Mientras observaba feliz a los otros, sintió un pequeño dolor en su muñeca, seguido de la voz de Wombat. Dejó escapar un suspiro ante las quejas de los demás.
Sus ronquidos comenzaban a escucharse por todo el lugar, sin que notara las pulsaciones de su pulsera, pues su sueño era pesado.
Los ronquidos hicieron notar al peliazul que no había escuchado la voz de En quejarse; al voltearse a verle, le encontró dormido, acercándose a él nuevamente, sacudiéndolo con fuerza para despertarlo -¡En-chan! ¡Deja de dormir! ¡Tenemos que derrotar a un monstruo!
El joven despertó de golpe -¡Ah! ¡¿Pero qué pasa?! –miró al otro, soltando un bostezo, para después, sentir la pulsada en su muñeca. –Ah, esta cosa está molestando –miró al de lentes y a los demás.
Sus ojos castaños le miraron expectantes al no recibir la queja habitual de parte del mayor, para así, terminar sonriéndole –Bien, vamos, ¿no? –le palmeó la espalda, para luego acercarse a los demás.
Se levantó de su lugar y soltó un pesado suspiro, para luego mirar al resto. –Bueno, vamos… entre más rápido, mejor –bostezó una vez más y salió detrás de los otros.
Sonrió cálidamente ante el comentario –Parece que ya te resignaste a esto, ¿verdad En-chan? –siguió esperando a los demás para poder llevar a cabo la transformación.
-No queda de otra, mientras tengamos esto –mostró la pulsera, para posteriormente hacer la transformación con los demás. –Vamos Atsushi, que quiero dormir.
-Deberías desvelarte menos, En-chan –le regañó moviendo la cabeza con preocupación, -vamos, tengo más tarea que hacer –caminó hacia el patio, haciendo caso omiso a las quejas del extraterrestre.
Ignoró por completo lo que la bola peluda rosada decía –Quería dormir temprano, pero el manga que estoy leyendo se puso interesante, no lo pude evitar –comentó el chico, llegando con el monstruo. –Wow –exclamó con sarcasmo para así comenzar la transformación. -¡Aquellos que manchen la hermosa Tierra!
-¡Vive por amor! ¡Muere por amor! –grito su línea, poniendo cara de fastidio ante el diálogo, mirando al monstruo y a Yumoto golpeándolo con fuerza. –Pobre sujeto… Nunca les da tiempo de explicarse.
Soltó un suspiro, llevando una mano a su cabeza para hacer hacia atrás su cabello –A veces me pregunto si realmente es necesario que vengamos todos, Yumoto parece arreglárselas bien solo.
-Porque Wombat nos obliga, y… –antes de que pudiera terminar de hablar, Yumoto salió volando debido al golpe del enemigo, -también porque Yumoto es muy impulsivo.
-No tiene remedio –dijo, y sin más, corrió para atraparle. –Oye, ten más cuida-… –no pudo terminar, cuando el monstruo lo golpeó, haciendo que saliera volando, aún con Yumoto en brazos.
-¡En-chan! –miró con pánico como el castaño salía volando, para así, volverse al monstruo, completamente enfadado. -¡Pagarás por eso! –lanzó un ataque, dándole de lleno al enemigo, corriendo después hacia el par, que se encontraban algo heridos. -¡Scarlet! ¡Cerulean! ¡¿Están bien?! –aún con el tono de preocupación en la voz, ayudó a levantarse al castaño, puesto que el rubio ya se encontraba de pie, con el ceño levemente fruncido.
El joven se levantó, sacudiéndose las ropas –Si… me descuidé un poco, no te preocupes –le sonrió un poco, pero antes de decir otra cosa, miró que el monstruo dirigía su ataque al menor. -¡Epinard! –antes de que el otro pudiera reaccionar, de un rápido movimiento se interpuso entre el ataque y el muchacho -¡Ah!
Volteó al escuchar el grito de En, mirando horrorizado la escena. -¡Cerulean! –corrió a su lado, moviéndole para que reaccionara -¡Tú! –le gritó al monstruo, corriendo hacia él, atacándolo con toda su fuerza.
-E-espera Epinard… –trató de detener a su amigo, pero al final, solo logró ver como el resto de los chicos atacaban al enemigo, logrando debilitarlo. -¡Ahora Epinard!
-¡Love Attack! –el rayo de luz golpeó de lleno al monstruo, debilitándolo aún más; posteriormente, dibujó un gran corazón en el aire -¡Love shower! –una lluvia rosa cubrió al enemigo, regresando al chico a su forma real. -¡Cerulean! –el peliazul arrojó el bastón, corriendo al lado del castaño.
En se encontraba apoyado en Io y Ryuu, observando con atención a Atsushi –Bien hecho Epinard –le sonrió y poco a poco se soltó de ambos.
-¿Estás bien En-chan? –preguntó con un marcado tono de preocupación, tratando de sostener al castaño -¿Por qué hiciste eso?
-Tranquilo, estoy bien –le tomó por los hombros y le miró fijamente, manteniendo la sonrisa en su rostro -¿Cómo no hacerlo por ti?
Le miró estupefacto, con los ojos algo brillosos –En-chan…-susurró un tanto conmovido, mientras una sonrisa aparecía en sus labios y sus mejillas tomaban un casi imperceptible rubor.
Siguió mirando aquellos ojos castaños, manteniendo su sonrisa, pero antes de poder añadir algo más, los murmullos de los menores llegaron a él, escuchando continuamente la palabra “sospechoso”. El chico volteó a verlos, un tanto contrariado –Lo decía en buen sentido…