DREAMLAND
CAPÍTULO 2. ROLLING BOY
Izaya aún no podía entender del todo la razón por la que se encontraba corriendo por los tejados de camino al departamento del médico ilegal, pues tan solo fue en el momento en el que rubio había guardado silencio por unos segundos, que entendió que alguien le preguntaba por él, y eso fue suficiente para que saliera corriendo incluso antes de que el propio Shizuo le dijera nada.
Sabía que su cuerpo estaba por caer, y aunque de igual forma el cansancio de sus extremidades estaba acompañado por el cansancio mental, no detuvo sus saltos sino hasta el momento en que se encontró a tan solo dos calles del edificio que tenía como destino. Solo en ese momento se permitió tomar largas bocanadas de aire mientras sus piernas mantenían el camino de forma lánguida.
¿Qué por qué había corrido como si su vida dependiera de ello? Realmente no lo sabía, solo lo había hecho. Y no es que fuera la primera vez que algo le sucedía a aquel médico, pues por idiota en varias ocasiones su vida se había puesto en riesgo, aunque nunca de forma completamente seria, pues no hacía falta recordar que cierta criatura mítica lo cuidaba bastante; incluso más de lo que una persona normal soportaría.
Pero el hecho de que incluso Kodota estuviera involucrado, y que este le llamara –al igual que a Shizuo- con el mismo objetivo de Celty…eso era extraño, y por supuesto que suponía un acontecimiento importante.
Sin embargo, aun si fuera cierto, eso no tendría por qué tenerlo en tal estado. Para el solo existían humanos interesantes, pero incluso estos eran poco importantes si, en cosas del día a día, alguno llegaba a morir en algún accidente o algo parecido; porque Izaya Orihara no dependía de la existencia de nadie, eso era algo que se había prometido y obligado a aceptar hace mucho tiempo…
Por ello y más era que no entendía el hecho de que su cuerpo se negara a detenerse, y a pesar del cansancio se encontrara caminando por el pasillo que lo llevaba a la puerta principal del hogar de Shinra, un humano que aunque útil, siempre había significado una molestia y un peligro para él, tan solo por el hecho de que este le considerara su amigo y fuera una de las casi nulas personas en el mundo capaz de comprender en cierta medida su forma de pensar, así como también de ver a través de sus actos y palabras…
Sin duda alguna, Shinra siempre había significado un borroso punto en su vida, por ello prefería mantenerlo a raya en sus juegos en varias ocasiones… Aun así, aunque regularmente le ocasionaba problemas, jamás se había dignado a deshacerse de él pensando en que este le era de mucha ayuda cuando se trataba de cosas de ámbito médico; además, también era una pieza importante en el tema que concernía a la dullahan en la que estaba tan interesado de usar para sus futuros planes.
Solo por eso era importante…Solo por eso lo dejaba permanecer cerca y que le llamara amigo, y esa era la única razón por la cual quería saber lo que le había sucedido…Simple y llana curiosidad, aunque de algún modo le parecía que estaba olvidando algo…Pero bueno, quizá más tarde lo recordaría.
Una vez fue capaz de recuperarse por completo, Izaya decidió acabar con aquello rápidamente. Simplemente entraría y vería lo que se suponía que debía ver. Después, con suerte, podría retirarse del lugar antes de que Shizuo llegara. Ya había tenido demasiado por ese día.
Tomando aire y secando el sudor que escurría por su frente, por fin toco a la puerta, sin inmutarse en lo más mínimo por lo rápido que esta fue abierta por la dullahan, quien en ese momento no tenía puesto el casco, de modo que era posible ver lo alterada que se encontraba gracias a la espesa cantidad de humo que salía de su cuello.
-Celty-san, no te ves nada bien~ -dijo cantarinamente, tratando de retomar su usual actitud, entrando al departamento sin esperar réplica de la dullahan, quien a toda velocidad se encontraba escribiendo algo en su PDA –Y por favor ahórrate pregúntame sobre él, no sé dónde está, pero te aseguro que llegara dentro de poco.
Escucho a la mujer detener la presión de sus dedos sobre la pantalla, y aunque sabía que la estaba haciendo enfadar igual le valía un bledo. Ese día en especial no se encontraba de humor para tratar de ser amable.
