Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Roy Swan por Eowyn Fitzgerald

[Reviews - 22]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

A mitad del camino cambiamos de asiento y me dejó conducir su coche por la ciento uno al norte, nos aseguramos de que nadie nos viera y aceleré por la carretera, la velocidad siempre me había llamado, si Nascar no estuviera llena de cretinos y yo no tuviera que cuidarme por ser gay consideraría convertirme en piloto, bueno también está el fabuloso hecho de que tal vez ni siquiera pueda convertirme en un adulto... No, fuera, no necesito pensamientos depresivos en mi primera cita oficial.

—Oh Roy, el ochenta por cierto de tus pensamientos son depresivos y sarcásticos, ya estoy acostumbrado. O al menos todo lo que puedo distinguir.

Dijo él sonriendo en el asiento del acompañante.

—¿Cómo que lo que puedes distinguir?

—Hasta que llegó tu hermana a Forks no lo había notado pero tu familia es... A Bella no le puedo leer la mente, es un silencio total con ella, de tu padre solo puedo percibir sus emociones ningún pensamiento concreto, tu madre por otro lado, bueno, su mente es tan ruidosa, es como si gritara todo el tiempo.

—¿Y yo?

—No tienes ningún escudo contra mi telepatía, puedo leerte con facilidad.

—Como a mamá.

—Si y no, tus pensamientos están algo revueltos. Están tus pensamientos principales, hay musica de fondo también y normalmente es Kiss, luego hay pensamientos secundarios, divagas mucho en cómics, y todo eso es como una estación de radio con bastante estática, no sabes que estas escuchando pero cuando distingues la canción no puedes dejar de escucharla.

—Osea que con mi revoltoso cerebro puedo ocultarte mis pensamientos.

—No, tengo bastante práctica resolviendo ese enigma, ya es tan sencillo como respirar para ti.

—Acosador.

—Tu acosador personal señor Swan.

Conduje hasta que acabó el asfalto y nos detuvimos en una senda, la que no seguimos pues me llevo por otro lado.

—¿Vamos de caminata?

—Ocho kilómetros, supuse que te gustaría ¿vas de excursión seguido, no?

—Si, me encanta, aunque ahora no creo que pueda hacerlo en mucho tiempo.

—Por eso te traje, son ocho kilómetros. No demasiado como para hacerte desmayar pero lo suficiente para hacerlo una caminata en toda regla.

—Últimamente no estoy en muy buena condición física, antes podía correr unos veinte kilómetros cuando acampaba y solo como una carrera con Jake, pero él día antes de que Bella llegara me di cuenta que los tres kilómetros de la escuela a mi casa me parecieron demasiado.

—Estas enfermo, es entendible, cuando te recuperes podrás hacerlo de nuevo. Por lo pronto si te cansas avisame para cargarte.

—Tu matas mi orgullo de hombre con cosas así, todo el tiempo me tratas como si me fuera a romper, no soy un bebé.

—El orgullo no sirve de nada Roy, y si pudieras verte con mis ojos también harías todo lo que hago.

Hubo un pequeño silencio por mi parte, el debía saber en que pensaba pero me estaba mirando con una especie de tristeza que me desesperaba, tenía alguna clase de preferencia por hacerme buscar las palabras correctas para algo que ya sabe.

—¿Me voy recuperar de verdad? O es solo una promesa vacía, sé como me miran... Rosalie parece estar convencida de que pronto seré uno de ustedes y sacar suposiciones del porque no es muy difícil.

—Alice ha tenido visiones de tu muerte y también de mi mordiéndote.

—Lo suponía.

—Pero podría estar equivocada, el futuro cambia siempre, no hay nada escrito.

—Es Cáncer, Edward, no sé como se le puede ganar a eso.

—Encontraremos la manera.

—Olvidalo, lo que será pues será, y si hay una solución que no sea convertirme en un vampiro no lo descubriremos hoy.

—¿Por que odias tanto la idea de convertirte?

—Tengo un trauma del tamaño del mundo señor obvio, ¿y tú porque quieres tan insistentemente que no solo lo considere una posibilidad, sino que lo haga? Pareces desesperado haya peligro mortal o no. Estas muy raro, sé que no lo has mencionado tanto pero solo con verte puedo adivinar como te muerdes la lengua para darme una cátedra sobre que no me vas a dejar morir en paz como quiero, que me morderás a la fuerza, y eso no lo puedo soportar.

