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La verdad no permanecerá oculta por Mari-Sponge

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El chico frunció el ceño, mirando a los otros -¡Él es mi mejor amigo, solo eso! -recriminó algo molesto por los murmullos de los menores -¡Y tú! ¡No vuelvas a hacer eso! -regañó al castaño, dándole un golpe en la cabeza.

El chico suspiró y le miró -No lo puedo evitar, eres mi mejor amigo después de todo -desvió la mirada con un ligero sonrojo.

-Y tú el mío... pero debes pensar mejor las cosas -reclamó sin soltarle, sujetando su cadera para que el otro recargara su peso sobre él. -Será mejor que regresemos a casa, y tu deberías ir al hospital -le ordenó al mayor, mirando severamente al resto, para evitar que siguieran murmurando cosas.

-Si, si... espera... ¿al hospital? Oye, no estoy tan grave -comentó mirándole y caminando a su paso -solo iré a la enfermería y de ahí a casa, ¿sí?

Lo miró con enfado, sujetándolo con fuerza -¡Bien! ¡Pero ni creas que le haré de enfermero! -sentenció, comenzando a caminar un poco rápido, calmándose a cada paso. Realmente le preocupaba la salud de su amigo.

Le sonrió y tan solo caminó algo lento por las heridas -Sí, sí... Gracias -susurró para el peliazul, y sin más, sólo se dedicó a llegar a la enfermería.

Una vez en la enfermería se sentó en una de las sillas, observando como la doctora atendía a En. Escuchaba atento todas y cada una de las preguntas de la mujer, hasta que la doctora le preguntó la causa de sus heridas. Al escuchar eso, no pudo evitar dar un pequeño respingo por los nervios.

El muchacho se quedó pensando, su rostro sin alterar su expresión relajada -Ah... me... caí jugando basketball -no apartó la vista de los ojos de la mujer, esperando a que de esa forma le creyera. La mujer soltó un suspiro, murmurando algo sobre la falta de cuidado en los jóvenes, y solo se limitó a vendarle las heridas después de tratarlas. Una vez terminaba con el último vendaje, le indicó que debía reposar por 3 días y que se cuidara más -Siii -dijo, recostándose un rato en la camilla.

Atsushi solo atinó a ladear la cabeza ante la excusa de su amigo, un tanto sorprendido y confundido a la vez. Una vez la doctora acabó de curar a En, puso atención a las indicaciones que daba la mujer. Unos minutos después de los que consideró suficientes para que su amigo descansara, se levantó, ofreciéndole una mano al mayor para que se apoyara nuevamente en él, y así pudiera levantarse de la cama y regresar al club.

-¡Oh! Gracias -dijo al ver la mano del otro, apoyándose en él. Al final, sólo esperó a que la doctora saliera del lugar -Creo que regresaré a casa y dormiré -comentó cerrando sus ojos -igual espero mejorar para el fin de semana. No quiero cancelar la cita... -después de unos segundos reaccionó ante sus propias palabras, abriendo los ojos -¡Salida! ¡Quise decir salida!

Volteó a verle, arqueando la ceja, confundido -En-chan... ¿en qué estás pensando? -comenzó a caminar lentamente, recordando lo planes -¡Oh! No hay problema con la salida, la podemos posponer... o siempre puedo ir a tu casa -comentó con una sonrisa, ayudándole a subir las escaleras.

Desvió la mirada, sonrojado un poco, subiendo lentamente las escaleras -Igual no me gustaría que Atsushi se fuese a encerrar a otra casa solo por mi culpa -comentó mirando los escalones para evitar los ojos del menor.

-Por mí no hay problema -sonrió cerrando unos momentos los ojos, -además, hace mucho que no voy a casa de En-chan... Y contigo en este estado, podría ayudarle a tu madre a cuidarte, aunque sea solo un día -respondió calmado y un tanto pensativo, ya casi llegando al club para poder tomar sus cosas.

-Gracias Atsushi-comentó con una pequeña expresión de felicidad en su rostro. Llegaron al club, en donde se encontraba el resto del grupo esperándolos, totalmente preocupados; en cuanto vieron a En asomarse por la puerta, los tres se abalanzaron contra él, casi a punto de llorar -¡Ah! ¡Duele!

Antes de que los chicos abrazaran al castaño, Atsushi se apartó un poco, más por acto reflejo que por querer hacerlo. Al ver la efusividad de los demás, no puedo evitar soltar una risita, conmovido ante la escena que presenciaba. -Tranquilos, lo van a lastimar más de lo que ya está -trató de calmarlos, ayudando al ojiazul a sentarse en una de las sillas más cercanas.

Tomó asiento y comenzó a platicar con los menores para poder calmar su preocupación, diciéndoles que se encontraba bien y que solo tendría que que tomarse unos días para descansar. Una vez que se calmaron, En solo se limitó a esperar a que el peliazul tomara sus cosas para poder volver a casa juntos.

Una vez el mayor se hubo sentado, Atsushi se estiró un poco, para luego pasear la mirada por la habitación, buscando las cosas de ambos. Se colgó ambas mochilas al hombro, suspirando un tanto pesado al tratar de imaginar cómo llevarse a su amigo. Se volvió hacia el resto del grupo, quienes observaban con atención al castaño, -Listo, podemos irnos -comentó sonriente, volviendo a acomodarse las mochilas al hombro.

-Vale -el chico se levantó lentamente de la silla, y se acercó a Atsushi -Puedo llevarme mi mochila -dijo sonriendo un poco, estirando su mano para tomar su cartera.

Negó con la cabeza, sonriendo levemente, tomando su brazo para pasarlo por sus hombros, y con la mano libre, le tomó por la cintura -No, así me estorba menos, y es más práctico.

-N-no tienes por qué molestarte tanto Atsushi... e-estaré bien, al menos puedo caminar solo, no debes cargar todo tú solo -dijo mirando al chico con un tenue carmín en sus mejillas.

-Estoy bien, En-chan -volteó a verle con calma, mirándole fijamente -No debes esforzarte tanto en tu condición -comentó algo serio, para después voltear a ver a los demás -Nos vemos chicos -les dedicó una sonrisa, y comenzó a caminar hacia la puerta con En.

-Nos vemos -dijo para salir caminando apoyado en el otro -Lo siento, terminé ocasionando más trabajo para Atsushi -comentó, mirando el suelo, andando lento en su caminar.

-No tienes de que preocuparte, En-chan... después de todo, terminaste en este estado por mi culpa -respondió, primero alegre, para terminar en un tono algo triste.

-Tooonto -dijo el chico, para así hacer más fuerte el agarre entre ellos -No te disculpes... por Atsushi haría cualquier cosa -le regaló una sonrisa.


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