-¿Es Izaya? –la voz de Kodota le hizo dirigirse al pasillo donde este se encontraba parado, recargado contra una de las paredes.
-Dota-chin también está aquí~…Mhn, me gustaría saber a qué se debe todo esto; mira que incluso han llamado a la bestia. Debe ser algo interesante~
Izaya pudo ver el rostro del mayor crisparse en algo de molestia, y detrás sintió a la jinete respingar en respuesta a su actitud. Con ello pudo comprobar que sus suposiciones sobre que al médico que le había sucedido algo eran ciertas, aunque aún no sabía a qué grado.
-¿Qué le ha pasado? –se dignó a preguntar sin más, apresurándose a callar el regaño que cualquiera de los dos estuviera por darle, pues realmente no le apetecía ser sermoneado en ese momento.
Aceptando dejar pasar su comportamiento, Kodota y Celty se mantuvieron callados unos segundos, sin saber realmente como responder a aquella pregunta.
Rodando los ojos, el pelinegro rodeo el cuerpo de Kodota y camino por el pasillo, con dirección a la habitación de Shinra. No tenía tiempo de dar rodeos a las cosas.
-Espera, Izaya –llamo el castaño, tomando al informante por un brazo, impidiéndole seguir caminando, mientras a su lado Celty parecía tratar de buscar las palabras adecuadas para escribir en su PDA.
Izaya decidió ignorar la acción de Kodota al tocarlo.
-Por su actitud uno creería que alguien murió, pero en verdad lo dudo. Así que vamos, están haciendo esto más profundo de lo que realmente creo que sea, y es molesto; dejémonos de tonterías. ¿Por qué no puedo verlo? -sacudió un poco su brazo, advirtiendo que quería ser liberado.
Kodota pareció dudar unos segundos, pero en vista de que Celty se veía demasiado alterada y no sabía ni por donde comenzar, decidió tratar de explicar las cosas él solo.
-Shinra esta inconsciente; no puede despertar y no sabemos por qué –murmuro, al mismo tiempo que liberaba al pelinegro, quien se mantuvo en su lugar a pesar de ya estar libre.
Casi de inmediato, y antes de que volviera a tratar de ir a donde se encontraba el médico, la mujer sin cabeza le mostro la pantalla de su PDA.
-Es peligro acercarse. No vayas.
Frunciendo levemente el ceño, mientras miraba alternadamente a las personas frente a él, el pelinegro medito un segundo lo que ambos acababan de decirle, antes de soltar un suspiro cansado.
-Escogieron un extraño juego de palabras –murmuro embozando una pequeña pero divertida sonrisa –Con eso y el hecho de que Shinra esté aquí en lugar de en un hospital, me deja intrigado; así que…tienen mi atención.
-o-o-o-o-o-o-o-o-
Cruzando las piernas mientras bebía algo de café, Izaya espero con paciencia a que la dullahan se limitara a soltar lo que se suponía debía soltar, pero esta aun tardo unos minutos más en dignarse a comenzar a escribir en su asistente.
-Hoy en la mañana recibí un mensaje de Shinra. –comenzó Izaya, para que la mujer se saltara algunas explicaciones –Venia con una foto en la que se encontraban ambos, lo que me lleva a entender que fue justo después que “esto” sucedió. Explícame eso, ¿Qué fue lo que sucedió?
“No estoy segura”
Izaya suspiro, pero con un ademan la invito a continuar.
-Estábamos de excursión en la Peninsula de Noto-Hanto. Hasta ese momento todo iba bien –continuo escribiendo la dullahan –Más tarde fuimos al castillo de Matsumoto.
El pelinegro recordó en ese momento que Shinra si le había comentado algo al respecto…así que de algún modo creyó comprender por donde iba la cosa.
-Ya habíamos estado en ese lugar, pero hace poco se había descubierto y puesto en exhibición una nueva sección; se trataba de un pequeño santuario, nada impresionante en realidad. Se encontraba oculta detrás Sobre su historia había muy poco. Se pensaba que el antiguo señor del castillo lo usaba para meditar…
“Fue en esa habitación donde Shinra dijo sentirse un poco mal, así que lo lleve afuera. Estaba un poco mareado, pero después de un rato volvió a estar bien, así que continuamos con el recorrido.”
