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Hey, Daddy! [NamJin] por HeyKyu

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Notas del capitulo:

Bueeeeenas Tardes, sí. Así como lo leyerón, TARDES.

No estoy actualizando de madrugada. Pidan un deseo(?

 

Jueves, 6:00 a.m.

NamJoon despertó de golpe y la vista del techo de su habitación fue lo primero que vio, suspiro resignado al nuevo día que se avecinaba.
Giro la cabeza al reloj digital que descansaba en su mesita de noche y vio la hora, bufo en protesta a los números resaltantes en verde del aparato y se levantó de la calidez de su cama.

NamJoon había desarrollado la habilidad de despertarse temprano sin la necesidad de utilizar la alarma –lo cual agradecía ya que el ruido despertaría a Hye y eso no lo necesitaba– así  que durante los últimos tres años NamJoon se  había convertido en  un despertador biológico.  

Se dirigió a su closet  y lo abrió,  no había mucho, solo varios pantalones de vestir negros y unos cuantos vaqueros desgastados, un montón de  corbatas  y un par de camisetas, era el closet más patético que podía existir en el mundo. Tomo la ropa que usualmente utilizaba para trabajar y  una corbata, no sabía  cómo es que una camiseta podía arrugarse tanto, él lavaba la ropa y cuando la guardaba –generalmente húmeda–  estaba bien, pero al día siguiente ¡Arrugada! Era frustrante, todas las noches rezaba al Dios del planchado para que cada mañana que despertara su ropa estuviera planchada, pero este no contestaba a sus plegarias, lo mismo le pasaba con el Dios del lavado y el Dios del desayuno.

Irritado, saco la plancha, la coloco encima de la tabla de planchar y la enchufo. Salió de su habitación silenciosamente y en modo sigilo entro a la habitación de Hye, seguía profundamente dormida con su  enorme y perturbante tarántula de peluche, así que con mucho cuidado de no despertarla camino hasta el closet de su pequeña y lo abrió con mucho cuidado.

Le había comprado de todo lo que él creía que una niña pequeña necesitaría: medias de colores, vestidos, blusas, pantalones de todo tipo, moños, gorras, diademas… Todo lo que  él creía que una niña necesitaba. Además de que estaba siguiendo a una señora por todo el almacén, echando al carro lo mismo que ella.

Posiblemente NamJoon solo tenía unos cuantos vaqueros en su closet, pero a su hija no le faltaba nada.

Se quedó observando el inmenso armario, buscando lo que necesitaba en toda esa jungla de colores, ubicando lo que necesitaba entre una camiseta de futbol y un vestido, tomo el uniforme escolar  –que estaba igual de arrugado que el suyo–  y así como entro, salió en total silencio.
Cuando entro a su habitación el olor a quemado lo recibió. ¡Mierda! Corrió hacía la tabla de planchado,  se estaba quemando y  de no haber tenido la ropa de Hye en la mano, se abría arrancado el cabello,  siempre le pasaba lo mismo,  había puesto notas en el closet que literalmente decían  «No dejes la plancha boca abajo, vas a quemar la tabla.» Pero lo olvidaba como un tonto.

Dejo el uniforme de Hye junto con su ropa y levanto la plancha, tenía la tela pegada y la tabla tenía un enorme triangulo negro, cuando la compro era rosada y estaba llena de margaritas –cortesía de Hye– y ahora era negra e incluso en algunas partes, el relleno comenzaba a salir, ya casi no quedaba espacio para quemar, necesitaba una nueva.
Cerró los ojos fuertemente y respiro varias veces con fuerza, bueno, al menos se le quito la costumbre de planchar encima de cama.

Tomo el uniforme  y comenzó a plancharlo,  él realmente no lograba hacerlo bien, no estiraba la camisa de lo suficiente y dejaba las rayas marcadas,  se quemaba los dedo al menos tres veces, no sabía que debía de ponerle agua para deslizarla fácilmente y la tela quedara mejor, ni siquiera sabía que el cuello lo tenía que planchar, quedaban horribles, no tan arrugadas, pero sabía que no se veían bien.

