—¿JJ? —el rubio estaba metido entre las mantas de la cama, con varias de las prendas de Otabek rodeándole, como si tratase de un pequeño nido, sabía bien que los omegas tenían esta necesidad cuando estaban preñados o que después de un celo muy intenso, cuando su alfa no pudiese estar con ellos, pero sabía que Yuri no había vivido ninguno, parecía que simplemente se encontraba deprimido.
—Quería hablar contigo…
—Claro, es lo que imaginé cuando golpeaste a pesar de que Otabek no está…—JJ trataba de mantener la distancia con el rubio, siempre en favor de su hermano, después de todo, cualquier calor repentino provocaría que marcara al pequeño omega y en realidad era lo que menos deseaba.
—Estuve con Seung Gil hoy, me recomendó varias cosas, pero algo que me comentó me dejó preocupado y en realidad quería conversar contigo el tema.
—Es sobre Victor verdad, no quiero Jean, sabes que ya tomé mi decisión, Otabek está de acuerdo, también deberías estarlo, eres mi cuñado, lo lógico es que te mantengas de mi lado.
—En realidad no lo sé, le pediste a mi hermano que buscará esos videos, pero no has visto ninguno, creo que lo mejor es que los vieras.
—No quiero que te metas. — el rubio se giró en la cama, tratando de cubrirse con parte de las mantas.
—No voy a meterme, solo quiero decirte que Victor lleva tres días cocinando para cuando lleves a tú alfa. —el moreno se levantó, esperando que sus palabras ayudaran al rubio a meditar. —no han querido decirle que decidiste alejarte y no saber de él, la verdad gatita, creo que le romperás el corazón a una persona.
Yuri se sentía perdido, pero a la vez su curiosidad lo estaba matando, no fue hasta que cenaron y que la pareja quedó sola en el cuarto que el menor se atrevió a conversar las cosas.
—Beka…quiero ver los vídeos. — Yuri quiso sonar seguro, pero su cuerpo temblaba de forma violenta.
El moreno lo miró por uno segundos, para simplemente entregarle al menor la portátil.
Yuri se quedó observando el que supuso era la segunda grabación, su abuelo narraba, mientras se podía ver a su padre y madre en una sala de espera, el vídeo se cortaba, volviendo cuando se encontraban en un cuarto.
—Victor, hijo ¿Cómo te sientes? — el peliplata estaba pálido, parecía realmente agotado, como si no le quedaran fuerzas para nada, ni siquiera para respirar.
—Cansado…mi pequeño Yurio no quería dejar su nidito. — sonrió, mientras un Yuuri con el rostro bañado en lágrimas les tendía el pequeño bultito.
—Es perfecto…— la cámara se quedó fija en el rostro del dormido bebé, quien estaba aferrado al dedo del alfa, sin alejarse.
—Parece que llegaste al mundo entre mucho amor…—Beka tenía al rubio rodeado por sus brazos, sentado en su regazo.
El vídeo continuó, todos menos Victor habían llevado al niño en sus brazos, hasta que finalmente tanto movimiento terminó por incomodarlo.
—Parece que alguien quiere el calor de mamá. — la voz de Nikolai llenaba la habitación, Yuuri sostenía la cámara, mientras Victor recibía al niño entre sus brazos y depositaba un suave beso en la frente del niño.
—Shuuuu, tranquilo mi pequeño Yurio, que mamá está contigo, shuuu, tranquilo que nunca dejaré que nadie te haga daño mi pequeño hijo…—Victor se descubrió el pecho y llevó a su hijo a su pezón, donde el pequeño rápidamente había terminado por acunarse y concentrarse en alimentarse.
La toma se cortaba de golpe, llegando a lo que era la primera casa en la que Yuri recordaba haber vivido en Rusia, estaba cerca de casa de su abuelo y era un lugar muy grande, con muchas habitaciones.
—Esa casa era donde viví con mis padres cuando era menor, no recuerdo cuando nos marchamos, solo sé que lloré mucho, mamá siempre decía que yo estaba dejando algo importante en ese lugar y que por eso lloraba.
Otabek estaba concentrado en el vídeo, escuchando todo lo que su pequeña pareja decía.
La imagen de una bella mujer con un pequeño en los brazos aparecía en el fondo, el pequeño se removía incomodo, hasta que una cantarina voz comenzó a sonar.
—Mi pequeño Yurio, deja de llorar, ven con mami. —Victor estaba a su lado tomando al pequeño, bajo un cartel de bienvenidas.
—Mi abuelo decía que solo me gustaba que me cantaran y me mecieran así, como me lleva Victor en los brazos.
—Bueno, tal parece que se lo debes a tú madre…
—Mi madre…—Por primera vez en mucho tiempo Yuri se quedó en silencio, saboreando como sería llamar a Victor de esa manera, de esa manera tierna y amorosa.
Los videos en su mayoría eran momentos de celebración o cumpleaños, de su primer año de vida, el video de la navidad fue bastante extraño para el rubio.
—Victor se ve triste…
—Bueno es navidad y todos parecen pendientes de ti, el aún es un niño y es su cumpleaños, creo que debe ser normal, no sabemos si alguien estuvo con él, además parece que no volverás a sus brazos, todos quieren tu atención.
Se quedaron observaron hasta que notaron como el pequeño rubio se dormía entre los brazos de los invitados, Victor y Yuuri estaban en el fondo de la escena, cuando le entregaban a un dormido bebé.
—No pude darme mi regalo bebé…— los ojos de Victor se veían cristalizados, junto a la silla donde estaba, un pequeño paquete descansaba.
—Todos quería tenerlo, creo que es lo que pasa con los bebes. — Yuuri estaba a su lado, consolándolo.
—Mi primera navidad y mi primer cumpleaños contigo mi pequeño Yurio y lo recordaras en los brazos de los demás. — Victor se puso de pie y se alejó por la casa, donde la cámara ya no podía seguirlo, por su parte Yuri tomó el regalo y simplemente limpio la lágrima que bajaba por sus mejillas.
El corazón se les contrajo un poco, los videos se volvían poco a poco más tristes, Victor y Yuri no sonreían y parecía que cualquier cosa terminaban con el pequeño rubio lejos de los brazos del peliplata.