“Cuando todo termino decidimos ir a unas aguas termales que se encontraban cerca de donde nos hospedamos, pero cuando estábamos por llegar volvió a sentirse mal. Dijo que escuchaba a alguien susurrando cosas…Después se desmayó, y hasta este momento no ha despertado.”
La estancia queda en silencio por unos segundos, en los cuales el informante se mantuvo mirando la mesa que se encontraba frente a él, analizando lo que acaba de leer.
-Asumo que después de eso fue que llamaste a Dotachin, para pedirle que fuera a recogerlos. No encuentro otra razón para que él se encuentre aquí –musito distraídamente, tomando otro sorbo de café.
-Si –fue el nombrado quien respondió a aquella afirmación.
Finalmente Izaya levanto la mirada, enfocándola en la mujer sin cabeza.
-No es extraño que alguien se desmaye, ¿saben? –comenzó con una sonrisilla en los labios –Las personas de hoy en día son increíblemente susceptibles a todo lo que les rodea. Absorben del ambiente en el que se encuentra las preocupaciones y el estrés que afloran en este, convirtiéndolo en algo propio, de modo que es normal terminar derrumbándose tarde o temprano –levanto una mano, cuando vio a Celty querer interrumpirlo. Él sabía por qué, así que fue al punto –Sin embargo…Sabemos que Shinra es un caso peculiar. No hay prácticamente nada por lo que debiera colapsar, pero si como ahora, eso pasara, lo más lógico es que se tratara de algún problema de salud, una pequeña enfermedad, que es realmente algo común cuando se está de viaje…Pero este no es el caso, ¿cierto? Tú más que nadie, mi querida dullahan, en esas circunstancias lo habrías llevado al hospital más cercano sin dudarlo ni un segundo, pero no lo hiciste. Por alguna razón llamaste a Dotachin~, y esa razón fue…que un hospital no puede curar lo que sea que tiene Shinra, por lo que no podías permitir que llegara a uno.
Izaya fue consiente de la fuerza con la que la jinete convertía sus manos en puños. Había dado en el clavo.
-Dime, Celty-san~ ¿De qué se trata? –recargo la cabeza en una de sus manos.
-Aun no puedo entender qué es –escribió la nombrada, deteniéndose unos segundos antes de continuar – Izaya…Hay ‘algo’ dentro de él.
El pelinegro entrecerró los ojos, apenas unos milímetros. Por unos segundos quiso acercarse más a la pantalla del PDA, pero se contuvo. Era claro que no se trataba de ningún error de escritura de parte de la dullahan, y bueno, en parte se trataba de algo que el mismo había pensado vagamente.
-Cuando se desmayó…lo sentí cuando lo toque, y también lo escuche. No sé qué es, pero ahí está, y a cada minuto que pasa siento la presencia de Shinra debilitarse, mientras la de esa cosa aumenta.
Cuando la mujer sin cabeza pareció quedarse sin palabras, Izaya volteo a mirar a Kodota, con mirada seria.
-Tal parece que tú estás de acuerdo con todo lo que ella dice…y eso me lleva a pensar que también notaste “eso”, o algo parecido.
-En realidad, fue un poco diferente –contesto el de verde, frunciendo el ceño ligeramente –Cuando llegue a donde Celty me había indicado que se encontraban alojados, quise cargar a Shinra para llevarlo a la camioneta y… –hizo una pausa, dudando un poco de sus próximas palabras –Bueno, cuando lo toque fue como si me quedara dormido. No lo sé, de repente sentí mis ojos cerrarse sin que yo lo deseara…
-Su presencia comenzó a desvanecerse –intervino la jinete, a petición muda del mayor –Lo único que se me ocurrió hacer fue separarlo de Shinra y aislar a este entre mis sombras. No pensé que funcionara, pero así fue. Unos segundos después, Kodota comenzó a despertar.
Celty giro su cuerpo hacia el nombrado, haciendo un ademan para que dijera algo más, algo que parecía ser importante.