  Pero al final, estaba satisfecho con su trabajo.

 

 

7:00 a.m.

 

NamJoon tomo las ropas planchadas  y las acomodo perfectamente en su cama, con cuidado de no arruinarlas. 

Tomo una toalla y se dirigió a la ducha. El cuarto de baño era pequeño y NamJoon demasiado grande, él siempre escuchaba que tomar una ducha caliente era relajante, pero no para él, el grifo de la ducha le rozaba la cabeza y NamJoon tenía que agacharse demasiado para poder lavarse el cabello, enjabonarse era difícil ya que sus brazos siempre chocaban contra la pared, golpeándose en los codos, en conclusión, ducharse era una tortura.

Termino rápidamente de ducharse, se envolvió en una toalla y dejo llenando la pequeña tina de baño. Ahora venía la parte difícil. Salió directamente a la habitación  de Hye, en donde aún dormía plácidamente, NamJoon odiaba despertarla, se veía tan tierna cuando dormía. Quería quedarse allí y observarla todo el día, pero en vez de hacer se puso en cuclillas justo  a su lado.

-Pss… - le susurro al mismo tiempo en que la sacudía ligeramente –arriba cariño, es hora de levantarse.

Lo único que recibió fue un quejido.

-Despierta beta, necesitas ducharte.

-Quiero seguir durmiendo… -le susurro, NamJoon case cedía a esa voz soñolienta.

-Hagamos un trato, tú te levantas ahora mismo y más tarde te comprare un helado. ¿Te parece? –sabía que ella prefería mil veces quedarse dormida que ir por un helado.

-Nop.

Podía venderle carne a un vegetariano y no podía  negociar con una niña de tres años.

-Muy bien señorita, usted se lo busco. –la cargo fácilmente entre sus brazos y la llevo al baño. –Beta, ya sabes que hacer.

Hye asintió resignada, comenzó a quitarse el pijama de Invazor Zim, mientras NamJoon cerraba el grifo, verificando que el agua estuviera en la temperatura correcta cuando estuvo lista la metió a la bañera y el sentó en el excusado.

-Bien, creo que tienes la edad suficiente para hacerlo sola ¿Qué es lo que debes hacer? –le pregunto mientras entrelazaba sus dedos sobre sus rodillas, ella asintió y comenzó a ducharse por sí sola mientras él la observaba, cuidando de que no se ahogara o se cayera.

-¿Puedes traerme a Fred? –le pidió mientras rompía el agua con las manos.

-No gir, Fred no puede tomar el baño contigo. –le explico suavemente, era una tarántula de felpa y NamJoon sabía que las tarántulas no tomaban duchas. –Si lo hace se enfermara y tú no quieres eso ¿Verdad? –Ella abrió tanto los ojos que NamJoon creyó que se iban a salir, y negó efusivamente con la cabeza.

Después de 15 minutos más en la ducha, NamJoon la tuvo que sacar a la fuerza, era un lio meterla a bañar, pero era todavía peor tener que sacarla. Le coloco su bata rosada y le seco el cabello con otra toalla, la subió al banquito frente al lavabo, para que lo alcanzara a lavarse los dientes, le tendió el cepillo con el dentífrico y ella lo tomo.

-Bien gir, conoces las reglas. Quiero combatas esas caries con todo lo que tienes, mientras yo voy a combatir a los fantasmas de mi habitación ¿cuento contigo colega? –Hye asintió y chocaron las palmas, NamJoon le hecho un último vistazo antes de salir del baño, dejando la puerta lo más abierta posible y corrió a su habitación.

A Hye le encantaban los superhéroes y NamJoon utilizaba eso a su favor, cuando Hye comenzó a negarse a lavarse los dientes, NamJoon le dijo que las caries y el mal aliento eran unos terribles villanos que querían hacerle daño a sus dientes y ella era la Heroína que con su cepillo de dientes los podías salvar. Eso hasta el momento, le estaba funcionando, pero cuando comenzó a dejarla sola en el baño –cosa que odiaba– Hye se negaba y de allí nació la historia de los fantasma, simplemente le había dicho que en su habitación había algunos fantasmas que solo salían de noche a hablar con él y que cuando llegaba la mañana tenía que guardarlos.