—No quiero perderte.

—Es muy egoísta de tu parte. Después de todo lo que he pasado solo quiero estar en paz, si muero o no, bueno... No importa, no me importa. Y no es que no tenga un razonable miedo a la muerte, pero tengo mas miedo de otras cosas.

—No puedo evitar ser egoísta cuando se trata de ti. No sé porque... Pero sé que si se tratara de alguien mas incluso lucharía con todas mis fuerzas para alejar a esa persona de mi mundo, que haría lo que hiciera falta solo para salvar el alma de quién sea y que no este en esta condena tan extraña... Pero cuando pienso en dejarte ir, incluso me duele físicamente y no sé como interpretarlo. No se como combatirlo, ni comportarme, solo sé que cuando te veo quiero mirarte para siempre.

—Todo esto debería darme miedo, que me ames así es demasiado para mi, sin mencionar que es bastante cursi y yo soy una persona que no es muy buena con las muestras de afecto y básicamente soy alérgico a todo eso...

—Estoy muy consciente.

—Debería intentar huir al otro lado del mundo ahora que puedo.

—Lo sé, deberías, pero no lo harás. Aun cuando sabes que podría morderte en cualquier momento, no lo harás porque también es doloroso para ti cuando no estamos juntos, seas consciente de ello o no.

—¿Doloroso? ¿Es eso? Solo sé que... Te amo, por eso me quedo contigo. Si fuera mas listo esto no me habría pasado, pero ya que, no creo que haya vuelta de pagina.

—Gracias a Dios somos igual de idiotas.

El se sonrió y yo solté la carcajada, porque si, ambos eramos cada uno la mitad exacta de un perfecto idiota. Nos queríamos de una forma tan intensa y tan grande que parecía imposible. A mi edad no creí tener la capacidad para amar alguien así, de esta única manera en la que puedes reír y llorar al mismo tiempo. Me opuse a cada paso de esta relación, incluso me negué a ser amigos si quiera, he querido alejarme sin ningún motivo real y ahora me parecía que cualquier cercanía entre nosotros no era suficiente, no sé como empecé a amar a Edward, ni estoy muy seguro si en realidad hubo algún momento en el que no lo hice, pero hace un tiempo eso dejó de importar, lo único con el valor suficiente como para incluso rechazar la lógica mas simple, para mi se convirtió en estar a su lado.

Que cosa mas peligrosa, tonta y enferma... ¿Cuándo caí tan profundamente en esto?

Son pocas las personas con las que he contado en mi vida, tal vez por mi sexualidad, mi pobre estado de salud, la sobreprotección a mi alrededor, o por un sin fin de razones, mi situación es tan patética que no puedo contar con mi propia madre, pero no me lamento por ello, tengo a mi padre, tengo a Jake y todos estos años ha sido mas que suficiente... Pero ya no, reconocer que me estoy aferrando con todas mi fuerzas a Edward, es vergonzoso para mi yo del pasado, pero a estas alturas del partido cuando pasamos de gatear a volar ya todo se puede ir al carajo, ya no hay vuelta de pagina y me hace feliz sostener su mano.

Paré la caminata en un tercio del camino y me volví para abrazarlo y besarlo. Lo necesitaba... Una necesidad real de contacto que nunca había sentido, claro el me correspondió y me abrazó sosteniendo mi cintura.

—¿Me amaras cuando me quede calvo?

—Incluso si se te caen las cejas.

—¿Y cuando en verdad decida que no quiero ser mordido aún cuando me vaya a morir? ¿Podrías amarme lo suficiente para respetar mi voluntad? ¿Paravdejarme ir?

Intenté traer cordura, aunque sea solo un poco a esto, lo amo, pero no voy a olvidarme de mi mismo, no puedo, hacerlo me rompería el corazón. Edward se quedó callado un par de minutos, para mi fue una eternidad, pero era entendible, le estaba pidiendo renunciar y dejarme morir si llegaba el día. Para ser honesto, yo no aceptaría una petición así de su parte. Estaba por apartarme pero me sostuvo fuerte y habló:

—Sostendré tu mano hasta el final.