-Fue muy poco tiempo el que estuve inconsciente…Incluso creo que no fue algo así como tal; pero, por un momento -uno muy cortó- no me sentí en la habitación en la que nos encontrábamos. Fue como…como si estuviera en otro lugar. Casi estoy seguro de que si hubiera abierto los ojos así habría sido, pero cuando quise comprobarlo Celty ya me había separado de Shinra…
Un pequeño silencio se hizo presente en la estancia, mientras el informante sopesaba lo que sus interlocutores acababan de decirle.
Cualquier persona que no conociera a una mujer sin cabeza, una niña poseedora de una espada maldita, y un monstruo con súper fuerza, probablemente se habría reído en la cara de cualquier idiota con una historia similar a la que él acaba de escuchar. Pero bien, se trataba de él, de un informante, y mejor aún, del informante Izaya Orihara, así que, siendo tan el mismo, y sin contradecir nada de lo dicho por Kodota y Celty, simple y naturalmente se levantó de su asiento y camino hacia las ventanas de aquella habitación, sin expresión alguna en el rostro.
Él no dudaba de nada de lo que se le acaba de ser contado. Sería un verdadero estúpido si lo hiciera, pero, aunque el tema era tan o más interesante de lo que había esperado, era momento de irse…No debía, ni quería meterse más en ese asunto de manera personal, y ya recordaba por qué… ¿Cómo es que lo había olvidado?
-Celty-san, Dotachin~ No creo necesitar darles una explicación de mi persona, así que solo les preguntare. ¿Por qué querían que viniera, y por qué me han contado todo esto?
Poniendo una de sus usuales expresiones llenas de despreocupación y burla, Izaya se volvió hacia su público, mirando sus rostros un tanto confundidos.
-Trate de buscar algo que explique lo que le está sucediendo a Shinra, pero no encuentro nada. Tal como dijiste, él estaba bien en la mañana, antes de partir a la excursión, así que eh buscado cualquier cosa que sirva de los lugares que visitamos, pero nada encaja. Así que necesitamos tu ayuda. –explico rápidamente la jinete, presionando las teclas de su PDA sin parar.
Izaya cerró los ojos unos segundos, sabiendo que la ocasión era perfecta para hacer lo que hace mucho tiempo debió…
-Esto no es mi campo habitual; así que lo rechazo –musito sin preámbulos, encogiéndose de hombros.
-¡Izaya! –Esta vez fue Kodota quien hablo, visiblemente enfadado -¿Qué demonios estas diciendo? ¡Esto es algo serio! Shinra está en peligro, en cualquier momento podría pasarle algo; podría no volver a despertar. No sabemos con certeza que le sucede o como ayudarle, así que déjate de tonterías. Si alguien puede encontrar lo que necesitamos saber antes de que el tiempo se nos termine, ese eres tú.
-¿y por qué habría de hacerlo, Dotachin? No hay provecho en ello para mí –miro fijamente al nombrado, quitando todo signo de broma de su rostro, para dejar en claro que hablaba en serio.
-¡Maldita sea, Izaya! ¡Es tu amigo!
Sintió que algo dentro de él se removió, pero lo ignoro totalmente.
Y así, sabiendo que ya no había más que decir de su parte, o las cosas se alargarían más de lo que ya habían hecho, el informante paso por alto lo que el castaño acababa de decirle, y cualquier otra cosa que este o la dullahan quisiera agregar, y camino hacia la puerta principal, acelerando sus pasos y saliendo con rapidez al sentir que uno de los dos iba hacia él.
Ni siquiera fue consiente de si esa persona seguía persiguiéndolo cuando decidió utilizar las escaleras, odiando la lentitud de las puertas del elevador mientras corría escaleras abajo, sin detenerse ni un segundo a pesar del dolor en sus piernas.
No quería detenerse…no quería mirar atrás. Había tomado una decisión; ya había aplazado demasiado las cosas. Era hora de cortar el lazo de aquel humano que seguir aferrándose a él. Shinra sabía demasiado…y aunque así había sido desde que se conocieron, ahora las cosas eran diferentes.
Definitivamente ese médico no podía seguir siendo nada en su vida. Era peligroso. Desde la última vez que se habían visto…
Sintiendo que repentinamente la vista se le opacaba, al mismo tiempo que sus brazos parecían escocer, Izaya fue incapaz de evitar el choque de su cuerpo con una persona que en ese momento se encontraba corriendo en dirección contraria a la suya.