Dios bendiga la inocencia porque Hye le creyó.

Pero en realidad, lo único que NamJoon hacía era correr a su habitación para cambiarse. Se puso los boxers y el pantalón a tal velocidad que en su opinión personal, Flash se hubiera quedado impactado; se puso la camisa y salió de nuevo al baño, así, descalzo y sin la camisa sin abrochar.

Hye estaba apoyada con una mano en el lavabo mientras que con la otra se cepillaba lo dientes, con una cara que le demostraba a NamJoon que estaba combatiendo con todo lo que tenía para proteger a sus ciudadanos, estaba en las puntas de los pies, intentando verse en el espejo, pero incluso de puntas en ese enorme no alcanzaba.

NamJoon sonrió y se puso a su espalda, comenzando él mismo a lavar sus dientes.

La escena era adorable, una niña pequeña de tres años, con su padre tras ella lavando sus dientes con cepillos dentales rosa y azul, en forma de dinosaurios. Él se podía ver en el espejo, ella apenas y alcanzaba el lavabo.

-Vamos, has terminado –le dijo, ambos enjuagaron y salieron juntos del baño.

NamJoon la llevo a su habitación para vestirla.

-Hoy es Jueves –dijo para ambos– ¿Te toca deportes cierto?

-No sé, ¿Qué día esta antes? –le pregunto mientras la sentaba en su cama.

-Del Miercoles gir. –le dijo tranquilamente mientras le entregaba la blusa blanc.

-¿Y antes de ese? –Hye se puso de pie en la cama, para que su Papá pudiera abrocharle correctamente los botones, ella ya lo había intentado una vez pero termino reventándolos, su papá se enojó mucho.
Pero en cambio en este momento, su papá estaba utilizando toda su concentración, para pasar los pequeños botones en las diminutas ranuras con sus enormes manos.

-¿Papi?

-¿Sí? –solo le faltaba un botón, lo había logrado una vez más.

-¿Puedo tener un hermanito? –NamJoon giro bruscamente la mano y el botón salió disparado ¡demonios!

-¿Por qué quieres eso Hye? –NamJoon observo lo que había hecho con la blusa, podía ocultarlo con la falda.

-Bueno,  YerIn acaba de tener uno y dice que es como tener un muñeco de verdad, pero que a veces huele muy feo.

-¿Estas tratando de decirme que te compre un muñeco que huela feo? –NamJoon tomo la falda y la dejo a la altura de los pies de Hye, ella los metió y NamJoon le subió la falda, subiéndola  a la altura del botón reventado, la fajo muy bien, con cuidado de que no se notara, le compraría otra luego. –siéntate.

Hye ya no contesto, y NamJoon aprovecho que estaba tranquila para ponerle las calcetas y los zapatos.

-¡Papi no! –le grito al mismo tiempo que se estiraba para tocar sus pies.

-¿Qué? ¿No te gustan? –Negó con la cabeza –bien, entonces ¿Cuáles quieres ponerte hoy?

-¡Los verdes! –dijo sonriente. NamJoon hizo una mueca.

-¿Estas segura? –asintió.

-Bien, pero quédate quieta Hye, no te muevas de aquí. –le advirtió lo más serio que pudo mientras le apuntaba con el dedo. Ella asintió y NamJoon rodo los ojos. Salió de su propio cuarto, solo para adentrase en el de Hye. Busco entre todos los pares de sandalias, botas y tenis hasta que finalmente dio con ellos, los tenía Fred.

-Disculpa Fred –le dijo a la Tarántula de Felpa. –pero la pulga los quiere.

NamJoon juro que enorme araña le guiño los ocho ojos, salió corriendo de allí, para entrar rápidamente a su cuarto.  Hye estaba dentro de su closet.

