces que su labio inferior estaba roto, sus nudillos sangraban y su camisa había sido rasgada, manchada no solo de polvo, sino también con algunas gotas carmesí en ella. De Joon, solamente quedaba la chaqueta que había perdido durante su forcejeo pasado y nada más.

— Si los dioses realmente existen, uno de ellos de verdad se divierte conmigo —murmuró derrotado, tratando de no dejar ir las lágrimas de frustración que empañaron su vista.

Se puso de pie con las piernas temblorosas, mirando en todas direcciones, pero sin reconocer absolutamente nada.

— Genial —rio débilmente al ser una mejor opción que solo echarse a llorar—. Bien, como sea, esto simplemente no se ha acabado hasta que yo lo diga —sentenció decidido a no derrumbarse aún.

Emprendiendo su camino de vuelta. Aun cuando no sabía si iba en la dirección correcta, tampoco estaba muy seguro de si podría caminar por más de dos minutos antes de no poder moverse, pero cualquier cosa era mejor que quedarse ahí. Además…

¡Diablos!, él quería un maldito abrazo de su novio.



Notas finales:

Espero que el capítulo les guste y les mando mil abrazos desde aquí.

Las amo y hasta la próxima.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).