El aliento de Yuuri era cálido y dulce, adictivo a más no poder. Lo invitaba a ganar más terreno en esa piel, pero si quería ganarse su confianza debía avanzar lento.
En contra de la voluntad de ambos, poco a poco separaron sus labios. Yuuri volvió a tomar sus cosas. Empezando lentamente a escribir mientras Víctor se fijaba en sus hebras obscuras.
“aunque no me odies, nuestra relación será difícil, ni siquiera podemos hablar como es debido, me demoro en escribir”
- entonces aprenderé el lenguaje sordomudo
“será una molestia hablarlo para ti”
- entonces solo lo usaré para entenderte, enséñamelo ¿sí? Me estoy enamorando de ti Yuuri, no puedo hacer nada al respecto… por favor no me rechaces – Víctor rodeó a Yuuri entre sus brazos para que descansara su cabeza en su pecho, mientras éste asentía, y con otro beso, sellaron su promesa.
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Era fin de semana, por lo que Yuuri tenía todo el día libre. Luego de la conversación que habían tenido el día anterior, Víctor había invitado al omega varias veces a tomar café entre las clases. Yuuri decidió que esta vez sería él quien lo invitara. No quería parecer que la relación no le importara, al fin y al cabo, él también se estaba enamorando.
“hola Víctor, soy Yuri, me preguntaba si querías acompañarme al cine hoy en la tarde. Esta vez quiero invitarte yo”
Miles de pensamientos pasaban por su cabeza: “¿sonará muy agresivo? No, creo que está bien, mejor cambio el saludo, no, mejor no…. El “soy Yuuri” sobra, es obvio que soy yo, mejor lo dejo como está…. ¡ya basta!”
Y apretó el botón de enviar obligando a su conciencia a callarse
“Ahora solo debo esperar respuesta”
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- ¡MILA YURI, MIREN! – gritaba Víctor por toda la pista
- ¿qué pasó? – preguntó la chica
- ¿algo nuevo?
- YUURI ME INVITÓ, ESTA VEZ NO LO TUBE QUE HACER YO ¡ÉL TOMÓ LA INICIATIVA!
- ¡eso es bueno vitcha! – Le dijo mila – vas por buen camino
- es verdad – reafirmó el rubio – pero no cantes victoria todavía, aun debes ganarte su confianza.
- de hecho sí, y tengo el plan perfecto para conseguirlo
- ¿cómo? – preguntó la chica de cabellos rojos.
- pues, aun no soy experto, pero estoy empezando a aprender el lenguaje sordomudo de ese modo hablaremos más fluidamente y nos sentiremos más cómodos. También creo que si yo soy capaz de contarle parte importante de mi vida, él será capaz de hacer lo mismo, si ambos conocemos nuestro pasado por separado, podremos hacer juntos un lindo futuro.
- una semana enamorado y ya te pusiste así de cursi – se quejó el hada rusa
- puede ser cursi – dijo la alfa hembra – pero tiene razón
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Pasaron unas cuantas horas, y por fin era el momento de encontrarse. El omega había insistido en pasar a buscar a Víctor, pero el alfa no iba a permitir hacer todo a Yuuri, así que pidió su dirección y fue a buscarlo.
- hola – le dijo Víctor, Yuuri movió su mano en forma de saludo con una gran sonrisa. Fueron caminando hasta el cine. En el camino Víctor le comentó las cosas que ya había logrado dominar de las señas, y Yuuri se sonrojó mucho por eso.
- quiero hacerlo para poder acercarme a ti.
“me alegra mucho” – le dijo con señas, ya que eran palabras que el ruso ya había aprendido, la comunicación ahora era más fluida, y solo usaba el cuaderno para frases más largas y complicadas.
“¿qué película quieres ver?” – le escribió, mientras pedía internamente que no fuera la de terror.
- mmm, está esa nueva de terror, o también el spin off de Harry potter, ¿te parece animales fantásticos?
“me encantaría”
Compraron las entradas, compraron pop corn, y entraron a la sala.
“estoy feliz de estar aquí con él” pensaba Víctor “sin embargo, siempre me he preguntado cómo es que perdió la voz ¿nació así? ¿Tuvo un accidente? Si es japonés ¿qué hace en Rusia? Son muchas preguntas, con el tiempo iré averiguando sobre él. Ahora mismo lo veo, su hombro derecho no tiene mi marca, cuando la tenga, menos alfas se acercarán a él… podremos sentir nuestras emociones… quiero tener ese tipo de conexión con él… mierda, lo amo mucho la verdad”
Yuuri, por otro lado, sentía la mirada del otro sobre él, más específicamente sobre su cuello. “si soy su destinado, supongo que debe de querer marcarme ¿no? Pero hay tantas cosas que no sé de él, y que él no sabe de mí. Tengo miedo. Miedo de que se aburra de mí, pero ya me dijo que se estaba enamorando, que no me quiere dejar. Miedo de confiar en alguien, y que me traicionen… otra vez… aun así… quiero que me marque”.
La película por fin empezó, y ambos vieron hacia adelante, pero ninguno era capaz de prestar atención.
De pronto, en medio de la obscuridad, sus manos se tocaron, Yuuri enrojeció, ya que él solo la había puesto para buscar su bebida, y Víctor no le dejó sacarla. Podía sentir los nervios de éste. Las luces de la pantalla le permitieron ver a los ojos de Víctor.
Solo con la mirada podía entender lo que el otro le pedía, se acercaron, sentían cerca sus respiraciones, y por segunda vez acabaron la distancia. Tal vez no era la película más romántica para esas cosas, pero se sentían a gusto.