-¡Gir! ¿Qué te dije? –NamJoon se quejó mientras dejaba los tenis verdes  encima de su cama. Corrió al armario y la cargo, depositándola de nuevo a la cama, se giró de nuevo solo para cerrar el closet – ¿Qué intentabas? ¿Ir a Narnia?

Ella río pero NamJoon no encontraba el chiste, él incluso podía escuchar el desespero en su voz. Sabía que estaba exagerando, pero no soportaba la idea de que le pasara algo.

-Estaba buscando los fantasmas que te molestan por las noches papá. –fue lo único que le dijo, porque después se distrajo con sus tenis. NamJoon no supo que decir.

-Solo pásame tus tenis gir.

-Él es Swenney –le paso el tenis en forma de dinosaurio izquierdo, NamJoon se lo puso y amarro las agujetas. –Y el Bin.

Y NamJoon repitió el proceso.

-Debes de dejar de ver ese anime gir. –negó con la cabeza y NamJoon sonrió.  Se puso el mismo su único par de zapatos  se abrocho su propia camisa. –Bien ¿Cómo quieres que te peine hoy?

-¡Dos coletas!

 

Diablos.

 

8:20a.m.

NamJoon estaba parado en la cocina y Hye estaba sentada en la mesa, se estaban desafiándose con la mirada sobre que iban a desayunar.

-¡Cereal de chocolate!

-¡Pan tostado!

-¡Cereal de chocolate! –dijo haciendo un puchero y dando pequeños saltos en su lugar.

-¡Papá no, ayer comimos cereal de chocolate!

-Bien –NamJoon saco el pan de la alacena con el ceño fruncido– Yi qieri pin titistidi

NamJoon la imito mientras ponía en el pan en la tostadora.

-¡Papá no hagas eso! –dijo la pequeña Hye  mientras cruzaba sus brazos y fruncía el ceño, estaba molesta con su padre.

 

8:50a.m.

 

-Llaves –le dijo.

Se tocó el bolsillo del pantalón.

-Listas.

-Billetera.

Se tocó el bolsillo trasero del pantalón.

 -Lista.

-Corbata.

Se llevó la mano al cuello.

-List…. ¡ah! –NamJoon corrió arriba a buscar su corbata y Hye s quedo abajo, metiendo sus cosas en su propia mochila. Su padre bajo corriendo las escaleras, con la corbata puesta. –Lista.

Hye río y ambos salieron de casa.

 

9:00.a.m.

 

 

-Buenos días –saludo la misma joven del otro día, recibía a los niños y recogía las credenciales.

-Buenos días –correspondió NamJoon al saludo, entregándole la tarjeta y mientras la chica la registraba NamJoon se agacho a la altura de su hija. –bien colega, tengo que irme a trabajar, nada de café ni dulces de mentos ¿entendido?  

-Sip. –le sonrió y le dio un abrazo que NamJoon aceptó gustoso. –Pero espera.

Hye saco unos brillitos de colores de su mochila y se los empezó a esparcir por todo su cuerpo.

-Es para que tengas buena suerte hoy. –le susurro y NamJoon le sonrió.

-Gracias colega, te veo más tarde. Te amo.

-Kim Hye. –dijeron y NamJoon vio a su   hija desaparecer tras la pequeña puerta.  NamJoon recogió su credencial y salió del lugar camino a trabajar.

 

9:15a.m.

NamJoon entro a la oficina, todos estaban tecleando y hablando por teléfono, pero al dar cinco pasos ya tenía la atención de todos. Siguió caminando hasta su propio cubículo y casi respiro de alivio cuando estaba a solo unos pasos de llegar.

-¡Kim! –le grazno su jefe y NamJoon se giró para recibir su regaño.

Notas finales:

No quede satisifecha...  Y tengo la necesidad de disculparme.

Espero que les haya gustado...(?

 

Perdon, es que, siento que me esta leyendo un Fandom nuevo, tardo en entrar en confianza(?) Nos leemos despues!


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