Como si se tratara apenas una pila de papel espuma, su cuerpo fue el que contra todo pronóstico termino cayendo de espaldas contra las escalera, pero sin llegar a golpearse contra estas en lo absoluto -aunque así debía de haber sido- pues la otra persona, reaccionando velozmente, coloco un brazo tras su espalda, sosteniendo con la mano su cabeza mientras con el brazo libre amortiguaba la caída.
En respuesta, Izaya se vio agarrándose fuertemente de la ropa a los costados de aquel individuo, a quien, tras unos segundos, e incluso aun con los ojos vidriosos, fue capaz de reconocer gracias al tacto y el olor que este despendía.
No pudo evitar temblar de pies a cabeza cuando, antes de que fuera capaz de pensar en nada, ese hombre se incorporó un poco y lo vio a la cara, dispuesto a gritarle un montón de cosas y a golpearlo con ganas apenas lo reconoció de igual forma.
Izaya se preparó mentalmente para el primer golpe que seguramente iría contra su rostro y que probablemente lo dejaría inconsciente, cuando al fijarse nuevamente en la expresión del monstruo sobre de él, se encontró con una mirada confundida y de total expectación observándolo.
Él no fue capaz de entender el porqué de esto, sino hasta que reparo en su propia visión, que aunque seguía algo borrosa ahora le permitía ver mejor, y eso, sin duda alguna, tenía que ver con aquellas cosas húmedas que podía sentir correr por sus mejillas con total libertad.
No podía ser posible…
Sintiendo el pánico dominar todo su cuerpo, el informante se encontró empujando con todas su fuerzas al rubio frente a él, logrando que este se apartara por mero instinto, dejándole la oportunidad de huir.
-¡Hey! ¡Izaya! –puedo escuchar a Shizuo gritarle, pero él lo ignoro completamente.
En esta ocasión nada ni nadie lo detuvo hasta que se encontró fuera del edificio, respirando con gran dificultad en el callejón al lado de este, cuidando que nadie lo estuviera observando.
¿Qué le estaba pasando? ¿Cómo es que se había vuelto tan descuidado? En una misma semana dos personas habían visto en él facetas que jamás hubiera querido mostrar a nadie.
Primero Shinra, y ahora Shizuo…
Colocando una mano sobre su rostro, Izaya trato de encontrar una solución a lo que acaba de suceder.
Lo sabía, jamás debió de haberse acercado a esos tres, o mejor dicho, no debió de haber permitido que nadie se le acercara nunca. Si Shinra no hubiera sido tan insistente…si él no se hubiera dejado convencer tan fácilmente…y no hubiera querido dejar de sentirse solo.
Maldición, tenía demasiadas cosas en la cabeza. Sus pensamientos eran un caos.
Tragando saliva, Izaya se sobo un brazo con la mano contraria, en un pequeño tic que hasta hace poco había vuelto a adoptar.
Odiaba admitirlo…pero Shinra había sido un salvavidas para él en su momento, o mejor dicho, había sido su ancla temporal a la cordura y al mundo, y eso era algo que aun reconocía que le debía.
Además, por Shinra lo había conocido a él, ¿no?
De acuerdo…tal vez había sido un poco drástico hace unos minutos, así que, ¿por qué no tener algo de consideración con aquel humano al respecto?
Sintiendo que las lágrimas salían una vez más de sus ojos sin permiso alguno, el pelinegro se colocó la capucha de su chaqueta y comenzó a correr de camino a casa, odiándose por la decisión que acababa de tomar.
Bien, tal vez como “amigo” había decidido dejar todo atrás, pero como informante aún tenía un trabajo pendiente.
FIN DEL CAPÍTULO 2
Y yo se que ustedes se preguntaran, ¿donde diablos esta mi Shizaya? x'D Well, tranquilas, tranquilas, les juro que ya viene xD
En el próximo capítulo le juro que viene algo bueno, así que espero me tengan paciencia y se animen a continuar esta historia :'v (a cambio les aseguro momentos Shizaya pronto, y buen salseo mas adelante , if you know what I mean 7v7r [se que lo desean tanto o más que yo(?] )
Bueno, creo que eso es todo! Muchas gracias por leer!!
Besos!