Se escuchó triste, muy apagado aunque ven su rostro había una sonrisa, y le bese la mejilla como el consuelo mas patético del mundo.

Pero sii, eso era lo que quería oír, me tranquilizaba saber que aun cuando parecía querer convertirme con todas sus fuerzas, iba a respetar lo que quería, que no me obligaría. Sonreí tontamente y tome su mano volviendo a caminar.

—¿Y cuando me cure y me vuelva un anciano? ¿Te quedarás conmigo entonces?

Hice la broma, era algo oscura pero pensé que le quitaría peso a la situación. Y funcionó porque volvió su sonrisa real y me apretó la mano.

—¿Bromeas? ¿Quién va a cambiar tus pañales si no estoy allí? Pareces del tipo que le hará difícil el trabajo a las enfermeras. Y no digas que no, eres el peor paciente que he visto, te tienen que hacer una dieta a parte porque te niegas a la comida del hospital.

—Tu nunca haz tenido que comer esa porquería, no tiene sabor y es vomitivo. No sé como pretenden que un paciente se recupere si no puede comer.

Solo pude aguantar hasta un poco mas allá de la mitad de nuestro camino, lo logré de milagro y él me llevó en su espalda el resto de el, de cierta forma era relajante, solo eramos nosotros dos volviendo de la nada a ser solo los idiotas que se adoraban mutuamente y no los sufridos amantes de telenovela en los que nos estábamos convirtiendo últimamente.

Bromeamos juntos, nos acordamos de de viejas anécdotas e incluso dejó que le explicará todo lo que ocurrió en el último cómic que leí. Llevaba tanto tiempo sin sentirme verdaderamente bien, ojalá momentos así pudieran ser eternos. Y pensar que por poco lo arruiné de nuevo... No es mi intención hacerlo sentir mal con mi propio tormento interno, pero al final solo lo tengo a él para ayudarme a llevar este desastre, hay cosas con la que jamás podre hablar ni siquiera con Jacob.

—Llegamos.

Se arrodilló un poco y me ayudó a bajar de su espalda. Hasta entonces no había prestado mucha atención a la naturaleza o nada del bosque, no estaba preocupado porque básicamente me hubiera secuestrado y llevado en medio de la nada, honestamente no podría recordar el camino de regreso al auto. Solo confíe en él, se estaba haciendo algo natural de hacer para mi.

Había mucha luz solar, era algo molesto pero el lugar era como sacado de un cuento, una pequeña pradera en un circulo perfecto, lleno de flores y en medio y un gigantesco árbol, una cosa impresionante que era totalmente morado.

—Edward...

—¿Te gusta? Antes ese árbol no estaba aquí, lo traje para que pudieras refugiarte de la luz solar que tanto odias.

—Muy considerado, pero no era necesario, este lugar ya es extraordinario por si mismo, es lindo de ver.

—Si, pero estarías incómodo y no lo disfrutarías del todo.

—Oh no puede ser, Eddie, casarte conmigo por favor.

—Acepto.

—¡No! Espera, lo decía de broma.

—Lo siento Roy, pero ya no te puedes retractar.

—Eres un tonto imposible.

—Tu tonto imposible.

Tomé su mano e intenté llevarlo hacía el árbol morado, pero se quedó quieto oculto en las sombras, con una cara de sufrimiento tal que parecía un chico al que se le había muerto su hámster.

—¿Pasa algo cariño?

—El sol.

—Espera, creí que...

—El sol no nos mata, pero muestra lo que en verdad somos, y aunque te traje aquí con el propósito de ser sincero como me pediste, yo...

—Te amo.

—¿Disculpa?

—Te amo, y eso no va a cambiar aunque te conviertas en un sapo y salgas saltando de aquí, no me importa, eso que crees que es desagradable probablemente también lo amaré, tu me amas siendo obstinado, egoísta y fatalista, me amas cuando te he mostrado lo peor de mi, y me amas aún cuando dejó salir del todo mi lado nerd.

—Todo tu es el lado Nerd, cariño.

—Si, a eso me refiero. Así que deja de ser ridículo y sal para que pueda verte bien.

Le saqué un sonrisa y una pequeña risa muda, y de vuelta con animo salió a la luz del sol.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).