Víctor movía sus labios sobre el inexperto Yuuri, casi parecería que fuera la segunda vez, luego de la primera cita, que besaba a alguien. “eso me haría muy feliz” pensaba Víctor.
Tomaron un poco de aire, y volvieron a unirse, esta vez Víctor pidió permiso mojando su labio inferior con su lengua, ante la impresión, Yuuri abrió su boca, y lo dejó pasar a su tibia cavidad. La lengua de Víctor hacía estragos en su interior. Se movía y saboreaba todo a su paso, tanto que el omega no podía seguirle el ritmo. Víctor intentó invitarlo a jugar con la suya, pero el aire, maldito aire, empezaba a hacer falta. Por lo que volvieron a separarse, quedando unidos por un hilito de saliva.
- te quiero Yuuri – le susurró
“yo igual” le dijo con sus manos
Besó superficialmente esos labios una vez más, y acabó la película.
Una vez afuera, no comentaron nada, básicamente porque ninguno prestó mucha atención. Pero disfrutaban de la compañía del otro, eso era seguro, y la nube rosa con corazones lentamente empezaba a formarse alrededor de ellos.
- por ciert…
- ¡Yuuri! – gritó alguien desde lejos, interrumpiendo lo que Víctor iba a decir
Yuuri miró desde donde lo llamaban, y reconoció a la persona desde lejos, por lo que la saludó con una cálida sonrisa.
- ¿quién es? – preguntó Víctor algo molesto por la interrupción
“pitchit, un amigo de la adolescencia” le escribió Yuuri. No le gustó nada la idea, además de que una vez que se acercó se dio cuenta de que era un alfa. Su alfa interior le pedía correr a ese amigo suyo, sobretodo porque Yuuri aún no había sido marcado, y pitchit por lo tanto, era una amenaza.
- ha pasado tiempo
Yuuri hacía señas que Víctor aún no podía entender, y darse cuenta de que ese amigo sí le entendía, lo inundaba de sentimientos obscuros e incómodos. Él no solía ponerse celoso, más bien era el tipo de persona que hacía a los demás estar celoso.
Al final, pitchit se acercó a su omega que aún no estaba marcado, le susurró algo que no alcanzó a escuchar, y se fue. Yuuri quedó completamente sonrojado con lo que sea que le haya dicho, y Víctor estaba hecho una furia por eso.
Siguieron el camino, Víctor tenía un semblante serio y aterrador, que no pasaba desapercibido por Yuuri, por lo que lo detuvo en medio del parque para que lo viera escribir
“pitchit es solo un amigo, de veras” le escribió rápidamente, entonces el alfa se sintió mal… estaba haciendo preocupar a su omega, pero no le dijo nada todavía.
“estuvo conmigo en todos los momentos más difíciles, como no estoy marcado, me intentaron hacer daño muchas veces durante mis celos, pero él siempre estuvo protegiéndome. Y me ayudó en mis peores momentos. Nunca he confundido su amistad con amor”
Luego de unos segundos pensando que decir, le respondió:
- te creo – ahora más tranquilo – perdóname, antes de enojarme debí preguntarte si quiera.
Un silencio incómodo inundó el ambiente entre ambos.
- ambos debemos aprender el uno del otro todavía
“tienes razón”
Se sentaron en una de las tantas bancas que había ahí, mirando el lago artificial con peces de colores.
- son muchas osas las que me gustaría preguntarte – le mencionó despreocupadamente, y era cierto, quería conocerlo a fondo.
“pregunta lo que quieras”
Víctor sintió que aún era muy pronto para preguntar por su pasado, por lo que decidió preguntar otra cosa.
- ¿es muy difícil vivir siendo mudo?
Yuuri se quedó unos minutos pensativos pensando en su respuesta. Finalmente empezó a escribir, aunque se demoró un poco.
“antes podía hablar, pero debo decir que no lo extraño para nada. El mundo en silencio es fascinante, te obliga muchas veces a quedarte como espectador, con el tiempo empecé incluso a disfrutarlo. Hay muchos detalles que antes pasaba por alto”
- ¿como cuáles?
“El sonido de los patines al deslizarme. Las miradas de las personas cuando hablan entre ellas. Los gestos de las manos de la gente… muchas cosas.”
- ahora te toca preguntar algo a ti, espero poder decir algo tan hermoso como eso.
Yuuri hiso un suspiro largo, pensando que preguntarle
“¿volverá tu amor al patinaje?” – le preguntó recordado una de las conversaciones, algo pasado de copas, que le mencionó su aburrimiento temporal del deporte.
- mmm, desde que te vi imitar mi coreografía en vivo y en directo, recordé la pasión con la que lo hacía en mi juventud. Pensaba que las respuestas estaban en la soledad, pero me di cuenta de que el patinaje estaba perdiendo sentido, no había amor, ni vida en eso, tú lo cambiaste. Te prometo que la próxima temporada te dedicaré todas mis coreografías. Te lo debo, por hacerme recordar esa pasión.
Yuuri se sonrojó mucho por eso. ambos querían saber acerca de la vida del otro, y si bien aún no estaban físicamente conectados por la marca, su unión era tan fuerte, que lo sentían en sus corazones.
- yuuri – fue Víctor el primero en romper el hielo - ¿te puedo preguntar como perdiste la voz?
“lo haré, pero te preguntaré como empezaste a amar, y luego aburrirte del patinaje”
- es un trato